Jugando al gato y al ratón (+18, James Hook y Morrigan)

Le miro asustada, porque él me pide mostrarle mis senos, pero me resisto. Por lo menos el seno izquierdo queda muy bien tapado con mi mano, ya que el derecho no lo puedo apretar, ya que me duele la quemadura.

Doy un paso hacia atrás, alejándome cuando él se me acerca, pero la mesita de tocador me frena, por lo que pronto el hombre está frente mío.

- No... -susurro asustada mientras él desliza mis enaguas hacia abajo- Por favor sr. James. -suplico, sin embargo, pronto estoy completamente desnuda.

Abro mis ojos celestes, mientras mi corazón late acelerado. El pirata está demasiado cerca y no hay vuelta atrás. De todas formas, aprieto mis piernas, así como mantengo mis manos sobre mis senos, mientras siento el calor corporal de James en contraste con la fría habitación.

Trago saliva al sentir sus caricias por mi pierna, las que de alguna forma me indican que no hay vuelta atrás, ya que nunca antes ningun hombre me había tocado allí.

- Sr. Jam... -alcanzo a decir antes que su boca me calle. Siento sus labios calientes sobre los míos y... quizás por imitación... empiezo a mover mis labios también. Su boca no se detiene, sino que sigue y sigue moviéndose, y... no puedo negar que no es para nada desagradable.

Cierro los ojos, disfrutando el contacto entre nuestros labios, cuando siento su lengua tratando de abrir mis labios. Abro los ojos, pero no logro alejarme sino que, despacio, abro mi boca y... recibo su lengua. Confundida, vuelvo a cerrar los ojos, tímidamente moviendo mi lengua también.

Entonces, saco mis manos desde mis senos y los pongo sobre su pecho, pero sin empujarlo, que hasta ahora me está gustando mucho su beso.

Vuelvo a abrir mis ojos cuando él detiene el beso para respirar. Lo miro curiosa, preguntándome si me besará de nuevo.

Le miro, expectante por su próximo paso, pero no me esperaba que tomara uno de mis senos en su mano. Abro los ojos como platos, sorprendida y asustada, mientras su gran mano cubre totalmente mi pechito mientras mi rostro se pone rojo cual tomate.

Pero lo más sorprendente es que, mientras él masajea mi seno, la punta de éste se pone puntiaguda, como cuando tengo mucho frío. Sin embargo, su mano es muy cálida, despertando una extraña sensación dentro mío, la que no sé si calificar como un hormigueo en mi interior:

- ¿Cómo haces eso? -pregunto asustada, pero antes de responderme, él vuelve a inclinarse y atrapa mi boca de nuevo. Ahora el beso es más fuerte, así como la forma en que sus dedos aprietan mi seno. Sin embargo, no puedo negar que hasta ahora todo es muy agradable, por lo que le beso también, ruborizándome porque todavía estoy muerta de vergüenza de que un hombre me toque tanto, ¡hasta en la lengua!

- ¿Cómo haces ...? -trago saliva porque no sé cómo poner en palabras lo que siento- Cómo haces que sienta un hormiguero en mi interior... -digo en un susurro, sin embargo, ¡me aguanto la respiración cuando su mano empieza a bajar por mi cintura!

Los dedos no dejan de tocar mi piel en ningún momento, mientras me preguntó hasta dónde llegará. ¡Me acuerdo entonces del examen que me hizo Lady Hellberg, cuando comprobó que yo era virgen, y me vuelvo a asustar!

- No... allá abajo no... -suplico, pero su mano ya toca los vellitos. Vuelvo a respirar, ahora más rápidamente, porque el miedo ha regresado. Sin embargo, James empieza a besar mi cuello, y la sensación de sus cálidos labios en mi piel es demasiado agradable.

Mis manos iban a empujarlo, a tratar de detenerlo de alguna forma pero... no hago la fuerza suficiente, ya que nuevamente el miedo cede el lugar a la curiosidad. ¿Qué me pasa? Hasta que de pronto llego a una conclusión muy certera, abro los ojos y hago la fuerza necesaria para sujetarle la mano mientras le miro:

- ¿Estás usando magia conmigo? -mis ojos celestes observan los suyos, también muy claros y transparentes, mientras aguardo la respuesta. No puede haber otra explicación a todas las sensaciones que siento en mi interior...

- No, no es magia... -Sólo oír que no está usando magia ya me tranquiliza. De hecho, suspiro y suelto su mano mientras él sigue explicando que es una "habilidad".

- ¿Más? -pregunto aún alarmada, sin embargo, la perspectiva de "sentirme mejor" hace que la curiosidad le gane terreno al miedo. De nuevo. Hasta ahora lo que más me ha gustado es el contacto entre nuestras bocas, por lo que espero que esté "en sus planes" más de esos besos:

- Por favor, bésadme de nuevo. -pido en un susurro, sonrojada cual tomate, pero algo más tranquila para dejarme explorar por él. De hecho, mis manos empiezan a deslizarse por su cuello. Mis dedos, diminutos en contraste con su porte varonil, avanzan dentro de su camisa, sintiendo el calor que emana su cuerpo.

Off 1:

Off 1:

- ¡Ooh! -exclamo cuando su dedo entra entremedio de mis piernas. La sensación es muy buena, al contrario de cuando Lady Hellberg lo hizo, pues lo hace más despacio, aunque de todas formas me sorprende que guste de poner su dedo allí.

- Quítame la camisa. -me ordena y, tras pensarlo sólo un instante, empiezo a desabotonar el cuello, aunque su dedo sigue provocándome grititos de sorpresa. Estoy abriendo el tercer botón cuando su boca vuelve a atrapar la mía. El beso es intenso, pues siento como su boca me succiona. El hormigueo cresce dentro mío, y imitándole, mi lengua también va en busca de la suya, mientras su dedo sigue tocándome entre las piernas, avanzando más adentro. Me pregunto hasta dónde lo meterá, aunque el "hormigueo" me pide que entre más y más.

Tras respirar, me siento más cómoda con la situación, por lo que retomo el acto de desabrochar los botones, mientras también succiono su boca. Su respiración caliente me agrada, así como el calor de su cuerpo...

Todo es tan agradable que me pego a él, para poder quitarle la camisa, y la sensación de sentir su piel chocando con la mía me hace permanecer junto a él, mientras me pregunto hasta donde puede llegar su lengua dentro de mi boca.

Sin alejarme de él, estiro la mano y dejo su camisa sobre la mesita de tocador, ya que no quiero que se ensucie si se cae al suelo... ¡Aunque toda la habitación está de lo más limpia y hermosa!

- James... -digo cuando nos detenemos a respirar- Me gusta todo lo que haces...

Me apego más a él, y mis pechitos se aplastan contra su pecho duro, pero aunque me ruborizo, le sonrío, encantada por toda la nueva experiencia. Al final, perder la virginidad no es tan malo:

- Estoy muy feliz de haber dado mi virginidad a su persona. -digo volviendo a tomar sus labios, mi lengua entrando sin el menor pudor ahora.

Asiento, con el rostro nuevamente rojo, ya que nunca he visto a un hombre desnudo antes y, de seguro que debe ser algo totalmente incorrecto para una señorita. Sin embargo, los dedos que me acarician abajo son demasiados buenos distractores de pensamientos morales, por lo que me separo ligeramente de él y bajo los brazos, desabotonando su cinturón, sin detener nuestros besos. Sus labios empiezan a sujetar los míos mientras los movimientos de mis brazos hacen que mis pechitos rocen su pecho de hombre, lo que debo confesar me agrada demasiado:

- Oh... -se me escapa cuando su dedo avanza más, y en vez de cerrar mis piernas, las abro un poco, dejándole más libertad de movimientos abajo.

Ahora empiezo a abrir los botones, y de pronto me encuentro con algo duro por debajo de la tela:

- ¿Guardáis tu arma allí? -pregunto curiosa, ya que los piratas y todos los tipos de hombres que no sean mayordomos o entregadores de leche son un completo misterio para mí.

Mis dedos avanzan en la labor asignada y pronto su pantalón está abierto. Sin dejar de besarlo, tomo el arma, pero me fijo que está sujeta firmemente. Dejo de besarlo para mirar, ya que debería quitarla, conforme me dijo él. Entonces, ¡veo que en realidad en un gusano gigante, pegado al cuerpo de James! Lo miro a los ojos, sin compreender, y cuando veo su sonrisa, el instinto me dice que él pondrá su gusano dentro mío. La idea es absurda, pero entonces todas las caricias abajo se explican si fue una preparación para "esto"!

Sin importar el hormigueo que me consume, le empujo con todas mis fuerzas y corro a meterme debajo de la cama, mientras grito:

- ¡Eso me romperá! ¡Me mataréis!

¡No doy ni dos pasos cuando siento su mano sujetándome de la cintura!

- ¡Suéltame! -imploro con la voz algo chillona, pero el primer hombre que he visto desnudo en mi vida me hace girar muy rápido y caigo sobre la cama. Y antes que me pueda levantar para huir, ¡él se pone de a cuatro sobre mí!- ¡No! -grito asustada, ya que el gusano gigante que escondía en su pantalón empieza a rozar entre mis piernas.

- No morirás, Danielle. Todo lo contrario, llegarás a disfrutarlo. -Niego con mi cabeza, forcejeando para librarme de él, pero el hombre es fuerte, por lo que sólo logro deshacer el hermoso y elaborado peinado que Claudia me había hecho. Lo peor... Lo peor es que la sensación del roce del gusano... me activa nuevamente el hormigueo...

- No... -gimo, con lágrimas en mis ojos pero, extrañamente, con ganas que vuelva a meter sus dedos dentro mío... Él me mira, como si fuera un animal salvaje, y distraída con sus ojos azules, ¡siento de pronto que el gusano empieza a entrar!- ¡Nooo! -grito asustada, mientras mi espalda se curva al sentir que sigue entrando. Cierro mis puños, con un dolor que me hace gritar, ¡pues siento que algo dentro mío se rompe!

Mis manos aprietan sus fuertes brazos mientras grito al sentir como estoy rota por adentro. Las lágrimas corren por mi rostro ya que el gran miedo que tenía de morir despedazada se hace realidad, entretanto el ganador de la puja sigue empujando su gusano gigante adentro mío. Sin embargo, cuando su vientre toca el mío, llegando al límite posible de entrada, junto al dolor el hormigueo empieza a transformarse en una palpitación:

- ¡Aaah! -un largo gemido brota de mi garganta en el momento en que él empieza a salir. Mi espalda se contrae de nuevo, sin embargo trato de no mover mis piernas, para ver si al fin y al cabo logro sobrevivir a todo esto. Mi corazón late a mil y mis ojos celestes se prenden en los ojos del hombre. Veo alegría y crueldad en ellos, pero antes que pueda recriminarle, el movimiento de salida de su "arma" me provoca un nuevo gemido.

Mis manos siguen firmes en sus brazos, quizás dejándole marcas, pero vuelvo a apretarle cuando siento que en vez de salir completamente, él vuelve a acercarse y entrar entre mis piernas:

- ¡No! -grito de nuevo, sin embargo, mi voz ya no sale tan chillona como antes, ya que aunque me esté muriendo, las ganas de que siga haciendo lo mismo se contraponen a mi instinto de sobrevivencia. Me siento por completo confundida, pero al menos las lágrimas dejan de brotar, si bien ya hayan dejado su camino marcado entre el maquillaje de mis mejillas.

- No puedes negarme nada, Danielle... -dice mientras su "arma" vuelve a entrar en mí:

- ¡Me romp!... -alcanzo a responder antes de que su boca atrape la mía. Lo primero que trato de hacer es empujarlo, aunque sepa que no lograré estar a la altura de su fuerza, sin embargo, debo confesar que me han gustado mucho sus besos anteriores, por lo que ahora su lengua nuevamente entra en mi boca, y la mía lo recibe... y mis labios le responden totalmente.

De hecho, la fuerza o presión que ejercía con mis dedos en sus brazos se libera notoriamente. Lo único que me impide relajarme por completo es la inquietud de saber cómo él es capaz de entrar algo tan grande dentro mío, ya que su cuerpo roza mi piel, lo que significa que ha entrado entero de nuevo.

- ¡Ohh! -gimo cuando él detiene el beso, ya que eso de entrar y salir, y volver a entrar ahora, provoca que ese hormigueo interior gane vida propia. Me sorprendo al comprobar que abajo estoy palpitando tanto como si tuviera otro corazón allá, algo del completo absurdo e imposible- ¿Qué me habéis hecho? -pregunto antes de arquear mi espalda y gemir ya que él vuelve a alejarse y sacar eso de dentro mío.

- Es que... -nuevamente suelto un jadeo al sentir como empieza a salir. Mis dedos vuelven a apretar su brazo, sin embargo, ya no es tan fiera en mi la necesidad de alejarme de él.- ...desde que pusiste tus dedos allá abajo, pues... -El hombre vuelve a entrar, por lo que cierro los ojos y labios, pero igual se me escapa un gemido.

Mi corazón late acelerado, ya que la "muerte" parece que no será inminente, y me sonrojo antes de completar:

- Que siento como si hubieras despertado otro corazón adentro mío, pero... ¿eso es imposible, o no? -Sin embargo, las palpitaciones siguen y siguen, casi sin dolor ahora, mientras él vuelve a estar completo adentro mío de nuevo.

De pronto, empiezo a recordar los sonidos que había oído en las otras habitaciones, jadeos y gemidos que ahora tienen mi propia voz, y finalmente empiezo a compreender qué hacen los hombres y las mujeres con sus cuerpos.

"que sientes y seguirás sintiendo"

Gimo en respuesta, porque su cuerpo está completo sobre el mío, incluso su torso me aprieta levemente mis pechitos. Sin embargo, lo que sea que él me ha despertado "abajo" ha hecho que el miedo a morir se haya evaporado completamente, dando lugar a la curiosidad por toda esta nueva experiencia.

- Perdona que me haya asustado. -digo con verguenza, aunque sin evitar su mirada por más que mis mejillas estén muy coloradas- En serio creí que moriría partida en dos. -Una sonrisa torpe se forma en mis labios, ya que de seguro debe pensar que soy una tonta. Pero nuevamente aprieto los labios al sentir que él se aleja, abriendo mis piernas ahora, completamente y por mi propia voluntad, dándole más libertad de acción.

Me atrevo a mirar hacia abajo, justo para ver cómo su "cosa" es larga, pero no logro evitar un gritito cuando vuelve a entrar, que la vista impresiona. Aprieto sus brazos y cierro los ojos, entonces siento mejor las sensaciones, y de mi garganta sale un sonido mucho más suave y para nada chillón.