Un laberinto entre 2 reinos

Lugar: Castillos

Labyrintn es un lugar mágico y inaccesible para muchos, pero a la vez accesible cuando menos lo deseas. Es un mundo donde no entras cuando quieres, no existe un lugar determinado por donde entrar... pero habían casos excepcionales, para lugares excepcionales.

El castillo de la Reina de Corazones se volvieron a escuchar las típicas palabras
-¡QUE LE CORTEN LA CABEZA!

Una lechuza blanca como un fantasma salio entonces del palacio, alguno podría pensar que huía ,pero lo cierto es que no era su cabeza la que iban a cortar, el simplemente salia de una nueva agobiante reunión donde nuevamente nunca llegaban a nada.

Era irónico que de todo el mundo de maravillas que había, su laberinto tuviera que conectar con el laberinto de rosas de la reina de corazones, una conexión que no se abre o se cierra, aparece o no aparece, exceptuando para Jareth, como rey de los trasgos y señor del Laberinto.

La lechuza se poso en un árbol que brotaban Rosas blancas, suspirando pero no por que estuviera cansada del vuelo.
La reina de Corazones y el tenían que quedar para esclarecer las divisiones de sus reinos, como si la naturaleza de sus mundos permitiera controlar esa zona fluctuante entre laberinto y el país de las maravillas, pero a ella le daba igual, siempre insistía y siempre intentaba apropiarse un poco mas, esta vez era por un islote flotante que aparecía de vez en cuando en esa zona
"pero si ni siquiera puede llegar a el ¡esta en el aire!"
Pero ya era un tema de discusión, aunque Jareth sospechaba que o bien la reina insinuaba que labyrinth debería ser suya... o peor, que deberían casarse y unir ambos reinos, lo cual lo ponía enfermo.

La lechuza giro la cabeza 360 grados, las flores se movían, pero eso era normal en ambos reinos, había notado algo de un calibre superior, en su forma lechuza debía tener cuidado quien sabe que tipo de criaturas pueden pensar en comerte.

Dejemos una cosa bien clara, Cheshire era un gato. Siempre lo había sido y siempre lo será así que, cómo no, hacía cosas de gato. Él estaba tranquilamente sentado en su árbol, viendo las horas pasar y saludándolas con la pata, durmiendo de cuando en cuando, cómo no. Entonces algo pasó por delante de sus narices y decidió posarse en ellas, ¿qué era? Pues una mosca con anteojos.

Como bueno gato que era, Cheshire intentó cazarla pero la mosca se alejó y él, para seguirle el juego, la persiguió en su forma vaporea. Se podría decir que recorrió bastante trayecto tras la mosca, esta ya estaba cansada pero parecía que el felino azul no entendía sobre esas cosas. Continuó persiguiéndola y persiguiéndola hasta el mismísimo jardín de la Reina Roja, también conocida como la Reina de Corazones o la loca que corta cabezas pero, este último nombre es el menos utilizado, básicamente, porque si se lo dices o se entera de que la has llamado así... estás muerto.

El gato acabó por acabar entre los arbustos del laberinto, perdiendo así de vista a la pobre mosca que seguro que se le habrían roto los anteojos, ¿y dónde compraría unos nuevos? Ya no se hacían tan pequeños... Entonces el gato dejó de pensar en la mosca pues vio otro animalito con el que podía divertirse, una lechuza. Salió de entre las sombras, saltando hacia ella, dispuesto a cazarla.

Hay que añadir que en el maravilloso salto se le enganchó la pata en una de las ramas y acabó de bruces en el suelo... Sí, era bastante patoso.

la lechuza giro su cabeza hacia atrás sin mover el cuerpo miando al Gato torpón.
Finalmente descendió del árbol adquiriendo una bella forma humana, de alguien que se tomaba muy enserio o muy mal, su aspecto físico.

-¿te has tropezado amiguito?

parecía preguntarlo por preocupación, pero su tono de voz era despectivo, como si se divirtiera de la desgracia del gato.
Se puso de cuclillas como para ayudarlo o observarlo mas de cerca pero entonces.
-Coofff ...cooooofff!!!
el hombre empezo a toser y se alejo una distancia prudencial tapandose la boca y nariz con la tela de su capa.
-¡¿eres sirviente de esa maldita oruga verdad?! no aguanto el humo de su pipa...
le dio la espalda unos instantes a Chessire mientras recuperaba el aliento.

El gato no sabía si le gustaba más la lechuza con forma de lechuza o con forma humana, ¡pero qué pintas llevaba! Cheshire tuvo que aguantar reírse de él pero, qué digo, se rió en su cara, como si al otro no le fuera a afectar para nada. Dejó escapar una gran carcajada nada más verle, sí señor.

No pensaba responderle a aquello, seguro que le había visto caer, ¿no? Osea sí, tenía que haberle visto. Entonces el tipo de las raras pintas se acercó a él y empezó a toser- ¡aparta que me trasfieres virus! -exclamó el gato mientras rodaba hacia atrás, lejos del alcance de la tos del hombre lechuza.

- No soy su sirviente, ¿por qué todos piensan que lo somos? Bah, por favor -dijo con cierto tono de indignación- Absolem nos creó, sí pero por el resto... somos espíritus libres -comentó mientras ascendía en una nube de vapor justo un segundo antes de que el otro le diera aquellas palmadas. Si no tenía buen equilibrio caería al suelo, directamente, de frente.

Se situó unos metros por encima de él y desde allí le miró- Querido, nadie aguanta el humo de su pipa -dijo risueño- aunque, pensándolo bien, yo provengo de ahí -y entonces, comenzó a reír.

Jareth asintio comprendiendo su reacción ante el gato humeante.
-Ah... ya, un gato muy curioso
El gato parecia reirse de el, pero jareth penso en no tenerselo en cuenta, la opinion de un don nadie le importaba bien poco.

-¿y cual es el sentido de tu existencia?... ese repugnante bicho puede ser muchas cosas, pero no es tonto, hace las cosas por algo
Jareth se sento en el aire mientras se ponia comodo

Off: perdon por tardar