el aire marinero, sudor sangre y sal

Lugar: Puerto.

Seiyu avanzo decidido por los tablones de madera, algunos de estos crujían, otros se movían, pero otros se mantenían firmes a su paso.
No recordaba quien, pero alguien le dijo que el puerto era como sus habitantes, todos eran diferentes, algunos mas leales que otros, y muchos no permanecían mucho tiempo en ese lugar, no obstante como los clavos clavaban esos tablones, los marineros permanecían anclados en ese lugar, entre la tierra y el mar.
Un horizonte a veces muy difuso, donde el hombre luchaba cada día contra el embravecido mar por su territorio.
No obstante hoy no era de esos días, el sol brillaba y el cielo era de un intenso azul, mientras el mar se bamboleaba levemente con una ligera brisa.
Seiyu avanzaba con las manos ocupadas en un Jarron de apariencia delicada... y aparentemente costoso.
No era de extrañar que algunos ojos codiciosos lo observaran sin quitarle el ojo de encima.
Seiyu parecía mirar las barcas o incluso algún barco.
¿que estaría haciendo?

El viento mecía sus cabellos, recogidos en una trenza bastante gruesa, mientras caminaba despreocupada por el puerto, con una cesta en la mano. Ataviada con unas ropas mucho más acordes con su nuevo empleo de sirvienta en el palacio, la joven Rapunzel había acudido ese día al puerto en pos de hacer algunos recados para la cocinera. Alegremente se dejaba embriagar por el olor a mar y a sal, que tan lejano se le había antojado en el pasado, mientras canturreaba alegremente, buscando el mercado más cercano, el lugar donde los marineros depositaban su pesca y la vendían al mejor postor.

Lo cierto es que le gustaba trabajar para palacio. Todos eran muy amables y casi se había olvidado de que era realmente lo que le habían encomendado hacer. Eso no quería decir que no echase de menos a madre, pero se sentía muy a gusto allí...Estaba tan ensismismada que no se percató como se chocaba contra alguien, hasta que ambos cayeron de forma precipitada por los tablones hacia el agua.

Seiyu iba bastante ensimismado, otro barquero le había denegado hacer el trabajo, si que eran supersticiosos los lobos de mar...
¿tan difícil de pedir era un ....?
De repente choco contra alguien que se agarro a el, sus manos en vez de agarrarse a alguna viga de madera, agarraron de forma protectora el jarrón de cerámica.
Y ambos se precipitaron hacia las oscuras aguas del puerto.
Seiyu tubo que agitar mucho las piernas bajo el agua, ya que sus brazos estaban ocupados en el jarrón que levanto por encima de su cabeza.
Salio como una ballena expulsando el agua salada Abrió los ojos, pero aparte de entrarle un poco de agua salada, no consiguió ver delante de su cabello mojado que le tapaba la vista
-pe... pero... que esta pasando? ¡¿quien me ha tirado?!
agito la mano intentando tocar algo a donde agarrarse para no ahogarse.
mientras oía las risas de los marineros

El agua estaba fría y Rapunzel sintió que le faltaba el aire en el momento en el que se dio el chapuzon. Agitó los brazos buscando subir a la superficie, chocandosé con aquel con el que había caido al muelle, boqueando hasta que finalmente logró salir. La muchacha respiró hondo con un gimoteo sonoro, mientras trataba de recuperar la compostura y hubicarse. El flequillo le tapaba los ojos y tuvo que apartarselo, observando a un muchacho a su lado en el agua. ¡Que torpe!

-¡Lo sientooooo!-Se disculpó mohina.

Las risas de los marineros la hicieron chapotear, salpicandoles ofendida por sus burlas.

-¡Dejad de mirar y ayudadnos a salir!

-Es mas divertido veros en el agua-Dijo uno.

Seiyu finalmente se aparto el pelo de la frente y pestañeo mirando a una joven empapada flotando a su lado, sus cabellos dorados daban aspecto de diamantes a las pequeñas gotas de agua sobre el.
Seiyu se sonrojo mientras se disculpaba.
-perdone asido culpa mía... enseguida lo arreglo.
Seiyu intento buscar algo y finalmente cogió algo que parecía ser un cabo y tiro de el pensando que podría escalar hasta la proa del barco.
Naturalmente no podía estar mas equivocado pues lo único que consiguió fue liar mas la situación, cuando la chica sintió que le tiraban del pelo...

Rapunzel se encaramó a uno de los palos del muelle. No se le daba mal trepar, sin embargo algo tiró de su cabello. La chica gritó pensando que se trataba de un animal, pero se dio cuenta de que se trataba del chico que había caído al agua junto a ella.

-¡Oye! No es momento de jugar -Se quejo, tirando de su pelo y dándole un golpe en el hombro.

Término d es trepar hacia arriba y se apresuró a exprimir su pelo, pesado por la humedad, y acto seguido su ropa.

- Gracias por nada -Dijo a los marineros.

Seiyu escalo pidiendo perdón a la joven, y admitió que era curioso que a aquella doncella supiera escalar tan bien, mas incluso que el.
-perdona yo...
fue entonces cuando lo vio, por ir justo detrás de ella, o mejor dicho debajo de ella ¡¿como no le se ocurrió esperar?!! ahora podía ver perfectamente... un trozo de muslo y...
Seiyu cayo otra vez al agua para mas risas de los marineros y cuando volvió a escalar, dejo el jarrón colgando de su cinturón y escalo a 2 manos, sin apartar la vista del palo y con la cara muy roja que poco tenia que ver con las desternillantes risotadas de los marineros.

Seiyu aun rojo, miro a su alrededor, menuda pinta debían tener, allí empapados, eso no mitigo ni su vergüenza ni su culpabilidad.
Había tirado a una joven a el agua, haciéndola objeto de burlas de unos despreciables y encima ... había violado su intimidad.
¡¿que haría ahora?! ¿y si ningún hombre la querría por ello? y si le había negado la posibilidad de encontrar su amor...
Seiyu inspiro profundamente y suspiro, eso había sido un consejo de Ralths cuando Seiyu casi se desmaya al ver a una joven lanzarle un beso volado
"eso sin duda era para mi, no para ti, ademas, no pasa nada, siempre andas culpándote de todo y pidiendo disculpas... ¡se un hombre! asume las consecuencias y disfruta un poco de la vida jolines! pareces un cura."
Aquel recuerdo le arranco una amarga sonrisa.

-perdóname... soy tan incompetente..
murmuro sin saber si se dirigió a a la dama o a un imaginario ralths.
Una vez ya centrado fue mas útil
-quisiera acompañarla para que pueda perdonarme... necesitara secarse, tal vez podamos ir a alguna posada donde nos puedan ayudar.
hacia un buen tiempo, y sol, pero las damas no podían despojarse de la ropa y secarse al sol como un aventurero inútil como el.
Las damas siempre debían ser respetadas, eso decía el código del caballero, una dama debe ser salvada, rescatada, ayudada y puesta a salvo.
Ahora, últimamente, sin la constante superposiciones, empezaba a hacerse preguntas ¿que escondían las mujeres? ¿las chicas? que era eso que un hombre debía proteger a cualquier precio?
No dudaba del código ni creía que las mujeres no necesitasen su ayuda, simplemente empezaba a darse cuenta de lo poco que sabia.
Habían mujeres entre las guardianas, pero se las enseñaba aparte, los soldados solo aprendían el código, y a luchar.
Nada mas.
de hecho nunca habria pensado de esa forma si Ralths no se pasase tanto tiempo a solas con mujeres, les daba limosna a las pobres mujeres y ellas sonreían de una forma extraña, se encerraban en alguna parte y tardaban bastante en salir.
Seiyu siempre pensó que era indecoroso por parte de Ralths encerrar a una dama tanto tiempo... pero ninguna se había quejado o dicho nada... es mas le sonreían y le pedían que volviera pronto.
¿por que? nunca se lo había preguntado.

Rapunzel oyó un chapoteo a su espalda mientras volvía a exprimir su larga trenza, que llegaba hasta sus pies, y ahora goteaba, de color dorado oscuro por culpa de la humedad. El flequillo se pegaba a su frente, y lo apartó con una mano. Definitivamente estaba hecha un autentico desastre, algo que podía traerle una buena reprimenda al volver al castillo.

-¿Por qué no lo haceís otra vez?

-¡Callaós de una vez!

Los marineros volvieron a reirse, y la joven lamentó no tener su sartén encima para poder atizarles con ella, bastante frustrada por esa caida tan tonta. Eso le pasaba por distraida...¡Y aún necesitaba comprar el pescado que le habían encargado!

-Si, debería secarme al menos. No quiero resfriarme...-Al menos para no llegar empapada a palacio, aúnque aún debía encargarse de la compra-Puede que sea lo mejor, aunque te sorprenderia saber que no conozco ninguna. ¡Oh! Podría volver a palacio, pero no quiero con estas pintas y las manos vacías-Gimoteó-Pero lo mejor será que nos vayamos de aquí-Instó, tirando de la hoja de su camisa-Lamento haberte tirado al agua. Por cierto, me llamo Rapunzel y soy sirvienta en el palacio. ¿Quien eres tu? ¿Eres amigo de esos? ¿Un marinero tal vez?

Cuando menciono palacio...
Por un momento temió haber tirado a una noble al agua, pero pronto ella contó su historia, al parecer era una eficiente criada, y el retrasando sus importantes trabajos.
Seiyu se lo piensa un instante ¿sera alguno de esos marineros algún guardián? no lo creía.
-no, he llegado nuevo a la ciudad, no tengo ni idea de donde esta nada aquí...

pensó en contar sus motivaciones, pero Ralths le habría recriminado el ser mas discreto.

-y dime... ¿trabajas para una noble o para el rey?

seiyu temía ser un ignorante con aquella pregunta, pero la verdad es que tenia curiosidad.

O tal vez es que no sabia como solucionar el problema de sus ropas mojadas

-si son buena gente, tal vez nos ayuden...

Vaya... Eso desanimó un poco a Rapunzel, quien tenía la esperanza de que su situación mejorase un poco, evitandose el que la viesen con esas pintas al legar al palacio. Volvió a exprimir su falda, y miró con curiosidad al joven tras su pregunta.

-Trabajo para los reyes-Admitió-Me han contratado hace cosa de un mes-Omitió el hecho de que se había fugado de casa y de que, además, había entrado a trabajar allí porque alguien la había convencido para que robase la corona de la princesa. Naturalmente, al conocerlos a todos, la joven había cambiado de idea, pues los habitantes del palacio habían sido muy buenos con ella, especialmente la reina-Pues espero que lo sean. No tengo malas experiencias con las gentes de Corona, me han tratado bastante bien, a decir verdad-Lo malo de todo eso es que hacía frío y comenzaba a refrescar. Rapunzel tembló-¿Falta mucho?

Seiyu la observó con nuevos ojos Al ver que le hablaba de la corte.
-¿trabajas para el Rey? ¡Que emoción! -parecía casi infantil--debe ser gratificante trabajar para tan noble señor.

La joven estaba impaciente por llegar, y Seiyu, no sabía llegar, ni adónde ir.
El sólo vino a por una barca por un día, eso era fácil de encontrar en el puerto, por lo que no prestó atención a por donde venía.
-espera un segundo
seiyu se apartó un segundo de la joven y hablo con otro transeúnte, cuando volvió sonreía.
-dice que esta todo ocupado... y yo no conozco Corona... ¿no sabrás tu donde habrá una posada?

-Son muy amables conmigo-Respondió Rapunzel, quien se sintió ingrata al haber aceptado la sugerencia de ese ladrón de colarse en el palacio para robar la corona de la princesa perdida. Evidentemente ya no deseaba hacerlo, y menos sabiendo lo buenos que eran con ella-No llevo aquí más de un mes-Se excusó-Pero supongo que no habrá alguna muy lejos. Corona es una ciudad muy alegre y llena de actividad, mejor déjame que me encargue yo-Le guiñó un ojo al apuesto joven, mientras se adelantaba porla calle adoquinada. Una peluquería, una pescadería, una tienda de ultramarinos... Debían de estar en el barrio comercial, la zona más a las afueras del reino, y para encontrar hospedaje tendrían que ir más al norte-Sígueme. Y...¿Qué es eso que llevas en la mano? ¿Algún tesoro secreto?-Preguntó con un tono confidencial y curioso.

Seiyu sonrió, menos mal que tenia algo de compañía.

No obstante la pregunta lo puso en un dilema, Seiyu no le gustaba mentir, pero algo le dijo que decir la verdad iba a ser contraproducente, así que opto por no decir la verdad, ni mentir.
-no, es un recado que tengo que hacer...
No dijo nada mas, esperando no tener que dar mas explicaciones a la joven, pero sin saberlo dando mas curiosidad y incógnitas al respecto.

Cambio de tema preguntando
-entonces... ¿sabes adonde vamos?

-¿Y que recado es si se puede saber? Oh, disculpa, pensarás que soy muy cotilla, pero bueno, quien sabe. Igual te puedo ayudar como tu me estás ayudando ahora, ¿No crees?

Rapunzel miró al frente. La calle se bifurcaba en tres salidas diferentes. Una de ellas dirigía directamente al palacio, mientras que otra llevaba a los astilleros y la tercera a la zona más cara, donde también se ubicaban las tabernas y las posadas, lugar en el cual debían acudir para cambiarse esas prendas. Lo cierto es que era bastante incómodo sentir la ropa pegada al cuerpo de esa manera, mostrándola más desaliñada que de costumbre. Miró con inocencia al chico y tiró de su mano, empujándolo hacia la tercera salida, donde no tardaron en ver los carteles de las primeras posadas. Vaya, parecía que la cosa iba bien.

-Por aquí-Indicó felizmente al llegar hasta una bastante concreta. Tenía un trozo de queso dibujado en la placa de madera que se tambaleaba en la entrada a causa de la brisa, la cual chirriaba por los boznes que la sujetaban. "El agujero del ratón" decía su título. Tenía pinta de ser un lugar bastante confortable, y a judgar por la humildad de su exterior, seguramente no sería demasiado caro.

Rapunzel empujó la puerta y el interior de la taberna no la decepcionó en absoluto, pues era completamente acorde con lo que se observaba fuera. Varias mesas diseminadas, ocupadas por algunos clientes de aspecto modesto, al final de las cuales se encontraba la barra y una cálida chimenea en donde poder calentarse.

-Esto...Vamos. T-tu primero. A mi me da vergüenza...

Seiyu sonríe amigablemente
-tienes razón... Pero no creo que me puedas ayudar, necesito un barco para llegar a Arendelle...
con mal tiempo y un único pasajero nadie lo intentaría, y menos con la limosna que tenía para pagar.
-¿Es aquí?
"agujero del ratón" parecía un hostal fuera de su poder adquisitivo, era un lugar reconfortante, sin goteras, y con una chimenea donde el humo del fuego salía y no enturbia el lugar, no habían furcias con intenciones de sacarte el dinero, ni borrachos obstaculizando el paso, ni un tabernero con cara de pocos amigos.
en su lugar un hombre viejo y menudo esperaba tras la barra, su cabeza recordaba a un águila calva, pero su nariz más que un pico recordaba más al hocico de un roedor.
empezaba a ver el por que del nombre.
-Bienvenidos a él agujero del ratón...  ¿Les ha pasado algo?
Seiyu se tragó sus impresiones y dijo
-hemos tenido un accidente en el puerto... ¿Podríamos secarnos aquí?
Seiyu vio que el hombre lo examinaba y no le gustaba lo que veía, en cambio su gesto se suaviza al mirar a Rapunzel que aunque empapada, iba bien vestida.
-mi hija te atenderá enseguida Madame, usted... Puede secarse en la chimenea
Seiyu asintió agradecido, que suerte, pocas veces había estado en un lugar con tanta clase.
bueno... Los jardines del Castillo de Arendelle era lo más lujoso que había pisado.

-¿Arendelle?-Repitió intrigada. Los reyes de Corona estaban emparentados con él. Al parecer la reina era su sobrina o algo por el estilo. Se decía que era un lugar hermoso, ubicado al norte, cerca de Lindert. No obstante, las noticias que venían desde allí indicaban que al parecer había una especie de clima invernal en pleno verano. Algo muy raro.

-Si, supongo que es aquí. Nunca he visitado este sitio, suelo moverme por el mercado-Susurró, caminando tras el. Se agarró a su chaqueta mojada, siguiéndolo hasta llegar a la barra, donde se quedó mirando embobada a su alrededor. Estaba claro que era un sitio humilde, pero acogedor a su vez. Se percató de que el mesonero había hablado y lo miró con curiosidad-¿Enserio? ¡Ohhh! Muchas gracias, es tan amable. Aunque le aviso de que no tenemos dinero, pero supongo que el rey le agradecerá que ayude a una de sus criadas...Criados-Se corrigió-El viene conmigo. Es el mozo de cuadra, ¿No lo ve? únicamente deseamos poder secarnos antes de poder regresar a palacio, y le estaremos muy agradecidos-Vamos-Dijo, dirigiéndose a la chimenea. El calor era bastante agradable, y la chica colocó las manos para que cogiesen algo de temperatura. En realidad esperaba que pudiesen dejarle pronto algo de ropa o si no se refriaría-¿Y para que quieres ir a Arendelle? ¿Qué hay allí? Tenía entendido que el clima ahora es horrible.

Seiyu casi se atraganta con la mentira de la joven ¿por qué decía ésas cosas? No había motivos ¿no?

Seiyu sonrió mientras ponía las manos al fuego.
-si, tienen un problema con el clima, pero es un sitio agradable
aquello le hizo recordar a Anna, el intento de rapto, el bosque, la planta...
su rostro se entristece al recordar recuerdos dolorosos.
-tengo varias cosas que hacer, ver a una amiga que tiene problemas y cumplir una promesa, una última voluntad.

Entonces volvió a sacar aquel extraño jarrón
-y para eso, tengo que llevar esto allá.

Rapunzel sonrió de forma amable ante su comentario. Arendelle aún quedaba muy al norte como para que ella pudiese visitarlo, que parecía que siempre se quedaba afincada en algún sitio.

La temperatura que manaba de la chimenea era bastante agradable, como la caricia del sol, en contraste con el frío de sus prendas empapadas. Agarró una silla y la acercó, sentandose en ella mientras observaba las lenguas danzar y consumir los troncos.

-¿Una promesa?-Inquirió-¿Que tipo de promesa?-Se le ocurrían unas cuantas, aunque daba la casualidad de que ella era experta en promesas. Cuando hacía una, no la rompía jamas de los jamases....Bueno, salvo el hecho de no salir nunca de la torre, pero no era el caso-¿Y que es eso?-Volvió a preguntar.

Seiyu agacho la cabeza entristecido, nunca pretendió contarle esa historia a una desconocida, pero... tarde o temprano iba que tener que decírselo a alguien, o iba a explotar.
-veras... hace cosa de unos días... mi amigo y yo entramos a un restaurante... no espera, al final era un burdel, el caso es que... hubo un asesinato, y la gente se puso nerviosa, el asesino fue detenido, pero entonces apareció

Seiyu se agarro la cabeza como si le doliera
- unos monstruos, como jamas he visto, mas terribles que la mas oscura criatura, tenían forma humana, pero estaban hechos de metal, tuercas y esas cosas... eran armas con vida, segando vidas como si fueran heno... buscando una estúpida llave y a nosequien.

Seiyu inspiro profundamente.
-destruimos 2 de esas cosas y las demás huyeron, pero su líder me mando un mensaje..."en 3 días un asesino ira a Arendelle y te quitara la chica de allí que mas te importa".
Luego cogió su jarrón y contó la parte mas dura de la historia y la mas sobrecogedora.
-cuando termino de decir eso, acuchillo a mi amigo y se fue...
Seiyu acaricio el Jarron
-No le seguí... me quede al lado de mi compañero, quien me contó sus ultimas voluntades... me contó que su padre murió valientemente en un crucero real, cumpliendo su deber. Me revelo que por eso nunca le había caído bien Anna, y por eso siempre la abandonábamos cuando conseguía alejarme de ella... que estaba resentido por ello, y esperaba que ella pudiera perdonarlo, y si lo hacia, Me pidió que arrojara sus cenizas en las mismas aguas, para reunirse con el..
Seiyu cogió un palo y lo arrojo al fuego.
-ha pasado medio día y aun hay demasiado camino, no creo que llegue en 3 días, mi amiga Anna esta en peligro
Seiyu estaba llorando aunque intento disimularlo malamente estregándose
-me ...a entrado ceniza en el ojo.

-Vaya-Dijo Rapunzel-¿Y qué se supone que es un burdel? ¿Siven comida o algo por el estilo?-Escuchó con atención, mientras su rostro reflejaba distintas emociones, que incluían el miedo, mientras se agarraba al taburete más cercano. Puede que por eso su madre le hubiese dicho que no podía abandonar la torre, porque fuera había monstruos. Ahora tenía sus dudas, pues se sentía protegida en el palacio de Corona-Eso ha debido de ser horrible-Posó su mano encima de la de él para infundirle ánimos-¿Y por qué no le caia bien esa Anna?-A lo mejor era una ladrona o algo por el estilo, Rapunzel no podía saberlo. Le apenaba un poco la historia de ese chico, pero ahora se sentía un poco incómoda y torpe, sin saber guiar bien la conversación-Bueno, no creo que lleguen muy lejos en Arendelle, ya sabes que el clima ahora es bastante tempestuoso y según he oido, el comercio es completamente inviable por mar, y los caminos están cortados. Es un poco imposible llegar hasta allí...¿Y cómo piensas llegar con el tiempo como está? Arendelle está a...No se, a mucho de aquí. ¡Ah, vamos! No llores-Dijo, conciliadora.

-Señorita-Dijo entonces la voz de una joven. Rapunzel se giró y vio a una linda muchacha de cabello castaño y ojos vivarachos, la cual portaba modestas prendas y un delantal-Mi padre me ha dicho que la acompañe hasta la planta de arriba, disponemos de un par de prendas secas y una habitación para que pueda cambiarse. Para el señor también-Dijo mirando a Seiyu-Cualquier cosa para los empleados del rey. Si son tan amables...

Se dio la vuelta, indicándoles que los siguiesen, sorteando las mesas hacua una escalera que se hallaba al fondo. Rapunzel asintió, algo más animada, y la siguió, mientras suszapatos húmedos hacían crujir la madera de los peldaños, sin soltar la barandilla. La planta alta era un poco más pequeña, o al menos así parecía, por el estrecho pasillo lleno de habitaciones. La camarera los guio hacia una puerta, en cuyo interior había un modesto dormitorio con escaso moviliario, y sobre la cama unas prendas secas y de aspecto cómodo, aunque no demasiado elegantes.

-Podeís llevarlas hasta que las vuestras se sequen-Dijo la chica-Por favor, señorita, puede desnudarse tras el biombo y darme sus ropas. Usted puede desnudarse ahí mismo-Agregó con condescendencia.

Seiyu había olvidado Aclarar quien era Anna, pero tampoco tuvo la oportunidad de hacerlo.
había que cambiarse y quitarse las prendas mojadas.
subió algo tímido por estar en la propiedad de otra persona.
-¿aquí mismo? De acuerdo, hay que ver Lo amables que son todos por aquí.

Seiyu sonrió y medito mientras se despojada de la parte superior de sus harapos.

-Normalmente, la gente siempre está demasiado ocupada Para poder ayudarnos.

Se quitó los zapatos y empezó a desabrochar el cinturón.

-has tenido suerte de nacer aquí Rapunzel, se ve muy tranquilo.

Rapunzel se resguardó tras el biombo. Era una pieza bastante modesta, como el resto de la posada, sin embargo los paneles opacos, unidos entre si por bastidores de madera y visagras, servían para protegerla de que nadie la viese. La muchacha se despojó de las prendas húmedas, dejando caer al suelo el vestido empapado, para después hacer lo mismo con la camisa y las enaguas. Agarró el vestido que pendía del biombo, seco y limpio. Era de algodón y olía a jabón. Rapunzel terminó de vestirse, acomodando su cabello mientras se embutía en su nuevo atuendo, mientras oía a Seiyu hablar.

-La gente de Corona es muy amable-Dijo animadamente-Oh, yo no he nacido aquí-Reconoció-Ni siquiera soy de esta ciudad, provengo del bosque. Siempre he vivido ahí como mi madre desde que tengo uso de razón, pero me escapé y...-Había dicho demasiado-No importa-Agregó con melancolía-Salió lentamente de detrás del biombo-¿No deberías ponerte algo encima? Te vas a resfriar.

Seiyu se distrajo con la respuesta de Rapunzel y olvido lo que hacía, así que escucho la historia y medito.
¿Rapunzel vivía en el bosque? Era hija de algún leñador o algo así? Que suerte de no haber sido raptada por una bruja, de las muchas que pululan por el bosque.

Rapunzel salió tras el biombo y le advirtió, Seiyu tardó un poco en entenderlo por que admiro el nuevo conjunto de Rapunzel, era sencillo y humilde, como su dueña, pero en Rapunzel quedaba casi principesco, como si fuera una princesa del hostal marinero.

-Ahh! Si perdona, estaba distraído.

Seiyu se apresuró a quitarse los pantalones mojados, y con ello a desnudarse al completo, Seiyu era muy pobre para permitirse ropa interior como la gran mayoría del populacho de la época.

-enseguida estoy

Seiyu se aproxima a la ropa, tal y como vino al mundo, y se coloca los pantalones y la camisa, que le dan una extraña sensación de limpieza.

-¡¿que tal estoy? ! ... ¿Ocurre algo?

Que suerte que Rapunzel era inmune a los encantos masculinos. Toda una vida encerrada en una torre hacían que cualquier gesto pudoroso, de esos inculcados en la sociedad de forma tan arraigada, pasasen por alto en una jovencita tan inocente y dulce como lo era ella. La rubia había tenido mucho tiempo de aprender las diferencias entre hombres y mujeres en los escasos libros que poseía en la torre, hasta el punto de que podría recitar los párrafos de memoria. Pero de ahí, a encontrar un ejemplo real, pues no. La chica avanzó unos pasos y le tendido las prendas secas.

-Si claro, ya sabes, cambios bruscos de temperaturas y esas cosas. No queremos que llegue un invierno como el de Arendelle y te pille desnudo-Bromeó. Le costaba imaginarse como sería algo así, pero ahora recordaba que tenía cosas que hacer. ¿La dejarían entrar en el palacio vestida de esa forma? Posiblemente la reconocerían enseguida, debido a la longitud y el coklor de su cabello. A veces, a algunos sirvientes les gustaba hablar del presunto parecido de Rapunzel con la princesa perdida, pero para ella no era más que una mera coinciencia. No podía dejar sus tareas de lado o se enojarían bastante, pero no quería ser poco hospitalaria con los posaderos-¿De donde eres Seiyu?

Ahora que lo pensaba ¿era posible? Ese invierno inusual en Arendelle ¿podía extenderse y llegar a todo el mundo?
Sin duda es cosa de brujería, había que ir a terminar con una bruja o brujo.
En cualquier caso no lo pillaría desnudo, cogió las ropas que le tendió Rapunzel y asintió
-me visto enseguida
Como pudo se fue vistiendo sin prisa ero sin pausa, mientras ella pregunto una pregunta un tanto personal, pero Seiyu era bastante hablador y sincero, tampoco tenia motivos para intentar mentir.
-Yo no tengo ningún lugar, me crié en un orfanato, mis padres me vendieron a una bruja y fui rescatado.
Seiyu odiaba a todas las brujas por igual, nunca sabría quien la secuestro, pero alguna seria.
-la magia es un mal que viene del demonio, así que las brujas son todas malas, ten cuidado de encontrarte con ninguna.

finalmente se termino de vestir y sonrió
-y....¿ahora que? te acompaño al castillo?