Planes llevados por la locura [Privado Cosette]

Elena me esquiva... Me asusto, pensando que quizás ya no me quiere, y sus palabras... Pareciera como si se arrepintiera:

- Escapar sin más... el bosque nos dará alimentos... pero ¿Nos dará cobijo?

- No todos viven en aldeas o castillos... -digo doblando las rodillas y abrazándolas. La actitud temerosa de Elena me empieza a asustar: ¿Se arrepiente de estar conmigo?

- La naturaleza nos dará todo lo que queramos... pero... ¿Somos suficientemente fuertes para talar árboles y hacernos nuestra casa o seremos suficientemente hábiles para cazar y pescar? -la miro, con el corazón herido por el miedo y la confusión. Apoyo el mentón sobre mi rodilla y la observo. Sufriré mucho si la pierdo...

- Sólo tendremos que hacernos un refugio si no encontramos una cabaña abandonada... También hay cuevas, o casas sobre los árboles... Mucha gente se las arregla, por lo que creo que nosotras también. -Aprieto mi labio antes de decir lo que mi corazón me dice, pero aguantando una lágrima pregunto- ¿Ya no quieres huir conmigo?

Estaba tan apenada, que me sorprendo al tener de pronto a Elena arriba mío. Su lengua me lame el cuello, subiendo hasta antes de mi boca, mientras sus labios me tranquilizan:

- Eternamente... -repito en un gemido antes que su boca atrape a la mía. Las ganas de aguantarme se termina, ya que mi lengua invade su espacio... pero ella se aleja. Me siento, aún confundida, menos confundida en todo caso. Quizás en el reino donde viene ella eso de "pausa ante de las nupcias" es demasiado importante...

- Solo es que me preocupo por ti, por tu salud, por tus manos, ¿Sabes el mal que puede llegar a hacerte nada más el hecho de recolectar ramas para hacer fuego? -Ahora es mi vez de negar con la cabeza, ya que mi belleza roja no sabe la cantida de trabajo que la posada nos supone a mí y a mis hermanas- Mil cosas pueden hacerte mal, mil cosas nos podrían matar... y comprende mi miedo... -La miro con ternura, ya que se preocupa por mi, tanto que me sorprende. Ella se acerca y su mano acaricia mi rostro- No sé vivir en la naturaleza... de donde vengo las cosas son muy diferentes...

- Pues, yo sí... -digo y le doy un beso corto- Yo sé recolectar alimentos, buscar refugio, reconocer peligros... ¿Sabes subir en árboles? -le pregunto risueña, y le doy otro beso, ahora abrazándola- Puedo enseñarte, para que te disminuya el miedo... -Entonces mis manos recorren la suave piel de sus hombros, cuando las quito y las pongo sobre sus ojos- ¡Mira! ¡Mis manos ya tienen callos! -Me aparto, sólo para no caer en la tentación de poseerla allí mismo, mientras le explico- En cuanto puedas caminar mejor, os llevaré para el bosque, para que veas cómo es en realidad, mientras organizamos nuestra fuga.

Voy a mi ropero y saco dos de mis vestidos amarillos, lanzándole uno a Elena:

- Hoy lavaremos tu ropa en el río, y mis hermanas no sospecharán que en realidad os estoy mostrando los caminos del bosque. -y le guiño un ojo.