Ambientación
Últimos temas
Novedades
00.00
00.00
00.00
Premios
Nombre apellido
Mejor héroe
Nombre apellido
Mejor Villano
Nombre apellido
PJ más activo
Creditos
Exceso de hielo (Trama del Puerto. Priv Anna, Elsa y Yer Noligma)
Página 1 de 1. • Comparte
Exceso de hielo (Trama del Puerto. Priv Anna, Elsa y Yer Noligma)
Normas:
x Solo pueden postear en este tema los personajes nombrados en el titulo. Si deseas unirte, primero debes inscribirte en el tema que corresponde.
x No hay un mínimo ni máximo de líneas.
x Se respetará lo dicho por los usuarios respecto a sus personajes.
x Esta cuenta solo abrirá los temas y los cerrara. Puede que también postee cada cierto tiempo agregando datos.
x El como se encuentran los personajes corre por cuenta de cada usuario.
x Agreguen donde despierta su personaje y que recuerdos tiene.
x ¡Disfruten!x Cuando: 08:00 am. Primeras horas luego del revoltijo.
x Donde: En el castillo de Marshovia
El palacio está extrañamente silencioso, pese a que la tarde anterior hubo una fiesta, por la visita de la familia real de Arendelle por motivos políticos. La mayoría siguen dormidos, entre sueños extraños y pesadillas varias. Los únicos fuera de sus cuartos son guardianes, quienes siguen sin notar lo que pasa.
La reina y princesa de Arendelle se encuentran en habitaciones diferentes, una frente a la otra. El rey de Marshovia y su hijo se encuentran en el ala opuesta. Claramente nadie recuerda nada sobre cierta pelirroja...
Fuera los guardias del palacio siguen medio dormidos y ya que Marshovia es un reino relativamente pacifico (si quitamos a los piratas y gitanos), pues la seguridad no es excesiva. De hecho hay gente de más debido a las visitas. ¿El silencio se mantendrá por cuanto tiempo?
Ya que todos se encuentran en lugares diferentes de momento rolearan en solitario, con comentarios narrativos de parte de la Bruja. Elsa y Anna al estar cerca, pueden encontrarse más rápido. Una vez se encuentren dejaré de intervenir, a no ser que sea necesario.
Elsa: Al ser la reina, estás en uno de los mejores cuartos del palacio y con vista directa al mar. Estás en Marshovia por motivos económicos principalmente. Fuiste bien recibida, ya que en el sur no llegaron noticias sobre lo sucedido realmente en Arendelle. Deberás cuidar que siga así, pues en el puerto la gente es un poco supersticiosa y si te ven como bruja en la situación existente, pues... No pueden terminar bien. La puerta se encuentra cerrada desde afuera. ¿Intentarás abrirla o esperarás que alguien te abra?
Anna: Tu cuarto tiene vistas a la aldea y entrada del palacio, la decoración es más austera que la de Elsa, pero no deja de ser hermosa. También fuiste bien recibida, aunque obtuviste una atención menor que tu hermana. ¿Se te soltó la lengua sobre tus aventuras pasadas? Tu puerta está abierta, pero curiosamente vigilada por una mujer. ¿Quieres salir?
Yer Noligma: Como mencioné, la entrada a palacio no está muy vigilada, pero no será siempre así. Intentar pasar puede ser fácil o difícil, dependiendo de que hagas y como lo hagas. Aun nadie se ha dado cuenta de la mezcla de realidades, por lo que no hay razones para que los guardias se alejen de la entrada. Los guardias son una mezcla de durmientes y guardianes, cuatro y cuatro, por esas cosas del destino todos tienen en su mente la misma vida. ¿Vas a aprovecharte de la futura confusión?
Sobre mí
Mensajes : 199
Para más información
Bruja del Tiempo
Señora de las Tierras Encantadas
Re: Exceso de hielo (Trama del Puerto. Priv Anna, Elsa y Yer Noligma)
Anna no parecía una princesa, sino una leona o algo por el estilo. Dormitaba en una pose aparentemente incómoda, con el cabello revuelto y desgreñado, como si ese pelo jamás hubiese conocido un peine, mientras la baba le caía por un lado de sus comisuras y susurraba cosas en sueños. De pronto, algo pareció alterar su paz, pues se despertó de golpe mintras gritaba:
-¡No!-Su frente estaba perlada de sudor, mientras que su pulso acelerado comenzaba a recuperar el ritmo al percatarse de que sólo había sido un sueño-Menos mal-Lo raro era que no recordaba nada.
Miró a su alrededor con aturdimiento. Al principio le costó ubicarse, pues no sabía donde estaba, aunque estaba claro que en su cuarto no. Todo estaba, como decirlo, extrañamente ordenado. Se frotó los ojos con el dorso de la mano, mientras se estirazaba a todo lo largo. A lo mejor, las legañas hacía que lo viese todo diferente... Pero al volver a mirar a su alrededor pudo confirmar que esa no era su habitación y que ni siquiera se le parecía, a pesar de que tenía una cama. La decoración era bien distinta, aunque tenía que reconocer que bastante agradable. Anna bostezó sonoramente. Aunque la luz irrumpía a través de la tela de las cortinas, seguramente aún sería temprano, por lo que volvió a tumbarse y a taparse con las sábanas para que la claridad no le molestase, y así rendirse de nuevo al sueño... Pero no podía.
-Mecachis-Se quejó. Toda una mañana de sueño por delante, desperdiciada por una pesadilla que acababa de desvelarla. Anna gruñó por lo bajo, pues ya que no podía holgazanear, buscaría algo productivo en lo que ocupar su tiempo. La fiesta del día anterior había sido bastante entretenida y animada, lo que se esperaba de una fiesta vamos, pero como era normal, la princesa no había frecuentado demasiados eventos de esa clase. Toda la atención había recaido en Elsa, como era de esperar, una invitada de honor en comparación con la princesa, que era poco más que un añadido: La reserva. Sin embargo, y por raro que pudiese parecer, esta vez no le importó demasiado que la mayoría dedicasen sus atenciones a su hermana mayor, mientras que ella volvía a quedar relegada a un segundo plano. Todo lo vivido le había hecho ver la situación desde otro modo, y ahora le bastaba con saber que la única persona importante no la ignoraba, para que restase importancia a todo lo demás. Tenía ganas de regresar y contarle todo lo que había visto a Kristoff, el joven vendedor de hielo que había conocido en la prisión. No sabía por qué, pero había algo que la atraía hacia él. Dudaba si era su melena rubia, su forma boba de andar o sus gruñidos al hablar, como fuese... Eso era una locura.
Saltó a trompicones de la cama y se embutió en su vestido veraniego, acicalándose el cabello como si jamás hubiese sido un estropajo, hasta que el amasijo de enredos pasó a ser un elegante moño trenzado.
-¡Estoy lista!-Había oido de boca de unos nobles que había un espectáculo de títeres o algo por el estilo, y estaba deseosa de verlo. La última vez que había visitado Marshovia apenas había tenido tiempo de nada, debido a las prisas, pero ahora pesnaba aprovecharlo al máximo y explorar cada rincón del reino portuario. Abrió la puerta dispuesta a recorrer los pasillos como un torbellino pelirrojo, cuando se topó con que una mujer franqueaba su salida-Oh-Dijo forzando una sonrisa-Disculpe, tengo algo de prisa.
-¡No!-Su frente estaba perlada de sudor, mientras que su pulso acelerado comenzaba a recuperar el ritmo al percatarse de que sólo había sido un sueño-Menos mal-Lo raro era que no recordaba nada.
Miró a su alrededor con aturdimiento. Al principio le costó ubicarse, pues no sabía donde estaba, aunque estaba claro que en su cuarto no. Todo estaba, como decirlo, extrañamente ordenado. Se frotó los ojos con el dorso de la mano, mientras se estirazaba a todo lo largo. A lo mejor, las legañas hacía que lo viese todo diferente... Pero al volver a mirar a su alrededor pudo confirmar que esa no era su habitación y que ni siquiera se le parecía, a pesar de que tenía una cama. La decoración era bien distinta, aunque tenía que reconocer que bastante agradable. Anna bostezó sonoramente. Aunque la luz irrumpía a través de la tela de las cortinas, seguramente aún sería temprano, por lo que volvió a tumbarse y a taparse con las sábanas para que la claridad no le molestase, y así rendirse de nuevo al sueño... Pero no podía.
-Mecachis-Se quejó. Toda una mañana de sueño por delante, desperdiciada por una pesadilla que acababa de desvelarla. Anna gruñó por lo bajo, pues ya que no podía holgazanear, buscaría algo productivo en lo que ocupar su tiempo. La fiesta del día anterior había sido bastante entretenida y animada, lo que se esperaba de una fiesta vamos, pero como era normal, la princesa no había frecuentado demasiados eventos de esa clase. Toda la atención había recaido en Elsa, como era de esperar, una invitada de honor en comparación con la princesa, que era poco más que un añadido: La reserva. Sin embargo, y por raro que pudiese parecer, esta vez no le importó demasiado que la mayoría dedicasen sus atenciones a su hermana mayor, mientras que ella volvía a quedar relegada a un segundo plano. Todo lo vivido le había hecho ver la situación desde otro modo, y ahora le bastaba con saber que la única persona importante no la ignoraba, para que restase importancia a todo lo demás. Tenía ganas de regresar y contarle todo lo que había visto a Kristoff, el joven vendedor de hielo que había conocido en la prisión. No sabía por qué, pero había algo que la atraía hacia él. Dudaba si era su melena rubia, su forma boba de andar o sus gruñidos al hablar, como fuese... Eso era una locura.
Saltó a trompicones de la cama y se embutió en su vestido veraniego, acicalándose el cabello como si jamás hubiese sido un estropajo, hasta que el amasijo de enredos pasó a ser un elegante moño trenzado.
-¡Estoy lista!-Había oido de boca de unos nobles que había un espectáculo de títeres o algo por el estilo, y estaba deseosa de verlo. La última vez que había visitado Marshovia apenas había tenido tiempo de nada, debido a las prisas, pero ahora pesnaba aprovecharlo al máximo y explorar cada rincón del reino portuario. Abrió la puerta dispuesta a recorrer los pasillos como un torbellino pelirrojo, cuando se topó con que una mujer franqueaba su salida-Oh-Dijo forzando una sonrisa-Disculpe, tengo algo de prisa.
Re: Exceso de hielo (Trama del Puerto. Priv Anna, Elsa y Yer Noligma)
Esa noche no había dormido bien. Puede que se debiese a que jamás había pasado la noche en una cama que no fuese la suya, con la excepción de su dormitorio de hielo en la montaña del norte, sin embargo atribuía su intranquilidad al clima. El sur no poseía unas temperaturas tan frías como las que normalmente acariciaban el norte, sino que eran mucho más cálidas en comparación. Elsa podía agradecer la cercanía del mar, pues eso había permitido que la brisa marina que entraba por la ventana enfriase un poco el dormitorio.
Se despertó en el preciso instante en el cual los primeros rayos del sol comenzaron a despuntar, bañando la estancia con charcos de luz que recorrieron con lentitud la estancia hasta incidir sobre la propia cama. A pesar de que normalmente requería de sábanas, esa noche Elsa se había acurrucado con únicamente su camisón celeste, sitiendo que cualquier trozo de tela extra sobraba y se le pegaba a su piel, ansiosa de frío. Frotó sus ojos mientras se sentaba sobre la cama y miraba por las centanas hacia la inmensidad del mar. Habían llegado en barco, desde los fiordos de Arendelle, en una visita que si bien era obligatoria para Elsa, era más bien turística para Anna. Tenía pensado visitar diferentes reinos por motivos variados, para acallar rumores y establecer vinculos económicos que ayudasen al reino, pero esta vez no iba a dejar atrás a su hermana. Entre otras cosas porque, después de lo sucedido, se sentía mucho más tranquila cuando estaban juntas. Le costaba menos mantener la compostura y poseía más confianza en sí misma. Por otro lado, porque sabía de sobra que la princesa deseaba ver mundo y no quedarse atrapada en Arendelle.
Se levantó y caminó hacia el tocador de madera que había junto a la cama, sentandose frente a él y empezando a cepillarse el cabello, algo alborotado. Últimamente su hermana la preocupaba... Prestaba demasiada atención a ese chico, Kristoff, el vendedor de hielo. No es que le molestase que Anna tuviese amigos, pero su deber de reina le susurraba al oido que aún había un compromiso de matrimonio con Franz de Lindert. No deseaba coaccionar la voluntad de su hermana, pero tenía serias dudas acerca de que siguiese viendo esos esponsales con los mismos ojos. En cualquier caso, se dijo que no debía preocuparse, pues hacía tiempo que no sabía nada del reino vecino, lo cual era bueno y malo a la vez. Tarde o temprano sabía que debería visitarlo, decidió postergarlo un poco más.
Terminó de acicalarse y una idea surgió en su mente. ¿No sería un buen momento pues, para buscar un consorte? Si bien podía ser beneficioso para el reino, aún no quería dar ese paso. No sólo por cuestiones personales sino porque los hombres que se habían cruzado en su vida habían tratado de dañarla o manipularla. El último había sido Hans. En su ruta de viaje se hallaban las Islas del sur, y aún no había decidido si se detendría o pasaría de largo... Se percató de su actitud distraida, mientras un rubor furtivo aparecía en su tez pálida y guardó bruscamente el cepillo en el cajón, cerrandolo de golpe, como si así el asunto hubiese quedado zanjado.
Ese día no pensaba dedicar ni un segundo a cuestiones políticas de ningún tipo, se lo regalaría a Anna de forma integra y aprovecharía para visitar Marshovia y pasarlo bien.
Su vestido celeste resultaba ya algo repetitivo, y las ropas de gala de Arendelle demasiado calurosas para el clima sureño. Se miró insatisfecha en el espejo, cuando en su reflejo observó las flores del jarrón que se hallaba en la cómoda que había al otro lado. Una idea asomó en su mente, mientras las atraía hacia su vestido con su magia, provocando que las fibras de la tela cambiasen el azulado por un verde intenso, mientras las flores rosadas se incrustaban en el mismo. No debía hacer ese tipo de exibiciones, pero por suerte nadie podía verla en la intimidad de sus aposentos. Tenía que tener cuidado con sus poderes, pues aunque en Arendelle los ciudadanos finalmente habían aceptado a su reina tal y como era, otros no tenían por qué hacerlo más allá de su reino.
Trataría de no volver a usarlos de nuevo, de dijo a si misma, terminando de atusar su cabello y colocarse un copo de nieve, y dirigiendose a la puerta. Iría y despertaría a Anna, que seguramente andaría aún dormida, y la invitaría a dar un paseo por el pueblo... Pero sus pensamientos se truncaron cuando, al tratar de salir, se topó con que el pomo no cedía ante sus movimientos. Trató de asirlo con más fuerza, pero la cerradura no cedía.
-Calma, Elsa. Que no cunda el pánico-Se dijo. Tal vez era algún tipo de medida de seguridad de sus anfitriones, aunque últimamente la reina había descubierto que odiaba entar encerrada. Tocó el pomo, tentada de romper su mecanismo con hielo, o incluso de usar una lave hecha del mismo material...Pero apartó la mano como si quemase-No más magia por hoy-Podría quedarse esperando... No, no iba a hacer eso.Tendría que recurrir a otro métodoo. Pensó en Anna y enseguida tuvo una solución, mientras urgaba en los cajones en pos de algo que pudiese ayudarla a salir del dormitorio, halló una horquilla. No era lo más fino y refinado del mundo, pero confiaba en que resultase efectivo.
Se despertó en el preciso instante en el cual los primeros rayos del sol comenzaron a despuntar, bañando la estancia con charcos de luz que recorrieron con lentitud la estancia hasta incidir sobre la propia cama. A pesar de que normalmente requería de sábanas, esa noche Elsa se había acurrucado con únicamente su camisón celeste, sitiendo que cualquier trozo de tela extra sobraba y se le pegaba a su piel, ansiosa de frío. Frotó sus ojos mientras se sentaba sobre la cama y miraba por las centanas hacia la inmensidad del mar. Habían llegado en barco, desde los fiordos de Arendelle, en una visita que si bien era obligatoria para Elsa, era más bien turística para Anna. Tenía pensado visitar diferentes reinos por motivos variados, para acallar rumores y establecer vinculos económicos que ayudasen al reino, pero esta vez no iba a dejar atrás a su hermana. Entre otras cosas porque, después de lo sucedido, se sentía mucho más tranquila cuando estaban juntas. Le costaba menos mantener la compostura y poseía más confianza en sí misma. Por otro lado, porque sabía de sobra que la princesa deseaba ver mundo y no quedarse atrapada en Arendelle.
Se levantó y caminó hacia el tocador de madera que había junto a la cama, sentandose frente a él y empezando a cepillarse el cabello, algo alborotado. Últimamente su hermana la preocupaba... Prestaba demasiada atención a ese chico, Kristoff, el vendedor de hielo. No es que le molestase que Anna tuviese amigos, pero su deber de reina le susurraba al oido que aún había un compromiso de matrimonio con Franz de Lindert. No deseaba coaccionar la voluntad de su hermana, pero tenía serias dudas acerca de que siguiese viendo esos esponsales con los mismos ojos. En cualquier caso, se dijo que no debía preocuparse, pues hacía tiempo que no sabía nada del reino vecino, lo cual era bueno y malo a la vez. Tarde o temprano sabía que debería visitarlo, decidió postergarlo un poco más.
Terminó de acicalarse y una idea surgió en su mente. ¿No sería un buen momento pues, para buscar un consorte? Si bien podía ser beneficioso para el reino, aún no quería dar ese paso. No sólo por cuestiones personales sino porque los hombres que se habían cruzado en su vida habían tratado de dañarla o manipularla. El último había sido Hans. En su ruta de viaje se hallaban las Islas del sur, y aún no había decidido si se detendría o pasaría de largo... Se percató de su actitud distraida, mientras un rubor furtivo aparecía en su tez pálida y guardó bruscamente el cepillo en el cajón, cerrandolo de golpe, como si así el asunto hubiese quedado zanjado.
Ese día no pensaba dedicar ni un segundo a cuestiones políticas de ningún tipo, se lo regalaría a Anna de forma integra y aprovecharía para visitar Marshovia y pasarlo bien.
Su vestido celeste resultaba ya algo repetitivo, y las ropas de gala de Arendelle demasiado calurosas para el clima sureño. Se miró insatisfecha en el espejo, cuando en su reflejo observó las flores del jarrón que se hallaba en la cómoda que había al otro lado. Una idea asomó en su mente, mientras las atraía hacia su vestido con su magia, provocando que las fibras de la tela cambiasen el azulado por un verde intenso, mientras las flores rosadas se incrustaban en el mismo. No debía hacer ese tipo de exibiciones, pero por suerte nadie podía verla en la intimidad de sus aposentos. Tenía que tener cuidado con sus poderes, pues aunque en Arendelle los ciudadanos finalmente habían aceptado a su reina tal y como era, otros no tenían por qué hacerlo más allá de su reino.
Trataría de no volver a usarlos de nuevo, de dijo a si misma, terminando de atusar su cabello y colocarse un copo de nieve, y dirigiendose a la puerta. Iría y despertaría a Anna, que seguramente andaría aún dormida, y la invitaría a dar un paseo por el pueblo... Pero sus pensamientos se truncaron cuando, al tratar de salir, se topó con que el pomo no cedía ante sus movimientos. Trató de asirlo con más fuerza, pero la cerradura no cedía.
-Calma, Elsa. Que no cunda el pánico-Se dijo. Tal vez era algún tipo de medida de seguridad de sus anfitriones, aunque últimamente la reina había descubierto que odiaba entar encerrada. Tocó el pomo, tentada de romper su mecanismo con hielo, o incluso de usar una lave hecha del mismo material...Pero apartó la mano como si quemase-No más magia por hoy-Podría quedarse esperando... No, no iba a hacer eso.Tendría que recurrir a otro métodoo. Pensó en Anna y enseguida tuvo una solución, mientras urgaba en los cajones en pos de algo que pudiese ayudarla a salir del dormitorio, halló una horquilla. No era lo más fino y refinado del mundo, pero confiaba en que resultase efectivo.
Re: Exceso de hielo (Trama del Puerto. Priv Anna, Elsa y Yer Noligma)
El día en Marsovia pintaba espléndido incluso a ojos del más experto, el cielo estaba despejado y de un color anaranjado intenso, el orbe solar reclamaba el mundo de la oscuridad y lo tenía de luz y sombras.
Las criaturas diurnas empezaban a despertar ante la llegada de su sol, mientras los seres oscuros se ocultaban para esperar el retorno de las tinieblas.
Todas menos una, Sloth olisquea el aire marino y se enfuruña aún más.
El murciélago se hayaba colgado, pero no por su voluntad pues alguien lo había atado y amordazado, colgaba como un conejo recién casado.
Penuria le era indiferente que se tratará de una mascota de su amo, era un ser que preferiría ver disecado, la única razón de llevárselo hasta allí, era la misteriosa nota dejada por Master.
-maldita sea ¿donde anda?
reviso la nota que le había dejado.
"Penuria, reúnete conmigo en la ciudad de Marsovia, en las cercanías del Castillo, ve disfrazado de sirvienta y disimula, no hables con nadie.
PD: Trae a Sloth, lo necesitaré
al apartar la mirada de la nota se enfureció
-¡¿quien se creerá que soy?! ¿Su sirvienta personal?
A pesar de sus palabras había seguido al pie de la letra las indicaciones, y buscar y atrapar al maldito Murciélago había sido un infierno... Menos mal que llevó guantes de cocina.
En cuanto a su aspecto, era cierto que tenía cierto poder, pero cuando eres una mujer atrapada en el cuerpo de un trasgo, te replanteas ser guapa aunque fuera ilusorio.
Pero la magia nnunca funciona como quieres, la ilusión no podía ser alta, pues costaría mantenerla y si atraviesa cosas sería muy llamativo, tenía que ser una ilusión reconocía de cuerpo, para que sus rarezas corporales no pudieran verse, cuello grueso que explicase su voz chillona y desagradable, y el rostro traslucía quisiera o no algunos rasgos como su larga nariz o cejas pobladas.
Vamos parecía una señora fea gorda y desagradable con pintas de cocinera mandona.
Naturalmente era un aspecto ilusorio, debajo era más horrible, pero manteniendo su línea.
Su nerviosismo venía por la presencia de otras personas, y el sol ¿cuánto tiempo que no lo veía?
Era lo malo de convertirse en algo horrible, acabas convirtiéndose en eso incluso en mente, esquivando a la gente y el sol para evitar el rechazo.
-hay está...
Máster estaba como siempre, aunque era raro mirarlo en una ciudad, tan siniestro y raro para cualquiera que mirase.
El la miro sin más y debió reconocerla por que dijo.
-llegas tarde, pero casi está todo listo... El día de hoy es muy especial- cuando penuria alzó una ceja el respondió simplemente--lo siento en los huesos, hoy es un día muy especial... Y diferente...es un buen día para cambiarlo todo.
Penuria miro más allá y vio el Castillo rodeado.
-si, ese es nuestro objetivo
Penuria lo miro extrañado.
-si claro, y atravesamos a los guardias, con tu aspecto tan...sepulcral
Máster saco una extraña máscara, tenía un riso Rubio colgando de arriba, su aspecto era bastante cuadrado y raro, incluso tenía unas pequeñas hastas como si fuera un reno, tenía extraños símbolos grabados en los mofletes, y parecía expresar seriedad, aunque tenía una patata por nariz.
-Tranquila Penuria, pronto tendremos...
Máster se colocó la máscara y ante ella El desapareció y... un joven ocupaba su lugar, estaba totalmente abrigado con un abrigo de trabajo invernal, portaba guantes y un gorro que se quitó para acariciar su cabello rubio.
-... Nuestra oportunidad, ya te he dicho que es un día especial...
Kristoff se ajustó el gorro de nuevo mientras esperaba a que los guardias se encontrasen.
Las criaturas diurnas empezaban a despertar ante la llegada de su sol, mientras los seres oscuros se ocultaban para esperar el retorno de las tinieblas.
Todas menos una, Sloth olisquea el aire marino y se enfuruña aún más.
El murciélago se hayaba colgado, pero no por su voluntad pues alguien lo había atado y amordazado, colgaba como un conejo recién casado.
Penuria le era indiferente que se tratará de una mascota de su amo, era un ser que preferiría ver disecado, la única razón de llevárselo hasta allí, era la misteriosa nota dejada por Master.
-maldita sea ¿donde anda?
reviso la nota que le había dejado.
"Penuria, reúnete conmigo en la ciudad de Marsovia, en las cercanías del Castillo, ve disfrazado de sirvienta y disimula, no hables con nadie.
PD: Trae a Sloth, lo necesitaré
al apartar la mirada de la nota se enfureció
-¡¿quien se creerá que soy?! ¿Su sirvienta personal?
A pesar de sus palabras había seguido al pie de la letra las indicaciones, y buscar y atrapar al maldito Murciélago había sido un infierno... Menos mal que llevó guantes de cocina.
En cuanto a su aspecto, era cierto que tenía cierto poder, pero cuando eres una mujer atrapada en el cuerpo de un trasgo, te replanteas ser guapa aunque fuera ilusorio.
Pero la magia nnunca funciona como quieres, la ilusión no podía ser alta, pues costaría mantenerla y si atraviesa cosas sería muy llamativo, tenía que ser una ilusión reconocía de cuerpo, para que sus rarezas corporales no pudieran verse, cuello grueso que explicase su voz chillona y desagradable, y el rostro traslucía quisiera o no algunos rasgos como su larga nariz o cejas pobladas.
Vamos parecía una señora fea gorda y desagradable con pintas de cocinera mandona.
Naturalmente era un aspecto ilusorio, debajo era más horrible, pero manteniendo su línea.
Su nerviosismo venía por la presencia de otras personas, y el sol ¿cuánto tiempo que no lo veía?
Era lo malo de convertirse en algo horrible, acabas convirtiéndose en eso incluso en mente, esquivando a la gente y el sol para evitar el rechazo.
-hay está...
Máster estaba como siempre, aunque era raro mirarlo en una ciudad, tan siniestro y raro para cualquiera que mirase.
El la miro sin más y debió reconocerla por que dijo.
-llegas tarde, pero casi está todo listo... El día de hoy es muy especial- cuando penuria alzó una ceja el respondió simplemente--lo siento en los huesos, hoy es un día muy especial... Y diferente...es un buen día para cambiarlo todo.
Penuria miro más allá y vio el Castillo rodeado.
-si, ese es nuestro objetivo
Penuria lo miro extrañado.
-si claro, y atravesamos a los guardias, con tu aspecto tan...sepulcral
Máster saco una extraña máscara, tenía un riso Rubio colgando de arriba, su aspecto era bastante cuadrado y raro, incluso tenía unas pequeñas hastas como si fuera un reno, tenía extraños símbolos grabados en los mofletes, y parecía expresar seriedad, aunque tenía una patata por nariz.
-Tranquila Penuria, pronto tendremos...
Máster se colocó la máscara y ante ella El desapareció y... un joven ocupaba su lugar, estaba totalmente abrigado con un abrigo de trabajo invernal, portaba guantes y un gorro que se quitó para acariciar su cabello rubio.
-... Nuestra oportunidad, ya te he dicho que es un día especial...
Kristoff se ajustó el gorro de nuevo mientras esperaba a que los guardias se encontrasen.
Sobre mí
Mensajes : 585
Para más información
Yer Noligma
Heredero de la Montaña Prohibida
Re: Exceso de hielo (Trama del Puerto. Priv Anna, Elsa y Yer Noligma)
Anna:
La mujer que vigila la puerta no debería estar ahí. Un buen observador podría haber notado su presencia a lo largo de esa pasada fiesta, pero mientras los habitantes de Marshovia que lo hicieron la consideraron miembro del sequito de Arendelle, los de Arendelle la vieron como parte de Marshovia.
Al final, nadie sabe de donde es. Pero ahí está...
Esperando pacientemente a la princesa Anna, encargándose de encerrar a Elsa. Y debe mantenerse así, por el bien común. En estos momentos de confusión y mezclas sus ojos no son capaces de ver lo que sucede, está mas bien guiándose por instinto. Espera de todo corazón que sea suficiente.
-Oh. Disculpe, tengo algo de prisa.
La mujer sonríe. -Sí, claro que tiene prisa, alteza. Pero no debería marcharse. - su tono es amistoso mientras indica a Anna la habitación. -En estos momentos Marshovia está teniendo un problema interno, le pido que regrese a su cuarto y se mantenga ahí hasta que esto pase. Lo digo por su propio bien...
Al final, nadie sabe de donde es. Pero ahí está...
Esperando pacientemente a la princesa Anna, encargándose de encerrar a Elsa. Y debe mantenerse así, por el bien común. En estos momentos de confusión y mezclas sus ojos no son capaces de ver lo que sucede, está mas bien guiándose por instinto. Espera de todo corazón que sea suficiente.
-Oh. Disculpe, tengo algo de prisa.
La mujer sonríe. -Sí, claro que tiene prisa, alteza. Pero no debería marcharse. - su tono es amistoso mientras indica a Anna la habitación. -En estos momentos Marshovia está teniendo un problema interno, le pido que regrese a su cuarto y se mantenga ahí hasta que esto pase. Lo digo por su propio bien...
.
¿Harás caso o quieres buscar a Elsa?
¿Harás caso o quieres buscar a Elsa?
Elsa:
¿Una horquilla? Bien, eso no incluye magia, nadie se enfadaría si llegas a abrir una puerta así, pero... ¿Funcionará? Solo el destino puede decirlo.
Has decidido abrir la puerta, puede que lo que te encuentres sea desagradable. Para ver si abres o no, tienes que lanzar el dado de Acierto/Error. Si abres, te encontrarás con la escena de Anna y la desconocida. Si no puedes, tendrás que buscar una salida alternativa.
.Has decidido abrir la puerta, puede que lo que te encuentres sea desagradable. Para ver si abres o no, tienes que lanzar el dado de Acierto/Error. Si abres, te encontrarás con la escena de Anna y la desconocida. Si no puedes, tendrás que buscar una salida alternativa.
Yer Noligma:
Los guardias charlan de forma tranquila, compartiendo un momento agradable antes de comenzar realmente sus tareas. A estas horas el puerto comienza su actividad, pero curiosamente no se siente el bullicio típico proveniente de la aldea. Este hecho no preocupa a nadie, tal vez esa gente también tuvo su propia fiesta.
Sin embargo, uno de ellos parece poco a poco sentirse enfermo. Sus ojos ven algo que nadie más ve, y en su mente se repiten las imágenes de una vida que no es la suya. Una vida donde ve a uno de sus compañeros de armas asesinar a su amada novia. El durmiente comienza a despertarse, pero se mantiene firme en su sitio. Solo necesita un estimulo para explotar.
Por otro lado, uno de los guardianes se siente inquieto. Debería estar ya en una pequeña reunión con los guardianes de las visitas, ¡pero ninguno ha aparecido! ¿Que estaría pasando? Marshovia era el punto central de varios cuentos, así que los guardianes generales intentan mantenerse comunicados, para vigilar todo el reino en conjunto. Y los de Arendelle seguían sin aparecer. No era la primera vez que se reúnen, ¿Como pueden tener tan mala memoria?
Sin embargo, uno de ellos parece poco a poco sentirse enfermo. Sus ojos ven algo que nadie más ve, y en su mente se repiten las imágenes de una vida que no es la suya. Una vida donde ve a uno de sus compañeros de armas asesinar a su amada novia. El durmiente comienza a despertarse, pero se mantiene firme en su sitio. Solo necesita un estimulo para explotar.
Por otro lado, uno de los guardianes se siente inquieto. Debería estar ya en una pequeña reunión con los guardianes de las visitas, ¡pero ninguno ha aparecido! ¿Que estaría pasando? Marshovia era el punto central de varios cuentos, así que los guardianes generales intentan mantenerse comunicados, para vigilar todo el reino en conjunto. Y los de Arendelle seguían sin aparecer. No era la primera vez que se reúnen, ¿Como pueden tener tan mala memoria?
Sobre mí
Mensajes : 199
Para más información
Bruja del Tiempo
Señora de las Tierras Encantadas
Re: Exceso de hielo (Trama del Puerto. Priv Anna, Elsa y Yer Noligma)
La princesa observó a la mujer. Su cabello oscuro caía en hondas hacia abajo, y su mirada poseía algo que sin duda era inquietante, parecía como si estuviese ciega, sin embargo sus ojos parecían ver a pesar del color extremadamente pálido de sus iris. Puede que la hubiese visto la noche anterior, pero sin duda habría sido solo de pasada, ignoraba que se tratase de una sirvienta, aunque claro, no podía pasar por alto el hecho de que ella allí era una forastera. Anna había procurado no perderse ni un sólo detalle, aunque la novedad la había llevado a distraerse, dedicando más atención a unas cosas que a otras, entre ellas a la comida. Hablando de comida, tampoco tenía pinta de que ella fuese a traerle el desayuno ni nada por el estilo, simplemente parecía una especie de custodia. Ese pensamiento la hizo combar las cejas.
-¿Va todo bien? ¿Un problema interno? ¿Qué clase de problema?-Eso sonaba desalentador, pues Anna ya había tenido suficientes problemas en Arendelle como para tener que enfrentar ahora otros nuevos, estando lejos de casa. Aún así, en ese caso, lo mejor que podía hacer era permanecer junto a su hermana, pues ya sabía como se ponía cada vez que algo se salía de su rutina. Forzó una sonrisa incómoda, mientras hacía los esfuerzos por deslizarse hacia un lado, aplastando un poco su falda para que el cancán no resultase tan aparatoso en un espacio tan reducido-Le agradezco la preocupación, señora-Dijo sinceramente-Pero tengo que hablar con Elsa-Señaló la puerta que se hallaba justo enfrente, mirandola con aprehensión-Será mejor si nos mantenemos juntas.
-¿Va todo bien? ¿Un problema interno? ¿Qué clase de problema?-Eso sonaba desalentador, pues Anna ya había tenido suficientes problemas en Arendelle como para tener que enfrentar ahora otros nuevos, estando lejos de casa. Aún así, en ese caso, lo mejor que podía hacer era permanecer junto a su hermana, pues ya sabía como se ponía cada vez que algo se salía de su rutina. Forzó una sonrisa incómoda, mientras hacía los esfuerzos por deslizarse hacia un lado, aplastando un poco su falda para que el cancán no resultase tan aparatoso en un espacio tan reducido-Le agradezco la preocupación, señora-Dijo sinceramente-Pero tengo que hablar con Elsa-Señaló la puerta que se hallaba justo enfrente, mirandola con aprehensión-Será mejor si nos mantenemos juntas.
Re: Exceso de hielo (Trama del Puerto. Priv Anna, Elsa y Yer Noligma)
Elsa introdujo la horquilla en el agujero, empujando hacia el interior y tratando de encontrar el hueco correcto. Era una completa novata en eso de abrir puertas, y más si incluía un método tradicional tan poco ético como lo era ese. Pero no quería dañar el mecanismo usando sus poderes. A medida que seguía intentándolo empezaba a desesperarse, y pensamientos controvertidos atravesaban su mente. ¿Por qué estaba exactamente encerrada? Tenía que mantener la calma, lo sabría en cuanto saliese. Volvió a manejar la horquilla, esperando acertar y que no se rompiese...
Re: Exceso de hielo (Trama del Puerto. Priv Anna, Elsa y Yer Noligma)
El miembro 'Elsa de Arendelle' ha efectuado la acción siguiente: Duelos y Peleas
'Acierto/Error' :
'Acierto/Error' :
Re: Exceso de hielo (Trama del Puerto. Priv Anna, Elsa y Yer Noligma)
Penuria vio como Master con Aspecto de joven rubiales examinaba a los guardias ¿que veía en ellos?
Master siempre había sido un brujo muy extraño, había magias que hacia con gran precisión muy lejos del alcanza de muchos, pero cosas sencillamente estaban fuera de sus posibilidades a pesar de ser cosa que el mas novato podría hacer.
Ella se había fijado en que Master siempre miraba muy fijamente a la gente como si viera algo que ella no podía ver.
-hum... no sera fácil, pero podríamos intentarlo.
Penuria lo miro sin comprender, pero antes de que este le informara le tiro una bolsa y le dijo
-oculta a Sloth, no quisiera que pongan cara de asco si ven a una "cocinera" llevando un murciégalo a la despensa.
Penuria escondió el chillido del mamífero con una tela al envolverlo y esconderlo en la bolsa, y vio en su interior una misteriosa caja que Master había guardado en ella, era mas o menos grande y ...y ...eso era...¿papel de regalo?
"Kristoff" avanzo hacia la entrada del castillo y ella le persiguió, o lo intento cuando una chiquilla se tropezó con ella.
-¡Oye! mas cuidado! renacuaja
La niña se detuvo y se volvió, iba vestida con ropas muy elegantes, pero que parecían mas un disfraz de cuento cutre a de época.
-¡Oye! como osas dirigirte a mi así! ¡soy una princesa! ¡y soy también una poderosa bruja! ...como me enfades te convierto en sapo!
Penuria bufo antes de decir
-mira menuda niñata esta...
-hee!!! menuda orca estas hecha, seguro que si te transformo en sapo te mejoro y todo
-¡VEN AQUÍ MALNACIDA!
la niña se bajo el parpado derecho inferior y saco la legua inclinandose como si se lo dirigiera a ella y luiego se alejo correteando
-la lalalala la! lalalala la! lalalalala lalala!
Penuria controlo un tanto sus emociones, no tanto por la misión, sino por que esa melodía había dado un chispazo en su mente, y ahora que se fijaba aquella niña le era familiar.
Penuria no era consciente de que acababa de experimentar un poco de ese día tan especial y raro que se estaba dando en Marsovia.
"Kristoff" fue a entrar en le castillo, y en cuanto a los guardias.
-somos sirvientes que vinieron con los invitados de Arendelle, antes nos dejasteis pasar... ¿o fueron aquellos 4 de ahí?? no se, os parecéis tanto
Master siempre había sido un brujo muy extraño, había magias que hacia con gran precisión muy lejos del alcanza de muchos, pero cosas sencillamente estaban fuera de sus posibilidades a pesar de ser cosa que el mas novato podría hacer.
Ella se había fijado en que Master siempre miraba muy fijamente a la gente como si viera algo que ella no podía ver.
-hum... no sera fácil, pero podríamos intentarlo.
Penuria lo miro sin comprender, pero antes de que este le informara le tiro una bolsa y le dijo
-oculta a Sloth, no quisiera que pongan cara de asco si ven a una "cocinera" llevando un murciégalo a la despensa.
Penuria escondió el chillido del mamífero con una tela al envolverlo y esconderlo en la bolsa, y vio en su interior una misteriosa caja que Master había guardado en ella, era mas o menos grande y ...y ...eso era...¿papel de regalo?
"Kristoff" avanzo hacia la entrada del castillo y ella le persiguió, o lo intento cuando una chiquilla se tropezó con ella.
-¡Oye! mas cuidado! renacuaja
La niña se detuvo y se volvió, iba vestida con ropas muy elegantes, pero que parecían mas un disfraz de cuento cutre a de época.
-¡Oye! como osas dirigirte a mi así! ¡soy una princesa! ¡y soy también una poderosa bruja! ...como me enfades te convierto en sapo!
Penuria bufo antes de decir
-mira menuda niñata esta...
-hee!!! menuda orca estas hecha, seguro que si te transformo en sapo te mejoro y todo
-¡VEN AQUÍ MALNACIDA!
la niña se bajo el parpado derecho inferior y saco la legua inclinandose como si se lo dirigiera a ella y luiego se alejo correteando
-la lalalala la! lalalala la! lalalalala lalala!
Penuria controlo un tanto sus emociones, no tanto por la misión, sino por que esa melodía había dado un chispazo en su mente, y ahora que se fijaba aquella niña le era familiar.
Penuria no era consciente de que acababa de experimentar un poco de ese día tan especial y raro que se estaba dando en Marsovia.
"Kristoff" fue a entrar en le castillo, y en cuanto a los guardias.
-somos sirvientes que vinieron con los invitados de Arendelle, antes nos dejasteis pasar... ¿o fueron aquellos 4 de ahí?? no se, os parecéis tanto
Sobre mí
Mensajes : 585
Para más información
Yer Noligma
Heredero de la Montaña Prohibida
Re: Exceso de hielo (Trama del Puerto. Priv Anna, Elsa y Yer Noligma)
La horquilla irrumpió en el mecanismo, y este cedió con un leve click, haciendo que Elsa sonriese satisfecha y sorprendida a la vez, y giró el picaporte, tirando de la puerta y asomándose al exterior del pasillo. Aparentemente estaba vacío, sin embargo pudo divisar a Anna en la puerta que había enfrente. ¿Anna despierta? ¿A esas horas? Le resultó extraño que su hermana madrugase, por lo que terminó de salir. Había una misteriosa mujer junto a ella.
-¡Anna!-Dijo acercándose-¿Va todo bien?
-¡Anna!-Dijo acercándose-¿Va todo bien?
Re: Exceso de hielo (Trama del Puerto. Priv Anna, Elsa y Yer Noligma)
Elsa y Anna
-Lo lamento, alteza, pero no puedo dar más detalles - responde la mujer, manteniéndose frente a Anna y moviéndose a medida que ella lo intenta. No piensa perderla de vista - Le vuelvo a repetir, regrese a su cuarto. La reina también debe quedarse en su habitación, es por su propia seguridad...
Sin embargo, el plan perfecto de la mujer se desmorona cuando la reina Elsa aparece. Eso no debía pasar, ¿Acaso la droga de la noche anterior no tuvo efecto? Si ella misma la puso en la copa y la vio beber... ¿Sería una bruja? No, imposible. Tal vez la copa no llegó a esas manos, si no a las de otro.
Debe estar lista para actuar, el problema no es que ellas se junten, el problema viene del exterior. Sería mejor para todos tenerlas separadas, juntas son un blanco demasiado tentador.
-Reina de Arendelle, no me di cuenta que se ha levantado - exclama, haciendo una inclinación y dejando espacio a Anna para acercarse a su hermana. No quiere que Elsa piense que es una amenaza -Altezas, por favor, regresen a sus habitaciones. Reina de Arendelle, le he explicado a su hermana ya que en estos momentos estamos pasando por un problema en el palacio, por su seguridad es mejor que se mantenga en su cuarto y cierre la puerta. No queremos que le pase nada a las invitadas del rey...
Pero ella no está tan segura de querer defender tanto a esas hermanas. Después de todo, ellas eligieron meterse en la boca del lobo justo ese día. Por lo mismo, su última frase esconde un tono más hostil del que debería tener.
¿Desean obedecer, pero entrando juntas a una de las habitaciones? ¿O desconfiaran de la mujer?
.
.
Yer Noligma:
Los guardias no reconocen a los supuestos sirvientes de Arendelle, cosa que los hace levantar sus armas con el fin de alejar a los extraños. Debido a sus altezas, no está permitido aceptar aldeanos.
-Pues que curioso, todos los sirvientes de Arendelle se encuentran dentro... - dice uno de los guardias, que se acerca a Kristoff mostrando su espada -El rey ha dicho que nadie puede entrar, dar media vuelta e iros.
Pero el guardián sí reconoce al supuesto Kristoff, lo ha visto antes y sabe que es guardián de Arendelle. Aunque le sorprende verlo, pues tenia entendido que se quedó en el reino y no le tocaba acudir a Marshovia... ¿¡Pero quien es él para dudar de otro guardián!? No reconoce a la otra, pero ya que está con Kristoff, sospecha que es también una guardiana.
-Espere, jefe! Yo sí los reconozco, salieron a recorrer el puerto con mi permiso...
-¡A callar! Yo no los reconozco, así que no los dejaré pasar. ¿Y quien eres tu para dar permiso a nadie?
¿Intentarás convencer al jefe por las buenas o usaras la violencia? Ten en cuenta que tienes un "aliado"
Sobre mí
Mensajes : 199
Para más información
Bruja del Tiempo
Señora de las Tierras Encantadas
Re: Exceso de hielo (Trama del Puerto. Priv Anna, Elsa y Yer Noligma)
La mujer extraña parecía reacia a dejarla tranquila, lo cual provocó que el ceño de Anna se frunciese en una mueca de desagrado, algo irritada por no poder salirse con la suya. No entendía a qué venía tanto misterio, y no se sentía satisfecha sin una explicación decente, más allá de esas esquivas evasivas que su interlocutora se limitaba a darle para que se contentase. Empezaba a molestarle que la tratase como si fuese idiota o corta de entendederas, pues si Anna poseía algo era mucha imaginación para atar cabos y montarse sus propias historias mentales. ¿Tendría algo aquello que ver con los poderes de su hermana? El día anterior a Anna le había quedado claro que tenía que mantener la boca bien cerrada al respecto, pues al parecer ahí eran bastante reticentes ante las cosas "mágicas". Se imaginó una multitud en la puerta, con utensilios de labranza, reclamando que le entregasen a la reina... ¡No! Eso era tan improbable. Seguramente sería otra cosa.
El rostro de la princesa se iluminó al ver salir a Elsa del dormitorio, seguramente podrían aclarar todo aquello juntas. La rubia se apresuró a acercarse hasta su hermana, interponiéndose entre la sirvienta y ella, enlazando su brazo con el de ella y sosteniendo su mano con afecto.
-Todo bien-Aseguró Anna-Pero...-Se vio interrumpida por la morena.
-Reina de Arendelle, no me di cuenta que se ha levantado. Altezas, por favor, regresen a sus habitaciones. Reina de Arendelle, le he explicado a su hermana ya que en estos momentos estamos pasando por un problema en el palacio, por su seguridad es mejor que se mantenga en su cuarto y cierre la puerta. No queremos que le pase nada a las invitadas del rey...-Informó. Elsa frunció el ceño con preocupación, apretando la mano de la pelirroja.
-¿Es muy grave?-Inquirió con deje de preocupación. El pasillo parecía bastante tranquilo en ese momento, sin muestras de aquella agitación interna de la que hablaba ella. Elsa miró a ambos lados, pues incluso el puerto le había parecido tranquilo desde su ventana. Su plan de salida quedaba truncado.
Por otro lado, el hecho de que le ordenasen a Anna que se quedase encerrada en un sitio era algo dificil de cumplir. La princesa no era ningún pájaro al que enjaular, y su nerviosismo iba a dificultar bastante su confinamiento.
-De acuerdo-Dijo entonces la reina, para sorpresa de su hermana, quien la miró con angustia-Permaneceremos en mis aposentos, para mayor seguridad-Anna negó con la cabeza, esperando que la mujer no la viese, mientras sus ojos se abrían de par en par.
-Pero Elsa...
La miró de forma que no admitía réplica, mientras esperaba que entendiese que no era prudente rechistar. No pensaba ponerla en peligro, aunque la inquietante presencia de esa mujer no terminaba de convencerla. Asió a su hermana, invitándola a acompañarla.
-Sin embargo-Se detuvo-¿Sería mucho pedir que nos diese más detalles? Como invitadas, nos preocupa que algo pueda estar sucediendo en la corte del rey que nos da cobijo. Quisiéramos ayudar en la medida de lo posible.
El rostro de la princesa se iluminó al ver salir a Elsa del dormitorio, seguramente podrían aclarar todo aquello juntas. La rubia se apresuró a acercarse hasta su hermana, interponiéndose entre la sirvienta y ella, enlazando su brazo con el de ella y sosteniendo su mano con afecto.
-Todo bien-Aseguró Anna-Pero...-Se vio interrumpida por la morena.
-Reina de Arendelle, no me di cuenta que se ha levantado. Altezas, por favor, regresen a sus habitaciones. Reina de Arendelle, le he explicado a su hermana ya que en estos momentos estamos pasando por un problema en el palacio, por su seguridad es mejor que se mantenga en su cuarto y cierre la puerta. No queremos que le pase nada a las invitadas del rey...-Informó. Elsa frunció el ceño con preocupación, apretando la mano de la pelirroja.
-¿Es muy grave?-Inquirió con deje de preocupación. El pasillo parecía bastante tranquilo en ese momento, sin muestras de aquella agitación interna de la que hablaba ella. Elsa miró a ambos lados, pues incluso el puerto le había parecido tranquilo desde su ventana. Su plan de salida quedaba truncado.
Por otro lado, el hecho de que le ordenasen a Anna que se quedase encerrada en un sitio era algo dificil de cumplir. La princesa no era ningún pájaro al que enjaular, y su nerviosismo iba a dificultar bastante su confinamiento.
-De acuerdo-Dijo entonces la reina, para sorpresa de su hermana, quien la miró con angustia-Permaneceremos en mis aposentos, para mayor seguridad-Anna negó con la cabeza, esperando que la mujer no la viese, mientras sus ojos se abrían de par en par.
-Pero Elsa...
La miró de forma que no admitía réplica, mientras esperaba que entendiese que no era prudente rechistar. No pensaba ponerla en peligro, aunque la inquietante presencia de esa mujer no terminaba de convencerla. Asió a su hermana, invitándola a acompañarla.
-Sin embargo-Se detuvo-¿Sería mucho pedir que nos diese más detalles? Como invitadas, nos preocupa que algo pueda estar sucediendo en la corte del rey que nos da cobijo. Quisiéramos ayudar en la medida de lo posible.
- Off:
- Anna y Elsa van juntas en este post, ahora es el turno de Noligma.
Re: Exceso de hielo (Trama del Puerto. Priv Anna, Elsa y Yer Noligma)
Máster sabía que habría complicaciones, siempre las había y las habría, nada es simple.
Penuria estaba entre enfadada y ligeramente nerviosa por la situación.
Así que "Kristoff" asintió cuando un guardián le dio la razón, al parecer Kristoff era más que un simple vendedor de hielo.
-Perdone, pero debo insistir, debido precisamente a esa prohibición, la reina Elsa y la princesa Anna no pueden salir del Castillo, por eso he salido antes.
Kristoff se dirigió a su bolsa y la abrió lo suficiente para que se viera un paquete envuelto.
-la princesa Anna pidió un regalo para su hermana la reina de Arendelle, una distracción durante su estancia...
y luego añadió en un tono más bajo cómo si fuera un secreto.
-No se si sabrá lo traviesa que se pone la princesa si no se distrae con algo... No quisiéramos que haga algo indebido ¿Verdad?
Penuria estaba entre enfadada y ligeramente nerviosa por la situación.
Así que "Kristoff" asintió cuando un guardián le dio la razón, al parecer Kristoff era más que un simple vendedor de hielo.
-Perdone, pero debo insistir, debido precisamente a esa prohibición, la reina Elsa y la princesa Anna no pueden salir del Castillo, por eso he salido antes.
Kristoff se dirigió a su bolsa y la abrió lo suficiente para que se viera un paquete envuelto.
-la princesa Anna pidió un regalo para su hermana la reina de Arendelle, una distracción durante su estancia...
y luego añadió en un tono más bajo cómo si fuera un secreto.
-No se si sabrá lo traviesa que se pone la princesa si no se distrae con algo... No quisiéramos que haga algo indebido ¿Verdad?
Sobre mí
Mensajes : 585
Para más información
Yer Noligma
Heredero de la Montaña Prohibida
Sobre mí
Para más información
Contenido patrocinado
Temas similares
» Esto es muy raro... {Trama del Puerto. Priv Ariel-Bailarina de Papel
» En busqueda de lo imposible...[Priv. Yer Noligma]
» Persiguiendo un fantasma! (priv. Alana)
» La oscuridad solo es ausencia de luz [Noligma]
» Do you wanna play with magic? [Priv. Diaval]
» En busqueda de lo imposible...[Priv. Yer Noligma]
» Persiguiendo un fantasma! (priv. Alana)
» La oscuridad solo es ausencia de luz [Noligma]
» Do you wanna play with magic? [Priv. Diaval]
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Jue Sep 07, 2023 2:56 pm por Pirata Roberts
» Registro de cuentos
Lun Abr 02, 2018 10:39 pm por Espejo Mágico
» 2.-Registro de reino y rango
Lun Abr 02, 2018 9:27 pm por Espejo Mágico
» Imágenes para inspirarse
Lun Abr 02, 2018 9:08 pm por Espejo Mágico
» Elsa de Arendelle [FICHA]
Lun Oct 23, 2017 6:46 am por Bruja del Tiempo
» Anna de Arendelle [FICHA]
Lun Oct 23, 2017 6:39 am por Bruja del Tiempo
» Normativa y botones disponibles
Vie Oct 20, 2017 9:32 am por Bruja del Tiempo
» 1.-Registro de avatares
Jue Oct 19, 2017 12:21 pm por Bruja del Tiempo
» Descripción de Reinos
Mar Oct 10, 2017 7:37 pm por Bruja del Tiempo
» No todo es lo que parece {Privado; Bailarina de Papel}
Miér Sep 27, 2017 10:19 am por Peter Pan