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Caminante no hay camino (Lady Katrina)
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Re: Caminante no hay camino (Lady Katrina)
Shana sonríe a espaldas de Katrina, se siente segura que pronto las cosas van a mejorar. Claro que deja de hacerlo al notar la leve sonrisa del capataz. Eso no puede seguir así.
-Ama, no se aleje demasiado de mi, esta gente no es de fiar...
Katrina, claro, no hace caso y sigue caminando de lo más tranquila. Era su gente, las personas contratadas por Kris. Llevaban años en esa finca, cuidando sus intereses y la de sus propias familias. Ella jamás había hecho nada en su contra, ni había actuado de forma errada con sus trabajadores. Además, ¿Que cosa le harían además un grupo de hombres teniendo a Shana a sus espaldas?
Tiene sus brazos cruzados sobre el pecho, para evitar perder el chal. Y claro, para evitar que se den cuenta de lo nerviosa que se siente. No está acostumbrada a ir cerca de los hogares de sus empleados. Normalmente son ellos los que van a verla.
-Buenas noches. - comienza, a modo de saludo. Luego voltea a ver a su capataz. -Paul, ¿sucede algo? Shana dijo que querías hablar conmigo...
-¡El flacucho dice que hay que calentarle las uvas patrona! - grita uno de los campesinos, a modo de burla, provocando un ligero sonrojo a la mujer y una mueca de Shana.
Ahora recuerda porque no acompañaba a Kris cuando visitaba a los campesinos... Pronto decide dejar de prestar atención a cualquiera que no sea el capataz. ¡Por algo lo había contratado!
-¿Y eso a razón de qué? - dice Katrina, evitando mirar al hombre. Lo de proteger las uvas -Paul, normalmente las heladas terminan luego de la llegada de la primavera... Y yo no siento que esté frío...
Pero claro, Katrina pocas veces siente frío. De hecho mira a todos y se da cuenta que están más abrigados de lo esperado, mientras ella iba directamente con un camisón delgado y un chal que era más adorno que otra cosa. Hasta Shana, que está atenta a cada movimiento, parece sentir un poco de frío.
Pronto se da cuenta que está cuestionando una decisión frente a los empleados, algo que no debería hacer. Tal vez ella sea la patrona, pero no quiere que los demás vean que duda de algo que él diga... Se muerde el labio, esperando que el capataz pueda demostrar que tiene la razón.
-Ama, no se aleje demasiado de mi, esta gente no es de fiar...
Katrina, claro, no hace caso y sigue caminando de lo más tranquila. Era su gente, las personas contratadas por Kris. Llevaban años en esa finca, cuidando sus intereses y la de sus propias familias. Ella jamás había hecho nada en su contra, ni había actuado de forma errada con sus trabajadores. Además, ¿Que cosa le harían además un grupo de hombres teniendo a Shana a sus espaldas?
Tiene sus brazos cruzados sobre el pecho, para evitar perder el chal. Y claro, para evitar que se den cuenta de lo nerviosa que se siente. No está acostumbrada a ir cerca de los hogares de sus empleados. Normalmente son ellos los que van a verla.
-Buenas noches. - comienza, a modo de saludo. Luego voltea a ver a su capataz. -Paul, ¿sucede algo? Shana dijo que querías hablar conmigo...
-¡El flacucho dice que hay que calentarle las uvas patrona! - grita uno de los campesinos, a modo de burla, provocando un ligero sonrojo a la mujer y una mueca de Shana.
Ahora recuerda porque no acompañaba a Kris cuando visitaba a los campesinos... Pronto decide dejar de prestar atención a cualquiera que no sea el capataz. ¡Por algo lo había contratado!
-¿Y eso a razón de qué? - dice Katrina, evitando mirar al hombre. Lo de proteger las uvas -Paul, normalmente las heladas terminan luego de la llegada de la primavera... Y yo no siento que esté frío...
Pero claro, Katrina pocas veces siente frío. De hecho mira a todos y se da cuenta que están más abrigados de lo esperado, mientras ella iba directamente con un camisón delgado y un chal que era más adorno que otra cosa. Hasta Shana, que está atenta a cada movimiento, parece sentir un poco de frío.
Pronto se da cuenta que está cuestionando una decisión frente a los empleados, algo que no debería hacer. Tal vez ella sea la patrona, pero no quiere que los demás vean que duda de algo que él diga... Se muerde el labio, esperando que el capataz pueda demostrar que tiene la razón.
Re: Caminante no hay camino (Lady Katrina)
A duras penas contengo la sonrisa que mi hocico quiere mostrar al ver a Lady Katrina sin las oscuras ropas del luto. Y con la oscuridad avanzando, su crin y piel tan claros parece un hada del bosque. ¡Como es linda ella! Pero es cosa de mirar a la sra. llamada Shana para dejar la ensoñación, y volver al asunto de proteger las uvas:
- Buenas noches. Paul, ¿sucede algo? Shana dijo que querías hablar conmigo...
- Si, perdone molestarla, pero la noch...
- ¡El flacucho dice que hay que calentarle las uvas patrona! -grita el segundo campesino a quién llamé. ¿Pero cómo se le ocurre faltarle el respeto así a la patrona? Ah si tuviera mi espada...
- ¿Te gusta hablar así con las damas? ¿Te gustaría que le hablara así a tu señora o a tu hija? -El tipo queda nervioso, pero yo también, aunque intento ocultarlo- Pedí hablar con usted porque me acordé que me dijo que ya perdieron parte de una cosecha cuando las uvas se congelaron.
- ¿Y eso a razón de qué? Paul, normalmente las heladas terminan luego de la llegada de la primavera... Y yo no siento que esté frío... -dice Lady Katrina, visiblemente molesta por estar aqui afuera, aunque me extraña que no sienta frío con solo ese chal para cubrirse.
- Aquél viento que viene desde noroeste se quedará preso allá, -digo apuntando hacia el cerro a sus espaldas- y esas nubes bajas se concentrará más y ya están bajando la temperatura. En una o dos horas esto se podrá muy helado y no sé cuánto soportan las uvas. Él me dijo que para evitarlo acostumbran preparar fogatas, y eso es lo que nos proponíamos hacer. -digo apuntando a los campesinos presentes.
Fogatas... Me pregunto cómo podré ayudar sin asustarme con ellas...
- Buenas noches. Paul, ¿sucede algo? Shana dijo que querías hablar conmigo...
- Si, perdone molestarla, pero la noch...
- ¡El flacucho dice que hay que calentarle las uvas patrona! -grita el segundo campesino a quién llamé. ¿Pero cómo se le ocurre faltarle el respeto así a la patrona? Ah si tuviera mi espada...
- ¿Te gusta hablar así con las damas? ¿Te gustaría que le hablara así a tu señora o a tu hija? -El tipo queda nervioso, pero yo también, aunque intento ocultarlo- Pedí hablar con usted porque me acordé que me dijo que ya perdieron parte de una cosecha cuando las uvas se congelaron.
- ¿Y eso a razón de qué? Paul, normalmente las heladas terminan luego de la llegada de la primavera... Y yo no siento que esté frío... -dice Lady Katrina, visiblemente molesta por estar aqui afuera, aunque me extraña que no sienta frío con solo ese chal para cubrirse.
- Aquél viento que viene desde noroeste se quedará preso allá, -digo apuntando hacia el cerro a sus espaldas- y esas nubes bajas se concentrará más y ya están bajando la temperatura. En una o dos horas esto se podrá muy helado y no sé cuánto soportan las uvas. Él me dijo que para evitarlo acostumbran preparar fogatas, y eso es lo que nos proponíamos hacer. -digo apuntando a los campesinos presentes.
Fogatas... Me pregunto cómo podré ayudar sin asustarme con ellas...
Re: Caminante no hay camino (Lady Katrina)
Shana estaba al borde del colapso. Primero el otro faltando el respeto (típico de esa gente desagradable) y ahora el otro defendiendo. Típico de machos...
-Ama, ¿usted cree que realmente este hombre tiene el conocimiento suficiente para saber en que momento cambia el clima?
-No estoy segura si eso es posible... - acepta Katrina, pues ella en temas de clima es bastante nula. -Pero si resulta tener razón y no se hace nada, perderíamos una futura producción. Eso significa perder dinero para la casa y para los trabajadores. Despidos... Nada agradable. Te recuerdo que ya hemos pasado por eso, con esfuerzo salimos adelante pero no fue nada fácil. Si no tiene razón, ¿qué se puede perder?
-Nada ama, pero ¿para que quiere mandar a los trabajadores a estas horas? Seguro están todos cansados. Si tanto quiere trabajar nuestro capataz, que lo haga por si mismo.
Los campesinos, ciertamente, parecían estar en un dilema. Querer apoyar a Shana, pero eso simplemente es una locura. Nadie quiere a la vieja gorda. Tampoco quieren hacer caso a un aparecido. Pero ¿como no hacerle caso al capataz?
Katrina suspira. Desea que Kris regresara de los muertos 5 minutos e hiciera de jefe. Eso a veces la sobrepasa.
-Shana, no tengo tiempo de discutir si Paul tiene que hacer estas cosas solo o no. Estando afuera todos, ¿para que lo vamos a hacer pasar por ese esfuerzo solito? Paul... - lo mira, bien fijo, tratando de parecer segura. -Esperemos que tus palabras no sean ciertas y el clima se mantenga agradable. Sin embargo, como precaución, se armaran las fogatas.
-¡Pero ama! ¡Eso es una perdida de tiempo! Deje que todos volvamos a nuestros cuartos, a descansar...
-Shana, linda - interrumpe Katrina, levantando una de sus manos para indicar que ya era suficiente de tanto show. -ya que tanto quieres estar al mando, ¡hazte cargo y acompaña a estos hombres a armar las fogatas! Nada de reclamos. Paul se queda conmigo, para que arreglemos algunos temas importantes referente a su puesto. Estaremos supervisando claramente cada cosa que hagan. Una vez que se arme todo, esperaremos a ver si el frío aparece. Si es así, se prenden. Si no, pues volvemos a casa... ¡Muévanse!
Y claro, con semejante tono, Shana toma su vestido y a gritos mueve a cada campesino. Katrina por su parte se acerca a Paul, para caminar juntos. Es su forma de mantenerse a salvo. En tierras amplias es difícil saber quién entra o no a la finca.
-Espero que tengas razón o tendremos problemas los dos más adelante. Se armaran una vez, si te equivocas, dejarás de tener poder sobre las fogatas...
No puede permitir que luego, debido a ese único error, los empleados dejen de hacer caso. No sería la primera vez, que esa gente hace caso solo a los que no cometen errores. ¿No ven que por algo estaba así?
¿Y ahora? -Y bueno... sé que deberías estar ayudando, pero no quiero quedarme con Shana. Esa mujer saca de sus cabales a cualquiera. Y tampoco quiero quedarme sola. Dime, ¿de verdad está más fría la noche?
Por su parte, los demás ya habían comenzado la tarea de arreglar las fogatas.
-Ama, ¿usted cree que realmente este hombre tiene el conocimiento suficiente para saber en que momento cambia el clima?
-No estoy segura si eso es posible... - acepta Katrina, pues ella en temas de clima es bastante nula. -Pero si resulta tener razón y no se hace nada, perderíamos una futura producción. Eso significa perder dinero para la casa y para los trabajadores. Despidos... Nada agradable. Te recuerdo que ya hemos pasado por eso, con esfuerzo salimos adelante pero no fue nada fácil. Si no tiene razón, ¿qué se puede perder?
-Nada ama, pero ¿para que quiere mandar a los trabajadores a estas horas? Seguro están todos cansados. Si tanto quiere trabajar nuestro capataz, que lo haga por si mismo.
Los campesinos, ciertamente, parecían estar en un dilema. Querer apoyar a Shana, pero eso simplemente es una locura. Nadie quiere a la vieja gorda. Tampoco quieren hacer caso a un aparecido. Pero ¿como no hacerle caso al capataz?
Katrina suspira. Desea que Kris regresara de los muertos 5 minutos e hiciera de jefe. Eso a veces la sobrepasa.
-Shana, no tengo tiempo de discutir si Paul tiene que hacer estas cosas solo o no. Estando afuera todos, ¿para que lo vamos a hacer pasar por ese esfuerzo solito? Paul... - lo mira, bien fijo, tratando de parecer segura. -Esperemos que tus palabras no sean ciertas y el clima se mantenga agradable. Sin embargo, como precaución, se armaran las fogatas.
-¡Pero ama! ¡Eso es una perdida de tiempo! Deje que todos volvamos a nuestros cuartos, a descansar...
-Shana, linda - interrumpe Katrina, levantando una de sus manos para indicar que ya era suficiente de tanto show. -ya que tanto quieres estar al mando, ¡hazte cargo y acompaña a estos hombres a armar las fogatas! Nada de reclamos. Paul se queda conmigo, para que arreglemos algunos temas importantes referente a su puesto. Estaremos supervisando claramente cada cosa que hagan. Una vez que se arme todo, esperaremos a ver si el frío aparece. Si es así, se prenden. Si no, pues volvemos a casa... ¡Muévanse!
Y claro, con semejante tono, Shana toma su vestido y a gritos mueve a cada campesino. Katrina por su parte se acerca a Paul, para caminar juntos. Es su forma de mantenerse a salvo. En tierras amplias es difícil saber quién entra o no a la finca.
-Espero que tengas razón o tendremos problemas los dos más adelante. Se armaran una vez, si te equivocas, dejarás de tener poder sobre las fogatas...
No puede permitir que luego, debido a ese único error, los empleados dejen de hacer caso. No sería la primera vez, que esa gente hace caso solo a los que no cometen errores. ¿No ven que por algo estaba así?
¿Y ahora? -Y bueno... sé que deberías estar ayudando, pero no quiero quedarme con Shana. Esa mujer saca de sus cabales a cualquiera. Y tampoco quiero quedarme sola. Dime, ¿de verdad está más fría la noche?
Por su parte, los demás ya habían comenzado la tarea de arreglar las fogatas.
Re: Caminante no hay camino (Lady Katrina)
Los campesinos cuchichean entre sí mientras Lady Katrina y Shana hacen lo mismo. ¿Yo? Me gustaría despertar a Whisky para pedir una opinión sincera y libre de prejuicios, pero eso es imposible empezando por la maldad de quitarlo del abrigo de las caballerizas... ¡Oh como me gustaría estar allá también!
Entonces ella dice mi nombre. Me acerco de inmediato y escucho sus palabras:
- Esperemos que tus palabras no sean ciertas y el clima se mantenga agradable. Sin embargo, como precaución, se armaran las fogatas. -No logro ocultar la sonrisa que se forma en mi hocico, aunque quizás pase desapercibida con las sombras irregulares de las antorchas.
Voy a abrir mi hocico para responderle, pero Shana es más rápida. La observo, calculando qué gana ella con perjudicarme... En realidad, no se me ocurre nada, pero buscaré descubrir la razón de tanta hostilidad hacia mí. ¿O me hostiliza para dañar a Lady Katrina? No... eso es absurdo.
Pero me quedo mudo al oír que ella es castigada, porque las órdenes de la dueña de la finca son claras en eso. ¡Y se le nota por la forma en que le grita a los campesinos! Pero me distraigo en distinguir las diferencias de una fogata campesina a una pirata porque Lady Katrina se me aproxima. Mis sentidos son todos para ella:
- ¿Yo poder sobre las fogatas? Eso es una novedad. -digo refiriéndome al miedo que el fuego provoca en los equinos, pero suelto un resoplido al comprender que hablaba de el poder de mandar construirlos.- Perdón, que soy nuevo en esto de ser capataz. -digo para justificarme, sin embargo, ella me contrató sabiendo eso. Se hace un silencio incómodo, que ella misma rompe pronto:
- Y bueno... sé que deberías estar ayudando, pero no quiero quedarme con Shana. Esa mujer saca de sus cabales a cualquiera. Y tampoco quiero quedarme sola. Dime, ¿de verdad está más fría la noche? -La observo, cubierta tan sólo con ese chal, que no se ve muy abrigador a la vista:
- No se preocupe, que la acompañaré siempre que usted me lo pida. -digo sin pensar, pero cuando escucho mis palabras me sonrojo. ¡Menos mal que ella no puede verme de noche! Por supuesto, lo mejor es cambiar el tema- Sí, la noche está enfriando muy deprisa. ¿Quiere que vaya a buscarle un abrigo? -Ella va a decir que no, cuando le interrumpo- No hay que ir a la mansión, ya que podemos pedir prestado a alguna de las campesinas. -digo apuntando a las casitas, pero me golpeo la frente al darme cuenta de lo absurdo de mis palabras- ¡Perdón! Olvido que usted no se pone ropa de gente común.
Con mis nervios, suelto un resoplido, sin embargo ahora éste sale con vapor visible. La dama no puede seguir pasando frío, por lo que empiezo a quitarme la chaqueta del difunto para pasársela.
Off: Paul tiene miedo al fuego, pero hasta que enciendan las fogatas, no tiene mucho que asustarse. Y aunque evita las antorchas, está algo acostumbrado por las noches en los barcos y tabernas.
Entonces ella dice mi nombre. Me acerco de inmediato y escucho sus palabras:
- Esperemos que tus palabras no sean ciertas y el clima se mantenga agradable. Sin embargo, como precaución, se armaran las fogatas. -No logro ocultar la sonrisa que se forma en mi hocico, aunque quizás pase desapercibida con las sombras irregulares de las antorchas.
Voy a abrir mi hocico para responderle, pero Shana es más rápida. La observo, calculando qué gana ella con perjudicarme... En realidad, no se me ocurre nada, pero buscaré descubrir la razón de tanta hostilidad hacia mí. ¿O me hostiliza para dañar a Lady Katrina? No... eso es absurdo.
Pero me quedo mudo al oír que ella es castigada, porque las órdenes de la dueña de la finca son claras en eso. ¡Y se le nota por la forma en que le grita a los campesinos! Pero me distraigo en distinguir las diferencias de una fogata campesina a una pirata porque Lady Katrina se me aproxima. Mis sentidos son todos para ella:
- ¿Yo poder sobre las fogatas? Eso es una novedad. -digo refiriéndome al miedo que el fuego provoca en los equinos, pero suelto un resoplido al comprender que hablaba de el poder de mandar construirlos.- Perdón, que soy nuevo en esto de ser capataz. -digo para justificarme, sin embargo, ella me contrató sabiendo eso. Se hace un silencio incómodo, que ella misma rompe pronto:
- Y bueno... sé que deberías estar ayudando, pero no quiero quedarme con Shana. Esa mujer saca de sus cabales a cualquiera. Y tampoco quiero quedarme sola. Dime, ¿de verdad está más fría la noche? -La observo, cubierta tan sólo con ese chal, que no se ve muy abrigador a la vista:
- No se preocupe, que la acompañaré siempre que usted me lo pida. -digo sin pensar, pero cuando escucho mis palabras me sonrojo. ¡Menos mal que ella no puede verme de noche! Por supuesto, lo mejor es cambiar el tema- Sí, la noche está enfriando muy deprisa. ¿Quiere que vaya a buscarle un abrigo? -Ella va a decir que no, cuando le interrumpo- No hay que ir a la mansión, ya que podemos pedir prestado a alguna de las campesinas. -digo apuntando a las casitas, pero me golpeo la frente al darme cuenta de lo absurdo de mis palabras- ¡Perdón! Olvido que usted no se pone ropa de gente común.
Con mis nervios, suelto un resoplido, sin embargo ahora éste sale con vapor visible. La dama no puede seguir pasando frío, por lo que empiezo a quitarme la chaqueta del difunto para pasársela.
Off: Paul tiene miedo al fuego, pero hasta que enciendan las fogatas, no tiene mucho que asustarse. Y aunque evita las antorchas, está algo acostumbrado por las noches en los barcos y tabernas.
Re: Caminante no hay camino (Lady Katrina)
- ¿Yo poder sobre las fogatas? Eso es una novedad. Perdón, que soy nuevo en esto de ser capataz.
Katrina sonríe de forma algo maternal. Paul le resulta un misterio, tan inocente con algunos comentarios y sin embargo... No, es bueno. Se siente extraña ante la aparente promesa de compañía. Está acostumbrada a otro tipo de propuestas, relacionadas muchas con su cama -siendo viuda y dueña de tierras es normal tener pretendientes-, pero nada como lo que dice su capataz.
Quiere negarse a buscar un abrigo, de verdad el frío no la afecta en lo más mínimo, pero él parece entender otra cosa sobre ella. Incluyendo el cómo viste. Debería sentirse ofendida, ya que ella no es para nada como esas mujeres de cuna fina. ¡Se crió en el bosque! Con vestidos simples, abrigos gruesos llenos de manchas de pasto, y rodillas arañadas por caerse muy seguido... y al casarse mantuvo la costumbre. Kris no era de los que regalaban ropas finas y distinguidas, Katrina nunca las pidió, así que en el día a día vestía incluso similar a las campesinas. Claro que si tocabas las telas era obvio su origen noble, pero por lo general la mujer seguía algo más cómodo. Vivía en una finca y debía criar dos niños, no tenía tiempo para tonterías.
Solo ahora que debía tener una imagen adecuada para el negocio seguía los consejos de Shana y llevaba ropa fina y cara, junto a joyas como adorno.
Sin embargo, en lugar de eso, comenzó a reír. Paul se ve tan nervioso...
Aun riendo lo detiene, tomando sus manos para evitar que se quite la chaqueta. Era obvio para ella quien realmente necesita cubrirse.
-No hace falta, Paul... - nota que aun lo está tocando, así que busca a Shana con la mirada para asegurarse que no la ve. No quiere habladurías de ningún tipo. Por suerte están ocupados en terminar de preparar las fogatas. -Nací en Lindert, en las montañas, así que los fríos del mar no son nada en comparación. - suena bastante orgullosa cuando lo dice. -Quédate tranquilo, si comienzo a enfriarme te avisaré.
Termina de hablar y suelta sus manos, esperando que comprenda. Curiosamente no se aleja demasiado, permaneciendo a una distancia bastante poco adecuada, segura de que nadie los ve.
Avanza despacio, en silencio, disfrutando de la compañía y de ver a Shana quejarse a la distancia.
Pronto las fogatas están en su sitio, los campesinos cansados y Shana gritando que aun nada del supuesto frío. La viuda sabe que eso no es bueno.
Decide enviar a la mitad de los hombres de vuelta a sus casas, ofreciendo a los otros algunas monedas extras como paga. Llegue o no el frío, no quiere abusar de su gente. Al día siguiente necesitaba que una buena parte estuviera en condiciones de trabajar normalmente. Tampoco quería que todos estuvieran en su contra si no pasaba nada.
-Paul, ¿crees que el clima cambiará pronto? No puedo dejarlos toda la noche esperando...
Se ve un poco angustiada, aunque quiere aparentar seguridad. Ruega en silencio para que Paul tenga razón.
Katrina sonríe de forma algo maternal. Paul le resulta un misterio, tan inocente con algunos comentarios y sin embargo... No, es bueno. Se siente extraña ante la aparente promesa de compañía. Está acostumbrada a otro tipo de propuestas, relacionadas muchas con su cama -siendo viuda y dueña de tierras es normal tener pretendientes-, pero nada como lo que dice su capataz.
Quiere negarse a buscar un abrigo, de verdad el frío no la afecta en lo más mínimo, pero él parece entender otra cosa sobre ella. Incluyendo el cómo viste. Debería sentirse ofendida, ya que ella no es para nada como esas mujeres de cuna fina. ¡Se crió en el bosque! Con vestidos simples, abrigos gruesos llenos de manchas de pasto, y rodillas arañadas por caerse muy seguido... y al casarse mantuvo la costumbre. Kris no era de los que regalaban ropas finas y distinguidas, Katrina nunca las pidió, así que en el día a día vestía incluso similar a las campesinas. Claro que si tocabas las telas era obvio su origen noble, pero por lo general la mujer seguía algo más cómodo. Vivía en una finca y debía criar dos niños, no tenía tiempo para tonterías.
Solo ahora que debía tener una imagen adecuada para el negocio seguía los consejos de Shana y llevaba ropa fina y cara, junto a joyas como adorno.
Sin embargo, en lugar de eso, comenzó a reír. Paul se ve tan nervioso...
Aun riendo lo detiene, tomando sus manos para evitar que se quite la chaqueta. Era obvio para ella quien realmente necesita cubrirse.
-No hace falta, Paul... - nota que aun lo está tocando, así que busca a Shana con la mirada para asegurarse que no la ve. No quiere habladurías de ningún tipo. Por suerte están ocupados en terminar de preparar las fogatas. -Nací en Lindert, en las montañas, así que los fríos del mar no son nada en comparación. - suena bastante orgullosa cuando lo dice. -Quédate tranquilo, si comienzo a enfriarme te avisaré.
Termina de hablar y suelta sus manos, esperando que comprenda. Curiosamente no se aleja demasiado, permaneciendo a una distancia bastante poco adecuada, segura de que nadie los ve.
Avanza despacio, en silencio, disfrutando de la compañía y de ver a Shana quejarse a la distancia.
Pronto las fogatas están en su sitio, los campesinos cansados y Shana gritando que aun nada del supuesto frío. La viuda sabe que eso no es bueno.
Decide enviar a la mitad de los hombres de vuelta a sus casas, ofreciendo a los otros algunas monedas extras como paga. Llegue o no el frío, no quiere abusar de su gente. Al día siguiente necesitaba que una buena parte estuviera en condiciones de trabajar normalmente. Tampoco quería que todos estuvieran en su contra si no pasaba nada.
-Paul, ¿crees que el clima cambiará pronto? No puedo dejarlos toda la noche esperando...
Se ve un poco angustiada, aunque quiere aparentar seguridad. Ruega en silencio para que Paul tenga razón.
- Off:
- Decidí abrir de una buena vez un tema sobre una clase de natación entre Katrina y Paul Creo que hace falta algo más tranquilo... Cuando tenga el link, edito c:
Edito: Aquí está! Link
Re: Caminante no hay camino (Lady Katrina)
No comprendo su risa. ¿Se burla de mí? Pero cuando sus suaves manos tocan las mías, detengo totalmente mis movimientos.
- No hace falta, Paul... -ni siquiera siento el frío que me congela el cuello, por la parte que he descubierto al empezar a desvestirme. La observo a los ojos, aturdido pero muy concentrado en ella. Pero ella me desvía la mirada, mirando hacia un lado... Mirando a Shana y los demás empleados. Quiero que ella nunca quite sus manos de las mías, pero su actitud es observada siempre. Con pesar empiezo a querer que ella me suelte, pero sólo para evitar habladurías y un motín. Una vez que empiezan, es casi imposible detenerlos sin derramar sangre.
Asiento con mi cabeza, puesto que no sólo he escuchado siempre historias de las frías tierras de Lindert, sino que ya estuve allí, en mi época de contramaestre. Y ahora observo a mi patrona con otros ojos. ¿Realmente no tiene frío? Sus brazos no tiritan como los míos en aquella oportunidad:
- Aguardaré sus órdenes. -digo respetuoso, pero no logro evitar un resoplido cuando ella me suelta.
Caminamos lado a lado mientras los campesinos y la sra. Shana dejan todas las fogatas listas. Pero tan pronto eso ocurre, la sra. ésa empieza a reclamar en voz casi gritante que no hace nada de frío.
- ¿Pero cómo no siente nada? -me pregunto sorprendido, pero al mismo instante me respondo- ¡Claro, como hizo un esfuerzo físico, tiene el cuerpo demasiado caliente para sentirlo. Pero es cosa de que se detenga para que sienta frío... -digo sobándome los brazos, mientras mi respiración, y en realidad, la de todos los campesinos, suelta humos por el frío.
- Paul, ¿crees que el clima cambiará pronto? No puedo dejarlos toda la noche esperando...
- Estoy de acuerdo de que es muy malo eso de esperar a la interperie con este frío, por lo que hay que dejar sólo los suficientes para encender las hogueras. (Paul cree que es cosa de encender las fogatas y problema resuelto)
Un escalofrío me recorre la nuca, y miro como la neblina ahora ya cubre todo un lado de los cerros, siendo que también empieza a cubrir las estrellas cercanas.
Algunos de los campesinos, ansiosos de regresar a la comodidad de sus cabañas, empiezan a caminar, cuando el que habló primero conmigo hoy dice:
- Con mil demonios, ¡es verdad que hace mucho frío! -los demás asienten y dicen que sí, pero ninguno tan efusivo. Shana quiere decir que no, pero uno de ellos parte corriendo a buscar una antorcha, pasando demasiado cerca de nosotros en su camino de vuelta. De forma instintiva, me pongo entre Lady Katrina y la antorcha, y doy gracias a que esté vistiendo un chaleco grueso, o de lo contrario se podría fijar en cómo mi piel se ha puesto de gallina, no de frío pero ¡de miedo!
- ¡Sé cuidadoso con eso! -digo sin detenerme a pensar que debo estar contento con su actitud, ya que son más los que están de acuerdo con mi previsión del tiempo. El fuego me ha distraido de verdad. Que el fuego no es, ni nunca ha sido un juguete.
Pero los campesinos, conocedores de las técnicas, empiezan a organizarse para encender las hogueras, así como para dividirse en turnos para... para...
- ¿Ellos están soplando el fuego? -pregunto en voz baja hacia mi patrona, pero al parecer es así: El calor de las fogatas va hacia los parronales con los campesinos vistiendo esas alas de hadas. ¿Cuándo las trajeron? De seguro cuando enciendieron las fogatas, que en aquél momento perdí de vista todo lo demás.- Vaya... -digo aún asombrado, cuando el primer campesino se me acerca y me tira un par de alas:
- ¿Paul te llamas, verdad? ¡Empieza a practicar para que te salga bien en tu turno! -dice mientras se posiciona riendo frente a una fogata.
Off: Perdona mi demora y responderé el otro post mañana, que hoy ya es demasiado tarde!
- No hace falta, Paul... -ni siquiera siento el frío que me congela el cuello, por la parte que he descubierto al empezar a desvestirme. La observo a los ojos, aturdido pero muy concentrado en ella. Pero ella me desvía la mirada, mirando hacia un lado... Mirando a Shana y los demás empleados. Quiero que ella nunca quite sus manos de las mías, pero su actitud es observada siempre. Con pesar empiezo a querer que ella me suelte, pero sólo para evitar habladurías y un motín. Una vez que empiezan, es casi imposible detenerlos sin derramar sangre.
Asiento con mi cabeza, puesto que no sólo he escuchado siempre historias de las frías tierras de Lindert, sino que ya estuve allí, en mi época de contramaestre. Y ahora observo a mi patrona con otros ojos. ¿Realmente no tiene frío? Sus brazos no tiritan como los míos en aquella oportunidad:
- Aguardaré sus órdenes. -digo respetuoso, pero no logro evitar un resoplido cuando ella me suelta.
Caminamos lado a lado mientras los campesinos y la sra. Shana dejan todas las fogatas listas. Pero tan pronto eso ocurre, la sra. ésa empieza a reclamar en voz casi gritante que no hace nada de frío.
- ¿Pero cómo no siente nada? -me pregunto sorprendido, pero al mismo instante me respondo- ¡Claro, como hizo un esfuerzo físico, tiene el cuerpo demasiado caliente para sentirlo. Pero es cosa de que se detenga para que sienta frío... -digo sobándome los brazos, mientras mi respiración, y en realidad, la de todos los campesinos, suelta humos por el frío.
- Paul, ¿crees que el clima cambiará pronto? No puedo dejarlos toda la noche esperando...
- Estoy de acuerdo de que es muy malo eso de esperar a la interperie con este frío, por lo que hay que dejar sólo los suficientes para encender las hogueras. (Paul cree que es cosa de encender las fogatas y problema resuelto)
Un escalofrío me recorre la nuca, y miro como la neblina ahora ya cubre todo un lado de los cerros, siendo que también empieza a cubrir las estrellas cercanas.
Algunos de los campesinos, ansiosos de regresar a la comodidad de sus cabañas, empiezan a caminar, cuando el que habló primero conmigo hoy dice:
- Con mil demonios, ¡es verdad que hace mucho frío! -los demás asienten y dicen que sí, pero ninguno tan efusivo. Shana quiere decir que no, pero uno de ellos parte corriendo a buscar una antorcha, pasando demasiado cerca de nosotros en su camino de vuelta. De forma instintiva, me pongo entre Lady Katrina y la antorcha, y doy gracias a que esté vistiendo un chaleco grueso, o de lo contrario se podría fijar en cómo mi piel se ha puesto de gallina, no de frío pero ¡de miedo!
- ¡Sé cuidadoso con eso! -digo sin detenerme a pensar que debo estar contento con su actitud, ya que son más los que están de acuerdo con mi previsión del tiempo. El fuego me ha distraido de verdad. Que el fuego no es, ni nunca ha sido un juguete.
Pero los campesinos, conocedores de las técnicas, empiezan a organizarse para encender las hogueras, así como para dividirse en turnos para... para...
- ¿Ellos están soplando el fuego? -pregunto en voz baja hacia mi patrona, pero al parecer es así: El calor de las fogatas va hacia los parronales con los campesinos vistiendo esas alas de hadas. ¿Cuándo las trajeron? De seguro cuando enciendieron las fogatas, que en aquél momento perdí de vista todo lo demás.- Vaya... -digo aún asombrado, cuando el primer campesino se me acerca y me tira un par de alas:
- ¿Paul te llamas, verdad? ¡Empieza a practicar para que te salga bien en tu turno! -dice mientras se posiciona riendo frente a una fogata.
Off: Perdona mi demora y responderé el otro post mañana, que hoy ya es demasiado tarde!
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