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(Viene de otra parte del castillo, antes y después del Regreso en el Tiempo)
J quería estar presente durante el aseo de la sustituta, pero L se lo prohibió. En todo caso, no puede negar que le encantan sus ataques bobos de celos.
Da una mirada al salón donde los guardianes "de segunda clase", como él mismo, estarán presentes durante el ritual, pero no ubica a los dos enanos que tiene que ver. Sin tener dónde ir, va a pasar las horas que faltan en la cocina, llenando su estómago con algo de calidad.
Por supuesto, L nunca tiene que pasar hambre, o comer las porquerías que J encuentra por el camino. Una vez en la cocina, se entera que la Reina ha elegido un nuevo guardaespaldas:
- ¿Un lobo? Tiene que ser muy bueno para haber sido aceptado, o... -me callo el resto, que es de muy mala reputación hablar mal de nuestra Reina.
Finalmente, entre una ocupación y otra, llega el momento principal de la noche. Regreso al gran salón afuera del salón de los rituales y, con una mueca de satisfacción, reconozco al par de enanos con quien debo hablar.
Sin embargo, el grito de la chica, el frío que ultrapassa mi traje, así como la sensación de que todo empezará de nuevo, me embargan. Cierro los ojos un instante, para crearme la ilusión de que todo es mentira... Pero hasta el mismo engaño es una ilusión...
Pasado el cambio en el tiempo, los relojes golpean en toda la mansión, retumbando mis tímpanos. Miro entonces a los enanos y les hago señas de que me sigan.
J quería estar presente durante el aseo de la sustituta, pero L se lo prohibió. En todo caso, no puede negar que le encantan sus ataques bobos de celos.
Da una mirada al salón donde los guardianes "de segunda clase", como él mismo, estarán presentes durante el ritual, pero no ubica a los dos enanos que tiene que ver. Sin tener dónde ir, va a pasar las horas que faltan en la cocina, llenando su estómago con algo de calidad.
Por supuesto, L nunca tiene que pasar hambre, o comer las porquerías que J encuentra por el camino. Una vez en la cocina, se entera que la Reina ha elegido un nuevo guardaespaldas:
- ¿Un lobo? Tiene que ser muy bueno para haber sido aceptado, o... -me callo el resto, que es de muy mala reputación hablar mal de nuestra Reina.
Finalmente, entre una ocupación y otra, llega el momento principal de la noche. Regreso al gran salón afuera del salón de los rituales y, con una mueca de satisfacción, reconozco al par de enanos con quien debo hablar.
Sin embargo, el grito de la chica, el frío que ultrapassa mi traje, así como la sensación de que todo empezará de nuevo, me embargan. Cierro los ojos un instante, para crearme la ilusión de que todo es mentira... Pero hasta el mismo engaño es una ilusión...
Pasado el cambio en el tiempo, los relojes golpean en toda la mansión, retumbando mis tímpanos. Miro entonces a los enanos y les hago señas de que me sigan.
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Bruja del Tiempo
Señora de las Tierras Encantadas
Re: No se admiten reclamaciones {Flashback, Gruñón}
Tenía frío, a pesar de que no parecía haber ventanas abiertas por las que entrase la corriente de aire. Se sacudió con violencia, pero ese gesto tan inútil no era suficiente para apartar de sí la sensación de vértigo que atenazaba la boca de su estómago, agitándolo con la incomodidad de ser consciente de lo que acababa de vivir. Aún podía escuchar dentro de su cabeza como el grito de agonía retumbaba dentro de su cerebro como una promesa cercana de lo que aguardaba… Casi hubiese preferido permanecer en la ignorancia y no recordar como el resto. Todo sería más sencillo así, mejor que sentirse un alma torturada. Notó la mano de su hermano sobre su hombro y le miró. Sabio agitaba la testa hacia los lados, tratando de infundirle algo… ¿Ánimos? ¿Compresión? Nada importaba ya, sólo se tenían el uno al otro, y aún así no bastaba. Gruñón se armó con su habitual cara de malhumor, esa de la que hacía gala constantemente, apretando los labios en una mueca desagradable, y frunciendo el ceño para que su rostro curtido fuese surcado por las habituales arrugas de expresión.
Él no era un ser pusilánime y débil, debía mostrarse siempre con el temple desconfiado que le caracterizaba, mirando con cara de pocos amigos a todo lo que había a su alrededor. Un hada pasó a su lado y le bufó de mala manera, para que se perdiese de vista, como si pudiese morderle al primero que se atreviese a mirarle mal.
-Ya ha pasado-Aseguró el hermano mayor, apretando los dedos con afán tranquilizador.
-Me da igual-Se cruzó los brazos sobre su robusto pecho-Vayámonos de aquí de una maldita vez, no pintamos nada.
Pero a decir verdad, no tenían ni idea de cómo volver. Gruñón pateó el suelo con violencia, empezando a enfadarse de verdad con una oleada de sentimientos abrasadores, cuando Sabio le hizo señas asiéndole de la chaqueta sucia, señalando a un tipo que parecía buscar atraer su atención.
Era alto… Aunque para el enano todos los humanos eran larguiruchos. Su pelo caía sobre sus hombros en una maraña de color oscuro, y sus facciones marcadas estaban recubiertas por el áspero vello de varios días que nada tenía que ver con las barbas que recubrían sus rostros. Parecía amenazante, pero para él todos lo eran en el castillo del tiempo. Con un asentimiento, ambos hombrecillos se dispusieron a seguirle, caminando con sus cortas piernas tras el individuo.
Él no era un ser pusilánime y débil, debía mostrarse siempre con el temple desconfiado que le caracterizaba, mirando con cara de pocos amigos a todo lo que había a su alrededor. Un hada pasó a su lado y le bufó de mala manera, para que se perdiese de vista, como si pudiese morderle al primero que se atreviese a mirarle mal.
-Ya ha pasado-Aseguró el hermano mayor, apretando los dedos con afán tranquilizador.
-Me da igual-Se cruzó los brazos sobre su robusto pecho-Vayámonos de aquí de una maldita vez, no pintamos nada.
Pero a decir verdad, no tenían ni idea de cómo volver. Gruñón pateó el suelo con violencia, empezando a enfadarse de verdad con una oleada de sentimientos abrasadores, cuando Sabio le hizo señas asiéndole de la chaqueta sucia, señalando a un tipo que parecía buscar atraer su atención.
Era alto… Aunque para el enano todos los humanos eran larguiruchos. Su pelo caía sobre sus hombros en una maraña de color oscuro, y sus facciones marcadas estaban recubiertas por el áspero vello de varios días que nada tenía que ver con las barbas que recubrían sus rostros. Parecía amenazante, pero para él todos lo eran en el castillo del tiempo. Con un asentimiento, ambos hombrecillos se dispusieron a seguirle, caminando con sus cortas piernas tras el individuo.
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Gruñón
7 enanos
Re: No se admiten reclamaciones {Flashback, Gruñón}
Los enanos me siguen, así que los llevo a un saloncito privado... En realidad, los guío a la bodega de artículos de aseo, que será el único lugar privado en esta noche de locos.
Doy vuelta unos baldes, para que nos sentemos, pues la charla será larga:
- Buenas noches. Pueden llamarme J, y ustedes son Sabio y Enojón, ¿verdad? -digo para romper el hielo. Los enanos se ven algo ariscos, como si no les gustaran estar aqui. Pues... a mí tampoco me gustaría si no tuviera a L, lo mejor es estar lejos de estas paredes tan frías, deambulando libre por las tierras encantadas... Pero, una y otra vez agradezco volver con alguna sorpresa para L.
Pues ahora, tendré que hablarles de lo último que traje a este par de guardianes:
- Os he llamado porque tenemos varios problemas con el cuento de "Blanca Nieves y los 7 enanitos"... -los miro serio, para ver como reaccionan- En primer lugar, no fueron ustedes quienes informaron a la reina del embarazo de la princesa. -Fueron las observadoras. No me gustan, pero son efectivas en su labor.
Doy vuelta unos baldes, para que nos sentemos, pues la charla será larga:
- Buenas noches. Pueden llamarme J, y ustedes son Sabio y Enojón, ¿verdad? -digo para romper el hielo. Los enanos se ven algo ariscos, como si no les gustaran estar aqui. Pues... a mí tampoco me gustaría si no tuviera a L, lo mejor es estar lejos de estas paredes tan frías, deambulando libre por las tierras encantadas... Pero, una y otra vez agradezco volver con alguna sorpresa para L.
Pues ahora, tendré que hablarles de lo último que traje a este par de guardianes:
- Os he llamado porque tenemos varios problemas con el cuento de "Blanca Nieves y los 7 enanitos"... -los miro serio, para ver como reaccionan- En primer lugar, no fueron ustedes quienes informaron a la reina del embarazo de la princesa. -Fueron las observadoras. No me gustan, pero son efectivas en su labor.
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Bruja del Tiempo
Señora de las Tierras Encantadas
Re: No se admiten reclamaciones {Flashback, Gruñón}
Todo lo que veía a su alrededor le causaba mala espina, muy mala espina...Pero Gruñón hizo caso omiso, mirando al tipo que se hacía llamar J, con cara de pocos amigos.
-Gruñón-Lo corrigió de mala gana-Mi nombre es Gruñón-Malditos larguiruchos pretenciosos. Cruzó los brazos sobre su pecho para darse a si mismo un aspecto intimidatorio, aunque Sabio no lo acompañó, parecía más bien ensimismado en otra cosa. No le gustó la forma en la que dijo "El cuento de...", sintiéndose desplazado a ser una miserable invención junto con los suyos. No, Gruñón rehusaba a créerselo, pues su sufrimiento era muy real-¿La reina?-¿Que ridiculez era esa? Ni loco hubiese consentido que Circe se enterase de lo del bebé de Blanca, ¿Para qué? ¿Para qué los matase a ambos? Cayo en la cuenta un poco tarde de que J no se refería a la madrastra malvada, sino a...
-La bruja-Dijo Sabio, en un tono que alternaba respeto y grandes dosis de temor.
-Cómo sea-Dijo despectivo, fingiendo no sentirse intimidado bajo su aspecto irascible-A esa mujer no le hacía falta saber lo que...
-Lo que quiere decir mi hermano-Lo interrumpió el enano mayor, y Gruñón lo miró boquiabierto mientras hablaba-Es que no consideramos menester molestar a la reina con tales banalidades. Estábamos buscando alternativas asequibles para poder resolver el entuerto sin incidentes, lo más discretamente posible.
-Gruñón-Lo corrigió de mala gana-Mi nombre es Gruñón-Malditos larguiruchos pretenciosos. Cruzó los brazos sobre su pecho para darse a si mismo un aspecto intimidatorio, aunque Sabio no lo acompañó, parecía más bien ensimismado en otra cosa. No le gustó la forma en la que dijo "El cuento de...", sintiéndose desplazado a ser una miserable invención junto con los suyos. No, Gruñón rehusaba a créerselo, pues su sufrimiento era muy real-¿La reina?-¿Que ridiculez era esa? Ni loco hubiese consentido que Circe se enterase de lo del bebé de Blanca, ¿Para qué? ¿Para qué los matase a ambos? Cayo en la cuenta un poco tarde de que J no se refería a la madrastra malvada, sino a...
-La bruja-Dijo Sabio, en un tono que alternaba respeto y grandes dosis de temor.
-Cómo sea-Dijo despectivo, fingiendo no sentirse intimidado bajo su aspecto irascible-A esa mujer no le hacía falta saber lo que...
-Lo que quiere decir mi hermano-Lo interrumpió el enano mayor, y Gruñón lo miró boquiabierto mientras hablaba-Es que no consideramos menester molestar a la reina con tales banalidades. Estábamos buscando alternativas asequibles para poder resolver el entuerto sin incidentes, lo más discretamente posible.
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Gruñón
7 enanos
Re: No se admiten reclamaciones {Flashback, Gruñón}
- ¿La reina?
- La única reina... La Bruja del Tiempo. -aclaro arqueando una ceja. Hago una mueca para ocultar mi risa al comprender que ellos pensaban en la reina local, Circe Bellatrix.
- Cómo sea. A esa mujer no le hacía falta saber lo que... -¿Cómo se atreve a hablar así de ella? Yo no iré de cuchicheos, pero tiene suerte el enano de que estamos en un lugar no accesible para espías y soplones. Voy a responderle cuando Sabio abre la boca:
-Lo que quiere decir mi hermano. Es que no consideramos menester molestar a la reina con tales banalidades. Estábamos buscando alternativas asequibles para poder resolver el entuerto sin incidentes, lo más discretamente posible. -Suerte que el hermano más viejo es más inteligente. Sus nombres son bien representativos, y las "sabias" palabras del enano de cabello cano me tranquilizan un poco al respecto del orden de las cosas. Y mejor, preparan el terreno para lo que tengo que decir:
- Bueno, su Majestad ya se ha ocupado de ello, y estoy aquí para explicarles la alternativa elegida. -Me acomodo y saco mi tabaco. Y como el asunto no será agradable para ellos, les ofrezco un poco antes de encender mi pipa- Como pudieron percatarse, el retroceso en el tiempo ha hecho que todos los cuentos regresen al punto de partida. -Los observo antes de proseguir- Y ustedes recibirán a una nueva Blanca Nieves, quién llegará a su cabaña una vez que se libre del cazador. -tiro un círculo de humo hacia arriba, pero no acompaño su avance junto a las puntas de las escobas, ya que mis ojos están escrutando a los guardianes y sus reacciones.
- La única reina... La Bruja del Tiempo. -aclaro arqueando una ceja. Hago una mueca para ocultar mi risa al comprender que ellos pensaban en la reina local, Circe Bellatrix.
- Cómo sea. A esa mujer no le hacía falta saber lo que... -¿Cómo se atreve a hablar así de ella? Yo no iré de cuchicheos, pero tiene suerte el enano de que estamos en un lugar no accesible para espías y soplones. Voy a responderle cuando Sabio abre la boca:
-Lo que quiere decir mi hermano. Es que no consideramos menester molestar a la reina con tales banalidades. Estábamos buscando alternativas asequibles para poder resolver el entuerto sin incidentes, lo más discretamente posible. -Suerte que el hermano más viejo es más inteligente. Sus nombres son bien representativos, y las "sabias" palabras del enano de cabello cano me tranquilizan un poco al respecto del orden de las cosas. Y mejor, preparan el terreno para lo que tengo que decir:
- Bueno, su Majestad ya se ha ocupado de ello, y estoy aquí para explicarles la alternativa elegida. -Me acomodo y saco mi tabaco. Y como el asunto no será agradable para ellos, les ofrezco un poco antes de encender mi pipa- Como pudieron percatarse, el retroceso en el tiempo ha hecho que todos los cuentos regresen al punto de partida. -Los observo antes de proseguir- Y ustedes recibirán a una nueva Blanca Nieves, quién llegará a su cabaña una vez que se libre del cazador. -tiro un círculo de humo hacia arriba, pero no acompaño su avance junto a las puntas de las escobas, ya que mis ojos están escrutando a los guardianes y sus reacciones.
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Bruja del Tiempo
Señora de las Tierras Encantadas
Re: No se admiten reclamaciones {Flashback, Gruñón}
A Gruñón tampoco le gustó como sonaba eso de “ocupado”, y supo que lo que tuviese que decirles J no iba a gustarles de ninguna de las maneras habidas y por haber, pero un acertado pisotón de su hermano lo alertó para que no volviese a dar rienda suelta a su lengua. Lo mejor que podía hacer, intuyó, era dejarle hablar a él. Apretó aún más los brazos sobre su pecho, acentuando su cara de vinagre, mientras escuchaba al tipo con aspecto de montaraz. Negó con la cabeza al verle sacar la pipa. En circunstancias normales gustaba de fumar, pues eso lo tranquilizaba y le ayudaba a pensar con claridad; pero aunque lo necesitaba, prefería evitar compartir tal gesto, eso significaría que se congraciaba con él. Ese día, Gruñón prefería evitar cualquier tipo de lazos amistosos, sobre todo si se desarrollaban dentro de ese palacio, en aquella ciudad extraña.
-Por supuesto-Asintió Sabio ante la breve explicación sobre el retroceso en el tiempo. ¿Con que eso había sido esa extraña sensación? El hombrecillo arisco no fue capaz de contener un sonoro escalofrío, inevitable al evocar la incómoda sensación gélida vivida sólo unos minutos antes en sus propias carnes. Empezó a morderse las uñas, o lo que quedaba de ellas, sin prestar atención en demasía a la conversación, resignado a no estar de acuerdo con nada. De todos modos no tenía alternativa, ¿Verdad? Sin embargo, casi se atragantó.
-¿Nueva? ¿Cómo que nueva? ¿Qué quieres decir con eso? ¿Sustituirla así sin mas?-Bueno, estaba claro que su embarazo ponía en peligro el cuento, pero aún así no se trataba de una rueda vieja y astillada de un carromato. Era una persona muy valiosa en varios aspectos, y para él, practicamente insustituible. Era la protagonista de su historia, ¿Acaso podían seguir sin ella? La idea le horrorizaba y asqueaba a partes iguales-¿Es que no hay otra alternativa?
-Lo comprendemos perfectamente. Dispondremos todo para que esté en orden, a la espera de su llegada, y esta vez no habrá errores-Aseguró el enano de la barba blanca, con una tranquilidad neutra que pretendía no dejar a la luz ninguna emoción. Gruñón se sorprendió al oír a su hermano, y lo miró con un brillo que revelaba que se sentía traicionado. Sabía de sobra que Sabio amaba a Blanca Nieves tanto como los otros enanitos y él, pero aceptar algo así era demasiado doloroso. Pretendía ponerse en su lugar, y la bilis ascendía por su garganta. En sus ojos ancianos, a través de las gafas, el hombrecillo pelirrojo pudo ver una disculpa que pretendía decir “No tenemos más opción que aceptar”. Todo fuese por el bien común… Pero el egoísmo le podía, y una vez más, Gruñón fue incapaz de contenerse.
-¿Y que hay de Blanqu…?-Se corrigió a regañadientes. No podía pensar aún en esos términos, todo era demasiado confuso… Pero las cosas allí funcionaban de ese modo, y debía hacer de tripas corazón y usar un lenguaje correcto si quería entenderse con esa gente-¿Qué hay de la princesa original?
-Por supuesto-Asintió Sabio ante la breve explicación sobre el retroceso en el tiempo. ¿Con que eso había sido esa extraña sensación? El hombrecillo arisco no fue capaz de contener un sonoro escalofrío, inevitable al evocar la incómoda sensación gélida vivida sólo unos minutos antes en sus propias carnes. Empezó a morderse las uñas, o lo que quedaba de ellas, sin prestar atención en demasía a la conversación, resignado a no estar de acuerdo con nada. De todos modos no tenía alternativa, ¿Verdad? Sin embargo, casi se atragantó.
-¿Nueva? ¿Cómo que nueva? ¿Qué quieres decir con eso? ¿Sustituirla así sin mas?-Bueno, estaba claro que su embarazo ponía en peligro el cuento, pero aún así no se trataba de una rueda vieja y astillada de un carromato. Era una persona muy valiosa en varios aspectos, y para él, practicamente insustituible. Era la protagonista de su historia, ¿Acaso podían seguir sin ella? La idea le horrorizaba y asqueaba a partes iguales-¿Es que no hay otra alternativa?
-Lo comprendemos perfectamente. Dispondremos todo para que esté en orden, a la espera de su llegada, y esta vez no habrá errores-Aseguró el enano de la barba blanca, con una tranquilidad neutra que pretendía no dejar a la luz ninguna emoción. Gruñón se sorprendió al oír a su hermano, y lo miró con un brillo que revelaba que se sentía traicionado. Sabía de sobra que Sabio amaba a Blanca Nieves tanto como los otros enanitos y él, pero aceptar algo así era demasiado doloroso. Pretendía ponerse en su lugar, y la bilis ascendía por su garganta. En sus ojos ancianos, a través de las gafas, el hombrecillo pelirrojo pudo ver una disculpa que pretendía decir “No tenemos más opción que aceptar”. Todo fuese por el bien común… Pero el egoísmo le podía, y una vez más, Gruñón fue incapaz de contenerse.
-¿Y que hay de Blanqu…?-Se corrigió a regañadientes. No podía pensar aún en esos términos, todo era demasiado confuso… Pero las cosas allí funcionaban de ese modo, y debía hacer de tripas corazón y usar un lenguaje correcto si quería entenderse con esa gente-¿Qué hay de la princesa original?
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Gruñón
7 enanos
Re: No se admiten reclamaciones {Flashback, Gruñón}
Como J lo suponía, a los enanos les molestan mis palabras. Es lo esperado normalmente, ya que los guardianes pasan tanto tiempo con los personajes de cuento que tendrían que ser de piedra para no crear lazos reales.
Los problemas surgen cuando los personajes son reemplazados, y los lazos se deben romper...
- Por supuesto. -Sabio asiente, con una expresión que no logro descifrar del todo. ¿Está de acuerdo tan pronto? Soplo un poco más de humo, mientras observo al otro enano, mucho más y fácil de leer. Él sí demuestra un gran desagrado en las decisiones de su Majestad:
- En estos momentos están entrenando a la sustituta, quien por supuesto es muy parecida con la princesa de M'Apple... Y no está embarazada. -hace la salvedad para que comprendan lo importante de ello- Ella ha aceptado correr todos los riesgos necesarios, así como lo que no debe hacer hasta que se case con su príncipe. -finaliza esperando que me entiendan.
- ¿Es que no hay otra alternativa? -pregunta el "expresivo".
- ¿Crees que el príncipe de Lindert se casará con una mujer que espera el hijo de otro? -le dice acercándose a él, con sus claros ojos diciendo "¿Lo harías tú?"
El enano canoso responde a la altura, diciendo exactamente las palabras esperadas:
- Su majestad no perdonará nuevos errores. -responde J sin el afán de amenazarlos, sino que siendo muy sincero. Si la Bruja del Tiempo da una orden de sustituir a la protagonista de un cuento, no debe pensarlo mucho si un guardián no hace bien su trabajo.
- ¿Y que hay de Blanqu…? -¿Cómo dijo el enano? Vaya... Esto será más difícil de lo que él se esperaba. Estoy frente a frente a dos guardianes muy apegados al personaje que será sustituido- ¿Qué hay de la princesa original?
- La princesa original tendrá que desaparecer del cuento, puesto que no podemos tener a dos Blancas Nieves deambulando por las tierras encantadas. -J respira hondo antes de proseguir, ya que no quiere mentir, pero comprende que tampoco les puede mentir- La Bruja no la va a matar, por supuesto... pero le impedirá de salir de sus dominios, para no estropear nada más. -J espera que no le pregunten por el bebé, que esa respuesta no les gustará.
Los problemas surgen cuando los personajes son reemplazados, y los lazos se deben romper...
- Por supuesto. -Sabio asiente, con una expresión que no logro descifrar del todo. ¿Está de acuerdo tan pronto? Soplo un poco más de humo, mientras observo al otro enano, mucho más y fácil de leer. Él sí demuestra un gran desagrado en las decisiones de su Majestad:
- En estos momentos están entrenando a la sustituta, quien por supuesto es muy parecida con la princesa de M'Apple... Y no está embarazada. -hace la salvedad para que comprendan lo importante de ello- Ella ha aceptado correr todos los riesgos necesarios, así como lo que no debe hacer hasta que se case con su príncipe. -finaliza esperando que me entiendan.
- ¿Es que no hay otra alternativa? -pregunta el "expresivo".
- ¿Crees que el príncipe de Lindert se casará con una mujer que espera el hijo de otro? -le dice acercándose a él, con sus claros ojos diciendo "¿Lo harías tú?"
El enano canoso responde a la altura, diciendo exactamente las palabras esperadas:
- Su majestad no perdonará nuevos errores. -responde J sin el afán de amenazarlos, sino que siendo muy sincero. Si la Bruja del Tiempo da una orden de sustituir a la protagonista de un cuento, no debe pensarlo mucho si un guardián no hace bien su trabajo.
- ¿Y que hay de Blanqu…? -¿Cómo dijo el enano? Vaya... Esto será más difícil de lo que él se esperaba. Estoy frente a frente a dos guardianes muy apegados al personaje que será sustituido- ¿Qué hay de la princesa original?
- La princesa original tendrá que desaparecer del cuento, puesto que no podemos tener a dos Blancas Nieves deambulando por las tierras encantadas. -J respira hondo antes de proseguir, ya que no quiere mentir, pero comprende que tampoco les puede mentir- La Bruja no la va a matar, por supuesto... pero le impedirá de salir de sus dominios, para no estropear nada más. -J espera que no le pregunten por el bebé, que esa respuesta no les gustará.
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Bruja del Tiempo
Señora de las Tierras Encantadas
Re: No se admiten reclamaciones {Flashback, Gruñón}
Y lo decía como si fuese algo normal y corriente, habitual en las redes de poder de la Bruja del tiempo. Aquellas palabras eran duras de asimilar para Gruñón, quien luchaba contra su fuero interno por no terminar haciendo una estupidez que posiblemente lamentaría, mientras escuchaba con una impotencia terrible. ¿Por qué aguantaba todo aquello? La alusión al príncipe de Lindert le resultó bastante molesta, ¿Qué podía saber ese tipo sobre Blanquita y Franz? En realidad, no mucho más que él, pero sin embargo... Gruñón había estado presente y había visto la química que desprendía la pasión de los besos que ambos habían compartido, algo sincero y puro que no entendía de trabas… Pero eso había sido antes de la vuelta atrás en el tiempo, y acababa de convertirse en un recuerdo remoto lo quisiera o no. Suspiró hondo, aferrándose a la idea de que si el embarazo de Blanca no había importunado una vez a Franz, ¿Por qué tendría que hacerlo de nuevo? Porque habría otra en su lugar. Una impostora. No sabía quien era esa muchacha, pero se dijo mentalmente que no toleraría su presencia… Podían pretender sustituir a la verdadera princesa del cuento, pero eso no adulteraría sus sentimientos por ella a favor de una impostora. Al menos no los suyos y los del mayor. Le dolía pensar que el resto de sus hermanos la acogerían como a la verdadera, ignorantes de la realidad.
Se encargó de dedicar una mirada amenazadora a J a modo de respuesta. Por primera vez en mucho tiempo el enano se daba cuenta de lo absurdo que entrañaban tales palabras… Los sentimientos le habían reblandecido el cráneo duro de minero, pues estaba convencido de que un vientre no era motivo suficiente para apartar a dos personas que se querían. El mundo estaba loco, estableciendo una directrices que sólo ocasionaban sufrimiento.
-¡Eso es un secuestro!-Bufó indignado y poco colaborativo. Y Blanca ya había tenido suficientes malas experiencias en su vida como para caer en otra de la que no podría escapar. ¿Para qué si no estaban sus enanos? Para protegerla, a pesar de estar fracasando estrepitosamente. Ella había nacido para ser libre, pero su libertad acababa por ocasionarle demasiados problemas. A pesar de ello, ese no era un motivo de peso para retenerla, Gruñón aprendía la lección, aunque tarde.
Estropear… ¡Já! Alterar un par de líneas era peor incluso que arrebatarle su vida a una chica inocente. Se mesó la barba, demostrando que lo dudaba seriamente, pero, ¿Qué medios tenía para oponerse? Ninguno. Percibía la tensión de Sabio de tal modo que esta podría cortarse fácilmente con un cuchillo y supo que sería más seguro para su Blanquita fingir conformidad que tratar de resistirse… Pero eso no significaba que fuese a cumplir las órdenes de la bruja de buen grado. ¿Acaso podía haber alguien peor que Circe? Hasta un tiempo atrás, había creído que se trataba de algo imposible, ahora ya no estaba tan seguro.
-¿Se nos permitirá verla?-Dijo su hermano, y esta vez su tono fue titubeante, haciéndolo empequeñecer a pesar de su robustez. El corazón del enano pelirrojo se encogió, temiendo una negativa... En ese caso, no podría controlar su ira.
Se encargó de dedicar una mirada amenazadora a J a modo de respuesta. Por primera vez en mucho tiempo el enano se daba cuenta de lo absurdo que entrañaban tales palabras… Los sentimientos le habían reblandecido el cráneo duro de minero, pues estaba convencido de que un vientre no era motivo suficiente para apartar a dos personas que se querían. El mundo estaba loco, estableciendo una directrices que sólo ocasionaban sufrimiento.
-¡Eso es un secuestro!-Bufó indignado y poco colaborativo. Y Blanca ya había tenido suficientes malas experiencias en su vida como para caer en otra de la que no podría escapar. ¿Para qué si no estaban sus enanos? Para protegerla, a pesar de estar fracasando estrepitosamente. Ella había nacido para ser libre, pero su libertad acababa por ocasionarle demasiados problemas. A pesar de ello, ese no era un motivo de peso para retenerla, Gruñón aprendía la lección, aunque tarde.
Estropear… ¡Já! Alterar un par de líneas era peor incluso que arrebatarle su vida a una chica inocente. Se mesó la barba, demostrando que lo dudaba seriamente, pero, ¿Qué medios tenía para oponerse? Ninguno. Percibía la tensión de Sabio de tal modo que esta podría cortarse fácilmente con un cuchillo y supo que sería más seguro para su Blanquita fingir conformidad que tratar de resistirse… Pero eso no significaba que fuese a cumplir las órdenes de la bruja de buen grado. ¿Acaso podía haber alguien peor que Circe? Hasta un tiempo atrás, había creído que se trataba de algo imposible, ahora ya no estaba tan seguro.
-¿Se nos permitirá verla?-Dijo su hermano, y esta vez su tono fue titubeante, haciéndolo empequeñecer a pesar de su robustez. El corazón del enano pelirrojo se encogió, temiendo una negativa... En ese caso, no podría controlar su ira.
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Gruñón
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Re: No se admiten reclamaciones {Flashback, Gruñón}
- ¡Eso es un secuestro! -dice enojadísimo el enano llamado Gruñón. Y dice la verdad... Pero eso no es problema nuestro, sino que deben reclamar con la Bruja del Tiempo. Es decir... no deben reclamar, sólo conformarse, si son inteligentes. Los torpes son eliminados...
- Llámalo como quieras. En estos momentos sus hermanos ya recibieron la visita de otros sirvientes de su Majestad, quienes se han llevado a Blanca Nieves de su cabaña antes del retroceso en el tiempo. -(J aún no sabe que Blanca Nieves no estaba en la cabaña de los enanos, sino que presente en la fiesta de Ela. Supongo que los enanos tampoco lo sabían, ya que la princesa tiene la mala costumbre de fugarse)- Con el retroceso en el tiempo, ellos olvidarán a la antigua y recibirán muy bien a la sustituta, quién pronto será entregue en el castillo de M'Apple, y luego de huir del cazador, llegará con ustedes... mañana. -Observo a los enanos, y encuentro necesario agregar- Por supuesto, ustedes también deben recibirla muy bien, y tratarla como trataban a la princesa original. -tira más humo a la pequeña habitación llena de útiles de aseo.
- ¿Se nos permitirá verla? -pregunta entonces el bien llamado Sabio. J se toma su tiempo, ya que ellos se merecen saber la verdad.
- No lo podrán hacer hasta que la sustituta se case con el príncipe que le corresponde. -suspira, ya que eso significa mucho tiempo- Después que ustedes cumplan su misión, no veo problema en que se les autorice las visitas...
- Llámalo como quieras. En estos momentos sus hermanos ya recibieron la visita de otros sirvientes de su Majestad, quienes se han llevado a Blanca Nieves de su cabaña antes del retroceso en el tiempo. -(J aún no sabe que Blanca Nieves no estaba en la cabaña de los enanos, sino que presente en la fiesta de Ela. Supongo que los enanos tampoco lo sabían, ya que la princesa tiene la mala costumbre de fugarse)- Con el retroceso en el tiempo, ellos olvidarán a la antigua y recibirán muy bien a la sustituta, quién pronto será entregue en el castillo de M'Apple, y luego de huir del cazador, llegará con ustedes... mañana. -Observo a los enanos, y encuentro necesario agregar- Por supuesto, ustedes también deben recibirla muy bien, y tratarla como trataban a la princesa original. -tira más humo a la pequeña habitación llena de útiles de aseo.
- ¿Se nos permitirá verla? -pregunta entonces el bien llamado Sabio. J se toma su tiempo, ya que ellos se merecen saber la verdad.
- No lo podrán hacer hasta que la sustituta se case con el príncipe que le corresponde. -suspira, ya que eso significa mucho tiempo- Después que ustedes cumplan su misión, no veo problema en que se les autorice las visitas...
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Bruja del Tiempo
Señora de las Tierras Encantadas
Re: No se admiten reclamaciones {Flashback, Gruñón}
Por un momento pensó que el fin había llegado y que no había vuelta atrás… Bueno, en realidad no la había, ¿Verdad? Por un momento su corazón dejó de latir, pero volvió a hacerlo de forma acelerada, martilleando su pecho con una fuerza inhumana que hizo que su piel cambiase de color. Sus hermanos no iban a consentir que se llevasen a Blanca Nieves de ninguna forma humana posible, lucharían hasta morir si era necesario, ¿Acaso eso no ponía en peligro el cuento? Su cabeza era un hervidero de caos, no sabía como reaccionar. El vacío parecía hacer estragos en su estómago, consumiéndolo por dentro como un veneno que le produjese una agonía insufrible.
-Ella no será la verdadera. Nunca-Eso era evidente. La parsimonia de ese individuo llamado J, le irritaba al extremo. Si la Bruja se pensaba que podría cambiar a Blanquita por una cualquiera, estaba muy equivocada. Y mientras ellos tendrían que tragar, aguantando a una niña caprichosa que nada tendría que ver con la princesa. Porque a Gruñón ninguna mujer le agradaba, salvo quien ya se sabía, y esa nueva fémina iba a suponer para él una intrusa, como lo fue Blanca al principio. Bueno, al menos ahí no tendría que disimular su desdén.
-Lo comprendemos perfectamente-Aseguró Sabio-Dispondremos todo como cuando… La primera vez que la encontramos. Estoy seguro de que la reacción de mis hermanos no variará ni un ápice. Y nosotros, bueno, sabemos de sobra cual es nuestro deber.
Gruñón empezaba a sentir un rencor insano hacia Sabio, y lo fulminó con la mirada sólo para encontrarse con un brillo en sus azulados orbes, cuya interpretación era única y simplemente: No había más opción. Resignarse era lo mejor que podían hacer, no sólo por ellos mismos, sino por aquella que daba título a su historia. La verdadera, no la impostora. Si se oponían, de seguro ella iba a pagar caro las consecuencias de su insubordinación, y el enano pelirrojo no deseaba más sufrimiento. En ese momento, los odió a todos: A Circe, por intentar matarla repetidas veces y arrebatarle lo que era suyo por derecho; a Roberts, por atreverse a profanar (Gruñón piensa que perdió la virginidad con el) su cuerpo; a todos los guardianes, incluidos su hermano y él, por ser unos miserables siervos; y sobre todo, odió a la infame Bruja del Tiempo, por ejercitar tal poder sobre su mundo. Bufó por lo bajo al oír las condiciones para el reencuentro, y supo que si eso llegaba a pasar, Blanca jamás les perdonaría. No estaba seguro de poder soportar ver el odio en sus ojos, pero se resistía a no verla jamás.
-¿Y no podrá volver con nosotros una vez la imp... La otra se haya casado con Franz? ¿Qué será del bebé?-Preguntó de pronto, consciente de los motivos del reclusión de la princesa.
-Ella no será la verdadera. Nunca-Eso era evidente. La parsimonia de ese individuo llamado J, le irritaba al extremo. Si la Bruja se pensaba que podría cambiar a Blanquita por una cualquiera, estaba muy equivocada. Y mientras ellos tendrían que tragar, aguantando a una niña caprichosa que nada tendría que ver con la princesa. Porque a Gruñón ninguna mujer le agradaba, salvo quien ya se sabía, y esa nueva fémina iba a suponer para él una intrusa, como lo fue Blanca al principio. Bueno, al menos ahí no tendría que disimular su desdén.
-Lo comprendemos perfectamente-Aseguró Sabio-Dispondremos todo como cuando… La primera vez que la encontramos. Estoy seguro de que la reacción de mis hermanos no variará ni un ápice. Y nosotros, bueno, sabemos de sobra cual es nuestro deber.
Gruñón empezaba a sentir un rencor insano hacia Sabio, y lo fulminó con la mirada sólo para encontrarse con un brillo en sus azulados orbes, cuya interpretación era única y simplemente: No había más opción. Resignarse era lo mejor que podían hacer, no sólo por ellos mismos, sino por aquella que daba título a su historia. La verdadera, no la impostora. Si se oponían, de seguro ella iba a pagar caro las consecuencias de su insubordinación, y el enano pelirrojo no deseaba más sufrimiento. En ese momento, los odió a todos: A Circe, por intentar matarla repetidas veces y arrebatarle lo que era suyo por derecho; a Roberts, por atreverse a profanar (Gruñón piensa que perdió la virginidad con el) su cuerpo; a todos los guardianes, incluidos su hermano y él, por ser unos miserables siervos; y sobre todo, odió a la infame Bruja del Tiempo, por ejercitar tal poder sobre su mundo. Bufó por lo bajo al oír las condiciones para el reencuentro, y supo que si eso llegaba a pasar, Blanca jamás les perdonaría. No estaba seguro de poder soportar ver el odio en sus ojos, pero se resistía a no verla jamás.
-¿Y no podrá volver con nosotros una vez la imp... La otra se haya casado con Franz? ¿Qué será del bebé?-Preguntó de pronto, consciente de los motivos del reclusión de la princesa.
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Gruñón
7 enanos
Re: No se admiten reclamaciones {Flashback, Gruñón}
Las palabras del enano pelirrojo sorprendieron a J... ¡Cuán fuerte era el lazo que los unía! Ay, la verdad. Dura y cruel, pero verdad. La Bruja del Tiempo no tiene misericordia con nadie, especialmente ella, siendo nieta del que antes fue su mano derecha. Fueron muchas las familias castigadas, pero la del traidor tiene un componente extra de venganza.
J suspira algo turbado, pues no quiere responder a esa pregunta.
- Me temo que esa no es una opción. Ella deberá permanecer bajo la tutela de la Bruja del Tiempo por siempre. -La tristeza en el rostro de los enanos es contagiosa. Realmente J agradece no estar en la piel de ellos, ya que su misión de conocer a muchos y no conocer a nadie profundamente le es mucho más grata.
No quiere que le pregunten de nuevo por el bebé, así que antes la pausa se haga más larga, dice sin rastro de alegría en sus ojos:
- El bebé no verá la luz del sol... Será eliminado de una forma u otra, puesto que representa la aberración de su cuento. -Matar un bebé... J se pregunta si los carrascos de la Bruja del Tiempo sentirán algo de piedad antes de cortar la vida de una criatura tan indefensa, pero que lo harán, lo harán. Nadie desobedece a su Majestad. O vive para contarlo.
- Bueno, eso es todo. -dice levantándose, para finalizar luego la charla antes que empeore más el asunto- Como fue informado entonces, mañana llegará la sustituta a su cabaña, luego de huir del cazador.
J quiere irse, pero siente que ellos deben salir primero del cuartucho. Respeto. Respeto por las malas noticias que fue encargado de entregar. Nadie debiera ser sustituído, pero él no es nadie para tener opinión. Sólo hay una opinión válida, lo demás es suicidio.
J suspira algo turbado, pues no quiere responder a esa pregunta.
- Me temo que esa no es una opción. Ella deberá permanecer bajo la tutela de la Bruja del Tiempo por siempre. -La tristeza en el rostro de los enanos es contagiosa. Realmente J agradece no estar en la piel de ellos, ya que su misión de conocer a muchos y no conocer a nadie profundamente le es mucho más grata.
No quiere que le pregunten de nuevo por el bebé, así que antes la pausa se haga más larga, dice sin rastro de alegría en sus ojos:
- El bebé no verá la luz del sol... Será eliminado de una forma u otra, puesto que representa la aberración de su cuento. -Matar un bebé... J se pregunta si los carrascos de la Bruja del Tiempo sentirán algo de piedad antes de cortar la vida de una criatura tan indefensa, pero que lo harán, lo harán. Nadie desobedece a su Majestad. O vive para contarlo.
- Bueno, eso es todo. -dice levantándose, para finalizar luego la charla antes que empeore más el asunto- Como fue informado entonces, mañana llegará la sustituta a su cabaña, luego de huir del cazador.
J quiere irse, pero siente que ellos deben salir primero del cuartucho. Respeto. Respeto por las malas noticias que fue encargado de entregar. Nadie debiera ser sustituído, pero él no es nadie para tener opinión. Sólo hay una opinión válida, lo demás es suicidio.
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Bruja del Tiempo
Señora de las Tierras Encantadas
Re: No se admiten reclamaciones {Flashback, Gruñón}
Ya debía de haberse esperado algo así, pero pese a ello, eso no significaba que la verdad le hiciese menos daño. No estaba todo lo insensibilizado que creía, ¿Cómo podría ser así? ¿En qué mundo separarse de un ser querido sería fácil? Gruñón era obstinado y deseaba protestar, pero en ese momento no era la mejor de sus opciones. Enfadarse, perder los estribos o gritar estaban fuera de cuestión, pues quedaba latente que lo que la bruja del tiempo buscaba era sumisión. El tenía sus obligaciones para con respecto a ella, pero también sus propias lealtades internas, por lo que se limitó a arrugar el ceño y no decir nada. Lo que había pretendido comentar, quedaba bien visible en su lenguaje corporal, y lanzar amenazas sería estúpido a la par que contraproducente. Era esclavo de su destino, que no le pertenecía. En realidad, nadie poseía un verdadero control sobre él, únicamente la retorcida mujer a la que J llamaba Reina, era quien verdaderamente tiraba de los hilos y decidía que se podía y que no hacer. Pero eso le dejaba lugar a sus propias cavilaciones. Si requería de peones como ellos, era porque no era lo suficiente fuerte como para someter a su voluntad a todos y cada uno de los habitantes de fantasía. Blanca Nieves era la prueba viviente de ello, pero ahora estaba prisionera en sus garras.
Gruñón fue a abrir la boca, pero un oportuno pisotón de Sabio le previno de no hacerlo, y la pregunta de "¿Y no podríamos verla ahora?" murió en sus labios. que formaron una fina y tirante línea blanquecina ante la dureza del destino del bebé. El cosquilleo de la nuca sobrevino a una incómoda y dolorosa sensación de desasosiego que hacía temblar todos y cada uno de los músculos de su curtido cuerpo. Cualquier otro habría sufrido un desmayo, pero el se jactaba de ser fuerte y duro como la roca, por lo que permaneció impasible, clavado en el suelo. Sabio, por su parte, bajó la mirada, de nuevo, aparentando ser más viejo de lo que realmente era, con las pesadas bolsas de cansancio bajo sus ojos claros.
Si replicaba sobre la atrocidad de aquel acto, sus palabras serían impostoras pues, él en un primer momento el había tanteado como alternativa la desaparición definitiva del infante. Esa errónea decisión había sido desechada casi ipso facto, cambiada por la posibilidad de enviarlo a un orfelinato que le permitiese seguir con vida y tener una infancia medianamente tranquila. El enano había pensado mucho sobre esa alternativa, y recordando su encuentro con el huérfano Poney, había deseado que al infante no lo raptasen unos piratas y siguiese los pasos de su padre. Claro que manifestar en voz alta esa decisión le había costado uno de los peores enfados que había llegado a vivir con Blanca Nieves, que había huido al bosque, y durante cuya búsqueda, habían llegado a presenciar un insólito y escalofriante suceso que prefería olvidar.
¿Quién le iba a decir que detrás de su rostro angelical se escondía una leona que con ferviente devoción protegería a su cachorro? Por supuesto, ¿Qué madre no lo haría con su hijo? ¿Y menos con uno que había sido concebido con amor y cariño, por mucho que a él le pesase?
El bebé no había nacido, pero sin quererlo había comenzado a desarrollar un cariño hacia la criatura no nata, un reflejo de sus sentimientos hacia la princesa, y su muerte prematura era como aceptar que ella sufriese el mismo destino. Si antes había sabido que Blanquita no iba a perdonarles, ahora era una verdad irrevocable y demasiado dolorosa. Sus dientes rechinaron sonoramente hasta dar la impresión de que iban a romperse a causa de la fuerza, mientras miraba con odio intenso a J como si el fuese el culpable. Sospechaba que él no lo era, pues aquella decisión tenía escrita con sangre la firma de la Bruja del tiempo, una injusticia tamaña que hacía palidecer las palabras del guerrero.
-¿Aberración?-Ladró con el dolor que teñía de rojo sus palabras, movido por un odio visceral y legítimo hacia la que dictaba las órdenes. ¿Tan amenazante era la presencia de un bebé para ella? ¿Qué podía lograr con su muerte? A Gruñón sólo se le ocurría una posibilidad: Nada-¡La única aberración que hay aquí es eliminar a...!-De nuevo, su hermano lo mandó callar, valiéndose de su posición como mayor y más sabio que él.
Se había dejado llevar por la ira y había apretado los puños hasta que sus nudillos se habían vuelto blancos, como si el dolor fuese algo en exclusiva suyo. Se sentía dividido, no sólo porque había llegado a amar a esa vida que seguía gestándose plácidamente dentro de su madre, y su desaparición se llevaría con él un trozo de su alma torturada; pero también lo haría el odio que no ansiaba ver en los ojos de Blanca, la traición que estos reflejarían cuando brillantes lo contemplasen... Si es que decidía volver a hacerlos. Eso iba a matarla, Gruñón lo sabía y Sabio también. ¿Por qué no podían al menos cometer un pequeño acto de venganza y tratar de llevarse por delante a todos guardianes cuantos pudieran? Pero no era una opción. No serviría de nada, acabarían muertos o algo peor, y Blanca seguiría sin poder escapar de su destino. Además, ellos eran novatos, frente a los más experimentados, lo cual no le dejaba ninguna posibilidad. Sabio suspiró, apretándole los dedos en torno al brazo, buscando en él una tranquilidad que ya no existía. Peor la mente del enano pelirrojo ya empezaba a cavilar.
-De acuerdo-Dijo el de pelo cano, mesándose la barba con nerviosismo-Que así sea-Y las palabras cayeron como una losa, pero el obstinado Gruñón no iba a aceptarlas.
Sabio se dio la vuelta, justo antes de hacer una reverencia a J como haría con un superior, y se encaminó hacia la puerta de salida. El pelirrojo tardó un rato en unírsele, para dedicar una mirada ácida al otro guardián y ninguna muestra de respeto como había hecho su hermano, y lo siguió con las manos en los bolsillos. Un nuevo ciclo comenzaba, pero él estaba poco dispuesto a colaborar para que la Bruja se saliese con la suya, pero... ¿Cómo evitar que dañase a la criatura? Tenía mucho que pensar ese día, antes de que sus propios demonios interiores lo llevasen por el mal camino...
Gruñón fue a abrir la boca, pero un oportuno pisotón de Sabio le previno de no hacerlo, y la pregunta de "¿Y no podríamos verla ahora?" murió en sus labios. que formaron una fina y tirante línea blanquecina ante la dureza del destino del bebé. El cosquilleo de la nuca sobrevino a una incómoda y dolorosa sensación de desasosiego que hacía temblar todos y cada uno de los músculos de su curtido cuerpo. Cualquier otro habría sufrido un desmayo, pero el se jactaba de ser fuerte y duro como la roca, por lo que permaneció impasible, clavado en el suelo. Sabio, por su parte, bajó la mirada, de nuevo, aparentando ser más viejo de lo que realmente era, con las pesadas bolsas de cansancio bajo sus ojos claros.
Si replicaba sobre la atrocidad de aquel acto, sus palabras serían impostoras pues, él en un primer momento el había tanteado como alternativa la desaparición definitiva del infante. Esa errónea decisión había sido desechada casi ipso facto, cambiada por la posibilidad de enviarlo a un orfelinato que le permitiese seguir con vida y tener una infancia medianamente tranquila. El enano había pensado mucho sobre esa alternativa, y recordando su encuentro con el huérfano Poney, había deseado que al infante no lo raptasen unos piratas y siguiese los pasos de su padre. Claro que manifestar en voz alta esa decisión le había costado uno de los peores enfados que había llegado a vivir con Blanca Nieves, que había huido al bosque, y durante cuya búsqueda, habían llegado a presenciar un insólito y escalofriante suceso que prefería olvidar.
¿Quién le iba a decir que detrás de su rostro angelical se escondía una leona que con ferviente devoción protegería a su cachorro? Por supuesto, ¿Qué madre no lo haría con su hijo? ¿Y menos con uno que había sido concebido con amor y cariño, por mucho que a él le pesase?
El bebé no había nacido, pero sin quererlo había comenzado a desarrollar un cariño hacia la criatura no nata, un reflejo de sus sentimientos hacia la princesa, y su muerte prematura era como aceptar que ella sufriese el mismo destino. Si antes había sabido que Blanquita no iba a perdonarles, ahora era una verdad irrevocable y demasiado dolorosa. Sus dientes rechinaron sonoramente hasta dar la impresión de que iban a romperse a causa de la fuerza, mientras miraba con odio intenso a J como si el fuese el culpable. Sospechaba que él no lo era, pues aquella decisión tenía escrita con sangre la firma de la Bruja del tiempo, una injusticia tamaña que hacía palidecer las palabras del guerrero.
-¿Aberración?-Ladró con el dolor que teñía de rojo sus palabras, movido por un odio visceral y legítimo hacia la que dictaba las órdenes. ¿Tan amenazante era la presencia de un bebé para ella? ¿Qué podía lograr con su muerte? A Gruñón sólo se le ocurría una posibilidad: Nada-¡La única aberración que hay aquí es eliminar a...!-De nuevo, su hermano lo mandó callar, valiéndose de su posición como mayor y más sabio que él.
Se había dejado llevar por la ira y había apretado los puños hasta que sus nudillos se habían vuelto blancos, como si el dolor fuese algo en exclusiva suyo. Se sentía dividido, no sólo porque había llegado a amar a esa vida que seguía gestándose plácidamente dentro de su madre, y su desaparición se llevaría con él un trozo de su alma torturada; pero también lo haría el odio que no ansiaba ver en los ojos de Blanca, la traición que estos reflejarían cuando brillantes lo contemplasen... Si es que decidía volver a hacerlos. Eso iba a matarla, Gruñón lo sabía y Sabio también. ¿Por qué no podían al menos cometer un pequeño acto de venganza y tratar de llevarse por delante a todos guardianes cuantos pudieran? Pero no era una opción. No serviría de nada, acabarían muertos o algo peor, y Blanca seguiría sin poder escapar de su destino. Además, ellos eran novatos, frente a los más experimentados, lo cual no le dejaba ninguna posibilidad. Sabio suspiró, apretándole los dedos en torno al brazo, buscando en él una tranquilidad que ya no existía. Peor la mente del enano pelirrojo ya empezaba a cavilar.
-De acuerdo-Dijo el de pelo cano, mesándose la barba con nerviosismo-Que así sea-Y las palabras cayeron como una losa, pero el obstinado Gruñón no iba a aceptarlas.
Sabio se dio la vuelta, justo antes de hacer una reverencia a J como haría con un superior, y se encaminó hacia la puerta de salida. El pelirrojo tardó un rato en unírsele, para dedicar una mirada ácida al otro guardián y ninguna muestra de respeto como había hecho su hermano, y lo siguió con las manos en los bolsillos. Un nuevo ciclo comenzaba, pero él estaba poco dispuesto a colaborar para que la Bruja se saliese con la suya, pero... ¿Cómo evitar que dañase a la criatura? Tenía mucho que pensar ese día, antes de que sus propios demonios interiores lo llevasen por el mal camino...
- Off:
- Con esto supongo que el tema se acaba, ¿No o.o? ¡Espero haberlo hecho bien!
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