Jugando al gato y al ratón (+18, James Hook y Morrigan)

Finalmente la respuesta proveniente de parte de la rubia no era una de histeria, sino que por fin demostraba placer en lo que le estaba ocurriendo con ella después de toda la desesperación que parecía haber sentido apenas momentos atrás. Sus gemidos pasaban por el silencio que de lo contrario habría gobernado la habitación, y hasta llegó a disculparse, algo que no había creído que llegaría a suceder. No que al pirata fuese a molestarle algo de ese tipo, por supuesto, o que lo fuera a resentir.

-No morirás, Danielle, y tampoco terminarás partiéndote, creo que ya te has dado cuenta de ello- le respondió, sonriéndole al notar la vergüenza y cierta torpeza que se expresaban en el tono de voz que usaba, además de los gestos de su bonito rostro. Para condecir lo que decía con sus acciones, abrió las piernas bajo él para darle un mejor acceso, cosa que a James ciertamente le agradó.

Sus brazos eran apretados por los dedos de la chica mientras volvía a introducirse en ella con precisión y profundidad, siendo nuevamente recibido con gemidos, y poco a poco empezó a aumentar el ritmo de las penetraciones, moviéndose sobre ella vez tras vez.

¿Es que realmente había llegado a creer que moriría de aquella manera? ¿No tenía alguna consciencia del lugar en el que estaba y por lo tanto de lo que ahí se hacía? Porque si era así, ya habría visto a todas las chicas que trabajaban ahí y que obviamente no habían muerto durante sus actividades. Sonaba terriblemente ingenuo de su parte, o quizás era eso lo que le habían instruido decir, aunque ciertamente si ése fuese el caso, no se llegaba a condecir con los gritos que había estado soltando ni su intento de escape.

Repitió su disculpa, pero no respondió nada ante ella, que de todas maneras prefería la sensación de ella moviéndose contra él como señal de que efectivamente planeaba hacer algo al respecto, aunque fuese una reacción más bien natural. Los propios impulsos de su cuerpo hacían que el momento fuese más placentero, incrementando el cumplimiento del deseo.

Sonrió ante la petición de parte de la rubia, haciendo caso a la misma y besándola de manera intensa mientras aumentaba sus movimientos contra ella. Realmente la estaba disfrutando.

Poco a poco los instintos de la rubia iban tomando control de sus movimientos y era algo de lo que el pirata estaba siendo perfectamente consciente a medida que los segundos y minutos transcurrían en medio de aquel desenfreno en el que se iba perdiendo lo quisiera o no. Sus labios habían terminado por abandonar los de él para ir en busca de su piel, dejándola hacer sin más pues le gustaba descubrir a aquella mujer que se ocultaba detrás de tantos problemas que le había puesto en un principio y dispuesto a ahondar aún más en lo que pudiese llegar a convertirse en el futuro cercano.

-¿A qué te refieres?- le preguntó en el intervalo en el que ella se detuvo, apenas por un momento, sin por ello significar que él lo haría también, por supuesto. Una sonrisa apareció sobre el rostro de la joven, acentuando su belleza después de haberla visto tan solo asustada e histérica, excitándole más aún. Los movimientos de James se hicieron más potentes, especialmente al escuchar los gemidos que iban saliendo de ella. Quería enloquecerla, y estaba seguro de poder lograrlo.