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Llamando la lluvia {Libre}
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Llamando la lluvia {Libre}
Lugar: Jardines del palacio de Arendelle
Momento: Hora de la merienda, un día cualquiera en la vida de Anna
La parte de acero de la pala se hundió por enésima vez en el suelo, saliendo a posteriori con una buena cantidad de tierra húmeda y compacta. Las manos de la chica estaban heladas, pero el resto de su cuerpo ardía a causa del esfuerzo. Incluso sus mejillas estaban inusualmente coloradas, confundiendo la piel de su rostro con el color cobre de su pelo, el cual caía trenzado sobre la espalda.
Era una mañana espléndida y soleada de invierno, pero el calor no acompañaba. La temperatura al aire libre era desagradable, clavándose en las extremidades cómo agujas inclementes.
-Princesa Anna-La jovencita no necesitó abandonar su tarea para girarse, ya que sabía de sobra de quien se trataba. Kai, el mayordomo jefe. Este era un hombre adulto y de pelo gris que clareaba en su coronilla, complexión robusta y porte distinguido. Llevaba años sirviendo a la familia, y para Anna era la molesta voz de la conciencia-Princesa Anna-Repitió al ver que no le prestaba atención-Creo que el trabajo que ejercéis corresponde al jardinero-La pelirroja se tomó un momento para examinar su obra. Clavó la pala en el suelo y secó el sudor que perlaba su frente. El hoyo era ya bastante profundo, pero seguía sin encontrar nada interesante. Chasqueó la lengua.
-Lo se-Contestó, volviendo a coger la pala para agrandar el agujero.
-¿No son esas las flores favoritas de vuestra hermana?-Preguntó entonces, señalando con el dedo un montículo de tierra donde se podían observar flores de las nieves que sobresalían algo estopeadas. Anna puso su vista en ellas y se encogió de hombros. No era culpa suya que estuviesen en el lugar que el mapa indicaba que se hallaba el tesoro, aunque ciertamente lo había hecho a propósito.
Era una larga historia, pero había dado con un curioso documento varias semanas atrás, el cual afirmaba que había un tesoro oculto escondido en los jardines de palacio, y por culpa de la lluvia no se le había permitido salir del castillo. Ahora nada la detendría. Si tal tesoro existía, Anna lo encontraría costase lo que costase, pues aún no había nacido nadie capaz de detenerla... Bueno, nadie de su familia.
-¿Enserio? Es una lastima-Repuso, sin lamentarlo demasiado. Esas flores eran igual de estiradas que su hermana, solitarias y sólo crecían en la montaña, aisladas del mundo. Pensaba que si las estropeaba, quizás Elsa se tomaría la molestia de reprenderla por ello, y de ese modo podría mendigar un poco de su atención, si no, tampoco importaba pues esa no era la prioridad de la princesa en ese momento.
-¿Puedo sugeriros que abriguéis al menos?-Se atrevió a preguntar Kai, con aire solemne y preocupado, mostrando la prenda de tela que colgaba de su brazo.
-Si, si-Dijo la muchacha-Déjalo por ahí, encima de ese seto, mismo.
Asumiendo que no conseguiría hacer entrar en razón a la muchacha, el mayordomo acató sus órdenes y depositó el abrigo sobre un seto con forma redondeada, para después marcharse. Anna, por su parte, seguía obcecada en su particular búsqueda del tesoro. Dentro de las pocas cosas que había para hacer en el palacio, esa era sin duda un buen entretenimiento pese a estar resultando ingrato. Sus esfuerzos parecían vanos, y el cielo se nublaba teñido de gris por la oscuridad con la amenaza de otra nueva tormenta. De pronto, la pala chocó contra algo sólido y duro, y sus ojos se iluminaron como si el sol brillase. Anna tiró el objeto hacia un lado y se agachó sobre el boquete del suelo, escarbando con sus propios dedos allí donde el metal había encontrado un obstáculo.
-¡Por fín!-Aclamó con emoción. El trabajo daba sus frutos después de hacer al menos tres agujeros, y al fin tendría su precioso tesoro, cuya identidad ignoraba por completo, ¿Cofres con joyas? ¿Cofres con coronas? Había tantas posibilidades... La sonrisa no tardó en borrarse al ver que se trataba de una simple, fea y grande piedra. La princesa se sentó en el suelo, poniéndola a la altura de sus ojos y mirándola decepcionada. La lanzó hacia atrás despectivamente y se rascó la mejilla, dejando en ella una línea de suciedad, para después dejarse caer sobre el húmedo césped con gesto mohíno-¡Arggg! ¡Es inútil!-Clamó extresada-¿Es que nunca hay nada que hacer?-Se miró las manos llenas de tierra-A este paso envejeceré de aburrimiento.-Una gota de agua cayó sobre su nariz, y a esta la siguieron muchas más mientras lo que era una pequeña lluvia se transformaba en chaparrón.
Momento: Hora de la merienda, un día cualquiera en la vida de Anna
***
La parte de acero de la pala se hundió por enésima vez en el suelo, saliendo a posteriori con una buena cantidad de tierra húmeda y compacta. Las manos de la chica estaban heladas, pero el resto de su cuerpo ardía a causa del esfuerzo. Incluso sus mejillas estaban inusualmente coloradas, confundiendo la piel de su rostro con el color cobre de su pelo, el cual caía trenzado sobre la espalda.
Era una mañana espléndida y soleada de invierno, pero el calor no acompañaba. La temperatura al aire libre era desagradable, clavándose en las extremidades cómo agujas inclementes.
-Princesa Anna-La jovencita no necesitó abandonar su tarea para girarse, ya que sabía de sobra de quien se trataba. Kai, el mayordomo jefe. Este era un hombre adulto y de pelo gris que clareaba en su coronilla, complexión robusta y porte distinguido. Llevaba años sirviendo a la familia, y para Anna era la molesta voz de la conciencia-Princesa Anna-Repitió al ver que no le prestaba atención-Creo que el trabajo que ejercéis corresponde al jardinero-La pelirroja se tomó un momento para examinar su obra. Clavó la pala en el suelo y secó el sudor que perlaba su frente. El hoyo era ya bastante profundo, pero seguía sin encontrar nada interesante. Chasqueó la lengua.
-Lo se-Contestó, volviendo a coger la pala para agrandar el agujero.
-¿No son esas las flores favoritas de vuestra hermana?-Preguntó entonces, señalando con el dedo un montículo de tierra donde se podían observar flores de las nieves que sobresalían algo estopeadas. Anna puso su vista en ellas y se encogió de hombros. No era culpa suya que estuviesen en el lugar que el mapa indicaba que se hallaba el tesoro, aunque ciertamente lo había hecho a propósito.
Era una larga historia, pero había dado con un curioso documento varias semanas atrás, el cual afirmaba que había un tesoro oculto escondido en los jardines de palacio, y por culpa de la lluvia no se le había permitido salir del castillo. Ahora nada la detendría. Si tal tesoro existía, Anna lo encontraría costase lo que costase, pues aún no había nacido nadie capaz de detenerla... Bueno, nadie de su familia.
-¿Enserio? Es una lastima-Repuso, sin lamentarlo demasiado. Esas flores eran igual de estiradas que su hermana, solitarias y sólo crecían en la montaña, aisladas del mundo. Pensaba que si las estropeaba, quizás Elsa se tomaría la molestia de reprenderla por ello, y de ese modo podría mendigar un poco de su atención, si no, tampoco importaba pues esa no era la prioridad de la princesa en ese momento.
-¿Puedo sugeriros que abriguéis al menos?-Se atrevió a preguntar Kai, con aire solemne y preocupado, mostrando la prenda de tela que colgaba de su brazo.
-Si, si-Dijo la muchacha-Déjalo por ahí, encima de ese seto, mismo.
Asumiendo que no conseguiría hacer entrar en razón a la muchacha, el mayordomo acató sus órdenes y depositó el abrigo sobre un seto con forma redondeada, para después marcharse. Anna, por su parte, seguía obcecada en su particular búsqueda del tesoro. Dentro de las pocas cosas que había para hacer en el palacio, esa era sin duda un buen entretenimiento pese a estar resultando ingrato. Sus esfuerzos parecían vanos, y el cielo se nublaba teñido de gris por la oscuridad con la amenaza de otra nueva tormenta. De pronto, la pala chocó contra algo sólido y duro, y sus ojos se iluminaron como si el sol brillase. Anna tiró el objeto hacia un lado y se agachó sobre el boquete del suelo, escarbando con sus propios dedos allí donde el metal había encontrado un obstáculo.
-¡Por fín!-Aclamó con emoción. El trabajo daba sus frutos después de hacer al menos tres agujeros, y al fin tendría su precioso tesoro, cuya identidad ignoraba por completo, ¿Cofres con joyas? ¿Cofres con coronas? Había tantas posibilidades... La sonrisa no tardó en borrarse al ver que se trataba de una simple, fea y grande piedra. La princesa se sentó en el suelo, poniéndola a la altura de sus ojos y mirándola decepcionada. La lanzó hacia atrás despectivamente y se rascó la mejilla, dejando en ella una línea de suciedad, para después dejarse caer sobre el húmedo césped con gesto mohíno-¡Arggg! ¡Es inútil!-Clamó extresada-¿Es que nunca hay nada que hacer?-Se miró las manos llenas de tierra-A este paso envejeceré de aburrimiento.-Una gota de agua cayó sobre su nariz, y a esta la siguieron muchas más mientras lo que era una pequeña lluvia se transformaba en chaparrón.
Re: Llamando la lluvia {Libre}
-A...A...ACHIS!!!
-jesus...
Seiyu miro a su compañero preocupado.
-te vas a poner enfermo...
Rasth lo miro incrédulo antes de reírse
-jajaja... ¡¿Nooooo... enserio?!
al ver que seiyu lo miraba raro suspiro y dijo
-haber... estamos en el culo del mundo, en ninguna parte, en un pueblucho al pie de una montaña helada y encima a pie de costa... ¡claro que me pondré enfermo!
Seiyu miro a su alrededor
-a mi me parece una ciudad... y muy bonita
-¡no para de llover! ¡y estoy helado hasta las pelotas!
-Rasth ... tu lenguaje...
-me importa un carajo Seiyu! yo no tendría que estar aquí.
Seiyu medito sus palabras y le dio la razón
-Y entonces... ¡¿por que estamos aquí?!
-¡Trabajando Pedazo de alcornoque! nuestro trabajo para la bru...
Seiyu le corto en seco
-SHHHH! Rasth! ¡es secreto!
Seiyu se detuvo y puso el oído, solo se oía a algún jardinero dándole a la pala.
-no me refería a eso... me pregunto que hacemos aquí en vez de ir a ayudar a Vaan ¡nos necesita mas que nunca!
-al cuerno con Vaan, ese engreído traidor y asesino me importa una pinga...
-Pero es inocente Rasth! es nuestro amigo!
-todos somos asesinos seiyu, solo nos falta el momento y la razon apropiados...
-yo no creo eso...
-por eso eres idiota... pero si quieres saber la verdad, te la diré... ¡estamos aquí por que eres imbécil!
Seiyu recibió aquello como un mazazo
-te pusiste a decir que había una confabulación! que si Vaan era inocente! y calentaste al capitán! ...si no fuera por que te tiene en alta estima... estaríamos criando las malvas que se desayuna la bruja... ¡¿acaso crees que ella es sorda?! acabara escuchando las estupideces que sueltas... y yo no voy a caer contigo.
-pero entonces Vaan...
el gesto deprimente de Seiyu le dio una Idea a Rasth
-ya se, ya se... ¡¿pero no lo han cogido verdad?! ¡huyo! ya encontrara la manera de demostrar su inocencia
-ti... tienes razón!
A Seiyu se le ilumino el rostro
-si, pero no podría soportar verte sufrir por el, has un buen trabajo y ganémonos el favor de la bruja, y veras como entonces nos escuchan...
-¡claro que si!
-ve a palacio y pregunta las preguntas rutinarias... pero sin que se te vea el plumero vale?
-vale!..¿y tu? ¿que harás?
-yo me ocupare del trabajo duro de ir a la posada a preguntar... soy un buen amigo, no te cargaría con eso
-si eres un buen amigo ¡voy a cumplir con mi deber!...
Seiyu corrió por los uros del castillo buscando la entrada, mientras Ralth sonreía
-hay que ser memo...
Ralth no había llegado tan lejos por si mismo, lo había conseguido gracias a vaan y a el apoyo de Seiyu... pero también era algo que lo irritaba, depender de esos imbéciles, Vaan había caído por su estupidez y por meterse en los asuntos tan importantes que te jugabas el cuello... en Cambio Ratlh sacaba provecho.
Se aprovechaba de "ese castigo" pues según sus informantes, en aquel reino estúpido estaban pasando cosas raras, como que la reina nunca salia de su castillo y tonterías así...
Aquello olía a rebeldes que tiraba para atrás, pero como mínimo habría alguien que se salia del guion.
Pero lo mejor de todo, es que mientras Seiyu hacia todo el trabajo el se tomaría unas cervezas... hay que "integrarse" para pasar desapercibido.
____________________________________________________
Unos soldados lanzaron de un tiron a el joven seiyu
-y no vuelvas!
Seiyu se levanto del barro ¡¿en que había metido la pata?! ¡¿solo había preguntado Si la reina Elsa actuaba raro o se veía con personas extrañas?! pregunta rudimentaria nº 3... aunque ahora que lo pensaba debería haber empezado con la 1º preguntando por su salud... o al menos presentándose.
-soy un inutil... no se hacer anda bien...
-¡Por fín!
Seiyu miro extrañado a una joven con coletas sacar una piedra, se enfurruño y se dejo caer en el césped, justo cuando empezó a llover.
Seiyu se levanto y se quito su camisa usándola como pantalla contra la lluvia poniéndola por encima y se acerco a la joven
-deberías ir a un lugar resguardado... te vas a empapar.
Seiyu se fijo mejor en la joven, pecosa, de pelo castaño cobrizo, de ojos azules espectaculares (decían que los suyos también eran especialmente bellos, pero el no le veía la belleza en el reflejo de los charcos)
y una piel blanquesina delicada, de un rosado tenue.
Desde luego era la moza/jardinera mas guapa que había visto en su vida.
-¿sabes donde nos podemos meter para evitar la lluvia? no creo que me dejen entrar a palacio
-jesus...
Seiyu miro a su compañero preocupado.
-te vas a poner enfermo...
Rasth lo miro incrédulo antes de reírse
-jajaja... ¡¿Nooooo... enserio?!
al ver que seiyu lo miraba raro suspiro y dijo
-haber... estamos en el culo del mundo, en ninguna parte, en un pueblucho al pie de una montaña helada y encima a pie de costa... ¡claro que me pondré enfermo!
Seiyu miro a su alrededor
-a mi me parece una ciudad... y muy bonita
-¡no para de llover! ¡y estoy helado hasta las pelotas!
-Rasth ... tu lenguaje...
-me importa un carajo Seiyu! yo no tendría que estar aquí.
Seiyu medito sus palabras y le dio la razón
-Y entonces... ¡¿por que estamos aquí?!
-¡Trabajando Pedazo de alcornoque! nuestro trabajo para la bru...
Seiyu le corto en seco
-SHHHH! Rasth! ¡es secreto!
Seiyu se detuvo y puso el oído, solo se oía a algún jardinero dándole a la pala.
-no me refería a eso... me pregunto que hacemos aquí en vez de ir a ayudar a Vaan ¡nos necesita mas que nunca!
-al cuerno con Vaan, ese engreído traidor y asesino me importa una pinga...
-Pero es inocente Rasth! es nuestro amigo!
-todos somos asesinos seiyu, solo nos falta el momento y la razon apropiados...
-yo no creo eso...
-por eso eres idiota... pero si quieres saber la verdad, te la diré... ¡estamos aquí por que eres imbécil!
Seiyu recibió aquello como un mazazo
-te pusiste a decir que había una confabulación! que si Vaan era inocente! y calentaste al capitán! ...si no fuera por que te tiene en alta estima... estaríamos criando las malvas que se desayuna la bruja... ¡¿acaso crees que ella es sorda?! acabara escuchando las estupideces que sueltas... y yo no voy a caer contigo.
-pero entonces Vaan...
el gesto deprimente de Seiyu le dio una Idea a Rasth
-ya se, ya se... ¡¿pero no lo han cogido verdad?! ¡huyo! ya encontrara la manera de demostrar su inocencia
-ti... tienes razón!
A Seiyu se le ilumino el rostro
-si, pero no podría soportar verte sufrir por el, has un buen trabajo y ganémonos el favor de la bruja, y veras como entonces nos escuchan...
-¡claro que si!
-ve a palacio y pregunta las preguntas rutinarias... pero sin que se te vea el plumero vale?
-vale!..¿y tu? ¿que harás?
-yo me ocupare del trabajo duro de ir a la posada a preguntar... soy un buen amigo, no te cargaría con eso
-si eres un buen amigo ¡voy a cumplir con mi deber!...
Seiyu corrió por los uros del castillo buscando la entrada, mientras Ralth sonreía
-hay que ser memo...
Ralth no había llegado tan lejos por si mismo, lo había conseguido gracias a vaan y a el apoyo de Seiyu... pero también era algo que lo irritaba, depender de esos imbéciles, Vaan había caído por su estupidez y por meterse en los asuntos tan importantes que te jugabas el cuello... en Cambio Ratlh sacaba provecho.
Se aprovechaba de "ese castigo" pues según sus informantes, en aquel reino estúpido estaban pasando cosas raras, como que la reina nunca salia de su castillo y tonterías así...
Aquello olía a rebeldes que tiraba para atrás, pero como mínimo habría alguien que se salia del guion.
Pero lo mejor de todo, es que mientras Seiyu hacia todo el trabajo el se tomaría unas cervezas... hay que "integrarse" para pasar desapercibido.
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Unos soldados lanzaron de un tiron a el joven seiyu
-y no vuelvas!
Seiyu se levanto del barro ¡¿en que había metido la pata?! ¡¿solo había preguntado Si la reina Elsa actuaba raro o se veía con personas extrañas?! pregunta rudimentaria nº 3... aunque ahora que lo pensaba debería haber empezado con la 1º preguntando por su salud... o al menos presentándose.
-soy un inutil... no se hacer anda bien...
-¡Por fín!
Seiyu miro extrañado a una joven con coletas sacar una piedra, se enfurruño y se dejo caer en el césped, justo cuando empezó a llover.
Seiyu se levanto y se quito su camisa usándola como pantalla contra la lluvia poniéndola por encima y se acerco a la joven
-deberías ir a un lugar resguardado... te vas a empapar.
Seiyu se fijo mejor en la joven, pecosa, de pelo castaño cobrizo, de ojos azules espectaculares (decían que los suyos también eran especialmente bellos, pero el no le veía la belleza en el reflejo de los charcos)
y una piel blanquesina delicada, de un rosado tenue.
Desde luego era la moza/jardinera mas guapa que había visto en su vida.
-¿sabes donde nos podemos meter para evitar la lluvia? no creo que me dejen entrar a palacio
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seiyu
Soldado raso de la Bruja
Re: Llamando la lluvia {Libre}
El cielo era un manto oscuro y negruzco, y las gotitas rezagadas se le metían en los ojos, produciéndole molestia. No se movió, estaba demasiado enfurruñada como para levantarse del suelo. De pequeña siempre había creído que la lluvia eran las lágrimas de algún ser querido que se hallaba en el cielo, ahora que era mayor, estaba convencida de que era un fenómeno atmosférico creado especialmente para fastidiarla a ella.
-Dichosas nubes-Odiaba no poder disfrutar del sol. El palacio se veía triste sin los rayos acariciando sus torres, o al menos más lúgubre y soso de lo habitual, afectando a su ánimo hasta volverlo irascible-Mi tesoro...-Gruño por lo bajo con resignación. La principal razón era sin duda, que no había hallado lo que buscaba, lo cual suponía un derroche extra de energía que podría haber empleado en otra cosa, como por ejemplo re decorar el salón a su gusto y antojo. El vapor salió de su boca al respirar, dibujando volutas que no tardaron en dispersarse, revelando un par de piernas, a las cuales les seguía un tronco y después una cabeza. Le hablaba a ella. Anna gritó, asustada, y lanzó una patada por los aires, queriendo acertarle en las espinillas, pero por desgracia no atinó. Rodó hacia un lado sobre la hierba mojada y se incorporó con brusquedad. Ya de pie, se dio cuenta de era un chico, y parte de su vestimenta estaba cubierta de barro, lo cual sólo tenía una explicación-¡Lo siento!-Se disculpó en voz alta, juntando las manos a pocos centímetros de su cara e inclinándose un poco-¡No te había reconocido!-En realidad, ni siquiera sabía quien rayos era, pero Anna estaba casi segura de que debía ser el jardinero del que había hablado Kai momentos antes. De lo contrario, no iría tan sucio por ese lugar. Miró hacia atrás por el rabillo del ojo, y recordó que ahora en vez de un jardín parecía el escenario de una batalla campal, lleno de agujeros en el suelo igual que un queso cheddar. Esta vez la había hecho buena, y posiblemente si que se la iba a cargar después de todo... Se mordió el labio inferior y sonrió de forma forzada-¡Claro que sí!-Exclamó, agarrándolo del brazo y tirando de él, para que no pudiese girarse y ver el estropicio en el que se había convertido uno de los lugares más bonitos del castillo-Ven conmigo-Le ordenó-Los establos no andan muy lejos. ¿Te has topado con Gerda, verdad? No me extraña, no creo que me deje entrar a mí tampoco si me ve así. Cuando quiere puede ponerse muy quisquillosa, pero que se le va a hacer, como gobernanta tiene que encargarse de que todo este impecable, y ¡Puff! Yo no puedo estarme quieta...
-Dichosas nubes-Odiaba no poder disfrutar del sol. El palacio se veía triste sin los rayos acariciando sus torres, o al menos más lúgubre y soso de lo habitual, afectando a su ánimo hasta volverlo irascible-Mi tesoro...-Gruño por lo bajo con resignación. La principal razón era sin duda, que no había hallado lo que buscaba, lo cual suponía un derroche extra de energía que podría haber empleado en otra cosa, como por ejemplo re decorar el salón a su gusto y antojo. El vapor salió de su boca al respirar, dibujando volutas que no tardaron en dispersarse, revelando un par de piernas, a las cuales les seguía un tronco y después una cabeza. Le hablaba a ella. Anna gritó, asustada, y lanzó una patada por los aires, queriendo acertarle en las espinillas, pero por desgracia no atinó. Rodó hacia un lado sobre la hierba mojada y se incorporó con brusquedad. Ya de pie, se dio cuenta de era un chico, y parte de su vestimenta estaba cubierta de barro, lo cual sólo tenía una explicación-¡Lo siento!-Se disculpó en voz alta, juntando las manos a pocos centímetros de su cara e inclinándose un poco-¡No te había reconocido!-En realidad, ni siquiera sabía quien rayos era, pero Anna estaba casi segura de que debía ser el jardinero del que había hablado Kai momentos antes. De lo contrario, no iría tan sucio por ese lugar. Miró hacia atrás por el rabillo del ojo, y recordó que ahora en vez de un jardín parecía el escenario de una batalla campal, lleno de agujeros en el suelo igual que un queso cheddar. Esta vez la había hecho buena, y posiblemente si que se la iba a cargar después de todo... Se mordió el labio inferior y sonrió de forma forzada-¡Claro que sí!-Exclamó, agarrándolo del brazo y tirando de él, para que no pudiese girarse y ver el estropicio en el que se había convertido uno de los lugares más bonitos del castillo-Ven conmigo-Le ordenó-Los establos no andan muy lejos. ¿Te has topado con Gerda, verdad? No me extraña, no creo que me deje entrar a mí tampoco si me ve así. Cuando quiere puede ponerse muy quisquillosa, pero que se le va a hacer, como gobernanta tiene que encargarse de que todo este impecable, y ¡Puff! Yo no puedo estarme quieta...
Re: Llamando la lluvia {Libre}
Extrañamente la joven prácticamente lo ataco, muy mal, pero lo ataco... era extraño considerando Arendelle un lugar pacifico sin conflictos... lo único que se le ocurrió es que fuera una joven llena de energía... y lo hubiera visto como una amenaza.
Pero rápidamente lo saluda como si fuera un conocido
-¡Lo siento!¡No te había reconocido!
-he... essssto yo?
Y de repente Seiyu se encontró en una especie de tornado que lo arrastraba inexorablemente a alguna parte, muy autoritaria y sin parar de hablar consiguió llevar a seiyu hasta donde querias
-Ven conmigo! Los establos no andan muy lejos. ¿Te has topado con Gerda, verdad? No me extraña, no creo que me deje entrar a mí tampoco si me ve así. Cuando quiere puede ponerse muy quisquillosa, pero que se le va a hacer, como gobernanta tiene que encargarse de que todo este impecable, y ¡Puff! Yo no puedo estarme quieta...
Cuando finalmente llegaron Seiyu confuso solo se le ocurrió decir
-esto... perdone... creo que me ha confundido... ¿quien es usted?
Pero rápidamente lo saluda como si fuera un conocido
-¡Lo siento!¡No te había reconocido!
-he... essssto yo?
Y de repente Seiyu se encontró en una especie de tornado que lo arrastraba inexorablemente a alguna parte, muy autoritaria y sin parar de hablar consiguió llevar a seiyu hasta donde querias
-Ven conmigo! Los establos no andan muy lejos. ¿Te has topado con Gerda, verdad? No me extraña, no creo que me deje entrar a mí tampoco si me ve así. Cuando quiere puede ponerse muy quisquillosa, pero que se le va a hacer, como gobernanta tiene que encargarse de que todo este impecable, y ¡Puff! Yo no puedo estarme quieta...
Cuando finalmente llegaron Seiyu confuso solo se le ocurrió decir
-esto... perdone... creo que me ha confundido... ¿quien es usted?
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seiyu
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Re: Llamando la lluvia {Libre}
Pisó algunos charcos por el camino a medida que la tormenta arreciaba y pasaba a ser algo más que una molesta llovizna otoñal. Empezaba a calarse completamente la cabeza y los hombros, y el frío le lamía los huesos con la inminente amenaza de un resfriado no deseado, por lo que Anna aceleró el paso todo lo que pudo, hasta llegar a la zona techada más cercana a fin de resguardarse. Resultaron no ser las caballerizas, sino un anexo que, a juzgar por lo que veían sus ojos, debía usarse como almacén de algún tipo. Uff, al menos de momento se había salvado de la bronca. Empezó a escurrir los puños de su camisa, dejando caer las gotas al suelo empedrado, y después hizo lo propio con su pelo, quitandose el flequillo húmedo de la frente.
-¡Bobadas! ¡Claro que no!-Le respondió Anna. Había que ser muy torpe para no conocer al personal de su propio palacio, y no se dejaría en ridículo. La verdad era que no le sonaba de nada, posiblemente porque la mayor parte de los criados estaban entraditos en años, aunque el nuevo jardinero no parecía ser mayor que Elsa en el mejor de los casos. Tal vez sería hijo o sobrino de alguien, quien sabía. No todos los días se conocía a un nuevo sirviente. Tenía un aspecto saludable, algo agreste y aun así no parecía mala persona, tal vez porque tenía cierto atractivo al ser la novedad que entraba por los ojos de la princesa. Lo que parecía claro era que estaba un poco desorientado, pero era algo normal pues el palacio era grande… O al menos eso suponía, ya que jamás había estado en otro que no fuese aquel-Soy Anna-Contestó, moviendo la mano, como si le gastase una broma-de Arendelle, ¿Quién si no? Como iba diciendo, Gerda se pondrá hecha una furia si nos ve manchando el suelo con tanto barro. ¡Mirate! Parece que te hayas revolcado por él-Bromeó, riendo y haciendo aspavientos.
-¡Bobadas! ¡Claro que no!-Le respondió Anna. Había que ser muy torpe para no conocer al personal de su propio palacio, y no se dejaría en ridículo. La verdad era que no le sonaba de nada, posiblemente porque la mayor parte de los criados estaban entraditos en años, aunque el nuevo jardinero no parecía ser mayor que Elsa en el mejor de los casos. Tal vez sería hijo o sobrino de alguien, quien sabía. No todos los días se conocía a un nuevo sirviente. Tenía un aspecto saludable, algo agreste y aun así no parecía mala persona, tal vez porque tenía cierto atractivo al ser la novedad que entraba por los ojos de la princesa. Lo que parecía claro era que estaba un poco desorientado, pero era algo normal pues el palacio era grande… O al menos eso suponía, ya que jamás había estado en otro que no fuese aquel-Soy Anna-Contestó, moviendo la mano, como si le gastase una broma-de Arendelle, ¿Quién si no? Como iba diciendo, Gerda se pondrá hecha una furia si nos ve manchando el suelo con tanto barro. ¡Mirate! Parece que te hayas revolcado por él-Bromeó, riendo y haciendo aspavientos.
Re: Llamando la lluvia {Libre}
Seiyu intento seguir la combersacion pero no pudo.
-encantado Anna...
Anna empezo a decir cosas que no tenian sentido.
-¡¿Quien esGerda?!... a si... me acaban de hechar a patadas al barro... al parecer nadie le gustan mis preguntas...
Seiyu no parecia saber que hablaba de mas
-yo no ensucie sus ropas... pero eso no les impidio lanzarme ak barro como un saco de patatas... ¿sera que los de aqui son asi?
Seiyu estaba dandole vueltas a la cabeza sin pensar mucho lo que decia o quien podia estar a su lado.
-O puede que esa Elza tenga algun asunto turbio... no! No puedo pensar asi de la gente... habra sido un malentendido.
-encantado Anna...
Anna empezo a decir cosas que no tenian sentido.
-¡¿Quien esGerda?!... a si... me acaban de hechar a patadas al barro... al parecer nadie le gustan mis preguntas...
Seiyu no parecia saber que hablaba de mas
-yo no ensucie sus ropas... pero eso no les impidio lanzarme ak barro como un saco de patatas... ¿sera que los de aqui son asi?
Seiyu estaba dandole vueltas a la cabeza sin pensar mucho lo que decia o quien podia estar a su lado.
-O puede que esa Elza tenga algun asunto turbio... no! No puedo pensar asi de la gente... habra sido un malentendido.
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Re: Llamando la lluvia {Libre}
-Ya te lo he dicho, Gerda es el ama de llaves, ¿No la has conocido todavía?-Que raro, normalmente ella se encargaba de las contrataciones. Tal vez no recordaba su nombre, o es que había entrado al palacio a través de Kai, cuyas responsabilidades también abarcaban ese campo. Todo era posible-¿Qué? No seas exagerado, ¿Por qué iban a echar al jardinero? La gente de aquí es un poco aburrida, pero nunca violenta. Por cierto, no me has dicho cómo te llamas-Dijo, hablando sin parar. Ella misma había intentado de acertarle una buena patada, pero eso era otro cantar. Agarró repentinamente su brazo con fuerza, dejando la marca de sus dedos sobre la tela de su camisa-Espera, ¿Qué? ¿Has dicho Elsa? ¿Qué Elsa? ¿De qué conoces tú a Elsa?-Lo interrogó de corrillo, hablando precipitadamente, repitiendo tres veces el nombre de la reina y abriendo los ojos de par en par, como si lo viese por primera vez. Los orbes azules de Anna escrutaron los de aquel desconocido, casi iguales a los suyos-¿Por eso te han echado? ¿Te has chocado con ella o algo? ¡Vaya, cuanto lo siento! Bueno, mi hermana no es precisamente el alma de la huerta, no pienses mal de ella simplemente porque te haya mirado mal. Es un poco rarita-Confió, poniendose la mano sobre los labios y hablando en voz baja como si le confiase un secreto de estado-No te preocupes, no creo que te despida por eso. Si lo hace, yo intercederé por tí-Y le guiñó un ojo.
Re: Llamando la lluvia {Libre}
Seiyu se mareo, ni el la entendía ni ella a el... era un completo dialogo de besugos.
-haber! tranquila déjame pensar un momento...
Seiyu busco en su mente las escusas de la guía de soldados guardianes... y solo tenia una posible.
Intento llamar la atención de la joven como pudo.
-haber!!... ¡no soy jardinero! no trabajo aquí! ¡no vivo aquí!... soy... un enviado... de una tierra lejana... un príncipe
Seiyu no se le daba muy bien mentir
-un príncipe muy tímido... si muy muy tímido... que quiere saber... cosas de la reina Elsa... yo solo pregunte pero al parecer no les gusta que ande husmeando por hay...
Seiyu intento hacer contacto visual a ver si le estaba escuchando
-¿me entendiste?
-haber! tranquila déjame pensar un momento...
Seiyu busco en su mente las escusas de la guía de soldados guardianes... y solo tenia una posible.
Intento llamar la atención de la joven como pudo.
-haber!!... ¡no soy jardinero! no trabajo aquí! ¡no vivo aquí!... soy... un enviado... de una tierra lejana... un príncipe
Seiyu no se le daba muy bien mentir
-un príncipe muy tímido... si muy muy tímido... que quiere saber... cosas de la reina Elsa... yo solo pregunte pero al parecer no les gusta que ande husmeando por hay...
Seiyu intento hacer contacto visual a ver si le estaba escuchando
-¿me entendiste?
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Re: Llamando la lluvia {Libre}
Se calmó al ver que su exceso de información había colapsado momentáneamente al joven. Lo soltó y juntó las manos detrás de su espalda, balanceándose hacia delante y hacia atrás lentamente, soltando algunas gotitas de lluvia en el proceso, que dibujaron un arco bajo su falda, dejandole algo de espacio para que pudiese pensar tranquilo, tarareando mientras tanto una alegre cancioncilla.
-¿No eres jardinero?-Se llevó las manos a la boca, repentinamente alarmada-¿Quién eres entonces?-Anna echó mano a lo primero que encontró, una especie de rastrillo algo oxidada que reposaba contra la pared más cercana, y lo blandió de forma defensiva. Más le valía tener una buena excusa para ella, o tendría que atizarle... Lo dejó caer de la sorpresa, haciendo que el metal entrechocase con las losas del suelo, inundando la estancia con aquel molesto ruido por unos segundos-¿Enserio? ¡Vaya, eso sí que es una sorpresa!-No tenía aspecto de príncipe, más bien parecía un sirviente. Pero...¿Por qué no? Era guapo a pesar del barro, y la historia encajaba más o menos dentro de las ideas preconcebidas que tenía Anna en su cabeza sobre los príncipes. Si que era verdad que parecía tímido. Le daría un voto de confianza-Deberías haber empezado por ahí-Se quejó, esbozando una sonrisa tierna y encantadora, previamente ensayada-Oh...-Asintió decepcionada. Así que sólo buscaba a Elsa. Seguramente por eso la habrían tirado al barro, su hermana carecía de pretendientes y a los pocos que llegaban a interesarse los espantaba con su mal carácter, no como ella, que era todo alegría y diversión. Y pese a eso, nunca nadie la recordaba... Todo el mundo siempre hablaba de la reina, y Anna era esa mancha imborrable que la seguía como una sombra. Eso iba a cambiar-Perfectamente. Empecemos de nuevo-Sugirió. Hizo una reverencia marcada, como correspondía a una dama de noble cuna, y pisó accidentalmente el rastrillo, golpeándose en la frente con el palo el mismo-¡Auch!-Se quejó, y en su cabeza apareció una marca roja en la zona golpeada. De una patada lo arrojó hacia un lado, como si no hubiese pasado nada, le tendió al desconocido su mano a la espera de que la besase, pidiendo la muestra de respeto obligatoria hacia la realeza que gobernaba el lugar-Soy Anna, princesa de Arendelle, ¿Y tu eres...?-Honestamente, no tenía demasiados conocimientos sobre heráldicas y apellidos de otras casas reales, y mucho menos si provenían de tierras lejanas-Sólo dime que deseas saber sobre mi hermana y yo te responderé encantada-Pero Anna sabía pocas cosas sobre Elsa, así que en caso de aprieto tendría que improvisar.
-¿No eres jardinero?-Se llevó las manos a la boca, repentinamente alarmada-¿Quién eres entonces?-Anna echó mano a lo primero que encontró, una especie de rastrillo algo oxidada que reposaba contra la pared más cercana, y lo blandió de forma defensiva. Más le valía tener una buena excusa para ella, o tendría que atizarle... Lo dejó caer de la sorpresa, haciendo que el metal entrechocase con las losas del suelo, inundando la estancia con aquel molesto ruido por unos segundos-¿Enserio? ¡Vaya, eso sí que es una sorpresa!-No tenía aspecto de príncipe, más bien parecía un sirviente. Pero...¿Por qué no? Era guapo a pesar del barro, y la historia encajaba más o menos dentro de las ideas preconcebidas que tenía Anna en su cabeza sobre los príncipes. Si que era verdad que parecía tímido. Le daría un voto de confianza-Deberías haber empezado por ahí-Se quejó, esbozando una sonrisa tierna y encantadora, previamente ensayada-Oh...-Asintió decepcionada. Así que sólo buscaba a Elsa. Seguramente por eso la habrían tirado al barro, su hermana carecía de pretendientes y a los pocos que llegaban a interesarse los espantaba con su mal carácter, no como ella, que era todo alegría y diversión. Y pese a eso, nunca nadie la recordaba... Todo el mundo siempre hablaba de la reina, y Anna era esa mancha imborrable que la seguía como una sombra. Eso iba a cambiar-Perfectamente. Empecemos de nuevo-Sugirió. Hizo una reverencia marcada, como correspondía a una dama de noble cuna, y pisó accidentalmente el rastrillo, golpeándose en la frente con el palo el mismo-¡Auch!-Se quejó, y en su cabeza apareció una marca roja en la zona golpeada. De una patada lo arrojó hacia un lado, como si no hubiese pasado nada, le tendió al desconocido su mano a la espera de que la besase, pidiendo la muestra de respeto obligatoria hacia la realeza que gobernaba el lugar-Soy Anna, princesa de Arendelle, ¿Y tu eres...?-Honestamente, no tenía demasiados conocimientos sobre heráldicas y apellidos de otras casas reales, y mucho menos si provenían de tierras lejanas-Sólo dime que deseas saber sobre mi hermana y yo te responderé encantada-Pero Anna sabía pocas cosas sobre Elsa, así que en caso de aprieto tendría que improvisar.
Re: Llamando la lluvia {Libre}
Seiyu penso mientras meditaba, pues habia algo que parecia habersele olvidado.
-¡¿Princesa?!
Ya la habia hecho buena.
Seiyu se inclino ante Anna, antes de admitir.
-No soy digno de su presecia... no soy principe... soy...-Aunque ya no podia mentirle debia ocultar ciertas cosas-soy un... enviado del auntentico principe... que como dije es timido.
Seiyu esperaba distanciar la combersacion de su principe inventado.
-Yo soy un guerrero trotamundos en busca de fama y fortuna.
Ser un heroe no tenia que ver con esas cosas, pero estaba harto de miradas raras y de burlas.
-Mis preguntas seran sencillas , no tengo interes en molestaros.
Seiyu intento pensar en la preguntas pero en el ultimo momento le parecio ver algo raro en Anna
-¿Esta bien?
Naturalmente no quedo claro si lo preguntaba por Elza o Anna
-¡¿Princesa?!
Ya la habia hecho buena.
Seiyu se inclino ante Anna, antes de admitir.
-No soy digno de su presecia... no soy principe... soy...-Aunque ya no podia mentirle debia ocultar ciertas cosas-soy un... enviado del auntentico principe... que como dije es timido.
Seiyu esperaba distanciar la combersacion de su principe inventado.
-Yo soy un guerrero trotamundos en busca de fama y fortuna.
Ser un heroe no tenia que ver con esas cosas, pero estaba harto de miradas raras y de burlas.
-Mis preguntas seran sencillas , no tengo interes en molestaros.
Seiyu intento pensar en la preguntas pero en el ultimo momento le parecio ver algo raro en Anna
-¿Esta bien?
Naturalmente no quedo claro si lo preguntaba por Elza o Anna
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Re: Llamando la lluvia {Libre}
Sacudió la cabeza con vehemencia, reacia a aceptar el giro en la conversación.
-Oh vamos, no hace falta que te inclines-Le dio un toquecito en el hombro, para que se incorporase. Sí, ella recurría al trato formal, pero ese tipo de diálogos no eran de su agrado-No muerdo-De momento-Ni que te hubieses chocado con Elsa-Agitó la mano mientras resoplaba al mismo tiempo, dándole a entender que entonces sí que tendría de que preocuparse-A ver, dime la verdad, ¿Quién eres? Porque primero resulta que no eres un jardinero, y ahora tampoco eres un príncipe-Le regañó. La defraudó que no fuese un príncipe, aunque todavía podría compensarla por ello. Necesitaba un par de manos fuertes que la ayudasen a seguir buscando el tesoro escondido, y el chico parecía en buena forma. Posó las manos sobre su cintura y bajó una ceja anaranjada-¿Y qué quiere tu príncipe? Si es que existe realmente-Igual era simplemente que tenía interés en Elsa... O igual era ¡Franz! No, el príncipe de Lindert no era precisamente tímido. Anna pestañeó, soñadora-¿No me estarás tomando el pelo, no? Porque si es así-Tomó aire, con la amenaza de convocar a la guardia, un amago que no llegó especialmente lejos. Anna estaba confundida-¿Que eres? Dímelo claro o llamo a los criados, ¿Un jardinero, un príncipe, un enviado o trotamundos?-Cruzó los brazos sobre el pecho y dió un par de pataditas al suelo, impaciente-Tengo la impresión...-Comenzó a decir-De que tu no deberías estar aquí-Alzó una ceja, y lejos de ponerse seria, sonrió-¿Te has colado en el palacio, verdad?-Soltó una carcajada de felicidad-Pues tienes mérito, ¿Eh? Normalmente no habrías pasado de las murallas interiores. Elsa se pondrá hecha una furia-Parecía que la idea la divertía muchísimo-Si se entera... Porque yo no se lo voy a decir-Le guiñó un ojo-Y dime, ¿Qué preguntas son esas? Ya que has llegado tan lejos, me da cosa que te vayas con las manos vacías. Adelante, dispara.
-Oh vamos, no hace falta que te inclines-Le dio un toquecito en el hombro, para que se incorporase. Sí, ella recurría al trato formal, pero ese tipo de diálogos no eran de su agrado-No muerdo-De momento-Ni que te hubieses chocado con Elsa-Agitó la mano mientras resoplaba al mismo tiempo, dándole a entender que entonces sí que tendría de que preocuparse-A ver, dime la verdad, ¿Quién eres? Porque primero resulta que no eres un jardinero, y ahora tampoco eres un príncipe-Le regañó. La defraudó que no fuese un príncipe, aunque todavía podría compensarla por ello. Necesitaba un par de manos fuertes que la ayudasen a seguir buscando el tesoro escondido, y el chico parecía en buena forma. Posó las manos sobre su cintura y bajó una ceja anaranjada-¿Y qué quiere tu príncipe? Si es que existe realmente-Igual era simplemente que tenía interés en Elsa... O igual era ¡Franz! No, el príncipe de Lindert no era precisamente tímido. Anna pestañeó, soñadora-¿No me estarás tomando el pelo, no? Porque si es así-Tomó aire, con la amenaza de convocar a la guardia, un amago que no llegó especialmente lejos. Anna estaba confundida-¿Que eres? Dímelo claro o llamo a los criados, ¿Un jardinero, un príncipe, un enviado o trotamundos?-Cruzó los brazos sobre el pecho y dió un par de pataditas al suelo, impaciente-Tengo la impresión...-Comenzó a decir-De que tu no deberías estar aquí-Alzó una ceja, y lejos de ponerse seria, sonrió-¿Te has colado en el palacio, verdad?-Soltó una carcajada de felicidad-Pues tienes mérito, ¿Eh? Normalmente no habrías pasado de las murallas interiores. Elsa se pondrá hecha una furia-Parecía que la idea la divertía muchísimo-Si se entera... Porque yo no se lo voy a decir-Le guiñó un ojo-Y dime, ¿Qué preguntas son esas? Ya que has llegado tan lejos, me da cosa que te vayas con las manos vacías. Adelante, dispara.
Re: Llamando la lluvia {Libre}
Seiyu se quedo palido ante semejante lluvia de preguntas y amenazas, intento estar impasible, pero finalmente se llevo la mano a la parte de atras de la nuca suspirando
-que va... se lo dije a Rasth, pero mira que no me escucha...
Seiyu suspiro de nuevo soltando las manos y nego con la cabeza
-esta bien... no soy nada de eso... la verdad es que soy un intento de trotamundos que quiere llegar a ser un heroe...o mejor dicho sueña con ello ¿Estupido verdad?
Seiyu se sento agarrandose los pies de forma un tanto depresiva
-no me gusta engañar a la gente... pero la gente no le gusta que los ayude... soy torpe, un bocazas... ¡ni siquiera soy capaz de mentir y aguantar la mentira 5 minutos!... asi no hay forma... nunca sere un heroe...
"abraza tus sueños"
¿donde quedaba eso? ¿donde estaba el honor en mentirle a una joven?
-tecnicamente no me he colado... me dejaron pasar... pero me acaban de dar la patada... supongo que esperaban que mi tema de conversacion no tuviera nada que ver con Elsa... en cuanto la he mencionado me han hechado...¿de verdad se enfadara?
compartio una ligera sonrisa de complice con ella
-un colega y yo venimos aqui ... por que oimos rumores bastante perturbadores de la zona... Decian que la reina no salia nunca de su cuarto, que no atendia visitas ni a su corte...
Seiyu intento expresarse con claridad
- pensamos que podria estar enferma, o estar secuestrada...de eso ivan a ser mis preguntas ¿que pasa aqui?
-que va... se lo dije a Rasth, pero mira que no me escucha...
Seiyu suspiro de nuevo soltando las manos y nego con la cabeza
-esta bien... no soy nada de eso... la verdad es que soy un intento de trotamundos que quiere llegar a ser un heroe...o mejor dicho sueña con ello ¿Estupido verdad?
Seiyu se sento agarrandose los pies de forma un tanto depresiva
-no me gusta engañar a la gente... pero la gente no le gusta que los ayude... soy torpe, un bocazas... ¡ni siquiera soy capaz de mentir y aguantar la mentira 5 minutos!... asi no hay forma... nunca sere un heroe...
"abraza tus sueños"
¿donde quedaba eso? ¿donde estaba el honor en mentirle a una joven?
-tecnicamente no me he colado... me dejaron pasar... pero me acaban de dar la patada... supongo que esperaban que mi tema de conversacion no tuviera nada que ver con Elsa... en cuanto la he mencionado me han hechado...¿de verdad se enfadara?
compartio una ligera sonrisa de complice con ella
-un colega y yo venimos aqui ... por que oimos rumores bastante perturbadores de la zona... Decian que la reina no salia nunca de su cuarto, que no atendia visitas ni a su corte...
Seiyu intento expresarse con claridad
- pensamos que podria estar enferma, o estar secuestrada...de eso ivan a ser mis preguntas ¿que pasa aqui?
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Re: Llamando la lluvia {Libre}
Anna ya no sabía que versión creerse de todas las que le había contado. Torció los labios mientras lo escuchaba, con un gesto que intentaba parecer severo, pero que no lo lograba. Su rostro no estaba diseñado para lucir una expresión seria, no como el de su hermana.
-No me parece tan estúpido-Reconoció, comprensiva, posando una mano sobre su hombro para infundirle ánimos-¡Qué exagerado! ¡Seguro que lo lograrás!-Optimismo, palabra clave en el universo personal de Anna. Nunca había nada definitivo, ni siquiera la muerte era el final. Incluso ella confiaba en que algún día su oportunidad llegase y pudiese ver el mundo. No estaba encerrada en una torre ni mucho menos, pero casi. Las puertas cerradas la ahogaban-Eso te hace muy loable-Soltó una risita, pues ni siquiera sabía el significado de aquella palabra. Se removió intentando hacerse la interesante para impresionarlo. La princesa se acomodó a su lado, sobre un saco que tenía varios remiendos y una generosa capa de polvo encima-Lamentablemente este no es el lugar idóneo para empezar si lo que buscas es labrarte una fortuna. Arendelle es tan aburrido...-Resopló frustrada, y un mechón de pelo mojado se movió de su sitio-Aquí no encontrarás gigantes, dragones o princesas en apuros-Ella lo estaba, en cierto modo, pero no era ESA clase de problemas que buscaba un héroe-Lo que ves es lo que hay-Extendió los brazos, como si abarcase todo el terreno entre estos, y ladeó el rostro para mirarle-No hay nada raro en la conducta de la reina-Aseguró con pesadumbre, desilusionada. Al menos no nada que se saliese de lo habitual-Lleva siendo así desde... Bueno, desde siempre casi. No esta enferma ni nada por es estilo, simplemente es su forma de ser. No le gusta mucho tratar con la gente, ¿Sabías? Como si fuesen a contagiarle algo, o que se yo...-Ni siquiera con su propia hermana-Pero no creo que las singularidades de la reina sean algo de lo que deba preocuparse un caballero venido de tierras lejanas-Se rió de forma hueca-La única forma de salvar a Arendelle es abriendo las puertas, y créeme que eso no va a pasar. Tal vez deberías ir a otro reino más necesitado de un héore-Sugirió-Peeero...-Le agarró el brazo con fuerza-Aún no me has dicho como te llamas. No es justo que sepas mi nombre y yo no conozca el tuyo-Entrecerró los ojos-Además, me debes un favor por no haberte delatado. Piensalo, un desconocido en el castillo hablando con la hermana de la reina-Negó con la cabeza-Qué pensarían...
-No me parece tan estúpido-Reconoció, comprensiva, posando una mano sobre su hombro para infundirle ánimos-¡Qué exagerado! ¡Seguro que lo lograrás!-Optimismo, palabra clave en el universo personal de Anna. Nunca había nada definitivo, ni siquiera la muerte era el final. Incluso ella confiaba en que algún día su oportunidad llegase y pudiese ver el mundo. No estaba encerrada en una torre ni mucho menos, pero casi. Las puertas cerradas la ahogaban-Eso te hace muy loable-Soltó una risita, pues ni siquiera sabía el significado de aquella palabra. Se removió intentando hacerse la interesante para impresionarlo. La princesa se acomodó a su lado, sobre un saco que tenía varios remiendos y una generosa capa de polvo encima-Lamentablemente este no es el lugar idóneo para empezar si lo que buscas es labrarte una fortuna. Arendelle es tan aburrido...-Resopló frustrada, y un mechón de pelo mojado se movió de su sitio-Aquí no encontrarás gigantes, dragones o princesas en apuros-Ella lo estaba, en cierto modo, pero no era ESA clase de problemas que buscaba un héroe-Lo que ves es lo que hay-Extendió los brazos, como si abarcase todo el terreno entre estos, y ladeó el rostro para mirarle-No hay nada raro en la conducta de la reina-Aseguró con pesadumbre, desilusionada. Al menos no nada que se saliese de lo habitual-Lleva siendo así desde... Bueno, desde siempre casi. No esta enferma ni nada por es estilo, simplemente es su forma de ser. No le gusta mucho tratar con la gente, ¿Sabías? Como si fuesen a contagiarle algo, o que se yo...-Ni siquiera con su propia hermana-Pero no creo que las singularidades de la reina sean algo de lo que deba preocuparse un caballero venido de tierras lejanas-Se rió de forma hueca-La única forma de salvar a Arendelle es abriendo las puertas, y créeme que eso no va a pasar. Tal vez deberías ir a otro reino más necesitado de un héore-Sugirió-Peeero...-Le agarró el brazo con fuerza-Aún no me has dicho como te llamas. No es justo que sepas mi nombre y yo no conozca el tuyo-Entrecerró los ojos-Además, me debes un favor por no haberte delatado. Piensalo, un desconocido en el castillo hablando con la hermana de la reina-Negó con la cabeza-Qué pensarían...
Re: Llamando la lluvia {Libre}
Seiyu no era persona de alabanzas, pero para el Arendelle tenia algo especial y unico.
-A lo mejor la reina esta siendo coaccionada... pero no tendria sentido ¿no?... seguramente esta enferma... o tiene miedo de algo... no se, no la conozco.
Seiyu asintio contento de que existiers alguien que creyera de verdad en el, pero tambien temblo ante la amenaza de la joven, no se le habia ocurrido cuanto se estaba hundiendo en el lodo.
-ho!!! Claro majestad! Soldado Seiyu a su servicio...y con un poco de suerte Ser Seiyu algun dia.
El joven medito sus ultimas palabras antes de preguntar.
-Os servire en todo lo que este en mi mano... pero ¿No sera... Nada decoroso verdad?
Seiyu asintio mas o menos convencido
-Un heroe devuelve siempre sus favores. ¿En que puedo serviros?
-A lo mejor la reina esta siendo coaccionada... pero no tendria sentido ¿no?... seguramente esta enferma... o tiene miedo de algo... no se, no la conozco.
Seiyu asintio contento de que existiers alguien que creyera de verdad en el, pero tambien temblo ante la amenaza de la joven, no se le habia ocurrido cuanto se estaba hundiendo en el lodo.
-ho!!! Claro majestad! Soldado Seiyu a su servicio...y con un poco de suerte Ser Seiyu algun dia.
El joven medito sus ultimas palabras antes de preguntar.
-Os servire en todo lo que este en mi mano... pero ¿No sera... Nada decoroso verdad?
Seiyu asintio mas o menos convencido
-Un heroe devuelve siempre sus favores. ¿En que puedo serviros?
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Re: Llamando la lluvia {Libre}
-¿Coaccionada?-Anna sacudió la cabeza, soltando una risita por lo bajo-No lo creo-Que chico tan ingenuo. La buena voluntad de aquellos que sólo buscaban hacer el bien, buscando una excusa para justificar la actitud de la reina. Pero no, lamentablemente Elsa era tan reservada que le parecía prácticamente imposible que alguien pudiese acercarse siquiera como para amenazarla. Además, despedía un aura metafórica de mal rollo y tensión-A veces pienso que ni siquiera yo la conozco-Se encogió de hombros y arrugó los labios de forma melancólica, haciendo pucheros. Aprovechó para levantarse del suelo de forma precipitada, y se asomó por el pequeño ventanal. Algunos rayos de sol luchaban por abrirse paso entre las nubes que encapotaban el cielo, y al menos había dejado de llover. La tierra estaría demasiado húmeda para escavar en ella, pero al menos ahora tenía ayuda-No, no soy Majestad-Le corigió-Yo soy Anna, ¿Recuerdas?. Así que te llamas Seiyu, ¿Eh? Que nombre tan exótico, suena así como elegante. ¿De donde eres exactamente? Porque me ha quedado claro que de por aquí no-Le sonrió, al tiempo que exprimía su trenza izquierda de nuevo-¿Decoroso? No te preocupes, lo que voy a pedirte no es nada decoroso-Lo miró de arriba abajo-Ya puedes ir desnudándote-Dijo, en broma y con picardía, divertida por su comentario. Anna esperó unos segundos a ver su reacción, pero un golpe de risa la traicionó y acabó con las manos en las costillas mientras seguía riendo como una loca. La princesa se incorporó con dificultad tras reponerse, secandose una lágrima de la mejilla y algo acalorada-Disculpa, no quería ser grosera, era sólo un juego inocente. Normalmente no tengo con quien bromear-Dijo con bochorno. Le agarró de la mano y tiró de él-Me gustaría que me ayudases a buscar un tesoro-Y lo arrastró de nuevo hasta el patio, donde el olor a tierra mojada inundó sus sentidos con un despliege de sensaciones. Hacía un poco de frío, pero Anna se sentía contenta, ahora al menos sabía que no iba a ganarse la bronca del jardinero.
Re: Llamando la lluvia {Libre}
El joven se rasco la barbilla algo confuso
-Pues... sinceramente, de ninguna parte, no hay ningun lugar al que pueda llamar hogar... exeptuando el orfanato donde me crie.
Seiyu no veia raro ni triste su condicion de huerfano.
Se sintio mas tranquilo cuando Anna le aseguro que no seria decoroso.
-¡¿Que me desnude?!
Seiyu era un joven de honor, su lealtad al reino de fantasia le exigia obediencia a las sangres reales de sus reinos, pero su honor deberia evitar desonrar a una princesa de esa forma.
Tanto si lo hacia como si no, acabaria deshonrado
Finalmente suspiro aliviado de no tener que decidir.
-Que susto me habeis dado... ¿un tesoro? Es alguna reliquia familiar?
Las familias de sangre real solian seguir ssu linaje, de forma que seria facil para una princesa saber que su tio escondia oro obtenido de la cueva de un dragon.
-Te ayudare... aunque se me dan muy mal los mapas.
-Pues... sinceramente, de ninguna parte, no hay ningun lugar al que pueda llamar hogar... exeptuando el orfanato donde me crie.
Seiyu no veia raro ni triste su condicion de huerfano.
Se sintio mas tranquilo cuando Anna le aseguro que no seria decoroso.
-¡¿Que me desnude?!
Seiyu era un joven de honor, su lealtad al reino de fantasia le exigia obediencia a las sangres reales de sus reinos, pero su honor deberia evitar desonrar a una princesa de esa forma.
Tanto si lo hacia como si no, acabaria deshonrado
Finalmente suspiro aliviado de no tener que decidir.
-Que susto me habeis dado... ¿un tesoro? Es alguna reliquia familiar?
Las familias de sangre real solian seguir ssu linaje, de forma que seria facil para una princesa saber que su tio escondia oro obtenido de la cueva de un dragon.
-Te ayudare... aunque se me dan muy mal los mapas.
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Re: Llamando la lluvia {Libre}
-¡Oh, vaya! Yo también soy huérfana-Exclamó la princesa. No podía decirse que pertenecer a ese grupo “exclusivo” fuese algo de lo que enorgullecerse, pues precisamente por eso se sentía más sola y aburrida aún al no tener a sus padres a su lado. Tampoco habrían cambiado demasiado las cosas pero era esperanzador encontrar a alguien igual que ella, que pudiese compartir sus penas (ya que su hermana no estaba por la labor, ni lo estaría nunca)-¿En qué reino está ese orfanato?-Insistió Anna, queriendo saciar su curiosidad, arrolladora cual torbellino. Quería saber más cosas, cualquier dato le servía de bosquejo para atisbar que era lo que se estaba perdiendo más allá de las puertas cerradas de Arendelle, algo que algún día podría ver con sus propios ojos por mucho que Elsa tratase de impedírselo-No tengo ni la más remota idea de lo que es-Agitó un trozo de papel húmedo y deteriorado delante de las narices de Seiyu, para que lo pudiese analizar el mejor-No está nada claro lo que pone, y no sé que es lo que voy a encontrar cuando dé con el. Pero si tan difícil es de interpretar el mapa, seguro que la recompensa será bastante jugosa, ¿No te parece?-¡Doblones!¿Coronas!¡Collares! ¿Qué encontraría? Le puso en las manos el pergamino, y dio grandes zancadas hasta alcanzar su pala, que estaba semi-hundida en un charco fangoso. La sacó, dibujando un reguero marrón allá donde rozaba el metal con la hierba, y la clavó a pocos centímetros del chico, apoyándose sobre el mango mientras lo miraba. Hacía un poco de fresco, y los tallos de césped presentaban pequeñas gotas transparentes semejantes a diamantes-¿Puedes sacar algo en claro? Porque yo no-Señaló los boquetes que había en el suelo, afeando enormemente el jardín del palacio, haciéndolo parecer el escenario de una batalla campal-Llevo horas cavando y no logro dar con él-Le arrojó la pala-Ahora te toca a ti-Finalizó, delegando sus funciones en el recién conocido aprendiz de héroe.
Re: Llamando la lluvia {Libre}
El joven he inexperto guerrero nada curtido, miro el papel mojado tratándolo con cuidado como si tuviera valor y luego a Anna, de nuevo mirado fijamente el papel como si algo lo intrigase, pero en realidad no miraba nada.
No sabia apenas leer, no digamos cartografiá y letra de medico todo ello semiborrado.
-No, esta muy codificado... o este lenguaje debe ser antiguo.
Finalmente se alegro de que delegaran trabajos, se le daba mejor ser el musculitos. Ademas ya había demostrado no poder mantener muy bien las mentiras.
Cogio la pala y empezó a cavar enérgicamente mientras preguntaba
-A cuanta profundidad cavo?
Seiyu siguió cavando sin esfuerzo, hasta que choco con algo.
¿Tan pronto?
Seiyu tubo que cavar un poco mas para sacar... otra piedra.
-Oye... ¿Estas segura que el mapa es de este jardín?... me extrañaría encontrar nada en semejante lugar.
Seiyu señalo el mapa
-A lo mejor hay que empezar desde otro punto...
No sabia apenas leer, no digamos cartografiá y letra de medico todo ello semiborrado.
-No, esta muy codificado... o este lenguaje debe ser antiguo.
Finalmente se alegro de que delegaran trabajos, se le daba mejor ser el musculitos. Ademas ya había demostrado no poder mantener muy bien las mentiras.
Cogio la pala y empezó a cavar enérgicamente mientras preguntaba
-A cuanta profundidad cavo?
Seiyu siguió cavando sin esfuerzo, hasta que choco con algo.
¿Tan pronto?
Seiyu tubo que cavar un poco mas para sacar... otra piedra.
-Oye... ¿Estas segura que el mapa es de este jardín?... me extrañaría encontrar nada en semejante lugar.
Seiyu señalo el mapa
-A lo mejor hay que empezar desde otro punto...
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Re: Llamando la lluvia {Libre}
-¿Sabes que pienso? ¡Esto parece escrito por trolls! No se entiende casi nada, apenas si logro ver algo en los dibujos. Y hablando de trolls, cuando era pequeña soñé que me besó uno… Es una pena que no me acuerde bien, ¿Verdad?-Se dio un golpecito en la frente, y volvió a agarrar el papel que tan inservible le era. Ahora tenía un par de brazos fuertes para cavar, pero tampoco le ayudaría de mucho guiarse por las indicaciones difusas si Seiyu acababa cansado y no eran capaces de dar con la tecla-Se supone que dos cabezas piensan mejor que una…-Estrujó el pergamino, sin importarle mucho que pudiese deteriorarse más, mientras arrugaba la nariz con gesto pensativo-Tu cava, que yo te aviso-Nada, era inútil intentar ver algún tipo de contenido oculto. El caso era que aquel papel le sonaba de algo… Pero no lograba recordar de qué. La pala volvió a chocar con algo y Anna se balanceó hacia delante para ver si había habido suerte, pero lamentablemente no era ningún objeto de valor. Ni siquiera podía contentarse con una bota vieja. La princesa de Arendelle agarró la roca que había sacado el joven del suelo y la miró con enfado, a pesar de no poseer poderes místicos, hubiese deseado que esta estallase en mil pedazos y al menos la búsqueda sirviese de algo. Sería bonito tener poderes, ¿Verdad?-¿Quién es el idiota que se dedica a plantar piedras en el jardín?-La arrojó con ensañamiento, y airada le dio una patada, haciendo que se hundiese en un estanque cercano, formado por las lluvias-Puede que tengas razón, Seiya-Se apoyó sobre su hombro al tiempo que desplegaba de nuevo el plano y lo ponía al revés, ignorante de que se había confundido con su nombre-Se supone que el tesoro está aquí, y yo he deducido que esto otro es esta parte en donde nosotros estamos, ¿Ves?-Contrajo sus labios-Podríamos intentar buscar en otro lugar…¿Pero desde cual?
-Se fue por aquí…-Dijo una voz familiar.
-¡Oh, oh!-Dejó escapar Anna.
-No debe andar muy lejos. Ya sabéis que es lo que piensa la reina al respecto, si se entera nos cortará la cabeza-La chica dudaba seriamente que Elsa fuese tan sanguinaria, pero por si acaso, los retazos de la conversación le indicaban el inequívoco augurio de problemas, tanto para ella como para el héroe novato.
-¡Por aquí!-Susurró, quitándole la pala para no dejar rastro de la prueba del delito, volviendo a arrastrarlo a toda prisa del origen de la voz que tan mala espina le daba, doblando una de las esquinas del edificio para llegar a una puerta alta e imponente, de acero que sostenía miles de trozos de cristal, los cuales protegían el interior de las inclemencias del tiempo. Vaya, ¿Cómo no había caído antes? El invernadero antes había sido bonito, pero ahora parecía toda una auténtica selva inexplorada. Anna cerró la puerta tras de sí, mirando curiosa tras los cristales. Había quienes decían que el invernadero ya no se usaba porque uno de los cristales que recubrían la pared estaba maldito, y a través de el sólo se veía el mundo distorsionado por el mal. Era mentira, evidentemente, pero la joven princesa hubiese deseado que fuese verdad-Aquí estaremos a salvo por un tiempo, no conviene que te vean mucho por aquí, podrían pensar que eres un ladrón o algo por el estilo... ¡Seguro que Elsa ya se ha dado cuenta de que he arruinado sus flores!-Exclamó cambiando de tema, tirando de sus mofletes hacia abajo. Estaba un poco arrepentida, pero el vertigo de la emoción anidaba en la boca de su estómago-Y ya que estamos, ¿Por donde sugieres que sigamos?
-Se fue por aquí…-Dijo una voz familiar.
-¡Oh, oh!-Dejó escapar Anna.
-No debe andar muy lejos. Ya sabéis que es lo que piensa la reina al respecto, si se entera nos cortará la cabeza-La chica dudaba seriamente que Elsa fuese tan sanguinaria, pero por si acaso, los retazos de la conversación le indicaban el inequívoco augurio de problemas, tanto para ella como para el héroe novato.
-¡Por aquí!-Susurró, quitándole la pala para no dejar rastro de la prueba del delito, volviendo a arrastrarlo a toda prisa del origen de la voz que tan mala espina le daba, doblando una de las esquinas del edificio para llegar a una puerta alta e imponente, de acero que sostenía miles de trozos de cristal, los cuales protegían el interior de las inclemencias del tiempo. Vaya, ¿Cómo no había caído antes? El invernadero antes había sido bonito, pero ahora parecía toda una auténtica selva inexplorada. Anna cerró la puerta tras de sí, mirando curiosa tras los cristales. Había quienes decían que el invernadero ya no se usaba porque uno de los cristales que recubrían la pared estaba maldito, y a través de el sólo se veía el mundo distorsionado por el mal. Era mentira, evidentemente, pero la joven princesa hubiese deseado que fuese verdad-Aquí estaremos a salvo por un tiempo, no conviene que te vean mucho por aquí, podrían pensar que eres un ladrón o algo por el estilo... ¡Seguro que Elsa ya se ha dado cuenta de que he arruinado sus flores!-Exclamó cambiando de tema, tirando de sus mofletes hacia abajo. Estaba un poco arrepentida, pero el vertigo de la emoción anidaba en la boca de su estómago-Y ya que estamos, ¿Por donde sugieres que sigamos?
Re: Llamando la lluvia {Libre}
- off:
- históricamente donde estamos situados? Antes durante o después de la huida de Elsa?
Seiyu pensó en los trolls, seres grotescos, grandes y belludos, viviendo bajo algún puente para devorar a quien pase.
O en esos mas altos casi sin pelo de piel verdosa curtida, de gesto bobalicón que viven en montañas.
No se imaginaba ninguno de ellos besando a Anna, asi que o bien era una clase de troll que no conocia, o era un trauma infantil
-Seiyu- corrigió- mi nombre es Seiyu.
Luego se vieron obligados a mudarse ante la llegada de los criados.
-Destrozaste las flores de la reina?! He destrozado el jardin de una reina?!
Seiyu preocupado se dejo guiar.
En un abandonado invernadero Seiyu miro uno de los cristales, tenia un símbolo inequívoco para un guardián.
Un símbolo Fata, un símbolo invisible a no ser que hayas tratado con... suspiro.
-... hadas... tenían que ser...
Seiyu miro mejor el cristal, sin duda la entrada de observadores y guardianes a Arendelle, pues aparte de Ralth y Seiyu, tendrían que haber mas por hay.
-Anna... si te cubres los ojos ... te llevo por un camino secreto.
Nadie fuera de los guardianes debía conocer las puertas secretas.
-Tranquila... no te voy a amordazar... solo grita si crees que debes hacerlo... y tus soldados me haran picadillo.
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seiyu
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Re: Llamando la lluvia {Libre}
- Off:
- Supongo que indiferente ^^º. Puede ser antes o simplemente el mismo día en que Elsa ya no está, como no es muy sociable nadie se ha dado cuenta aún de que se ha esfumado. Lo dejo a tu criterio.
Me he acordado de Bastas cuando has escrito lo de Fata xD.
-¡Oh!, perdona Seiyu-Se disculpó, sin sentirlo demasiado. Posiblemente en un par de horas volviese a equivocarse, al menos hasta que no se aprendiese del todo su nombre-¡Fue un accidente!-Mintió, encogiéndose de hombros y mostrándose compungida. A Anna no le gustaban esas flores blancas tan feas, pero sólo lo había hecho por fastidiar a Elsa, que nunca compartía nada con ella. La pequeña princesa de Arendelle, era ciertamente envidiosa, sobre todo en lo que concernía a su hermana mayor y odiaba que mimase más a unas estúpidas flores antes que a la sangre de su sangre. Caminó por la espesura mirando a su alrededor. Un manto de hojas podridas recubría el suelo y no era capaz de vislumbrar por donde pisaba con la seguridad que le hubiese dado el camino despejado. Pero nadie los buscaría por allí, y menos si se adentraban allá donde estaban las exóticas palmeras-¿Hadas?-Anna se giró-No, no, como mucho podrás encontrar insectos o lagartijas por aquí. Pero… ¿Hadas? ¿No eres un poco mayorcito para creer en esas cosas?-Lo interrogó con una sonrisa, haciéndose la madura. Cuando era pequeña, la joven había pensado que las luciérnagas eran esos pequeños seres alados que desprendían polvo mágico y concedían deseos. Ahora también, pero no lo reconocería. Le gustaba más fingir escepticismo-¿No habías dicho que era la primera vez que venías a Arendelle?-Le habían dicho muchas veces que no debía fiarse de los desconocidos, e incluso Franz le había hecho prometerle que tendría cuidado de ahora en adelante… Pero las promesas estaban para eso, para romperlas. La princesa tenía fe ciega en que la suerte siempre estaba de su lado-¿Vas a raptarme acaso?-Bromeó-Porque no tienes pinta de secuestrador…-Soltó una carcajada, pensando que Seiyu simplemente le estaba gastando una broma divertida. O igual era una táctica para hacerse el interesante. En cualquier caso le seguiría el juego para ver hasta donde llegaba-De acuerdo-Aceptó feliz, emocionada ante la perspectiva de un nuevo juego. ¿Quién era la ingenua ahora?-Pero la pala se viene conmigo, por si tengo que atizarte yo misma-Le guiñó un ojo. La cargó bajo su brazo, mientras que tapaba su vista azules con la mano izquierda.
Re: Llamando la lluvia {Libre}
- OFF:
- De acuerdo, corregidos los dos post anteriores (color y faltas) que daño hace el movil U-u
el joven guerrero suspiro con gran pesar
-ojala pudiera ser como tu y no creer en ... esas cosas.
Seiyu no oculto su turbacion o su leve temblor al pensar en esas cosas voladoras que le daban repeluz.
el joven lo penso unos segundos mas antes de responder definitivamente a la contraoferta de Anna con respecto a su propuesta.
-si no llevaras la pala... no podriamos seguir buscando ese tesoro tuyo, asi que tienes que llevarla, pues se me a ocurrido que un amigo mio podria ver mejor el mapa que yo, pero esta en la ciudad
A Seiyu le preocupo un poco la poca seguridad con la que actuaba la joven princesa, pero sacudio la cabeza pensando que confiaba en el.... no en cualquiera.
Seiyu le tapo los ojos con un trapo mientras con la otra tocaba los puntos de el simbolo escrito.
De repente la ventana se volvio negra.
-espera te voy a ayudar...
Seiyu agarro a la joen alzandola con facilidad al otro lado de la ventana, luego salto el, para descubrir por que estaba todo negro.
Habian saltado a una especie de madriguera bastante espaciosa.
la madre del cordero.
Naturalmente... la puerta se cerro detras de ellos
Seiyu guio a Anna a fuera de la madriguera y descubrio que estaba en el linde de un bosque al lado de la ciudad.
(madre mia! como le explico que estamos fuera de la ciudad con solo 20 pasos! sera mejor que la guie un poco mas lejos adentro de la ciudad)
-no te quites la venda aun... nos queda un trozo mas de camino...si, eso.
Seiyu guio con cuidado a la joven, no solo por los caminos mas faciles sino por que si alguien los veia se preguntaria que hacia esa chica con los ojos tapados.
Avanzo por calles estrechas guiando ala joven y esquivando obstaculos todo cuanto pudo, algunos lo vieron y lo miraron extrañado, pero nadie parecio tomarselo como algo malo o enfermizo.
Ahora que lo pensaba el guiandola y ella con una pala, parecia que iba a darle alguna clase de sorpreza... o a matar una piñata...
La guio lo mas cerca posible de la posada que pudo antes de susurrarle
-bueno ya hemos llegado... quedate aqui quieta mientras voy a buscar a mi colega...no te ... muevas.
Solo esperaba que Ralth estuviera presentable aun.
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seiyu
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Re: Llamando la lluvia {Libre}
- Off:
- ¡Disculpa la metedura de pata! No me había dado cuenta de que Seiyu no había dicho nada de que fue la primera vez que estaba en Arendelle x_X. No volverá a ocurrir ^^.
-¿No?-Anna se llevó las manos a la cara, con alarma. Había malinterpretado al guerrero, y a lo tonto, le había sonsacado algo de información-¿Oye y por qué tengo que taparme los ojos? A fin de cuentas este castillo es como si fuese mío. ¿No sería un poco raro que tu supieses un camino y yo no? Por no hablar de injusto-Le dio un codazo amistoso, aunque esperaba que fuese sincero. A la gente le gustaba mantener secretos con ella, como si no fuese de fiar y eso la enfadaba-¡Estoy preparada! ¡Nací preparada!- ¡El tesoro! Cada paso que daba estaba más cerca de él, claro que le preocupaba tener que compartirlo con más gente. Mucho era que tuviese que darle a Seiyu sus honorarios como cavador improvisado, pero tener que contar con alguien más para el reparto no le agradaba en absoluto-¿Y quién es tu amigo? ¿A qué se dedica?-Inquirió antes de que el guerrero la privase de la luz del sol con un maltrecho trozo de tela, haciendose la oscuridad más absoluta para sus ojos acostumbrados a la luz. Ahora no podía ver nada, pero eso no significaba que estuviese sorda, o que no pudiese oler ni tener tacto-¿De donde has sacado esta cosa? Está un poco húmeda-Preguntaba, mientras se dejaba guiar a ciegas con la pala en mano, golpeando cosas accidentalmente a su paso. ¡Iba a salir del castillo! ¡Por fin! ¿A qué se debía ese inesperado giro del destino antes de tiempo? Anna pesnaba que tendría que esperar a su boda con Franz para salir por la puerta grande, pero si bien aún no llevaba su bonito vestido blanco ni su despampanante recogido, allí estaba, escapando furtivamente. Claro que pensaba regresar, por supuesto. Sus pies tropezaban con cualquier cosa en su camino con la torpeza que le suponía la privación de su sentido, haciéndola sentir inválida, por lo que se agarró con fuerza al brazo del chico hasta clavarle las uñas en él. No le gustaba nada el método empleado y empezaba a aburrirse de tanto paseo tonto-¿Falta mucho?-Inquirió de forma irritante, como una niña pequeña. La verdad era que sentía un ligero mareo, pero nunca lo reconocería-¿Puedo quitármela ya? Empieza a picarme un poco….- Se acercó la mano a la cara y deslizó un poco hacia arriba el trozo de tela, para poder mirar con claridad, pero volvió a bajarlo disimuladamente cuando el chico la hizo detenerse y le dio indicaciones. Anna terminó de quitarse el trapo y lo arrojó al suelo, frotándose los ojos con ambas manos hasta que su mirada dejó de ser borrosa y se adaptó a la luz. Vaya, nunca había estado en esa parte de la ciudad… En verdad nunca había estado en ninguna parte de la ciudad. El suelo empedrado tenía algunos charcos, que se levantaban cuando algún carruaje pasaba por su lado, mojando a los escasos viandantes que se atrevían a pasear en un día que amenazaba agua; olía a humedad y a excrementos de animal, pero por entre las nubes se filtraban algunos rayos de luz, posiblemente los últimos de la jornada. Era un poco decepcionante, no supo por qué, pero esperaba algo mejor. La princesa se dio la vuelta y se acercó a un escaparate donde estaban expuestos algunos pasteles, mientras esperaba a que volviese el guerrero, pero de distracción en distracción, acabó bastante alejada del punto inicial, embobada en un pequeño espectáculo ambulante.
Re: Llamando la lluvia {Libre}
- OFF::
- tranquila, yo pensaba que lo habías dicho adrede para que el lo dijera, pensaba que eras muy astuta XD
-Ralth es un amigo mio que me ayuda a conseguir mi sueño de ser héroe... en realidad eramos 4 o 5... pero el grupo ha ido disminuyendo últimamente.... y en cuanto al trapo, lo encontré por hay...
Finalmente Seiyu corrió hacia la posada donde no tuvo que entrar, pues Ralths salio a volandas de la taberna
-Y no vuelvas por aquí!
Seiyu se acerco a su amigo y lo intento ayudar a levantarse
-¿A ti también te han echado por hacer preguntas?
-he?... si, si... no son muy apacibles estos lugareños... nos ocultan cosas, escucha lo que te digo, aquí hay algo gordo
(en realidad, fue por manosear a la camarera que resulto ser la hija del posadero... pero igualmente hay cosas raras por aquí.)
-entonces no sabes nada...¿hemos perdido el tiempo?
-No! tranquilo, he estado investigando (oyendo constante quejas) que hay un grupo por aquí que se dedica a delinquir y molestar..."Arendelle" es un pueblo sin crimen ni problemas y debe seguir así hasta que llegue la trama, tu me entiendes, como Guardianes deberíamos ver si los encontramos.
Seiyu parecia contento
-¡una aventura! suena genial!
-y tu que? holgazaneando en le castillo?
(esta claro que no has conseguido nada...)
Seiyu se sobresalto
-si es verdad! he conocido a alguien! la he traído para que la conozcas!
Ralth lo miro raro
(¿seiyu... haciendo de casamentero?... no se por que creo que sera un higo pasado...)
Seiyu le guio hasta que de repente se detuvo
-¡¿pero que?! ¡no esta! ¡le dije que no se moviera!
-¿seguro que no te has golpeado la cabeza?
seiyu medito la pregunta
-bueno... me dieron la patada desde el castillo... ¡pero no me lo invento! la guienpor uno de los caminos ferales!
Ralth se lanzo a taparle la boca, miro a su alrededor, no habia nadie centtrado en ellos
-tu estas majara?! a quien se le ocurre enseñarlos caminos secretos!
-tranquilo, le tape los ojos
Ralth suspiro aliviado de que por un momento se temiera lo peor
(menos mal...ni Seiyu seria tan tonto)
No obstante enseguida se puso enérgico y mandon
-da igual! tu no puedes usar esos caminos a tu antojo! hay reglas ¿recuerdas?
-nosotros vinimos en uno
-este lugar esta pal 5º carajo! no iba a venir a pie... y con la porquería de sueldo que nos dan, ni nos da para caballos.
Seiyu asintió pero enseguida se volvió a acelerar
-bueno voy a buscarla! debe estar asustada y perdida
seiyu se lanzo y cuando casi había doblado la esquina se detuvo y dijo
-no te muevas de hay ¿vale?
-si claro...
Seiyu salio corriendo y Ralth nego con la cabeza
- Ralth:
Por si quieres describirlo en tu post, así es mas o menos como me lo imagino
Ralth se alejo del lugar y se dirigió a mirar las tiendas cuando se fijo en algo que llamo su atención, un espectáculo ambulante
(al parecer han llegado hasta aquí solo para entretener... aunque ahora que lo pienso... los bandidos han llegado hace poco... ¿podría ser?)
Ralth fue a acercarse a uno de los actores, cuando se fijo en una chica entre el publico muy animada, mirando a los espectáculos, joven de pelo cobrizo de mirada infantil, perfecta, dulce e inmadura, una presa fácil.
Se acerco a ella olvidando sus sospechas, y cuando llego a su lado pregunto serio como si fuera un alguacil y ella hubiera hecho algo malo.
-perdona... ¿tu no eres mayor para estas cosas?
Luego suaviso el rostro y rio simpatico como si fueran amigos de toda la vida
- es broma, pero estas son actuaciones para críos... y tu no pareces una cría ¿o si?
El sonrió simpaticamente
-si lo prefieres puedes venir conmigo ha hacer cosas... mas de adultos.
como si ella lo hubiera ofendido se cruzo de brazos
-mi nombre es Ralth ¿cual es el tuyo?
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seiyu
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Re: Llamando la lluvia {Libre}
- Off:
- No te creas que lo pensé xD, pero en verdad lo puse sin querer.
El monito subía por una escalera en una actitud indigna, ataviado con una chaquetita de tela roja con remaches dorados, y un sombrerito algo ridículo que llevaba atado con un cordel. Su pelaje era marrón y su cara pequeña y chata, como si se hubiese chocado contra una pared recientemente, a pesar de ser su fisionomía natural, propia de su especie.
Anna no estaba acostumbrada a ver ese tipo de animales tan exóticos en un reino tan lejano como el suyo, por no hablar de pasearse por la calle como Pedro por su casa. A pesar de vivir allí, la ciudad era un lugar ajeno y desconocido, algo sucia, pero no por ello peligrosa. No la conocía bien, pero tampoco acababa de sentirse del todo fuera de lugar. Ojala pudiese hacerlo más a menudo. Aplaudió al son de la música que brotaba de una bonita flauta ornamental, tocada por un individuo de pelo castaño y mejillas sonrosadas, que llevaba un gorro igual al del mono. Una exótica bailarina morena de piel y cabello bailaba casi sin rozar el suelo con una gracia natural y unos movimientos que parecían imposibles a los ojos de la princesa, que a su lado era torpe y sosa. Los otros espectadores arrojaban monedas a los pies de la bailarina, y aplaudieron con entusiasmo cuando el pequeño simio saltó sobre un asno que había apostado bajo la escalera, el cual se limitaba a mascar heno de forma ausente. Anna acarició al ser peludo, y este le saltó encima, rebuscando en sus bolsillos, hecho que le arrancó una sonrisa cuando este se enredó en sus trenzas.
-No tengo nada para ti-Dijo. El pequeño animal saltó inmediatamente sobre los hombros de la bailarina, la cual se disponía a iniciar de nuevo su número. Que lástima, era tan adorable. Anna realmente lamentaba estar fuera de palacio y no llevar una miserable moneda consigo. Una princesa pobre.
-Perdona... ¿Tu no eres mayor para estas cosas?-Dio un respingo y casi tropezó con un comerciante que tenía detrás, el cual dejó escapar entre dientes un comentario airado. La joven vio que el responsable de su sobresalto era un hombre de aspecto maduro y mirada penetrante como el hielo, enmarcada por unas voluminosas cejas oscuras que le daban una mayor profundidad. Su nariz era larga y recta, y cambió su gesto severo por una sonrisa más afable, torcida y caprichosa-Es broma, pero estas son actuaciones para críos... Y tu no pareces una cría ¿o si?
-Por supuesto que no. Soy toda una mujer-Le respondió ella. Sólo tenía 18 años, y no veía que tenía de malo disfrutar con las acrobacias de un adorable monito de feria, un espectáculo para todos los públicos. Ojala pudiese tener ella uno… Pero sería una mala idea. Elsa odiaba a los animales… Y a todo ser viviente.
-Si lo prefieres puedes venir conmigo ha hacer cosas... Mas de adultos-Prosiguió el desconocido en un derroche de descaro. Anna tardó en reaccionar, estuvo a punto de preguntar algo así “¿Cómo qué?”, pero entonces ató cabos y captó el doble sentido de su frase-Mi nombre es Ralth ¿cual es el tuyo?
-Disculpe-Dijo, mirándolo de arriba abajo con una expresión rara que pretendía parecer indignada, pero que el rubor de sus mejillas estropeaba. Lamentablemente a Anna no se le daba bien-¡Soy una mujer comprometida! Así que no me moleste-Alzó la barbilla altiva, imitando a Elsa-O mi guardaespaldas le dará una paliza-¿Dónde se había metido Seiyu ahora que lo necesitaba? Si se ponía pesado, siempre podía asestarle un buen palazo en sus partes nobles.
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