Ambientación
Últimos temas
Novedades
00.00
00.00
00.00
Premios
Nombre apellido
Mejor héroe
Nombre apellido
Mejor Villano
Nombre apellido
PJ más activo
Creditos
Fiesta Primaveral {LIBRE}
Página 1 de 3. • Comparte
Página 1 de 3. • 1, 2, 3
Fiesta Primaveral {LIBRE}
Mayo 2012
Fiesta Primaveral
Evento Libre ф Primer día de la Primavera ф Bosque Encantado
Evento Libre ф Primer día de la Primavera ф Bosque Encantado
“ | Instrucciones: *Son libres de postear en el orden que deseen, mientras se mantenga un orden. *El baile como tal aun no da comienzo (será Ela quien de inicio a la verdadera celebración) *Es un baile con máscaras, por lo que, a menos que os pongáis de acuerdo con el otro usuario, no podéis reconocer a nadie, solo hacer suposiciones. *¡Disfruten! |
El invierno hace aun estragos en las Tierras Encantadas. No a un nivel mortal claro está, la Bruja jamás lo permitiría, pero sí suficiente como para asustar a aquellos sin un buen lugar para refugiarse. La muerte se respira en cada esquina y seres como hombres lobos, ogros y otros monstruos de pesadilla se encuentran a sus anchas.
Sin embargo en los dominios de Ela se vive una eterna y perfecta primavera, donde la vida es más larga que un sueño infantil, donde el poder de la Bruja es nada más que una amenaza lejana. Una sociedad perfecta en que los elegidos pueden encontrar su verdadero lugar en las Tierras Encantadas.
–Tierras Esclavizadas– se corrige Ela, con una sonrisa triste y la resignación propia de quien se sabe sola en el mundo.
La Reina sin reino propio lo sabe muy bien… ha vivido suficiente como para saber la verdad oculta tras el velo de las traiciones, además de haber presenciado la última en primera fila. Por supuesto estas cosas le son indiferentes. En realidad, hace demasiados siglos que todo le es indiferente. Desde aquella primera traición, ocurrida hacia tanto que Ela no puede recordar cómo era el mundo antes de aquel nuevo amanecer. O tal vez sí recuerda, pero prefiere fingir que nada pasó.
La bruja pelirroja camina sin rumbo fijo a través del bosque, vestida de negro riguroso. Un luto más que aceptado por sus súbditos, quienes a pesar de extrañar a su antigua señora, saben que pueden recuperarla una vez al año… para la Gran Fiesta Primaveral. Una celebración en la cual Ela se olvida del pasado oscuro que la envuelve a ella y los suyos, transformándose en la mujer que era antes de pisar la corte de la Bruja del Tiempo. Antes de que el mundo de las Tierras Encantadas se transformase exactamente en eso. En una tierra de cuentos de hadas sin sentido, donde cada ser es esclavo del Tiempo.
La celebración de este año es diferente de las anteriores fiestas, en las cuales solo la realeza y brujos de diferente tipo eran invitados. Un grupo selecto y afortunado. Ela ordenó en esta ocasión que miles de rosas encantadas fuesen cosechadas, su típica invitación a la fiesta desde hace ya dos siglos. Algo mucho más personal que una simple carta, y que además servía para ver si el invitado era efectivamente la persona adecuada. Esta rosa solo se abre para la persona indicada, y en dos ocasiones. Al ser entregada a su dueño, y al ingresar al Bosque Encantado. Luego el susodicho decide si se la queda como recuerdo, o la devuelve a Ela.
En ese preciso instante, cientos de hadas han salido del Bosque Encantado, con semillas mágicas en sus bolsas. Volando en direcciones diferentes, a los hogares de reyes y sirvientes, a barcos piratas y cuevas submarinas. Aldeas completas han sido invadidas por estas pequeñas criaturas, que nada más encontrar al dueño legítimo de la rosa se transforman a una altura “humana”, entregando con una cálida sonrisa el presente-invitación. De la rosa emana un aroma dulce y sin lugar a dudas cálido, mientras la voz risueña de Ela, salida de la propia flor, comienza con la explicación: Felicidades, Invitado, has sido escogido para acudir a la nueva versión de mi maravillosa Fiesta Primaveral. ¿Te atreves? La rosa te indicará el camino a la verdad que nos han querido ocultar durante tanto tiempo…
Luego de eso el hada simplemente se marcha. Vuela lejos, en dirección a nuevas entregas. Ves que en el tallo hay una serie de instrucciones, como el hecho de que debes portar una máscara para poder ingresar al Bosque Encantado, el día y hora exacta. ¿No será hermoso ir todo un día a dicho bosque? Desde que el sol encuentre su lugar en el cielo, hasta que decida marcharse en post del aire nocturno. Justo en ese momento, la Gran Sorpresa será develada.
Ela cierra sus ojos. Esta sería su última fiesta, la más memorable de todas. Está cansada de las mentiras, engaños y traiciones que rodeaban a esos intentos de cuentos, añora un descanso real. Pero hasta entonces... el show debe continuar.
La mañana ha llegado. Ela sonríe al mirar los arreglos realizados en su Bosque, realmente fascinada. Todo es perfecto… tan perfecto como antaño. La entrada bañada en nieve y flores mágicas, el aroma a vida y la luz casi cristalina de un sol diferente al conocido actualmente. Como si de otro universo se tratase. Debe ser otro universo…
Fuera todo es diferente por supuesto. El invierno continua haciendo de las suyas, y eso ves mientras llegas en sea cual sea tu medio de transporte. Un mundo blanco. Continúas tu camino a través de esa blancura infinita hasta llegar a un claro, donde de manera drástica la nieve desaparece. El mismo frío desaparece. Ahora estas en las Tierras de Ela. Oyes risas infantiles, pero no puedes ver a los portadores de dichas voces. ¿Cómo podrías? No existen, son ecos. Sigues caminando, no puedes detenerte aun si quisieras.
A lo lejos, el palacio se alza como una muestra de poderío y riquezas…
Sin embargo en los dominios de Ela se vive una eterna y perfecta primavera, donde la vida es más larga que un sueño infantil, donde el poder de la Bruja es nada más que una amenaza lejana. Una sociedad perfecta en que los elegidos pueden encontrar su verdadero lugar en las Tierras Encantadas.
–Tierras Esclavizadas– se corrige Ela, con una sonrisa triste y la resignación propia de quien se sabe sola en el mundo.
La Reina sin reino propio lo sabe muy bien… ha vivido suficiente como para saber la verdad oculta tras el velo de las traiciones, además de haber presenciado la última en primera fila. Por supuesto estas cosas le son indiferentes. En realidad, hace demasiados siglos que todo le es indiferente. Desde aquella primera traición, ocurrida hacia tanto que Ela no puede recordar cómo era el mundo antes de aquel nuevo amanecer. O tal vez sí recuerda, pero prefiere fingir que nada pasó.
La bruja pelirroja camina sin rumbo fijo a través del bosque, vestida de negro riguroso. Un luto más que aceptado por sus súbditos, quienes a pesar de extrañar a su antigua señora, saben que pueden recuperarla una vez al año… para la Gran Fiesta Primaveral. Una celebración en la cual Ela se olvida del pasado oscuro que la envuelve a ella y los suyos, transformándose en la mujer que era antes de pisar la corte de la Bruja del Tiempo. Antes de que el mundo de las Tierras Encantadas se transformase exactamente en eso. En una tierra de cuentos de hadas sin sentido, donde cada ser es esclavo del Tiempo.
La celebración de este año es diferente de las anteriores fiestas, en las cuales solo la realeza y brujos de diferente tipo eran invitados. Un grupo selecto y afortunado. Ela ordenó en esta ocasión que miles de rosas encantadas fuesen cosechadas, su típica invitación a la fiesta desde hace ya dos siglos. Algo mucho más personal que una simple carta, y que además servía para ver si el invitado era efectivamente la persona adecuada. Esta rosa solo se abre para la persona indicada, y en dos ocasiones. Al ser entregada a su dueño, y al ingresar al Bosque Encantado. Luego el susodicho decide si se la queda como recuerdo, o la devuelve a Ela.
En ese preciso instante, cientos de hadas han salido del Bosque Encantado, con semillas mágicas en sus bolsas. Volando en direcciones diferentes, a los hogares de reyes y sirvientes, a barcos piratas y cuevas submarinas. Aldeas completas han sido invadidas por estas pequeñas criaturas, que nada más encontrar al dueño legítimo de la rosa se transforman a una altura “humana”, entregando con una cálida sonrisa el presente-invitación. De la rosa emana un aroma dulce y sin lugar a dudas cálido, mientras la voz risueña de Ela, salida de la propia flor, comienza con la explicación: Felicidades, Invitado, has sido escogido para acudir a la nueva versión de mi maravillosa Fiesta Primaveral. ¿Te atreves? La rosa te indicará el camino a la verdad que nos han querido ocultar durante tanto tiempo…
Luego de eso el hada simplemente se marcha. Vuela lejos, en dirección a nuevas entregas. Ves que en el tallo hay una serie de instrucciones, como el hecho de que debes portar una máscara para poder ingresar al Bosque Encantado, el día y hora exacta. ¿No será hermoso ir todo un día a dicho bosque? Desde que el sol encuentre su lugar en el cielo, hasta que decida marcharse en post del aire nocturno. Justo en ese momento, la Gran Sorpresa será develada.
Ela cierra sus ojos. Esta sería su última fiesta, la más memorable de todas. Está cansada de las mentiras, engaños y traiciones que rodeaban a esos intentos de cuentos, añora un descanso real. Pero hasta entonces... el show debe continuar.
***
La mañana ha llegado. Ela sonríe al mirar los arreglos realizados en su Bosque, realmente fascinada. Todo es perfecto… tan perfecto como antaño. La entrada bañada en nieve y flores mágicas, el aroma a vida y la luz casi cristalina de un sol diferente al conocido actualmente. Como si de otro universo se tratase. Debe ser otro universo…
Fuera todo es diferente por supuesto. El invierno continua haciendo de las suyas, y eso ves mientras llegas en sea cual sea tu medio de transporte. Un mundo blanco. Continúas tu camino a través de esa blancura infinita hasta llegar a un claro, donde de manera drástica la nieve desaparece. El mismo frío desaparece. Ahora estas en las Tierras de Ela. Oyes risas infantiles, pero no puedes ver a los portadores de dichas voces. ¿Cómo podrías? No existen, son ecos. Sigues caminando, no puedes detenerte aun si quisieras.
A lo lejos, el palacio se alza como una muestra de poderío y riquezas…
Sobre mí
Mensajes : 199
Para más información
Bruja del Tiempo
Señora de las Tierras Encantadas
Re: Fiesta Primaveral {LIBRE}
- Brrrr! -sale de mi boca un ruido muy parecido a lo que hacía antes como poney, mientras me acomodo la bufanda al cuello y me froto las manos.
Una de las desventajas de ser humano es lo mal que el cuerpo soporta el frío: cuando era poney, bastaba con estar bajo techo para dormir bien, sin embargo ahora mis ex-pezuñas están congeladas!
Así estaba yo, relegado a mi "castigo" de vigilar el horizonte en la parte más abierta del barco, cuando de la nada una hermosa niñita se materializa ante mis ojos.
- ¿Qué?... -pero no atino a preguntarle nada, porque el espanto ha amarrado mi lengua. Sin embargo, la niñita me sonríe, sin malicia o burla, y estira su mano. En ella, veo un botón de rosa blanca, tan hermosa y delicada como la niñita misma. Sin razonar, estiro la mano y la recibo, sin imaginarme que en ese instante la rosa se pudiera abrir. Pero así lo hace, y el olor, tan puro y fresco como las flores que Candy ponía para decorar el orfelinato, hace que me distraiga y ni perciba cuando la niñita se desvanece.
Pero ella pasa a segundo plano, porque desde la flor (¡les juro que desde la flor misma que sostengo!) sale una voz muy dulce, que me invita a participar de una Fiesta Primaveral.
- ¿Fiesta Primaveral? -me pregunto en voz alta, sin comprender qué es eso de la verdad oculta. Intrigado a más no poder, empiezo a observar la rosa, fijándome entonces de que tiene unas letritas en el tallo- ¡Por las barbas de Neptuno! -exclamo enojado por no saber leer.
¡Pero eso no me impedirá de llegar a esa fiesta! Aqui en el barco hay gente que sabe leer, por lo que guardo la flor delicadamente dentro de mi abrigo mientras el desespero por saber qué viene en el mensaje de la rosa me alarga aún más el turno de vigilia.
Aunque ya no tengo frío.
Una de las desventajas de ser humano es lo mal que el cuerpo soporta el frío: cuando era poney, bastaba con estar bajo techo para dormir bien, sin embargo ahora mis ex-pezuñas están congeladas!
Así estaba yo, relegado a mi "castigo" de vigilar el horizonte en la parte más abierta del barco, cuando de la nada una hermosa niñita se materializa ante mis ojos.
- ¿Qué?... -pero no atino a preguntarle nada, porque el espanto ha amarrado mi lengua. Sin embargo, la niñita me sonríe, sin malicia o burla, y estira su mano. En ella, veo un botón de rosa blanca, tan hermosa y delicada como la niñita misma. Sin razonar, estiro la mano y la recibo, sin imaginarme que en ese instante la rosa se pudiera abrir. Pero así lo hace, y el olor, tan puro y fresco como las flores que Candy ponía para decorar el orfelinato, hace que me distraiga y ni perciba cuando la niñita se desvanece.
Pero ella pasa a segundo plano, porque desde la flor (¡les juro que desde la flor misma que sostengo!) sale una voz muy dulce, que me invita a participar de una Fiesta Primaveral.
- ¿Fiesta Primaveral? -me pregunto en voz alta, sin comprender qué es eso de la verdad oculta. Intrigado a más no poder, empiezo a observar la rosa, fijándome entonces de que tiene unas letritas en el tallo- ¡Por las barbas de Neptuno! -exclamo enojado por no saber leer.
¡Pero eso no me impedirá de llegar a esa fiesta! Aqui en el barco hay gente que sabe leer, por lo que guardo la flor delicadamente dentro de mi abrigo mientras el desespero por saber qué viene en el mensaje de la rosa me alarga aún más el turno de vigilia.
Aunque ya no tengo frío.
Re: Fiesta Primaveral {LIBRE}
La neblina rodeaba a mi barco, que parecía deslizarse suavemente sobre ella, sin que las olas pudiesen verse. El clima no era uno normal, como si estuviera prediciendo, como si fuera precursor de un evento que era a la vez tan sorpresivo como esperado, tan contradictorio en sí mismo que no se podía hacer otra cosa que ceder ante el impulso de estar a la expectativa de que algo ocurriese. Y efectivamente las cosas empezaron a ocurrir, empezando por la aparición de una pequeña criatura de femeninas formas, entrando quién sabía por dónde a mi camarote donde pasaba el tiempo escribiendo en mi bitácora, poniéndose entre mí y el papel que se extendía en mi escritorio, presentándome una flor de una belleza única y a la vez sobrenatural que se abre ante mis ojos, con una invitación increíble pero que a la vez es casi imposible de rechazar. Hay instrucciones en el tallo de la flor, y así es que, después de considerarlo unos momentos, salgo de mi camarote a ordenar un cambio de dirección, con rumbo hacia el puerto más cercano desde donde se pueda llegar al Bosque Encantado.
Algunos de los piratas a mi mando habían sido igualmente invitados a aquella fiesta, y fue con ellos que emprendí el camino, abriéndome paso a través de los árboles. Antes de que nos diéramos cuenta, y como si fuera cosa de magia, sin que hubiéramos visto el final de aquel blanco bosque en el que la nieve y el hielo reinaba, llegamos a un claro donde todo rastro del invierno había desaparecido. No éramos los únicos llegando, pues personajes de todos los tamaños y formas podían verse aquí y allá, mirándonos con una desconfianza que era recíproca, pero sin llegar a expresarla en manera física.
Continuamos avanzando, con aquel palacio que se erguía un poco más allá como el obvio destino de nuestro viaje, entrando a través de sus puertas en medio de una música cuya procedencia no podíamos adivinar.
Algunos de los piratas a mi mando habían sido igualmente invitados a aquella fiesta, y fue con ellos que emprendí el camino, abriéndome paso a través de los árboles. Antes de que nos diéramos cuenta, y como si fuera cosa de magia, sin que hubiéramos visto el final de aquel blanco bosque en el que la nieve y el hielo reinaba, llegamos a un claro donde todo rastro del invierno había desaparecido. No éramos los únicos llegando, pues personajes de todos los tamaños y formas podían verse aquí y allá, mirándonos con una desconfianza que era recíproca, pero sin llegar a expresarla en manera física.
Continuamos avanzando, con aquel palacio que se erguía un poco más allá como el obvio destino de nuestro viaje, entrando a través de sus puertas en medio de una música cuya procedencia no podíamos adivinar.
Re: Fiesta Primaveral {LIBRE}
Despierto con mucho frío, espantada de ver que la chimenea se ha apagado. Me acerco y, luego de ver la hora, no tengo más remedio que levantarme, ya que la actividad me servirá para abrigar mi cuerpo.
Me enrollo la bufanda y me pongo calcetines gruesos y empiezo a preparar el desayuno. Tengo pocos huéspedes, que el frío hace que la gente no salga de sus casas, menos saldrán de sus aldeas... Por suerte que mis ahorros son suficientes por unos meses más.
Más tarde, estoy trapeando el piso cuando veo una niña frente a mí. ¡Es tan bella!
- Señorita, no la vi entrar. ¿Qué desea? -pregunto con una sonrisa, que su belleza realmente me tiene encantada. Ella, me responde la sonrisa y estira su manito, ofreciéndome una flor- Ay, muchas graci...
Pero me detengo, porque la flor se abre y de ella empieza a salir una voz, muy bella, invitándome a una Fiesta Primaveral. Su dulce fragancia me da una sensación de agrado tal que olvido que estoy en mi posada, fascinada observando la hermosa flor y, cuando ya miro a mi alrededor, la niña no está:
- ¿Señorita? -pregunto con una leve inquietud, pero al dar vuelta la flor, descubro letras y un mensaje- ¿Máscara? -me pregunto en voz alta, pero mi mente ya está en mi baúl, herencia de mi tía Fedorella Bimbette, donde recuerdo tener un vestido de baile y máscara que le hace juego...
(...)
Me miro al espejo y me gusta que el vestido realce muy bien mis curvas. Mi cabello, lo ajusto en un moño alto, dejando algunos pelos sueltos sobre mi oreja izquierda. Sin embargo, el abrigo lo cubre completamente, y más la bufanda. Hasta pongo los zapatitos delicados en una bolsa, mientras calzo botas para la nieve.
Salgo a la calle, enfrentando el viento, pero con la delicada flor indicándome que entre al bosque, a la cual sigo sin temer por mi seguridad.
Me enrollo la bufanda y me pongo calcetines gruesos y empiezo a preparar el desayuno. Tengo pocos huéspedes, que el frío hace que la gente no salga de sus casas, menos saldrán de sus aldeas... Por suerte que mis ahorros son suficientes por unos meses más.
Más tarde, estoy trapeando el piso cuando veo una niña frente a mí. ¡Es tan bella!
- Señorita, no la vi entrar. ¿Qué desea? -pregunto con una sonrisa, que su belleza realmente me tiene encantada. Ella, me responde la sonrisa y estira su manito, ofreciéndome una flor- Ay, muchas graci...
Pero me detengo, porque la flor se abre y de ella empieza a salir una voz, muy bella, invitándome a una Fiesta Primaveral. Su dulce fragancia me da una sensación de agrado tal que olvido que estoy en mi posada, fascinada observando la hermosa flor y, cuando ya miro a mi alrededor, la niña no está:
- ¿Señorita? -pregunto con una leve inquietud, pero al dar vuelta la flor, descubro letras y un mensaje- ¿Máscara? -me pregunto en voz alta, pero mi mente ya está en mi baúl, herencia de mi tía Fedorella Bimbette, donde recuerdo tener un vestido de baile y máscara que le hace juego...
(...)
Me miro al espejo y me gusta que el vestido realce muy bien mis curvas. Mi cabello, lo ajusto en un moño alto, dejando algunos pelos sueltos sobre mi oreja izquierda. Sin embargo, el abrigo lo cubre completamente, y más la bufanda. Hasta pongo los zapatitos delicados en una bolsa, mientras calzo botas para la nieve.
Salgo a la calle, enfrentando el viento, pero con la delicada flor indicándome que entre al bosque, a la cual sigo sin temer por mi seguridad.
Re: Fiesta Primaveral {LIBRE}
Para la familia real de Atlántida no eran extrañas las invitaciones a la Fiesta Primaveral, pues era una tradición desde los años en que la bella Athena estaba viva y la única que Tritón respetaba. Por lo tanto, para la pequeña Ariel no fue una sorpresa recibir aquella hermosa flor blanca a manos de un hada mientras reposaba en la arena con su cola. De hecho la esperaba con impaciencia, pues a su memoria acudían bailes donde olvidas todos tus problemas y preocupaciones, donde disfrutas del momento al ritmo de la música. Aunque si lo fue el enigmático mensaje. Novedoso sin dudas y una razón más para acudir.
Nadó sin prisas a través del mar helado (para ella claro, la temperatura era simplemente un poco más fría de lo normal), en dirección al palacio. Sus hermanas ya estaban emocionadas por la invitación y Tritón comenzaba a arreglar todos los detalles. Iría la familia real y algunos de sus guerreros, para salvaguardar la seguridad de las jóvenes e intrépidas princesas aun cuando todos sabían que nada malo ocurría en esas Tierras; simplemente actuaban por costumbre. Sonrió al enterarse que iría también su adorada Marina.
Al llegar la noche todos estaban ya saliendo del mar con sus respectivas piernas, pues Tritón se había encargado de ello para evitar inconvenientes y que la luz del sol no arruinase la fiesta. Todos vestidos como indicaba la tradición de la extraña bruja. Ariel aferró la mano de su prima entre las suyas mientras Tritón indicaba que era el momento de continuar con su peregrinación. Caminaron sin verdaderas prisas por el camino tan conocido, llegando al fin al bosque una vez que el sol se encontraba arriba en el cielo. Ariel agradecía la magia de su padre para evitar el cansancio (y la cola), pues si bien no llevaba zapatos incómodos, la caminata le hubiese pasado factura de todas formas.
Al llegar al claro Ariel se permitió quitarse la capa que la cubría del frío, mostrando al fin lo que había escogido ese año: un precioso vestido blanco que llegaba a sus pies, que le daba apariencia de hada en lugar de sirena. La mascara a juego ya estaba puesta en su sitio, por lo que lo único que la delataba como la princesa Ariel era su cabellera roja, que en esta ocasión llevaba suelta y salvaje. Volvió a apretar la mano de su prima mientras le daba una sonrisa juguetona, al tiempo que retomaban el camino al palacio de la bruja. Miró a su alrededor con el fin de ver algún rostro conocido, pero ya todos llevaban una mascara. Solo un grupo llamó su atención, pero no supo deducir la razón exacta de su curiosidad. ¿Piratas acaso? Le resultó extraño en un principio la idea, pues Ela solo invitaba a la realeza y a seres como ella. Pero luego de pensarlo, no le importó. Pues estaban en un sitio donde las rivalidades no tenían lugar, donde solo importaba el inicio de una primavera hermosa y prometedora.
Así que continuó caminando de manera altiva, con la mano de su prima entre las suyas y un extraño deseo dando vueltas en su mente…
Nadó sin prisas a través del mar helado (para ella claro, la temperatura era simplemente un poco más fría de lo normal), en dirección al palacio. Sus hermanas ya estaban emocionadas por la invitación y Tritón comenzaba a arreglar todos los detalles. Iría la familia real y algunos de sus guerreros, para salvaguardar la seguridad de las jóvenes e intrépidas princesas aun cuando todos sabían que nada malo ocurría en esas Tierras; simplemente actuaban por costumbre. Sonrió al enterarse que iría también su adorada Marina.
Al llegar la noche todos estaban ya saliendo del mar con sus respectivas piernas, pues Tritón se había encargado de ello para evitar inconvenientes y que la luz del sol no arruinase la fiesta. Todos vestidos como indicaba la tradición de la extraña bruja. Ariel aferró la mano de su prima entre las suyas mientras Tritón indicaba que era el momento de continuar con su peregrinación. Caminaron sin verdaderas prisas por el camino tan conocido, llegando al fin al bosque una vez que el sol se encontraba arriba en el cielo. Ariel agradecía la magia de su padre para evitar el cansancio (y la cola), pues si bien no llevaba zapatos incómodos, la caminata le hubiese pasado factura de todas formas.
Al llegar al claro Ariel se permitió quitarse la capa que la cubría del frío, mostrando al fin lo que había escogido ese año: un precioso vestido blanco que llegaba a sus pies, que le daba apariencia de hada en lugar de sirena. La mascara a juego ya estaba puesta en su sitio, por lo que lo único que la delataba como la princesa Ariel era su cabellera roja, que en esta ocasión llevaba suelta y salvaje. Volvió a apretar la mano de su prima mientras le daba una sonrisa juguetona, al tiempo que retomaban el camino al palacio de la bruja. Miró a su alrededor con el fin de ver algún rostro conocido, pero ya todos llevaban una mascara. Solo un grupo llamó su atención, pero no supo deducir la razón exacta de su curiosidad. ¿Piratas acaso? Le resultó extraño en un principio la idea, pues Ela solo invitaba a la realeza y a seres como ella. Pero luego de pensarlo, no le importó. Pues estaban en un sitio donde las rivalidades no tenían lugar, donde solo importaba el inicio de una primavera hermosa y prometedora.
Así que continuó caminando de manera altiva, con la mano de su prima entre las suyas y un extraño deseo dando vueltas en su mente…
Re: Fiesta Primaveral {LIBRE}
El hada me había pillado desprevenida: Sabía de las fiestas, pero como sólo soy sobrina de Tritón y la menor de mis hermanas, nunca había recibido una de las invitaciones de la bella Ela.
Me moría de curiosidad de conocerla, y por más que mis hermanas mayores y mi propia prima Ariel me contaran todos los detalles, siempre quería verlo todo con mis propios ojos.
¡Y ahora tengo la oportunidad! Porque bajo el mar, en mi cueva/refugio, ví de pronto una linda sirenita a quién no había visto nunca antes aproximarse. Ella no me dijo nada, sólo me sonrío y me pasó una flor en botón. Al recibirla, ésta se abrió y escuché el mensaje de Ela. ¡Ya conocí su voz! Y me agradó sobremanera.
De inmediato partí, luego de ver que la sirenita se había esfumado, a buscar a Ariel, con quien vimos un vestido adecuado, así como la máscara, quedando listas antes que mis hermanas o primas, mientras el Rey Tritón nos ignoraba al conversar con Sebastián.
Finalmente todos los asistentes al baile, incluidos guardias reales también vestidos a rigor, nos reunimos ante la presencia de nuestro rey, quién, blandiendo su cetro, nos envolvió en su magia y fuimos transportados a tierra firme sin el menor esfuerzo (y con nuestros trajes secos!)
- ¡Estoy muy nerviosa Ariel! -le digo, y ella muy tierna me toma de la mano y nos encaminamos juntas, con sólo dos guardias delante de nosotras.
No tenía frío, de hecho ya andaba con mi abrigo abierto apenas habíamos empezado a caminar, así que cuando mi prima se quitó el abrigo, la imité más que de inmediato, desahogándome ya que aún no me había acostumbrado a la máscara.
- ¿Y siempre hay que estar con la máscara puesta Ariel? -le pregunto en un susurro, porque no quiero que los demás se den cuenta de mi ignorancia. Pero ella me responde con los ojos que sí, al tiempo que me apreta la mano y hacemos ingreso al recinto.
Entramos y me asombré de tanta gente elegante y... enmascarada. ¿Cómo iba a reconocer a alguien si no podía ver sus rostros? Pero así y todo obedecí y mantuve mi máscara amarilla puesta.
- Spoiler:
Sobre mí
Para más información
Invitado
Invitado
Re: Fiesta Primaveral {LIBRE}
Me miro al espejo, desnuda, aprovechando que los enanos ya se han ido a la mina. Mi cintura, siempre tan delgada, ahora ya está un poco más abultada. Pongo la mano, tratando de comunicarme con la cosita que tengo adentro, pero de momento aún no se quiere mover mucho.
"Y aún no se debería mover, ya que aún es muy pequeño, Blanca" me hubiera dicho el Espejo Mágico, allá en el castillo, pero, con un suspiro de agrado me recuerdo que el espejo en el cual me observo ahora no tiene nada de mágico. Incluso está medio descascarado, por lo que en algunas partes el reflejo se ve mezclado con los grises del vidrio de abajo.
Estoy ensimismada observando mis pechos algo mayores, mis cabellos sueltos, cada vez más largos, cuando veo en el reflejo del espejo una jovencita. De inmediato me doy vuelta, asombrada de que hubiera entrado a la cabaña sin que yo la haya percibido, pero ella me sonríe como si no me fuera a hacer daño.
Se acerca, sin inmutarse de que estoy sin ropa, y me entrega un botón de rosa blanco. La falta de malicia de ella me contagia, por lo que no me preocupo de cubrirme, sino que me concentro en recibirle la flor con todo el cuidado posible, intuyendo que es muy frágil e importante. Y cuando la tomo, ésta se abre y de adentro sale una voz que dice: "Felicidades Blanca Nieves, has sido escogido para acudir a la nueva versión de mi maravillosa Fiesta Primaveral. ¿Te atreves? La rosa te indicará el camino a la verdad que nos han querido ocultar durante tanto tiempo…"
- ¿La verdad que nos han querido ocultar? -repito para ver si lo comprendo, pero no, el escuchar esas palabras con mi propia voz no cambian nada... Pero ya me ha despertado la curiosidad, por lo que con avidez leo las instrucciones y de inmediato empiezo a ver qué me voy a poner.
Corro al ropero y encuentro los pocos vestidos que los animales me han ayudado a hacer, y elijo uno gris azulado, y cuando un pajarito me trae un cintillo recién me doy cuenta que la jovencita se ha ido. ¿Por dónde? Miro las ventanas y puerta, y todo está bien cerrado. La única "abertura" es la chimenea, que es por donde entran y salen los pajaritos, aprovechando que les doy cobijo en este frío tan grande. ¿Y cómo no, si su canto me acompaña mientras la primavera se afirma?
Y los mismos pajaritos me traen una máscara que hace juego con el vestido, el que compruebo que se sujeta bien, pero no me la visto hasta que llegue al claro que dice el tallo de la flor.
Ya iba a salir cuando me acuerdo de que los enanitos se pueden preocupar, ya que no sé la duración de la fiesta, por lo que les dejo un recado sobre la mesa y, ahora sí, salgo a caminar por el bosque, confiando totalmente en la flor. (¿Porque podría ser una trampa de mi madrastra, verdad? Pero no se me ocurre nada de ello, puesto que a pesar de todo lo que he vivido, aún soy muy inocente)
Camino y camino, y recuerdo poner la máscara cuando veo el hermoso castillo. En este momento recuerdo que podría estar entrando en una trampa de Circe, y un escalofrío recorre mi cuerpo. Pero... la rosa se ve tan pura... que no puede haber sido hecha por ella. Sin miedo, hago entrada en el salón, sola, observando a mucha gente alegre, sin embargo no logro reconocer a nadie con las máscaras puestas...
"Y aún no se debería mover, ya que aún es muy pequeño, Blanca" me hubiera dicho el Espejo Mágico, allá en el castillo, pero, con un suspiro de agrado me recuerdo que el espejo en el cual me observo ahora no tiene nada de mágico. Incluso está medio descascarado, por lo que en algunas partes el reflejo se ve mezclado con los grises del vidrio de abajo.
Estoy ensimismada observando mis pechos algo mayores, mis cabellos sueltos, cada vez más largos, cuando veo en el reflejo del espejo una jovencita. De inmediato me doy vuelta, asombrada de que hubiera entrado a la cabaña sin que yo la haya percibido, pero ella me sonríe como si no me fuera a hacer daño.
Se acerca, sin inmutarse de que estoy sin ropa, y me entrega un botón de rosa blanco. La falta de malicia de ella me contagia, por lo que no me preocupo de cubrirme, sino que me concentro en recibirle la flor con todo el cuidado posible, intuyendo que es muy frágil e importante. Y cuando la tomo, ésta se abre y de adentro sale una voz que dice: "Felicidades Blanca Nieves, has sido escogido para acudir a la nueva versión de mi maravillosa Fiesta Primaveral. ¿Te atreves? La rosa te indicará el camino a la verdad que nos han querido ocultar durante tanto tiempo…"
- ¿La verdad que nos han querido ocultar? -repito para ver si lo comprendo, pero no, el escuchar esas palabras con mi propia voz no cambian nada... Pero ya me ha despertado la curiosidad, por lo que con avidez leo las instrucciones y de inmediato empiezo a ver qué me voy a poner.
Corro al ropero y encuentro los pocos vestidos que los animales me han ayudado a hacer, y elijo uno gris azulado, y cuando un pajarito me trae un cintillo recién me doy cuenta que la jovencita se ha ido. ¿Por dónde? Miro las ventanas y puerta, y todo está bien cerrado. La única "abertura" es la chimenea, que es por donde entran y salen los pajaritos, aprovechando que les doy cobijo en este frío tan grande. ¿Y cómo no, si su canto me acompaña mientras la primavera se afirma?
Y los mismos pajaritos me traen una máscara que hace juego con el vestido, el que compruebo que se sujeta bien, pero no me la visto hasta que llegue al claro que dice el tallo de la flor.
Ya iba a salir cuando me acuerdo de que los enanitos se pueden preocupar, ya que no sé la duración de la fiesta, por lo que les dejo un recado sobre la mesa y, ahora sí, salgo a caminar por el bosque, confiando totalmente en la flor. (¿Porque podría ser una trampa de mi madrastra, verdad? Pero no se me ocurre nada de ello, puesto que a pesar de todo lo que he vivido, aún soy muy inocente)
Camino y camino, y recuerdo poner la máscara cuando veo el hermoso castillo. En este momento recuerdo que podría estar entrando en una trampa de Circe, y un escalofrío recorre mi cuerpo. Pero... la rosa se ve tan pura... que no puede haber sido hecha por ella. Sin miedo, hago entrada en el salón, sola, observando a mucha gente alegre, sin embargo no logro reconocer a nadie con las máscaras puestas...
Re: Fiesta Primaveral {LIBRE}
Por fin caía nieve… sin duda alguna este era el clima que mas amaba, bueno todo excepto que mis alas se congelaban un poco por el frio, las flores no se asomaban, los rosales se encontraban sufriendo por el cruel frió…
Ya hacia charlando con las hadas de nieve, eran muy diferentes a las demás hadas por algo me identificaba un poco con ellas, de la nada otra hada se unió a la plática, las alas de la misma parecían pétalos de rosa ella tomo mi mano y me llevo lejos de ahí, lo que me dejo sin habla fue que esa hada saco un botón de rosa perfectamente intacto, algo sumamente extraño puesto que ninguna flor resistiría ese crudo frio, la tomo con un increíble asombro y cuidado, cuando en eso la flor se abre desprendiendo un bello aroma y una voz conocida que dice:
“Felicidades, campanita, has sido escogido para acudir a la nueva versión de mi maravillosa Fiesta Primaveral. ¿Te atreves? La rosa te indicará el camino a la verdad que nos han querido ocultar durante tanto tiempo… “
Gire mi rostro para agradecer el regalo pero el hada había desaparecido; la flor siguió dando instrucciones, me dirijo a mi hogar buscando algún vestido y un antifaz que hiciera juego, pero después de un momento reaccione:
¿Cómo es que iría a la fiesta con este tamaño? Fue entonces cuando decidí hacer lo que más me gustaba: Violar las reglas, me dirigí al salón del trono donde la reina Clarión tenía toda clase de posiciones… tome una que decía “Crecimiento” y volví a mi hogar, me puse un vestido violeta pegado a mi esbelto cuerpo y solté mi dorado cabello, ya en el bosque bebí cuidadosamente la poción de crecimiento y de esta forma tome la estatura de un humano, solo que había un problema.. Mis alas no desaparecieron… pero mi preocupación disminuyo al recordar que tenía que llevar antifaz así que nadie me reconocería, con el botón en la mano alce en vuelo en camino hacia la fiesta, al llegar a las puertas coloque el antifaz y entre… Al estar dentro, logre ver muchas caras felices, charlaban entre si, al pasar a un lado de ellos me observaban extraño por las dos extremidades que salían de mi espalda, no logre reconocer a ninguno puesto que todos portaban antifaz, pero no le di importancia y continúe caminando…
Ya hacia charlando con las hadas de nieve, eran muy diferentes a las demás hadas por algo me identificaba un poco con ellas, de la nada otra hada se unió a la plática, las alas de la misma parecían pétalos de rosa ella tomo mi mano y me llevo lejos de ahí, lo que me dejo sin habla fue que esa hada saco un botón de rosa perfectamente intacto, algo sumamente extraño puesto que ninguna flor resistiría ese crudo frio, la tomo con un increíble asombro y cuidado, cuando en eso la flor se abre desprendiendo un bello aroma y una voz conocida que dice:
“Felicidades, campanita, has sido escogido para acudir a la nueva versión de mi maravillosa Fiesta Primaveral. ¿Te atreves? La rosa te indicará el camino a la verdad que nos han querido ocultar durante tanto tiempo… “
Gire mi rostro para agradecer el regalo pero el hada había desaparecido; la flor siguió dando instrucciones, me dirijo a mi hogar buscando algún vestido y un antifaz que hiciera juego, pero después de un momento reaccione:
¿Cómo es que iría a la fiesta con este tamaño? Fue entonces cuando decidí hacer lo que más me gustaba: Violar las reglas, me dirigí al salón del trono donde la reina Clarión tenía toda clase de posiciones… tome una que decía “Crecimiento” y volví a mi hogar, me puse un vestido violeta pegado a mi esbelto cuerpo y solté mi dorado cabello, ya en el bosque bebí cuidadosamente la poción de crecimiento y de esta forma tome la estatura de un humano, solo que había un problema.. Mis alas no desaparecieron… pero mi preocupación disminuyo al recordar que tenía que llevar antifaz así que nadie me reconocería, con el botón en la mano alce en vuelo en camino hacia la fiesta, al llegar a las puertas coloque el antifaz y entre… Al estar dentro, logre ver muchas caras felices, charlaban entre si, al pasar a un lado de ellos me observaban extraño por las dos extremidades que salían de mi espalda, no logre reconocer a ninguno puesto que todos portaban antifaz, pero no le di importancia y continúe caminando…
- Spoiler:
Sobre mí
Mensajes : 67
Para más información
Campanita
Re: Fiesta Primaveral {LIBRE}
A duras penas soporté las horas de vigía, sin embargo aparté siempre el pensamiento de salir antes de mi turno, ya que aunque hacía años que no realizaba esa tarea, mi capitán mi había puesto allí como una de las formas de castigarme por ponerlo en peligro... Y tenía que agradecer que no se había enojado tanto conmigo...
Pero por más que uno quiera o no quiera, finalmente el sol hace su recorrido por el cielo, y cuando apuntaba el palo del trinquete, bajé rápidamente por las cuerdas y llegué a cubierta con la rosa cuidadosamente en mi mano. La neblina ya se había disipado arriba, sin embargo a nivel del mar porfiaba en permanecer, y nervioso buscaba a algún pirata que supiera leer. Finalmente bajé a las bodegas, buscando al cocinero Jerkins, quién había trabajado en un castillo cuando era joven. Pero cuando me lo encontré no estaba solo, sino que Joey le mostraba una rosa, muy parecida a la mía:
- ¿También la recibiste? -pregunto nervioso, y sinceramente algo molesto porque había sentido que era el único que la había recibido en el barco.
- Si, y dicen que el capitán también. -responde Joey con una sonrisa.
- Y también Jack y little John. -agrega algo molesto Jerkins, por lo que presumo que ellos le preguntaron antes, aunque me parece que Jack sí sabe leer... Bueno, eso no importa ahora.
- Jerkins, ¿podrías leer lo que dice en el tallo? -digo estirando mi mano- Por favor. -Con fastidio, y con voz monótona, nos leyó las instrucciones. Mi rostro se abre en una sonrisa, feliz de comprender el mensaje finalmente, sin embargo, aún me restaba pedir permiso... -Joey, ¿vas a pedirle permiso al capitán ahora? -pregunto como si nada, aunque estoy preocupado de saber si me dejará salir o no.
- Si, vamos juntos. -me dice y de inmediato subimos al camarote del capitán Roberts. Por supuesto que dejo que Joey haga todo el palabreado, aunque la rosa en mi mano está bien visible para él. Finalmente, y luego de pensarlo un instante (demasiado largo para mí) él anuncia que iremos y regresaremos juntos todos quienes habían recibido la invitación. No pude evitar soltar un suspiro de alivio al saber que estaba autorizado.
Me arreglé como mejor pude, rescatando de los botines unas camisas de buena tela y una máscara medio exagerada pero que me quedó bien, combinando con un sombrero con una pluma roja también.
Me sorprendí mucho al ver el castillo luego de nuestra caminata. Era grande, hermoso e intimidante. Pero no éramos los únicos allí, que nos encontramos con varios hombres y mejores también vestidos de la mejor forma, y todos con una hermosa rosa en sus manos. Sacudí con un paño el barro que la nieve había dejado en mis botas, feliz de volver a ver pastos verdes (incluso tuve que contener mis ganas de tirarme al piso a comer), algo incómodo de dejar tan delicioso festín a mis espaldas.
Pero al entrar en el castillo, lo olvidé todo, encandilado con las decoraciones tan diferentes y lujosas, la gente bella... De pronto empecé a buscar a Desirée entre los asistentes, pero con todos enmascarados eso de localizar a alguien se complica un poco.
Pero por más que uno quiera o no quiera, finalmente el sol hace su recorrido por el cielo, y cuando apuntaba el palo del trinquete, bajé rápidamente por las cuerdas y llegué a cubierta con la rosa cuidadosamente en mi mano. La neblina ya se había disipado arriba, sin embargo a nivel del mar porfiaba en permanecer, y nervioso buscaba a algún pirata que supiera leer. Finalmente bajé a las bodegas, buscando al cocinero Jerkins, quién había trabajado en un castillo cuando era joven. Pero cuando me lo encontré no estaba solo, sino que Joey le mostraba una rosa, muy parecida a la mía:
- ¿También la recibiste? -pregunto nervioso, y sinceramente algo molesto porque había sentido que era el único que la había recibido en el barco.
- Si, y dicen que el capitán también. -responde Joey con una sonrisa.
- Y también Jack y little John. -agrega algo molesto Jerkins, por lo que presumo que ellos le preguntaron antes, aunque me parece que Jack sí sabe leer... Bueno, eso no importa ahora.
- Jerkins, ¿podrías leer lo que dice en el tallo? -digo estirando mi mano- Por favor. -Con fastidio, y con voz monótona, nos leyó las instrucciones. Mi rostro se abre en una sonrisa, feliz de comprender el mensaje finalmente, sin embargo, aún me restaba pedir permiso... -Joey, ¿vas a pedirle permiso al capitán ahora? -pregunto como si nada, aunque estoy preocupado de saber si me dejará salir o no.
- Si, vamos juntos. -me dice y de inmediato subimos al camarote del capitán Roberts. Por supuesto que dejo que Joey haga todo el palabreado, aunque la rosa en mi mano está bien visible para él. Finalmente, y luego de pensarlo un instante (demasiado largo para mí) él anuncia que iremos y regresaremos juntos todos quienes habían recibido la invitación. No pude evitar soltar un suspiro de alivio al saber que estaba autorizado.
Me arreglé como mejor pude, rescatando de los botines unas camisas de buena tela y una máscara medio exagerada pero que me quedó bien, combinando con un sombrero con una pluma roja también.
- Spoiler:
Me sorprendí mucho al ver el castillo luego de nuestra caminata. Era grande, hermoso e intimidante. Pero no éramos los únicos allí, que nos encontramos con varios hombres y mejores también vestidos de la mejor forma, y todos con una hermosa rosa en sus manos. Sacudí con un paño el barro que la nieve había dejado en mis botas, feliz de volver a ver pastos verdes (incluso tuve que contener mis ganas de tirarme al piso a comer), algo incómodo de dejar tan delicioso festín a mis espaldas.
Pero al entrar en el castillo, lo olvidé todo, encandilado con las decoraciones tan diferentes y lujosas, la gente bella... De pronto empecé a buscar a Desirée entre los asistentes, pero con todos enmascarados eso de localizar a alguien se complica un poco.
Re: Fiesta Primaveral {LIBRE}
Por mi parte, y a diferencia de otros de los miembros de mi tripulación que habían sido invitados (un puñado de hombres, entre los que ciertamente me llamaba la atención la presencia de Paul, que parecía tender a destacarse de una manera u otra, partiendo por el detalle de sus orígenes, tan diferentes a los de cualquier otro), había realizado gran parte de la marcha a través del tupido y blanco bosque sin ninguna vestimenta elegante, sino que había sido a mitad de camino, cuando el paso se hizo algo más sencillo, que deposité el morral que había llevado hasta entonces al hombro y, indicando a mi tripulación que se adelantase, había procedido a cambiar mis ropas, siendo el único elemento blanco la camisa, con una chaqueta y pantalones negros, capa, sombrero y máscara de igual color. No era la persona más experta en el mundo en lo que respectaba a moda, así que prefería un conjunto más bien sobrio pero elegante. En cuanto a las botas, las mismas de siempre servirían, al tener la misma tonalidad, y de todas maneras se ensuciarían al menos un poco durante el camino.
Todos los personajes que se presentaron ante nuestros ojos vestían de manera elegante, los hombres erguidos y orgullosos, mientras que las mujeres vestían conjuntos que las hacían ver atractivas. Detalles mágicos llamaban mi atención cada cierta cantidad de pasos, como las alas de aquella mujer, las pezuñas de aquella criatura, y los grandes animales que asimismo asistían al evento, pero procuré no fijar mi atención en estas cosas, sino mantenerme digno de mi posición como líder del grupo, y finalmente hicimos ingreso al palacio, encontrándonos entre una muchedumbre de enmascarados en la que sería difícil reconocer a alguien. O, por lo menos, por el momento no reconocía ningún rasgo en los presentes, más allá de los hombres que iban conmigo.
Todos los personajes que se presentaron ante nuestros ojos vestían de manera elegante, los hombres erguidos y orgullosos, mientras que las mujeres vestían conjuntos que las hacían ver atractivas. Detalles mágicos llamaban mi atención cada cierta cantidad de pasos, como las alas de aquella mujer, las pezuñas de aquella criatura, y los grandes animales que asimismo asistían al evento, pero procuré no fijar mi atención en estas cosas, sino mantenerme digno de mi posición como líder del grupo, y finalmente hicimos ingreso al palacio, encontrándonos entre una muchedumbre de enmascarados en la que sería difícil reconocer a alguien. O, por lo menos, por el momento no reconocía ningún rasgo en los presentes, más allá de los hombres que iban conmigo.
Re: Fiesta Primaveral {LIBRE}
Camino y camino por la nieve, feliz de haber calzado mis cómodas botas, cuando de pronto llego a una parte de tierra. Miro a mi alrededor, confundida, pero la flor que traigo en mis manos me indica que el camino no ha terminado.
Empiezo a sentir calor, percibiendo que estoy entrando en una parte del bosque a la cual el invierno parece que no llegó. Y aprovechando que estoy
sola, me pongo los hermosos (aunque algo simples) zapatos verdes y oculto de la mejor forma mi capa y botas, marcando el lugar para mi regreso.
Finalmente, al poco andar, me encuentro con un hermoso castillo y varias personas que vienen de todos lados hacia él. Todos visten trajes elegantes, y si no fuera por mi buen físico, no me vería tan bien con mi vestido, bonito pero pasado de moda. ¡Ay quisiera poder ser una princesa hoy!
Con la máscara puesta, entro al salón y mi corazón late fuerte al ver a tantos hombres guapos reunidos en un sólo lugar. Obviamente también hay muchas bellas mujeres, algunas con alitas en sus espaldas. ¿Están de moda ésas aplicaciones? Bueno, lo importante es que no todos están así, aunque veo a un tipo con un cuerpo musculoso excelente... pero con cara de buey!
Miro a mi alrededor, sintiéndome algo intrusa por no conocer a nadie en el lugar, cuando un hombre muy guapo me saca a bailar:
- Encantada milord.
Empiezo a sentir calor, percibiendo que estoy entrando en una parte del bosque a la cual el invierno parece que no llegó. Y aprovechando que estoy
sola, me pongo los hermosos (aunque algo simples) zapatos verdes y oculto de la mejor forma mi capa y botas, marcando el lugar para mi regreso.
Finalmente, al poco andar, me encuentro con un hermoso castillo y varias personas que vienen de todos lados hacia él. Todos visten trajes elegantes, y si no fuera por mi buen físico, no me vería tan bien con mi vestido, bonito pero pasado de moda. ¡Ay quisiera poder ser una princesa hoy!
Con la máscara puesta, entro al salón y mi corazón late fuerte al ver a tantos hombres guapos reunidos en un sólo lugar. Obviamente también hay muchas bellas mujeres, algunas con alitas en sus espaldas. ¿Están de moda ésas aplicaciones? Bueno, lo importante es que no todos están así, aunque veo a un tipo con un cuerpo musculoso excelente... pero con cara de buey!
Miro a mi alrededor, sintiéndome algo intrusa por no conocer a nadie en el lugar, cuando un hombre muy guapo me saca a bailar:
- Encantada milord.
Re: Fiesta Primaveral {LIBRE}
Si la pregunta de su prima la toma por sorpresa, Ariel no lo demuestra. Sabe muy bien que es la primera fiesta de Marina y por tanto es normal que la joven tenga dudas. Por ello aprieta dulcemente su mano y asiente nada más con su mirada, intentando contagiarla con la seguridad que tanto necesita. Sonríe al notar su asombro. Ariel también se siente sorprendida. Este año es diferente, piensa. Todo es mucho más hermoso, más… ostentoso, como si Ela quisiese demostrar algo. O tal vez no era nada más que una forma de agasajar a sus invitados. Imposible saberlo, pues Ela era todo un personaje. Athena solía contarle que la Bruja tenía una serie de problemas de personalidad que daba a conocer en cada una de sus fiestas. –Es voluble, como el océano o el clima, nunca sabes que sorpresa tiene preparada…–decía la reina sosteniendo su mano, mientras Tritón reía por las ocurrencias de su mujer.
Ariel recorre con su mirada la estancia, buscando pistas sobre la nueva sorpresa. Pero no puede encontrarlas. Están demasiado ocultas entre las mascaras, entre el aroma floral que desprenden las paredes y la gente misma. Todos huelen a flores, Ariel puede sentirlo con su nariz fina y desarrollada, pero algo le dice que ese aroma es malo, erróneo incluso. Como a…
–Muerte – musita (tan despacio que Marina no puede llegar a oírla), abriendo sus ojos, asustada por semejante descubrimiento. Sí, todo apesta a muerte, pero no la que todos conocen. Huele a…
Sin embargo, tan rápido como llegaron los pensamientos, estos desaparecen. Incluso Eric desaparece de su mente. Como por arte de magia. Realmente hay un hechizo de la Bruja pelirroja dando vueltas en el aire, manteniendo todo recuerdo o emoción negativa a raya, lejos de la celebración. Ahora solo piensa en lo hermoso que está todo, en lo bonita que es la gente. Ariel piensa en lo linda que se ve su prima, tan encantadora como siempre. Casi son hermanas, aun si no compartieron vientre. Lo que es una pena, pues entonces Marina no es realmente familiar de Athena. Y ¿Por qué pensar en Athena? Es momento de celebrar, no de pensar en aquellos que ya no están.
Su mirada se centra en la decoración, tan primaveral y, en cierta forma, excesiva. También en el ritmo de la música y los invitados que ya han comenzado a bailar. Se ven tan hermosos… por mero impulso lleva a su prima de la mano a la nada improvisada pista de baile, riendo como una niña pequeña. De la misma forma comienza a bailar, dando giros y saltitos. Así no sigue intentando pensar en porque todo le parece tan… falso.
Ariel recorre con su mirada la estancia, buscando pistas sobre la nueva sorpresa. Pero no puede encontrarlas. Están demasiado ocultas entre las mascaras, entre el aroma floral que desprenden las paredes y la gente misma. Todos huelen a flores, Ariel puede sentirlo con su nariz fina y desarrollada, pero algo le dice que ese aroma es malo, erróneo incluso. Como a…
–Muerte – musita (tan despacio que Marina no puede llegar a oírla), abriendo sus ojos, asustada por semejante descubrimiento. Sí, todo apesta a muerte, pero no la que todos conocen. Huele a…
Sin embargo, tan rápido como llegaron los pensamientos, estos desaparecen. Incluso Eric desaparece de su mente. Como por arte de magia. Realmente hay un hechizo de la Bruja pelirroja dando vueltas en el aire, manteniendo todo recuerdo o emoción negativa a raya, lejos de la celebración. Ahora solo piensa en lo hermoso que está todo, en lo bonita que es la gente. Ariel piensa en lo linda que se ve su prima, tan encantadora como siempre. Casi son hermanas, aun si no compartieron vientre. Lo que es una pena, pues entonces Marina no es realmente familiar de Athena. Y ¿Por qué pensar en Athena? Es momento de celebrar, no de pensar en aquellos que ya no están.
Su mirada se centra en la decoración, tan primaveral y, en cierta forma, excesiva. También en el ritmo de la música y los invitados que ya han comenzado a bailar. Se ven tan hermosos… por mero impulso lleva a su prima de la mano a la nada improvisada pista de baile, riendo como una niña pequeña. De la misma forma comienza a bailar, dando giros y saltitos. Así no sigue intentando pensar en porque todo le parece tan… falso.
Re: Fiesta Primaveral {LIBRE}
Observo a tanta gente linda, tan feliz de estar viéndolo todo con mis propios y no de boca de mis hermanas, que la sonrisa no sale de mis labios.
¡Hasta Ariel tiene los ojos abiertos! Se nota que está emocionada!
De pronto, me fijo que hay un grupo de hombres apiñados, mirando algo nerviosos a los demás participantes. Quiero preguntarle a mi prima si siempre es así, tan animado, con hombres tan guapos, pero antes que abra la boca, la banda empieza a tocar una melodía muy hermosa, la que de inmediato hace que mis pies quieran empezar a bailar!
Lo mejor es que Ariel me toma de las manos y empezamos a saltar en el medio del salón, siguiendo el ritmo maravilloso y riendo con la alegría transbordando!
Sobre mí
Para más información
Invitado
Invitado
Re: Fiesta Primaveral {LIBRE}
Los asistentes están contentos, conversando en grupos, incluso algunos se saludan desde lejos. Yo miro y miro hacia los rostros, sin embargo, por más que me fije en los mentones, en los cabellos, no alcanzo a reconocer a nadie de mis tiempos de la corte... Bueno, que la gente de mi generación será más difícil de reconocer, ya que Circe logró apartarme de ellos durante mi adolescencia, pero de todas formas... quería poder no estar sola.
Entonces... encuentro la mesa del buffet! Me acerco con toda la lentitud que la buena educación me exige, y aunque tenga ganas de probar de todo, empiezo lentamente con una bolita de chocolate.
- Mmm... -cierro los ojos para saborear mejor el dulce delicioso, y, sin esperar el tiempo prudente, saco otro y vuelvo a sentir cómo el chocolate se derrite en mi lengua.
Entonces sigo mirando los brillantes platos, llenos de más cosas deliciosas, y no me resisto y saco un plato y me sirvo budín. Con hipocresía saco un trozo pequeño, para "hacer espacio" para probar más cosas.
Y podría haber pasado todo el rato disfrutando del buffet si no fuera porque una hermosa melodía llenó el salón. Con una galleta y otra bolita de chocolate en mi mano, empiezo a mover mis piernas, dejando que el ritmo gobierne mi cuerpo. Con sólo unos pasos me encuentro bailando con el resto de los invitados. Recuerdo a tiempo que no debo saltar tanto como los demás, pero de todas formas me muevo graciosamente, con mis cabellos siguiendo mis giros y la sonrisa brillando en mi rostro. Y cuando termino de comer lo que tengo en mis manos, empiezo a tararear la melodía.
Entonces... encuentro la mesa del buffet! Me acerco con toda la lentitud que la buena educación me exige, y aunque tenga ganas de probar de todo, empiezo lentamente con una bolita de chocolate.
- Mmm... -cierro los ojos para saborear mejor el dulce delicioso, y, sin esperar el tiempo prudente, saco otro y vuelvo a sentir cómo el chocolate se derrite en mi lengua.
Entonces sigo mirando los brillantes platos, llenos de más cosas deliciosas, y no me resisto y saco un plato y me sirvo budín. Con hipocresía saco un trozo pequeño, para "hacer espacio" para probar más cosas.
Y podría haber pasado todo el rato disfrutando del buffet si no fuera porque una hermosa melodía llenó el salón. Con una galleta y otra bolita de chocolate en mi mano, empiezo a mover mis piernas, dejando que el ritmo gobierne mi cuerpo. Con sólo unos pasos me encuentro bailando con el resto de los invitados. Recuerdo a tiempo que no debo saltar tanto como los demás, pero de todas formas me muevo graciosamente, con mis cabellos siguiendo mis giros y la sonrisa brillando en mi rostro. Y cuando termino de comer lo que tengo en mis manos, empiezo a tararear la melodía.
Re: Fiesta Primaveral {LIBRE}
Agudicé mis sentidos y resoplé hondamente. No quería ir ahí adentro…pero ya casi lo estaba, así que realmente no hacia ninguna diferencia.
Suspiré, y aquel fue el instante donde acomodé sutilmente mi atuendo; que fácilmente encajaría en el elitista y caprichoso ojo característico de la nobleza. Cosa a la que ya hace tiempo había tenido que acostumbrarme; no era difícil encontrar algo que me quedara bien, difícil era sentirme cómodo con ello…casi repugnaba los trajes reales y el hecho de que todo delataba mi posición social a pesar de que moría por ocultarlo
De paso, me esmeré en ajustar la máscara, la sentía tan suelta que ni menos me sorprendería dejarla tirada al cabo de unos momentos. En medio de ello, no pude evitar torcer una mueca cuando varias mujeres me miraron entre risas, a lo que simplemente respondí con una ligera sonrisa…casi por obligación, que por educación o cortesía y entonces me decidí a avanzar a pasos rápidos.
Demasiada gente, demasiada tela, demasiados adornos, demasiado de todo. Demasiada cabellera pelirroja…demasiado Ariel, estúpido color rojo que te salta a la vista y que es una señal casi fosforescente que pide a gritos: “¡Golpéame!”
¿Ah? ¿Qué había dicho ahí? Inmediatamente fruncí el ceño y repasé con mi vista nuevamente a la pelirroja, no podía ser ella…bueno, en realidad si, las probabilidades eran ridículamente altas, pero me hubiese encantado pensar que no. Era imbécil por querer autoconvencerme.
No obstante, Ariel o no, debía suponer que ninguno de los dos sabíamos quienes éramos… aún si conocía a la perfección de quien se trataba, existía el pretexto de la máscara, no había porque reconocerlo. De resto, probablemente ni siquiera había notado mi presencia… siempre había espacio para fingir.
Me gire de espaldas a la “pelirrojadesconocidaqueparanadaeraArielporqueyomismohabiadecididoquenoloera” y masajeé mi sien. Mi estancia ahí seria larga, definitivamente. Pero no me resistí a mirarla de reojo, por la forma…emmm… curiosa en la que bailaba -saltaba-, como un pez convulsivo fuera del agua...no podía negar que simplemente me resultaba MUY familiar.
Tal vez estaba exagerando, últimamente veía a Ariel hasta en la sopa. Falta de conciencia y remordimientos, quizá.
Bien, ya, dejo de engañarme. Era Ariel, simplemente inconfundible.
Suspiré, y aquel fue el instante donde acomodé sutilmente mi atuendo; que fácilmente encajaría en el elitista y caprichoso ojo característico de la nobleza. Cosa a la que ya hace tiempo había tenido que acostumbrarme; no era difícil encontrar algo que me quedara bien, difícil era sentirme cómodo con ello…casi repugnaba los trajes reales y el hecho de que todo delataba mi posición social a pesar de que moría por ocultarlo
De paso, me esmeré en ajustar la máscara, la sentía tan suelta que ni menos me sorprendería dejarla tirada al cabo de unos momentos. En medio de ello, no pude evitar torcer una mueca cuando varias mujeres me miraron entre risas, a lo que simplemente respondí con una ligera sonrisa…casi por obligación, que por educación o cortesía y entonces me decidí a avanzar a pasos rápidos.
Demasiada gente, demasiada tela, demasiados adornos, demasiado de todo. Demasiada cabellera pelirroja…demasiado Ariel, estúpido color rojo que te salta a la vista y que es una señal casi fosforescente que pide a gritos: “¡Golpéame!”
¿Ah? ¿Qué había dicho ahí? Inmediatamente fruncí el ceño y repasé con mi vista nuevamente a la pelirroja, no podía ser ella…bueno, en realidad si, las probabilidades eran ridículamente altas, pero me hubiese encantado pensar que no. Era imbécil por querer autoconvencerme.
No obstante, Ariel o no, debía suponer que ninguno de los dos sabíamos quienes éramos… aún si conocía a la perfección de quien se trataba, existía el pretexto de la máscara, no había porque reconocerlo. De resto, probablemente ni siquiera había notado mi presencia… siempre había espacio para fingir.
Me gire de espaldas a la “pelirrojadesconocidaqueparanadaeraArielporqueyomismohabiadecididoquenoloera” y masajeé mi sien. Mi estancia ahí seria larga, definitivamente. Pero no me resistí a mirarla de reojo, por la forma…emmm… curiosa en la que bailaba -saltaba-, como un pez convulsivo fuera del agua...no podía negar que simplemente me resultaba MUY familiar.
Tal vez estaba exagerando, últimamente veía a Ariel hasta en la sopa. Falta de conciencia y remordimientos, quizá.
Bien, ya, dejo de engañarme. Era Ariel, simplemente inconfundible.
Sobre mí
Mensajes : 58
Para más información
Eric
Príncipe de Marshovia
Re: Fiesta Primaveral {LIBRE}
Después de que llegó la invitación hacia mí me empeñé en buscar algo de acuerdo a mi aspecto. Me coloqué un vestido blanco acompañado a una máscara que resaltaba gracias al negráceo color que tenía. Tras alguna negociación, conseguí un collar que me mantendría en forma humana el tiempo necesario.
Al llegar al sitio indicado entreabrí los ojos, intentando discernir si aquel era quien pensaba. Afilé la mirada y la misma brincó con súbita brusquedad a su cabello, era el cabello de “oh-mírame-súper-cool” y rápidamente no debatí en saberlo identificar. Sonreí sutilmente y acomodé un mechón rubio antes de encaminarme a Eric, quien en esos momentos se encontraba de espaldas hacia mí. Muy cierto que alguna vez debería recomendarme la marca de shampoo que usaba.
De resto, no conocía nada más que la máscara que orgullosamente portaban a relucir. Extendí mi sonrisa, hacia el único que distinguía y le abracé oportunamente por la espalda. ― ¡Eri...fsjdfjfksdfs! ― No alcancé a terminar de decir su nombre porque ahora era él quien se posicionaba tras de mí con agilidad (que ni siquiera supe en que momento sucedió, o como…pero si sabía el porque), y entonces llevó una de sus manos a mi boca…tratando de callarme, ahí fue cuando balbuceé cosas inentendibles.
―Ah, ya…ya comprendí, identidades secretas… ¿no? Lo hace más divertido y misterioso, ¿cierto cierto? ― Dije rápidamente y de una forma acelerada para codearlo y moverle las cejas sugestivamente.
―Apuesto a que te preguntas por qué en estos momentos no soy un cisne― Y pues si no le interesaba igual pensaba en contarle ―negocié con una bruja…y aunque el efecto no durará mucho, será suficiente…mientras tenga este collar, tendré mi apariencia humana― agregué soltando un suave suspiro, mientras que sostenía la piedra que colgaba de mi cuello. Quería pensar que mi trueque con la bruja había valido la pena.
― ¿Ves a la pelirroja de allá…que esta junto a la otra chica, bailando? Se ve todo tan divertido…y yo, yo estoy al lado de un príncipe amargado― Refunfuñé y lo miré de reojo, apretando la boca levemente; formando un puchero. La idea surcó mi cabeza como una estrella fugaz en el firmamento.― ¿Por qué no vamos y hacemos lo mismo? Lo único que sé es bailar ballet pero…saltar aleatoriamente, puedo intentar saltar aleatoriamente ― , extendí la sonrisa y tomé sus manos entre las mías al tratar de jalarlo a la pista. Jamás pensé que fuera tan complicado obligar a un hombre…―De verdad quiero intentar esa danza tribal (?) o lo que sea― Rogué colocando una mueca de perro abandonado en medio de la lluvia. ― ¿Por favor? ¿SIIIIIIIIIIIIIIIII? Anda, anda― Y le jalé insistentemente, pero sin llegar a arrastrarlo. ―¿Qué te sucede? Eres un aguafiestas― lloriqueé.
El caos producido por la música, la charla y las risas en contraste con el movimiento recreaban un aturdimiento sutil.
Al llegar al sitio indicado entreabrí los ojos, intentando discernir si aquel era quien pensaba. Afilé la mirada y la misma brincó con súbita brusquedad a su cabello, era el cabello de “oh-mírame-súper-cool” y rápidamente no debatí en saberlo identificar. Sonreí sutilmente y acomodé un mechón rubio antes de encaminarme a Eric, quien en esos momentos se encontraba de espaldas hacia mí. Muy cierto que alguna vez debería recomendarme la marca de shampoo que usaba.
De resto, no conocía nada más que la máscara que orgullosamente portaban a relucir. Extendí mi sonrisa, hacia el único que distinguía y le abracé oportunamente por la espalda. ― ¡Eri...fsjdfjfksdfs! ― No alcancé a terminar de decir su nombre porque ahora era él quien se posicionaba tras de mí con agilidad (que ni siquiera supe en que momento sucedió, o como…pero si sabía el porque), y entonces llevó una de sus manos a mi boca…tratando de callarme, ahí fue cuando balbuceé cosas inentendibles.
―Ah, ya…ya comprendí, identidades secretas… ¿no? Lo hace más divertido y misterioso, ¿cierto cierto? ― Dije rápidamente y de una forma acelerada para codearlo y moverle las cejas sugestivamente.
―Apuesto a que te preguntas por qué en estos momentos no soy un cisne― Y pues si no le interesaba igual pensaba en contarle ―negocié con una bruja…y aunque el efecto no durará mucho, será suficiente…mientras tenga este collar, tendré mi apariencia humana― agregué soltando un suave suspiro, mientras que sostenía la piedra que colgaba de mi cuello. Quería pensar que mi trueque con la bruja había valido la pena.
― ¿Ves a la pelirroja de allá…que esta junto a la otra chica, bailando? Se ve todo tan divertido…y yo, yo estoy al lado de un príncipe amargado― Refunfuñé y lo miré de reojo, apretando la boca levemente; formando un puchero. La idea surcó mi cabeza como una estrella fugaz en el firmamento.― ¿Por qué no vamos y hacemos lo mismo? Lo único que sé es bailar ballet pero…saltar aleatoriamente, puedo intentar saltar aleatoriamente ― , extendí la sonrisa y tomé sus manos entre las mías al tratar de jalarlo a la pista. Jamás pensé que fuera tan complicado obligar a un hombre…―De verdad quiero intentar esa danza tribal (?) o lo que sea― Rogué colocando una mueca de perro abandonado en medio de la lluvia. ― ¿Por favor? ¿SIIIIIIIIIIIIIIIII? Anda, anda― Y le jalé insistentemente, pero sin llegar a arrastrarlo. ―¿Qué te sucede? Eres un aguafiestas― lloriqueé.
El caos producido por la música, la charla y las risas en contraste con el movimiento recreaban un aturdimiento sutil.
Sobre mí
Mensajes : 20
Para más información
Odette
Re: Fiesta Primaveral {LIBRE}
La música comenzó a resonar por todo el lugar, y como reacción de esta los invitados comenzaban a danzar al ritmo de la misma, bailaban en parejas o jugueteaban entre ellos, por mi parte eleve el vuelo tocando con delicadeza los adornos florales que colgaban del techo, las bellas flores que se veían lograban desprender un sutil pero bello aroma que ligeramente te hacia un poco adicto a ellas, se desprendía un aroma a vida por todo el lugar y sin duda alguna eso me fascinaba completamente, me hacia recordar cada centímetro de Nunca Jamás… o inclusive el bello sol de la Hondonada de las Hadas…
No pude pasar desapercibida por mi antigua acción ¿Acaso nunca habían visto a una chica con alas? Pues al parecer no (y que lo digan quizás parecía un insecto volando sobre las cabezas de todos y de haberme tardado más en nacer quizás ahorita lo fuera, pero bueno), tome una hermosa flor entre mis manos y la coloque detrás de mi oreja, sin lugar a dudas este sitio era algo mágico… todos parecían felices en toda la extensión de la palabra… Las mascaras que portaban le agregaban el toque misterioso y bello a la celebración...
Baje con cuidado al borde de la mesa de buffet y con delicadeza tomo una roja y gran fresa, la observo por unos instantes pues al recordar el tamaño del cual era acreedora antes me hace sonreír, pues si de tamaño hablamos ahora la fresa parece diminuta ante mi mano, la saboreo y sonrió pues el sabor es simplemente exquisito, había probado miles de manjares antes pero la comida que había probado antes no se comparaba con la que ahora tenía frente a mi; Del otro lado de la mesa una chica hacia la misma acción que yo, solo que es sus movimiento se notaba la desesperación de querer comerse todo en un solo bocado, pero solo la observo divertida luchando ante la tentación que posiblemente evade todo su cuerpo y que sus modales no dejan salir….
No pude pasar desapercibida por mi antigua acción ¿Acaso nunca habían visto a una chica con alas? Pues al parecer no (y que lo digan quizás parecía un insecto volando sobre las cabezas de todos y de haberme tardado más en nacer quizás ahorita lo fuera, pero bueno), tome una hermosa flor entre mis manos y la coloque detrás de mi oreja, sin lugar a dudas este sitio era algo mágico… todos parecían felices en toda la extensión de la palabra… Las mascaras que portaban le agregaban el toque misterioso y bello a la celebración...
Baje con cuidado al borde de la mesa de buffet y con delicadeza tomo una roja y gran fresa, la observo por unos instantes pues al recordar el tamaño del cual era acreedora antes me hace sonreír, pues si de tamaño hablamos ahora la fresa parece diminuta ante mi mano, la saboreo y sonrió pues el sabor es simplemente exquisito, había probado miles de manjares antes pero la comida que había probado antes no se comparaba con la que ahora tenía frente a mi; Del otro lado de la mesa una chica hacia la misma acción que yo, solo que es sus movimiento se notaba la desesperación de querer comerse todo en un solo bocado, pero solo la observo divertida luchando ante la tentación que posiblemente evade todo su cuerpo y que sus modales no dejan salir….
Sobre mí
Mensajes : 67
Para más información
Campanita
Re: Fiesta Primaveral {LIBRE}
No hubo ningún aviso, o al menos ninguno del que hubiera sido consciente, antes de que la música empezase a llenar el gran espacio que constituía aquel salón de baile. La actitud generalizada en un primer momento fue la de sorpresa e interrogante, algo que yo mismo sentí, aunque esto no duró mucho antes de que algunos de los asistentes a la fiesta se animasen y comenzasen a moverse al compás de la música, los más osados incluso pasando a la pista de baile para regocijarse con el movimiento de mis cuerpos. Todo esta variación de comportamiento se dio igualmente en el grupo del que era parte y líder, con varios de los piratas primero siguiendo el ritmo de la música con el pie, hasta que un par de ellos salió a bailar, uno incluso cogiendo la mano de una mujer y sacándola a danzar mientras que el otro se quedaba moviéndose ágilmente por su cuenta, sin parecer necesitar compañía alguna. Los que no salían, por su parte, encontraron una excusa perfecta en la mesa que estaba servida con los más variados manjares, deleitándose con ellos. Al final, me vi prácticamente solo en lugar de en el grupo en el que me había encontrado momentos atrás. Siendo así, no me quedaban muchas alternativas: o me unía a la danza, o iba a comer algo, básicamente. Para lo segundo, todo lo que tenía que hacer era dar un par de pasos para encontrarme con la suntuosa mesa que servía para desplegar la gran cantidad de platillos ahí sostenidos. Para lo primero… Bien, no me apetecía bailar solo, así que la alternativa era encontrar alguien con quien compartir al menos una pieza.
Un poco más allá había un par de chicas bailando, y una de ellas, por su roja cabellera, me hizo pensar en Ariel… pero ella no podía estar ahí, ¿verdad? Después de todo, era pleno día y… Claro, ella solamente podía estar de pie en las horas de la oscuridad. Aunque cosas más raras podían pasar, considerando algunos de los invitados. Pero bueno, incluso si fuera ella, ¿qué le podría decir, interrumpiendo la diversión que parecía tener? Si no lo era, por otro lado, sería quizás un poco peor. Finalmente mi vista y mi atención se vieron distraídas por el despegue de la rubia mujer que se elevaba como si de una libélula se tratase, sobrevolando por encima de los asistentes para tomar una flor de los arreglos que allá arriba podían verse para luego volver a tomar tierra, dirigiéndose a la mesa. Por un instante pensé en invitarla a bailar, pero esta última acción por su parte me hizo desistir antes de empezar. En su lugar, me acerqué igualmente a la mesa, tomando una manzana verde y brillante, a apenas unos cuantos decímetros de ella, y le saqué brillo con mi capa. Por pura curiosidad, la miré en cada uno de sus gestos, sin poder adivinar en ella su procedencia ni dato alguno, pues su rostro, como el de todo el mundo, estaba cubierto por una máscara. Y aún así parecía divertida con la observación de alguien más, por lo que no tardé en dirigirme a ella, con una media sonrisa y hablando en voz baja.
-¿Qué es tan divertido?- le pregunté, antes de darle una mordida a la manzana.
Un poco más allá había un par de chicas bailando, y una de ellas, por su roja cabellera, me hizo pensar en Ariel… pero ella no podía estar ahí, ¿verdad? Después de todo, era pleno día y… Claro, ella solamente podía estar de pie en las horas de la oscuridad. Aunque cosas más raras podían pasar, considerando algunos de los invitados. Pero bueno, incluso si fuera ella, ¿qué le podría decir, interrumpiendo la diversión que parecía tener? Si no lo era, por otro lado, sería quizás un poco peor. Finalmente mi vista y mi atención se vieron distraídas por el despegue de la rubia mujer que se elevaba como si de una libélula se tratase, sobrevolando por encima de los asistentes para tomar una flor de los arreglos que allá arriba podían verse para luego volver a tomar tierra, dirigiéndose a la mesa. Por un instante pensé en invitarla a bailar, pero esta última acción por su parte me hizo desistir antes de empezar. En su lugar, me acerqué igualmente a la mesa, tomando una manzana verde y brillante, a apenas unos cuantos decímetros de ella, y le saqué brillo con mi capa. Por pura curiosidad, la miré en cada uno de sus gestos, sin poder adivinar en ella su procedencia ni dato alguno, pues su rostro, como el de todo el mundo, estaba cubierto por una máscara. Y aún así parecía divertida con la observación de alguien más, por lo que no tardé en dirigirme a ella, con una media sonrisa y hablando en voz baja.
-¿Qué es tan divertido?- le pregunté, antes de darle una mordida a la manzana.
Re: Fiesta Primaveral {LIBRE}
No debería haberlo hecho pero... me quité por un momento la máscara para poder observar mejor a la hermosa bailarina voladora.
Con una gracia envidiable, ella sigue el ritmo en el aire! Y con esa altura que alcanza, puede tocar los hermosos adornos tan lejanos a nosotros.
De pronto, una hermosa dama de cabellos rojos se acerca y me advierte con la mirada. Sus cejas se cierran tanto que ni debe abrir la boca que ya me he vuelto a poner la máscara sobre mi rostro. Incluso, me asusto y empiezo a mirar a mi alrededor, por si alguien más se ha enojado conmigo, pero sólo veo rostros felices. De hecho, hasta veo hombres bailando con hombres! Y mujeres con mujeres también, pero todo sin malicia, de seguro todo influenciado por la hermosa melodía.
Y aunque caí bajo el influjo de una melodía mágica en el pasado (del cual parece que aún estoy embrujada al parecer) el reto de la hermosa dama pelirroja me ha despabilado un poco, por lo que aunque sigo dando vueltas en el gran salón, mis ojos están mucho más atentos a todos, especialmente a la hermosa voladora, quién ahora ha bajado y se dirije al buffet.
Con una gracia envidiable, ella sigue el ritmo en el aire! Y con esa altura que alcanza, puede tocar los hermosos adornos tan lejanos a nosotros.
De pronto, una hermosa dama de cabellos rojos se acerca y me advierte con la mirada. Sus cejas se cierran tanto que ni debe abrir la boca que ya me he vuelto a poner la máscara sobre mi rostro. Incluso, me asusto y empiezo a mirar a mi alrededor, por si alguien más se ha enojado conmigo, pero sólo veo rostros felices. De hecho, hasta veo hombres bailando con hombres! Y mujeres con mujeres también, pero todo sin malicia, de seguro todo influenciado por la hermosa melodía.
Y aunque caí bajo el influjo de una melodía mágica en el pasado (del cual parece que aún estoy embrujada al parecer) el reto de la hermosa dama pelirroja me ha despabilado un poco, por lo que aunque sigo dando vueltas en el gran salón, mis ojos están mucho más atentos a todos, especialmente a la hermosa voladora, quién ahora ha bajado y se dirije al buffet.
Re: Fiesta Primaveral {LIBRE}
Off: ¿Alguien sabe con quién estoy bailando? Es un hombre guapo, por lo menos su mentón y ojos lo son.
Me deslizo como si fuera una princesa desde mi cuna, con las fuertes manos del bailarín sujetándome firme pero suavemente la cintura y mi mano izquierda.
Escuchamos la melodía, y aunque es novedosa para mí, algo en ella me hace muy fácil seguirla, (Además que el caballero guía maravillosamente) por lo mis pies se deslizan sobre el mármol beige como si nunca hubiera tomado una escoba en mi vida.
Entremedio de las vueltas veo que algunos invitados se dirigen al buffet (del cual tengo curiosidad profesional de ver cómo está distribuido, para incorporar novedades a mi posada), mientras más personas llenan la pista de baile. Sin embargo, me distraigo cuando una chica con alas (y de buen gusto porque viste con mi color favorito) empieza a volar sobre nosotros. Pero el caballero que me guía no me deja interrumpir el baile, y cuando ella baja, vuelvo a posar toda mi atención en el misterioso caballero.
Me deslizo como si fuera una princesa desde mi cuna, con las fuertes manos del bailarín sujetándome firme pero suavemente la cintura y mi mano izquierda.
Escuchamos la melodía, y aunque es novedosa para mí, algo en ella me hace muy fácil seguirla, (Además que el caballero guía maravillosamente) por lo mis pies se deslizan sobre el mármol beige como si nunca hubiera tomado una escoba en mi vida.
Entremedio de las vueltas veo que algunos invitados se dirigen al buffet (del cual tengo curiosidad profesional de ver cómo está distribuido, para incorporar novedades a mi posada), mientras más personas llenan la pista de baile. Sin embargo, me distraigo cuando una chica con alas (y de buen gusto porque viste con mi color favorito) empieza a volar sobre nosotros. Pero el caballero que me guía no me deja interrumpir el baile, y cuando ella baja, vuelvo a posar toda mi atención en el misterioso caballero.
Re: Fiesta Primaveral {LIBRE}
Introduje a mi boca otra gran fresa y observe a la chica con el rabillo del ojo sin aparentar tanto mi curiosidad ante ella, pues podía disgustarla de uno a otro momento, (y vaya que no lograba disimular muy bien) tan distraída estaba con la actitud de esa chica que minutos antes no logre percibir detalles en ella que aumentaron más mi curiosidad, ya que a pesar de la máscara que portaba ella, logre notar su blanco color de piel, su pelo negro y un pequeño bultito en su estomago, no podía negar que era muy linda…
Pero mi acción no paso desapercibido ante un caballero que ahora se encontraba también cerca de la mesa tomando una verde manzana y sacándole brillo a la misma, se dirigió a mí con una sonrisa y sacándome de mis pensamientos al momento que le daba un mordisco a su manzana, logando que desviara mi vista ahora hacia él:
-Al parecer no fui muy sutil como quería, pero algo me dice que no era la única que observaba a alguien sin disimulo- sonreí y tome otra fresa, pues mi afirmación parecía más una pregunta que otra cosa, me gire a ver al caballero tratando de adivinar su procedencia, aunque era una fiesta hermosa y tranquila nunca es bueno bajar la guardia, pues si se tratase de algún marino dirigido por el malvado de Garfio sin lugar a dudas trataría de raptarme otra vez y obviamente no lo iba a permitir, aunque tampoco quería hacer un “espectáculo” ante todos.
A pesar de la máscara que cubría su rostro y el atuendo que portaba, el caballero parecía elegante como todos los demás en el salón, acomodando sutilmente mi antifaz (y porque decir otra cosa, me molestaba un poco), volví a tomar otro bocado, esta vez tratándose de un chocolate, espere la respuesta del misterioso hombre.
Pero mi acción no paso desapercibido ante un caballero que ahora se encontraba también cerca de la mesa tomando una verde manzana y sacándole brillo a la misma, se dirigió a mí con una sonrisa y sacándome de mis pensamientos al momento que le daba un mordisco a su manzana, logando que desviara mi vista ahora hacia él:
-Al parecer no fui muy sutil como quería, pero algo me dice que no era la única que observaba a alguien sin disimulo- sonreí y tome otra fresa, pues mi afirmación parecía más una pregunta que otra cosa, me gire a ver al caballero tratando de adivinar su procedencia, aunque era una fiesta hermosa y tranquila nunca es bueno bajar la guardia, pues si se tratase de algún marino dirigido por el malvado de Garfio sin lugar a dudas trataría de raptarme otra vez y obviamente no lo iba a permitir, aunque tampoco quería hacer un “espectáculo” ante todos.
A pesar de la máscara que cubría su rostro y el atuendo que portaba, el caballero parecía elegante como todos los demás en el salón, acomodando sutilmente mi antifaz (y porque decir otra cosa, me molestaba un poco), volví a tomar otro bocado, esta vez tratándose de un chocolate, espere la respuesta del misterioso hombre.
Sobre mí
Mensajes : 67
Para más información
Campanita
Re: Fiesta Primaveral {LIBRE}
Después de haberle hecho la pregunta, la alada mujer, que había estado muy concentrada en el punto que producía su diversión y la consecuente risa en ella, desvió su mirada hacia mí, observando de la misma manera cómo manipulaba aquella manzana, pasando a darme la explicación que le había requerido momentos atrás, aunque sin dejar realmente su actividad de elegir fresas para comérselas. Bueno, no, no me dio realmente una explicación, sino simplemente una respuesta, además de darme a entender que creía que yo estaba haciendo algo parecido a lo de ella, de todas maneras.
-Si es que hubiera estado buscando disimular, no le habría hablado...- comenté, sonriéndole de lado y restringiendo el acceso de risa que amenazaba con surgir de entre mis labios, mientras mantenía la mirada en ella, que parecía estar estudiándome. Le di una mordida más a la manzana que aún sostenía en mi mano, haciéndola crujir bajo la presión de mis mandíbulas y luego masticándola el tiempo correspondiente antes de tragar el jugoso fruto. -O quizás lo hubiera hecho, denotando de esa manera lo malo que soy intentando disimular...- agregué, encogiéndome de hombros y sonriéndole abiertamente.
-De todas maneras, creo que sí me corresponde ofrecerle una disculpa por haberla estado observando de esa manera. Diría que se debió principalmente a que no todos los días es que veo a una mujer alada hacer una demostración de vuelo, pero eso no es excusa, así que espero que pueda perdonarme por mi indiscreción- le dije, haciendo una pequeña floritura después de dejar mi manzana, o más bien lo que iba quedando de ella, por unos segundos, y sonriéndole de manera que se notase que no era con sorna ni burla que lo hacía.
-Si es que hubiera estado buscando disimular, no le habría hablado...- comenté, sonriéndole de lado y restringiendo el acceso de risa que amenazaba con surgir de entre mis labios, mientras mantenía la mirada en ella, que parecía estar estudiándome. Le di una mordida más a la manzana que aún sostenía en mi mano, haciéndola crujir bajo la presión de mis mandíbulas y luego masticándola el tiempo correspondiente antes de tragar el jugoso fruto. -O quizás lo hubiera hecho, denotando de esa manera lo malo que soy intentando disimular...- agregué, encogiéndome de hombros y sonriéndole abiertamente.
-De todas maneras, creo que sí me corresponde ofrecerle una disculpa por haberla estado observando de esa manera. Diría que se debió principalmente a que no todos los días es que veo a una mujer alada hacer una demostración de vuelo, pero eso no es excusa, así que espero que pueda perdonarme por mi indiscreción- le dije, haciendo una pequeña floritura después de dejar mi manzana, o más bien lo que iba quedando de ella, por unos segundos, y sonriéndole de manera que se notase que no era con sorna ni burla que lo hacía.
Re: Fiesta Primaveral {LIBRE}
Entre tanto giro y saltito, giro y saltito, comencé a sentirme un poco mareada. Y extrañada. ¿Por qué estaba bailando? ¿Cuando comencé? De todas formas me sentía a gusto ahí, de la mano con mi querida Marina intentando no caerme. Porque por muy "humana" que pareciese, el equilibrio se gana con practica. Y por desgracia, había perdido un poco la practica en eso del baile. Maldito Eric. ¿Eric? ¿Y ahora que diantres hacía pensando en ese?
Negué con una risa nerviosa. Estaba delirando. Eric no iba a estar en esa fiesta, claro que no, sería demasiada mala suerte. Y las fiestas de Ela eran para divertirse, no para preocuparse por la presencia de un ex. Mejor concentrarse en algo más agradable. Como la decoración...
Bueno, entre tanto saltito que daba, sumado a mi precario equilibrio actual, era un poco obvio que terminaría tropezando con algo. Solo que esperaba que de verdad fuera por algo y no por que se me enredaron mis pies en el vestido. Sin embargo la pieza musical dio termino y yo estaba aun en perfectas condiciones. Exceptuando mi cabello claro, que entre giro se volvió más salvaje que antes.
Si bien instantes después dio inició una nueva melodía, aun más alegre que la anterior, preferí descansar un momento e ir a degustar alguno de los majares que algunos invitados disfrutaban con tanto entusiasmo.
-Vienes conmigo o te quedas bailando? -pregunté a Marina mientras indicaba la mesa a mis espaldas. -Podríamos comer un poco y luego seguir bailando, ¿no crees?
Una vez dicho esto caminé en dirección a la mesa, esperando que Marina me siguiese pues lo que menos deseaba era quedarme sola y tener que acompañar a mi padre, quien reía con ganas un poco más allá en una mesa rodeado de sus guardias y un par de criaturas cuyo origen me fue imposible averiguar. ¿Ponys, tal vez? Por la estatura debían serlo. Lo único que se me ocurrió pensar fue: Aburrido. No me gustaba hacer vida social con papá.
Una vez estuve frente a la abundante comida, lo único que se me ocurrió probar fue una manzana roja, de esas tan rojas que puedes confundirla con sangre. O mi cabello. ¿De donde serían? Le di una mordida e intenté olerla mejor. Sí, una delicia. Cerré mis ojos mientras sentía el jugo en mi paladar, más dulce que cualquier cosa que haya probado nunca.
Por algún extraño motivo sentí que mis pies se movían lentamente en dirección a quien sabe donde, siguiendo un aroma extraño y muy particular que hacía aflorar mis instintos más... profundos. Sentí que en más de una ocasión mi hombro pasaba a llevar el de alguien más, pero ninguno reclamaba mis acciones y yo siempre daba un tímido lo siento. Tal vez pensasen que no podía ver o algo así, pues a través de mi mascara podían notarse mis parpados firmemente cerrados.
Y el aroma se hacía más intenso. ¿De donde lo conozco? Me era imposible recordarlo.
Me hacía recordar al mar y al vaivén de las olas, así como al puerto, todo eso mezclado con alguna clase de perfume fino. Abrí los ojos cuando recordé al fin de donde me era familiar. Eric.
La manzana soltó un poco de su jugo por mi agarre nervioso, dejando mi mano empapada y pegajosa. Intenté buscarlo con mi mirada, pero no reconocí sus rasgos en ninguno de los invitados. Excepto uno de negros cabellos acompañado de una hermosa mujer rubia... Celos, no pude evitar sentir celos. Tal vez él no fuese Eric, pero sentí celos ya que ella tenía su propio príncipe, mientras yo me contentaba con los peces.
-Maldito Eric.
¿Donde estaba mi prima? Necesitaba que me sacase de ahí antes de que decidiese comerme al que obviamente no era Eric, porque Eric tenía mucho mejor porte y se veía guapo incluso desaliñado. Y si lo era... Que viniese más rápido entonces.
Negué con una risa nerviosa. Estaba delirando. Eric no iba a estar en esa fiesta, claro que no, sería demasiada mala suerte. Y las fiestas de Ela eran para divertirse, no para preocuparse por la presencia de un ex. Mejor concentrarse en algo más agradable. Como la decoración...
Bueno, entre tanto saltito que daba, sumado a mi precario equilibrio actual, era un poco obvio que terminaría tropezando con algo. Solo que esperaba que de verdad fuera por algo y no por que se me enredaron mis pies en el vestido. Sin embargo la pieza musical dio termino y yo estaba aun en perfectas condiciones. Exceptuando mi cabello claro, que entre giro se volvió más salvaje que antes.
Si bien instantes después dio inició una nueva melodía, aun más alegre que la anterior, preferí descansar un momento e ir a degustar alguno de los majares que algunos invitados disfrutaban con tanto entusiasmo.
-Vienes conmigo o te quedas bailando? -pregunté a Marina mientras indicaba la mesa a mis espaldas. -Podríamos comer un poco y luego seguir bailando, ¿no crees?
Una vez dicho esto caminé en dirección a la mesa, esperando que Marina me siguiese pues lo que menos deseaba era quedarme sola y tener que acompañar a mi padre, quien reía con ganas un poco más allá en una mesa rodeado de sus guardias y un par de criaturas cuyo origen me fue imposible averiguar. ¿Ponys, tal vez? Por la estatura debían serlo. Lo único que se me ocurrió pensar fue: Aburrido. No me gustaba hacer vida social con papá.
Una vez estuve frente a la abundante comida, lo único que se me ocurrió probar fue una manzana roja, de esas tan rojas que puedes confundirla con sangre. O mi cabello. ¿De donde serían? Le di una mordida e intenté olerla mejor. Sí, una delicia. Cerré mis ojos mientras sentía el jugo en mi paladar, más dulce que cualquier cosa que haya probado nunca.
Por algún extraño motivo sentí que mis pies se movían lentamente en dirección a quien sabe donde, siguiendo un aroma extraño y muy particular que hacía aflorar mis instintos más... profundos. Sentí que en más de una ocasión mi hombro pasaba a llevar el de alguien más, pero ninguno reclamaba mis acciones y yo siempre daba un tímido lo siento. Tal vez pensasen que no podía ver o algo así, pues a través de mi mascara podían notarse mis parpados firmemente cerrados.
Y el aroma se hacía más intenso. ¿De donde lo conozco? Me era imposible recordarlo.
Me hacía recordar al mar y al vaivén de las olas, así como al puerto, todo eso mezclado con alguna clase de perfume fino. Abrí los ojos cuando recordé al fin de donde me era familiar. Eric.
La manzana soltó un poco de su jugo por mi agarre nervioso, dejando mi mano empapada y pegajosa. Intenté buscarlo con mi mirada, pero no reconocí sus rasgos en ninguno de los invitados. Excepto uno de negros cabellos acompañado de una hermosa mujer rubia... Celos, no pude evitar sentir celos. Tal vez él no fuese Eric, pero sentí celos ya que ella tenía su propio príncipe, mientras yo me contentaba con los peces.
-Maldito Eric.
¿Donde estaba mi prima? Necesitaba que me sacase de ahí antes de que decidiese comerme al que obviamente no era Eric, porque Eric tenía mucho mejor porte y se veía guapo incluso desaliñado. Y si lo era... Que viniese más rápido entonces.
Re: Fiesta Primaveral {LIBRE}
Quizás al principio mi respuesta desconcertó a aquel hombre frente a mí, pero supo zafarse sutilmente de mi pregunta/respuesta y ahora era yo la que dudaba sobre que decirle:
-Cuánta razón tiene- y acto seguido deje salir una pequeña risa, al ver el rostro (o casi) de el que ahora era mi acompañante en la mesa pues se notaba que él también se contenía un poco de reír abiertamente, quizás por no ofenderme o algo parecido;
Continúe con mi guardia en alto, y recorriendo su anatomía ligeramente acorte un poco más la distancia entre nosotros, de alguna u otra forma esperando alguna respuesta o acción de su parte, fuese buena o mala sin duda sabría como reaccionar, de nuevo escuche crujir el verde fruto en sus mandíbulas al momento que hacia una pequeña broma sobre nuestra pésima forma de disimulo complementando aquello con una sonrisa:
-Al parecer tenemos una cosa en común, pero qué más da… la ventaja de traer mascara- Sonreí de igual manera y sorprendiéndome por su inesperada disculpa baje un poco mi rostro sin dejar de verlo, de manera que notase que no había rechazo ante su acción.
-Acepto su disculpa, mas sin embargo no tenia porque hacerlo, como puede darse cuenta no hay ni el mínimo disgusto en mi, y de haber sido así mi reaccionar sería diferente. Y sobre mi “demostración” si así podemos llamarle, diría que se debió a que me fue más sencillo seguir la melodía en el aire, ya que casi siempre suelo pisotear a mi compañero de baile.. tengo dos pies izquierdos- Cubrí mi boca al recordar los ligeros accidentes que tenia con las "hados" en la hondonada, pues solo si sabían guiar se libraban de los pisotones y pequeños golpes míos..
La música continuo resonando por el lugar, y cambiando a si a una melodía más alegre que la anterior hizo que más personas se animaran a bailar, fue ahí cuando el rojo cabello de una chica llamo de nueva cuenta mi atención, y reaccionando de nueva cuenta continúe hablando con el caballero:
-Y… ¿ Podría decirme su nombre? tengo la ligera impresión de que lo conozco de algún lado...- Y otra vez mi gran boca, tal vez no era correcto preguntar su procedencia, pero no pude resistir un segundo más, quería saberlo y no me quedaría con la duda…
-Cuánta razón tiene- y acto seguido deje salir una pequeña risa, al ver el rostro (o casi) de el que ahora era mi acompañante en la mesa pues se notaba que él también se contenía un poco de reír abiertamente, quizás por no ofenderme o algo parecido;
Continúe con mi guardia en alto, y recorriendo su anatomía ligeramente acorte un poco más la distancia entre nosotros, de alguna u otra forma esperando alguna respuesta o acción de su parte, fuese buena o mala sin duda sabría como reaccionar, de nuevo escuche crujir el verde fruto en sus mandíbulas al momento que hacia una pequeña broma sobre nuestra pésima forma de disimulo complementando aquello con una sonrisa:
-Al parecer tenemos una cosa en común, pero qué más da… la ventaja de traer mascara- Sonreí de igual manera y sorprendiéndome por su inesperada disculpa baje un poco mi rostro sin dejar de verlo, de manera que notase que no había rechazo ante su acción.
-Acepto su disculpa, mas sin embargo no tenia porque hacerlo, como puede darse cuenta no hay ni el mínimo disgusto en mi, y de haber sido así mi reaccionar sería diferente. Y sobre mi “demostración” si así podemos llamarle, diría que se debió a que me fue más sencillo seguir la melodía en el aire, ya que casi siempre suelo pisotear a mi compañero de baile.. tengo dos pies izquierdos- Cubrí mi boca al recordar los ligeros accidentes que tenia con las "hados" en la hondonada, pues solo si sabían guiar se libraban de los pisotones y pequeños golpes míos..
La música continuo resonando por el lugar, y cambiando a si a una melodía más alegre que la anterior hizo que más personas se animaran a bailar, fue ahí cuando el rojo cabello de una chica llamo de nueva cuenta mi atención, y reaccionando de nueva cuenta continúe hablando con el caballero:
-Y… ¿ Podría decirme su nombre? tengo la ligera impresión de que lo conozco de algún lado...- Y otra vez mi gran boca, tal vez no era correcto preguntar su procedencia, pero no pude resistir un segundo más, quería saberlo y no me quedaría con la duda…
Sobre mí
Mensajes : 67
Para más información
Campanita
Re: Fiesta Primaveral {LIBRE}
Fue bastante sencillo de ver que al haberle respondido a la mujer la había sacado de su zona de comodidad completa, aunque al parecer al menos daba la impresión de que no le había llegado a molestar realmente que lo hubiera hecho, lo cual al menos era útil de saber, pues tampoco era la idea el llegar a incomodarla, menos aún considerando que estábamos precisamente en una fiesta y, en estricto rigor, la idea principal o más obvia que se disfrutase y se pasase bien.
-Está bien que alguna vez la tenga- contesté, uniendo una corta risa a la que ella había dejado salir después de mis palabras, y si es que no reía más era porque de momento prefería no llamar demasiado la atención, pues aunque había música dominando el ambiente, no era lo suficientemente fuerte como para cubrir una risa más franca y abierta.
Ella dio un paso hacia mí, y como toda respuesta apenas le dirigí una sonrisa tranquila mientras observaba su figura ceñida a aquel vestido de morado color que se ajustaba a la tonalidad del antifaz con el que cubría parte de su rostro, sin tomarme aquel acercamiento como una amenaza ni nada parecido, quizás particularmente debido al entorno y al evento en el que nos encontrábamos, siendo que en otro tipo de situación probablemente mis defensas habrían estado mucho menos relajadas. Sin embargo, la ocasión ameritaba tomarse las cosas con calma, incluso frente a alguien tan inusual para mí como lo era esa mujer alada.
Asentí ante sus palabras cuando aceptó las disculpas que le había ofrecido, a pesar de explicarme que en realidad no había sido necesario que me preocupase por eso y que no le había molestado en absoluto, lo cual me dejaba ya completamente tranquilo, habiendo reconocido momentos atrás que al igual que yo no había sido realmente disimulada al momento de estar haciendo observaciones sobre el resto de los invitados a la fiesta, además de explicarme la razón principal por la que había tomado la opción de mostrar lo que podía hacer con sus alas momentos atrás.
-Si te mueves la mitad de bien en el suelo como lo haces en el aire, me temo que tendría que tomar la opción de no creer eso que me dices- me permití decirle con una sonrisa de lado. Después de todo, al menos mientras volaba había demostrado una gracia, ligereza y agilidad increíbles, aunque también tenía que considerar que bien podría haber sido por encontrarse en su elemento.
Entonces me preguntó, de manera sorpresiva, por mi nombre, señalando que le había parecido que me conocía anteriormente. La miré fijamente, con la misma sonrisa. -No sé si sea justo decirte mi nombre, que después de todo es una fiesta de máscaras, y arruinaría el tema en cierta manera, ¿no crees?- le dije antes de dar un nuevo mordisco a mi manzana, sin quitar mi mirada de ella. -Mira, hagamos un trato. Si tú me dices dónde podrías haberme visto con anterioridad, cederé a tu petición- agregué.
-Está bien que alguna vez la tenga- contesté, uniendo una corta risa a la que ella había dejado salir después de mis palabras, y si es que no reía más era porque de momento prefería no llamar demasiado la atención, pues aunque había música dominando el ambiente, no era lo suficientemente fuerte como para cubrir una risa más franca y abierta.
Ella dio un paso hacia mí, y como toda respuesta apenas le dirigí una sonrisa tranquila mientras observaba su figura ceñida a aquel vestido de morado color que se ajustaba a la tonalidad del antifaz con el que cubría parte de su rostro, sin tomarme aquel acercamiento como una amenaza ni nada parecido, quizás particularmente debido al entorno y al evento en el que nos encontrábamos, siendo que en otro tipo de situación probablemente mis defensas habrían estado mucho menos relajadas. Sin embargo, la ocasión ameritaba tomarse las cosas con calma, incluso frente a alguien tan inusual para mí como lo era esa mujer alada.
Asentí ante sus palabras cuando aceptó las disculpas que le había ofrecido, a pesar de explicarme que en realidad no había sido necesario que me preocupase por eso y que no le había molestado en absoluto, lo cual me dejaba ya completamente tranquilo, habiendo reconocido momentos atrás que al igual que yo no había sido realmente disimulada al momento de estar haciendo observaciones sobre el resto de los invitados a la fiesta, además de explicarme la razón principal por la que había tomado la opción de mostrar lo que podía hacer con sus alas momentos atrás.
-Si te mueves la mitad de bien en el suelo como lo haces en el aire, me temo que tendría que tomar la opción de no creer eso que me dices- me permití decirle con una sonrisa de lado. Después de todo, al menos mientras volaba había demostrado una gracia, ligereza y agilidad increíbles, aunque también tenía que considerar que bien podría haber sido por encontrarse en su elemento.
Entonces me preguntó, de manera sorpresiva, por mi nombre, señalando que le había parecido que me conocía anteriormente. La miré fijamente, con la misma sonrisa. -No sé si sea justo decirte mi nombre, que después de todo es una fiesta de máscaras, y arruinaría el tema en cierta manera, ¿no crees?- le dije antes de dar un nuevo mordisco a mi manzana, sin quitar mi mirada de ella. -Mira, hagamos un trato. Si tú me dices dónde podrías haberme visto con anterioridad, cederé a tu petición- agregué.
Página 1 de 3. • 1, 2, 3
Temas similares
» El aullido [Libre]
» La voz del mar (Ariel + Libre)
» Buscando empleo (Libre)
» divagando por el bosque {Libre}
» ¡Cabaña equivocada! (libre)
» La voz del mar (Ariel + Libre)
» Buscando empleo (Libre)
» divagando por el bosque {Libre}
» ¡Cabaña equivocada! (libre)
Página 1 de 3.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Jue Sep 07, 2023 2:56 pm por Pirata Roberts
» Registro de cuentos
Lun Abr 02, 2018 10:39 pm por Espejo Mágico
» 2.-Registro de reino y rango
Lun Abr 02, 2018 9:27 pm por Espejo Mágico
» Imágenes para inspirarse
Lun Abr 02, 2018 9:08 pm por Espejo Mágico
» Elsa de Arendelle [FICHA]
Lun Oct 23, 2017 6:46 am por Bruja del Tiempo
» Anna de Arendelle [FICHA]
Lun Oct 23, 2017 6:39 am por Bruja del Tiempo
» Normativa y botones disponibles
Vie Oct 20, 2017 9:32 am por Bruja del Tiempo
» 1.-Registro de avatares
Jue Oct 19, 2017 12:21 pm por Bruja del Tiempo
» Descripción de Reinos
Mar Oct 10, 2017 7:37 pm por Bruja del Tiempo
» No todo es lo que parece {Privado; Bailarina de Papel}
Miér Sep 27, 2017 10:19 am por Peter Pan