Aquí estoy, y aquí me quedo [Noligma]

mente oscura:

Noligma en medio de su locura para de improvisto ante Una señal de peligro, al principio la ignoro.
Pero incluso la locura daba paso a un estado creciente de alarma al sentir un poder... que no era de Elsa.
Noligma se sobresalta y abre los ojos.
Todo a su alrededor era blanco, la furia de Elsa era poderosa sin duda, pero no era lo que buscaba.
Pero no tubo que buscar mucho, por alguna razon la tormenta iba disminuyendo gradualmente, hasta que quedo en una agitada brisa nevada.
Noligma se restrego los ojos pensando si no estaria aun sumergido en la locura.
-A la porra mi teoria de "el portal de entrada"
Las rocas que conformaban el circulo cuyas inscripciones estaban brillando parecian estar controlando el caos invernal.
-No lo entiendo... ¿que sentido tiene? Por que hicieron esto... esas rocas aqui ¿para esto... es una carcel? Una zona de reunion o una escuela?
Estaba claro que el circulo habia impedido que la tormenta saliera de el. ¿Esa era la razon de su existencia? ¿Impedir que las fuerzas descontroladas salieran de el?
Noligma se acerco a Elsa mientras decia
-Mil perdones Elsa!! No era mi... bueno, si era mi intension, pero no habia otro modo... espero que lo comprendais.

Blanco…Nieve…Frío…

Durante una pequeña eternidad, la reina Elsa no supo que hacer. No lograba ubicarse en ningún sitio ni ver más allá de su razón distorsionada, una resaca que venía a ser habitual después de llevarse al extremo sin control alguno. ¿Estaba en la sala de baile? ¿Su dormitorio? ¿La biblioteca? Sufría una pequeña laguna mental y le dolía alguna parte del cuerpo, pero no era capaz de determinar cual con exactitud… Podía ser la mano, el pecho o simplemente la cabeza. Se descubrió cubriéndose la cara con los brazos extendidos y no comprendió los motivos que la habían llevado a ello, aunque si supo por la nieve que la rodeaba que se había enfadado, y mucho. Por suerte, o por desgracia, no duraba mucho en semejante estado catatónico, y lamentablemente su memoria se abría paso de nuevo con la bofetada de la realidad, haciendo que se hundiese aún más en su propia miseria. Un par de segundos en estado de shock bastaban para causar estragos. ¿Habría matado a alguien de nuevo? Creía estar de nuevo en aquel claro rodeada de sangre, pero no tardó en darse cuenta de lo equivocada que estaba, pues la sangre era roja y no blanca. Ese momento había quedado atrás y casi se difuminaba del todo como una mancha en su memoria, dando paso a otro sitio completamente distinto, la nueva realidad de la que no se podía huir cerrando tan sólo los ojos. Una voz retumbó en su cabeza, y la rubia apartó las manos para observar tras ellas la silueta de Noligma y algunas de las rocas que conformaban ese pequeño santuario. Recordó retazos de lo que había tratado de hacer, piezas sueltas de un rompecabezas incompleto, y sufrió una oleada de sentimientos contradictorios: por una parte se alegraba de no haber cometido una locura, ¿Por qué no lo había hecho, verdad? , pero por otra no le era agradable descubrir que el brujo seguía ahí, tan campante ¿Por qué estaba tan furiosa de repente? El tipo se acercó hasta ella, articulando palabras que Elsa pensó que le decía en otro idioma, a pesar de que hablasen el mismo, y ella retrocedió como asustada. Sacudió la cabeza y volvió a pasarse las manos por el pelo revuelto, desesperada. El pensamiento sobre la laxa unión entre el bien y el mal pasó fugaz por su mente como una estela, un fino velo que podía atravesarse con demasiada facilidad y sin consecuencias más que la propia conciencia, ¿Qué importaban las cargas morales? Y de pronto se acordó, la pieza que faltaba encajó a la perfección.

-¿Qué no había otro modo?-Inquirió dotando a sus palabras de la peor de las ponzoñas, apretando los dientes hasta sentir el sabor metálico de su sangre en su lengua. Entrecerró los orbes, como si lo viese por primera vez, esa figura demoniaca que se regocijaba con su sufrimiento. No en vano era hijo de una bruja. De sus manos saltaban chispas, mientras respirada con agitación soltando el aire de forma precipitada, alterándose aún más de ese modo. Los pensamientos lúcidos escapaban otra vez, como si hubiesen estado de paso por su cabeza. Dio un paso adelante y alargó la mano cerrando sus fríos dedos en torno al cuello de Noligma sin saber cuales eran sus intenciones. ¿De verdad quería matarlo? La idea de que su propia magia lo congelase completamente era demasiado atractiva y perversa, y se convenció de que sólo era para proteger a Anna y a sí misma de un mal mayor. Elsa no quería ser también un monstruo, pero algo le decía que la estaban obligando a serlo, todos sin excepción.

Durante toda su vida Noligma había luchado contra la amenaza invisible de su psique, la locura que todos decían que tenia y que debía controlar "no debes sentir, no debes dejarte llevar por los sentimientos... ellos te llevan a la locura."
Pero por una vez en su vida la locura lo había atrapado y estaba a la vista de todos.
Noligma sonrió y acaricio con su mano contra los fríos dedos que Elsa usaba para rodear su cuello, los de ella eran fríos, pero los suyos eran calientes.
-no había otra forma... lo siento, no me gusta que me mires así...
Noligma no parecía darse cuenta que tenia cierto caris infantil en su forma de expresarse.
-pero... ¡estabas tan combensida! ¡no parabas de decir que no tienes control sobre tus poderes!
Noligma parecía estar enfadado o frustrado como si recordara de forma nítida esos momentos
-pero eso no te impidió construir un castillo, crearte tu propio golen o hacer la estatua de un armiño... ¡¿como puedes hacer esas cosas sin control?! yo nunca podría hacer esas cosas.
Noligma de repente sonrió como si viera algo muy brillante en Elsa
-pero ahora esta claro... tu poder no es el problema... eres tu, no puedes controlarte ¡no pasa nada! yo tengo el mismo problema! ¡somos iguales!
Elsa estaba bajando la mano pero Noligma la aprisiono con las suyas.
-has estado encerrada mucho tiempo... no hablo de muros ni de cortesía... hablo de aquí...
Noligma se coloco una mano en su corazón.
-ahora eres libre, no hay muros... pero no sabes ser tu misma y no eres capaz de encontrarte... no sabes si de tanto ocultarte tras los muros... ya no queda mas que eso, muros...
Noligma aprovecho  que bajo la guardia y le dio un abrazo.
-tranquila, aun hay esperanza, podemos llegar a ser mas de lo que se esperaba de nosotros... podemos ser, nosotros mismos... no dejare que te destruyas a ti misma
pero mientras elsa no le podía mirar Noligma tenia el rostro serio con cierto matiz de enojo, mienttras pensaba
(no dejare... que ella te destruya)

-“Está intentando confundirme”-Se dijo a sí misma, convencida de estar cayendo en otra treta-“¿Por qué sigo escuchándolo?”-Seguramente él no paraba de reírse por dentro, contemplando lo pequeña y oscura que parecía con aquella actitud insegura y predecible, divirtiéndose mientras se retractaba de sus actos como un pajarillo sumiso que se esconde en su nido. Que tonta era. Debería haber escarmentado lo suficiente como para ir con más cuidado, lamentablemente la pilló con la guardia baja y el muro de hielo se había resquebrajado un poco. Se sobresaltó. Los dedos del brujo le quemaban en la piel, posiblemente no fuese más que el contraste entre su temperatura y la suya, pero le producía un cosquilleo allá donde mantenían en contacto, iguales a las brasas al rojo vivo-“Céntrate”-Pensó enfadada. ¿Tan pronto olvidaba? La estaba distrayendo, no comprendía como, y quiso apretar aún más contra su garganta aprovechando su aparente debilidad, pero la fuerza no le respondía. Igual es que nunca había sido fuerte, y sus músculos tenían la consistencia de la gelatina, incapaces de ejercer su voluntad, pero estaba segura de sus intenciones hasta hacía un momento: Evitar un mal mayor. Noligma era peligroso, y desde que lo había conocido sólo había tenido mala suerte… Era una mala pasada del destino, que se jactaba con la desdicha de la reina. El labio inferior le tembló, no aflojó la mano, pero tampoco la soltó. Ahora le daba más miedo que antes si cabe, pues ya no veía al brujo peligroso, sino a un niño pequeño. Como cuando le pedía su muñeco de nieve favorito… No, no, no, ¿De verdad era tan crédula? ¿Y qué pasaba con la amenaza de hacía un minuto? ¿Las había dejado atrás tan fácilmente? Claro que no, pero las extremidades ya no le respondían, entumecidas por su propio hielo, o tal vez aletargadas por orden de su conciencia que se negaba a obedecer a la impulsividad-“Estoy rodeada de traidores”-Pensó-“Y la primera soy yo”-No quería escuchar sus palabras, y mucho menos creérselas. Odiaba los halagos pues estaba acostumbrada a ellos, vacíos para complacer a una reina a la que todos odiaban. No era una mosca que se caía dentro de un tarro de miel para morir, podía ver las intenciones detrás de cada elogio, el aviso de un peligro oculto en las sombras que podía saltar sobre ella y despedazarla en cuestión de segundos-Mentira-Acusó, pero la voz se le apagó progresivamente hasta ser poco más que un susurro. Estaba aturdida, cediendo tan rápidamente que se sintió avergonzada, comportándose como una adolescente sin neuronas-Me estás engañando y no te creo-Comenzó a soltarlo, pensando que cortando el tacto estaría más segura, pues empezaba a albergar el temor de ser tan idiota de creerse sus palabras, confiando en que decía la verdad. Noligma no la dejó, no obstante, y Elsa supo que mientras más miedo tenía, peor, ¿Y si explotaba otra vez? Le producía pavor pensar que, albergando intenciones de herir no hubiese logrado nada, y sin tenerlas cometiese una tontería no intencionada. Su bipolaridad le estaba pasando factura por ser una joven poco seria. Parecía incapaz de afrontar el problema-No somos iguales-Replicó indignada, queriendo convencerse de ello. Se le ocurría una interminable lista con los argumentos con los que podía refutar su afirmación, aún así no medió mas palabra. Los fútiles intentos por liberarse quedaban reducidos a amagos torpes que nada tenían que ver con la elegante reina de las nieves, más propios de la chica que gobernaba Arendelle sin autoestima-"Pobre y estúpida Elsa"-Miró para otro lado rehuyendole, era peligroso mantener el contacto visual ya que le provocaba una sensación humillante al sentirse expuesta, como si le leyese la mente. Estaba demasiado acostumbrada a mirar con la cabeza bien alta, desde distancias prudenciales. Buscaba en ello la forma de no tener que prestarle atención, como si al hacerlo el problema desapareciese, pero seguía ahí y de nada servía tratar de justificar su debilidad con el hecho de que posiblemente la estaba embrujando, ¿Cómo iba a saberlo ella, si apenas había empezado a liberar sus poderes? Soltó el aire abruptamente cuando se sintió sin escape alguno en aquel gesto tan impredecible, empujándolo para dejar hueco suficiente para escaparse sin mucho éxito. Estaba acorralada-¡Suéltame!-Ordenó furiosa, ¿Cómo se atrevía? Nadie tocaba a la reina, jamás, ni siquiera su hermana. Hacía demasiados años que Elsa no recibía un abrazo, tanto que casi había olvidado la sensación grata y reconfortante que dejaba tras de si cual estela. El último había sido de Anna, por supuesto, poco antes de que helase su cabeza mientras jugaban en la sala del trono. Desde entonces tocar a otras personas le había estado completamente prohibido, imposición puesta por la propia ella misma, quien había temido que los guantes no bastasen para evitar que pudiese dañar de nuevo. Cerró los ojos, conteniendo el llanto que mezclaba frustración y tristeza en partes iguales, toda su vida era un fracaso acumulado tras otro. Su pecho se agitaba en una convulsión silenciosa y se removía inútilmente ¿Cuándo había dejado de merecer la pena luchar? Apoyó las manos en él para coger impulso y apartarse, pero se limitó a agarrar el pelo del abrigo con los dedos, llenándolo de escarcha a medida que se entregaba a las lágrimas que pretendían limpiar el dolor de su alma, que por mucho que lo intentase seguía ahí como una herida abierta que sangrase.

Off:

OFF::

Noligma finalmente se separo, la miraba incredula con los ojos muy abiertos, hastas que los entrecerro como si tratara de discernir que estaba pensando la joven reina.
"No somos iguales"
aquello era lo que mas le escocia de todo
-como puedes negarlo... ¡como puedes negarmelo! ¡piensalo!...¡a ambos se nos nego la posibilidad de amar a nuestros seres queridos! se nos nego hasta la posibilidada de tener nuestro "felices para siempre"
Noligma entorno los ojos mirando la nada como si mirara mucho mas alla de lo que veia, alzo la mano como si pretendiera coger algo invisible, un hilo o tal vez un insecto.
-¡¿y todo por que?! ¿para que tanto sufrimiento? ... por que se nos arrebato el poder de tomar nuestro propio destino...
Noligma tiro de ese algo invisible y el aire en si mismo se abrio, el espacio en el aire, en este mundo conectado a otro se rasgo revelando una especie de ventana a otro mundo.
Era como ver una pantalla donde miles de imagenes se alternaban, ninguna estaba fija o permanecia visible mucho tiempo... era como ver imagenes de un mundo ajretredo que no paraba de evolucionar y cambiar.
Noligma tenia la mirada fija en aquel tornado de imagenes, no era de estrañar que se volviera loco si habia mirado ese torbellino durante horas
-Elsa... te presento el fruto de tu sufrimietno y dolor... tu "maldicion"... esto es el mundo real
Noligma no le extraño la reaccion de Elsa, el mismo se habia sobrecogido la primera vez que realizo aquel conjuro al leer el libro de las sombras.
-un mundo que se nutre de nuestras desgracias y dolencias, que absorve nuestras vidas como si fueran letras de un libro... pululand en sus mentes como fuentes de inagotable imagiancion... imaginacion que crea seres horriblesd y almas tortuosas, seres que solo la mente humana es tan horrible como para crear... como yo...
Noligma señalo las imagenes, algunas eran buenas, pero las maldades eran apabullantes, caos y destruccion se intercalaban con imagenes de armonia y paz.
-el corazon humano es...lo qe ves... luz y oscuridad.... pero al final, todos acabamos perteneciendo a la oscuridad- Noligma sonrio con una sonrisa amable, pero su boca plagadade dientes afilados creaba en cierto modo un efect distinto- tu en cambio reniegas de tu oscuridad, dices ser un ser de la luz, un ser que teme herir a los demas... pero cuando las cosas no te gustan, cuando temer que la luz sea demasiado fuerte... no dudas en refugiarte en la oscuridad
Noligma alzo sus manos y giro señalando todo el hielo que los rodeaba.
-todo este castillo, en lo alto de una montaña, en la mas absoluta soledad... es la mas absoluta oscuridad.
Noligma se volvio hacia e tunel y se encamino hacia el.
-pero no lo quieres ver... de todas formas, estas bastante alterada hoy, volvere mañana... no olvides los ejercicios... ni la muesca en el tronco.
Noligma podia haberla combatido y derrotado (con suerte) o incluso haberla dormido y dejado expuesta a el, pero ambas habrian mellado la relacion que ya de por si estaba demasiado fracturada.
Noesperaba que Elsa confiara en el de la noche a la mañana... pero tarde o temprano deberia hacerlo... sobretodo si queria pasar el examen.
Noligma salio al otro lado del tunel y miro al armiño que se erizaba en su presencia.
No le presto mucha atencion, aun tenia que recorrer medio camino para salir del todo de ese castillo de hielo, pero tampoco tenia tanta prisa.

El aire volvió a correr entre ellos, a pesar de que la sensación de vacío seguía ahí, palpitando cual herida abierta. Elsa parecía de cristal, como si fuese a caerse al suelo y romperse el mil pedazos irrecuperables. Posiblemente se debía a su estado catatónico, pero las palabras de Noligma entraban por sus oídos vertiendo en su cerebro conceptos extraños para ella, cual grifo goteante, a punto de colmar el vaso de su paciencia otra vez. “Tecnicismos de brujo” Pensó. Una pregunta murió en sus labios antes de poder ser formulada, pero la idea siguió rondando en su mente igual que una bandada de buitres sobre un animal moribundo, aguardando su oportunidad. ¿Acaso ese no era un final feliz? Tenía lo que siempre había querido y nadie iba a arrebatárselo.

-He tomado mi propio destino, nadie me ha negado ese poder-Logró articular con voz ronca, rebatiendo sus palabras con la imperiosa necesidad de negar todo aquello que dijese el moreno. Darle la razón era peligroso, firmar una sentencia sin leer la letra pequeña. Todo lo que se veía lo demostraba con creces… La ventana emergió ante sus narices con un leve movimiento de las manos de Noligma, mostrándose entre las dos partes del velo rasgado e invisible, que permitía la sucesión aceleradas de tantas imágenes que la reina era incapaz de concentrarse en una sola. Sus ojos azules eran demasiado lentos, mirando de derecha a izquierda a medida que lo que tenía delante mostraba con capricho demasiadas cosas y a la vez ninguna en concreto-¿Qué es esto?-En su mirada se reflejaba el cambio sucesivo, frenético y agobiante que trasmitía la brecha, y sus pupilas se contrajeron por la confusión tácita que la envolvía. Empezaba a picarle la nuca. Bajó los párpados y sacudió la testa, rehuyendo el misterioso cuadro que tenía delante ¿Otro juego? Elsa ya no podía más con su alma, pero el brujo tenía un arsenal secreto de recursos para terminar por hundirla más en su propio pantano de desgracias. Quería que se fuese o de nuevo iba a terminar perdiendose, pues se tambaleaba en la cuerda floja sin saber hacia que lado la caída dolería menos. Ya era suficiente por ese día, no quería que volviese a repetirse. La opresión del pecho terminaba por traspasarse a su garganta, apretando hasta que el aire de sus pulmones escaseaba y las uñas de la agonía se clavaban en ella, impidiéndole ver con claridad. Tampoco era que ese nuevo concepto disipase sus dudas, sino que dejaba caer más veneno en su mente obtusa y desordenada. Ella, que estaba acostumbrada al más minucioso orden, se ahogaba agonizante en el caos. Suspiró, apretando los puños contra sus mejillas-¿A qué viene esto?¿Qué tiene que ver conmigo?-Bajó las manos con violencia, dejando que sus pensamientos se trasmitiesen a través de su lenguaje corporal. Mundo real… ¿Es que ese no era real?

La clase había finalizado y Noligma se limitó a dar las instrucciones pertinentes, mientras abandonaba la sala, dejándola atrás.

Varias ideas cruzaron su mente: La primera fue seguirle y pedirle explicaciones, si es que las había; con un poco de suerte podría obligarlo a hablar, pero la reina estaba convencida de que no podría soportar otra oleada. No tenía fuerzas ni para hacerse frente a sí misma, y muchísimo menos para encarar al brujo, consciente de una mínima parte de lo que posiblemente era capaz de hacer él. Tal vez ese día no se hallaba muy centrada, pero no cedería ante su faceta impulsiva nunca más, a partir de ese momento, todo volvería a ser integra y exclusivamente premeditado.
La segunda era acabar con todo aquello, cortar el peligro de raíz como había pretendido en un primer momento, aunque tuviese que llevar consigo el peso de sus propias acciones. El camino más directo hacia el corazón de un hombre estaba entre la tercera y la cuarta costilla, podría aprovechar que se hallaba de espaldas para hundir en su carne una estaca afilada de hielo y volver su cuerpo frío como las cumbres montañosas. Así no volvería a atormentarla, y podría ser feliz en su rincón apartado y desierto de la montaña, sola pero libre, sin tener que temer nunca más por Anna ni por ella.
Estaba completamente perdida, abrumada y abatida. Tomó una decisión, no haría ni lo uno ni lo otro. Las respuestas podían esperar, y tampoco quería intentar suicidarse en vano. Las represalias que pudiesen recaer sobre su hermana si fallaba le preocupaban demasiado y la hacían ver que dejar atrás el pasado sería más difícil de lo que podía haber llegado a creer.

Elsa se dejó caer al suelo exhalando el aire, recostando su espalda sobre una de las rocas que componían el círculo pétreo, y hundiendo su cabeza entre los brazos que rodeaban sus piernas, pegadas contra su cuerpo en posición fetal. Pretendía disfrutar de la soledad, que había aparecido súbitamente, como si hubiese estado contenida en un suspiro. Se había olvidado del miedo a que pudiese quedarse allí encerrada, dejando que sus pensamientos se dispersasen como el vapor de agua dentro de su mente para que después buscasen su propio orden por sí mismos.

-No soy un ser de oscuridad-Susurró para sí, y su voz sonó cavernosa, agazapada en el suelo. Levantó la cabeza y apoyó la mejilla contra su rodilla, mirando con gesto ausente el lugar donde antes se había abierto la ventana, y donde ahora ya no había nada. Alargó la mano movida por la curiosidad, pero la detuvo a mitad de camino. No sabía como se abría… Ni si hallaría respuestas mirando a través de ella. Cerró los ojos en mitad de una exhalación. Si e verdad era oscuridad, pensaba, tampoco había nada malo en ello siempre y cuando fuese para estar a salvo. El brujo lo había dicho, la luz y oscuridad no tenía vinculación alguna con el bien y el mal.

¿Qué era una fantasía y que una realidad en el mundo en el que vivían?

Noligma había dicho, hacía varios días, que la gente le odiaba por ser distinto. No se sintió culpable al ser consciente de que ella también lo había hecho, a fin de cuentas ni siquiera ahora le inspiraba confianza, pero era incómodo descubrirse en la misma tesitura. Una extraña para la gente normal, pero eso no la haría reconocer su empatía hacia él. Como ya había dicho, no eran iguales, ni lo serían nunca… Pensar en ello la hacía sentir incómoda, como si se comparase con un asesino... Pero era cierto, ella tampoco era una santa. Pasó el dorso de la mano por los lagrimales y luchó por retomar el hilo de sus pensamientos sin evocar nada que hubiese sucedido antes de poner un pie en el castillo. Cierto era que existía la idílica versión de que el bien siempre triunfaba, y que el mal acababa pagando por todos sus pecados. La gente necesitaba creer en algo al fin y al cabo, y Elsa no era ninguna excepción, pero estaba completamente fuera del cuadro. ¿En qué lugar la dejaba eso a ella? Dudaba que nadie fuese hasta allí para llevarla de vuelta, algo que tampoco quería. ESE era su sitio y no otro. Ya era un paria, ¿Su final sería caer en el olvido o asesinada por algún paladín caza-demonios?
No, su final era la soledad, dulce y amarga a la vez. Pero no era eso lo que la turbaba.

¿Qué había querido decir con que el mundo se nutría de sus desgracias y dolencias? Eso no tenía sentido. Cerró los ojos, tratando de razonar, pero lo único que logro fue ceder ante el cansancio que agarrotaba sus músculos y sumirse en un estado que alternaba ensueño y la vigilia hasta que finalmente se perdió dentro de la mullida nube de la incosnciencia.


Notaba cosquillas en la base de la mano y eso la hizo abrir los ojos y parpadear repetidas veces hasta acostumbrarse a la penumbra de la sala. Emitió un gemido por lo bajo y su mirada voló hacia el sueño, donde pudo ver a la pequeña bola de pelo blanca que olisqueaba sus dedos curiosa, y al notar su movimiento salió disparada en dirección opuesta. Elsa apartó un mechón plateado que dificultaba su campo de visión, echándolo hacia atrás y luchó por hacer memoria estrujando sus dedos contra las sienes: Por un momento había olvidado donde estaba, y se preguntó que era lo que hacía sentada en el suelo. No sabía cuanto tiempo llevaba dormida, pero a judgar por el entumecimiento de su trasero y las punzadas en la base de su espalda, debía ser bastante. Contuvo un bostezo y se estirazó un poco para después incorporarse con menos dificultad, apoyándose sobre su respaldo improvisado para mantenerse erguida.

Demasiadas preguntas anidaban en su mente, que aunque parcialmente despejada, era un cúmulo inexorable del que ignoraba si habría respuestas o no, pero eso no era lo primero. Pensar fríamente, no dejarse llevar y atar todos los cabos antes de precipitarse, si seguía esas pautas todo iría bien.

-¿Tienes hambre?-Preguntó al armiño, sin obtener respuesta alguna. Era un animal, ¿Qué esperaba? Con paso resuelto se adentró en el túnel, paseando su mano por la pared cavada en la nieve hasta que por fin salió de él, encontrandose con la sala en donde aún permanecía el cubo de hielo medio destruido de la clase anterior. Los altos muros reflejaban los tonos malvas que indicaban la llegada del amanecer, mostrándole que había permanecido más de lo esperado en aquel improvisado sótano, sumida en su sueño estéril. Elsa acarició las muescas en la columna allá donde habían sido inscritas, rememorando casi sin querer los motivos por los cuales ese día había sido tallado. Orgullosa ya era, pero no podía pecar de deshonesta, y muy a su pesar recogió cuidadosamente el pico del suelo para empezar a dibujar otra muesca debajo de la primera.

Off:

OFF::

el castillo estaba oscuro , silencioso, la niebla y las penumbras eran la unica compañia en aquel lugar prohibido, un lugar donde reuinas y paramo se entremexclaban en un paraje desolador solo cubierto por zarzas en algunas zonas.
-bienvenido a casa...
se dijo Noligma mientras entraba en su castillo, no obstante enseguida fue recibido mas propiamente.
-bienvenido a su real morada señor
la voz de una sirena en boca de aquel ser metalico a veces hasta conseguia perturbarlo, pero hoy tenia la cabeza en otra persona.
-no quiero ser molestado... encargate de todo.
Su criado debio notar su animo por que no deijo nada al respecto.
Noligma se encamino a un cuarto, en lo alto de una de sus torres.
dicha habitacion estaba tapiada, lo habia ordenado el mismo a hacerlo, pero a veces se quedaba delate de la puerta mirando, como si se cersionara de que seguia fuertemente cerrada.
Luego se fue a sus aposentos.
Alli fe recibido con algo que rapidamente intento embolverlo con un abrazo que pòdria ser mortal.

abrazo fuerte!!:

lo envolvio y luego su gran cabeza con lengua bifida se quedo mirandolo con gesto perturbador
-En....Envy... ¿has crecido? ¿como lo has hecho tan rapido?... a no espera, no me digas que por eso esta todo en silencio...
la serpiente que se habia vuelto gigantesca siseo furiosa cerca del rostro.
-tranquila mujer... que no estoy enfadado...
-pero ella si....
aquello alarmo a Noligma que se levanto mientras la serpiente lo liberaba
-Si tenemos en cuenta el nombre... podriamos deducir que su crecimiento se debe a que su envidia esta aumentando... sin duda es por que has estado viendo a otra mujer ¿no es cierto?
Noligma hizo algo que no habia hecho desde que su madre no habia vuelto, se inclino y planto una rodilla en el suelo en señal de sumision
-ma.. maestro! ¿que hace usted aqui?
un ser encapuchado con una capucha cuyo rostro ademas esta oculto tras una calabera, de la que segun cuentas si se quitara no verias su rostro, sino al ser del mas alla que espera tu muerte para saldar su deuda.

Lord Master:

-he venido a ver a que venia esto...
Noligma vio la carta negra pulcramente detalalda con el sello roto
-es una invitacion... seria muy amable por su parte si viniera
-me agrada tu invitacion... pero no sabia que malefica habia desaparecido
desaparecido no era la palabra pero ambos se comprendian
-y dime... ¿es cierto lo que he oido? el gran Noligma ¿tiene alumna?
Noligma temblo como si le hubieran dado un latigazo ¡¿como se habia enterado?! es cierto que le dijo a Elsa que se lo diejra a cualquier mago que se encontrara, pero lo habia dicho en broma, lo cierto es que Elsa era su secreto.
-creo que eso es asunto mio...
su maestro nego con la cabeza
-no, si  es mi problema si intentas ocultar un mago a la comunidad magica... soy parte del consejo ¿recuerdas?
(una mascota mas bien)
dentro del consejo Lord Master ocupaba una modesta posicion, como mano negra, aquel que se encarga de los asuntos turbios o mas peligrosos ...¿que otro puesto podria tener un nigromante en el consejo magico?
-y mucho mas si es tu aprendiz, tube muchos problemas para hacer que te aceptaran... no heches por tierra mi esfuerzo.
-ella no es... precisamente alguien que quiera pertenecer a la comunidad magica
Su maestro asintio mientras meditaba
-si no es un mago y no quiere pertenecer a nuestro mundo... significa que es un hechicero que no tiene control ¿me equivoco? ¿cuan poderosa es?
Muy acertado... Noligma tenia dificultades para ocultar cosas a su maestro, y mas sabiendo que el podia entrar en su mente, por lo anto el mismo se traicionaba la mitad de las veces.
Por ello no le mintio
-podria ser mas poderosa de lo que sere yo jamas... pero repudia su poder como lo haria de un traidor
-y eso te enfurece ¿verdad?
-¿que es lo que sabes maestro? ¿por que no va al grano?
El maestro lo miro a los ojos, Noligma se encogio, esos ojos castaños casi normales, no parecian tener nada de especial, pero sin duda era un ser muy misterioso y extraño.
-noto una gran perturbacion en ti Noligma... no se si es por ella o por que estas rompiendo el Silencio... pero ambos sabemos que eso es muy malo.
Noligma trago sonoramente
-¿como va el trato maestro aprendiz?
-¡perfectamente! estamos congeniando... ¡digo! estamos complemtamente compenetrados
-cruak! mentiroso! cruack!
Noligma lanzo una mirada asesina a Greed que estaba posado en una percha.
-puedes mentirme a mi, pero no a tus mascotas... ellas estan unidas a ti de una forma, que no me avergüenza decir, que no soy capaz de comprender...
Noligma suspiro
-chocamos... puede que sea culpa mia... no paro de atacarla...vervalmente hablando claro
-es por que rechaza sus poderes...
-si, pero hay mas razones... Wrath murio por que la llevaba conmigo
-...siento tu perdida... aunque ese lobo era impulsivo, no me extraña que sea la primera de tus mascotas en morir... la ira lleva a la destruccion de uno mismo.
Noligma paso a contarle paso a paso los ejercicios que habia empleado con ella
-hum... copiandome he?... aunque que no la hicieras cortarse como hise contigo... supongo que el dolor emosional de cada marca deberia bastar... pero provocarle un ataque de esa manera, no me parece buena idea, estas minando la confianza maestro aprendiz, y la necesitareis para el dia de la "Pruheba"
Noligma se revolvio incomodo
-no creo que sea necesario... solo quiere aprender a controlarse.
-si no pasa la pruheba de todo mago, todo lo que haya aprendido no sabra si le sirve de verdad... ademas la pruheba tiene un sentido mas profundo que el simple dominio y uso del poder... y tu deberias saberlo mas que nadie.
Noligma trago saliba intentando alejar los recuerdos de aquella dolorosa pruheba.
-pero... ella puede negarse ¿no es verdad?
-puede negarse por supuesto, pero si no la supera no podra vovler con quienes quiere sin temer hacerles daño
-o podria temerlo mas aun... esa pruheba me hizo como soy.
-cada uno supera esa pruheba a su manera... y no todos la superan, algunos mueren, otros se acobardan y nunca pasan a ser magos de las filas del consejo.
Noligma callo mientras su maestro meditaba mirandolo
-tu preocupacion por ella te nubla el juicio... lo entiendo, ella es una chica y tu su maestro, crea un vinculo aunque acabeis odiando el uno al otro.... Pero creo que voy a tener que acompañarte la proxima vez que vallas a verla.
-que?!... pe.. pero...
-mientras mi mujer dizfrutara de la estancia, he cogido una avitacion de invitados con vistas al mar, le encantan ¿te parece bien?
Noligma asintio turbado, aunque no sabia si de que el maestro lo acompañara a ver a Elsa o de tener la imagen de un cadaber acostado en un sofa mirando con sus cuencas vasias al mar.

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Y alli estaban apareciendo ante el gigantesco castillo de hielo y nieve
-hum... es impresionante, veo que tu apresiacion de sus poderes era acertada.
-por ... por que viene conmigo ¡yo soy su maestro!
Lord Master se volvio hacia el mientras sonreia
-hasta los maestros tienen que aprender.
Noligma asintio mientras se esforzaba en dar otro paso, parecia que cargaba con una gran carga, de hecho aunque vestia como el dia anterior, un gran bulto en su sueter esquimal le hacia parecer embarazado
-esta bien... eso lo entiendo... ¡¿y por que tengo que cargar a Envy?! ¡ni siquiera le gustara este clima!
El maestro hizo una pausa para dejarlo respirar.
-ciertamente este clima podria ser contraproducente para tu mascota... pero si te preocupa la salud de tu mascota , tambiend eberia de los sirvientes que se ha comido en tu ausencia...ademas, si apredes a controlar a "envidia" estaras un paso mas cerca de ser mejor maestro.
Su maestro llego finalmente ante las puertas y golpeo con un cayado de sauce. el toque creo una extraña simfonia como si golpease una campanilla y las puertas se abrieron solas.
Como Noligma estaba seguro que elsa no tenia ese poder miro a su maestro soslayado
-no...¿no podria esperar a que abran la puerta, milord?
-he tocado al timbre, pero n oesperara que nos quedemos con este frio esperando fuera.
Al entrar unos tmblores indicaron que el sirviente de Elsa habia aparecido, Lord master miro a la criatura con cierto interes
-valla ... mira que interesante...
Noligma estaba a punto de explicar que era un golem creado por su alumna de sobresaliente cuando...
-hacia tiempo que no veia un armiño de las montañas.
Noligma se fijo que el armiño estaba correteando jugando al pilla pilla con el golem... o algo asi.
(¿enserio le parece mas interesante esa rata blanca que el ser artificial de nieve?)
De repente su maestro volvio la mirada a lo alto de las escaleras
-ho! valla, vos debeis ser Elsa, e oido hablar de voz, permitidme que me presente...
Noligma se volvio con una sonrisa torcida como si esperara que elsa empezara a lanzar insultos hacia su persona.
-Me llaman Lord Master, un miembro del consejo de magia... yame han hablado de voz, aunque no de su real belleza, perdone que se lo pregunte ¿podria presentarme al diseñador de su modelo? mi mujer le encantaria tener uno igual de elegante.
Noligma puso un gesto bastante agrio cuando en su mente se le aparecio un cadaver reseco con la ropa de elsa puesta.

Off:

Elsa se sentó bien erguida sobre la base de la silla, arrimándose a la mesa de hielo, demasiado extensa para una sola persona. El salón comedor era una amplia habitación que podía albergar a una buena cantidad de invitados, sin embargo parecía incómodamente vacía con la única presencia de la reina, que presidía en el extremo más opuesto de la mesa, mirando hacia la otra punta con expresión ausente. Sin duda había sido un buen trabajo, estaba orgullosa de ello, pero su semblante no denotaba más que un hondo aburrimiento y melancolía. A pesar de ser consciente de su belleza, empezaba a resultarle poco acogedor, vacío y estéril.
Las puertas se abrieron y ella buscó con la mirada la causa, complacida al ver como Marshmallow irrumpía en el interior con una pesada bandeja de hielo, que caminó dando grandes zancadas con sus cortas pero robustas piernas, hasta quedar a la altura de la muchacha. El techo era tan amplio que el eco de los pasos retumbantes se perdía en las alturas aún cuando el muñeco se detuvo, depositando frente a ella los alimentos.
El plato que tenía frente a sí no era obra de los mejores cocineros de la corte de Arendelle, sino un modesto menú proporcionado por los escasos víveres obtenidos de la montaña: Algunas vayas silvestres, una piña de pino seca, un escarabajo muerto y una pata de venado sin cocinar. Elsa miró al Golem juntando las cejas, compungida ante la imposibilidad de llevar semejante dieta. Agradecía los esfuerzos de su sirviente, pero ese podía suponer un problema a la larga: Las bayas terminarían por acabarse, la carne cruda no era buena para su estómago, y no podía arriesgarse a que Marshmallow bajase a pescar, resultaría comprometido y peligroso. Lo que estaba claro era que no podía alimentarse de hielo eternamente, el cambio en su alimentación había sido muy radical, aunque no insalvable. Tomó entre sus dedos una de las bayas y la masticó, dejando que el zumo ácido inundase su paladar y su lengua, y repitió el proceso hasta acabar la vaina por completo. Acostumbrada a los manjares de palacio, aquello era demasiado poco, pero tampoco esperaba que fuese fácil: El exilio tenía sus limitaciones, como todas las cosas, y si no le gustaba tendría que aprender a convivir con ello. Justo en ese momento el armiño saltó sobre la mesa, arrancándole un sobresalto que casi hizo que se atragantara, y con su pequeña mandíbula, atrapó el escarabajo y salió corriendo en dirección a la salida. El Golem rugió al ver como el animal había robado impunemente uno de los manjares que había preparado para su señora, y con sus andares zambos se lanzó tras él en una cacería sin descanso.

La reina decidió que su comida había acabado por ese día, apartando la bandeja con sus dedos hasta que la pierna sangrante desapareció de su vista, ya que por su culpa tenía el estómago un poco revuelto. Un golpe sordo la sacó de sus divagaciones y la obligó a levantarse del asiento para abandonar el salón comedor, siguiendo los pasos que pensaba que aquel par habrían tomado, permitiéndose reflexionar durante el momento que sus pies tardaban en alcanzarlos. A pesar de estar más tranquila no estaba relajada en absoluto. Su propia calma se le antojaba engañosa y poco de fiar, por lo que tendría que mejorar en eso también. El problema estaba en ella y sus emociones, la magia no tenía culpa de que fuese una inepta. Lo que fuese por fuera tendría que ser también por dentro. Traspasó el umbral siguiendo el alboroto que dejaba tras de sí Marshmallow, el cual se había detenido en el hall, momento que había aprovechado el armiño para subirse a su cabeza y terminar de degustar el insecto. Elsa se apoyó en la barandilla, notando un anormal cosquilleo en la boca del estómago que se anticipaba a lo que ya sabía que iba a encontrar, y tubo en consideración achacarlo a que no estaba tan calmada como había creído, a fin de cuentas el día anterior había perdido los estribos de mala manera. Debía ser eso. Sin embargo, su semblante neutro que intentaba parecer inexpresivo se alteró al ver que Yer Noligma no estaba sólo. Había alguien a su lado, o más bien algo pues ella no supo identificarlo. Lo que estaba claro era que parecía humano en parte, por su fisionomía antropomorfa. Una figura alta ataviada con una larga capucha que casi sumía su rostro en la más absoluta oscuridad, con la excepción de sus rasgos, que parecían cadavéricos.

-Me llaman Lord Master, un miembro del consejo de magia... ya me han hablado de vos, aunque no de su real belleza, perdone que se lo pregunte ¿podría presentarme al diseñador de su modelo? mi mujer le encantaria tener uno igual de elegante-Dijo con voz profunda y cavernosa. Elsa ignoró su comentario deliberadamente y lo miró con cara de pocos amigos... Aunque estaba claro que ella no usaba de eso último. Su ceño siguió fruncido por unos instantes más, mientras trataba de reaccionar ante la visita inesperada y salir airosa de ella. ¿Cómo sabía quien era ella? ¿Qué hacía en SU castillo? Esa pregunta era inútil, tenía la respuesta delante de sus ojos, embutido en un abrigo de pelo.

-La-Lamento no poder complaceros-Tartamudeó la reina, alzando la barbilla y bajando las escaleras agarrada al reposa-manos como si estuviese pegada a él, rehuyendo así de tener que posar su mirada en esa criatura que se alzaba con imponencia unos metros más abajo. Igual que una digna anfitriona, orgullosa y altanera. Se detuvo justo al lado de Noligma, con aire impertérrito y mirada vacía-¿Podríamos hablar un momento?-Preguntó solemne-En privado, si es posible…-Hizo especial énfasis en su última frase, pero supuso que no le costaría captar sus intenciones. Sin esperar respuesta alguna le dio la espalda, caminando hacia una de las habitaciones inferiores del palacio.

Noligma empezó a temblar ligeramente cuando Elsa miro ceñuda al Lord, era extraño ver dos personas que son totalmente opuestas.
Aunque Elsa aun tardaría en notarlo.

-¿Podríamos hablar un momento? En privado, si es posible…

Noligma empezó a divagar palabras sin sentido hasta que su maestro dijo
-¿una reunión maestro aprendiz? me gusta la idea.... deberías ir a un lugar privado ha hablar de vuestras cosillas, no os preocupéis por mi, el y yo charlaremos un rato.
Noligma intento tener un gesto neutro cuando e volvió al Golem y le empezó a hablar.
-hum... un buen día para voz sin duda ¿a que os dedicáis?
Noligma se alejo siguiendo a Elsa mientras el hombre asentía ante el extraño gruñido de la criatura.
-¿Así que eres criado?... valla... pensaba que tan grande serias constructor del castillo o algo así...
¿enserio se estaba inventando una conversación con aquel ser? Elsa le iba a echar la bronca de verdad.

Una vez a solas Noligma espero la apabullante oleada de desconfianza de Elsa cayera sobre el pero antes dijo defendiéndose
-Antes de que digas nada... soy inocente! alguien se ha chivado y llego a oídos del consejo de magia... me tienen tirria desde lo que hice en aquella taberna. Y han enviado a mi antiguo maestro para que me ponga la correa.

.....................
mientras...
-aja... así que Elsa lo hizo todo ella sola? no me parecía arquitecta ¡es una gran hechicera! y encima estudiosa... ojala le pegue algo a Noligma.
El golem lo miraba raro como si no estuviera seguro de que intenciones tenian sus palabras.
-no tranquilo, no voy a hacer nada... por cierto ¿como te llamas?
un gruñido ininteligible fue la respuesta
-Marshmallow? bonito nombre, es un placer conocerte.

Off:

El armiño miró con sus ojillos negros al encapuchado, desde la seguridad que paradójicamente le proporcionaba la cabeza del muñeco de nieve gigante, moviendo su cabecita hacia los lados con expresión curiosa. Últimamente se había topado con más humanos de lo normal, lo cual era algo nuevo para él debido a su hábitat salvaje del cual había sido arrebatado. Su entendimiento de animal común le bastaba para saber a quien debía acercarse y a quien no, y por el momento todos eran potencialmente peligrosos. Como contrapartida, esa mole de hielo no le daba miedo, pues a pesar de su imponente aspecto era lento y no dejaba de ser agua sólida que lamer en caso de que tuviese sed.
Por su parte, el Golem parecía aturdido. No había recibido orden alguna, por lo que permanecía confuso ante la nueva presencia que le hablaba amigablemente, como si lo conociese de toda la vida. La crispación de Elsa no parecía ser especialmente alarmante como para considerar a ese tipo un peligro inminente. Se rascó su gran calva con una uña helada, dubitativo ante la oleada de preguntas, haciendo que Frost el armiño escapase de ser aplastado, bajando por su casi inexistente cuello hasta posarse sobre sus hombros.


Soltó aire un par de veces cuando entró dentro de la habitación contigua, haciendo caso omiso de los comentarios que oía a sus espaldas. Apenas eran leves murmullos pero bastaban para sacar lo peor de ella, irritándola igual que la urticaria que producían las ortigas al contacto con la piel. Se torcía irremediablemente, y la situación presentaba un ángulo antinatural a los ojos de la reina, cuya crispación no se molestó en ocultar cuando se dio la vuelta de forma abrupta para plantarle cara al brujo. Por un momento Elsa notó como sus mejillas se encendían y comenzaba a sentirse violenta sin explicación, hecho que la amedrentó hasta dar unos pasos a ciegas hacia atrás. ¿Por qué? Ella no había hecho nada de lo que debiese arrepentirse, en cambio él sí.

-Antes de que digas nada... soy inocente! alguien se ha chivado y llego a oídos del consejo de magia... me tienen tirria desde lo que hice en aquella taberna. Y han enviado a mi antiguo maestro para que me ponga la correa.
-¿Qué taberna?-Elsa sacudió la cabeza a ambos lados, arrepintiéndose de haber formulado aquella frase. Fuese lo que fuese, posiblemente su existencia sería más pacifica si desconocía de que se trataba-Olvídalo mejor, no quiero saberlo. Y permíteme…-Dijo empleando un tono áspero, duro como el granito y exento de cualquier tipo de amabilidad. La gratitud había que ganársela, y hasta ahora, el brujo había hecho todo lo contrario con sus constantes ataques. ¿Cómo podía respetar a un maestro que se suponía que no la respetaba a ella? Empezando por su intimidad... Todo intento de autocontrol se había caído rodando colina abajo junto a sus buenas intenciones de no dejarse provocar por el brujo. Parecía una proeza insalvable, aunque sospechaba que el motivo de su enfado no terminaba de ser la visita inesperada, al menos no de forma total-…que dude que en cualquier hipotético caso seas inocente de algo-Cruzó los brazos sobre su pecho, mirándolo de forma hostil y acusatoria. El rencor era un brillo febril en sus ojos, mientras lanzaba su verborrea descontrolada-¿Qué es lo que hace él aquí?- Quiso añadir un “Y por qué”, pero no lo hizo. Por algún extraño motivo se sentía traicionada, ya que nadie más conocía su paradero salvo Noligma, pero sería hipócrita reconocerlo abiertamente y tratar de recriminárselo, teniendo en cuenta que su grado de confianza en él era casi nulo. No tendría ese derecho. El palacio parecía ahora un centro turístico y ella la atracción principal, un mono de feria que le reía las carantoñas al primero que le tirase un trozo de fruta, rindiéndose a la humillación por un poco de atención. Ella no quería eso y no pensaba tolerarlo, no en su propia casa-¿Por qué me conoce? ¿Qué es lo que has dicho de mi? ¿Y qué diantres quiere?-Paseó su mirada del moreno hacia la puerta de entrada, sucesivamente y con estrés. Volvió a darle la espalda, a sabiendas de que así sería más fácil de sobrellevar-“Tranquilízate Elsa, no vuelvas a caer de nuevo. Tómatelo enserio”-Pensó, cerrando los ojos con fuerza hasta ver bajo sus parpados los destellos que se habían quedado plasmados en su retina-¿Por qué has tenido que traerlo hasta aquí?-Finalizó atormentada, exhalando el aire tratando de liberarse de un peso invisible que se negaba a abandonarla. Una cosa era que permitiese que el brujo pusiese sus pies en el palacio, y otra muy distinta que fuese a dejar la libre entrada a nadie más.

Noligma sonrió orgulloso cuando le pregunto
-¿Qué taberna?
Noligma fue a contar la divertida historia de...
Olvídalo mejor, no quiero saberlo. Y permítete…
-cierto, tienes razón - concedió- borrachos vomitando ranas, no es un tema de tu interés...
-…que dude que en cualquier hipotético caso seas inocente de algo
-ya estamos con la santurrona... que tu nunca hallas cometido un delito ¡no significa que estés por encima de mi!
Noligma empezaba a hartarse que ella siempre estuviera recriminándole cosas, por suerte el tema se desvió
-el es parte del consejo de magos, viene a certificar que cumplo los requisitos como maestro... y tu como aprendiz
pero no hizo ams que empezar, si sus preguntas fueran flechas, estaria muerto
-¿Por qué me conoce? ¿Qué es lo que has dicho de mi? ¿Y qué diantres quiere?
-tranquila... solo le he dicho quien eres y que eres reina... por suerte eso hace que sea un asunto discreto por la propia ley mágica, solo mi maestro aparte de mi sabe de tu existencia... ademas del chivato...
Nuevamente lanzo una pregunta, pero el brujo noto que se tranquilizaba, tal vez lo aceptara o simplemente intentaba controlar sus instinto "Noligcidas".
-lo he tenido que traer, por que ... bueno... no podía negarme a mi maestro... no lo puedes entender, nunca te hable de las leyes mágicas entre maestro y aprendiz, por que técnicamente no somos maestro y aprendiz, tu nunca confiarías en mi a ese nivel, y yo respeto tu desconfianza.
Noligma noto que se iba del tema
-¡simplemente es complicado!
el hechicero parecia algo cansado o perturbado, como si estuviera a punto de pedir algo imposible
-y te pediría "po... por fab....favor" que intentaras ser muy delicada con el... es, distinto.... intenta obviar sus rarezas, es lo único que te pido
aquello era inconcebible el gran y poderoso Yer Noligma, el brujo mas poderoso y mas tenebroso, pidiendo a una joven reina un favor.

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Master se quedo de puntillas frente a Marshmallow, Frozen que lo miraba extrañado.
-¡de las que te has salvado amigo!
cuando sus ojos hicieron contacto con el armiño su expresión se volvió mas triste
-¿estas aquí solo? no tienes familia?
el armiño no respondía simplemente lo miraba.
-entiendo... pero aun así estas muy lejos de tu hogar, tan arriba en la montaña...
desde presas, hasta madrigueras, todo lo que necesita un armiño estaba en la falda de una montaña no hay arriba.
el Lord asiente como decidiendo algo y rebusca en un bolsillo de su chal y saca un saco es escarabajos muertos.
Y los dejo caer en el suelo.
-son todos tuyos, espero que al final puedas encontrar un hogar...
Master se aleja a sabiendas de que la criatura no comería en su presencia, podía notar su desconfianza, de la misma forma que notaba la confusión de Marshmallow.
Pero ninguno de los dos podía superar la desconfianza que aquella joven había irradiado al verle.
¿Como podía vivir Elsa con aquella pesada carga? y encima envolver su alma tras el frió y denso hielo

-No me hablaste de que tuviese que estar bajo supervisión-Reprochó sin alzar la voz, mirando fijamente el difuso reflejo que le proporcionaba la pared delante de ella, distorsionado con ondulaciones allá donde el agua congelada tomaba su forma. No le gustaban las sorpresas, siempre eran demasiado desagradables, y últimamente estaba teniendo demasiados episodios de estrés emocional por culpa de las mismas. Buscaba con ansias una nueva excusa para avivar una nueva pelea que posiblemente no podría ganar, con el desespero de quien no tiene otra cosa que hacer, pero la experiencia jugaba en su contra y empezaba a sentirse fatigada de su visión poco práctica del mundo. O se ponía las pilas o eso iba a ser un auténtico calvario que acabaría por matarla. Debería estar por encima de eso si había llegado tan lejos, y empezar a trabajar duro de verdad por su superviviencia-¿Por qué has tenido que decirle quien soy? ¿Qué importa eso a nadie?- Interpeló. Una cosa era que desistiese de discutir, y otra muy distinta que su afán de exigir explicaciones hubiese sido dejado de lado. No veía la conexión entre ser la monarca de Arendelle y una ley mágica de la que nunca había oído hablar sobre su existencia. A fin de cuentas cualquier título aristocrático formaba ahora parte de otra vida y no tenía cabida en esa. El rango de reina era tan vacío y hueco que a Elsa había acabado por no decirle absolutamente nada, un mero adorno que presidía su nombre y que no era más importante que su propio apellido o un simple artículo para describirla-En eso estamos de acuerdo-Dijo dándose la vuelta de nuevo de forma arrogante, como si sintiese una nueva y renovada determinación, de la misma forma que acallaba a algún noble presuntuoso que intentase sugerirle que abriese las dichosas puertas-No puedo entenderlo-Y posiblemente no lo haría nunca. Se cruzó de brazos y arrugó la nariz, sin saber que decir en ese momento en concreto. Le había quedado claro que para ocasiones futuras tal vez tuviese que tomar medidas por su cuenta y riesgo para que absolutamente nadie entrase en el palacio… Un ejército de muñecos de nieve no sería una mala idea, si es que era capaz de construirlos. Noligma pareció titubear, algo que hizo que Elsa alzase una ceja con incredulidad-No creo que eso sea muy difícil-Aseguró fríamente, aunque sincera. Si lo hacía, desde luego, no sería por él, sino por no descuidar su dicción y modales. No andaba falta de tacto a la hora de hablar, y estaba segura de que a esas alturas, cualquier conducta extravagante sería concebida por ella como algo absolutamente plausible. Ya estaba curada de espanto. Y dicho esto se dio media vuelta, encaminándose a la entrada principal.


El armiño parpadeó y agitó sus bigotillos, una pequeña mota blanca y rosada sobre el coloso de hielo. No podía entender al humano, su habla era para el una sarta de sonidos guturales que no tenían nada que ver con la complicada sucesión de ruiditos que conformaban su vocabulario animal. Pero, ¡Ah! El humano si que hablaba su idioma, al menos en cierto modo. Bajó con premura por el robusto brazo de Marshmallow, vacilando de vez en cuando sobre sus verdaderas intenciones, pero mirando con hambre los insectos negros que rebosaban desde un pequeño saquito. Finalmente sus patitas rosadas tocaron “tierra”, y comenzó el avance cauto hacia la comida mientras el encapuchado se alejaba, dejándole cancha para maniobrar con facilidad y seguridad. Frost agarró uno de los escarabajos y lo olisqueó para cerciorarse de que era alimento fiable, para después escapar con el hasta esconderse de nuevo tras la pierna del Golem y poder devorarlo tranquilo.

Naturalmente no creía que Elsa comprendiese el alcance de lo que le estaba diciendo.
Pero no tubo demasiado tiempo para hacérselo entenderlo
-¿Noligma? ¿Habéis terminado de saludaros íntimamente?
-¡no es nada intimo! Simplemente intentaba aclarar un par de cosas...
-Entiendo, querías dejarles las cosas claras a tu prometida con respecto a nuestra relación.
-¡NO!... quiero decir, no estamos comprometidos...
-Aja entiendo, los jóvenes de hoy en día prefieren pasar mas tiempo en pareja.
Noligma exaspero mirando por el rabillo del ojo a Elsa esperando que ella no explotase con rabia desmedida o algo por el estilo de su frio carácter.
-no hay ningún tipo de relación aparte de la de maestro-aprendiz.
Master asintió como si finalmente lo comprendiera
-entonces eres mas tonto de lo que recordaba, se ve buena chica y es guapa, y... creo recordar que era reina -se detuvo un momento como recordando algo- ¡a claro! tu obsesión eran las princesas.
El aprendiz brujo se callo intentando recordar en que momento había contado eso a su maestro, no se veía contando esas cosas... por ejemplo nunca hablo con nadie de su escapada con Blancanieves... aunque para ser una princesa era una paria de su nación... y una buscona.
-lo habrás superado ya, digo yo...-al no haber respuesta- ¿no? Sin duda te quedan calabazas por recibir.
Noligma respondió neutro casi sin sentimiento alguno
-lo cierto es que lo tengo superado, pero no era asunto suyo.
Su maestro pareció detenerse como si pensara en algo
- ¿lo he vuelto a hacer? ¿Hablar de cosas de las que no se hablan?
-algo así
Su maestro asintió y se volvió a Elsa mientras inclinaba la cabeza, cosa extraña por que no tenia que disculparse con ella.
-mis disculpas, a veces no controlo lo que sale de mi boca...
Master agito la mano como si sufriera calambres.
-ahora vallamos al grano, tenemos poco tiempo para la terapia.
Noligma ladeo la cabeza
-¿terapia? Que terapia?
-¡noligma! ¡presta mas atención! ¿A que he venido? A dar la terapia de pareja por supuesto...
Noligma salto enseguida y rápidamente.
-¡no somos pareja!
El chasqueo de la lengua de su maestro indico que ya había hecho algo mal
-Si lo prefieres “terapia maestro-aprendiz”... si es que cuando te pones “tiquismiquis” no se puede contigo.
-tiquis-que?!
-cuando te pones pesado y correctivo, sin duda ese es uno de sus problemas, es una buena aptitud como maestro, pero no para relacionarte con los demás...¿No lo cree así señorita Elsa?
Noligma permaneció embobado cuando se dirigió a Elsa y le dejo de lado ¿era una especie de 2 contra uno?
Aunque ahora que lo pensaba ¿a que venia todo esto? no recordó haber oído hablar de ninguna terapia...

Sus pasos eran comedidos, recorriendo exactamente la misma distancia con cada uno que daba, sin molestarse en volver la vista atrás para asegurarse de que la seguía. Elsa se detuvo con aire solemne ante el tipo encapuchado, con una máscara neutra que pretendía obviar todas las rarezas de las que pudiese hacer gala de ahora en adelante, demostrando lo buena anfitriona que era y podía llegar a ser. El protocolo era una norma esencial al tratar con otros miembros de la realeza y aristocracia, y aunque no lo pareciese, se trataba de un duelo silencioso por ver quien lo llevaba con mayor diligencia a lo largo de una velada. Como miembro de ese “Consejo” de magia (o lo que fuese), se hizo a la idea de que debía tratarlo como si fuese el equivalente a un embajador de otra tierra, con respeto y cortesía. Normalmente Elsa pecaba de excéntrica, sin embargo su conducta tendía a ser intachable cuando se trataba de educación y elegancia, si se lo proponía, estaba convencida de que el maestro no sería un problema, no después de haber tratado con Noligma… Pero su semblante imperturbable se alteró notablemente, dando la impresión de que acababa de atragantarse con un limón al escuchar a Lord Master.

-Espera, ¿Qué?-Soltó, aunque no sirvió de mucho-Un momento, yo no…-¿Intimar? ¿Prometida? Su sangre empezaba a hervir de la ira al bochorno, no obstante Elsa se obligó a serenarse, buscando otra estrategia para cumplir su objetivo. Intentó interrumpir sin éxito, notando como la conversación degeneraba en unos derroteros de lo más… Bueno, de los más absurdos, que la hacían sentir violenta y avergonzada por las insinuaciones que este vertía. La reina agitaba las palmas con afán apaciguador, como si eso sirviese para detener la charla en tropel, intentando al mismo tiempo que el sofoco de sus pómulos no fuese a más, o de lo contrario acabaría antes incluso de haber empezado. Inspiró bien hondo, contando mentalmente hasta diez antes de volver a hablar. Uno. Empezaba a notar la incomodidad que le producía escuchar a Lord Master hablar de ella como si no estuviese presente, limitándose a intercambiar ideas con el brujo. Cinco. ¿Era eso una encerrona? Porque si lo era, Noligma iba a pagarlo muy caro. Siete. Lo miró con intenso rencor, taladrándolo con sus ojos vidriosos, preguntandose que diantres le habría contado exactamente acerca de ellos. Pero para su alivio, el brujo lo contradijo disipando cualquier duda, y eso la hizo modular su semblante hasta convertirlo de nuevo a la eterna neutralidad, ensombrecida por los rastros del apocamiento. Diez-Disculpe, Lord Master, pero creo… Creo que todo ese tema sobre…-Sacudió la cabeza. El asunto ya era lo suficientemente embarazoso como para empeorarlo más, y creía que no podría soportar conocer más intimidades del brujo, pues el azoramiento también se traspasaba hacia ella, como si todo lo que se hubiese dicho fuesen secretos que Elsa no quería mostrar. Ilógico, ¿Verdad? ¿A eso se había referido cuando le advirtió? Lord Master hablaba como una madre que trataba de dejar en buen lugar a su hijo, pero que inevitablemente hacía todo lo contrario-… Princesas-Frunció el ceño y arrugó la nariz, empleando un tono incrédulo, dejando claro con el que no quería saber nada sobre eso, como si hubiese pronunciado esa palabra en un idioma extraño y desconociese su significado-Está fuera de cuestión en ese momento. ¿No le parecería mejor que…?

-Mis disculpas, a veces no controlo lo que sale de mi boca...

Juntó las palmas y abrió los dedos a la par, canalizando su desconcierto en un gesto superfluo e insulso, pretendiendo seguir pareciendo calmada, asintiéndo escuetamente cuando Lord Master se disculpó. Posó las yemas en sus labios, conteniendo una repentina sonrisa que quiso aparecer a traición en su boca, impulsada por el comentario, pero logró retenerla a tiempo y evitar que saliese a la luz… La idea más correcta sería seguirle la corriente por el momento… Pero si creía que no iba a salpicarle, estaba equivocada.

-¡Noligma! ¡presta mas atención! ¿A que he venido? A dar la terapia de pareja por supuesto... Si lo prefieres “terapia maestro-aprendiz”... si es que cuando te pones “tiquismiquis” no se puede contigo.
–Un momento, ¿Qué?-Giró el rostro para mirar a Noligma de forma acusatoria-¿Cómo que terapia?-Espetó alzando la voz. Ella no necesitaba de eso para resolver sus propios problemas. Si bien era cierto que estaba teniendo ciertas dificultades, lo que menos necesitaba era que alguien viniese a someterla bajo más presión aún-“Esto no tiene nada que ver conmigo”-Clavó sus iris en el brujo, ignorando el hecho de que parecía que el lo desconocía igual que ella. Por lo que a Elsa respectaba, todo era y sería siempre culpa suya, lo supiese o no-Por favor, escúcheme un minuto. Ya basta, aquí hay un error, usted se está confundiendo y saliendo de contexto. Nosotros no…-Sacudió la testa para liberar tensiones-Igual no es un buen momento para esta reunión-Acabó tajante.
-Cuando te pones pesado y correctivo, sin duda ese es uno de sus problemas, es una buena aptitud como maestro, pero no para relacionarte con los demás...¿No lo cree así señorita Elsa? –La rubia acalló lo que estaba a punto de decir, bajando a medio camino sus párpados para enfocar mejor a Lord Master, que por una vez parecía haber dicho algo que ella comprendía a la perfección.
-Yo no lo habría definido mejor…-Susurró sagaz. Agradecía enormemente el cambio de tema, ya que había empezado a ponerse bastante nerviosa, pero ahora podía suspirar hondamente y con calma. Cerró los ojos del todo y alzó la barbilla, desviándola hacia un lado con altivez y prepotencia-Aunque se ha olvidado el tema de la arrogancia y egocentrismo-Agregó Elsa, lanzando su particular ofensiva verbal, tomándoselo como una especie de pequeña revancha por los desplantes anteriores y por haber traído sin permiso a Lord Master. Sabía que era de mal gusto y poca clase atacarlo de esa manera, dejándolo en evidencia delante de su maestro, pero por alguna razón lo encontraba sumamente divertido… Además, estaba siguiendo sus instrucciones, ser delicada y considerada con su maestro. No hay mejor modo de ser cortés con un invitado que dándole la razón si la tenía-Por no hablar-Prosiguió-De que carece de escrúpulos, es un manipulador y…-La reina ladeó el rostro, fijándose en Noligma en busca de algo que pudiese usar en su contra, analizándolo al detalle. Encontró este simple gesto bastante incómodo, y su mirada escapó furtiva de sus rasgos faciales para que no se diese cuenta, recorriendo su cuerpo para terminar de clavarse en el suelo, cuando…-¿Qué es eso?-Preguntó alarmada, curvando las cejas hasta contraer su ceño y señalando con un dedo la barriga abultada que parecía haber debajo del abrigo de pelo del brujo.

Off:

Noligma empieza a sudar debido a la presion y los sucesivos comentarios
-Yo no lo habría definido mejor…Aunque se ha olvidado el tema de la arrogancia y egocentrismo
Master asintio pero no dijo nada, y en cuanto Noligma fue a hablar un rapido movimeitno del maestro sello sus labios.
-Por no hablar de que carece de escrúpulos, es un manipulador y…
-enserio tengo que...
-shhhhh...
-¿Qué es eso?
Noligma miro adonde señalaba y se golpeo el bulto
-no es anda, he cogido unos quilitos de mas
La serpiente al recibir el golpe sale asomando por dejando de la chaqueta.
la serpiente había crecido bastante desde la ultima vez que se había encontrado con Elsa tras la muerte de Wrath, pero el ofidio la ignoro deslizándose por el suelo alejándose de ellos.
Noligma inclino los hombros
-se ve que no era gordo... simplemente estaba embarazado... soy madre...
semejante estupidez ni mereció una sonrisa.
-Noligma... ¿por que no vas detrás de Envy?
NOligma lo miro incredulo
-no tengo que seguirla, volverá, no es muy capaz de aguantar el frió.
no obstante el maestro no dejo el tema zanjado
-es evidente que ha ido de caza.
-cazar que? aquí no hay nada...
-¿y el armillo que?
-a si, es verdad... pues que se lo coma, a mi no me im...
Ni llego a terminar la frase cuando su maestro le soltó una colleja
-¡¿que te crees?! te la hice traer por una razón... ¡controlarla es tu trabajo! y si no lo haces tu, lo haré yo... pero no te gustara.
Noligma rojo como un tomate de furia rabia y vergüenza se dio la vuelta y se dirigió detrás de la serpiente pateando el suelo con fuerza y mascullando entre dientes.
Master se tapo los ojos con su mano, como si se los masaje-ara bajo la mascara.
-este joven siempre preocupándome... esta peor de lo que yo creía...
El maestros e volvió y pregunto a Elsa
-¿te importa si conjuro una silla? supongo que no estas acostumbrada a que lo hagan sin tu permiso.
Master no quería repudiar a el mobiliario de la reina, pero no quería mojarse la capa con el hielo, por que si había sillas serian de hielo a su suponer.
-comprendo tu confrontación con Noligma, es inevitable, el joven a pasado una terrible infancia que lo ha marcado para siempre

Noligma estaba mucho peor cuando lo conoció, pero para Elsa probablemente le habría gustado conocer a aquel Yer Noligma y no al actual.

Elsa lo miró alzando una ceja, sin llegar a creérselo del todo. Estaba convencida de que el día anterior no presentaba ese aspecto, pero no se atrevió a decirlo en voz alta para no dejarse en evidencia. Se sobresaltó al ver salir a la sierpe, que reptó como si saliese de sus entrañas, dejando caer su cuerpo resbaloso al suelo. Hizo un gesto de eterno desagrado, arrugando la nariz como si hubiese olido algo desagradable, dando un paso hacia atrás, sin verle la gracia al asunto… La alarma afloró en sus ojos cuando Master informó que los sinuosos movimientos que hacían alejarse a la serpiente delataban su actitud cazadora, y quiso protestar más no tubo ocasión cuando el enmascarado dio su orden, por lo que se limitó a obsequiar a Noligma con una de sus miradas glaciales. ¿Cómo pretendía hacerla cuidar a un animal si a la mínima de cambio lo utilizaba como desayuno de su mascota? Cruzó los brazos sobre su pecho, demostrando su creciente enfado.

-Todos hemos tenido infancias difíciles-Atajó Elsa como una recta institutiz, cuando vio al brujo alejarse, con intención de cambiar de tema. Por su bien, esperaba que Frost siguiese con vida al caer la noche. La verdad era que tenía una vaga idea de lo que Master trataba de decirle, pero no deseaba ni mucho menos ahondar en ella, por motivos claramente egoístas. Temía sentirse más culpable aún y buscaba un cabo al que agarrarse para no tener que soltarlo, con la esperanza de que cualquier cosa que pudiese generar su compasión pasase de largo y no le afectase-Ese simple hecho no exime su conducta-No lo hacía, ¿Verdad? No, claro que no. Elsa Tampoco lo había pasado precisamente bien cuando era niña, y le había costado sacrificar, no en sentido literal, las pocas amistades que hubiese podido tener, así como todo contacto con la gente. Pero aún así, no había desarrollado instintos homicidas… Claro que por otra parte, no podía compararse. Recordó con cierta inquietud como le había contado que de pequeño había matado a alguien, y apretó los labios, pasándose una mano por el ojo derecho como si le doliese la cabeza-No la justifica, desde mi punto de vista-Agregó.


El último escarabajo no era ahora más que un par de patas a medio masticar, crujientes en la boca de Frost, quien se sacudió los bigotillos nada más terminar, con la panza bien llena.
El pequeño armiño sacudió las orejas, consciente del peligro. Algo recorría el suelo con delicadeza, pero sin detenerse, y sus alarmas de presa se activaron, obligándolo a trepar por la pierna de Marshmallow con una rapidez casi imposible, metiéndose en una de sus cuencas, asomando su cabecilla a la espera de que pasase el peligro. El Golem rugió al notar la molestia, y empezó a dar zancadas a semi-ciegas, preguntándose que diantres pasaba. Se había acostumbrado más o menos a esa presencia peluda, pero algunas de sus conductas lograban sacarlo de quicio.

El enfado de Noligma era palpable en el ambiente, estaba a rabiar ¡¿por que su maestro lo trataba así?! Y que demonios le importaba a el si la rata blanca moría o no, solo era un muñeco de prueba para hacer a Elsa mas segura de si misma... siempre que no lo congelara.
Ladeo la cabeza, simplemente se estaba dejando llevar por la rabia, lo cierto es que el maestro tenia razón, pero cuando se trataba de seba
Noligma ladeo la cabeza, simplemente se estaba dejando llevar por la rabia, lo cierto es que el maestro tenia razón, pero cuando se trataba de sus mascotas no era muy racional, especialmente con Envy, su mascota mas rebelde, a veces incluso Noligma temía a esta criatura, las serpientes son traicioneras o eso dicen.
De echo tan metido estaba y tan confuso y cegado por la rabia que se encontró dirigiéndose a ninguna parte, no había signos de que una serpiente hubiera estado por hay.
Noligma siguió caminando pateando el suelo por donde iba, sin darse cuenta del cuerpo de la serpiente que salia del cuarto que acababa de dejar atrás, naturalmente Envy notaba el cambio de humor en su amo, de hecho lo usaba para no dejarse notar por el brujo.
El olor de su presa entraba por sus fosas nasales, pero sobretodo lo palpaba con su lengua... pero como todo depredador, no iba a lanzarse a ciegas, tenia terreno que descubrir y planes que planificar.
Ya llegaría su momento


El maestro medito concienzudamente mientras escuchaba las palabras de la joven, sin duda eran indicios de que algo no iba bien.
-Todos hemos tenido infancias difíciles...Ese simple hecho no exime su conducta... la justifica, desde mi punto de vista
Master miro largamente a la joven sin decir nada de momento como si esperara a que dijera algo mas.
-no -respondió finalmente- no le exime... pero es fácil juzgar sin conocer, sin saber. Pero para condenar o perdonar, debes conocer.
el maestro se le acerco y la miro a los ojos
-lamentablemente no tengo la habilidad de Noligma de mostrar imágenes y ilusiones, aunque puedo enviarte mis recuerdos, no creo que estés preparada para ese tipo de contacto aun.
Master saco una baraja de cartas de su manga mientras sacaba una al azar.
-solo nos queda esperar que confíes en mi palabra, aunque antes tenga que hablar un poco de mi, cosa que no hago desde hace tiempo.
El lord giro la carta entre sus dedos para que la pudiera ver, era una carta del Tarot, representaba a un hombre viejo apoyado en un cayado.

el hermitaño:

-bueno... como tu, yo nací con un don especial, uno que no llegaba a comprender del todo, y las aplicaciones de ese poder eran tales que me llamaron mago negro... pero mi poder no era oscuro ni mucho menos...o tal vez tengan razón y sea el mago mas oscuro que existe.
Master deposito una mano en su corazón
-de la misma forma que algunos leen libros yo soy capaz de ver el corazón de los eres vivos, sus almas puedo hablar con su ser y ver como se sienten... pero como con todo, este poder acarrea una terrible maldición.
naturalmente era mas que eso, pero no quería enrollarse, pronto saco una segunda carta.
Eta representaba a una mujer, rodeada de riquezas y vestida con ropajes selectos, incluso tenia una corona, lo único es que por alguna razón la carta estaba al revés y no parecía tener intención de corregirla.
-mis poderes me llevaron muy lejos, hasta donde estoy ahora... donde una mujer se me acerco y en secreto me pidió un favor que no podía rechazar... esa mujer se llamaba Malefica, la madre de Noligma.

Sin mas preámbulos saco una nueva carta esta representaba a un hombre joven rodeado de extraños objetos, de naturaleza salvaje y símbolos espirituales.

el mago:

-naturalmente se debía a que ella pretendía que fuera maestro de su hijo, yo no me negué, por muy oscura que fuera la familia, me llevo muy bien con los niños...
el orador bajo su rostro como si mirara algo en el suelo, pero sin duda su mirada estaba perdida en el pasado
- pero cual fue mi sorpresa al conocer a un niño que no era un niño, Noligma tenia dotes espectaculares y una gran concentración era un genio, pero yo vi algo que ningún otro habría visto, sus ojos, su forma de ser, su alma, estaban dañados a un nivel elemental que ni yo alcanzaría a aventurarme.
una nueva carta salio de la baraja y esta vez tembló ligeramente al verdad, cuando la mostró era una carta que representaba una torre
-imaginame, tan acostumbrado a ver el bien y el mal de todas las personas, y de repente me encuentro a un niño que debería estar lleno de sueños y esperanzas, vació como un jarrón, un adorno en aquel oscuro castillo.
aquello parecía atormentarlo de cierta manera
-quien sabe si hice lo correcto, creo que todas las personas tenemos segundas oportunidades, pero de haber dejado a Noligma como estaba, no te habría causado tantos problemas...
(pero habría sido un ser despiadado incapaz de sentir nada por nadie, ni siquiera por si mismo)
espero unos segundos a que Elsa asimilara esa información, la siguiente carta era la de un joven bailando al borde de un precipicio

el loco:

-naturalmente yo no podía permitir que aquello continuara, a Malefica no le importaba el aparente estado de su hijo, a veces pienso que lo hizo ella misma, pero seria malo pensar eso de una madre ¿no crees?
Luego flexiono los dedos como si se preparara para algo grande
-no se lo digas nunca, pero como no podía intervenir en ese aspecto, realice un hechizo prohibido... uno que unió a Noligma con otros seres vivos... mi intención era que notar a otros seres espirituales, y sus sentimientos, así el se abriera y creara sus propios sentimientos.
el maestro miro a la puerta por donde Noligma se había ido
-pero algo salio mal, al abrirse esa puerta una oleada de sensaciones lo embargo, era demasiado apara su mente controlada bajo el silencio de su ser, incluso llego a embargar a las criaturas y una de ellas murió... lo que empeoro la situación, las criaturas dejaron de ser transmisores a ser receptores y se convirtieron en criaturas que drenaban sus oscuros deseos y ambiciones que había generado tantos años de silencio.
saco una nueva carta y su gesto se ilumino, esta representaba a una mujer vestida de forma tapada y retacada pero de forma espiritual.

la sacerdotiza:

-Noligma ha estado conviviendo poco a poco adaptándose a esos sentimientos que nunca habia sentido... y hay es cuando tu lo atraes... si tu, no lo hiciste a posta, pero cuando un insecto ve una luz va hacia ella, te recuerdo que puedo ver los corazones, el tuyo reboza de cierto caos emocional, por fin estas en paz y alegre, pero noto residuos de una gran preocupación, incluso miedo, creo que eso atrajo a Noligma, y lo sigue haciendo...
master sabia que era difícil de escuchar, Elsa estaba ya en un punto sin retorno, no podía dejarla en la inopia, ella debía saberlo
-por que tienes miedo por los demás, te preocupas tanto de esas personas que quieres que Noligma se siente atraído... no creo que Malefica jamás se haya preocupado de verdad de su hijo, el desea ser el objeto de tu preocupación Elsa, o si lo prefieres el quiere sentirse querido, amado.... pero le cuesta controlar sus emociones, no se que te hizo, pero si quieres contármelo ... estoy aquí para escuchar.

el maestro fue a continuar cuando al sacar su carta vio que tenia 2 en vez de una, Elsa pudo ver perfectamente las cartas.

los enamorados:

el diablo:

-y... eso es todo... no hay mas
oculto las cartas con premura y luego se volvió a Elsa y dijo serio
-se que es difícil, pero creo que era necesario que te lo contara, no te digo que hagas nada con lo que te he dicho, piensatelo, tomate el tiempo que haga falta para tomar tus propias decisiones, pero ahora ya sabes, ya puedes juzgar si eso es lo que querías... pero ten en cuenta una cosa, convivir con noligma es convivir con 7 seres
el maestro levanto 6 dedos
-sus 6 mascotas son reprentaciones de su ser, no son buenas o malas, son sentimientos puros, caos, se de lo que hablo los sentimientos las necesidades los deseos, son a veces muy complicados... pero si alguna de las mascotas muriera, una parte de Noligma moriría con ella

-Es fácil juzgar sin conocer, sin saber. Pero para condenar o perdonar, debes conocer.

Elsa cruzó los brazos bajo su pecho, algo molesta por que Master le diese el sermón, pensando que nadie le había dado derecho, voz ni voto para atreverse a (desde su punto de vista) hacer sugerencias al respecto sobre cómo debía tratar a Noligma. Lo poco que conocía, el sufrimiento que había pasado desde entonces, le bastaban para decidir que no era trigo limpio, y se repetía a sí misma que tampoco deseaba ahondar en un tema que no era de su incumbencia.

No relajó los brazos cuando el encapuchado sacó lo que pareció ser una baraja, manteniendo su actitud escéptica y fría, una bonita forma de hacer que todo lo que no tuviese que ver con ella le pasase de largo, al menos aparentemente. Miró casi de reojo la primera carta, la cual no le decía absolutamente nada… A pesar de tener poderes, lo cual al convertían en una criatura sobrenatural de una forma u otra, Elsa no creía en absoluto en ese tipo de variantes de lo místico, que la mayor parte de las veces inducían a engaño. Frunció el ceño sin convicción, revelando de forma silenciosa sus opiniones al respecto. Sin embargo no pudo evitar interesarse cuando el hechicero comenzó a relatar su historia, aunque se cuidó de no demostrarlo en demasía. Desenredó sus manos y deslizó una de ellas hacia atrás, imitando a su interlocutor y generando una bonita y elegante silla labrada en hielo tras de sí, en la cual se sentó al intuir que la conversación iba para largo… Y porque no quería resultar tan descortés, permaneciendo de pié mientras que el invitado seguía sentado. Se relajó un tanto, dejando caer con elegancia los brazos sobre el reposo a ambos lados del asiento, adoptando una postura regia pero relajada.

-He oído hablar de ella-Aunque fuese muy poco, y no podía decirse que tuviese un buen concepto sobre semejante mujer. Aunque tampoco es que quisiese conocerla, ni mucho menos. Posiblemente por brujas como Maléfica el concepto negativo de la magia estaba tan arraigado… Un prejuicio en el que Elsa también había caído más de una vez, y que poco a poco intentaba eliminar, aunque le costaba demasiado. Se limitó a observar con toda la atención que podía los naipes y escuchar al enmascarado, removiéndose de vez en cuando con incomodidad. Era más fácil escapar de la verdad si se ignoraba… Y tampoco sabía a donde pretendía llegar Lord Master revelándole todo aquello, ¿Quería hacerla sentir culpable acaso? Porque Elsa ya había tenido su ración de culpabilidad días atrás, y no deseaba más tormentos interiores que le impidiesen tener la conciencia tranquila, alterada fácilmente debido a su inestabilidad sensitiva-¿Entonces la culpa es vuestra?-Inquirió escéptica. Ese era el camino más fácil, pero también un consuelo de tontos. No tenía sentido recriminarle las asperezas con el brujo cuando ese no era, ni de lejos, el mayor de sus problemas. Bajó la vista y se percató de que se estaba acariciando los dedos de forma inconsciente, casi sin notar la gelidez que estos transmitían-Los padres siempre lo hacen todo por el bien de sus hijos-Aseguró, aunque no terminaba de creérselo, lo cual se reflejó en su tono indeciso. Era muy duro afirmar eso, sabiendo lo que Master quería decirle. En su caso, tenía la certeza que sus progenitores habían luchado por ella, pero que su camino había sido erróneo saltaba a la vista. Todos eran humanos a fin de cuentas, y estaba en su naturaleza equivocarse, aunque creyesen a ciegas estar en lo cierto. Estaba tan abstraída que no se percató de la siguiente. Se agarró los codos, cambiando la postura para sentirse más cómoda, algo que encontraba difícil, mientras empezaba a sentir que su aquejamiento era algo más que físico, como indicaba el vértigo que empezaba a subirle por la garganta-¿Yo? ¡Eso es absurdo!-Repitió con cinismo para enmascarar el repentino pánico que le habían producido sus palabras. Había olvidado la cortesía, que sustituyó por una risa forzada e incrédula, bastante desagradable y poco propia en ella. Se apresuró en cambiar de tema-Pero sólo estoy aquí para proteger a los demás de mi-Colocó ambas manos a la altura de su pecho, intentando hacer un mayor énfasis en sus palabras. Empezaba a notar un mareo ascendente por su nuca entremezclado con un molesto picor, y como poco a poco la abandonaba el dominio para sucumbir al miedo de nuevo, sin saber exactamente a qué se debía este último, pero era tan frío e implacable como una mano apretando su garganta. Ignoró los naipes, notando su rostro frío arder, recordando fugazmente el abrazo que... Empezaba a enfardarse consigo misma y con el resto del mundo, luchando por volver sus mejillas blancas y lívidas como de costumbre, con su particular tono mortecino. Un zumbido en sus oídos la advertía de que se avecinaba otro de sus episodios críticos, de los que ya había tenido bastantes, por lo que apretó con fuerza las manos en su regazo, bajando la vista disimuladamente hacia este. Ni siquiera estaba segura del porqué se sentía tan ridícula y tonta-No entiendo lo que me dice-Logró articular, titubeante, meneando la cabeza como si así ahuyentase sus temores, notándose avergonzada. Desvió la mirada hacia un lado, tomándose su tiempo para calmar su respiración y serenar su expresión, antes de volver a mirar al maestro. Tenía muchas preguntas en la cabeza, y la primera de ellas era, ¿Por qué le contaba todo eso? ¿Qué pretendía? Pero se concentró en dedicar sus pensamientos a otras cuestiones que empezaba a considerar más urgentes: Ya había dejado a Noligma acercarse demasiado. Lo más seguro era empezar a poner distancias entre ellos, por su propio bien… ¿Pero de quién? No importaba. Nunca había tenido tiempo de pensar en asuntos tan controvertidos como ese, y no creía poder manejarse bien con ellos, como una realidad lejana que no estaba hecha para ella. Estaba asediada por todas partes, y no había podido encontrar la paz que buscaba, sino que ahora se sentía más turbada e inestable. ¿Y sí...? ¡No! De ninguna manera, se estaba dejando caer en una telaraña tejida por Master que pretendía confundirla más de lo que ya estaba. Todo era pura casualidad-Se está precipitando-Dijo con más calma-Igual está tan entregado en su tarea como maestro que esta le hace ver cosas donde no las hay-Razonó, pensando que esa alternativa le gustaba bastante, y esperando vanamente que Lord Master la diese por valida… Si no lo hacía, Elsa seguiría aferrándose a ella. No le gustaban sus insinuaciones, por lo que decidió que ya había oído suficiente y se levantó bruscamente de la silla, dando por zanjada la conversación a fin de agarrarse de nuevo a la soledad.

el maestro asintió y la dejo en paz, no podía presionarla, pero ella debía tomar la decisión, y por lo que había oído la elegiría pronto, y así todo ese asunto se acabaría de una vez. Tal y como debía ser. El corazón de Elsa era como el hielo, aparentemente frió y inalcanzable, pero frágil como el cristal.
No era de extrañar que escogiera la elección mas fácil, huir y esconderse.
Master miro los trozos de hielo esculpidos, era una pena, Elsa parecía un sujeto de interés, pero lo mas probable es que cuando tomara la elección, y seguramente la tomaría, no volvería a verla, ni el ni Noligma.
Y las cosas volverían a estar como debían estar, Noligma loco de atar hasta su final, el mismo atendiendo a su asunto personal y Elsa absolutamente sola... todo como debería ser.

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Noligma finalmente hallo algo en lo que guiarse, y entonces lo vio, Smarshalow ¡Por fin! se detuvo ante el ser que manejaba aquel lugar y diviso en su ojo al armiño
-ya veo que te has puesto en posición de defensa... muy listo...
Noligma miro a su alrededor, y no veía mas que nieve y hielo, desde luego aquel castillo estaba lleno de recovecos y ...
era imposible determinar por donde o donde estaba un gran reptil que era capaz de estar en cualquier cavidad o hueco, pero si el armiño era la presa debía estar hay.
-¿Aun nada?
Master había aparecido finalmente
-y elsa?
-esta meditando, o simplemente le gusta estar sola.
(no le gusta... ella lo odia, pero cree que es necesario que deba estar a solas)
-si es algo fría...
su maestro lo miro sorprendido
-¿sabes que dices una cosa... pero sientes una totalmente distinta? debes aprender a controlar tus sentimientos.
Noligma no le respondió pues aquello le había dado una idea
-tiene razón... debo, controlar mis emociones...
Noligma cerro los ojos mientras dejaba llevarse por ese enlace de si que siempre había evitado.
-¡¿que haces noligma?! ¡¿NOLIGMA?!
pero ya estaba en trance, sumergiéndose en la envidia.


-ssssshhhh...
Un leve susurro ocultado bajo la brisa que recorría los pasajes helados de aquel lugar, cada uno de sus movimientos era absolutamente silencioso y meditado, el ofidio volvía a tener a la presa en su lengua,naturalmente había tenido que dar un gran rodeo, pero por fin estaba de caza.
Se asomo desde lo alto mirando el pelaje blanco de su victima.
Lo alto del castillo tenia recovecos en el techo por donde el castillo se aireaba con aire frió invernal, pero también permitían pasar a una gran serpiente por las salas mucho mas rápido que si lo hiciera por el suelo.
Pues dicha criatura había aumentado exponencial mente su tamaño en el poco tiempo que nadie la había visto, y no era de extrañar, su oscura y caótica envidia estaba desenfrenada, envidiaba a todos y a todo.
la nieve por ser mas fría y blanca, a esa rata por vivir caliente en ese lugar tan frió que ella no conseguía soportar, pero sobretodo, envidiaba a su presa... esa estúpida y insulsa que se creía que podía quitarle a su amo... no Noligma podría considerarse su amo, pero en realidad el era suyo, y ella intentaba quitárselo.
Pero la envidiaba, por que ella podría tocarlo y amarlo como un igual, cosa que Envy no podía hacer... pero si ella no podía ¡Nadie lo haría tampoco!
Y estaba de suerte, su presa estaba sola y desvalida, era su momento.
Fue entonces es cuando Envy lo sintió, cuando Noligma tuvo miedo al saber que estaba pasando y ella lo expulso de su mente.

Noligma abrió los ojos de golpe y salio corriendo hacia las escaleras

-Noligma!!! ¡¿adonde vas?!
NOligma corria sin volverse simplemente dijo
-Ya se donde esta envy!
-¡Noligma vuelve!
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Envy entro en tensión "el lo sabe", pero incluso así permaneció en un silencio sepulcral, un reptil sabia que debía hacerse para cazar a su presa, y el silencio era su arma.
Envy ato su propia cola al borde del hielo donde se encontraba, y se dejo caer lentamente moviendo su musculoso cuerpo para evitar roces con la pared, de hecho casi lo consiguió, un leve rose la mantuvo en alerta, pero su presa estaba demasiado ensimismada como para detectarla.
siguió deslizándose hasta encontrarse con su regalo, pues ella estaba justo debajo , de hecho si no tuviera el cuello en forma de "S" sus cabezas habrían chocado.
ella naturalmente desconocía que tenia una serpiente encima, pero eso solo indicaba cuan buena cazadora era, era algo que no tenia que envidiar de nadie.
El poder de la joven podría suponer un problema, pero Envy estaba segura que su empezaba a comérsela desde la cabeza, la sorpresa el miedo y la asfixia impedirían que usara su poder correctamente.
la serpiente abrió su boca, pero no para atacar, estaba midiendo a su victima, al parecer iba a caber muy justa, probablemente le causara rozaduras, pero la serpiente se dijo a si misma que seria un dolor placentero pues le recordaría el sabor de la joven.
Y cuando todo parecía perfecto, una gota de saliva cayo sobre su presa, ya no podía esperar mas si quería tener una presa fácil.
Y se abalanzo.

Frost abrió la boca y dejó ver una larga hilera de dientecillos afilados cuando el brujo apareció. Entró dentro de la hueca cabeza del Golem y se asomó por la otra cuenca vacía. Era un espectáculo curioso, bastante cómico, pero a Marshmallow no le hacía gracia tener a la bola peluda dentro de la cabeza, y el armiño tampoco parecía dispuesto a abandonar su improvisado fortín, que ya de por sí parecía bastante amenazante. Tenía la esperanza de estar lo bastante alto como para que nadie se acercase, aunque no dudaría en repartir mordiscos a diestro y siniestro… Pero Frost estaba a salvo. Se rascó la naricilla rosada con una patita, y volvió a clavar sus ojos negros en el humano, para después estirar el cuello al ver aparecer al tipo de los escarabajos. Lo escrutó, vacilando sobre si bajar o no, por si acaso tenía más comida para él. Por desgracia, no pareció prestarle mucha atención, por lo que se hizo un ovillo dentro del ojo, haciendo parecer al Golem tuerto.


Esperaría hasta qué se fuesen para salir de nuevo, de todos modos no confiaba en que nadie hallase esa habitación, aunque sus andares nerviosos parecían demostrar todo lo contrario. Elsa caminaba de un lado a otro, cavilante y taciturna. No era una actitud muy valiente, pero ella no se caracterizaba precisamente por poseer dicha virtud  sino todo lo contrario. El miedo la hacía más cobarde aún, replegándose sobre si misma para evitar al resto.

¿Realmente estaba segura? Empezaba a planificar a duras penas una nueva defensa para volver el palacio inaccesible a todo el mundo, preguntándose si sería capaz de reproducir versiones de Marshmallow más feroces y territoriales. No estaba segura de cómo se hacía, pero pensaba poner en marcha ese proyecto tan pronto como fuese posible. Si no era capaz, tendría que escapar de nuevo, a otra montaña tal vez, pues estaba claro que no estaba preparada para volver a tratar con personas. Posiblemente no lo estaría nunca si dejaba de lado las clases, pero, ¡Diantres! No iba a poder seguir con ellas, no ahora. Ojalá pudiese volver atrás, pero era imposible. Su único contacto con el mundo exterior era Noligma, pero… ¿Renunciar a su única compañía de forma tan gratuita?

-“No,”-Se obligó a pensar-“Renunciaré a más sufrimiento”-Respiró hondo. Los hechos hablaban por sí solos, no necesitaba más evidencias para dar peso a sus argumentos mentales, aunque le costaba dominar una pequeña parte renegada que se resistía-Esto... Esto no puede funcionar. Esto NO va a funcionar-Ni siquiera sabía si Master había dicho la verdad o sólo pretendía reírse a su costa. Todo el mundo se portaba cruel con ella, que sólo quería poder vivir tranquila. ¿Es qué se notaba tanto que...? ¡Imposible! Elsa era la reina de las apariencias, nunca nada que la perturbase salía a la luz en sus gestos... O eso había pensado siempre. En el fondo temía que fuese ciert… ¡Basta! ¿Como iba a saberlo? Su inexperiencia propiciaba qué aquel comentario moldease sus emociones, posiblemente lo qué creía estar sintiendo no era más qué un vacío residual provocado por su guardia baja. Igual no pasaba nada, igual solo estaba confundida... Bueno, eso saltaba a la vista.

Echaba de menos su cama, enterarse bajo las sábanas para olvidarse de las cosas que la afligían... O un buen tazón de espeso chocolate caliente, para subir el ánimo. Echaba de menos observar a Anna desde la ventana, haciendo de las suyas y anhelando unirse a ella. Echaba de menos una relación de hermanas, compartir confidencias y secretos. También a sus padres, sus únicos consejeros, conscientes de su condición, y los odió por haber muerto y dejarla más sola aún, abocándola a hacer tonterias que de ningún modo se hubiese atrevido sin apoyo.

-“Se puede luchar contra el destino hasta cierto punto, pero el mío es estar sola”-Esa realidad era indiscutible. Se abrazó a sí misma, sintiendo el frío que había en su interior, cuando notó la humedad que caía por su mejilla abajo. La reina palpó su pómulo, aturdida. No estaría llorando, ¿Verdad? Sus dedos acariciaron el líquido, demasiado espeso y resbaloso como para ser lágrimas, y oscilante alzó la cabeza hacia arriba por mero instinto. Un hondo vacío colgaba sobre su cabeza, de color rojo oscuro que se volvía negro en las entrañas, con una abertura coronada por afilados dientes como cuchillos, prestos a desgarrar la carne y dejar que esta se perdiese en sus entrañas. Elsa chilló cuando lo notó caer sobre ella, y trató de correr hacia un lado, tropezando con su propia capa vaporosa, que se enredó entre sus piernas demostrando que la belleza y la funcionalidad no iban de la mano con su atuendo. Oyó un pequeño “crack” mientras resbalaba, seguido de otro más sonoro que la hizo volver a gritar. A un lado, el tacón de su zapato se deslizaba por el hielo, mientras ella caía en dirección opuesta con una fuerte punzada en el tobillo derecho. Estaba claro que los tacones no servían para correr, y menos si se hacía con prisas.

¿Qué demonios era eso? El dolor la hizo rodar por el suelo, arrastrándose en mitad de su propia confusión, volviendo la vista atrás sólo para ver como la sierpe caía sinuosa en el lugar que ella antes había ocupado. Golpeó el suelo con el puño desnudo, provocando que una cúpula con forma de ola surgiese en el espacio que la separaba de su atacante, rodeándola por completo hasta que apenas quedaba espacio para entrar o salir de ella. La reina se pegó contra la pared opuesta, observando desde la cápsula traslucida lo que había fuera, y notando como en sus dedos aparecía una forma fría y afilada, impulsada por su miedo, ¿Un estilete de hielo? Lo sostuvo frente a sí, pegándose más contra el muro circular, dispuesta a usarla si la humilde bóveda fallaba en su cometido y el reptil insistía en su ofensiva homicida.

-shsshhsshhh!!!

¡había fallado por muy poco! la suerte de la humana la había salvado de un golpe fatal.... ¡¿por que ella tenia suerte y ella no?! por que sus bonitos zapatos se habían roto justo en el momento oportuno.... ¡¿por que ella tenia pies para usar zapatos y ella no?!

Su odio crecía con su envidia aumentando su locura.

Ella era la causa de todos sus males, a pesar de haberla conocido hace apenas un rato, podía sentirla viva y asustada, cuando debería estar muerta y en su estomago.
El hielo se formo a su alrededor como si quisiera encerrarla ¡que se lo tenia creído la humana!

Envy forzó y golpeo con su dura cabeza el hielo, creando un timbre sonoro bastante particular.
Pero aunque el hielo se fragmento, pero no sucedió nada no conseguía romperlo.
Fue entonces cuando "el" acudió a ella, todas las mascotas lo conocían, pero no querían hablar con el, no obstante Envy a diferencia de sus hermanos, no hacia oídos sordos del todo, siempre una parte de ella lo escuchaba.
Escucharle y hacerle caso era una gran diferencia, nunca había cruzado esa linea, y si lo hacia la destruiría, pero en su locura, en su ataque de celos, la serpiente no atendía a razones, solo necesitaba poder para romper el cristal y acabar con la patética vida de esa mujer.
Y por eso era capaz de dar cualquier cosa, incluido su vida.

La serpiente se contrajo en si misma enrollándose, mientras el hielo de la cúpula se volvía negro.

Aparentemente tras el hielo, nada se movía...

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Noligma no paraba de ir para arriba o para abajo, ¡¿donde estaba Elsa?! para ser un simple castillo de hielo era un lugar muy laberíntico, y el no tenia olfato de serpiente para perseguirla allí donde fuera.
-¡¿donde estas Elsa?! ¡por favor ten cuidado... ¡¿...?!
Noligma se detuvo de repente como si sintiera un dolor muy agudo en el pecho, solo recordaba un dolor parecido antes... cuando Wrath...
-Envy... menos mal...
si Envy estaba muerta Elsa tenia que estar viva ¡¿no?! aunque era raro, cuando su enlace se rompió con Wrath, fue bastante doloroso, la perdida de Envy resultaba mas como quitarse una aguja clavada, alivio y dolor a partes iguales.

-no puedo detenerme, debo encontrarla...

Noligma siguió corriendo por esos laberintos sin saber adonde le llevarían.
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Master reparo en el animal dejaba de atenderlos y se enroscaba, lamentablemente no era momento de repartir bichos.
Simplemente se quedo observando al Golem, pues quisiera o no, esa criatura estaba unida a elsa, si ella corría peligro, esa cosa debería saberlo antes que nadie, y no andaría a ciegas como Noligma.
¿no? de no responder ante el peligro de su ama, significaría que su creación no estaba unida a Elsa, lo que significaría que ella había creado un ser individual... pero eso era imposible, los a manos de los dioses ¿no?

Una perturbación lo saco de sus ensoñaciones, le daba la sensación de que el ambiente estaba mas frió que antes ¿era posible? estaban en un templo de hielo, claro que hacia frió, seria la brisa...
pero vuelve a pasar, pero esta vez los espíritu le hablan, no con palabras, pero son oscuras las cosas que oye, algo muy malo estaba sucediendo y no sabia el que, ninguno le decía nada de utilidad.
-Smarchallow, deberíamos acercarnos... sospecho que van a necesitarnos.

Elsa subió el estilete a la altura de su pecho, colocando la punta hacia fuera sin dejar de encogerse sobre sí misma. Se obligó a cambiar su postura, ahogando gemidos de dolor al mover el tobillo, cuando un sobresalto estuvo a punto de hacer que su corazón saliese disparado de su pecho. La sierpe golpeaba implacable la cúpula, y ella se apartó de la zona que comenzaba a resquebrajarse con el impacto que buscaba romper su escudo.

-¡Lárgate!-Chilló. Apenas si podía permitirse un momento de lucidez en semejante estado, ¿Cuántas veces iba, en lo que llevaba de semana, que trataban de atentar contra su vida? Pero, un momento, ¿Esa no era la serpiente que había salido del abrigo del brujo? La reina apretó la mejilla contra su propio hombro, sin lograr poner en orden sus ideas, preguntándose por qué demonios la atacaba. Nada tenía sentido, pero estaba claro que el animal no buscaba limitarse a hacerle cosquillas, pues sus intenciones parecían claras como el agua, o como el hielo, en ese caso. Si se trataba de algo fortuito o premeditado, eso ella no podía saberlo. ¿Por qué todo el mundo la quería muerta? ¿Qué mal había hecho? Las manos le temblaban, y el trozo de hielo filoso lo hacía con ellas, comprendiendo que si la atravesaba no tendría más remedio que tratar de protegerse. Era su vida o la de ese monstruo… Pensó entonces en las palabras de Master: Si el reptil moría, con el lo haría una parte del brujo. No era un pensamiento cómodo, pero en semejante punto crítico, Elsa no podía permitirse pensar en las consecuencias, y menos si sospechaba que el ataque era una orden de Noligma… Los sirvientes siempre obedecen los mandatos de los amos, otra explicación lógica no había.

Se detuvo, para su sorpresa, pero lo que sobrevino fue incluso peor… Oscuridad. La reina apenas se permitió un tímido titubeo, mientras sus cejas se contraían hacia arriba dibujando una mueca de puro miedo al no comprender que era lo que pasaba, volviendo a gritar hasta quedarse sin aliento.


Marshmallow intentó meterse un dedo en el ojo, para echar a Frost de la cuenca. De un manotazo lo dejó caer al suelo, pero por suerte el animalillo era ágil, pues no en vano se había criado en estado salvaje y estaba preparado para los improvistos. Cayó sobre sus cuatro patas, mirando con aturdimiento a su alrededor, antes de escabullirse, escalando por la baranda hasta perderse de vista, demostrando que sabía largarse cuando no se le quería en algún sitio. Mejor así, el cuerpo helado del Golem había empezado a llenarse de pelo blanco allí por donde había permanecido el armiño, y eso no le gustaba en absoluto.

Miró a Master, frunciendo el ceño. A Marshmallow le costaba un poco entender a las personas, pero se defendía más o menos… No obstante esta vez intuyó con mayor claridad el alcance de sus palabras, lo cual se acentuó al escuchar el grito de Elsa, o al menos eso creyó. Con un gruñido sonoro, la mole de nieve se encaminó con determinación, avanzando todo lo rápido que podía con sus andares desiguales, buscando por puro instinto el lugar donde creía que se hallaba la reina, como si intentase llamarla con el grave berrido que brotaba de sus fauces, en las cuales empezaban a surgir dientes de hielo, similares a las púas que asomaban lentamente por su espalda. Algo no iba bien. No era muy rápido, sin embargo podía orientarse con mayor facilidad por el palacio, como si hubiese vivido allí toda su vida… O buena parte de ella, ya que apenas tenía unos días. Su avance era contante e implacable, abriéndose paso a través de los portones en busca de la reina, hasta que finalmente dio con un par de hojas demasiado grandes, que empezó a empujar con sus garras hacia dentro.

Yer Noligma se detuvo de improvisto, el hielo delante de el se estaba volviendo negro , com osi alguna sustancia tiñera el agua congelada.
Noligma vio que el color no seguia avanzando, pero teñia toda una habitacion por lo que no dudo en dirirgirse a esa habitacion.

¿que estaria pasando?
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La oscuridad la poseia, la envargaba y la cambiaba, muy pronto fue lo bastante fuerta para romper en mil trozos el hielo que le aprisionaba, vio a su presa embargada por el miedo a la oscuridad que empezaba a teñir el hielo, ya no iba a ser una amenaza.
su voluptuoso cuerpo repto hacia ella, y con gran satisfaccion agarro con sus manos su cuello
¡si! ¡sus manos! eran palidas y hermosas, tenian un caracter salvaje y indomito que ella valoraba positivamente, pero no era lo unico que tenia ahora que antes no tenia, se tuvo que apartar el pelo para contemplar el miedo de su victima, y sonrio mostrando sus colmillos de serpiente.
La estrangularia hasta la muerte, veria como la vida se apagaba en aquellos ojos humanos casi perfectos, el hielo empezo a crecer en su mano, pero no dejo de apretar.
Se habia vuelto casi insensible al dolor, casi no tenia ninguna pena, exepto la necesidad de placer de ver muerta a aquella joven.
¡¿por que?! ya no lo sabia, ya su mente no funcionaba igual que antes, no razonaba no ponia cercionarse de que la hacia hacer aquello.
¿en que se habia convertido? no se lo preguntaba.

Envy:

Envy acerco su rostro al de la joven, extrañamente tenia ganas de besar esos labios en un beso mortal.
Pero una luz cruzo la oscuridad y la golpeo en el costado, dolor, un dolor ardiente y agonico la golpeo, soltando a su victima y retrocediendo, ero una nueva bola de fuego la golpeo
-Atras Envy... o te destruire
envy intento hablar, pero solo le salio un siseo agonico ininteligible.
-no se si eres una lamia o un demonio... pero ya no eres Envy, y no vas a hacerle daño a Elsa.
Envy sentio perder el sentido de la cordura ¡¿monstruo?! como osaba! despues de todo lo que habia hecho por el, por su amado, lo habia protegido y admirado, ella le habia calentado en noches frias y se habia comido las hadas que tan poco le gustaban, eliminado roedores y mayordomos entrometidos.
y ahora que lo salvaba de esa bruja ¿renegaba de ella?
Envy dejo a elsa olvidandose completamente de ella y encaro al brujo
-eso! ven a por mi engendro!
Noligma fue a lanzar una bola de fuego, pero la serpiente movio rapidamente su cola tirandolo al suelo, enrollandose en el y viendo como perdia el aire de sus pulmones.
Noligma era un brujo muy poderoso, pero sin aire en sus pulmones, no podia hablar, ni lanzar hechizo, ni mucho menos escupir fuego.
Noligma golpeaba con los puños arañaba, incluso trato de morder, pero todo era inutil.
Envy acerco su torso humano hasta el, y metio sus manos en su cabeza liando sus dedos con sus cabellos negros, siempre habia querido hacer eso.
luego refugio el rostro del joven en su pecho desnudo, mientras aun gimoteaba y luchaba por respirar, podia sentir su miedo su horror, su necwsidad de vivir.
Pero pronto todo acabaria, para los dos, envy habia luchado toda su vida por ganarse el amor prohibido de su amo, no sobreviviria despues de su muerte. Pero no podia perdonarle que hubiera decidido ambiarla por otra.
Y hay moririan los dos, entrelazados en una abrazo "romantico" hasta la muerte.
¿existia una muerte mejor que esa? envy no podia preguntarselo, estaba absorvida en la oscuridad que la vio nacer.

El hielo se quebró en añicos, y Elsa notó como algunos de los trozos afilados rasgaban la piel de los brazos, con los cuales trataba vanamente de protegerse. Algo se cernió a su cuello con fuerza, obligandola a exhalar el aire que quedaba en sus pulmones con un gemido. La rubia agarró aquello que pretendía su muerte, con el desesperado intento de alejarla de sí a base del frío; su vista empezaba a nublarse por la falta de oxígeno y creyó estar alucinando al notar que lo que apretaba contra su garganta eran dedos, y no el resbaloso cuerpo de una serpiente. Era una mujer de pupilas rasgadas, en las cuales se leía con claridad meridiana que no iba a detenerse; sin embargo su cuerpo caía sinuoso, de cintura para abajo, con la inconfundible terminación de una sierpe. ¿Estaría su cerebro tan dañado por la falta de aire que empezaba a imaginarse cosas? El instinto de supervivencia la hizo agarrar con temblores el estilete, que amenazaba con resbalar de entre sus dedos a falta de una orden concreta, mientras buscaba a tientas clavárselo a la mujer en cualquier lugar que asegurase su liberación. Pero la soltó antes de que el amago cumpliese su promesa. La rubia se desplomó hacia un lado, cegada por un destello, colapsada y boqueando como un pez fuera del agua, presa de un fuerte mareo que hacía que la habitación diese vueltas a un ritmo vertiginoso, provocándole una terrible jaqueca. Por un momento pensó que sus pulmones vacíos no iban a tolerar más oxígeno, y que sufriría hasta morir a causa de las secuelas, pero el aire volvió a correr con dificultad, agitando lastimosamente su pecho en un vaivén acelerado, observando con los ojos entrecerrados a causa del esfuerzo, como la criatura envolvía el cuerpo del brujo.

Tratar de ponerse de pie era bastante doloroso. Su tobillo no había comenzado a hincharse todavía, pero la rubia sospechaba que no tardaría en hacerlo, por mucha nieve que hubiese a su alrededor. Cualquier intento de ignorar la confrontación caía en saco roto. Simplemente no podía. Su rostro era una mueca de desesperación e impotencia, y aunque quería girar su rostro hacia un lado para no tener que mirar, le resultaba una tarea imposible. Por alguna razón, unas punzadas en su estómago revuelto le advertían de que aquello que presenciaba era demasiado íntimo, y el color que pintaba sus mejillas podía deberse al sofoco o a la vergüenza… Pero por otro lado sabía que Noligma se debatía entre la vida y la muerte y que posiblemente fuese cuestión de tiempo que todo terminase, perspectiva que la hacía volver a la dolorosa realidad.

-“Después vendrá a por mí otra vez”-Pensaba, sintiendo como la garganta se le cerraba al evocar esas manos asesinas que habían acariciado su cuello con la llamada de la muerte. Ese era un buen momento para huir y olvidarse de los problemas, pero, ¿Qué vendría después? ¿Remordimiento? ¿Pérdida? Pretendía convencerse de que ya estaba acostumbrada, y esa experiencia le serviría para que en su cabeza entrase definitivamente la idea de que aislarse era lo más acertado que había hecho en su vida. Permitir venir a Noligma había sido un error, y ahora iba a morir por ello. No podía estar cerca de nadie, nunca. Esconder la cabeza bajo un agujero como si fuese un avestruz, esperando que todo pasase lo antes posible, no era la mejor filosofía del mundo, pero le bastaba para sobrevivir y escapar de cualquier sentimiento que la atase al resto. Una dirección lo determinaría todo, sólo tenía que huir. No podía estar tan loca como para quedarse allí, era lo mejor en cualquier caso. Elsa se giró, sintiendo el dolor en el tobillo como un jarro de agua fría. ¿Huir otra vez? ¿Enserio? Se tapó los oídos, pero era imposible escapar de su línea de pensamientos, que caían acusadores con una culpabilidad hiriente. Bajó la mano y palpó su propio cuello, que seguramente ahora presentaría las marcas de aquellos dedos inclementes, que hubiesen acabado con ella sin dudarlo…-“Sólo es un pago de deuda”-Se aseguró-“Sólo eso. Mi vida por la suya... Y sólo si lo consigo. Si no...”-Dio la vuelta trabajosamente, crispando los dedos mientras buscaba un punto clave en el que apartar a la bestia del brujo sin dañarle. Las chispas saltaban, ansiosas por escapar como una avalancha, pero no lograba hallar un punto concreto, ni ninguna forma de sacarle de encima las asfixiantes ataduras sin hacerle daño. Su control no era tan grande, y menos en semejantes situaciones de crisis, donde el agobio era una poderosa arma en su contra, por lo que debía acercarse aún más -“No puedo”-Temblaba de arriba abajo, por dolor, por miedo, por incapacidad. ¿De que servía su poder si no era capaz de usarlo para protegerse a sí misma ni al resto? En su otra mano aún llevaba el estilete. Apretó los dientes, sin poderse creer que fuese a hacerlo de nuevo, esta vez de forma consciente y deliberada, sin culpabilidades que se anticipasen en su estómago, revolviéndole las tripas sin piedad. Había intentado matarla, y ahora se ensañaba con el brujo… No en su castillo. Ese ser no era un hombre, ni siquiera una mujer, aunque lo pareciese, era un monstruo, si verdaderamente había derribado a Noligma y pretendía matarlo. A trompicones, se abrió paso hacia delante alzando la punta brillante y afilada, apoyándose contra el suelo cada vez que perdía pie. Estaba demasiado cerca… Temió haber captado su interés, pero la lamia parecía absorta en su abrazo mortal, y Elsa apretó las manos en torno a la hoja, cortándose sin querer mientras cerraba los ojos y la dejaba caer sobre su nuca, hundiéndola en ella hasta que sus nudillos rozaron la base del pelo de la forma femenina, ejerciendo mayor presión mientras se mordía la lengua y se llenaba las manos de su sangre.


Marshmallow había llegado un poco tarde, aunque no demasiado. Las puertas cedieron bajo su empuje incansable y finalmente el hueco fue lo suficientemente grande como para poder pasar sin problemas por él. En mitad de la confusión y el caos, fue capaz de encontrar a la reina arrodillada en el suelo y corrió tan rápido como pudo a su lado. Sus garras trataron de agarrar con delicadeza su brazo, sumamente pequeño en comparación, y dio un respingo cuando notó un calambre helado que sacudía su mano. Los ojos de Elsa estaban muy abiertos, como si fuesen a salirse de sus órbitas, pero su expresión se suavizó un tanto al descubrir que era él quien la socorría, y su intento de ataque desapareció por completo. Rodeó con los brazos la mano de Marshmallow, sorteando las esquirlas de hielo que lo adornaban como un escudo, hundiendo el rostro en él.

Noligma estaba aterrado, veía la oscuridad de los ojos de aquella "mujer" ojos rasgados como los de envy, en ellos le pareció ver la muerte misma, pero era estúpido pensar eso ¡El era Yer Noligma! ¡una simple lamia no podía derrotarlo!
No obstante sin su capacidad de lanzar hechizos, su capacidad de defenderse y salir con vida disminuyeron dramáticamente, es mas se estaba asfixiando, ni siquiera se debía a que tuviera las vías respiratorias taponadas, simplemente el abrazo mortal impedía a su pecho expandirse para recoger aire.
Noligma intento concentrarse en cualquiera de sus otros poderes, pero nada le servia.
¿habría llegado la hora? no, no podía usar "eso" no allí... ademas... seria como morir.
La serpiente termino su abrazo con su parte femenina, Noligma recordó las muchas veces que había dicho en broma que si tenia que morir fuera entre los pechos de una mujer... ¿quien diría que se iba a cumplir (si es que a “eso” se lo podía llamar mujer) y que no le iba a hacer ninguna gracia?
Pronto los pensamientos se mostraron inconexos, su mente fue consciente de que estaba perdiendo el sentido.
Noligma intento un ultimo intento que solo logro apartar lo suficiente a la chica para ver como se acercaba tambaleante Elsa
"no he sido capaz de protegerla... he fallado"
y esos fueron sus últimos pensamientos de su mente racional

Mente oscura:

Noligma respiro forzada mente, sintiendo cada partícula de gas que entraba en sus pulmones, envy acababa de soltarlo para llevarse las manos a su cuello de donde surgía una punta de un vidrio rojizo oscuro... no espera eso era la sangre... había mucha sangre.
Envy se retorció peligrosamente, sus movimientos podrían hacer daño a Elsa que no estaba muy lejos.
Con dolor atroz Noligma lanzo un ultimo conjuro, y una bola de fuego golpeo a Envy en el viente humano, y corrió por su piel como si fuera pólvora, incluso por un momento, envy parecia consiente, y movio sus labios en una palabra que no tenia sonido.
Seria por el daño cerebral de la asfixia, pero juraría que pretendía decir : “te quiero”?
Su piel y carne ardieron mientras su cuerpo no paraba de desprender las partes carbonizadas en forma de ceniza.
Por un momento Noligma pudo ver sus huesos, y la carabela en gesto de grito silencioso, antes de que terminara disgregandose como si fuera arena, cayendo al montón de ceniza que antes era ella.
Noligma semi enterrado en ceniza se rindió al cansancio y volvió a perder la conciencia.
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Master vio como Marshallow se ocupaba de Elsa y el se acerco a Noligma, estaba inconsciente, con un polvo negruzco que se había depositado en su cuerpo.
el hielo había recobrado su color natural, por lo que muy pronto las cenizas quedaron bastante evidentes en relación al hielo que lo rodeaba.
Con un Breve hechizo recogió hasta la ultima mota de ceniza en un frasco, Noligma seguramente querría mantenerlas, y si no, seguro que Elsa no querría que quedara nada de ella en su castillo.
Lamentablemente no podía hacer lo mismo con las manchas de sangre oscura, Elsa tendría que aprender a vivir con ello.
Examino a Noligma y lo descubrió en un estado catatónico, pero estable... es mas no parecía haber perdido nada importante... pero ¿Envy no era una parte de el al fin y al cavo? Como pudo una parte de si mismo atacarse y intentar matarte? N
para Master no tenia sentido, pero cuando olio aquellas cenizas, le pareció que había algo mas... algo que no era natural, una fuerza oscura ¿pero que seria?

-maestro...
Master miro a Nolig,ma que estaba despierto, aunque habría jurado que estaba inconsciente apenas unos segundos
-dime Noligma...
-debo pedirle un favor... uno muy grande.