Rescatando a doncellas, o brujas (libre)

-¿Ladrona?-Replicó Gretel con incredulidad, alzando una ceja. La habían llamado muchas cosas a lo largo de su vida, pero eso de ladrona era toda una novedad-Por favor, ¿No sigas, quieres? Vas a hacer que me sonroje-Dijo con sarcasmo, sin dejar de apuntar a ninguno. Gretel chasqueó la lengua con irritación-¿Bruja? ¿Yo? Muy buena esa, salvo por el detalle de que yo las mato, y nunca me relacionaría con las de esa calaña-Omitió ciertos detalles que no eran de interés para ellos, como el hecho de que la magia corría por sus venas a causa de su ascendencia materna, y la posibilidad de realizar pequeños hechizos que complementaban sus habilidades físicas. Arrugó el ceño con aspereza.

-¡Oh, vamos!-Protestó Anna-¡Todo esto es absurdo!-Ni siquiera se conocían y ya se peleaban, parecían un matrimonio o algo por el estilo.

-¿Megara?-Repitió Gretel-No intentes distraerme...

-¡Parad ya!-Exigió la princesa-Aquí no hay ninguna bruja, las brujas no existen-Aseguró. Leanna frunció el ceño con irritación, pero decidió que no iba a decir nada más al respecto, ya que cualquier cosa lo empeoraría.


La encapuchada pelirroja sonrió.

-Adelante-Dijo ladina-Atácanos-Instó, tentando a Gretel.

Off:

Off: Bueno... ¡aún tenemos al gato!

¡Y lo niega! Como me enojo al verla negarlo, ¡ya que el mapa era mío! Digo, es, que de alguna forma lo recuperaré. Creo.

- ¿Bruja? ¿Yo? Muy buena esa, salvo por el detalle de que yo las mato, y nunca me relacionaría con las de esa calaña.

- ¿Matas a brujas? -exclamo asustado de veras, ya que, si logra matar brujas, ¿qué no le hará a un poney con forma de humano? Miro temeroso hacia mi guía-hacia-Megara, ya que de todos los presentes, al ser ella una bruja, es quien más corre peligro frente a la cazadora Gretel.

- ¡Parad ya! Aquí no hay ninguna bruja, las brujas no existen. -Escucho a la pelirroja, sin embargo, mi lengua no se ha asustado lo suficiente como para quedarse quietecita dentro de mi hocico:

- Bueno, yo conozco algunas brujas, y son bien reales. -entonces le digo a Gretel- ¡Y no hay motivos para quererlas muertas!

- Adelante. Atácanos. -dice la pelirroja, ¿asumiendo que también es una bruja? ¡Vaya sorpresa! Al final, ¡creo que todas lo son!

Lo raro es que el gato, libre cuando Gretel guarda mi mapa y apunta un puñal hacia la chica de trenzas, se dirige hacia la chica que está al lado, rozando sus piernas:

- ¿Otra bruja? -miro hacia ella sorprendido, sin fijarme que la primera ha ocultado sus manos en sus espaldas, y ha empezado a crear una bola de luz.

Spoiler:

¡Diantres! ¿Pero que pasaba allí? ¿Se habían vuelto todos locos o que? Anna no lograba comprender nada en absoluto, aunque después de su encuentro con los circenses debería haber asumido que nunca nada era lo que parecía, y que por extensión tampoco podía fiarse de los desconocidos. Pero la princesa no aprendía, y posiblemente no lo haría nunca. Su prioridad en ese instante era recuperar el hilo de los acontecimientos, pues empezaba a sentirse perdida y fuera de lugar, en mitad de una maraña de caos que se había formado sola.

-Si insistes-Dijo Gretel seriamente, puede que con algo de arrogancia. No le gustaban ninguno de los presentes, pero no podía arriesgarse a dañar a la persona equivocada, o la auténtica bruja podría aprovechar esos instantes para escapar. ¿Cuál? Todos eran sospechosos por igual.

Anna entonces, imprudentemente, se lanzó contra el mapa que colgaba del cinturón de la cazadora. Ese dichoso papel era el que lo había empezado todo, y si lo recuperaba, tal vez pudiese negociar algo... No estaba segura. Accidentalmente, pisó la cola del gato, que había terminado en el suelo por algún motivo, y chocó contra el vientre de la mujer, la cual trató de esquivarla, disparando accidentalmente una flecha hacia el cielo oscuro.

La bruja vio su oportunidad en ese momento en el que su víctima se abalanzó contra Gretel, percatándose de que ninguna de las dos se hallaba lo suficiente pendiente de sus acciones, y llevó sus manos hacia delante, donde el leve fulgor de la bola mágica empezaba a cobrar la forma de un ataque mortífero. En vista de lo sucedido, supuso que el hombre no le pondría problemas, pues había denostado enemistad frente a las otras dos. Preparándose para su ataque, la bruja sonrió con perfidia.

-Por la madre noche...-Susurró antes de disponerse a lanzar el ataque.

Off:

Off: ¿Yo? Pues...

- ¡No! -exclamo asustado al ver que Gretel empezará a dispararnos, siendo la primera la pelirroja de trenzas, ¡quien se tira en contra de ella! Miro hacia la bruja que me guiará a Megara, quien me sonríe de lo más contenta. ¿Por qué? Entonces el chillido de la chica que llegó con la chica de trenzas me distrae, y veo como ella se asusta porque el gato ha saltado sobre ella.

Entonces...

¡Veo mi mapa en manos de la chica de trenzas! Sin pensar un segundo, voy rápido cual un rayo a recuperarlo, ya que de sus manos debería ser más fácil (por lo menos más fácil que quitarle de manos de Gretel).

Como le doy la espalda a la bruja, no veo cuando ella lanza la bola de luz, por lo que sólo Leanna (y quizás Gretel) pueden ver cuando esa energía mágica choca con la pala que llevo amarrada a mi espalda:



¡Lanzo un relincho de muchos decibeles antes de caer desmayado! Si no fuera por la pala, ¡hubiera muerto! o.0

-¡Anna!-Bramó la pequeña Leanna. En ese instante se percató del movimiento imprevisto de la bruja provocó que abriese sus ojos grises de par en par-¡CUIDADO!

La pelirroja se giró alarmada, logrando agarrar en sus manos el mapa, arrugandolo en sus dedos. Aprovechando su distracción, Gretel le propinó un fuerte puñetazo en la mandíbula, y Anna se tambaleó con violencia, tirando del cuello de cuero de la camisa de la cazadora, quien a su vez observó como el hombre cargaba contra ellas. La princesa terminó en el suelo de forma brusca. Con la rapidez de quien ha hecho eso muchas veces, la morena preparó la ballesta y apuntó hacia el, con claras intenciones homicidas... Entonces el se desplomó en el suelo tras una explosión cegadora.

La mujer de la capa permanecía detrás, con la mano en alto aún humeante.

-El no debía haberse interpuesto-Dijo con voz carente de emociones, con un tono monótono y aburrido que precedía a una siguiente carga de poder-Ahora alguien más habrá de caer-Anunció, preparándose para lanzar un nuevo ataque. La misión estaba en peligro por culpa de esa cazadora, y tenía que eliminarla. Los tatuajes brillaban sobre su piel mortecina y su magia hizo que la ballesta saliese disparada, estrellándose contra un árbol-Lo siento por ti-Dijo, preparándose para lanzar su fuego contra ella. Agilmente, Gretel se vio obligada a rodar hacia un lado, mientras la hechicera lanzaba sus ataques mortales en mitad de risas divertidas. Su ballesta no andaba lejos... Debía recuperarla.

Pero estaba acorralada. Escupió a los pies de la bruja cuando esta la miró desde las alturas, y se preguntó donde diantres estaría Hansel... Cuando la bruja gritó al recibir un golpe de laúd en el hombro.

-Tu...-Se giró hacia ella. Agarró a Anna del cabello, disponiéndose a lanzar otro conjuro mortal contra ella, cuando alguien dió un toque sobre su hombro. La bruja se giró y en ese preciso instante, un fuerte derechazo la hizo tambalearse.


-¡Bruja!-Bramó, encajándole otro golpe en el vientre. La empujó y cayó a horcajadas sobre ella, apretando sus manos contra el suelo para inmovilizarla-¡Cuerdas y mordaza!-Gritó a Leanna-¡AHORA!

La niña se apresuró a rebuscar en el morral de la cazadora, que permanecía en el suelo, sucio de polvo del camino, y rápidamente cogió aquello que se le había ordenado, entregándoselo a Gretel, la cual se afanó en terminar de inmovilizar a la hechicera, propinándole una patada para evitar que se moviese.

Anna escupió sangre a causa del golpe, y se incorporó.

-Muy bonito-Espetó-Casi nos matan por vuestra culpa. Espero que estéis satisfechas. Voy a interrogarla, quedaos quietas mientras tanto si no queréis que os ate también.

La cara de Leanna lo decía todo: Debían alejarse de aquella loca lo antes posible y olvidarse del asunto, pero la princesa no iba a darse por vencida fácilmente, si tampoco a marcharse por las buenas. En cierto modo, el hombre les había salvado. Se arrodilló a su lado y empezó a darle toquecitos el el hombro, y después a abanicarlo con el mapa arrugado.

Primero veo todo blanco, luego empiezo a sentir una quemazón en mi espalda... Desde lejos oigo una discusión, pero no tomo atención a nada, o mejor, empiezo a tomar atención a unos suaves golpecitos en mi hombro izquierdo. Y la quemazón en mi espalda.

¿Y brisa en mi rosto?

Abro los ojos, despacio, y al moverme, la quemazón en la espalda se intensifica. ¿Me quemo la espalda? Me levanto como si impulsado por un resorte, y empiezo a desamarrarme la pala, hasta que finalmente ella cae el suelo, con un sonoro ¡Plaft! (El miedo al fuego hace que cualquier caballo reaccione!) Como la camisa se ha quedado pegada a la espalda también, empiezo a quitármela, aunque hago muecas de dolor.

Recién entonces me fijo que tengo a la chica de las trenzas y la otra niña a mi lado:

- ¿Me he quemado mucho? -les pregunto, ya que no puedo observarme la espalda.

Entonces me fijo que la cazadora tiene a mi guía para ver a Megara totalmente amarrada:

- ¡Suélt... -iba a exigirle que la soltara, cuando el recuerdo del gran dolor en mi espalda me hace querer compreender qué ha pasado. Lo último que ví fue la cazadora apuntándome con la ballesta, justo antes de recibir ese golpe por la espalda... Las niñas estaban a mi lado, lo que sólo resta a...- ¿Qué ha pasado? -pregunto de nuevo, pero ahora mirando a la amarrada. ¿Fue ella quién me atacó?

Spoiler:

Iba a darle de nuevo un toque en el hombro, buscando que reaccionase, mientras se inclinaba hacia delante y sus trenzas le hacían cosquillas en la cara. De pronto, el hombre reaccionó súbitamente, provocando que la princesa cayese hacia atrás sobre su propio trasero, y observase como este se desprendía con pasmosa rapidez de la pala y la camisa que cubría su torno.

-Oh, vaya-Dijo Anna.

-No intentes nada raro-Advirtió Leanna, de forma protectora, echando un vistazo atrás y observando como la cazadora empezaba a interrogar a la bruja. Lo más sensato era salir de allí lo antes posible, sin embargo no podía dejar a Anna atrás. A veces, se sentía tentada de ello. Leanna amenazó al moreno con su espetón, por si acaso trataba de agarrar de nuevo a la joven princesa del cuello-O no vacilaré.

-No estoy segura-Replicó a su vez la pelirroja, ignorando el comentario de la menor-¿Nos has salvado, verdad?-Claro, no había otra alternativa.

-¡Silencio!-Bramó la voz de Gretel, unos metros a un lado, mientras reforzaba las ataduras de la bruja y sacaba un fajo de papeles de su faltriquera, indudablemente varios carteles de "Se busca". La mujer empezó a exáminarlos minuciosamente, buscando entre los dibujos la efigie de aquella a la que tenía prisionera, para decidir si le compensaría dejarla con vida o no... Dependiendo si averiguaba que por ella había recompensa.

-Te interpusiste cuando ella lanzó su ataque-Respondió de mala gana Leanna, reflejando que no se fiaba en absoluto de él, a pesar de sus nobles intenciones.

-Muchas gracias-Dijo Anna, confiada e ingenua a pesar de todo. Parecía mentira que momentos antes el la hubiese tomado como rehén-De no ser por usted, no podría seguir con mi viaje. Tome-Dijo, desdoblando la bola arrugada de papel que era el mapa que había encontrado, y tendiéndoselo amablemente-Es lo menos que puedo hacer...

- No intentes nada raro. -Me dice la niña sin trenzas, y la fiereza que advierto me hacen pensar que no dudará en meterme el martillo deforme en las carnes.- O no vacilaré.

Levanto un poco los brazos, ya que toda la situación, sumado al mareo y un zumbido como si tuviera abejas dentro de la cabeza, me hacen sentir algo indefenso.

- Te interpusiste cuando ella lanzó su ataque. -¿La salvé? Miro enojándome con la bruja en el piso, ya que al parecer tiene malas intenciones con todos los allí presentes. Lanzo un resoplido al constatar que, después de todo, es muy posible que tampoco me lleve con Megara...

- Muchas gracias. -dice de pronto la niña de trenzas, confundiéndome por completo:

- De nada. -digo por inércia (o por mi incapacidad de permanecer callado), aunque no muy contento de tener mi espalda doliendo por esa chica. Sin embargo, cuando ella estira la mano y me devuelve el mapa, es mi momento de tomarle la mano y balanzarla, olvidando que me pueden arponear de un lado o de otro, que la cazadora no se entretendrá eternamente con la bruja- ¡Oh Gracias a tí! ¡Ahora podré encontrar este tesoro y regresar a casa... -me golpeo la frente, soltándola de mi efusivo apretón de mano- Este... estoy hablando cosas sin sentido... Es la cabeza que me duele... No me hagan caso. -digo mientras me dedico a enrollar el mapa, y ahora, verificar que lo guardo bien en un bolsillo de mi pantalón.

Lo malo es que, cuando voy a tomar la pala del piso, recién me doy cuenta que está destruida e incapaz de utilizarse para cavar un hoyo:

- Pero... -murmuro apenado- Ni siquiera es mía... -¿Cómo devuelvo una herramienta así?

Anna frunció el ceño con confusión, sintiéndose agitada de un lado a otro por aquellos brazos fuertes. La verdad es que empezaba a marearla tanto bamboleo, y la cabeza le daba vueltas. Igual, las emociones fuertes del día iban a hacerla devolver.

-¡Ay!-Protestó. Cuando logró poner los pies en el suelo, se tambaleó, apoyándose en la niña para recuperar el equilibrio, mirando confusa al hombre que momentos antes la había cogido como rehén... Pero también la había salvado del ataque de aquella, ¿Bruja? La princesa frotó sus brazos y lo miró con cierta incertidumbre, soltando una risa infantil por lo bajo-¿No pensarás escarbar con las manos, no?-Preguntó. Leanna resopló hastiada por semejante falta de sentido común-Tal vez puedas comprar una nueva con ese tesoro-Sugirió-Sólo necesitarías...-Sonrió picara-Ayuda.

-¡NO!-Protestó la cria-¿Estás loca? ¿Te has dado un golpe o algo en la cabeza? Este tipo ha tratado de hacerte daño y ahora, ¿Tan amigos? ¿Pero tu en que demonios piensas?

Off:

- Perdón. -digo bajito, algo avergonzado por haber zarandeado a la muchacha.

- ¿No pensarás escarbar con las manos, no?

- ¡Ni que fuera un perro! -exclamo ligeramente indignado con la sugerencia, sin embargo, la chica me ignora y sigue hablando:

- Tal vez puedas comprar una nueva con ese tesoro. Sólo necesitarías... ayuda. -miro a la chica de trenzas, confundido entre que se ofrece a ayudarme o ¿sólo se burla de mí?

- ¡NO! -grita de pronto la chica que parece ser su guardaespaldas- ¿Estás loca? ¿Te has dado un golpe o algo en la cabeza? Este tipo ha tratado de hacerte daño y ahora, ¿Tan amigos? ¿Pero tu en que demonios piensas?

- ¡Yo no quise hacerle daño! ¡Sólo quise recuperar lo que es mío! -y apunto a mi mapa, el cual ahora está muy bien guardado en mis pantalones- Y ... -observo a la cazadora amarrando bien amarrada a mi ex-guía- Tendré que buscar ayuda en otra parte.

Me encojo de hombros, tratando de volver a vestir mi camisa, que está con un chamuscado en la espalda, antes de despedirme y seguir mi camino sin pala y tampoco fijándome si estoy en la dirección correcta, ya que la prioridad es... alejarme de todas ellas y sus problemas.

Lo malo es comprobar que quizás no todas las brujas son buenas... O peor, que todos tengan razón y sea Megara una gran y única excepción a la regla! Suelto un bufido al negarlo a mí mismo, ya que eso no puede ser verdad: No pensaré mal de las brujas sólo porque una casi..., pues, casi me quemó...

Spoiler: