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¿Llegaremos a la parte dos? (Privado)
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¿Llegaremos a la parte dos? (Privado)
Lugar: Castillos
Es extraño como todo parece ir más despacio cuando el juez emite de una buena vez su veredicto: Inocente.
Había sido el juicio más extraño de mi relativamente corta vida, y no estaba segura si esto era por el ahora tambiél llamado Roberts, por como sucedieron las cosas, o tal vez porque por primera vez sentía ese alivio desgarrador por saber a un aparente culpable a salvo. No podía expresarlo con palabras, pero ahi estaba.
Me alejé pronto de resto del gentio, a una velocidad que hasta a mi me resultaba lenta. Todo, desde el sonido a los habitantes del castillo, parecían estar en un letargo.
No estaba muy segura de acercarme, porque al final ahora sabía más sobre aquel que parecía tener una parte de mi... marino corazón. Pero por otro lado, a eso había venido. A verlo. Y me gustaba lo que veía, seguía siendo agradable.
Sin estar muy segura de qué hacer, me mantuve a una prudencial distancia, hasta que ese efecto de lentitud pareció pasar. Pronto me vi arrastrada a las afueras del castillo, sin poder gritar o hacer otra cosa que seguir la corriente. ¿Se habría dado cuenta de mi situación? Tal vez no...
Había sido el juicio más extraño de mi relativamente corta vida, y no estaba segura si esto era por el ahora tambiél llamado Roberts, por como sucedieron las cosas, o tal vez porque por primera vez sentía ese alivio desgarrador por saber a un aparente culpable a salvo. No podía expresarlo con palabras, pero ahi estaba.
Me alejé pronto de resto del gentio, a una velocidad que hasta a mi me resultaba lenta. Todo, desde el sonido a los habitantes del castillo, parecían estar en un letargo.
No estaba muy segura de acercarme, porque al final ahora sabía más sobre aquel que parecía tener una parte de mi... marino corazón. Pero por otro lado, a eso había venido. A verlo. Y me gustaba lo que veía, seguía siendo agradable.
Sin estar muy segura de qué hacer, me mantuve a una prudencial distancia, hasta que ese efecto de lentitud pareció pasar. Pronto me vi arrastrada a las afueras del castillo, sin poder gritar o hacer otra cosa que seguir la corriente. ¿Se habría dado cuenta de mi situación? Tal vez no...
Re: ¿Llegaremos a la parte dos? (Privado)
El juicio había pasado, finalmente. No tenía idea de cómo había sido en relación a otros, por la sencilla razón de que nunca había estado en uno anteriormente. No había existido uno cuando mi padre había muerto, no había existido uno cuando había matado a Rugen... Lo más parecido a un juicio que había experimentado antes habían sido los duelos, siempre más bien rápidos, terminando en apenas minutos, con la única excepción del que había tenido con Wesley, el anterior Roberts. De una forma u otra, se me había hecho interminablemente largo, no sólo por el proceso en sí, sino por ser consciente de la mirada en mi nuca de unos ojos que quería girarme a ver, a espiar bajo un flequillo rojizo.
Cuando finalmente terminó, mientras me llevaban a una sala aparte para liberarme con lo que me decían que era el procedimiento común y corriente, intenté verla, tan solo para alcanzar un fugaz vistazo de rojo saliendo por la puerta principal. Todo el procedimiento era estúpido, obtuso, desesperante. Apenas me dejaron salir casi corrí por los pasillos hasta salir del castillo, mirando a todos lados.
Ahí fue que la vi, ralentizándome un poco y avanzando paso a paso hasta ella. La alcancé, sin saber muy bien qué decirle, y toqué su hombro ligeramente, esperando ver su rostro de nuevo y el rastro que habría dejado aquel procedimiento judicial. Necesitaba verlo.
Cuando finalmente terminó, mientras me llevaban a una sala aparte para liberarme con lo que me decían que era el procedimiento común y corriente, intenté verla, tan solo para alcanzar un fugaz vistazo de rojo saliendo por la puerta principal. Todo el procedimiento era estúpido, obtuso, desesperante. Apenas me dejaron salir casi corrí por los pasillos hasta salir del castillo, mirando a todos lados.
Ahí fue que la vi, ralentizándome un poco y avanzando paso a paso hasta ella. La alcancé, sin saber muy bien qué decirle, y toqué su hombro ligeramente, esperando ver su rostro de nuevo y el rastro que habría dejado aquel procedimiento judicial. Necesitaba verlo.
Re: ¿Llegaremos a la parte dos? (Privado)
... O tal vez sí. El aroma de Iñigo (o Roberts, ya ni sabía como llamarlo), ha sido lo suficientemente fuerte como para sentirlo pese a la gente. Voltear sería extraño, pues como supuesta humana el tema de olfato es nulo, por lo que esperé paciente a ver qué hace.
Una vez sentí su toque, pude voltear como si no pasara nada. Pero claro que pasaba. Estaba ahí, una pared: la desconfianza, el no saber donde empezaba uno y otro. Porque quien había conocido en el puerto, no podía ser el mismo que retrataron en el juicio. ¿O era parte de una doble personalidad?
Intenté sonreír como si nada, pero creo que salió a medias. No estaba para sonrisas amables en ese momento. Estaba confundida...
-Hola...
¿Se preguntaría que estaba haciendo yo ahí? Pues eramos dos.
Una vez sentí su toque, pude voltear como si no pasara nada. Pero claro que pasaba. Estaba ahí, una pared: la desconfianza, el no saber donde empezaba uno y otro. Porque quien había conocido en el puerto, no podía ser el mismo que retrataron en el juicio. ¿O era parte de una doble personalidad?
Intenté sonreír como si nada, pero creo que salió a medias. No estaba para sonrisas amables en ese momento. Estaba confundida...
-Hola...
¿Se preguntaría que estaba haciendo yo ahí? Pues eramos dos.
Re: ¿Llegaremos a la parte dos? (Privado)
La sonrisa que había estado ahí antes, cuando la había visto entre la gente en el juicio, no era la misma que ahora veía en ella. No era como si la conociese tanto como para saber cada una de sus expresiones, pero simplemente se daba cuenta de ello, como si todo el encanto que hacía que me latiese el corazón más rápido no tuviese permitido llegar a la superficie, y entendía que eso bien podía ser mi culpa, en parte. ¿En parte? No, en prácticamente su totalidad.
-Hola...- respondí, intentando sonreír y sin que me llegase a funcionar del todo. -¿Cómo...? ¿Cómo supiste que estaría aquí?- pregunté, que era tan buena manera de empezar como cualquier otra cuando no había una forma realmente exacta. -... Yo...- ¿y qué más decía o hacía ahí? -Me alegra poder verte de nuevo- que fue ésa la razón por la que me habían capturado en principio, por volver a verla. No que fuera culpa de ella, por supuesto. Y hablando de capturarme... ella lo había hecho antes.
-Hola...- respondí, intentando sonreír y sin que me llegase a funcionar del todo. -¿Cómo...? ¿Cómo supiste que estaría aquí?- pregunté, que era tan buena manera de empezar como cualquier otra cuando no había una forma realmente exacta. -... Yo...- ¿y qué más decía o hacía ahí? -Me alegra poder verte de nuevo- que fue ésa la razón por la que me habían capturado en principio, por volver a verla. No que fuera culpa de ella, por supuesto. Y hablando de capturarme... ella lo había hecho antes.
Re: ¿Llegaremos a la parte dos? (Privado)
-¿Cómo...? ¿Cómo supiste que estaría aquí?-
Bueno, esa era una pregunta que no esperaba, pero tenía más sentido. Después de todo, pensar con el corazón no es cosa del mundo de verdad. Ese donde las cosas eran más complicadas, donde existían verdades a medias, por no decir mentiras. Pero, ¿no era parte mía también esa complicación? Después de todo, entre ambos existían más secretos de los "normales" en una... pareja de amigos. Sí, amigos.
-Te reconocí en un aviso sobre el juicio, es todo. - o al menos lo que estaba dispuesta a "decir". No quería mencionar la parte del miedo, o la angustia que ahora mismo sentía. Eso no estaría bien.
-... Yo... Me alegra poder verte de nuevo-
Sus palabras, aunque simples, lograron sacarme un ligero sonrojo. Y, por qué no decirlo, una fugaz sonrisa. Y digo fugaz porque no es el momento de cursilerías, ¿verdad? Es momento de hacer preguntas. De saber cosas. Y de salir de ese maldito castillo que apestaba a muerte.
Pensar en ello me hizo sentir peor. Quien tenía enfrente podría haber muerto entre esas paredes de piedra, algo que yo no deseaba, y pese a que seguía confundida me permití disfrutarlo. Al menos por un momento. Si estaba afuera, después de tanto problema, por algo sería...
Ya tendríamos tiempo de hablar. Solo me lancé a sus brazos, un segundo, para sentir que de verdad estaba vivo.
Pero ya que la pared sigue ahí, el aparente abrazo dura poco. -Yo también me alegro de verte... Iñigo.
Porque el dulce debía ser Iñigo. Ya me las arreglaría con el otro...
Bueno, esa era una pregunta que no esperaba, pero tenía más sentido. Después de todo, pensar con el corazón no es cosa del mundo de verdad. Ese donde las cosas eran más complicadas, donde existían verdades a medias, por no decir mentiras. Pero, ¿no era parte mía también esa complicación? Después de todo, entre ambos existían más secretos de los "normales" en una... pareja de amigos. Sí, amigos.
-Te reconocí en un aviso sobre el juicio, es todo. - o al menos lo que estaba dispuesta a "decir". No quería mencionar la parte del miedo, o la angustia que ahora mismo sentía. Eso no estaría bien.
-... Yo... Me alegra poder verte de nuevo-
Sus palabras, aunque simples, lograron sacarme un ligero sonrojo. Y, por qué no decirlo, una fugaz sonrisa. Y digo fugaz porque no es el momento de cursilerías, ¿verdad? Es momento de hacer preguntas. De saber cosas. Y de salir de ese maldito castillo que apestaba a muerte.
Pensar en ello me hizo sentir peor. Quien tenía enfrente podría haber muerto entre esas paredes de piedra, algo que yo no deseaba, y pese a que seguía confundida me permití disfrutarlo. Al menos por un momento. Si estaba afuera, después de tanto problema, por algo sería...
Ya tendríamos tiempo de hablar. Solo me lancé a sus brazos, un segundo, para sentir que de verdad estaba vivo.
Pero ya que la pared sigue ahí, el aparente abrazo dura poco. -Yo también me alegro de verte... Iñigo.
Porque el dulce debía ser Iñigo. Ya me las arreglaría con el otro...
Re: ¿Llegaremos a la parte dos? (Privado)
¿Por qué esa pregunta y no alguna otra? Porque el preguntarle la razón para estar ahí en primer lugar no era algo que quisiera extraerle delante de la gente que aún pululaba por ahí. No es que fueran a escucharla responder por razones bastante obvias para nosotros dos, pero el hecho de ya hacerle una pregunta de ese tipo podía atraer atención ajena hacia ella y, bueno, no quería ponerla en una situación más complicada como podía serlo el que la relacionasen de... alguna manera particular con alguien que acababa de ser juzgado y aunque había sido declarado inocente aún podía estar en sus consciencias como un criminal. Bueno, sí quería que la relacionaran conmigo, o más bien que ella se relacionase conmigo, pero no con aquel estigma colgando de todo.
Era realmente interesante darme cuenta de lo fácil que se me hacía entender lo que me decía, sin escuchar palabra alguna, pero concentrarme en sus labios tenía también otra arista. Asentí al reconocer sus palabras, pensando que no era todo lo que quería saber, ni en qué momento me enteraría de lo que realmente era mi cuestionamiento, si es que llegaba a hacerlo.
Cuando ella se me acercó de aquella forma, no dudé en estrecharla contra mí, olvidándome lo que había pensado antes, aspirando aquel aroma tan suyo y siendo completamente ajeno a todo hasta que el contacto se cortó. Sonreí cuando leí que se alegraba de verme.
-¿Me acompañarías? Me gustaría hablar contigo- le pedí, aunque quizás no tenía derecho a hacerlo.
Era realmente interesante darme cuenta de lo fácil que se me hacía entender lo que me decía, sin escuchar palabra alguna, pero concentrarme en sus labios tenía también otra arista. Asentí al reconocer sus palabras, pensando que no era todo lo que quería saber, ni en qué momento me enteraría de lo que realmente era mi cuestionamiento, si es que llegaba a hacerlo.
Cuando ella se me acercó de aquella forma, no dudé en estrecharla contra mí, olvidándome lo que había pensado antes, aspirando aquel aroma tan suyo y siendo completamente ajeno a todo hasta que el contacto se cortó. Sonreí cuando leí que se alegraba de verme.
-¿Me acompañarías? Me gustaría hablar contigo- le pedí, aunque quizás no tenía derecho a hacerlo.
Re: ¿Llegaremos a la parte dos? (Privado)
Sí, en ese momento era Iñigo el que tenía enfrente. Olía a él, esa mezcla que me resultaba tan familiar. ¿Pero en qué momento me encontraría al fin con la otra parte? Estaba igual de dividida que siempre. Una parte quería verlo, la otra estaba aferrada al supuesto marino que conocí y tanto me fascinó...
-¿Me acompañarías? Me gustaría hablar contigo- pidió, sin sorprenderme esa petición. Era lo que tenía que pasar. Tenía que saber.
Pero me asustaba esa discusión. Me asustaba decepcionarme, me aterraba saber algo que no quería, saber que tal vez había sido más que ingenua y como buen pirata, yo era una más en una larga lista. ¿Lo sería? Pero bueno, no sabía de qué me sorprendía, yo también estaba guardando algo. Mi propio secreto. Seguro no era menos grave que lo suyo...
Asentí. Acompañarlo era lo que debía hacer, aunque una parte de mi gritaba que debía huir. Esa no era mi historia, ¿no había hecho todo el escándalo por mi príncipe azul? Pero aún así, en esos momentos estaba ahí, en otro reino, para verlo.
Mire a mi al rededor, para asegurarme que ese brujo del infierno no estuviera pululando. Estaba segura que no le gustaba el saberse vencido. Hecho esto, le tomé del brazo esperando que me guiara donde fuese que quisiera llevarme...
Sólo esperaba no salir herida de ese encuentro.
-¿Me acompañarías? Me gustaría hablar contigo- pidió, sin sorprenderme esa petición. Era lo que tenía que pasar. Tenía que saber.
Pero me asustaba esa discusión. Me asustaba decepcionarme, me aterraba saber algo que no quería, saber que tal vez había sido más que ingenua y como buen pirata, yo era una más en una larga lista. ¿Lo sería? Pero bueno, no sabía de qué me sorprendía, yo también estaba guardando algo. Mi propio secreto. Seguro no era menos grave que lo suyo...
Asentí. Acompañarlo era lo que debía hacer, aunque una parte de mi gritaba que debía huir. Esa no era mi historia, ¿no había hecho todo el escándalo por mi príncipe azul? Pero aún así, en esos momentos estaba ahí, en otro reino, para verlo.
Mire a mi al rededor, para asegurarme que ese brujo del infierno no estuviera pululando. Estaba segura que no le gustaba el saberse vencido. Hecho esto, le tomé del brazo esperando que me guiara donde fuese que quisiera llevarme...
Sólo esperaba no salir herida de ese encuentro.
Re: ¿Llegaremos a la parte dos? (Privado)
No tenía la más mínima duda de que ella no tendría realmente razones de peso como para denegar mi petición. Después de todo, en más de una manera me habían descubierto en la identidad que se podría argumentar que le había ocultado. Más que habérselo ocultado, simplemente lo había omitido, pero para el caso daba lo mismo. Podría habérselo dicho, teóricamente, por más que no era como si pudiera dejar ver esa parte mía a todo el mundo. No por nada era que usaba una máscara cuando ejercía la piratería, además de todo el enigma que tenía que ir detrás de la figura del temido pirata Roberts, por supuesto. Además, ¿qué iba a decirle? ¿"Hola, soy uno de los hombres más temidos en el mundo, cuyo nombre provoca terror al ser apenas mencionado, pero no te preocupes, solamente quiero tu bienestar"? ¿Me hubiera siquiera creído? Como fuese, ahora todo eso no pasaba de parecer una excusa.
Tampoco sabía si es que cualquier explicación que pudiese darle serviría de algo, pero tenía que hablar con ella, se merecía saber la verdad porque... ¿Por qué? No podía precisarlo, pero si alguna vez había decidido que quería sincerarme con alguien, por alguna razón ese alguien se encarnaba en la bonita pelirroja.
Caminé con ella, consciente de su calidez cercana a mi cuerpo, pasando por los jardines, entrando finalmente en un laberinto, perfectamente ad-hoc para todo aquello, hecho de arbustos, llegando después de algunos momentos a un área algo más despejada. Me quité la chaqueta y la estiré en el suelo. -Siéntate, por favor- le pedí, haciéndolo después, no sobre la chaqueta sino sobre el césped. La miraba a los ojos intentando ordenar mis pensamientos, y por lo tanto mis palabras.
Tampoco sabía si es que cualquier explicación que pudiese darle serviría de algo, pero tenía que hablar con ella, se merecía saber la verdad porque... ¿Por qué? No podía precisarlo, pero si alguna vez había decidido que quería sincerarme con alguien, por alguna razón ese alguien se encarnaba en la bonita pelirroja.
Caminé con ella, consciente de su calidez cercana a mi cuerpo, pasando por los jardines, entrando finalmente en un laberinto, perfectamente ad-hoc para todo aquello, hecho de arbustos, llegando después de algunos momentos a un área algo más despejada. Me quité la chaqueta y la estiré en el suelo. -Siéntate, por favor- le pedí, haciéndolo después, no sobre la chaqueta sino sobre el césped. La miraba a los ojos intentando ordenar mis pensamientos, y por lo tanto mis palabras.
Re: ¿Llegaremos a la parte dos? (Privado)
Se que debería estar asustada, a medida que nos alejamos del resto del mundo en busca de un lugar más íntimo para aclarar todo, pero como parece ser normal entre nosotros, me siento hasta 'relajada'. Eso no quita que mi corazón retumbe en mis oídos, a tal punto que me pregunte si él no lo escucharía también.
El lugar elegido parecía tranquilo (o mejor dicho solitario). Me senté sobre su chaqueta, en parte agradecida por no tener que sentarme directamente sobre el césped. Era irónico, pero sentía una fuerte picazón nada más tocarlo directamente. Sin dudas, no existe nada mejor que la arena...
Su mirada me resultaba incómoda, por lo mismo termine bajando la vista a mis manos, sonrojada. Me sentía extraña, ¿sería todo tan complicado entre nosotros? Y ¿Sabría entonces todo ahora? ¿O serían verdades a medias?
-Puedes decirme... Te escucho...
El lugar elegido parecía tranquilo (o mejor dicho solitario). Me senté sobre su chaqueta, en parte agradecida por no tener que sentarme directamente sobre el césped. Era irónico, pero sentía una fuerte picazón nada más tocarlo directamente. Sin dudas, no existe nada mejor que la arena...
Su mirada me resultaba incómoda, por lo mismo termine bajando la vista a mis manos, sonrojada. Me sentía extraña, ¿sería todo tan complicado entre nosotros? Y ¿Sabría entonces todo ahora? ¿O serían verdades a medias?
-Puedes decirme... Te escucho...
Re: ¿Llegaremos a la parte dos? (Privado)
No quería estar más entre paredes, había sido suficiente con el largo juicio y la opresión que de los muros se sumaba a la de los presupuestos de la gente que ahí había estado presente. Al menos ahora estábamos a cielo abierto, lo cual ya era un cambio.
Esta vez sí me costó algo entender lo que me decía, por la posición de su rostro, pero comprendí el todo, así que inicié. -Lo que se dijo en el juicio... Es cierto, en su mayor parte. Pero es solamente una fracción de la verdad. Verás... sí, soy el pirata Roberts, pero no lo he sido siempre- pues eso implicaría que estaba bastante cercano a la inmortalidad. -Creo que tendría que empezar por el principio. Mi padre era un herrero y cuando yo era un niño, un día un hombre de la nobleza se acercó a su taller atraído por la fama de su trabajo, pidiéndole que le hiciese una espada inigualable. Es ésta- inicié, tomando mi acero y entregándoselo, como lo estaba haciendo con mi confianza y, en varios niveles, con mi vida. Podría inferir varias cosas a partir de lo que habría escuchado de la defensa y la acusación, pero iba a intentar aclarar todo lo que fuese posible.
Esta vez sí me costó algo entender lo que me decía, por la posición de su rostro, pero comprendí el todo, así que inicié. -Lo que se dijo en el juicio... Es cierto, en su mayor parte. Pero es solamente una fracción de la verdad. Verás... sí, soy el pirata Roberts, pero no lo he sido siempre- pues eso implicaría que estaba bastante cercano a la inmortalidad. -Creo que tendría que empezar por el principio. Mi padre era un herrero y cuando yo era un niño, un día un hombre de la nobleza se acercó a su taller atraído por la fama de su trabajo, pidiéndole que le hiciese una espada inigualable. Es ésta- inicié, tomando mi acero y entregándoselo, como lo estaba haciendo con mi confianza y, en varios niveles, con mi vida. Podría inferir varias cosas a partir de lo que habría escuchado de la defensa y la acusación, pero iba a intentar aclarar todo lo que fuese posible.
Re: ¿Llegaremos a la parte dos? (Privado)
¿Es cierto entonces? La parte del asesinato y eso... Pero bueno, ¿por qué me siento tan sorprendida si mis manos tampoco están del todo limpias? Sería muy hipócrita si acusara de monstruo a alguien que, sin duda, podría pensar lo mismo de mi.
Juicio infernal, que mezclaba información en mi cabeza, sin saber que pensar de todo eso. ¿Y como saber a quien creer? En parte, deseaba creerle a él, pero no era el momento de sentimentalismos. Era momento de escuchar y sacar mis propias conclusiones.
No comprendí bien la parte de que sí es uno, pero no lo ha sido siempre. ¿Al final sí tenía un problema cerebral? Pero me pareció interesante oír una parte de su origen. Dejé de mirar mis manos, prestando total atención a sus palabras.
No quise hacer en un principio otra cosa que tocar la espada, algo temerosa. No de él, que quisiera hacerme daño, si no más bien porque presentía que esto iba más allá de explicar algo. Me resultaba íntimo, y eso era más aterrador que pensar en un ataque (que resultaba normal en la vida de una sirena y piratas).
-¿Y qué pasó entonces? - pregunté, aún con mis dedos rozando con cuidado la espada. Ya no estaba sonrojada, me veía hasta curiosa.
Juicio infernal, que mezclaba información en mi cabeza, sin saber que pensar de todo eso. ¿Y como saber a quien creer? En parte, deseaba creerle a él, pero no era el momento de sentimentalismos. Era momento de escuchar y sacar mis propias conclusiones.
No comprendí bien la parte de que sí es uno, pero no lo ha sido siempre. ¿Al final sí tenía un problema cerebral? Pero me pareció interesante oír una parte de su origen. Dejé de mirar mis manos, prestando total atención a sus palabras.
No quise hacer en un principio otra cosa que tocar la espada, algo temerosa. No de él, que quisiera hacerme daño, si no más bien porque presentía que esto iba más allá de explicar algo. Me resultaba íntimo, y eso era más aterrador que pensar en un ataque (que resultaba normal en la vida de una sirena y piratas).
-¿Y qué pasó entonces? - pregunté, aún con mis dedos rozando con cuidado la espada. Ya no estaba sonrojada, me veía hasta curiosa.
Re: ¿Llegaremos a la parte dos? (Privado)
Definitivamente todo aquello necesitaba de ser aclarado, porque si bien no podía decirse que yo fuese un santo, tampoco quería que las cosas se quedasen tal como habían sido propuestas en el inicio del juicio. De todas maneras, el solo hecho de que Ariel aceptase escucharme y acompañarme era un aliciente enorme, haciéndome creer que aún podía llegar a ella de alguna forma. Luego de que hubiese terminado de contarle todo quedaría en manos de ella dar un nuevo veredicto sobre el tema, uno que me importaba aún más que el reciente.
Al entregarle la espada había pretendido darle a entender que tenía poder sobre mí, usándolo como una señal. Después de todo, podría atacarme con ella y herirme, como podía hacerlo en tantas otras maneras. Por supuesto, dada mi habilidad, podría evitar algo así... pero elegía no hacerlo.
-El hombre, el conde Rugen, fijó un precio adecuado y se marchó dejando a mi padre trabajar. Cuando regresó, admiró el resultado, pero se negó a pagar el precio acordado, y cuando mi padre reclamó por ello... lo mató- continué después de que ella hubiese inquirido en ello, mirando sus dedos. -Lo reté a un duelo en ese mismo momento, desesperado y lleno de angustia. Se rió de mí, y me venció rápidamente, dejándome de recuerdo la espada, diciendo que no valía la pena tenerla si toda mi familia al final estaba compuesta de gente débil, y estas dos cicatrices- señalé con dirección a mis mejillas donde un par de líneas plateadas apenas se veían.
Al entregarle la espada había pretendido darle a entender que tenía poder sobre mí, usándolo como una señal. Después de todo, podría atacarme con ella y herirme, como podía hacerlo en tantas otras maneras. Por supuesto, dada mi habilidad, podría evitar algo así... pero elegía no hacerlo.
-El hombre, el conde Rugen, fijó un precio adecuado y se marchó dejando a mi padre trabajar. Cuando regresó, admiró el resultado, pero se negó a pagar el precio acordado, y cuando mi padre reclamó por ello... lo mató- continué después de que ella hubiese inquirido en ello, mirando sus dedos. -Lo reté a un duelo en ese mismo momento, desesperado y lleno de angustia. Se rió de mí, y me venció rápidamente, dejándome de recuerdo la espada, diciendo que no valía la pena tenerla si toda mi familia al final estaba compuesta de gente débil, y estas dos cicatrices- señalé con dirección a mis mejillas donde un par de líneas plateadas apenas se veían.
Re: ¿Llegaremos a la parte dos? (Privado)
Ese nombre, ¿No era el de la supuesta víctima en el juicio? Habiendo estado tan atenta a otras cosas, y con la confusión mental que tenía, no podía asegurarlo.
Me sorprendí en la parte del injusto asesinato, al igual que con el duelo y su desenlace. En mi cabeza de sirena, le encontraba todo el sentido del mundo, porque bajo el agua existe la ley del más fuerte y hasta para Tritón es complejo encargarse de todo. Pero eso no significa que me sintiera bien con ello. Hasta a mi me parecía estúpido e inhumano. ¿Qué ironía no? Viniendo de una sirena.
Me resultó curioso el no haber notado antes ese detalle en su rostro, tomando en cuenta que ahora que sabía de su existencia no podía quitar la vista de ellas. Pidiendo permiso con un gesto, aunque sin esperar realmente su respuesta, dejé de lado la espada y pasé mis dedos por ambas cicatrices. ¿Cuanto debieron dolerle? En mi situación de princesa jamás había pasado por nada que incluyese dolor en mi niñez, al menos no físico, por lo que no podía empatizar con él en ese sentido. Sin embargo, comprendía perfectamente la pérdida de un padre: la mía estaba muerta gracias a un grupo de malnacidos...
Alejé mis dedos de su rostro, pero dejé mi mano sobre la suya en señal de apoyo. Y esperé que terminase de contar su historia, aunque me parecía que esto sería más largo y profundo de lo que parecía.
Me sorprendí en la parte del injusto asesinato, al igual que con el duelo y su desenlace. En mi cabeza de sirena, le encontraba todo el sentido del mundo, porque bajo el agua existe la ley del más fuerte y hasta para Tritón es complejo encargarse de todo. Pero eso no significa que me sintiera bien con ello. Hasta a mi me parecía estúpido e inhumano. ¿Qué ironía no? Viniendo de una sirena.
Me resultó curioso el no haber notado antes ese detalle en su rostro, tomando en cuenta que ahora que sabía de su existencia no podía quitar la vista de ellas. Pidiendo permiso con un gesto, aunque sin esperar realmente su respuesta, dejé de lado la espada y pasé mis dedos por ambas cicatrices. ¿Cuanto debieron dolerle? En mi situación de princesa jamás había pasado por nada que incluyese dolor en mi niñez, al menos no físico, por lo que no podía empatizar con él en ese sentido. Sin embargo, comprendía perfectamente la pérdida de un padre: la mía estaba muerta gracias a un grupo de malnacidos...
Alejé mis dedos de su rostro, pero dejé mi mano sobre la suya en señal de apoyo. Y esperé que terminase de contar su historia, aunque me parecía que esto sería más largo y profundo de lo que parecía.
Re: ¿Llegaremos a la parte dos? (Privado)
Supuse que reconocería el nombre que le había dado, así que por ello no me ocupé de hacerle las aclaraciones al respecto. Después de todo, era probablemente uno de los nombres que más se habían repetido durante el transcurso del mismo.
Me detuve por unos momentos en mi relato mientras veía cómo se acercaba apenas para seguir la línea de mis cicatrices, sintiendo calidez con el tacto y casi llegando a cerrar por completo los ojos, disfrutando de aquello más de lo que quizás era normal. Sin embargo, cada momento de cercanía con Ariel me provocaba algo así, y no era algo que pudiese o quisiese evitar. Todo lo contrario, ya había caído en la cuenta de que prácticamente necesitaba de la misma. Por eso había vuelto al puerto, buscándola.
Sonreí para ella cuando finalmente posó su mano sobre la mía, mirándola a los ojos. Era el momento de continuar con el relato. -Me prometí a mí mismo que me vengaría, no por la humillación que había sufrido, sino por la pérdida de mi padre, por aquella injusticia tan básica... Tomé la espada y me puse a vagar por los reinos, buscando y encontrando maestros espadachines, aprendiendo de cada uno de ellos, perfeccionándome en el arte de la esgrima hasta superarlos, todo con el afán de algún día encontrar a Rugen y decirle quién era, lo que había hecho él en mi vida y lo que podía esperarse en retribución...- pero aquello apenas era el inicio de la historia, que todavía se había complicado más. Aunque claro, tendría que resumir un poco, pero quería mantenerme unos segundos en silencio, mirando sus ojos y su rostro.
Me detuve por unos momentos en mi relato mientras veía cómo se acercaba apenas para seguir la línea de mis cicatrices, sintiendo calidez con el tacto y casi llegando a cerrar por completo los ojos, disfrutando de aquello más de lo que quizás era normal. Sin embargo, cada momento de cercanía con Ariel me provocaba algo así, y no era algo que pudiese o quisiese evitar. Todo lo contrario, ya había caído en la cuenta de que prácticamente necesitaba de la misma. Por eso había vuelto al puerto, buscándola.
Sonreí para ella cuando finalmente posó su mano sobre la mía, mirándola a los ojos. Era el momento de continuar con el relato. -Me prometí a mí mismo que me vengaría, no por la humillación que había sufrido, sino por la pérdida de mi padre, por aquella injusticia tan básica... Tomé la espada y me puse a vagar por los reinos, buscando y encontrando maestros espadachines, aprendiendo de cada uno de ellos, perfeccionándome en el arte de la esgrima hasta superarlos, todo con el afán de algún día encontrar a Rugen y decirle quién era, lo que había hecho él en mi vida y lo que podía esperarse en retribución...- pero aquello apenas era el inicio de la historia, que todavía se había complicado más. Aunque claro, tendría que resumir un poco, pero quería mantenerme unos segundos en silencio, mirando sus ojos y su rostro.
Re: ¿Llegaremos a la parte dos? (Privado)
"Tiene linda sonrisa". Además claro de sus ojos... Encantadores.
Comprendí bien su promesa. En parte gracias a mi abuela y su extraño concepto caníbal por la muerte de mamá. Aunque padre no fuese por la vida buscando matar piratas exactamente. Siquiera sabía con seguridad quienes eran esos culpables... Pero eso no era vital en mi vida. Comprendía, como criatura marina, que la muerte no revive a nadie.
Su mirada me resultaba demasiado intensa, algo que me costaba comprender, pero que presentía que estaba presente en mi también. ¿Cómo podía sentir algo así? No debería pensarlo, en el juicio quedó claro que era un pirata, miembro de ese gremio que tanto odiaba mi abuela. Era un humano, algo que odiaba mi padre. Y no era ningún príncipe azul, no era el hombre por quien perdí mi voz y mi condición.
Pero su compañía era especial, tenía algo que me fascinaba. Algo en él me resultaba tan familiar, como si nos conociéramos desde mucho antes. Y bueno, en esos momentos no era la nieta de Mermaid, la hija de Tritón, la sirena de Atlántica. No era siquiera la Ariel completa. Era Ari la muda, la humana a medias. ¿Qué tenía de malo entonces acercarse a alguien que también parecía vivir una vida doble?
Suspiré. ¿Pero qué estaba pensando? Esto no debía significar nada más que una conversación. ¿Qué no había aprendido a dejar de hacer castillos de arena?
"¿pero y si no era de arena?
Mejor dejar de dar vueltas en el tema y sólo prestar atención a sus palabras y gestos. Y de paso acercarme más, que está algo lejos...
-Debes haber tardado en ese viaje, ¿cierto? ¿Encontraste lo que buscabas? - pregunté, para luego apoyar mi cabecita en su hombro como si fuera lo más natural del mundo. Al diablo las confusiones... Ya me podría arrepentir luego.
Comprendí bien su promesa. En parte gracias a mi abuela y su extraño concepto caníbal por la muerte de mamá. Aunque padre no fuese por la vida buscando matar piratas exactamente. Siquiera sabía con seguridad quienes eran esos culpables... Pero eso no era vital en mi vida. Comprendía, como criatura marina, que la muerte no revive a nadie.
Su mirada me resultaba demasiado intensa, algo que me costaba comprender, pero que presentía que estaba presente en mi también. ¿Cómo podía sentir algo así? No debería pensarlo, en el juicio quedó claro que era un pirata, miembro de ese gremio que tanto odiaba mi abuela. Era un humano, algo que odiaba mi padre. Y no era ningún príncipe azul, no era el hombre por quien perdí mi voz y mi condición.
Pero su compañía era especial, tenía algo que me fascinaba. Algo en él me resultaba tan familiar, como si nos conociéramos desde mucho antes. Y bueno, en esos momentos no era la nieta de Mermaid, la hija de Tritón, la sirena de Atlántica. No era siquiera la Ariel completa. Era Ari la muda, la humana a medias. ¿Qué tenía de malo entonces acercarse a alguien que también parecía vivir una vida doble?
Suspiré. ¿Pero qué estaba pensando? Esto no debía significar nada más que una conversación. ¿Qué no había aprendido a dejar de hacer castillos de arena?
"¿pero y si no era de arena?
Mejor dejar de dar vueltas en el tema y sólo prestar atención a sus palabras y gestos. Y de paso acercarme más, que está algo lejos...
-Debes haber tardado en ese viaje, ¿cierto? ¿Encontraste lo que buscabas? - pregunté, para luego apoyar mi cabecita en su hombro como si fuera lo más natural del mundo. Al diablo las confusiones... Ya me podría arrepentir luego.
Re: ¿Llegaremos a la parte dos? (Privado)
Ésta no era una historia que hubiese contado a menudo, y con Ariel vendrían a ser apenas tres personas quienes tenían conocimiento de la misma. Sin embargo, no podía compararse con los otros receptores del relato, que el primero había sido Wesley, a quien se la había contado para hacerle entender mi resolución, y el segundo mi defensor en el juicio, por razones obvias. Y sin embargo, lo que le contaba ahora a ella era mucho más detallada, con características que no había visto necesario relatar anteriormente. En cierto sentido, en las ocasiones anteriores la había contado por necesidad. Y ahora... Bueno, también, pero era una necesidad que venía de adentro y a la vez de ella, sin que pudiera explicarla muy bien.
Un suspiro surgió de su garganta, apretándome el corazón con un poder que no sabía por qué tenía de tal manera sobre mí, y leí sus preguntas antes de que ella se apoyase sobre mi hombro. Llevé mi mano libre a acariciar su cabello lentamente, con cierta reverencia que no me explicaba. -Sí, tardé bastante. Llegué a creer que no lo encontraría, perdiendo la esperanza y siendo reclutado entonces por un hombre ambicioso e inteligente que me prometió que si le ayudaba en un plan que había armado se aseguraría de que encontrase a Rugen. No lo pensé dos veces y le prometí mi asistencia sin siquiera saber de qué se trataba su plan. Fue un error, por supuesto. Vizzini, que ése era su nombre, había planeado iniciar una guerra por medio del secuestro de una princesa, la princes Buttercup, reclutándome a mí y a Fezzik, un gigante simple y bonachón para ello. Antes de que nos diéramos cuenta estábamos huyendo con la princesa secuestrada en un barco desde Florin en dirección a Guilder... y Vizzini iba a recibir dinero por parte de ambas naciones- seguí, atento a sus reacciones, que estaba seguro que al oír todo aquello del secuestro bien tendría derecho a espantarse.
Un suspiro surgió de su garganta, apretándome el corazón con un poder que no sabía por qué tenía de tal manera sobre mí, y leí sus preguntas antes de que ella se apoyase sobre mi hombro. Llevé mi mano libre a acariciar su cabello lentamente, con cierta reverencia que no me explicaba. -Sí, tardé bastante. Llegué a creer que no lo encontraría, perdiendo la esperanza y siendo reclutado entonces por un hombre ambicioso e inteligente que me prometió que si le ayudaba en un plan que había armado se aseguraría de que encontrase a Rugen. No lo pensé dos veces y le prometí mi asistencia sin siquiera saber de qué se trataba su plan. Fue un error, por supuesto. Vizzini, que ése era su nombre, había planeado iniciar una guerra por medio del secuestro de una princesa, la princes Buttercup, reclutándome a mí y a Fezzik, un gigante simple y bonachón para ello. Antes de que nos diéramos cuenta estábamos huyendo con la princesa secuestrada en un barco desde Florin en dirección a Guilder... y Vizzini iba a recibir dinero por parte de ambas naciones- seguí, atento a sus reacciones, que estaba seguro que al oír todo aquello del secuestro bien tendría derecho a espantarse.
Re: ¿Llegaremos a la parte dos? (Privado)
La caricia me resultó placentera, llevándome a cerrar los ojos y acomodarme mejor. El cómo podía sentirme tan tranquila estando al lado de un supuesto asesino recién liberado, estaba bien oculto entre el mar de emociones y pensamientos inconexos en mi cabeza. Me preocupaba otra cosa, el saberme atrapada en sus brazos. Hipotéticamente hablando, ya que hasta ahora sólo habíamos 'hablado'... ¿Verdad?
¿Espantarme yo por algo tan simple como un secuestro? Pues sí, era aterrador pensar que Iñigo, así de dulce como estaba siendo, había secuestrado a una princesa... Pero comprendía su desesperación. Eso sí, no me sonaban de nada los sitios que estaba nombrando, ni como un secuestro podía causar una guerra. ¿Sería todo por una princesa?
Moví el rostro para hablarle. Aunque debería haberme alejado un poco, estaba tan cómoda que no quise moverme.
-¿Podrías explicar lo del... Secuestro? No entiendo por qué lo harían...
Es que, pese a ser yo misma una princesa y que aparentemente era así de normal los secuestros de la realeza, nunca había pasado por algo semejante. Ni idea si era porque vivía bajo el mar, porque era sirena, porque existía una prohibición de acercarse al reino, o porque era la menor de 7... Y claro, de nada serviría arriesgarse por algo así, pese a ser la bebé de Tritón.
¿Espantarme yo por algo tan simple como un secuestro? Pues sí, era aterrador pensar que Iñigo, así de dulce como estaba siendo, había secuestrado a una princesa... Pero comprendía su desesperación. Eso sí, no me sonaban de nada los sitios que estaba nombrando, ni como un secuestro podía causar una guerra. ¿Sería todo por una princesa?
Moví el rostro para hablarle. Aunque debería haberme alejado un poco, estaba tan cómoda que no quise moverme.
-¿Podrías explicar lo del... Secuestro? No entiendo por qué lo harían...
Es que, pese a ser yo misma una princesa y que aparentemente era así de normal los secuestros de la realeza, nunca había pasado por algo semejante. Ni idea si era porque vivía bajo el mar, porque era sirena, porque existía una prohibición de acercarse al reino, o porque era la menor de 7... Y claro, de nada serviría arriesgarse por algo así, pese a ser la bebé de Tritón.
Re: ¿Llegaremos a la parte dos? (Privado)
No se alejaba. Ciertamente aquello podía resultar mucho más decidor, hablar más volúmenes que todo lo que pudiese leer en sus labios al respecto, aunque aún así no se me quitaban las ganas de observarlos, algo que debido a la posición que había adoptado, aunque tampoco podía quejarme si es que a finales de cuenta me permitía acariciarla así como lo estaba haciendo, sintiéndome tan bien que seguramente era un crimen en sí.
Finalmente fue ella quien me permitió tener una visión de sus labios cuando me hizo una pregunta, sin verse particularmente asustada. ¿Cómo era que podía ser tan maravillosa? No había pensado adentrarme en aquella parte de la historia en particular, pero si Ariel quería saberla, estaría más que dispuesto a complacerla. -Pues es algo complicado... El príncipe Humperdinck de Florin había elegido a Buttercup para casarse con ella, pero su idea era invadir Guilder y para tener una excusa, ordenó a Vizzini que la secuestrase y la matase en las costas de la nación rival. Eso le daría una razón para atacar, además del favor de sus súbditos- intenté explicar. -Por otra parte, Vizzini había hecho también un trato con Guilder para orquestar el secuestro, pero con el propósito de desequilibrar a Florin y al heredero- algo que no les hubiera resultado muy bien en realidad, pero no tenían cómo saberlo, y así Vizzini ganaba por ambos lados. Con eso podía cubrir hasta cierto punto lo que correspondía a la guerra que se había cernido sobre ambos países.
Finalmente fue ella quien me permitió tener una visión de sus labios cuando me hizo una pregunta, sin verse particularmente asustada. ¿Cómo era que podía ser tan maravillosa? No había pensado adentrarme en aquella parte de la historia en particular, pero si Ariel quería saberla, estaría más que dispuesto a complacerla. -Pues es algo complicado... El príncipe Humperdinck de Florin había elegido a Buttercup para casarse con ella, pero su idea era invadir Guilder y para tener una excusa, ordenó a Vizzini que la secuestrase y la matase en las costas de la nación rival. Eso le daría una razón para atacar, además del favor de sus súbditos- intenté explicar. -Por otra parte, Vizzini había hecho también un trato con Guilder para orquestar el secuestro, pero con el propósito de desequilibrar a Florin y al heredero- algo que no les hubiera resultado muy bien en realidad, pero no tenían cómo saberlo, y así Vizzini ganaba por ambos lados. Con eso podía cubrir hasta cierto punto lo que correspondía a la guerra que se había cernido sobre ambos países.
Re: ¿Llegaremos a la parte dos? (Privado)
Oh, así que el plan era sacar dinero de ambos bandos, pese a que eran fines diferentes con un vínculo en común: el susodicho secuestro. ¿Tan importante eran las monedas de oro?
No podía entenderlo. No siquiera ahora que era humana, y mi vida dependía de la paga de mi jefa, podía entender esa fascinación por el dinero y las cosas. Era irónico si pensábamos que tenía una cueva repleta de tesoros, pero es que eran cosas encontradas... No adquiridas por una razón mayor que apreciarlas por curiosidad. No me desesperaba si no encontraba esas cosas, si llegaban diferentes, iguales... Las monedas especialmente las veía feas, frías...
Pero no es momento de pensar en esas cosas tan vanales, estando tan cerca de Iñigo. En bastantes sentidos.
-Bueno, secuestraron a la princesa, por el botín doble.- dije, más para mi misma que para él. -¿Qué hicieron entonces? ¿Qué pasó con ella? Supongo que al final las cosas no salieron bien para él...
Porque por un extraño motivo, en la vida de los humanos el malo siempre es vencido. Y eso de secuestrar princesas sonaba malo...
No podía entenderlo. No siquiera ahora que era humana, y mi vida dependía de la paga de mi jefa, podía entender esa fascinación por el dinero y las cosas. Era irónico si pensábamos que tenía una cueva repleta de tesoros, pero es que eran cosas encontradas... No adquiridas por una razón mayor que apreciarlas por curiosidad. No me desesperaba si no encontraba esas cosas, si llegaban diferentes, iguales... Las monedas especialmente las veía feas, frías...
Pero no es momento de pensar en esas cosas tan vanales, estando tan cerca de Iñigo. En bastantes sentidos.
-Bueno, secuestraron a la princesa, por el botín doble.- dije, más para mi misma que para él. -¿Qué hicieron entonces? ¿Qué pasó con ella? Supongo que al final las cosas no salieron bien para él...
Porque por un extraño motivo, en la vida de los humanos el malo siempre es vencido. Y eso de secuestrar princesas sonaba malo...
Re: ¿Llegaremos a la parte dos? (Privado)
Ciertamente la posibilidad de haber sacado dinero del asunto era lo que menos me había importado durante aquel episodio. Me había preocupado el secuestro de la princesa, pero finalmente estaba la promesa de Vizzini de señalarme el camino hasta Rugen, el hombre de los seis dedos en la mano derecha.
Se me hizo algo gracioso el hecho de que Ariel asumiese que las cosas no habían salido bien para Vizzini, pero lo cierto era que, aunque pudiese tardarse, sí había cierto sentido de la justicia en la vida. -Llevábamos apenas unas horas en el barco cuando nos dimos cuenta de que estábamos siendo seguidos por otra nave de velas negras, pero de todas maneras alcanzamos a llegar a las costas de Florin, desembarcando junto a los Acantilados de la Locura y siendo izados todos por Fezzik, cuya fuerza era admirable, y viendo cómo nuestro perseguidor, un hombre vestido en negro con una máscara, iba ganando terreno. Una vez que llegamos hasta el punto más alto de los Acantilados, Vizzini me dejó ahí para que me encargase de matar al desconocido, algo que no pude hacer a sangre fría, sino que terminé de ayudarlo a subir y lo dejé descansar antes de retarlo a un duelo. Demostró ser un espadachín formidable, mejor que cualquier otro que hubiese conocido, y terminó venciéndome, dejándome inconsciente para que no le siguiese- continué, y ahí era que una parte importante de la explicación venía, pero debía dejar que absorbiese lo que le había ido diciendo hasta ahora.
Se me hizo algo gracioso el hecho de que Ariel asumiese que las cosas no habían salido bien para Vizzini, pero lo cierto era que, aunque pudiese tardarse, sí había cierto sentido de la justicia en la vida. -Llevábamos apenas unas horas en el barco cuando nos dimos cuenta de que estábamos siendo seguidos por otra nave de velas negras, pero de todas maneras alcanzamos a llegar a las costas de Florin, desembarcando junto a los Acantilados de la Locura y siendo izados todos por Fezzik, cuya fuerza era admirable, y viendo cómo nuestro perseguidor, un hombre vestido en negro con una máscara, iba ganando terreno. Una vez que llegamos hasta el punto más alto de los Acantilados, Vizzini me dejó ahí para que me encargase de matar al desconocido, algo que no pude hacer a sangre fría, sino que terminé de ayudarlo a subir y lo dejé descansar antes de retarlo a un duelo. Demostró ser un espadachín formidable, mejor que cualquier otro que hubiese conocido, y terminó venciéndome, dejándome inconsciente para que no le siguiese- continué, y ahí era que una parte importante de la explicación venía, pero debía dejar que absorbiese lo que le había ido diciendo hasta ahora.
Re: ¿Llegaremos a la parte dos? (Privado)
¿Barco de velas negras? Pues cualquiera sabe que esos son piratas. Sentí un escalofrío de sólo pensarlo. Nunca me había sentido bien ante esos barcos, sinónimo constate de enfrentamiento, robo y sangre. ¿Cuantas historias de sirenas muertas existían relacionados a ellos? Todo por los mitos, por las mentiras, por el miedo entre ambas especies.
Entonces... ¿Cómo podía estar junto a este hombre, acusado de paso de piratería? Sin contar claro los demás cargos. Tenía que gustarme el peligro. O tal vez sólo yo veía ese riesgo. Iñigo me debía ver como una indefensa humana. Patética...
Así que había perdido ante ese hombre misterioso. Curioso. ¿No había estudiado tanto para ser el mejor?
-¿Quién era ese extraño? Me gustaría conocerlo, para saber como dejarte inconsciente...- dije otra vez mirándolo, algo juguetona. ¿Estaba jugando demasiado? Pues si le molestaba podía decirme y paraba. -¿Volvieron a secuestrar a esa princesa?
Si era el caso, que princesa mas desafortunada.
Entonces... ¿Cómo podía estar junto a este hombre, acusado de paso de piratería? Sin contar claro los demás cargos. Tenía que gustarme el peligro. O tal vez sólo yo veía ese riesgo. Iñigo me debía ver como una indefensa humana. Patética...
Así que había perdido ante ese hombre misterioso. Curioso. ¿No había estudiado tanto para ser el mejor?
-¿Quién era ese extraño? Me gustaría conocerlo, para saber como dejarte inconsciente...- dije otra vez mirándolo, algo juguetona. ¿Estaba jugando demasiado? Pues si le molestaba podía decirme y paraba. -¿Volvieron a secuestrar a esa princesa?
Si era el caso, que princesa mas desafortunada.
Re: ¿Llegaremos a la parte dos? (Privado)
Una sonrisa surgió en mi rostro al leer la broma que hacía ella, teniendo unas ganas enormes de besarla en esos momentos, pero sabiendo que no tenía derecho para hacerlo me detuve. Lo que no evité fue acariciar con mi pulgar su rostro mientras la miraba sin quitar mis ojos de ella. ¿Cómo era que alguien podía hacerme sentir de aquella manera? Le estaba abriendo todos mis secretos, incluso el que trataba de mi derrota, algo que no era en absoluto mi punto más alto, aunque tampoco el más bajo, siendo que ellos también se los estaba contando. Terminaría sabiendo más sobre mí que cualquier otra persona, y aunque quizás eso debería preocuparme, no lo hacía.
-Pues era el temido pirata Roberts...- lo cual podía ser tomado como un problema de personalidad múltiple. -O al menos quien lo era en ese momento. Verás, Roberts es en realidad un título más que un nombre, pasado de una persona a otra. Su nombre real era Westley, y quería rescatar a Buttercup porque la amaba. Él había desaparecido varios años atrás, su barco siendo atacado por Roberts, que se sabía que no dejaba sobrevivientes, y ésa era la razón por la que eventualmente Buterrcup había aceptado casarse con Humperdinck. Según lo que supe, Westley había sido el único sobreviviente del ataque y Roberts le acogió en su barco, tomándole cariño y años después le contó el secreto, que no era el original, sino que había recibido el nombre y el barco de su antecesor, y así sucesivamente por varias generaciones, entregándole el manto a él. Así es como se puede llegar a pensar que Roberts es inmortal, cuando ahora soy yo quien tiene el título después de toda una línea previa. En cuanto a cómo me dejó inconsciente... me golpeó en la cabeza con la empuñadura de su espada- expliqué. Tomé un poco de aire antes de seguir. -Westley derrotó a Fezzik y a Vizzini y rescató a Buttercup... al menos temporalmente- así que sí había sido desafortunada.
-Pues era el temido pirata Roberts...- lo cual podía ser tomado como un problema de personalidad múltiple. -O al menos quien lo era en ese momento. Verás, Roberts es en realidad un título más que un nombre, pasado de una persona a otra. Su nombre real era Westley, y quería rescatar a Buttercup porque la amaba. Él había desaparecido varios años atrás, su barco siendo atacado por Roberts, que se sabía que no dejaba sobrevivientes, y ésa era la razón por la que eventualmente Buterrcup había aceptado casarse con Humperdinck. Según lo que supe, Westley había sido el único sobreviviente del ataque y Roberts le acogió en su barco, tomándole cariño y años después le contó el secreto, que no era el original, sino que había recibido el nombre y el barco de su antecesor, y así sucesivamente por varias generaciones, entregándole el manto a él. Así es como se puede llegar a pensar que Roberts es inmortal, cuando ahora soy yo quien tiene el título después de toda una línea previa. En cuanto a cómo me dejó inconsciente... me golpeó en la cabeza con la empuñadura de su espada- expliqué. Tomé un poco de aire antes de seguir. -Westley derrotó a Fezzik y a Vizzini y rescató a Buttercup... al menos temporalmente- así que sí había sido desafortunada.
Re: ¿Llegaremos a la parte dos? (Privado)
La mirada de Iñigo me hizo sentir más tímida que en otras veces, tal vez por la intensidad y por mis propias emociones. Aunque no conocía todo sobre esto de relaciones humanas, comprendía que estaba pasando algo importante. De alguna manera, se estaba sincerando conmigo, como si yo significara algo importante y mereciese saberlo. Y estaba segura que era la primera en escuchar esa historia.
Claro que si Sebastian estuviese allí, diría que podía ser una farsa para engañar a las ingenuas señoritas soñadoras... ¿Lo sería? No, parecía sincero. Y bueno, nada malo estábamos haciendo como para sentirme preocupada por tonterías de un cangrejo. Peor aun, él nada sabía sobre mi. Técnicamente, la que estaba en ventaja sería yo. Él desconocía mis propios secretos, nada podía hacerme alguien que pensaba que era una aldeana más entre el mar de aldeanas del mundo.
Ante la caricia cerré momentáneamente los ojos, acercándome más a él para seguir disfrutando de su calidez y dejar de lado esos pensamientos tan negativos. No me haría bien seguir esa línea doble, de querer y dudar.
-Pues era el temido pirata Roberts...-
Bueno, esa respuesta era rara. ¿Cómo iba a encontrarse y pelear con el pirata Roberts, si él era el pirata Roberts? ¿Tendría problemas mentales? ¿Se habría equivocado de palabras? Ay, seguro tenía una doble personalidad, ¡estaba loquito igual que la gente de este reino tan raro!
Pero al parecer no era esa la razón... ¿Titulo? Entonces, ¿cuantos Roberts había? Me pareció romántica la actitud de este nuevo personaje en la historia, buscando salvar a su amada. Aunque encontré extraño que, si tanto la amaba, no le avisara que estaba vivo. ¿O eso iba contra alguna regla rara entre piratas?
Quise reír ante la explicación de cómo quedó inconciente, pues sonaba hasta simple.
-Venció al mejor espadachín golpeándolo con la empuñadura de su espada... Que listo. ¿Qué pasó con la princesa?
Que vaya era desafortunada. ¿Es que las princesas humanas solo sabían ser secuestradas? ¿Qué no les enseñan a defenderse? Pues deberían aprender. Porque vaya que eran inútiles, no lo sabría yo que me sentía indefensa con esas piernas débiles. Extrañaba mi cola, el ser de las más veloces nadando, el contar con mi voz y mis dientes. Estaba segura que podría defenderme muy bien de cualquier pirata...
-¿Cómo terminaste siendo tu el temible pirata Roberts?
Se me estaba escapando esa parte de la historia, como pasó de Iñigo a Roberts. Igual, me gustaba más Iñigo...
Claro que si Sebastian estuviese allí, diría que podía ser una farsa para engañar a las ingenuas señoritas soñadoras... ¿Lo sería? No, parecía sincero. Y bueno, nada malo estábamos haciendo como para sentirme preocupada por tonterías de un cangrejo. Peor aun, él nada sabía sobre mi. Técnicamente, la que estaba en ventaja sería yo. Él desconocía mis propios secretos, nada podía hacerme alguien que pensaba que era una aldeana más entre el mar de aldeanas del mundo.
Ante la caricia cerré momentáneamente los ojos, acercándome más a él para seguir disfrutando de su calidez y dejar de lado esos pensamientos tan negativos. No me haría bien seguir esa línea doble, de querer y dudar.
-Pues era el temido pirata Roberts...-
Bueno, esa respuesta era rara. ¿Cómo iba a encontrarse y pelear con el pirata Roberts, si él era el pirata Roberts? ¿Tendría problemas mentales? ¿Se habría equivocado de palabras? Ay, seguro tenía una doble personalidad, ¡estaba loquito igual que la gente de este reino tan raro!
Pero al parecer no era esa la razón... ¿Titulo? Entonces, ¿cuantos Roberts había? Me pareció romántica la actitud de este nuevo personaje en la historia, buscando salvar a su amada. Aunque encontré extraño que, si tanto la amaba, no le avisara que estaba vivo. ¿O eso iba contra alguna regla rara entre piratas?
Quise reír ante la explicación de cómo quedó inconciente, pues sonaba hasta simple.
-Venció al mejor espadachín golpeándolo con la empuñadura de su espada... Que listo. ¿Qué pasó con la princesa?
Que vaya era desafortunada. ¿Es que las princesas humanas solo sabían ser secuestradas? ¿Qué no les enseñan a defenderse? Pues deberían aprender. Porque vaya que eran inútiles, no lo sabría yo que me sentía indefensa con esas piernas débiles. Extrañaba mi cola, el ser de las más veloces nadando, el contar con mi voz y mis dientes. Estaba segura que podría defenderme muy bien de cualquier pirata...
-¿Cómo terminaste siendo tu el temible pirata Roberts?
Se me estaba escapando esa parte de la historia, como pasó de Iñigo a Roberts. Igual, me gustaba más Iñigo...
Re: ¿Llegaremos a la parte dos? (Privado)
Algo de curiosidad me causaba el saber cómo era que Ariel había llegado hasta aquel lugar para presenciar mi juicio, costándome creer que pudiese haber hecho el trayecto sola, especialmente ahora que la veía como alguien tan frágil que tenía que ser cuidadoso incluso al tocarla a través de mis caricias. No, no era cierto, no era algo de curiosidad, era muchísima, pero estaba claro que no podría sacar una explicación completa de su parte por las dificultades obvias en la comunicación. O por lo menos un una que fuese lo suficientemente concisa, aunque no me hubiera importado que fuese una más bien larga si aquello incluía el poder pasar más tiempo con ella.
Suponía que podía ser confuso toda aquella parte en que no había un solo pirata Roberts, sino toda una línea de ellos. De nosotros. Pero bueno, si es que era sincero conmigo mismo, toda mi historia era una serie de complicaciones confusas, incluyendo el encuentro con aquella hermosa pelirroja que me había dejado tan prendado que apenas podía pensar en algo más, ni hablar de "alguien" más que no fuese ella.
La explicación sobre cómo me había vencido Westley la había dejado concisa, cuando pude haberme embarcado en detallar las piruetas, fintas, ataques, saltos, pasos y todo lo que había llevado a aquel punto, pero finalmente tenía que reconocer que aún me sentía algo avergonzado por cómo me había desarmado y después dejado inconsciente. Dentro de mi historia en particular no había necesidad de adentrarme más en las aventuras de Westley y Buttercup hasta los puntos en que no se intersectasen, al menos, ni de mencionar otro momento vergonzoso en mi vida como lo había sido mi recaída en la bebida, y es que quería presentarle la mejor versión posible de mí mismo sin por ello llegar a mentirle. Por lo demás, no volvería a repetirse, tampoco.
-Antes de eso... Westley fue capturado y Fezzik me buscó para que fuésemos a rescatarle. Creímos llegar muy tarde, pero no estaba completamente muerto, y encontramos un curandero que nos dio un remedio para que mejorase. Con Westley aún débil por la tortura, entramos en el castillo, y él fue a salvar a Buttercup mientras yo... Mientras me enfrentaba a Rugen. Sobre eso ya lo escuchaste todo, cómo nos batimos a duelo, cómo lo vencí y finalmente lo maté...- relaté, mi voz más baja hacia el final. -Westley había rescatado a Buttercup y vencido a Humperdinck, así que huimos del castillo. Ellos dos querían vivir juntos, apartados de las intrigas del reino, y Westley me ofreció su título como pirata Roberts. Habiendo cumplido con mi revancha, no tenía nada más que hacer, ningún horizonte que alcanzar... así que acepté- completé. El no haber tenido algo real por lo que vivir más allá de la venganza, sin embargo, se había acabado al conocerla.
Suponía que podía ser confuso toda aquella parte en que no había un solo pirata Roberts, sino toda una línea de ellos. De nosotros. Pero bueno, si es que era sincero conmigo mismo, toda mi historia era una serie de complicaciones confusas, incluyendo el encuentro con aquella hermosa pelirroja que me había dejado tan prendado que apenas podía pensar en algo más, ni hablar de "alguien" más que no fuese ella.
La explicación sobre cómo me había vencido Westley la había dejado concisa, cuando pude haberme embarcado en detallar las piruetas, fintas, ataques, saltos, pasos y todo lo que había llevado a aquel punto, pero finalmente tenía que reconocer que aún me sentía algo avergonzado por cómo me había desarmado y después dejado inconsciente. Dentro de mi historia en particular no había necesidad de adentrarme más en las aventuras de Westley y Buttercup hasta los puntos en que no se intersectasen, al menos, ni de mencionar otro momento vergonzoso en mi vida como lo había sido mi recaída en la bebida, y es que quería presentarle la mejor versión posible de mí mismo sin por ello llegar a mentirle. Por lo demás, no volvería a repetirse, tampoco.
-Antes de eso... Westley fue capturado y Fezzik me buscó para que fuésemos a rescatarle. Creímos llegar muy tarde, pero no estaba completamente muerto, y encontramos un curandero que nos dio un remedio para que mejorase. Con Westley aún débil por la tortura, entramos en el castillo, y él fue a salvar a Buttercup mientras yo... Mientras me enfrentaba a Rugen. Sobre eso ya lo escuchaste todo, cómo nos batimos a duelo, cómo lo vencí y finalmente lo maté...- relaté, mi voz más baja hacia el final. -Westley había rescatado a Buttercup y vencido a Humperdinck, así que huimos del castillo. Ellos dos querían vivir juntos, apartados de las intrigas del reino, y Westley me ofreció su título como pirata Roberts. Habiendo cumplido con mi revancha, no tenía nada más que hacer, ningún horizonte que alcanzar... así que acepté- completé. El no haber tenido algo real por lo que vivir más allá de la venganza, sin embargo, se había acabado al conocerla.
Re: ¿Llegaremos a la parte dos? (Privado)
Bien, esa parte de la historia la habían repetido bastante en el juicio, la muerte del tipo ese, así que no me interesaba demasiado... Por supuesto, me sentí extraña tomando su mano mientras su voz se tornaba más baja, mostrándole un apoyo que no sabía podía brindar a nadie. A fin de cuentas no me estaba contando un cuento, estaba relatando su propia vida.
Y aunque yo no había tenido nunca una venganza a ese nivel, podía presentir que una vez cumplida quedaba algún tipo de vacío que no se llena con nada. Si no miren a mi abuela, que hacía tiempo se había vengado de los humanos y seguía en lo mismo por costumbre (o eso creo yo, que papi siempre ha dicho que la abuela está muy loca).
Me pareció romántico que al fin el pirata y la princesa tuvieran su final feliz, pero al mismo tiempo improbable. ¿Cómo podían llevarse bien, siendo de mundos tan dispares?
Tan improbable como que algo pasara entre este pirata y su servidora. Sin contar el problema de la mudez, en qué momento podía estar a mi lado alguien que pertenece a los enemigos de las sirenas? Si volvía al mar seríamos enemigos declarados, porque padre JAMÁS lo aprobaría, si me quedaba en tierra no nos veríamos en meses... Y estaba el príncipe. Había vendido mi voz para estar con el príncipe de Marshovia. ¿Qué hacía entonces sentada junto a un pirata?
Mejor dejaba de hacer castillos en el aire que además de feos, eran imposibles. No pasaría nada entre nosotros.
¿Qué hago ahora entonces?
La historia estaba aclarada, no existía más ese secreto entre ambos (estaba el otro, pero ese seguiría donde estaba), nada me indicaba que debía quedarme.
Nada excepto esa extraña sensación de comodidad que sentía a su lado, junto a la curiosidad por saber cuan lejos podía llegar ese juego entre nosotros. Porque debía mantenerse como un juego, no quería terminar herida o por el contrario, herirlo. Pero si es solo un juego, ¿porque no puedo alejar mi mano de la suya?
-Supongo que ahí acaba la historia de Iñigo, ¿no? - modulé, para alejar mi atención de este hecho tan incomodo. El sonrojo estaba claro en mi rostro, pero dudaba que no lo notara. Tenía que leer mis labios para entenderme. -¿Algo más que quieras decirme?
O aclarar, o preguntar... O cualquier cosa, mientras aleje la atención de mi patética reacción corporal. Esto de ser humana me estaba ablandando. ¿O era cosa de Iñigo?
Y aunque yo no había tenido nunca una venganza a ese nivel, podía presentir que una vez cumplida quedaba algún tipo de vacío que no se llena con nada. Si no miren a mi abuela, que hacía tiempo se había vengado de los humanos y seguía en lo mismo por costumbre (o eso creo yo, que papi siempre ha dicho que la abuela está muy loca).
Me pareció romántico que al fin el pirata y la princesa tuvieran su final feliz, pero al mismo tiempo improbable. ¿Cómo podían llevarse bien, siendo de mundos tan dispares?
Tan improbable como que algo pasara entre este pirata y su servidora. Sin contar el problema de la mudez, en qué momento podía estar a mi lado alguien que pertenece a los enemigos de las sirenas? Si volvía al mar seríamos enemigos declarados, porque padre JAMÁS lo aprobaría, si me quedaba en tierra no nos veríamos en meses... Y estaba el príncipe. Había vendido mi voz para estar con el príncipe de Marshovia. ¿Qué hacía entonces sentada junto a un pirata?
Mejor dejaba de hacer castillos en el aire que además de feos, eran imposibles. No pasaría nada entre nosotros.
¿Qué hago ahora entonces?
La historia estaba aclarada, no existía más ese secreto entre ambos (estaba el otro, pero ese seguiría donde estaba), nada me indicaba que debía quedarme.
Nada excepto esa extraña sensación de comodidad que sentía a su lado, junto a la curiosidad por saber cuan lejos podía llegar ese juego entre nosotros. Porque debía mantenerse como un juego, no quería terminar herida o por el contrario, herirlo. Pero si es solo un juego, ¿porque no puedo alejar mi mano de la suya?
-Supongo que ahí acaba la historia de Iñigo, ¿no? - modulé, para alejar mi atención de este hecho tan incomodo. El sonrojo estaba claro en mi rostro, pero dudaba que no lo notara. Tenía que leer mis labios para entenderme. -¿Algo más que quieras decirme?
O aclarar, o preguntar... O cualquier cosa, mientras aleje la atención de mi patética reacción corporal. Esto de ser humana me estaba ablandando. ¿O era cosa de Iñigo?
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