Re: ¿Llegaremos a la parte dos? (Privado)

por Pirata Roberts Lun Oct 06, 2014 2:09 pm

Con aquello ya terminaba con todo lo que había sido mi historia pasada, y en varios sentidos la cosa bien podría haberse quedado ahí, manteniendo la misma línea que los demás Roberts habían ido llevando hasta el momento, cada uno a su propio estilo, hasta que hubiera llegado el momento en que hubiese querido retirarme con mis ganancias, eligiendo a algún joven que me pareciese prometedor para que siguiese con aquel supuesto legado, tomando mi lugar a bordo del barco, y así sucesivamente. Pero, aparte del hecho de que aquello se complicaría bastante el pasar el título a cualquiera por el hecho de haberse descubierto mi identidad, ya había terminado por entender que mi trayecto por la avenida de quién era el verdadero yo en el fondo había regresado a un foco que si bien no había contemplado al pensar que todo lo que me motivaba había terminado, era mucho más gratificante que lo que cualquier otra cosa podría haber sido en su lugar

¿Qué era lo que me hacía pensar así? No tenía que buscar más razones que la piel de la mejilla de la pelirroja en cada centímetro de la piel de mi palma y mis dedos. El mismo hecho de que estuviera contándole todo aquello me hacía saber que algo había cambiado en mí, y aunque quizás pudiese asustarme hasta algún punto que difícilmente admitiría, a la vez me mantenía en vilo. Sonreí ligeramente al leer su pregunta, y más allá que quisiera decirle algo para lo que no habría encontrado palabras en un momento como aquel, dejé que la respuesta simplemente fluyese. -Ahí acaba... al menos hasta hace un poco tiempo, cuando desembarqué en un puerto de Marshovia, encontrándome con una joven pelirroja. Fue entonces cuando salió a flote, demostrando que todavía podía haber más a la vida que vivirla por venganza sin saber qué hacer después de la misma. Que hay mucho que vale la pena a partir de una mirada azul, de una sonrisa...- y no era totalmente dueño de mis palabras, al menos en el sentido de que si fuese más consciente de ellas quizás me habría detenido, para no espantarla. Pero a medida que iban saliendo de mis labios me iba adueñando de ellas y de lo que realmente se escondía apenas detrás de ellas. -Supongo que lo que quiero decir, Ariel, es que... el simple hecho de conocerte, de estar cerca tuyo, me hace sentir vivo de una manera que no había experimentado antes- palabras que no podía atribuir a no haberlas pensado antes de pronunciarlas. No, esto último era muy probablemente un riesgo enorme al que no estaba acostumbrado. Pero era ella.

por **Ariel** Vie Nov 21, 2014 8:23 pm

-Ahí acaba... al menos hasta hace un poco tiempo, cuando desembarqué en un puerto de Marshovia, encontrándome con una joven pelirroja.- ¿Esa era yo? Bueno, seguro había más pelirrojas en Marshovia... Pero si era yo que bonito sonaba -Fue entonces cuando salió a flote, demostrando que todavía podía haber más a la vida que vivirla por venganza sin saber qué hacer después de la misma. Que hay mucho que vale la pena a partir de una mirada azul, de una sonrisa...- ay, ¿tengo los ojos azules? Ya ni me acordaba... Porque esto se parecía bastante a esos momentos donde el chico confiesa algo importante a la chica, que escucha siempre con una mano entre las de él y la otra en el rostro, cohibida. ¿Debería...? Porque me sentía tímida, sus palabras iban cargadas de un "algo" que no podía comprender de donde había salido.

Pero es que muchas cosas entre nosotros parecían haber salido de la nada. O no de la nada... era como si existieran de mucho antes. Tal vez por eso no se sentía errado estar a su lado, tomarle la mano... ¿o añorar un beso?

Cerré mis ojos un momento. ¿Por qué un beso? Nunca había besado a nadie, más ocupada de vivir aventuras que ir tras guapos tritones, que era trabajo de mi prima y hermanas. Yo era diferente. Incluso el escapar de casa por el príncipe no era totalmente un acto de amor. Eso había sido el empujón que necesitaba para salir de casa, para conocer el mundo del cual quería formar parte.

Tuve ganas de haber prestado un poco de atención a los chismes de Marina. Al menos sabría que se responde a un hombre que te dice que tu presencia lo hace sentir vivo. Algo sumamente romántico y a la vez tan inapropiado. ¡Acabábamos de salir de un juicio! No estábamos en una escapada juntos.

Bueno, yo me había escapado de la casa Moore, pero eso no es el punto. El punto era que responder, que hacer ante el hecho que mi corazón parecía a punto de salir volando de mi pecho, tal vez directamente a sus manos. Eso no estaba permitido, era malo, prohibido... Igual que salir del mar a por piernas. Y ya ven como tenía un par de lo más lindas bajo ese vestido.

No respondí a sus palabras por una simple razón: No había forma que mis labios pudieran modular una respuesta coherente sin perder tiempo. Y en ese preciso instante no nos sobraba tiempo. Los dos debíamos volver a casa en algún momento, sus piratas debían estar esperando a su capitán y mi jefa a la niñera de su retoña. Y a palabras románticas, una respuesta nada más está a la altura.

Volvía a poner mi cabecita sobre su hombro, esta vez plenamente conciente de la cercanía de nuestros cuerpos y las manos entrelazadas... Sabía que el gesto mostraba que no rechazaba nada, que no me sentía asustada ni saldría corriendo ante unas palabras que iban mucho más allá de una declaración amistosa.
Sus palabras iban dirigidas a esa parte del cuerpo que dicen es la encargada de los sentimientos. Y bueno, habían tocado una fibra sensible.

¿Cómo podía ser tan dulce un pirata mata sirenas? Del mismo modo que una sirena come piratas puede alzar la vista, estirar un poco el cuello, y depositar un veloz e inocente beso bastante cerca de unos labios que deseaba probar...

Sonreí, bastante nerviosa y con el corazón molestando en mis oídos. Estaba segura que hasta él podía oírlo. La inexperiencia me estaba pasando factura en esto de las emociones. Estaba segura que las muchachas ricas respondían palabras bonitas con otras igual de bonitas, escondiendo el sonrojo tras un pañuelo blanco empapado en perfume. O eso decía la señora Moore, tal vez la equivocada era ella y una muchacha puede responder como se le de la gana.

Tal vez no había un libreto para situaciones así, como no hay un libreto para decirle a una chica que eres un pirata, como esa chica no puede decirte que es sirena, como no hay explicación lógica de porque levanté otra vez la vista y esta vez sí que fui en la dirección correcta. Al beso rápido, el que no da tiempo ni de disfrutarlo, porque un momento hay roce y al otro nada.

Otra vez ese desesperante dolor de cabeza, esta vez como una punzada que parecía gritar ¡aléjate! Claramente le hice caso, soltando de golpe sus manos y llevándolas a mi cabeza. Parecía que el romanticismo tendría que esperar más.

Off: Te extrañé Sad

lo siento u.u

por Pirata Roberts Jue Nov 27, 2014 10:16 pm

¿Qué más podía decirle, o dejar de decirle? Nunca me había expuesto tanto, y por lo tanto el poder que aquella chica silenciosa tenía sobre mí era mayor a cualquier otro del que pudiese tener conocimiento, al menos en lo que se refería a algo que no fuese directamente magia, algo con lo que no tenía un conocimiento real ni siquiera desde alguna distancia. Ciertamente no tenía derecho a pedirle nada, mucho menos a hacer algún tipo de exigencia, que después de todo acababa de salir de un juicio en el que bien podría haber terminado siendo ejecutado, particularmente con la reputación que la Reina de Corazones tenía como precedencia. Y sin embargo ella había llegado ahí, lo que sí me hacía querer preguntarle por la razón que tenía para haber hecho aquel viaje, para tomar casi primera fila en aquel procedimiento que no podía ser un motivo de entretenimiento y mucho menos para una señorita como asumía que era ella.

¿Qué más tenía por hacer o decir ahora? No se me ocurría absolutamente nada más que mantenerme cerca a ella, en espera de cualquier respuesta que pudiese darme en la forma en que esta viniese, mientras tanto disfrutando de su calidez, de la manera en que sus gestos se paseaban por su rostro desde el cómo cerraba los ojos hasta cómo se veían las ideas correr por su cabecita pelirroja. No podía dejar de reconocer que había mucho que dependía de lo que pudiese responder, incluso más de lo que podía llegar a pensar en aquellos momentos. El que ella se apoyase en mi hombro se sentía a la vez inmensamente bien y me llevaba a preguntarme si es que no sería una manera de tratar de que un rechazo no fuese tan traumático.

¿Desde cuándo era tan inseguro? Lo cierto era que ella me había metido en todo un mundo de cosas desconocidas por mí hasta el momento, y no se lo resentía en lo absoluto. Bien podía tomarlo también como una aceptación de mis palabras... y algo más. Después de todo, ni siquiera había hecho gesto alguno para separar nuestras manos. La separación, cuando la hubo, fue para algo tan rápido como no del todo esperado pero sí deseado. Por ello fue que el dolor de cabeza fue tanto o más sorpresivo, habiendo querido mantenerme más bien con los pensamientos fijos en aquel roce de labios, incluso en una respuesta por mi lado. Un dolor blanco que se convertía en colores, particularmente en el de su cabello contra la arena brillante de una playa, una sonrisa dubitativa y el inicio del sonido de su voz. Antes de que pudiese hacer sentido de cualquier cosa me encontré con que ella parecía tener una reacción similar, alarmándome un poco. -¿Ariel?- la llamé, poniendo mis manos sobre las suyas, queriendo hacer algo para llevarme ese dolor, sin tener idea de qué.

Off: También te extrañé mucho u.u Pero ya volviste <3

por **Ariel** Vie Dic 05, 2014 10:07 am

¿Por qué debía doler tanto algo que uno quería? Claro que no era primera vez que molestaba tener gestos hacia él, en el puerto también había pasado. ¡Y eso era terriblemente molesto! Ese dolor era como la voz de Sebastian, diciendo ¡no, eso no se toca!

Pero estaba tan bien a su lado...

Respiré profundamente, sintiéndome mejor. El dolor ahora no era otra cosa que una molestia leve. Al abrir los ojos noté que no era la única que se sentía mal. ¿Iñigo sentía lo mismo?

-¿Ariel?-

Intenté sonreír, pero creo que no salió muy bien. Estas cosas si que me dejaban agotada. Aunque... curiosamente, no solo había pasado con Iñigo. También pasaba con Melody. Varias veces había tenido que dejar la habitación que compartíamos por el incesante dolor de cabeza. Tal vez el problema era mío o sería un problema de humanas...

-¿Si?

Sentir sus manos sobre las mías me calmó un poco más. Empecé a acercarme despacio, intentando ver si el dolor volvía. Por suerte no pasó nada, excepto la vergüenza. ¿Por qué tenía que ser tan complicada?

Me quedé ahí, quieta, sin saber como seguir. Esto no debería estar pasando. Y no me refería a la situación, si no a esas molestias. Ahora ni siquiera podía saber a qué sabía Iñigo. Lo abracé. Quería saber qué pasaría después, si estaba molesto... Cualquier cosa. Y evitar que me viera sonrojada. eso era muy molesto. Odiaba esas emociones, tan entre humana y sirena.

-Lo siento - modulé tras levantar la cabecita. Al final había arruinado el momento.

por Pirata Roberts Mar Dic 09, 2014 11:43 am

¿Iba a ser siempre así cuando ella y yo nos acercásemos un poco más? Lo quizás gracioso de que aquel pensamiento pasase por mi cabeza era que en gran manera significaba que hasta algún punto creía o por lo menos tenía la esperanza de que acercamientos de ese tipo se repitiesen en el futuro cercano y en adelante. Y la verdad era que, si es que era así, por mi parte bien podría habérmelo aguantado de haber sido sólo yo, pero no era el caso, como acababa de observar, que lo que fuese que estuviera ocurriendo le afectaba también a ella... y no sabía si podía soportar saber que la ponía en una posición de dolor.

Aparté un mechón de su rostro, acomodándolo detrás de su oreja, mirándola con cierta intensidad como si a través de eso pudiese descubrir qué era lo que estaba ocurriendo, por supuesto que sin que esto fuese a resolverse de esa manera. Finalmente solté un suspiro, con un esbozo de sonrisa que más que decepción mostraba preocupación por lo ocurrido. Y si es que todavía estaba con temas de confesiones, bien podía develarle un poco más, ¿no?

-No te disculpes, no es culpa tuya...- aunque tampoco podía saber de quién lo era, si es que había alguna culpa involucrada. -Me gustas, Ariel, muchísimo... Y me encantaría besarte, pero no quiero hacerte daño- y no había nada que me dijese que si volvíamos a juntar nuestros labios aquello no volvería a ocurrir. Era toda una problemática el saber qué hacer ahora, y lo único que sabía era que quería seguir con ella. Incliné mi rostro, rozando mi nariz con la suya, queriendo y no queriendo seguir más allá.

por **Ariel** Vie Dic 19, 2014 12:10 pm

La mirada de Iñigo, aunque intensa, me resultó calida y tranquilizadora. Tal vez las cosas fueran imaginaciones mías ¿no? Tal vez si pudiéramos avanzar un poco más en esa extraña relación y el dolor solo fuera provocado por un misero insecto mordelón... No. ¿Por que te haces ilusiones Ari? El dolor había sido real y había llegado en el preciso instante que intenté besarlo, estaba segura de eso. Hasta él parecía preocupado por lo que nos estaba pasando.

-No te disculpes, no es culpa tuya...- ¿Pero entonces de quien era? Por algo estaba pasando esa molestia, no podía ser solo mala suerte. ¡O tal vez ese maldito brujo había incluido otra cosa en su hechizo! Después de lo de hoy, estaba segura que ese intento de pulpo no era exactamente una buena persona, solo me había robado la voz y su poder. Aunque me haya dado piernas a cambio... Sí, Noligma algo debió hacer en esa gruta, algo para que no pudiera disfrutar de todo lo que incluía ser humana.

Seguía inmersa en esa idea, pensando cómo podía acercarme a Noligma y arrancarle mi voz, a la fuerza de ser necesario, cuando las palabras de Iñigo me devolvieron a la tierra. ¿Yo le gustaba?
Sonreí, como una tonta. ¡Era lo más dulce que había dicho! Incluía no solo una confesión clara, si no que también se preocupaba por mi. Eso significaba que de verdad algo estaba pasando entre nosotros, no eran imaginaciones mías y no era ningún juego.

La cercanía aceleró un poco más mi corazón, algo que yo creía imposible. Debía ser algo relacionado con su aroma a sal, algo que me trasladaba directo a casa. Seguro también debía oler a licor o sangre, o sudor, o vaya a saber una que cosas había en barcos piratas, pero lo que yo captaba era el intenso aroma a mar. Y mi cerebro lo asociaba a hogar. Solté una de mis manos y acaricié despacio su mejilla, esperando.
Quería seguir un poco más, aunque doliera. Necesitaba saber a que sabía, para no quedarme con la duda del anterior beso fallido. Me mordí el labio, pensando que tal vez sería un poco egoísta hacer algo que sabes va a dolerle al otro también, sobretodo porque ese otro te dice que quiere, pero no desea hacerte daño.

Pero era una sirenita un poco caprichosa. Lo haría igual.

Ya que aun estábamos tan cerca no necesité moverme demasiado, solo lo suficiente para tener mis labios a solo milímetros de los suyos. Aun tenía los ojos abiertos, estaba esperando que regresara el dolor o al menos una molestia. Y sí, sentí una molestia, pero no tan terrible comparada a la anterior.
Ya que era algo soportable, terminé con toda distancia y uní de una buena vez nuestros labios. Solo eso, a ver si aumentaba lo malo. Por un curioso motivo, se mantuvo igual.

Ya ahí no supe que otra cosa hacer. Ahí se acababa toda mi experiencia amorosa. Ni idea de besos, de caricias dulces, nada. Por un momento hasta me sentí aterrada de estar haciendo algo tan mal que Iñigo dejara de sentir algo por mi. ¿A quien le gusta besar a una total novata que parece de piedra?

La molestia no vino sola. Sentí que me estaba perdiendo de algo importante, que vino con una angustia por no tener idea de qué era. Algo que en mi cabeza tomaba forma de arena, de besos que parecían no ser tan inocentes o inexpertos. Y eso me confundía, porque si lo pensaba, este era mi primer beso... Ojos abiertos y todo, ¡era el primero!

Off: Aunque sigo tentada de hacer pasar mal a Ari, se viene la navidad XD algo de cariño que tenga la pobre...

por Pirata Roberts Mar Dic 30, 2014 11:36 am

Bien podría haber estado dispuesto a creer que aquel dolor era producto de algún tipo de maldición sobre nosotros por una de esas cosas que se escuchaba sobre las dificultades que se debían pasar para poder estar con tu verdadero amor y todo eso. El problema, claro, era que no era la primera vez que me ocurría algo así, aunque las ocasiones anteriores en que aquello me había ocurrido no había tenido nada que ver con una mujer, sino con la aparición de aquel extraño individuo que había llegado al Revenge asegurando de que era el contramaestre, algo que era por completo ridículo y ante lo que toda la tripulación había echado a reír. No había sido el dolor de cabeza, sino también la aparición de imágenes en mi mente, apenas destellos que eran imposibles de fijar o reconocer de alguna manera. O quizás había sido precisamente él quien me había lanzado el maleficio y ahora también resultaba afectada mi bonita pelirroja... Si es que ése era el caso, más le valía haber muerto durante la tormenta, porque de seguro los elementos serían más clementes con él de lo que yo me mostraría si es que volvía a encontrarlo.

El tenerla tan cerca, y en cierta maneras con disposición a un beso, y no poder hacerlo era algo que en realidad me frustraba bastante. Incluso aquel ligero roce anterior había sido toda una revelación y era tan solo el temor de hacerle daño lo que me impedía probar sus labios de manera más decisiva. Al menos mis palabras no parecían resultarle desagradables o molestas, ni desazón alguna cruzaba por su delicado rostro. Por el contrario... fue ella la que empezó a acercarse nuevamente hacia mí, hasta el punto en que incluso la idea del dolor que podría empezar a producirse en cualquier momento no necesariamente se olvidaba, pero sí iba perdiendo su relevancia en contraste con lo que podía alcanzar si es que lo dejaba pasar. A medida que la distancia se iba acortando el dolor iba apareciendo, aunque no en una intensidad como la anterior, ya fuese porque me estuviera acostumbrando al mismo o porque el deseo de besarla fuese triunfando sobre cualquier molestia que pudiese existir al respecto

Más que tenso, me encontraba ansioso hasta el momento en que sus labios se unieron a los míos, gatillando una nueva serie de imágenes mientras a la vez lograba mantenerme anclado a la realidad, al sentirla inexperta pero igualmente haciendo el esfuerzo. Mis ojos se cerraron sin que lo hubiese planeado así, dejándome envolver en las sensaciones tanto reales como imaginarias, atrayéndola un poco más hacia mí, atrapando con cuidado sus labios entre los míos y sintiendo el pulso acelerado tanto por ello como por la imagen de ella sobre la arena de la playa, palpitante ante mi toque y tan ansiosa como yo. Una necesidad atemporal de ella empezaba a tomar lugar en mí, eliminando por momentos el dolor mientras la intensidad del beso iba aumentando progresivamente. Mis manos la atraían a mi cuerpo, pero dejando de alguna manera aún libertad a sus movimientos, de manera que pudiera separarse en el momento que quisiera. Aquello no era algo a lo que estaba acostumbrado, pero quería que ella se sintiese tan bien como yo. Y eso incluía el libre albeldrío por su parte para poder marcharse en el momento que quisiera, que por más que no fuese algo que por mi parte deseaba, entendía que podía ser una opción que pudiese querer tomar.

Off: Pobre mi sirenita... Aunque sea por fin de año déjanos ser un poco felices (?) xD

por **Ariel** Mar Mar 10, 2015 2:42 pm

Decidí cerrar mis ojos, siguiendo el ejemplo de Iñigo, comprendiendo que ese era el paso que seguía. Aunque mirarlo era un agrado...
Por alguna razón misteriosa, el abandonar ese sentido permitió que los demás aumentarán, logrando que mis sensaciones también. Mis oídos sintieron los latidos de su corazón, que parecían ir al ritmo de los míos; mi piel ardia bajo su tacto, y en algún momento desconocido mis dedos intentaron acercarlo aún más a mi, perdiendose entre su pelo.

Me sentí nerviosa a medida que el beso aumentaba su intensidad. Pensé que me sería imposible seguirlo, por mucho que me esforzara. Casi era como si sólo él estuviera besando y yo moviendo levemente los labios. Rogué a Neptuno que notara mi deseo por seguirlo, y no creyera que estaba perdiendo el interés.

Aunque me sentí un poco atrapada a medida que mi espacio personal disminuía, sacando a la luz esa parte de mi llena de dudas y deseos de salir corriendo, me mantuve en mi sitio, permitiendo que se acerara poco a poco. Estaba tensa, ansiosa... Complicada. ¿Por qué de pronto sentía que todo sobre nosotros sería complicado? ¿O es que yo era la complicada? Sí, esto era complicado.

Pero tenía que dejarlo. No podía pensar tanto, eso implicaba estar lejos de una persona que deseaba tener completamente cerca. Estábamos completamente cerca.
Me separé cuando comenzó a faltarme el aire,. Mantuve un momento los ojos cerrados, saboreando con la lengua el sabor a sal que seguía en mis labios. Había extrañado tanto eso... Sabía a casa.
Le sonreí tímidamente cuando abrí los ojos, expectante. ¿Qué pasaría por su mente?

Aunque el beso había acabado, mi respiración seguía acelerada. Lejos de calmarme, sentí que mi corazón pronto escaparía de mi pecho. Emocionada, lo abracé con fuerza, enterrando mi nariz en su pecho. Esto era el cielo...

Off: siento la tardanza u.u y mi mala respuesta. Prometo esforzarme más en la siguiente!

por Pirata Roberts Sáb Abr 04, 2015 7:36 pm

Por un instante, una milésima de segundo tal vez, me pasó por la cabeza, entre todas las imágenes y confusas escenas, la posibilidad de que aquello no fuera lo que ella quería. Sin embargo, a pesar de todo, ese pensamiento desapareció tan rápido como apareció, junto con el hecho de que ella se estuviese dejando llevar. Sus dedos se enredaron entre mi cabello, haciendo que me acercar aún más a ella, algo que estaba por completo dentro de mis intenciones y deseos para aquel momento. No era como si ella estuviese aumentando la intensidad del contacto entre nuestros labios, pero tampoco la estaba disminuyendo y eso ya era señal más que suficiente para mí para saber que no era desinterés lo que la frenaba, si no era tampoco eso lo que ocurría.

La sensación de sus labios contra los míos era de no creerse en tantos sentidos que era incluso imposible expresarlos todos, y por más que en cierta manera aquel fuese más bien un beso casto, no podía evitar disfrutarlo más de lo que en toda mi memoria podía almacenar. Lo cual tenía que significar que en el fondo era algún tipo de sádico si es que consideraba el dolor involucrado en un principio, o quizas sólo que había ansiado tanto tenerlo que lo demás pasaba a un segundo plano o incluso mucho más atrás.

El beso tenía que terminar, sin embargo, tarde o temprano, aunque no fuese por otras razones que las prácticas, y así sucedió. Fui abriendo los ojos poco a poco para encontrarme con una de las expresiones más adorables que me había encontrado en la vida en el rostro de la pelirroja. Y cuando ella me abrazó, ocultándose en mi pecho, sonreí ampliamente, acariciando su espalda y besando la coronilla de su cabeza. -Mi Ariel...- susurré. Quizás estaba pretendiendo demasiado, pero al menos en ese momento así era como lo sentía como creía que debía ser.

Off: No hay problema, lo que importa es que volviste <3 Y me tocó demorarme a mí =/

por **Ariel** Miér Abr 22, 2015 11:36 am

¿Llegaremos a la parte dos? (Privado) - Página 2 Daria_zpslsant3x5

Oculta entre las sombras, los ojos de Daria no se despegan de la joven pareja. Ha estado siguiendo a la pelirroja desde que abandonó la mansión en Marshovia sin avisar a nadie.
Aunque la conocían como la hermana de la "señora Moore", lo cierto es que no tiene vínculos sanguíneos con nadie de esa casa. Es una guardiana de muy baja categoría, encargada de proteger a los pequeños reencarnados y ocasionalmente a su postiza madre. Nunca tiene contacto con los demás personajes de la historia. Pero desde la llegada de Ariel, rompiendo la historia original, ha decidido cuidar también de ella. Eso incluye tratar de alejarla de posibles pretendientes indeseados.

No es su guardiana legitima, ese era cierto cangrejo. Pero si algo había aprendido en su entrenamiento como guardiana, es que el "verdadero amor" no puede ser cambiado. Las reglas eran claras. Y esa chiquilla otra vez las estaba rompiendo...

Aunque hasta el momento solo eran castos besos, era claro para sus ojos que en esos momentos el corazón de la pelirroja estaba ocupado, y no precisamente por el príncipe Eric. Y ahora él parecía querer marcarla como suya. Ella ya tenía alguien esperándola.

¿Debería intervenir ya? Sí. Esto es suficiente.

-¿Habéis acabado con esta tontería? - dice, acercándose lentamente y cuidando no mostrar ninguna emoción. -Ariadna, levantaos de ahí, hora de regresar.

Ha errado con su nombre a propósito, siguiendo la costumbre de su "hermana". Lleva su mano al cinto donde reposa su espada, para demostrar que no aceptará un no. Como guardiana sin magia, siempre va armada.

-No diré nada sobre vos, señor. Me resulta reprochable la forma en que os habéis aprovechado de una joven muda.

___

¿Suya? ¿De verdad? Suelto un suspiro. Me siento tranquila entre sus brazos, sintiendo como su mano acaricia mi espalda. Levanto mi cabeza un momento y le doy un corto beso, quisiera quedarme a su lado todo el tiempo posible.
Desearía poder hablar, porque creo que solo así podría expresar mis emociones fielmente. Modular es complejo. Lo hago de todas formas.

-Te quiero... -

Pero... es obvio que el destino nos guarda otros planes. Siento la voz de lady Daria, una de mis patronas, llamándome como siempre de forma errada. ¡¿Qué hace ella aquí?!
Me separo de Iñigo por instinto. La mujer siempre me ha parecido peligrosa de una manera primitiva. Me levanto lo más rápido que puedo, acostumbrada ya a obedecerla.

Aunque no me parecen sus palabras, no puedo decir nada. Literalmente. Aunque tuviese mi voz de vuelta, no podría responder a Daria...

Off::

por Pirata Roberts Miér Mayo 06, 2015 6:26 pm

Sí, ciertamente la sentía mía, al menos en esos momentos. Bastante significativo para mí, que hasta entonces lo único que había tenido realmente mío eran objetos, no había tenido un sentido de pertenencia desde que Rugen me había arrebatado a mi padre todos esos años atrás. Lo mismo podía ser que ella estuviese de paso fugaz por mi vida, aunque ciertamente esperaba que no fuese así, que hubiese llegado para quedarse, porque la quería en mi existencia, a mi lado. Porque, sin otra palabra acompañándolo, simplemente la quería. Así como ella modulaba para mí, haciendo que se me acelerase el pulso y una sonrisa enorme se apareciese en mi rostro, a punto de decirle que me sentía igual. Sin embargo, no alcancé a hacer esto, pues nos vimos interrumpidos por una voz femenina que claramente se dirigía hacia nosotros con un tono de reproche, de cansancio y hastío, quedando claro que nos había estado observando, quizás por cuánto tiempo. Me giré hacia el origen de la voz para encontrarme con un rostro severo y una mujer que claramente parecía de armas tomar. La pelirroja se apartó de él en algo que se podía calificar como un hechizo roto de repente, sin aviso alguno, haciendo que me pareciese que un vacío había llegado repentinamente a absorberme.

-¿Ariadna? Su nombre es Ariel- dije a manera de respuesta, con mi mano apoyándose en el pomo de mi espada en un movimiento reflejo mientras me ponía de pie, enfrentando la mirada de la mujer. Hacía tiempo que no me sentía avergonzado de mí mismo, y ciertamente no iba a empezar a hacerlo ahora por sugerencia de ella, quienquiera que fuese. No había hecho nada malo, no me sentía como si me hubiera estado aprovechando de ella, y la única vergüenza que pudiese haber tenido habría sido darle a entender lo que sentía por ella ocultándole todo lo que había detrás mío, mi pasado y mis fantasmas, algo que ya distaba de ser el caso de todas maneras.

No, no tenía intenciones de luchar con ella, pero tampoco me parecía agradable que nos separase así como así. Dirigí por un instante la mirada hacia Ariel, y luego de nuevo hacia la mujer, queriendo saber quién era y qué derecho tenía para entrometerse en aquello, aunque al menos me quedaba claro de que la conocía de algo, pero sin saber si confiar siquiera mínimamente en ella para que pudiese permitir que se llevase a mi pelirroja sin más. No después de la reacción que había obtenido tan automáticamente en ella.

Off: Tiene sentido, así que por ese lado no hay problema. Me parece bien el cierre. :3

por **Ariel** Dom Mayo 17, 2015 12:29 pm

Dorea sigue firme cuando toma a la pelirroja del brazo, para alejarla definitivamente del hombre. Ya tiene listo su plan de escape, la yegua de Ariel ya está atada en el carruaje que piensa usar de transporte.

-¿Ariel? Como sea, es la criada de mi sobrina, no tiene derecho a salir de casa sin permiso. Si mi hermana se entera la sacará de casa, ¿Tu te harás cargo de ella acaso? No, claro que no. Los hombres como tu solo buscan aprovecharse de las muchachas tontas. Pero se acabó. Te quiero lejos de ella y la casa Moore. - se da vuelta, encarando a Ariel -Y ahora nos vamos, chiquilla. Agradece que vine por ti, le diré a mi hermana que salimos juntas.

Por desgracia, Dorea no tiene forma de saber que Roberts desconoce todo del empleo de Ariel, incluyendo el nombre de su empleadora. Y ahora puede aparecer cualquier día por allá...

La mirada de Ariel parece triste a medida que se alejan, apenada por la situación y el miedo de que Iñigo no vuelva a aparecer. Justo ahora que le ha dicho que lo quiere...

Ambas suben en silencio al carruaje preparado por Dorea, rumbo a Marshovia. Dorea espera no volver a saber de ese hombre.

Off: Me tomo la libertad de terminar Wink

Abres o abro?? La idea sería un encuentro por casa de Ari.

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