divagando por el bosque {Libre}

Paul quería que descongelara el pasto, lo cual resultaba bastante complejo porque yo congelaba involuntariamente todo a mi alrededor, recorrí el pequeño prado intentado quitar la escarcha con los pies pero solo se volvía más fuerte.

-Ehm... bueno, como veras, no funciona así, de todas formas ¿Para que quieres que descongele el pasto?

¿Acaso el frío traspasaba sus zapatos? ¿O tenía alguna extraña afición a la jardinería?

Él no me responde, pero empieza a flotar concentrado sobre el pasto. ¿Lo hará? Sonrío de puro pensar que pronto podré poner un pasto verdecito...

- ¡No! ¡Así lo congelas más! -exclamo estirando mis brazos hacia delante, para impedir de alguna forma que él siga haciendo eso.

- Ehm... bueno, como veras, no funciona así, de todas formas ¿Para que quieres que descongele el pasto? -lo miro con el rostro desencajado, ya que no tengo palabras para definir mi impotencia. O a lo mejor, tengo demasiadas palabras:

- ¡El pasto congelado es algo inútil! -digo a punto de tomarlo por los hombros para sacudirlo- ¡Los animales pasarán hambre! -mis manos están a punto de tomarle la chaqueta para sacudirle- ¡Moriremos todos! -en realidad no moriremos, que es cosa de caminar y encontraré más pastito tierno, pero bajo el efecto de las emociones me hace exagerar...

Mire durante unos minutos a Paul fijamente y con una expresión totalmente neutra en el rostro, para luego morirme de risa, bueno no literalmente, probablemente a este hombre le gustaría que si ahora mismo, pero vamos ¿Escucharon lo que dijo?

-¡Dios! ¡Eres muy divertido! ¡En serio, vas a robarme el puesto!

Más y más risas

-¡Moriremos todos!-Repetí divertido

off:

Podría hacerme una autocensura, y darme cuenta que estoy exagerando, pero nada de ello es posible cuando el congelador-de-pastos empieza a reírse.

Desde mis tiempos de potrillo en el orfelinato, la gente se burla de mí por ser diferente. En mi vida pirata sólo fue menos porque pude ganar mi lugar a base de desarrollar mis habilidades y adaptarme, pero siempre que llegaba alguien nuevo, incluso nuestros prisioneros, las burlas se dirigían primero al poney blanco...

- ¡Moriremos todos!

Así que ahora, algo en sus carcajadas me altera la sangre: me despierta una furia irracional que brota del cúmulo de burlas, algo que un pacífico poney no haría, pero yo, Paul ex-contramaestre del Revenge, desenvaino mi espada y le apunto hacia el ser que concentra todas las risas en mi contra:

- Os enseñaré que no se juega con la muerte: Si es su deseo, hoy mismo podrás reírte en su cara por toda la eternidad.

Los claros ojos del poney están rodeados de un suave tono rosa, fruto de las venas oculares dilatadas.

Off: Perdón por la demora, y ahora por el exagero, pero Paul está necesitado de un psicólogo luego de tanto trauma, a ver si lo ayudas o... lo congelas, que no veo como queden amigos. (Quizás lo logras)

Cuando el hombre saco su espada desde luego que no me impresione estaba más que seguro que no podía hacerme daño alguno, suspire y rodé mis ojos con cansancio, por un momento olvide que estaba hablando con un adulto.

- ¡Por dios! ¿Ustedes los adultos no son capaces de entender una broma ni aunque se les caiga en la cabeza, verdad? Deberían relajarse más a menudo-

Me acerque con naturalidad a él y toque la punta de su espada con mi cayado, escarchando solo un poco la punta, un lindo patrón de escarcha. Luego pensé que tal vez es demasiado susceptible o algo así, después de todo me reía de él ¡Pudo haber sido mi culpa después de todo! ¡Es mi deber solucionarlo! ¡Sobre todo porque no tengo nada mejor que hacer!

- Uhm... ¿Pero sabes qué? No eh querido ofenderte así que para que veas mi buena disposición, te ayudare en algo que quieras... ¿Quieres qué me vengue de alguien por ti? ¿Qué le haga una broma a alguien? ¡No hay problema! Concederé cualquier cosa que quieras... que pueda hacer claro...

Me preparo para atacar al jovencillo, pero en vez de miedo, o siquiera sorpresa, su reacción de molestia me descoloca aún más. ¿Acaso ni siquiera con forma humana tengo derecho a algo de respeto? ¿Merezco que me congele mi espada de nuevo?

- ¿Broma? ¡Otra vez no le tomas el peso a la muerte! ¿Nada es serio para tí? -bajo mi brazo, dejando de apuntarle, o de intentar algo, y me siento en el pasto.- ¡Grrr! -¡Me levanto de un salto por el frío del hielo!- Tú... -le miro amenazador, sin embargo, no intento atacarle ni nada. ¡No se me ocurre que hacer para quitarle esa sonrisa de la cara!

- Uhm... ¿Pero sabes qué? No he querido ofenderte así que para que veas mi buena disposición, te ayudaré en algo que quieras... ¿Quieres qué me vengue de alguien por ti? ¿Qué le haga una broma a alguien? ¡No hay problema! Concederé cualquier cosa que quieras... que pueda hacer claro... -Le observo, sin saber cómo reaccionar ante esta "oferta de paz". Decido no guardar mi espada, ya que aunque inútil contra él, me hace sentir bien por tenerla en mi mano (aunque tenga hielo en la punta), pero me posiciono en descanso, con el brazo relajado y las piernas preparadas para saltar sólo si fuera necesario.

- Para empezar, no debes congelar nada más en Marshovia, principalmente en la finca de... -¡Momento! ¿Y si esto es una trampa? Podría ser que atacara justamente el viñedo de Lady Katrina...- Dijiste que tienes buena disposición... si haces lo contrario, os juro que no descansaré hasta encontraros. -Respiro hondo, controlándome, creo, antes de decir, solemne- Es que no puedes estropear los viñedos de Lady Katrina, es una viuda, y su único sustento son los vinos que produce en su finca.

Sin embargo, eso de que podría hacerle una broma a alguien... No, no, sería muy arriesgado llevarlo justamente a la finca, pero... Shana a veces sale... No, no, mejor que no, que es una señora de edad, horriblemente mal genio y sospecho que no quiere el bien de Lady Katrina, pero una señora de edad al fin y al cabo.

En cambio Wesley, está lejos de la finca, y si el Revenge está en altamar tanto mejor, ya que más se demoraría Jack en hacerle la broma y regresar a Marshovia. Quizás... No, no, aún no me fío de éste. Me quedo un momento mirándolo, mudo, indeciso entre confiar en él o no.

Riendo de su forma de enloquecer tan rápidamente le contesto:

-¡No por supuesto que no me tomo nada en serio! ¿Enserio no lo notas? ¿Ni siquiera quien soy? ¿Ni siquiera cual es mi naturaleza? Deberías de notar que matarme no es una opción... al menos no con una espada-


¿Enserio no soy nadie? Nadie me conoce?
Si algo podría matarme estaba seguro que eso era la no-creencia aunque actualmente nadie cree en mi y sigo vivo, supongo que es solo por el destino, pero uno nunca podía estar del todo seguro.

- Para empezar, no debes congelar nada más en Marshovia, principalmente en la finca de... Dijiste que tienes buena disposición... si haces lo contrario, os juro que no descansaré hasta encontraros

-¡Por supuesto que tengo buena disposición! Pero sabes que encontrarme es algo un poco... imposible.

-Es que no puedes estropear los viñedos de Lady Katrina, es una viuda, y su único sustento son los vinos que produce en su finca.

-Uhm... Lady Katrina, Marshovia, de acuerdo lo capto no haré nada, pero no te puedo prometer un paraíso libre del invierno, el llegara les guste o no yo no puedo manejar eso... ¿En serio quieres solamente eso? Debes de quererla mucho para no pedir un deseo egoísta como no se... que cumpla una venganza del pasado, conocimientos que no deberías de conocer o algo así-

Miro desconfiado a Jack Frost. ¿Cómo cree que los piratas encontramos tesoros?

- ¿Es imposible seguir tu rastro de hielo? -le digo levantando una ceja- Ya me fijé que además de reír, es algo que haces de forma impulsiva. -Acerco la punta de la espada a mis ojos, y me fijo que hay un lindo patrón de dibujos en el hielo- Es como si firmaras tu trabajo. -digo concluyente.

Sin embargo, toda mi calma momentánea por mi lógica se evapora cuando él dice que "debo quererla mucho":

- ¿Pero qué dices? -digo sintiendo como mi rostro se vuelve rojo, pero ahora no es de rabia- ¡Ella es una viuda de respeto! Yo no tengo derecho a... -desvío la mirada, con ganas de que ese famoso hielo de él pudiera congelar los sentimientos de un pirata forajido- ¡Sólo déjala en paz y no le congeles nada!

Finalmente guardo la espada y me cruzo de brazos. Ya me he decidido:

- ¿Puedes ir al mar? -lo miro suspicaz antes de seguir- Porque hay alguien que me ha suplantado en mi puesto de contramaestre y... no me molestaría que sufriera un poco en tus manos.

Lejos, bien lejos de mí. Y principalmente, lejos de Marshovia y de Lady Katrina.

- Se llama Wesley: es rubio, con un bigote ridículo. -digo haciendo una mueca al acordarme la mirada de autosuficiencia que sólo dejó su cara cuando logré golpearlo. Fueron sólo segundos de alegría antes que me golpearan de vuelta, ¡pero valió la pena! ¡Hasta sonrío al recordarlo! Pero pronto me pongo serio de nuevo- ¡Pero sólo debes hacer la broma a él, ¿eh?! Mira que no debes dañar en lo más mínimo a mi capitán o a mis colegas. Ejem... No debes dañar al Temible Pirata Roberts ni a nadie más de la tripulación. El único elemento malo en el Revenge es Wesley...

¿Será buena idea? Empiezo a arrepentirme...