Fiesta Primaveral {LIBRE}

¿Quién es Ela? Primera vez que oigo ese nombre... Hago memoria y no recuerdo haber leído ese nombre siquiera en la invitación. Pero si es amiga de Nívea, ya cuenta con mi simpatía inicial, pues no sé por qué, esa hermosa joven rubia me tranquiliza con su mera presencia.

Y lo mejor: ¡Conoció a mi madre! Puedo sentir el dolor que siente por la pérdida, pues lo transmite con toda su alma:

- Tienes más suerte que yo... Quisiera haberla conocido. -suspiro melancólica- Papá andaba por el castillo suspirando por ella, pero, cuando le preguntaba cómo era ella, qué le gustaba, ¡cualquier cosa en realidad!, él me tocaba la cabeza y me dejaba hablando sola...

Escucho atenta como ella me explica el por qué no la conocí antes. Mis cejas se cierran ante la rabia que me da la actitud de Circe de prohibir que tuviera contacto con las amistades de mi familia. ¡Incluso de mi propia familia, que la última vez que ví a mi primo y tío de Marshovia fue cuando aún era niña! Recuerdo con toda claridad el último verano feliz que tuve antes que papá conociera a Circe...

- Nívea no es un nombre feo pero... es mejor que cada una tenga su color de blanco propio! -le contesto tratando de dejar mis tristezas atrás- Un gusto conocerla entonces, pariente mía. -hago una ligera reverencia, pues algo me dice que es alguien bueno, y me decido a confiar en ella.

Sin embargo, un repentino viento desordena mis cabellos. Me doy vuelta y me encuentro con una tempestad dentro del salón de baile.

- ¿Qué es eso? -pregunto asustada, poniendo mis manos para proteger mi vientre, pero sin derribar la manzana regalada.

Me giro con mis ojos bien abiertos cuando escucho que Nívea caracteriza a recién llegado como "un invitado más a la fiesta"! Yo sé que es Yer Noligma, un brujo que conocí y me rescató de Peter Pan pero... su lado oscuro hace que me trate de esconder. ¿Me habrá visto?

Sin embargo, gran parte de mi agitación se disipa al sentir sus manos frías sobre mí. La miro asombrada, porque una de mis nodrizas me contaba que había un mito que la familia de mi madre provenía de tierras cubiertas de hielo en todas las estaciones, y la calidez y al mismo tiempo frialdad de las manos de Nívea hacen que algo despierte en mi interior.

- ¿Ella es Ela? -pregunto en voz muy baja, pues reconocí a la dama que me regañó por haberme sacado la máscara.

Con la seguridad de la distancia, observo como Ela lleva a Yer hacia una mesa más privada. Allí ambos se sientan y empiezan una conversación muy concentrada. Al ver que ellos se internan en un mundo a parte del mundo de la fiesta, regreso mi mirada hacia la dama Nívea:

- ¿Por qué dices que ella es su casi hermana? Y su esposo, ¿está presente en esta fiesta? -pregunto sin pensar, seguida por el tren de pensamientos que el conocer a alguien relacionado con mi pasado me provoca. Sin embargo, luego que abro la boca me arrepiento de ser tan maleducada y, para cerrarla "educadamente", empiezo a morder la fruta que tengo en manos.

Off: Perdona la repetición, pero se me hizo necesaria para combinar la conversación.

La noche se me ha hecho larga... He buscado a Desirée en todas las jovencitas, pero por culpa de las máscaras, he mirado en vano. Por supuesto que también la he buscado por sus cabellos, pero cuando me acerqué a oler los cabellos que creí que eran de ella, la joven se dió vuelta y por poco no me golpea.

Por culpa de eso, tuve que buscarla de forma más discreta... Lo que quiere decir que he empezado a creer que no vino. Doy un resoplido de resignación y me apoyo a la pared, mirando como todos se divierten: Mi capitán baila con la bella joven voladora (que es rubia, por lo que no es Desirée); otro caballero baila muy bien con otra dama de vestido verde (y rubia, no es Desirée); una dama pelirroja y una dama... de cabellos café!

La miro, me acerco, pero la estatura no es la de Desirée... Me quedo junto a la mesa para comer algo. Empiezo a mascar una lechuga.

Me fijo en la morena que está disfrutando mucho de los dulces y ¡oh! ¡Manzanas! Una vez que ella se aleja, tomo una bien roja y la muerdo contento. Algo de dulzura en esta noche amarga.

Estoy distraído, ya en mi tercera manzana, cuando una dama se aproxima. Mi corazón late hasta que le veo el color de pelo: pelirroja... Miro hacia abajo, desanimado, por lo que me sorprendo al escuchar cuando ella me habla:

- ¿Se divierte, joven Pony? Espero que sí. Ande, disfrute de la comida, dentro de poco dará inicio el banquete. Solo espere a que estén todos listos...

¡Casi me atoro al oír cómo me llama! ¡No puede ser! ¿Cómo lo sabe ella? Pero antes que le responda, ella sigue saludando a los demás. ¿Sabrá la verdad que cada uno de nosotros oculta? Me preocupo y por primera vez olvido a la princesa de mis sueños en esta noche: Sigo con la mirada a la dama pelirroja, pero desde el buffet.

Y no la habría perdido de vista si no fuera por le huracán que se hizo presente en el medio del salón. Pongo mi mano en el mango de la espada pero pronto la dama pelirroja conversa con él y lo lleva aparte. La música vuelve a tocar y todos siguen como si nada.

No todos, que ahora yo quiero oír lo que ellos hablan. Me acerco, despacio, cuando de pronto oigo palabras que me traen a un pasado reciente, cuando una hermosa sirena de cabellos rojos y piel azul casi me ahogó:

- ¡Por supuesto que nuestra alianza sigue en pie, querido amigo! Hacen tantos años ya, pero aún me acuerdo como si fuera ayer cuando establecimos nuestra mutua ayuda entre Atlántica y Ecuestria.

Me doy vuelta, de manera algo brusca confesaré, y me encuentro frente a frente con un noble monarca (si no no llevaría una corona). Además que tiene un bastón en forma de tridente, como cuentan las leyendas de Neptuno. Pero lo que más me sorprende es con quién habla él: un Poney, que viste una capa roja y lleva también una corona con piedrecitas rojas. A su lado hay una reina Poney, con un pelaje tan blanco como el mío.

Ellos me miran y se callan, quizás molestos con mi intromisión. Y yo, por primera vez en mi vida, quedo mudo, incapaz de decidirme entre huir corriendo o hacer un hoyo y enterrarme ahí mismo.

–Ellos eran más que dioses... Eran Sabios y muy poderosos. La Bruja confiaba en ellos más que en nadie, por lo que todo pasaba por ellos, hasta las decisiones más pequeñas. Si tenías un problema, más te valía tener el favor del Sabio de tu tierra, porque si no desaparecías del mapa.
Noligma no objeto... para el esos sabios olvidaron en su regosijo, uqe habain fuerzas mas fuertes que ellos, pero no era eso lo que a Noligma le molestaba, pues en realidad el mismo desafiaria a una fuerza mas grande que el... lo que le incomodaba de ese tema es que esos sabios olvidaron que eran mortales, olvidaron que eran vulnerables y pagaron por ello.
Todo lo que tenian no fue suficiente y desearon tener mas... extrañamente en el fondo se sentia identificado... y eso lo aterraba en el fondo ¿acaso no acabaria igual que ellos?
-Eran buenos tiempos, en especial para los Sabios, pero la Bruja perdió poder con el cambio de milenio y… ellos la traicionaron.
-Si una reina no tiene poder sobre su reino, es normal que se lo quiten... lo unico que paso es que lo hicieron mal...calcularon mal sus posibilidades... de haber triunfado, este baile seria en su honor y todos alabariamos a nuestros señores legitimos sabios...

–Mi hermano era el líder de todos ellos, el más poderoso también. Yo prefería llamarlo el lame tronos de la Bruja. –rió con esto último. Noligma no rio, pero al menos sonrio –Eran 13 los Sabios, cada uno tenía un reino a su cargo y tareas determinadas. –como por arte de magia, un mapa de las Tierras Encantadas apareció sobre la mesa Noligma busco su castillo en el mapa, pero aparecia como reino de Grim, hacia años que su castillo no pertenecia a ese reino, supongo que es demasiado antiguo –Tu madre gobernaba aquí....En lo que hoy en día se conoce como el reino de Grim.

Noligma rio con ganas al ver que era le mismo punto que habia mirado
-Si lo se! tengo unos vecinos la mar de insoportables

Ela parecia pensativa pero al momento siguio

–Todos nosotros, los Sabios y los humanos en general, venimos de otro lado, de ese mundo sin magia.

Noligma temblo ante aquellas palabras, extrañamente empezo a oir el eco de unas palabras susurradas... y una cancion.... por un momento se sintio en el salon del castillo negro, su madre en el trono mientras los soldados monstruosos arrastraban el moviliario, Noligma permanecia al borde de las escaleras, por aquel entonces apenas tendria 5 años... aburrido salio a investigar el castillo por su cuenta... no recordaba mucho exeptuando que su madre estuvo muy enfadada y le prohibio volver a cierta habitacion... a la que no habia vuelto a entrar.
Noligma volvio a la realidad, Ela tenia el espejo en mano deshaciendo el hechizo. Luego, dejó sus manos sobre la mesa.

–Fuimos reyes y nos destronaron.También existía una hermandad ajena al Consejo, de brujas aprendices. Antes de ser escogida para el cargo, tu madre fue miembro de la hermandad. La líder, creo. Han pasado tantos siglos que no puedo recordar bien las cosas.

-No pasa nada, son cosas de los años...
Noligma recordaba a su madre despotricar contra "el atajo de remilgados" incluso entre los magos, la magia negra que el y su madre practicaban estaba mal vista... unicamente la nigromacia estaba peor vista, su madre y el nunca la practicaron, pero simplemente por que su madre tenia razon, se podian crear mejores sirvientes con oscuridad que con un cadaver maloliente, y para consultar a los espiritus no hacia falta u cadaver.

Noligma hecho la mirada atras, su madre era experta en toda clase de magia, pero la desmemorizante era su especialidad Noligma no le sorprendia no recordar detalles de su infancia, era probable que hubiese magia suya de por medio.

–Como verás… todos tuvimos una vida diferente, Noligma. Tu madre, mi familia… yo misma. Vidas que nos robaron a la fuerza por el error de unos pocos. Esta. Es una mera fachada, una mentira. Ellos están viviendo lo que les grabaron en sus cabecitas, sin cuestionarse nada. Viven así unos años y luego todo empieza de nuevo. Aunque esta vez algo cambió, no sé exactamente qué, pero hizo que algunos comenzáramos a recordar cosas y creó una realidad nueva. El destino cambió, querido. Y eso significa que tu madre no está muerta, como debería.


En Noligma brillo un eco de desprecio ante sus ultimas palabras pero lo oculto lo mejor que pudo
-Si mi madre esta viva o no... es cosa suya me temo, no puedo ayudarla... pero si vengarla... .
Noligma alzo su mirada al cielo
-a veces mi madre recordaba cosas, cosas que supongo que serian sus tiempos de sabia... no lo se, nunca me lo conto

Noligma recordo de repente, sufrio un Flashback forzoso, era algo extraño como si se viera de repente en un pasado remoto.
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Su madre se alzaba en medio de la sala, donde habia ordenado salir a todos, ante ella solo habia un pequeño joven aterrado ante la furia de su madre, aun no comprendia que habia hecho mal...
-cariño... mi chiquitin... te dije que nunca entraras hay...
su madre hablaba con mucha tranquilidad, pero un ligero tono que bien podria haber cortado el acero mas duro.
-yo...lo... lo siento madre... yo...
Una bofetada lo tumbo al joven al suelo, su madre acto seguido lo levanto.
-Eso por desobedecerme... y esto por que te quiero
Malefica acto seguido abrazo a su pequeño, mientras decia
-me has asustado, creia que te iva a perder... no podria volver a soportarlo
-lo siento mami... yo...
-no vuelvas a hacerlo... o te convertire en rana.
al joven no le parecio ninguna broma, asi que miro por encima del hombro de su madre.
Atras se alzaba una puerta negra abierta, dentro una profunda oscuridad, y unos ojos brillantes lo miraban, ollo voces en su cabeza... le estaban llamando.
-que ...¿que son?
-No te preocupes... son solo despojos... fueron humanos una vez, pero la oscuridad de sus corazones los deboro, no pdieron soportar el poder... no pudieron controlarlo ... y su poder los deboros transformandolos en sombras.
El joven Noligma temblo sin control, pero no hacia frio
-desean poseer la luz, pero no pueden aventurarse fuera de la oscuridad... no poseen cuerpo, son solo almas torturadas con sed y hambre insaciable. Solo desean teñir todo nuestro mundo de oscuridad... pero acabaran desapareciendo... algun dia...
-no volvere a entrar... lo... lo juro
-asi me gusta mi pequeño... recuerda que eres ni niño favorito... algun dia el mundo se podra a tus pies... y ese dia me vengare... la vere consumirse en la oscuridad
Noligma se detuvo y miro con gran miedo hacia la puerta negra, las voces cantaban... una cancion infantil, la conocia muy bien, su madre se la solia cantar.
Malefica fruncio el ceño y cerro la puerta con un movimiento de muñeca...
-no les hagas caso... ¿les tienes miedo?
Noligma nego con la cabeza, no les temiaa ellos, temia lo que habia visto alli dentro.
-algun dia hijo mio... seras mi venganza sobre el mundo
Noligma no lo dijo, pero aquello tambien le dio miedo.
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Noligma volvio al presente, estaba encojido en su silla, y un sudor frio corria por su frente, nego con la cabeza disipando las imagenes y los recuerdos.

-perdoneme... son muchos años de magia, conjueros y pesadillas, supongo que es la herecia que me dejo mi madre... agradesco todo lo que me ha dicho

Escucho educada sus respuestas, aunque eso de la hermana "fuego" de su marido "espejo" no entran al terreno de las cosas que comprendo. Sin embargo, y quizás porque pensaba en ello, al sentir la dulzura de la manzana en mi lengua llegan a mí imágenes de la dama Ela riendo junto a la dama Nívea, ambas sonriendo y caminando por el bosque primaveral. La última nevazón aún no se derrite del todo, pero la naturaleza ya renace bajo pequeñas hojas verdes.

Ellas cantan y rien, hasta que se aproxima un hombre muy guapo. Al instante ambas se callan, aunque las sonrisas no abandonan sus rostros. Ela, luego de besar a su hermano, ¡porque és su hermano el moreno recién llegado!, se aleja tocando las ramas de los árboles cercanos, mirando divertida de vez en cuando hacia atrás.

El hombre, Mirror, toma la mano de Nívea y juntos siguen por el sendero, en un silencio lleno de complicidad. A su alrededor, el bosque que resurge luego del frío es el marco perfecto para su amor...

Trago ese trozo de manzana y observo a la hermosa dama que tengo frente mío. ¡Ella estaba en mi visión, en el bosque! ¿Cómo es éso posible? Miro la manzana, amarilla en la parte donde mordí, y vuelvo a mirar a la dama Nívea:

- ¿Por qué me mostrastes éso? -pregunto con mis labios rojos como la sangre mientras guardo la manzana en uno de mis bolsillos.

- Espero que esto te ayude, mi dulce niña. Lo hago por tu bien, para que vuelvas a la normalidad. -ella toma mi mentón, y yo no le hago el quite- Eres igual a tu madre… tal vez la veas pronto, cuando la fiesta aumente su intensidad.

- ¿Pero no está muerta mi madre? -pregunto cada vez más confundida. ¿Acaso éso también era una mentira? ¿Sería por éso que Circe me separó de los amigos de mi madre? Quizás ella también estaba escondida en algún lugar del bosque, o en otro lugar del reino, huyendo de las garras de la malvada bruja...

Pero las palabras de advertencia, de cuya sinceridad no dudo al ver que sus ojos no me están mintiendo, hacn que se me hiele la sangre: Otra bruja, quizás más poderosa que Circe, ¡también está en mi acecho!

- Pero los enanos... -balbuceo, pero la dama, quién me sujeta las manos, no me deja seguir, indicando que ellos en realidad son leales a la misteriosa bruja "superior". Siento mis piernas flaquear al pensar que Sabio, Gruñón o Tontín quieran hacerme daño, sin embargo, fue justamente Gruñón quién sugirió que diera mi bebé en adopción para poder casarme con el príncipe Franz Ferdinand...

Ella sigue hablándome, con prisa, como si se tuviera que ir, y me concentro en sus palabras, tanto que, cuando menciona a mi abuelo la imagen del apuesto hermano de Ela viene a mi mente. ¿Por qué me acordé de él? Pero menos comprendo al oír que mi abuelo está prisionero en el mismo castillo donde viví toda mi vida. ¿Cómo nunca le ví? ¡Y mi madre está abajo, en las masmorras!

De inmediato siento la necesidad de regresar corriendo al castillo, para liberarlos, para conocerlos, ¡para tener una familia nuevamente! Pero siento sus manos soltarme. Trato de sujetarla cuando me fijo que ella se hace... ¿transparente?

- ¡No os vayas! -imploro tratando de sujetarla, pero no tengo nada qué agarrar, sólo aire.