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Fiesta Primaveral {LIBRE}
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Re: Fiesta Primaveral {LIBRE}
Para fortuna mía estaba equivocada en todas mis sospechas, al parecer por esta vez no me encontraba frente a un asqueroso bucanero a merced del sanguinario Garfio, ya que al momento de mi ligero acercamiento mi acompañante solo sonrió dándome seguridad en un solo instante, por lo cual me relaje completamente dejando que el nerviosismo pasara a segundo plano en esta ocasión. Se debía principalmente a la seguridad de sus palabras, y aunque varias veces trataba de hacer que el solo se delatara hasta ahorita mis intentos habían sido en vano:
“Un último intento y ya”- me repetía constantemente en mis adentros, por fortuna mi momento de reflexión (si se podría decir) no fue notorio ante aquel hombre, que a su vez no creía lo mala que yo fuese bailando… Vaya si se diera cuenta que el estar sobre el aire hace las cosas más sencillas:
-Estoy en lo cierto, soy pésima bailando- comente en un tono burlón y con un tanto de sinceridad, y claro que el no sabría de lo que estoy hablando, pues algo me decía que el si sabia bailar…
Pero bueno fue un error mío al preguntarle directamente por su nombre, pues aunque me encantaba ir directo al grano, en esta ocasión parecía no ameritar mi idea de saber su identidad, ya que como él dijo era una fiesta de mascaras y aunque arruinaría principalmente la temática de aquella celebración me respondió de una manera que sinceramente no me la esperaba, haciéndome de nueva cuenta cuestionarme sobre lo que anteriormente dije Pareciese que aquel caballero seguía mi juego al mismo nivel que yo, respondiendo una pregunta con otra poniéndome en un ligero dilema en escasos minutos; Tras pensarlo un poco (solo fueron dos segundos para ser exacta) decidí continuar con nuestro “juego” ya que yo siempre me empeñe en saber más a fondo sobre él, y el muy astuto evadía perfectamente mis intenciones;
“¿Ahora si boca floja que le responderás?”.-Dude por unos instantes pero al fin di con lo correcto o al menos eso parecía en ese instante:
-Bien, creí haberlo visto en…en.. Cerca del mar, ¡Si eso!- Comente señalándolo un poco y asintiendo con la cabeza un par de veces, aunque admito que fue lo primero que llego a mi curiosa mente, tomando esta vez un cubierto comencé a juguetear con él, disimulando mi ligero nerviosismo ¿Y nerviosismo a qué? No tenía la mas mínima idea, ahora solo esperaba que mi rostro no actuara frente a las circunstancias, ya que así como cuando me enfadaba tenía el mismo efecto mis ligeros nervios.
“Un último intento y ya”- me repetía constantemente en mis adentros, por fortuna mi momento de reflexión (si se podría decir) no fue notorio ante aquel hombre, que a su vez no creía lo mala que yo fuese bailando… Vaya si se diera cuenta que el estar sobre el aire hace las cosas más sencillas:
-Estoy en lo cierto, soy pésima bailando- comente en un tono burlón y con un tanto de sinceridad, y claro que el no sabría de lo que estoy hablando, pues algo me decía que el si sabia bailar…
Pero bueno fue un error mío al preguntarle directamente por su nombre, pues aunque me encantaba ir directo al grano, en esta ocasión parecía no ameritar mi idea de saber su identidad, ya que como él dijo era una fiesta de mascaras y aunque arruinaría principalmente la temática de aquella celebración me respondió de una manera que sinceramente no me la esperaba, haciéndome de nueva cuenta cuestionarme sobre lo que anteriormente dije Pareciese que aquel caballero seguía mi juego al mismo nivel que yo, respondiendo una pregunta con otra poniéndome en un ligero dilema en escasos minutos; Tras pensarlo un poco (solo fueron dos segundos para ser exacta) decidí continuar con nuestro “juego” ya que yo siempre me empeñe en saber más a fondo sobre él, y el muy astuto evadía perfectamente mis intenciones;
“¿Ahora si boca floja que le responderás?”.-Dude por unos instantes pero al fin di con lo correcto o al menos eso parecía en ese instante:
-Bien, creí haberlo visto en…en.. Cerca del mar, ¡Si eso!- Comente señalándolo un poco y asintiendo con la cabeza un par de veces, aunque admito que fue lo primero que llego a mi curiosa mente, tomando esta vez un cubierto comencé a juguetear con él, disimulando mi ligero nerviosismo ¿Y nerviosismo a qué? No tenía la mas mínima idea, ahora solo esperaba que mi rostro no actuara frente a las circunstancias, ya que así como cuando me enfadaba tenía el mismo efecto mis ligeros nervios.
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Campanita
Re: Fiesta Primaveral {LIBRE}
La mirada de sospecha con la que parecía haberme enfrentado en un principio, cosa que podía ser visible a pesar del antifaz que llevaba, pareció irse calmando poco a poco, a medida que los segundos iban transcurriendo a su propio ritmo en medio de la música que se esparcía por aquel salón de fantasía, y a medida que el ambiente entre ambos se iba distendiendo con una conversación que era bastante inofensiva, en la cual aliviábamos cualquier estrés que pudiera existir a partir del simple buen humor que parecía reinar en ella.
La mujer mantuvo aquel mismo ambiente de buen humor e incluso de burla, insistiendo en que no era buena bailando sobre el suelo, cosa a la que realmente no podía oponerme al conocerla tan poco como lo hacía, y después de todo, si realmente estaba más acostumbrada a volar como lo había hecho, tendría mucho sentido lo que me decía, teniendo eso en común con las sirenas que había conocido, que no estaban muy acostumbradas al uso de sus piernas por movilizarse de otra forma.
-Está bien, si insistes, creo que no me queda más alternativa que confiar en tu palabra- le dije, con una sonrisa de lado.
Por otra parte, así como lo había asumido después de que ella había intentado averiguar mi identidad de buenas a primeras, era del tipo de personas que preferían no darse muchos rodeos, y siendo así, seguramente que tampoco dudaría mucho en responder a mi propuesta de la mejor manera que le fuese posible. Efectivamente, aunque se tomó unos momentos para pensárselo por un par de segundos que podría haber usado en cualquier otra actividad sin importancia, accediendo de manera implícita a aquello, diciéndome que había creído verme cerca del mar, lo cual era bastante amplio, que los puertos por los que había pasado eran a estas alturas innumerables. Por ello, reí levemente, negando con la cabeza.
-Supongo que bien puede haber sido, así que no tengo por qué no cumplir con mi parte del trato. Puedes llamarme Roberts, ¿cómo debería llamarte yo?- le pregunté, haciendo una ligera venia al momento de "presentarme", notando la manera en que juguetaba con uno de los cubiertos, tomado de la mesa. Parecía bastante nerviosa, aunque no podría decir que sabía por qué.
La mujer mantuvo aquel mismo ambiente de buen humor e incluso de burla, insistiendo en que no era buena bailando sobre el suelo, cosa a la que realmente no podía oponerme al conocerla tan poco como lo hacía, y después de todo, si realmente estaba más acostumbrada a volar como lo había hecho, tendría mucho sentido lo que me decía, teniendo eso en común con las sirenas que había conocido, que no estaban muy acostumbradas al uso de sus piernas por movilizarse de otra forma.
-Está bien, si insistes, creo que no me queda más alternativa que confiar en tu palabra- le dije, con una sonrisa de lado.
Por otra parte, así como lo había asumido después de que ella había intentado averiguar mi identidad de buenas a primeras, era del tipo de personas que preferían no darse muchos rodeos, y siendo así, seguramente que tampoco dudaría mucho en responder a mi propuesta de la mejor manera que le fuese posible. Efectivamente, aunque se tomó unos momentos para pensárselo por un par de segundos que podría haber usado en cualquier otra actividad sin importancia, accediendo de manera implícita a aquello, diciéndome que había creído verme cerca del mar, lo cual era bastante amplio, que los puertos por los que había pasado eran a estas alturas innumerables. Por ello, reí levemente, negando con la cabeza.
-Supongo que bien puede haber sido, así que no tengo por qué no cumplir con mi parte del trato. Puedes llamarme Roberts, ¿cómo debería llamarte yo?- le pregunté, haciendo una ligera venia al momento de "presentarme", notando la manera en que juguetaba con uno de los cubiertos, tomado de la mesa. Parecía bastante nerviosa, aunque no podría decir que sabía por qué.
Re: Fiesta Primaveral {LIBRE}
Tensión, nerviosismo y curiosidad, algo no estaba del todo bien y quizás sería la rígida postura que mantenía ante nuestra amistosa conversación ahora que no necesitaba subir de tono pues la melodía que recorría el salón había disminuido el volumen, por si fuera poco mi lenguaje corporal me delataba de cualquier forma, por lo tanto no me hubiese sorprendido si el sospechara algo sobre mis intenciones, que no eran malas ni pretendían incomodar ante tan especial ambiente pero ahí estaban tan visibles como lo eran mis grandes extremidades sobre mi espalda, a pesar de todo el caballero sabia disimular muy bien pues mis movimientos enmarcaban mas mi curiosidad a tal extremo de atosigar a cualquiera y el actuaba como si no notara acción alguna de mi parte.
Al parecer quedo realmente de acuerdo conmigo respecto a mi forma de bailar y dejando atrás el cubierto con el que momentos atrás jugueteaba con gran nerviosismo y sacudiéndolo un poco pues quedo con una ligera capa de polvo dorado gracias a la fricción de mis manos sobre este (pues llego a mí un sentimiento extraño o mejor dicho una futura corazonada) agregue riendo:
-Es lo mejor, quizás podría darle una sorpresa- Lo mire directo a los ojos y apreté mis labios ligeramente pues por fin se daba por vencido en insistir que no creía del todo que fuera mala bailando, aunque debería admitir que era mucho mejor volando y hablando hasta por los codos que moviendo mis otros medios de transporte.
La mirada de sospecha que mantenía se esfumo del todo, una alegría superior se apodero de mi rostro al momento que él me dijo su nombre pues escaneando rápidamente mi masa gris descubrí que nunca había escuchado hablar de él, ni siquiera en Londres a donde solía escaparme casi todos los días anteriormente lo había escuchado, dejan salir un ligero resoplido a manera de alivio ante lo sucedido, pues mi gran puntería respecto al lugar donde lo había visto dio justo en el blanco ahora sí que tenía que celebrar por mi magnifica intuición pues la mitad de lo que dije fue al tanteo de la situación, como consecuencia me rebelo la identidad que se escondía detrás de esa oscura mascara que cubría la mitad de su rostro y aquella sobria pero elegante apariencia.
-Un placer Roberts, y bien como tal creo que será justo decirte mi nombre, así que puedes llamarme Campanita- Comente pero quizás cometí un error al tutearlo, a mi no me molestaba en absoluto que lo hicieran, pero no tenía idea si Roberts era alguien de la nobleza con el cual debería de mostrar otra clase de educación.
Al parecer quedo realmente de acuerdo conmigo respecto a mi forma de bailar y dejando atrás el cubierto con el que momentos atrás jugueteaba con gran nerviosismo y sacudiéndolo un poco pues quedo con una ligera capa de polvo dorado gracias a la fricción de mis manos sobre este (pues llego a mí un sentimiento extraño o mejor dicho una futura corazonada) agregue riendo:
-Es lo mejor, quizás podría darle una sorpresa- Lo mire directo a los ojos y apreté mis labios ligeramente pues por fin se daba por vencido en insistir que no creía del todo que fuera mala bailando, aunque debería admitir que era mucho mejor volando y hablando hasta por los codos que moviendo mis otros medios de transporte.
La mirada de sospecha que mantenía se esfumo del todo, una alegría superior se apodero de mi rostro al momento que él me dijo su nombre pues escaneando rápidamente mi masa gris descubrí que nunca había escuchado hablar de él, ni siquiera en Londres a donde solía escaparme casi todos los días anteriormente lo había escuchado, dejan salir un ligero resoplido a manera de alivio ante lo sucedido, pues mi gran puntería respecto al lugar donde lo había visto dio justo en el blanco ahora sí que tenía que celebrar por mi magnifica intuición pues la mitad de lo que dije fue al tanteo de la situación, como consecuencia me rebelo la identidad que se escondía detrás de esa oscura mascara que cubría la mitad de su rostro y aquella sobria pero elegante apariencia.
-Un placer Roberts, y bien como tal creo que será justo decirte mi nombre, así que puedes llamarme Campanita- Comente pero quizás cometí un error al tutearlo, a mi no me molestaba en absoluto que lo hicieran, pero no tenía idea si Roberts era alguien de la nobleza con el cual debería de mostrar otra clase de educación.
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Campanita
Re: Fiesta Primaveral {LIBRE}
A pesar de la tónica de nuestra conversación, que era bastante distendida e informal, podía notarse aún cierta distancia en la manera en que se dirigía hacia mí, y no era que se notase tanto en el tono de su voz, que después de todo era bastante amigable y melodiosa sin que poco apuntase a lo mismo que lo hacía su postura y su lenguaje corporal y gestual, con sonrisas algo tensas que no alcanzaba a confirmar debido a que, al final de cuentas, iba con una máscara que sí servía para disimular ese tipo de cosas. Por supuesto, que llegase a notar ese tipo de detalles no quería decir que de la misma manera pudiera adivinar cuál era la razón que pudieses haber para aquella reacción de su parte, o por lo menos no veía una línea clara que pudiese llevarme a tener siquiera una pista al respecto.
No era que terminase de creerme aquello de que fuese tan mala bailando, pues me parecía que era difícil que alguien que pareciese ser tan grácil como lo aparentaba ella, aunque no fuera por otra razón más allá de la naturaleza que pudiese indicar el elemento en el que mejor se movía, pero no tenía mayor sentido el llevarle la contra simplemente porque sí, además que podía llegar a verse como una impertinencia o incluso una falta de respeto o un insulto dudar de lo que me decía. De todas maneras, con lo que me dijo a continuación quedaba suficiente espacio como para no cerrar del todo el tema.
-Pues creo que entonces me quedaré con eso, mejor, que una buena sorpresa nunca está de más- le respondí, sonriéndole y manteniendo la mirada que me dirigía, sin que me fuera necesario desviarla siquiera para observar su antifaz, cosa que ya había hecho anteriormente y de todas maneras el color de sus ojos era más atractivo para la vista que aquel adorno.
Finalmente aquel aire de lejanía que se había mantenido en el ambiente se deshizo como por arte de magia (cosa de la que no entendía realmente mucho) una vez que le hube dicho finalmente la identidad que hasta cierto punto escondía debajo de mi propia máscara, identidad que de todas maneras seguía siendo una máscara, pero una que había llevado por tanto tiempo que daba lo mismo que me identificase de aquella manera, pues para todos los efectos, o al menos todos los que podían importar para la mayoría de las personas, era aquella la que mostraba quién era yo. En resumen, si me presentaba de aquella manera, no era que estuviera realmente mintiendo ni mucho menos. De todas maneras, no parecía ser que hubiera escuchado de mí, o al menos a mí me parecía que si lo hubiera hecho no estaría tan tranquila. O quizás sí, ¿quién sabía?
-Campanita, curioso nombre. Y el placer es mío- le respondí, dirigiéndole una sonrisa. No era de burla ni nada parecido, aunque sí me parecía que su nombre no era muy adecuado para una mujer como ella.
No era que terminase de creerme aquello de que fuese tan mala bailando, pues me parecía que era difícil que alguien que pareciese ser tan grácil como lo aparentaba ella, aunque no fuera por otra razón más allá de la naturaleza que pudiese indicar el elemento en el que mejor se movía, pero no tenía mayor sentido el llevarle la contra simplemente porque sí, además que podía llegar a verse como una impertinencia o incluso una falta de respeto o un insulto dudar de lo que me decía. De todas maneras, con lo que me dijo a continuación quedaba suficiente espacio como para no cerrar del todo el tema.
-Pues creo que entonces me quedaré con eso, mejor, que una buena sorpresa nunca está de más- le respondí, sonriéndole y manteniendo la mirada que me dirigía, sin que me fuera necesario desviarla siquiera para observar su antifaz, cosa que ya había hecho anteriormente y de todas maneras el color de sus ojos era más atractivo para la vista que aquel adorno.
Finalmente aquel aire de lejanía que se había mantenido en el ambiente se deshizo como por arte de magia (cosa de la que no entendía realmente mucho) una vez que le hube dicho finalmente la identidad que hasta cierto punto escondía debajo de mi propia máscara, identidad que de todas maneras seguía siendo una máscara, pero una que había llevado por tanto tiempo que daba lo mismo que me identificase de aquella manera, pues para todos los efectos, o al menos todos los que podían importar para la mayoría de las personas, era aquella la que mostraba quién era yo. En resumen, si me presentaba de aquella manera, no era que estuviera realmente mintiendo ni mucho menos. De todas maneras, no parecía ser que hubiera escuchado de mí, o al menos a mí me parecía que si lo hubiera hecho no estaría tan tranquila. O quizás sí, ¿quién sabía?
-Campanita, curioso nombre. Y el placer es mío- le respondí, dirigiéndole una sonrisa. No era de burla ni nada parecido, aunque sí me parecía que su nombre no era muy adecuado para una mujer como ella.
Re: Fiesta Primaveral {LIBRE}
Giramos y bailamos con mi prima, ahora con más personas llenando el gran salón de baile, y río sin control, embriagada con la melodía tan suave y hermosa!
Pasó mucho tiempo antes que percibiera que Ariel estaba nerviosa, pero una vez que me dí cuenta, me puse alerta y mis carcajadas disminuyeron visiblemente. No quise preguntarle qué le había pasado, que no sería lo correcto en medio del baile, así que esperé hasta que llegara el momento oportuno.
Y el momento llegó con el cambio de la pieza musical:
- Vienes conmigo o te quedas bailando? -me pregunta de pronto, y yo le asiento rápidamente, pues tantas vueltas, más la caminata, me han dado mucha hambre.
Camino a la mesa, saludo a Tío Tritón, quién conversa con unos caballos enmascarados, tan animadamente que casi me dirijo hacia allá de pura curiosidad, pero Ariel camina muy rápido, y si me detengo la perderé de vista:
- ¡Espérame! -le llamo, corriendo para llegar a la mesa. Llego y veo que ella está comiendo una fruta roja.- ¿Qué es eso Ariel? -pregunto mientras busco algo de comer de mi gusto. ¿No hay ninguna alga a la vista? Mis ojos recorren la mesa, pero sólo veo comida terrestre, y me da miedo probar cosas que no sé qué son.
Entonces, levanto la vista y veo que Ariel ya no está a mi lado. La busco y empiezo a llamarla nerviosa:
- ¡Ariel! ¡Ariel! -la gente me mira, y sólo entonces me doy cuenta que no debía estar gritando, por lo que me callo y sigo caminando por el salón, buscando a mi prima sólo con mis ojos.
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Re: Fiesta Primaveral {LIBRE}
Sigo dejando que el bello caballero me guíe en el baile...
Off: ¿Alguien quiere ser ése caballero? Sé que Eric y Roberts no pueden, por el roleo previo.
Re: Fiesta Primaveral {LIBRE}
Petición de Babette concedida a falta de más participantes masculinos.
Dicho esto se aleja lo más rápido que puede, sintiendo como sus mejillas adoptan un gracioso tono carmín, pero sosteniendo a pesar de todo con la misma firmeza a la desconocida mujer.
Ajeno a todo estaba él, esperando una señal caída del cielo. Ela le sostiene del brazo con fuerza, intentando así evitar que su joven aprendiz cometa una impertinencia. Pero él se encuentra ajeno al agarre de su mentora, solo ve las luces, la gente sonriente. Siente la música fluir libremente por cada rincón del palacio, llamándole con fuerza. Añora el toque de su mágico violín, sin él se siente perdido. Pero Ela se lo ha quitado, así como sus formas infantiles. Por un momento el niño eterno ha desaparecido, dejando en su lugar al galante caballero que debería ser si la traición no le hubiese encontrado antes de madurar. Los ojos puros de Pierrot buscan algo o alguien que llame la atención de Ela para así escapar y conseguir su violín. Lo infantil no le interesa por ahora, puesto que se siente cómodo en esas formas tan ajenas y al mismo tiempo propias. El milagro ocurre al llegar una nueva ola de invitados, todos enmascarados a excepción de uno. Ela suelta de inmediato a su pupilo y corre a llamar la atención de dicho infractor, momento que Pierrot aprovecha para escapar.
Sin Ela a su lado Pierrot se siente libre de retomar sus costumbres infantiles, como ir corriendo a la mesa de manjares, pero algo le detiene. O mejor dicho, alguien. Una visión diferente, puede que un ángel o una poderosa y encantadora hechicera. Pensamiento muy cursi para un muchacho como él, que sabe reconocer la magia en todas sus formas. Ella no es más que otra humana, otra esclava de esa Bruja. Pero para Pierrot ella es... El verde de los árboles gigantes de su juventud. Se le acerca curioso y en cierta forma deseoso de entablar conversación con ella, pero no sabe como actuar. Las chicas por norma lo veían como lo que era, un angelical niño pequeño. El reflejo de uno de los tantos espejos puestos de forma estratégica le recuerdan que ya no parece un niño, sino un hombre, por lo que su corazón se llena de alegría al tiempo que sin vergüenza alguna le pide una pieza de baile. Para su sorpresa, ella acepta.
Pierrot intenta recordar como bailar correctamente, cosa que logra con bastante éxito, pues la joven se desliza con gracia al ritmo impuesto por la música y guiada por su propia mano. Él suspira, un suspiro delicado e inaudible. Sí, es un ángel. Sus ojos exploran el cuerpo de ella sin pensar en que podría sentirse ofendida. Esta acostumbrado a hacerlo, puesto que a nadie se le ocurriría pensar que en ese cuerpecito infantil coexiste la mente madura de un adulto. Ahora sin embargo el niño no existe, y cuando lo recuerda es tarde. Ya ha visto al ángel en todo su esplendor. Sigue considerándola como tal, pues le recuerda la belleza fiera de su madre, quien de delicada no tenía siquiera las pestañas. Era una mujer hecha y derecha, considerada una sucubo en tiempos pasados, un demonio sin escrúpulos que irrumpe en cuartos para disfrutar el cuerpo de un hombre con dueña. Y para un niño, no importa como sea la progenitora, siempre será un ángel.
Baja tímidamente la mirada, ya ha desaparecido el gallardo caballero que sacó a bailar a la joven rubia. Sus pasos se detienen de forma abrupta, temeroso de la reacción de la otra. Una parte de si desea volver a mirarla libremente, pero su educación le manda mantenerse apartado. Aun no se da cuenta que sus manos continúan sosteniendo con firmeza la cintura de su acompañante, un poco posesivas tal vez, pero para nada bruscas. Es Pierrot después de todo. Sus manos están hechas para ser así de delicadas, como cuando toca su violín. Como si el castillo mismo hubiese oído su deseo, la música cambia hasta volverse la melodía angustiada de un solo violín. El de Pierrot.
Esta melodía le devuelve el valor que necesitaba. Acerca una vez más el cuerpo de ella al suyo, notando que por primera vez es él el más alto. Y eso le encanta. Su nariz, que aparentemente tiene vida propia, se dirige despacio al cabello de ella, aspirando. Vuelve a suspirar.
Sus labios buscan tímidos el oído de la doncella, no para dejar un beso, sino unas palabras dichas con un tono... Igual de tímido. Para sorpresa de Pierrot, que desde su transformación no había dicho palabra alguna, su voz no suena como la de un infante. Suena como la voz de un hombre de verdad.
-Sabe, esa melodía la compuse yo... Y por alguna razón me recuerda a usted. Me recuerda a la princesa de algún bosque encantado...
Sin Ela a su lado Pierrot se siente libre de retomar sus costumbres infantiles, como ir corriendo a la mesa de manjares, pero algo le detiene. O mejor dicho, alguien. Una visión diferente, puede que un ángel o una poderosa y encantadora hechicera. Pensamiento muy cursi para un muchacho como él, que sabe reconocer la magia en todas sus formas. Ella no es más que otra humana, otra esclava de esa Bruja. Pero para Pierrot ella es... El verde de los árboles gigantes de su juventud. Se le acerca curioso y en cierta forma deseoso de entablar conversación con ella, pero no sabe como actuar. Las chicas por norma lo veían como lo que era, un angelical niño pequeño. El reflejo de uno de los tantos espejos puestos de forma estratégica le recuerdan que ya no parece un niño, sino un hombre, por lo que su corazón se llena de alegría al tiempo que sin vergüenza alguna le pide una pieza de baile. Para su sorpresa, ella acepta.
Pierrot intenta recordar como bailar correctamente, cosa que logra con bastante éxito, pues la joven se desliza con gracia al ritmo impuesto por la música y guiada por su propia mano. Él suspira, un suspiro delicado e inaudible. Sí, es un ángel. Sus ojos exploran el cuerpo de ella sin pensar en que podría sentirse ofendida. Esta acostumbrado a hacerlo, puesto que a nadie se le ocurriría pensar que en ese cuerpecito infantil coexiste la mente madura de un adulto. Ahora sin embargo el niño no existe, y cuando lo recuerda es tarde. Ya ha visto al ángel en todo su esplendor. Sigue considerándola como tal, pues le recuerda la belleza fiera de su madre, quien de delicada no tenía siquiera las pestañas. Era una mujer hecha y derecha, considerada una sucubo en tiempos pasados, un demonio sin escrúpulos que irrumpe en cuartos para disfrutar el cuerpo de un hombre con dueña. Y para un niño, no importa como sea la progenitora, siempre será un ángel.
Baja tímidamente la mirada, ya ha desaparecido el gallardo caballero que sacó a bailar a la joven rubia. Sus pasos se detienen de forma abrupta, temeroso de la reacción de la otra. Una parte de si desea volver a mirarla libremente, pero su educación le manda mantenerse apartado. Aun no se da cuenta que sus manos continúan sosteniendo con firmeza la cintura de su acompañante, un poco posesivas tal vez, pero para nada bruscas. Es Pierrot después de todo. Sus manos están hechas para ser así de delicadas, como cuando toca su violín. Como si el castillo mismo hubiese oído su deseo, la música cambia hasta volverse la melodía angustiada de un solo violín. El de Pierrot.
Esta melodía le devuelve el valor que necesitaba. Acerca una vez más el cuerpo de ella al suyo, notando que por primera vez es él el más alto. Y eso le encanta. Su nariz, que aparentemente tiene vida propia, se dirige despacio al cabello de ella, aspirando. Vuelve a suspirar.
Sus labios buscan tímidos el oído de la doncella, no para dejar un beso, sino unas palabras dichas con un tono... Igual de tímido. Para sorpresa de Pierrot, que desde su transformación no había dicho palabra alguna, su voz no suena como la de un infante. Suena como la voz de un hombre de verdad.
-Sabe, esa melodía la compuse yo... Y por alguna razón me recuerda a usted. Me recuerda a la princesa de algún bosque encantado...
Dicho esto se aleja lo más rápido que puede, sintiendo como sus mejillas adoptan un gracioso tono carmín, pero sosteniendo a pesar de todo con la misma firmeza a la desconocida mujer.
Off: Vamos señores, la fiesta continua. Les recuerdo que de momento no existe orden de posteo, así que si ven que con quien está su personaje ya ha respondido, ¡respondan! Así avanzamos un poco más rápido, que a este ritmo terminamos cuando vuelva el invierno.
Aquellos que aun no han entrado a la fiesta siéntanse libres de hacerlo, puesto que esto aun no comienza realmente y me vendría muy bien más gente :3 ¡Saludos!
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Bruja del Tiempo
Señora de las Tierras Encantadas
Re: Fiesta Primaveral {LIBRE}
¡Gracias Brujita! Aqui tienes a una fan fiel!
Es extraño, porque normalmente no soy tímida, pero quizás el estar en un lugar tan elegante me tiene cohibida, y hemos bailado tanto tiempo y ni siquiera he averiguado el nombre del noble caballero que me tiene en las bailando en las nubes.
Observo su mentón, su nariz, tan delicados y a la vez tan de hombre. Pero aunque sus manos son mucho más suaves que las mías, tienen callos. ¿Acaso en realidad también es un aldeano? El saber que podría encontrarme de nuevo con él en la aldea me hace sonreir más abiertamente. "Si, tengo que tener la valentía para preguntar su nombre y oficio!" pienso decidida.
Pero antes que abra mi boca, él se detiene. Lo miro confundida, sin saber si acaso le he ofendido, o si se ha cansado de mi compañía, pero su mano sigue graciosamente firme en mi cintura. La alegre melodía da paso a un tema que me llena de melancolía. Sin comprender por qué, mi corazón se aprieta y mis ojos se nublan por las lágrimas. Siento la falta que Rosette, Cosette y Gastón han hecho en mi vida, todo por la simple melodía que oigo.
Pero la melodía no es simple, si supiera más de música diría por qué, pero con mi sola experiencia de oir músicos callejeros, siento toda la complejidad de la canción, como si fuera la partitura fuera una telaraña, aprisionándonos en nuestras tristezas, atrapados en la melancolía...
Sin embargo, antes que la lágrima rode por mi mejilla, mi compañero de baile se acerca y siento su rostro pegándose a mis cabellos. No me muevo, tiesa por las emociones encontradas, aunque oir su suspiro hace que la sonrisa vuelva a mi boca.
- Sabe, esa melodía la compuse yo... Y por alguna razón me recuerda a usted. Me recuerda a la princesa de algún bosque encantado... -me susurra al oído. Me sonrojo al oír semejante halago, ya que soy bonita, eso me lo dice mi espejo y la mirada de todos los hombres que pasan por mi posada, sin embargo, el que me compare, o quizás realmente crea, que soy una noble princesa me tomó desprevenida.
Me quedo segundos en silencio antes de hablar mientras una lágrima sale de la prisión de mi ojo:
- Es muy linda... y llena de emoción. -Veo como él también se ha sonrojado, pero no me suelta. Hasta diría que me aprieta más fuerte, pero sin provocarme el menor dolor. Ahora comprendo el callo en sus manos: es un músico, y los callos deben ser al sujetar su instrumento.
Ah! Ahora me será más fácil buscarlo entre los aldeanos! Pero eso será después, ahora lo tengo frente mío. Observo sus mejillas sonrojadas, sus ojos fijos en mí, y entonces, de la forma más sincera, me acerco y le abrazo, apoyando mi rostro en su hombro.
Es extraño, porque normalmente no soy tímida, pero quizás el estar en un lugar tan elegante me tiene cohibida, y hemos bailado tanto tiempo y ni siquiera he averiguado el nombre del noble caballero que me tiene en las bailando en las nubes.
Observo su mentón, su nariz, tan delicados y a la vez tan de hombre. Pero aunque sus manos son mucho más suaves que las mías, tienen callos. ¿Acaso en realidad también es un aldeano? El saber que podría encontrarme de nuevo con él en la aldea me hace sonreir más abiertamente. "Si, tengo que tener la valentía para preguntar su nombre y oficio!" pienso decidida.
Pero antes que abra mi boca, él se detiene. Lo miro confundida, sin saber si acaso le he ofendido, o si se ha cansado de mi compañía, pero su mano sigue graciosamente firme en mi cintura. La alegre melodía da paso a un tema que me llena de melancolía. Sin comprender por qué, mi corazón se aprieta y mis ojos se nublan por las lágrimas. Siento la falta que Rosette, Cosette y Gastón han hecho en mi vida, todo por la simple melodía que oigo.
Pero la melodía no es simple, si supiera más de música diría por qué, pero con mi sola experiencia de oir músicos callejeros, siento toda la complejidad de la canción, como si fuera la partitura fuera una telaraña, aprisionándonos en nuestras tristezas, atrapados en la melancolía...
Sin embargo, antes que la lágrima rode por mi mejilla, mi compañero de baile se acerca y siento su rostro pegándose a mis cabellos. No me muevo, tiesa por las emociones encontradas, aunque oir su suspiro hace que la sonrisa vuelva a mi boca.
- Sabe, esa melodía la compuse yo... Y por alguna razón me recuerda a usted. Me recuerda a la princesa de algún bosque encantado... -me susurra al oído. Me sonrojo al oír semejante halago, ya que soy bonita, eso me lo dice mi espejo y la mirada de todos los hombres que pasan por mi posada, sin embargo, el que me compare, o quizás realmente crea, que soy una noble princesa me tomó desprevenida.
Me quedo segundos en silencio antes de hablar mientras una lágrima sale de la prisión de mi ojo:
- Es muy linda... y llena de emoción. -Veo como él también se ha sonrojado, pero no me suelta. Hasta diría que me aprieta más fuerte, pero sin provocarme el menor dolor. Ahora comprendo el callo en sus manos: es un músico, y los callos deben ser al sujetar su instrumento.
Ah! Ahora me será más fácil buscarlo entre los aldeanos! Pero eso será después, ahora lo tengo frente mío. Observo sus mejillas sonrojadas, sus ojos fijos en mí, y entonces, de la forma más sincera, me acerco y le abrazo, apoyando mi rostro en su hombro.
Re: Fiesta Primaveral {LIBRE}
¿Puedo unirme?, si no es así me marcho enseguida xD
A duras penas y podía entrelazar palabra, me encontraba en una especia de shock y todo gracias a una niña extraña que había entrado quien sabe como en el bosque evadiendo a grandes pasos mi manera defensiva, la falta de malicia en ella hace que si quiera piense en atacarla, ante su sonrisa sincera y pura logra atrapar de lleno mi atención pero en un leve lapsus la infante se había esfumado y en su lugar un botón de rosa blanco había caído en el verde prado en el cual casi desfallezco.
Por leves instantes creí que se trataba de una mala jugada de mi mente y es que últimamente han pasado cosas que simplemente me quitan el aliento dejándome boquiabierta y mas confundida de lo que ya estoy.
De la nada, el botón se abre desprendiendo un aroma agradable a cualquier persona y de este una voz sale invitándome cordialmente a mí a una inusual celebración. Como era ya de esperarse la primera impresión fue enorme y como decir otra cosa pues no es muy común que digamos que una flor te hable o inclusive sepa de buenas a primeras tu nombre o ubicación exacta, pero el aburrimiento y las ganas de salir hacen que desee más que nada asistir, así que sin más demora dirijo mis pasos hacia mi cabaña llevando conmigo dicha flor evitando dañarla, recorro toda la cabaña buscando inútilmente algún atuendo adecuado para dicha celebración, y es que había pasado el suficiente tiempo para olvidar siquiera la forma correcta de actuar o inclusive vestirme para ocasiones especiales. De entre las ropas ya gastadas encuentro un vestido blanco casi intacto y en buenas condiciones, el cual no dudo más en probármelo y ver que me queda perfecto. El botón de rosa había especificado que era un baile de mascaras gracias al cielo que había guardado muy bien la mascara que una vez use cuando a mi familia y a mí nos había invitado el rey a un baile similar.
Solo existía un pequeño/gran detalle que me impedía dirigir rumbo hacia la fiesta: Mi forma animal.
(…)
Después de un pequeño arreglo con un brujo cerca de la aldea, había logrado adquirir forma humana por mayor tiempo, y es que si anochecía de la nada seria de nuevo un animal, arruinando quizás aquella celebración y ocasionando estragos en la mayor parte de los invitados.
Aun con la flor en mis manos, la observo de manera más atenta pues en su tallo las instrucciones de cómo llegar estaban impresas ¿Acaso ello era posible? Quién sabe, quiero decir después de ver animales parlantes incluyéndome, cualquier cosa podría ser posible.
Froto mis brazos al caminar por un bosque tapizado de nieve, blanca y fría nieve que ahora pone de puntas mi piel, de la nada esta desaparece. Ahora me encuentro caminando en un claro que es en toda su mayoría hermoso y aun mas lejos un enorme castillo se alza dominante, sonrió desconociendo el porqué mas sin embargo evito detenerme ya que me imagino que estoy un poco tarde en aquella reunión.
No fue para mas mi intuición, ya que al llegar a sus enormes puertas la melodía que provenía de adentro logra escucharse hasta donde me encontraba inmóvil, nerviosa e indecisa sobre entrar o no ya que no deseaba ser alguna molestia o inclusive llamar mucho la atención:
-Aquí voy- suspire un poco colocándome la mascara y entre aun temerosa cual ciervo al encontrarme con mucha gente ahí dentro, ¿Que esperaba? Pues analizando a mayores planos la arquitectura y arreglos en dicho salón era mucho más que obvio que su organizador esperaba a muchas personas… Personas y criaturas:
Una mujer con alas, caballos enmascarados, criaturas pequeñas en la mesa de buffet y ahora una loba en el salón. Vaya que en su mayoría esta fiesta seria todo menos usual o ¿Normal?
Sin más demora comencé a caminar por el salón, mostrando una falsa seguridad en mis andares y deduciendo bien que haría primero pues no quería ser “la aburrida” que prefiera estar sentada cerca de un rincón mientras los demás platican en grupo, bailan o disfrutan de los manjares que se extienden en el largo y ancho en el buffet.
A duras penas y podía entrelazar palabra, me encontraba en una especia de shock y todo gracias a una niña extraña que había entrado quien sabe como en el bosque evadiendo a grandes pasos mi manera defensiva, la falta de malicia en ella hace que si quiera piense en atacarla, ante su sonrisa sincera y pura logra atrapar de lleno mi atención pero en un leve lapsus la infante se había esfumado y en su lugar un botón de rosa blanco había caído en el verde prado en el cual casi desfallezco.
Por leves instantes creí que se trataba de una mala jugada de mi mente y es que últimamente han pasado cosas que simplemente me quitan el aliento dejándome boquiabierta y mas confundida de lo que ya estoy.
De la nada, el botón se abre desprendiendo un aroma agradable a cualquier persona y de este una voz sale invitándome cordialmente a mí a una inusual celebración. Como era ya de esperarse la primera impresión fue enorme y como decir otra cosa pues no es muy común que digamos que una flor te hable o inclusive sepa de buenas a primeras tu nombre o ubicación exacta, pero el aburrimiento y las ganas de salir hacen que desee más que nada asistir, así que sin más demora dirijo mis pasos hacia mi cabaña llevando conmigo dicha flor evitando dañarla, recorro toda la cabaña buscando inútilmente algún atuendo adecuado para dicha celebración, y es que había pasado el suficiente tiempo para olvidar siquiera la forma correcta de actuar o inclusive vestirme para ocasiones especiales. De entre las ropas ya gastadas encuentro un vestido blanco casi intacto y en buenas condiciones, el cual no dudo más en probármelo y ver que me queda perfecto. El botón de rosa había especificado que era un baile de mascaras gracias al cielo que había guardado muy bien la mascara que una vez use cuando a mi familia y a mí nos había invitado el rey a un baile similar.
Solo existía un pequeño/gran detalle que me impedía dirigir rumbo hacia la fiesta: Mi forma animal.
(…)
Después de un pequeño arreglo con un brujo cerca de la aldea, había logrado adquirir forma humana por mayor tiempo, y es que si anochecía de la nada seria de nuevo un animal, arruinando quizás aquella celebración y ocasionando estragos en la mayor parte de los invitados.
Aun con la flor en mis manos, la observo de manera más atenta pues en su tallo las instrucciones de cómo llegar estaban impresas ¿Acaso ello era posible? Quién sabe, quiero decir después de ver animales parlantes incluyéndome, cualquier cosa podría ser posible.
Froto mis brazos al caminar por un bosque tapizado de nieve, blanca y fría nieve que ahora pone de puntas mi piel, de la nada esta desaparece. Ahora me encuentro caminando en un claro que es en toda su mayoría hermoso y aun mas lejos un enorme castillo se alza dominante, sonrió desconociendo el porqué mas sin embargo evito detenerme ya que me imagino que estoy un poco tarde en aquella reunión.
No fue para mas mi intuición, ya que al llegar a sus enormes puertas la melodía que provenía de adentro logra escucharse hasta donde me encontraba inmóvil, nerviosa e indecisa sobre entrar o no ya que no deseaba ser alguna molestia o inclusive llamar mucho la atención:
-Aquí voy- suspire un poco colocándome la mascara y entre aun temerosa cual ciervo al encontrarme con mucha gente ahí dentro, ¿Que esperaba? Pues analizando a mayores planos la arquitectura y arreglos en dicho salón era mucho más que obvio que su organizador esperaba a muchas personas… Personas y criaturas:
Una mujer con alas, caballos enmascarados, criaturas pequeñas en la mesa de buffet y ahora una loba en el salón. Vaya que en su mayoría esta fiesta seria todo menos usual o ¿Normal?
Sin más demora comencé a caminar por el salón, mostrando una falsa seguridad en mis andares y deduciendo bien que haría primero pues no quería ser “la aburrida” que prefiera estar sentada cerca de un rincón mientras los demás platican en grupo, bailan o disfrutan de los manjares que se extienden en el largo y ancho en el buffet.
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Britanya
Re: Fiesta Primaveral {LIBRE}
Claro que puedes Britanya ^^ Bienvenida a la Fiesta Primaveral. Aprovecho de avisar que ya con Pierrot, y ahora con Nivea, doy comienzo a mis pequeñas intervenciones en este post. Cada personaje tendrá una intervención personalizada, no se preocupen. ¡Disfruten personajillos míos!
Saluda con un gesto dulce a los comensales que la ven pasar. Parece que a nadie le molesta que la adorable reina de las Nieves esté más pálida y traslucida de lo normal, flotando un par de centímetros del suelo. Están acostumbrados después de todo. La mujer lleva… muchos años muerta. Se sorprenderían más al verla viva.
Nivea no se detiene en su afán de encontrar a alguien, una adorable princesita de cabellos negros como la noche y labios rojos cual carmín. Todo heredado de alguien más por supuesto, ya que Nivea, como buena copito, era enteramente blanca. Siquiera los ojos se parecen. Los de Nivea recuerdan a un felino, un salvaje felino. Fueron esos mismos ojos los que encantaron al que fue su marido tantos años. Pero eso, queridos, es otra historia.
Pasa junto a la danzante pareja, Babette y Pierrot, saludando a este último con una simple inclinación de cabeza con el fin de no interrumpir nada. Con lo que le cuesta socializar al muchachito. Así mismo pasa junto a los demás comensales, Piratas, un hada, sirenitas, una loba… a todos saluda con afecto, como si los conociera de toda la vida. Cosa que no es tan imposible. Puede que en otra vida, antes de que este tiempo existiese, la joven conociese a todos. Algo bueno que tuviese ser esposa del líder de los Sabios. Muy joven esposa.
Así hasta llegar a la que realmente le interesa: su nieta. La observa en un principio así, de lejos. Solo con ese porte, entre travieso y orgulloso, Nivea recuerda a su pequeña Madeleine. Sin embargo, si veía en conjunto, le recordaba más a su marido. Pobre niña. Deben ser los ojos, seguro que sí. La mujer no se siente sorprendida de que la joven se parezca más a su esposo que a ella. Ninguno de sus hijos guardaba parecido alguno con la reina, ¿Por qué lo haría una nieta?
Arruga el ceño al ver como Ela regaña a su pequeña, aunque no interviene. Después de todo, Ela tenía sus razones para desear que nadie pudiese reconocerse entre sí. Cooperaba con la intriga.
–No deberías tratar así a la pequeña – regaña a su vez a Ela cuando esta pasa a su lado. –Solo tiene curiosidad, es su primer baile…
–Lo dices porque es tu nieta –contra argumenta la pelirroja, riendo. –¿Vas a hablar con ella? La noche es joven…
Nivea no responde, por lo que Ela continua con sus paseos, vigilando a todos. Desea ser ella quien le diga la verdad a la princesita, como prometió a su hija años atrás. Desea protegerla de todo, pero no es el momento. No sabe si ella está lista para algo así y de todas formas, como dijo Ela, la noche es joven. Tienen tiempo de sobra.
Nivea flota como buen fantasma en dirección a su nieta, Blanca, tomando una manzana roja en sus manos por el camino. Había aprendido con el paso del tiempo a mover objetos, aunque fuese unos momentos. Lástima que no pudiese probar nada, ni sentir nada. Extrañaba el sabor de las manzanas provenientes de su reino, más dulces que cualquier otra. Así como extrañaba la nieve en su piel, el frío del viento, como se derretía la nieve recién caída en su lengua. Extrañaba el tiempo remoto donde ella no era reina de nada, solo una joven doncella con ojos de gato que vivía feliz en medio del bosque, una ninfa del invierno que danzaba a la luz de las estrellas. Antes que Mirror la tomase por esposa aun en contra de los deseos de la Bruja, quien desconfiaba de la joven. Y con toda la razón del mundo: Nivea no era leal a la Bruja del Tiempo, era leal a los suyos, a los nacidos en las Tierras Encantadas, a los conocedores de la magia y los peligros de utilizarla. No a unos aparecidos de esa Tierra temerosa y joven. Pero bueno, basta de recuerdos. Volvamos a Blanca y Nivea.
Ella se acerca despacio, sin prisa alguna, esperando que ella note su presencia en primer lugar. Como ocurrió con su esposo siglos atrás, Nivea dice esas palabras malditas. Las que la condenaron a ella a vivir encerrada en un castillo y las que condenaron a su nieta a vivir huyendo de una bruja que en un remoto tiempo pudo ser su madrina. ¿Quién hubiese sospechado de Circe Bellatrix? Madeleine confiaba ciegamente en su amiga y Nivea estaba cansada de desconfiar hasta de su sombra.
–La más bella de todo el reino… Blanca Nieves… -dice mientras ofrece despreocupada la manzana roja, tan roja como los labios de su nieta... Como la sangre que manó de sus heridas ese fatídico amanecer.
Por supuesto, el encanto de sus palabras acaba al notar que no solo se ha puesto ella en evidencia, también a su nieta. Solo espera que nadie más haya oído ese mensaje dirigido más a si misma que a su pequeña Blanca…
Nivea ANTIGUA REINA DE M’APPLE ● APARENTA 23 AÑOS ● FANTASMA A TIEMPO COMPLETO |
Saluda con un gesto dulce a los comensales que la ven pasar. Parece que a nadie le molesta que la adorable reina de las Nieves esté más pálida y traslucida de lo normal, flotando un par de centímetros del suelo. Están acostumbrados después de todo. La mujer lleva… muchos años muerta. Se sorprenderían más al verla viva.
Nivea no se detiene en su afán de encontrar a alguien, una adorable princesita de cabellos negros como la noche y labios rojos cual carmín. Todo heredado de alguien más por supuesto, ya que Nivea, como buena copito, era enteramente blanca. Siquiera los ojos se parecen. Los de Nivea recuerdan a un felino, un salvaje felino. Fueron esos mismos ojos los que encantaron al que fue su marido tantos años. Pero eso, queridos, es otra historia.
Pasa junto a la danzante pareja, Babette y Pierrot, saludando a este último con una simple inclinación de cabeza con el fin de no interrumpir nada. Con lo que le cuesta socializar al muchachito. Así mismo pasa junto a los demás comensales, Piratas, un hada, sirenitas, una loba… a todos saluda con afecto, como si los conociera de toda la vida. Cosa que no es tan imposible. Puede que en otra vida, antes de que este tiempo existiese, la joven conociese a todos. Algo bueno que tuviese ser esposa del líder de los Sabios. Muy joven esposa.
Así hasta llegar a la que realmente le interesa: su nieta. La observa en un principio así, de lejos. Solo con ese porte, entre travieso y orgulloso, Nivea recuerda a su pequeña Madeleine. Sin embargo, si veía en conjunto, le recordaba más a su marido. Pobre niña. Deben ser los ojos, seguro que sí. La mujer no se siente sorprendida de que la joven se parezca más a su esposo que a ella. Ninguno de sus hijos guardaba parecido alguno con la reina, ¿Por qué lo haría una nieta?
Arruga el ceño al ver como Ela regaña a su pequeña, aunque no interviene. Después de todo, Ela tenía sus razones para desear que nadie pudiese reconocerse entre sí. Cooperaba con la intriga.
–No deberías tratar así a la pequeña – regaña a su vez a Ela cuando esta pasa a su lado. –Solo tiene curiosidad, es su primer baile…
–Lo dices porque es tu nieta –contra argumenta la pelirroja, riendo. –¿Vas a hablar con ella? La noche es joven…
Nivea no responde, por lo que Ela continua con sus paseos, vigilando a todos. Desea ser ella quien le diga la verdad a la princesita, como prometió a su hija años atrás. Desea protegerla de todo, pero no es el momento. No sabe si ella está lista para algo así y de todas formas, como dijo Ela, la noche es joven. Tienen tiempo de sobra.
Nivea flota como buen fantasma en dirección a su nieta, Blanca, tomando una manzana roja en sus manos por el camino. Había aprendido con el paso del tiempo a mover objetos, aunque fuese unos momentos. Lástima que no pudiese probar nada, ni sentir nada. Extrañaba el sabor de las manzanas provenientes de su reino, más dulces que cualquier otra. Así como extrañaba la nieve en su piel, el frío del viento, como se derretía la nieve recién caída en su lengua. Extrañaba el tiempo remoto donde ella no era reina de nada, solo una joven doncella con ojos de gato que vivía feliz en medio del bosque, una ninfa del invierno que danzaba a la luz de las estrellas. Antes que Mirror la tomase por esposa aun en contra de los deseos de la Bruja, quien desconfiaba de la joven. Y con toda la razón del mundo: Nivea no era leal a la Bruja del Tiempo, era leal a los suyos, a los nacidos en las Tierras Encantadas, a los conocedores de la magia y los peligros de utilizarla. No a unos aparecidos de esa Tierra temerosa y joven. Pero bueno, basta de recuerdos. Volvamos a Blanca y Nivea.
Ella se acerca despacio, sin prisa alguna, esperando que ella note su presencia en primer lugar. Como ocurrió con su esposo siglos atrás, Nivea dice esas palabras malditas. Las que la condenaron a ella a vivir encerrada en un castillo y las que condenaron a su nieta a vivir huyendo de una bruja que en un remoto tiempo pudo ser su madrina. ¿Quién hubiese sospechado de Circe Bellatrix? Madeleine confiaba ciegamente en su amiga y Nivea estaba cansada de desconfiar hasta de su sombra.
–La más bella de todo el reino… Blanca Nieves… -dice mientras ofrece despreocupada la manzana roja, tan roja como los labios de su nieta... Como la sangre que manó de sus heridas ese fatídico amanecer.
Por supuesto, el encanto de sus palabras acaba al notar que no solo se ha puesto ella en evidencia, también a su nieta. Solo espera que nadie más haya oído ese mensaje dirigido más a si misma que a su pequeña Blanca…
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Re: Fiesta Primaveral {LIBRE}
Regreso al buffet, algo preocupada por haber enojado a la dama. ¿La anfitriona creo que es? Quizás, que con las máscaras, y más encima que nadie se ha presentado, todo son suposiciones...
En fin... suspiro y mis ojos regresan al hermoso buffet. Vuelvo a mirar todas las comidas deliciosas pero... tomo una manzana. ¿Cómo evitarlo si es mi fruta favorita? Y todas están tan rojas, con la forma perfecta, que ni tengo que elegir.
Incluso... miro a mi alrededor y guardo otra manzana en mi vestido, para más tarde. Me río sola de mi travesura y entonces doy una buena mordida a la primera manzana que saqué. El baile sigue y hay parejas que se destacan, como la bella rubia de verde que baila con un chico ¡Ah! Muy lindo! Y otras damas de largos cabellos también bailan... Lástima que no pueda hacer memoria de los bailes del reino, que dejé de ir por culpa de Circe, que ahora no puedo reconocer ni siquiera los cabellos, o el porte... ¡hasta por los gestos!
También observo a los caballeros (era que no) mientras termino la manzana y me río de algunas máscaras que tienen plumas algo exageradas para mi gusto. Aún me reía discretamente cuando mis ojos se encuentran con una hermosa dama blanca.
Ella me mira como si me conociera, pero yo no la recuerdo. Bueno, quizás la conocí cuando era pequeña, cuando mi padre vivía y era activa la corte de M'Apple... Pero la dama se acerca. ¿Quiere hablar conmigo? ¿Por qué?
Ella se acerca y me ofrece otra manzana, imposiblemente más roja que las manzanas que hay en el buffet. Pero lo más impresionante es ¡que dice mi nombre!
Mi mano, que iba a tomar la manzana, se congela en el acto, mientras la miro con mis ojos bien abiertos.
- ¿Circe? -pregunto con un hilo de voz. Quiero dar un paso hacia atrás, pero mi cuerpo está paralizado. ¿Estará ya operando un hechizo sobre mí? No, es sólo el miedo, el miedo de haber sido encontrada. Y yo estaba tan relajada...
¿Qué hago? No puedo huir si ella me está mirando. Pedir ayuda, pero ¿a quién? Ahora desconfío que los caballeros de botas y espadas son en realidad soldados de mi madrastra...
Mi corazón late fuerte mientras sigo con mi mano en el aire. ¿Por qué elaborar una trampa tan hermosa? Son muchos los invitados, es mucha la exquisitez de los detalles... Quizás no es Circe... Entonces, ¿quién es la dama blanca?
Off: ^_^
En fin... suspiro y mis ojos regresan al hermoso buffet. Vuelvo a mirar todas las comidas deliciosas pero... tomo una manzana. ¿Cómo evitarlo si es mi fruta favorita? Y todas están tan rojas, con la forma perfecta, que ni tengo que elegir.
Incluso... miro a mi alrededor y guardo otra manzana en mi vestido, para más tarde. Me río sola de mi travesura y entonces doy una buena mordida a la primera manzana que saqué. El baile sigue y hay parejas que se destacan, como la bella rubia de verde que baila con un chico ¡Ah! Muy lindo! Y otras damas de largos cabellos también bailan... Lástima que no pueda hacer memoria de los bailes del reino, que dejé de ir por culpa de Circe, que ahora no puedo reconocer ni siquiera los cabellos, o el porte... ¡hasta por los gestos!
También observo a los caballeros (era que no) mientras termino la manzana y me río de algunas máscaras que tienen plumas algo exageradas para mi gusto. Aún me reía discretamente cuando mis ojos se encuentran con una hermosa dama blanca.
Ella me mira como si me conociera, pero yo no la recuerdo. Bueno, quizás la conocí cuando era pequeña, cuando mi padre vivía y era activa la corte de M'Apple... Pero la dama se acerca. ¿Quiere hablar conmigo? ¿Por qué?
Ella se acerca y me ofrece otra manzana, imposiblemente más roja que las manzanas que hay en el buffet. Pero lo más impresionante es ¡que dice mi nombre!
Mi mano, que iba a tomar la manzana, se congela en el acto, mientras la miro con mis ojos bien abiertos.
- ¿Circe? -pregunto con un hilo de voz. Quiero dar un paso hacia atrás, pero mi cuerpo está paralizado. ¿Estará ya operando un hechizo sobre mí? No, es sólo el miedo, el miedo de haber sido encontrada. Y yo estaba tan relajada...
¿Qué hago? No puedo huir si ella me está mirando. Pedir ayuda, pero ¿a quién? Ahora desconfío que los caballeros de botas y espadas son en realidad soldados de mi madrastra...
Mi corazón late fuerte mientras sigo con mi mano en el aire. ¿Por qué elaborar una trampa tan hermosa? Son muchos los invitados, es mucha la exquisitez de los detalles... Quizás no es Circe... Entonces, ¿quién es la dama blanca?
Off: ^_^
Re: Fiesta Primaveral {LIBRE}
Nivea ANTIGUA REINA DE M’APPLE ● APARENTA 23 AÑOS ● FANTASMA A TIEMPO COMPLETO |
La ha asustado. Nivea lo presiente y maldice internamente por ello. Pobre niña… Se merecía algo mejor que una familia muerta repleta de fantasmas condenados a vagar por el mundo y objetos que en otro mundo fueron su abuelo, su tío…
Circe, dice su nieta. Un nombre que provoca en Nivea una mueca feroz. Por esos segundos que dura su rabia, es posible reconocer a la ninfa salvaje y mortal que fue un día. Pero la presencia de su nieta es un bálsamo en las heridas recientes y la Reina se aferra a ella. Figurativamente hablando claro.
Le sonríe de la misma forma que antes sonreía a su hija, la madre de Blanca. Una sonrisa maternal y comprensiva. Recuerda que Madeleine tenía miedo a la oscuridad, por lo que Nivea prendía velas en su cuarto, cerca de su piel y ponía hielo sobre ella (hielo que no la dañaba, pues ella era la encarnación misma del invierno). Nivea bien podría verse extraña brillando así, pero bastaba para relajar a su hija. Lo mismo pasó con Blanca cuando era una dulce infante que no pasaba los dos años y temía a los monstruos del “otro lado del espejo”. Nivea siempre comprendió ese temor. Ese espejo era justamente el modo en que ella se comunicaba con las Tierras Encantadas.
Ya no podía brillar para su nieta, pero podía ofrecerle la misma sonrisa dulce de siempre, aunque ella no la recordase.
–¿Circe? – repite, a modo de pregunta, como si el nombre no le fuese conocido. –No, lo siento, creo que me confundes pequeña.
Se mueve lentamente alrededor de Blanca, quien parece literalmente clavada al suelo. Esta situación no es lo que se imaginaba cuando se acercó a su niña, pero no se siente sorprendida. En el fondo siempre ha sabido que las traiciones terminan destruyendo incluso a las flores más hermosas e inocentes.
Ya que su nieta no puede recordarla (en esta vida nunca estuvieron juntas), hará que lo haga a base de una pequeña ayuda. Por favor, Madeleine, que nuestra niña coma la manzana. Solo así podré ayudarla a recordar.
Pero Blanca aun parece desconfiada. Y asustada. Nivea decide cambiar de táctica.
–¿No me recuerda, pequeña copito? – así normalmente es como nombraban a las integrantes menores de edad de la familia real en M’Apple, al menos en sus tiempos. Madeleine fue siempre su pequeño copito de nieve… –Bueno, usted era muy pequeña en aquel entonces y ciertamente su madrastra no estaba de acuerdo en que tuviese contacto con viejas amistades de su madre…
Ese hecho la molestaba considerablemente, a pesar de que no está enfadada totalmente con Circe. El poder puede cegar a las almas más puras si estas no se protegen a tiempo. Circe no era el alma más pura que Nivea conoció, por algo era una bruja conocedora del lado “negro” de la magia, pero no era un monstruo. Solo tuvo que pagar un precio por su belleza y ansias de poder. Todos habían pagado un precio.
–Mi nombre es Nivea. –dice haciendo una inclinación de cabeza, como si Blanca fuese a hacer una relación entre sus nombres, como si fuese capaz de comprender que esa mujer en vida fue su abuela materna.
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Re: Fiesta Primaveral {LIBRE}
Pierrot APRENDIZ DE BRUJO ● APARENTA 20 AÑOS ● INFANTE CONDENADO |
Pierrot no comprende el por qué su compañera tiene los ojos tan… vidriosos, si esa palabra existe siquiera. ¿Ha hecho algo mal? ¿Dicho algo que rompiese su corazón de princesa? No, al menos conscientemente. Es la música, piensa entonces. La música tal vez hizo que su princesa recordase algo triste que la dejó en ese estado.
¡¿Mi princesa?! ¿Desde cuando la muchacha tiene derecho a ese apelativo tan… posesivo? El pensamiento hace que su sonrojo aumente si es eso posible, pues, por sorprendente que parezca, no le molesta en lo más mínimo la idea. Incluso le agrada, aunque sabe que una mujer como ella, jamás se fijaría en un chiquillo como él. Ellas se fijan en hombres fuertes, capaces de defenderlas. Aun con su violín mágico al hombro, Pierrot no es la mejor fuente de defensa personal.
–Princesa, ¿Por qué está triste? –pregunta antes de poder morderse la lengua. Ese no es problema suyo, un desconocido fingiendo ser algo que, exteriormente, no es.
Una de sus manos se separa de la suave piel de la desconocida, dirigiéndose a su cabello, dejándolo desordenado por el movimiento de sus dedos. Es un gesto infantil y que denota nerviosismo, así como vergüenza. Pierrot lo sabe, Ela mil veces le ha dicho que en público no debe hacerlos, debe comportarse como un noble. Pero… Pierrot es algo más que eso, o algo menos. Es y no es. Ahora mismo, Pierrot es algo. Es alguien. Un caballero de armadura que danza con su doncella a la luz de las estrellas. Debe cumplir su papel.
–Discúlpeme, soy un entrometido. – agrega luego de unos momentos, volviendo a sostenerla de la misma manera que antes. Con fuerza sin llegar a dañarla, con la intención de sentirla más cerca. Muy cerca. Lo suficientemente cerca como para envolverse con su aroma natural y que ella sintiese el suyo.
–Es solo que una princesa no debe sentir tristeza. – agrega, no buscando alagarla, sino siendo sincero. –Se merecen el mundo entero y una felicidad absoluta. –Palabras de Nivea, quien normalmente es quien lo acompaña cuando Ela está ocupada con los asuntos del “reino” primaveral.
–¿Usted es feliz? – pregunta por impulso, sintiendo la necesidad de que ella respondiese afirmativamente.
¡¿Mi princesa?! ¿Desde cuando la muchacha tiene derecho a ese apelativo tan… posesivo? El pensamiento hace que su sonrojo aumente si es eso posible, pues, por sorprendente que parezca, no le molesta en lo más mínimo la idea. Incluso le agrada, aunque sabe que una mujer como ella, jamás se fijaría en un chiquillo como él. Ellas se fijan en hombres fuertes, capaces de defenderlas. Aun con su violín mágico al hombro, Pierrot no es la mejor fuente de defensa personal.
–Princesa, ¿Por qué está triste? –pregunta antes de poder morderse la lengua. Ese no es problema suyo, un desconocido fingiendo ser algo que, exteriormente, no es.
Una de sus manos se separa de la suave piel de la desconocida, dirigiéndose a su cabello, dejándolo desordenado por el movimiento de sus dedos. Es un gesto infantil y que denota nerviosismo, así como vergüenza. Pierrot lo sabe, Ela mil veces le ha dicho que en público no debe hacerlos, debe comportarse como un noble. Pero… Pierrot es algo más que eso, o algo menos. Es y no es. Ahora mismo, Pierrot es algo. Es alguien. Un caballero de armadura que danza con su doncella a la luz de las estrellas. Debe cumplir su papel.
–Discúlpeme, soy un entrometido. – agrega luego de unos momentos, volviendo a sostenerla de la misma manera que antes. Con fuerza sin llegar a dañarla, con la intención de sentirla más cerca. Muy cerca. Lo suficientemente cerca como para envolverse con su aroma natural y que ella sintiese el suyo.
–Es solo que una princesa no debe sentir tristeza. – agrega, no buscando alagarla, sino siendo sincero. –Se merecen el mundo entero y una felicidad absoluta. –Palabras de Nivea, quien normalmente es quien lo acompaña cuando Ela está ocupada con los asuntos del “reino” primaveral.
–¿Usted es feliz? – pregunta por impulso, sintiendo la necesidad de que ella respondiese afirmativamente.
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Re: Fiesta Primaveral {LIBRE}
OFF: espero que no importe, un personaje como el mio solo puede aparecer de una forma...
Si algo estuviese mal, se me podría notificar o simplemente borrar el mensaje, captaría igualmente la idea.
ON:
De repente un vendaval empezó a mover las telas y las ramas de los arboles, eras un viento que traía sombras en el cielo, no había que ser un genio para saber que eran de origen mágico, un pequeño par de nubes aparecieron y de esta pequeña nube negra cargada y un rayo choco contra el suelo y de hay un leve fuego verde ilumino la zona... con cierto ardor... que no se extendió sino que formo una forma humana.
unas ropas oscuras se alzaban tapando su cuerpo y contorno, pero estaba decoradas con telas blancas.... una mascara ocultaba su rostro y un sombrero su pelo. ¿no era una fiesta de mascaras?
Para cualquier inepto, esas ropas solo indicaban a alguien oscuro y algo soso, pero para alguien quien sabia de historia y algo de cultura, la misma ropa que llevaba era el símbolo inequívoco de la muerte
para reforzar esa imagen un cuervo voló hasta su hombro, llenando mas su misteriosa aparición de una siniestra sensación.
-Pues si que esta es una reunión importante... Realeza, nobleza... -miro mas detenidamente y añadió incomodo- La plebe...
el misterioso hombre anduvo un poco entre los invitados, había una presunta princesa abrazada a un hombre, y parecían estar en un momento romántico con lagrimas o algo así.
-Valla valla valla... si hasta entra la gentuza...
Se alejo sin ni siquiera enterarse si se habían ofendido y siguió hablando din dejar que nadie dijese nada.
-La verdad es que es una gran fiesta, buenos músicos, buenos cocineros, buena bebida, y muy buena compañía ...pero tienen unos mensajeros ineptos... mira que no llego mi invitación... eso me apeno mucho... deberían despedir a los que no saben hacer llegar las invitaciones a los invitados mas importantes.... por que supongo que no se olvidarían de mi.
El extraño acaricio al ave sobre su bastón, la cual se movió bajo su tacto como si le gustase.
Si algo estuviese mal, se me podría notificar o simplemente borrar el mensaje, captaría igualmente la idea.
ON:
De repente un vendaval empezó a mover las telas y las ramas de los arboles, eras un viento que traía sombras en el cielo, no había que ser un genio para saber que eran de origen mágico, un pequeño par de nubes aparecieron y de esta pequeña nube negra cargada y un rayo choco contra el suelo y de hay un leve fuego verde ilumino la zona... con cierto ardor... que no se extendió sino que formo una forma humana.
unas ropas oscuras se alzaban tapando su cuerpo y contorno, pero estaba decoradas con telas blancas.... una mascara ocultaba su rostro y un sombrero su pelo. ¿no era una fiesta de mascaras?
Para cualquier inepto, esas ropas solo indicaban a alguien oscuro y algo soso, pero para alguien quien sabia de historia y algo de cultura, la misma ropa que llevaba era el símbolo inequívoco de la muerte
- Spoiler:
para reforzar esa imagen un cuervo voló hasta su hombro, llenando mas su misteriosa aparición de una siniestra sensación.
-Pues si que esta es una reunión importante... Realeza, nobleza... -miro mas detenidamente y añadió incomodo- La plebe...
el misterioso hombre anduvo un poco entre los invitados, había una presunta princesa abrazada a un hombre, y parecían estar en un momento romántico con lagrimas o algo así.
-Valla valla valla... si hasta entra la gentuza...
Se alejo sin ni siquiera enterarse si se habían ofendido y siguió hablando din dejar que nadie dijese nada.
-La verdad es que es una gran fiesta, buenos músicos, buenos cocineros, buena bebida, y muy buena compañía ...pero tienen unos mensajeros ineptos... mira que no llego mi invitación... eso me apeno mucho... deberían despedir a los que no saben hacer llegar las invitaciones a los invitados mas importantes.... por que supongo que no se olvidarían de mi.
El extraño acaricio al ave sobre su bastón, la cual se movió bajo su tacto como si le gustase.
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Yer Noligma
Heredero de la Montaña Prohibida
Re: Fiesta Primaveral {LIBRE}
Afortunadamente el ambiente a mi alrededor era ameno, por lo menos ya había conseguido entablar conversación estable con alguien que al parecer no era discípulo de el desagradable de garfio.
Supuse entonces que aquello se debía a la tranquilidad que se respiraba en al ambiente, que conforme pasaba el tiempo el lugar se llenaba de mas invitados.
En un instante mi vista se clavo en dos personajes curiosos, una escena sin igual. La bella damisela rubia junto a un bien parecido caballero danzaban con una enorme gracia por toda la pista, él, la apretaba ligeramente de la cintura, ciñendo levemente su delgado y curvilíneo cuerpo acortando la distancia significativamente entre ambos. Sus rubios cabellos se movían conforme el sonido se hacia presente como si tuviesen una coordinación perfecta en aquel momento.
Después de presentarme, y estar literalmente escaneando a mi acompañante sonreí ampliamente, no había por qué ser arisca ni ocultar aquel raro nombre que tenia. Sonreí ante su comentario, esperando alguna ligera broma por mi singular nombre, aquella que supo disimular muy bien si sus intenciones eran precisamente lanzarme burlas. –El suyo no es precisamente muy común Roberts- agregue bromista mientras arqueaba una ceja.
De la nada, la paz del lugar no estuvo presente un segundo más. Una figura lúgubre se poso al centro del lugar, dirigiéndose con cierto desprecio a todos nosotros, instintivamente me gire a verlo, dando un paso hacia atrás con cierto temor mientras chocaba levemente con la mesa de buffet a mis espaldas.
Algo en el ambiente comenzaba a tornarse con suma pesadez, desde la inesperada aparición de ese sujeto y su ave de rapiña. No articulé palabra alguna, simplemente me dedique a observar aquella oscura escena como la mayoría de invitados en aquella celebración.
La fiesta comenzaba a tomar un descabellado giro.
Supuse entonces que aquello se debía a la tranquilidad que se respiraba en al ambiente, que conforme pasaba el tiempo el lugar se llenaba de mas invitados.
En un instante mi vista se clavo en dos personajes curiosos, una escena sin igual. La bella damisela rubia junto a un bien parecido caballero danzaban con una enorme gracia por toda la pista, él, la apretaba ligeramente de la cintura, ciñendo levemente su delgado y curvilíneo cuerpo acortando la distancia significativamente entre ambos. Sus rubios cabellos se movían conforme el sonido se hacia presente como si tuviesen una coordinación perfecta en aquel momento.
Después de presentarme, y estar literalmente escaneando a mi acompañante sonreí ampliamente, no había por qué ser arisca ni ocultar aquel raro nombre que tenia. Sonreí ante su comentario, esperando alguna ligera broma por mi singular nombre, aquella que supo disimular muy bien si sus intenciones eran precisamente lanzarme burlas. –El suyo no es precisamente muy común Roberts- agregue bromista mientras arqueaba una ceja.
De la nada, la paz del lugar no estuvo presente un segundo más. Una figura lúgubre se poso al centro del lugar, dirigiéndose con cierto desprecio a todos nosotros, instintivamente me gire a verlo, dando un paso hacia atrás con cierto temor mientras chocaba levemente con la mesa de buffet a mis espaldas.
Algo en el ambiente comenzaba a tornarse con suma pesadez, desde la inesperada aparición de ese sujeto y su ave de rapiña. No articulé palabra alguna, simplemente me dedique a observar aquella oscura escena como la mayoría de invitados en aquella celebración.
La fiesta comenzaba a tomar un descabellado giro.
- OFF:
- Huy, tanto tiempo.. me disculpo enormemente por la demora D:
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Campanita
Re: Fiesta Primaveral {LIBRE}
La rubia mujer se había relajado bastante desde el instante en que habíamos iniciado una conversación de lo más casual y por ahora nada trascendente, lo cual era bueno ya que pocas cosas habían más cansadoras y frustrantes que intentar hablar con alguien que se encontraba por completo a la defensiva. Las defensas que habían estado por completo levantadas en un principio habían ido cediendo poco a poco hasta lograr un ambiente relajado.
Seguí la mirada de ella que se desviaba por momentos hasta una de las parejas que se encontraba en pleno baile, prácticamente en el centro de la pista y que destacaba precisamente por parecer completamente ajenos a lo que transcurría a su alrededor, tan enfocados parecían el uno en el otro, haciendo parecer que se conocían a la perfección o que habían logrado compenetrarse de una manera tal que ya nada importaba que no fuese aquella mirada que se dirigían ininterrumpidamente.
Ella se había presentado y no se preocupó de esconder la manera en que me estudiaba, ya sin desconfianza sino que diría más bien que con una curiosidad que pretendía saciar a como diera lugar. De hecho, parecía tan cómoda que se permitió bromear con el nombre que le había dado. -Quizás tenga razón, y tal vez debería quejarme por ello- continué con la broma, sintiendo a continuación la manera en que se tensaba, y es que el ambiente a nuestro alrededor había cambiado de forma abrupta, como si cierto vacío se hubiese producido. Campanita se giró hacia el punto donde este disturbio parecía haberse producido y yo también miré hacia ese lugar, encontrándome con un personaje oscuro y completamente cubierto cuya forma recién parecía estarse definiendo.
Seguí la mirada de ella que se desviaba por momentos hasta una de las parejas que se encontraba en pleno baile, prácticamente en el centro de la pista y que destacaba precisamente por parecer completamente ajenos a lo que transcurría a su alrededor, tan enfocados parecían el uno en el otro, haciendo parecer que se conocían a la perfección o que habían logrado compenetrarse de una manera tal que ya nada importaba que no fuese aquella mirada que se dirigían ininterrumpidamente.
Ella se había presentado y no se preocupó de esconder la manera en que me estudiaba, ya sin desconfianza sino que diría más bien que con una curiosidad que pretendía saciar a como diera lugar. De hecho, parecía tan cómoda que se permitió bromear con el nombre que le había dado. -Quizás tenga razón, y tal vez debería quejarme por ello- continué con la broma, sintiendo a continuación la manera en que se tensaba, y es que el ambiente a nuestro alrededor había cambiado de forma abrupta, como si cierto vacío se hubiese producido. Campanita se giró hacia el punto donde este disturbio parecía haberse producido y yo también miré hacia ese lugar, encontrándome con un personaje oscuro y completamente cubierto cuya forma recién parecía estarse definiendo.
Re: Fiesta Primaveral {LIBRE}
Apoyada en su hombro, escucho entonces su suave voz preguntándome si estoy triste. Enderezo mi cabeza y le miro, algo avergonzada de mi rostro con lágrimas. Su gentileza me sorprende, por lo que me quedo sin palabras para expresar porque estoy llorando.
Una de sus manos acaricia mis cabellos, desarmando un poco el peinado al liberar un mechón, sin embargo lo hace con tal delicadeza que no me enojo y dejo que lo haga. Es sólo un instante, pero para ambos son horas de observación mutua. Él también posee tristeza en lo profundo de sus hermosos ojos... Soledad, quién la ha vivido sabe reconocerla...
Quizás porque nuestras miradas hablaron más que nuestras bocas, él se asusta y me pide perdón por la pregunta:
- ¡Por favor! No me ha ofendido en lo más mínimo. -aclaro al instante, mientras mi mano derecha deja su hombro sólo el instante para secar mis ojos.
- Es solo que una princesa no debe sentir tristeza. -dice cuando retomamos el paso, y yo le escucho diciendo que las princesas se merecen la felicidad absoluta... Ah, si tan sólo supiera que la vida de aldeanas es más diferente, sin príncipes en el futuro, sólo trabajo duro y sobrevivencia...
Le observo aún melancólica mientras medito si le confieso o no que no soy una princesa, ni hija de nobles ni nada parecido, y que ésta es mi primera fiesta en la corte... ¿Qué conseguiré si le digo la verdad? Romper el encanto del momento, eso es seguro, y no quiero hacerlo.
- No... -le contesto sincera, decidida a no mentirle más allá de mi verdadera ubicación en la escala social- Mis hermanas se han ido lejos y no tengo noticias de ellas desde entonces... Su melodía me las ha recordado, así como cuánta falta me hacen. -observo como su rostro se transforma ante mis palabras. ¿Será él quién llorará ahora?
- Por favor, ¡no es culpa de su melodía el hecho que ellas se hayan marchado! -me arrepiento de mis palabras. ¡Debiera haber dicho cualquier mentira en vez de decirle al sujeto que ha compuesto una melodía que su trabajo me entristece!
Nerviosa, no se me ocurren más palabras para arreglar mi torpeza, por lo que uso la única arma que nunca me falla: Me acerco y le doy un beso. Sus labios son dulces, tan delicados y finos como él. El mechón suelto de mi cabello roza su rostro mientras me pregunto por qué el beso de un noble es tan diferente del de los hombres de mi taberna.
Una de sus manos acaricia mis cabellos, desarmando un poco el peinado al liberar un mechón, sin embargo lo hace con tal delicadeza que no me enojo y dejo que lo haga. Es sólo un instante, pero para ambos son horas de observación mutua. Él también posee tristeza en lo profundo de sus hermosos ojos... Soledad, quién la ha vivido sabe reconocerla...
Quizás porque nuestras miradas hablaron más que nuestras bocas, él se asusta y me pide perdón por la pregunta:
- ¡Por favor! No me ha ofendido en lo más mínimo. -aclaro al instante, mientras mi mano derecha deja su hombro sólo el instante para secar mis ojos.
- Es solo que una princesa no debe sentir tristeza. -dice cuando retomamos el paso, y yo le escucho diciendo que las princesas se merecen la felicidad absoluta... Ah, si tan sólo supiera que la vida de aldeanas es más diferente, sin príncipes en el futuro, sólo trabajo duro y sobrevivencia...
Le observo aún melancólica mientras medito si le confieso o no que no soy una princesa, ni hija de nobles ni nada parecido, y que ésta es mi primera fiesta en la corte... ¿Qué conseguiré si le digo la verdad? Romper el encanto del momento, eso es seguro, y no quiero hacerlo.
- No... -le contesto sincera, decidida a no mentirle más allá de mi verdadera ubicación en la escala social- Mis hermanas se han ido lejos y no tengo noticias de ellas desde entonces... Su melodía me las ha recordado, así como cuánta falta me hacen. -observo como su rostro se transforma ante mis palabras. ¿Será él quién llorará ahora?
- Por favor, ¡no es culpa de su melodía el hecho que ellas se hayan marchado! -me arrepiento de mis palabras. ¡Debiera haber dicho cualquier mentira en vez de decirle al sujeto que ha compuesto una melodía que su trabajo me entristece!
Nerviosa, no se me ocurren más palabras para arreglar mi torpeza, por lo que uso la única arma que nunca me falla: Me acerco y le doy un beso. Sus labios son dulces, tan delicados y finos como él. El mechón suelto de mi cabello roza su rostro mientras me pregunto por qué el beso de un noble es tan diferente del de los hombres de mi taberna.
Re: Fiesta Primaveral {LIBRE}
Busco y busco Ariel, pero nada de ella. Llego hasta la entrada, y veo más gente entrando: una humana rubia entra muy tímida. Obviamente no le puedo preguntar si ella ha visto a mi prima, pero algo me dice que le hable.
Me acerco, pero antes de abrir mi boca, siento como el viento empieza a hacerse más fuerte. Me giro, y me asusto al ver cómo una nube se crea dentro del salón! Y más encima, de esa nube se forma una persona!
Él hombre está vestido totalmente diferente de los demás asistentes del baile. ¿Por qué? Me quedo mirando, pero no soy la única, que todos miran al recién llegado. Él se abre paso y empieza a hablar (¡hasta la música ha cesado!) y siento que incomoda a varios de los invitados. Pero a mí no (hasta me he olvidado que buscaba a mi prima...), de hecho, si de verdad no le llegó la invitación, eso ha sido una descortesía enorme!
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Re: Fiesta Primaveral {LIBRE}
Ela ● Edad Indefinida ● Bruja ● |
Ela sonreía con el mayor de los encantos posibles. La fiesta era para ella su mayor logro, la muestra de que era posible escapar de las redes de la Bruja. Solo necesitaba más tiempo y podría convencer a todos de que ella era la dueña de la verdad. Una verdad que bien podía ser desagradable... Pero que necesitaban saber. Todos la necesitaban.
Paseó entre los invitados, uno por uno, saludando a todos como si los conociese de toda la vida. A todos los llamó o bien por su nombre, o bien por alguna característica que los representase solo a ellos.
-¿Se divierte, joven Pony? -preguntó mientras pasaba por el lado de Pequeño Pony. -Espero que sí. Ande, disfrute de la comida, dentro de poco dará inicio el banquete. Solo espere a que estén todos listos...
-¡Campanita! . -gritó al divisar a la que consideraba su protegida en las Tierras Encantadas. Se alejó del Pony y casi, casi voló en dirección a la joven. Se puso a su lado, colocando su mano sobre el hombro del hada - Mi dulce hada, ¿La fiesta es de tu agrado? Sabes que puedes decirme cualquier cosa que te moleste. ¿Y quien es este joven que te acompaña? . -avanzó un poco, hasta quedar junto a Roberts. -Vaya, vaya, no creí que viniera, Capitán. Me siento afortunada. -soltó una risita, que o era una burla, o era sincera. Con ella es difícil saberlo. -Disfruten la fiesta, ya daré inicio a la celebración principal. ¡Ay, será tan hermoso!
Dicho esto continuó su camino, caminando deprisa, agasajando a sus invitados.
-Jovencita, tan sola... -dijo al encontrarse con Britanya. -¿Acaba de llegar? Únase a quien desee, seguro encuentra a alguien que, como usted, guarda un lado salvaje y animal bajo su mascara.
Sonrió y luego se alejó. A Blanca prefirió no acercarse, debía estar ocupada con su... abuela muerta. Sus ojos se encontraron con la escena montada por Pierrot y una rubia, que Ela reconoció al instante como Babette (esto por la simple razón de que conocía a cada invitado, y las mascaras para ella no eran algo que evitasen que reconociese a alguien, lógico). Su rostro mostró unos segundos una expresión de enfado, para luego regresar a su mascara de alegría pura. Para evitar bochornos a la pareja, no se acercó. Luego hablaría con Pierrot.
-¡Sirenita! -dijo al reconocer a la pequeña Marina, quien parecía estar buscando a alguien. Era la primera vez que la invitaba, pero es que ¿quién se perdería semejante acto? Nadie, Ela se encargó de eso. -¿Te diviertes? Eso espero, como es tu primer baile. ¿A quién buscas? ¿A tu prima? Creo haberla visto más allá, parecía algo perdida...
Se alejó de Marina tras decir esto, buscando a quien más saludar. Claro que, de la nada, apareció una figura en medio del salón. Una vez más, Ela reconoció al invitado. Yer Noligma... el hijo de cierta hada oscura, una bruja de lo más interesante. Lastima que hubiese terminado de villana, Ela consideraba que pudo ser más que eso.
-Noligma -musitó una vez que el invitado dijese sus palabras. Como a su madre antes que él, no le llegó invitación alguna. La mente de Ela comenzó a trabajar a mil. ¿Había invitado al brujo? ¡Claro! Estaba segura de haber escrito su invitación, semanas atrás. Las invitaciones de los brujos, brujas y alguno que otro chaman estaban escritos de una forma especial, con más magia que las de gente normal, así que las recordaba con mayor claridad. Y si la había enviado, entonces... ¿Por qué no le llegó?
Movió la cabeza para despejarse y, con sus brazos alzados al frente en un gesto de bienvenida, caminó en dirección a Noligma. Le estaba asustando la forma en que sus invitados observaban al brujo. Él no podía arruinar la celebración.
-Noligma. -repitió, esta vez más fuerte, aunque dudaba que los demás oyeran su voz o entendiesen sus palabras. Hablaba demasiado rápido. Una vez llegó a su lado, se permitió analizarlo con más naturalidad. -Por Dios, que grande estás... Y pensar que te conocí cuando eras nada más que un niño. ¿Cómo has estado? Tus viajes parecen haberte sentado bien...
Miró a su alrededor. Demasiada gente prestandoles atención, así no podía hablar con él con tranquilidad. Debían regresar a sus actividades anteriores.
-¿Pero que sucede? ¿Por qué no hay música? -miró donde, de acuerdo a sus cálculos, estaba el pequeño punto de donde salían las melodías. -¿Acaso es esto un funeral? ¡No! Continúen la fiesta, queridos. No pasa nada...
Ante sus palabras, la música volvió a sonar y la mayoría de los invitados volvieron a sus actividades anteriores.
-Deberías buscar una forma menos... Llamativa de entrar a una fiesta. Eres igual a Maléfica en ese sentido, por lo que veo. - comentó, como si nada. -Supe lo que pasó con ella, una lastima. -lo decía con sinceridad. Para ella, fiel amiga de muchos de los que ahora eran considerados los villanos, sus muertes o desapariciones eran una herida más en su viejo corazón de traidora. -Acompáñame, por favor. creo que necesitamos hablar, y aquí en medio del salón... Es imposible.
Dicho esto comenzó a caminar despacio, rumbo a una de las mesas que habían repartidas por todo el salón, la más apartada de todos. Una vez acomodada allí, musitó un hechizo para que los demás no fuesen capaces de oír aquello que iba a hablar con Noligma.
-¿Encontraste algo interesante en tus viajes? Maléfica mencionó un par de veces que te marchaste, a viajar por las Tierras Encantadas en plan conquistador.
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Re: Fiesta Primaveral {LIBRE}
Por segundos vislumbré algo de mortal en su mirada, pero tras pestañear mis ojos vuelvo a ver a la hermosa srta. que me ofreció una manzana, sonriéndome de una forma... que no me explico cómo, no me calma pero por lo menos me quita el "congelamiento" previo.
- No vienes de parte de Circe... -le respondo aún desconfiada. La manzana roja sigue en su mano, pero se resbala sutilmente. Sin embargo antes que se caiga la sujeto, en un acto reflejo.
Pero la recuperación de mis movimientos al parecer es parcial, ya que la dama blanca da una vuelta alrededor mío, como que inspeccionándome y no me muevo. Finalmente se detiene frente a mí:
- ¿No me recuerda, pequeña copito? -algo hace click en mi cabeza, pues hacía mucho tiempo que no oía que alguien me llamara así- Bueno, usted era muy pequeña en aquel entonces y ciertamente su madrastra no estaba de acuerdo en que tuviese contacto con viejas amistades de su madre…
- Debía ser muy pequeña porque... no recuerdo siquiera el rostro de mi madre... -confieso mecánimente, sin saber por qué le digo estas cosas a una extraña. Me quedo unos instantes callada observando a la bella dama blanca antes de agregar- ... Espero me perdone.
Algo me dice que mis palabras han herido a la dama. Pero ella no se detiene, pues se presenta, haciendo de todo para que dejemos de ser extrañas:
- ¿Nívea? -pregunto sorprendida, pues ahora recuerdo ése nombre: Lo oí del Espejo Mágico del castillo, que una vez me llamó así. Recuerdo que le dije que ya se estaba echando a perder, pues confundía los nombres, sin embargo, él me explicó en aquél momento que Nívea es otra forma de representar el color blanco, y por lo tanto él podía llamarme así sin cometer una falta.- ¿No es extraño que tengamos el mismo nombre?
Ahora que me fijo, su piel es tan blanca como la mía. Mi padre tenía piel clara pero tomaba color con facilidad durante el corto verano, en cambio yo...
- Un gusto conocerla entonces, pariente mía. -hago una ligera reverencia, pues algo me dice que es alguien bueno, y me decido a confiar en ella.
Sin embargo, un repentino viento desordena mis cabellos. Me doy vuelta y me encuentro con una tempestad dentro del salón de baile.
- ¿Qué es eso? -pregunto asustada, poniendo mis manos para proteger mi vientre, pero sin derribar la manzana regalada.
- No vienes de parte de Circe... -le respondo aún desconfiada. La manzana roja sigue en su mano, pero se resbala sutilmente. Sin embargo antes que se caiga la sujeto, en un acto reflejo.
Pero la recuperación de mis movimientos al parecer es parcial, ya que la dama blanca da una vuelta alrededor mío, como que inspeccionándome y no me muevo. Finalmente se detiene frente a mí:
- ¿No me recuerda, pequeña copito? -algo hace click en mi cabeza, pues hacía mucho tiempo que no oía que alguien me llamara así- Bueno, usted era muy pequeña en aquel entonces y ciertamente su madrastra no estaba de acuerdo en que tuviese contacto con viejas amistades de su madre…
- Debía ser muy pequeña porque... no recuerdo siquiera el rostro de mi madre... -confieso mecánimente, sin saber por qué le digo estas cosas a una extraña. Me quedo unos instantes callada observando a la bella dama blanca antes de agregar- ... Espero me perdone.
Algo me dice que mis palabras han herido a la dama. Pero ella no se detiene, pues se presenta, haciendo de todo para que dejemos de ser extrañas:
- ¿Nívea? -pregunto sorprendida, pues ahora recuerdo ése nombre: Lo oí del Espejo Mágico del castillo, que una vez me llamó así. Recuerdo que le dije que ya se estaba echando a perder, pues confundía los nombres, sin embargo, él me explicó en aquél momento que Nívea es otra forma de representar el color blanco, y por lo tanto él podía llamarme así sin cometer una falta.- ¿No es extraño que tengamos el mismo nombre?
Ahora que me fijo, su piel es tan blanca como la mía. Mi padre tenía piel clara pero tomaba color con facilidad durante el corto verano, en cambio yo...
- Un gusto conocerla entonces, pariente mía. -hago una ligera reverencia, pues algo me dice que es alguien bueno, y me decido a confiar en ella.
Sin embargo, un repentino viento desordena mis cabellos. Me doy vuelta y me encuentro con una tempestad dentro del salón de baile.
- ¿Qué es eso? -pregunto asustada, poniendo mis manos para proteger mi vientre, pero sin derribar la manzana regalada.
- Spoiler:
- Off: ¿Abuela?
Re: Fiesta Primaveral {LIBRE}
Noligma sonrio bajo la mascara, parecia haber causado una gran impresion... justo como pensaba.
-Noligma
Noligma se giro al oír su nombre y se encontró con un rostro muy familiar, lo había visto algunas veces, en largos periodos de tiempo, pero aun así no había cambiado nada, como si el tiempo no pasase en ese bello rostro... cosa normal entre los brujos y brujas...
Ella era un caso muy especial, uno que despertaba mucho la curiosidad de Noligma, desde pequeño Noligma había seguido los pasos de su madre, quien en las reuniones siempre criticaba a una o a otra bruja o hada... no obstante Malefica nunca menciono o critico a Ella ¿seria por admiración? ¿o seria miedo? O lo mas extraño que podría caber pensar ¿amistad?
Noligma realizo una cortés reverencia
-Noligma. -repitió, esta vez más fuerte y mas rápido. -Por Dios, que grande estás... Y pensar que te conocí cuando eras nada más que un niño. ¿Cómo has estado? Tus viajes parecen haberte sentado bien...
Noligma termino la reverencia y asintió.
-el mundo es un lugar extraño... lleno de cosas maravillosas... he hecho “visitas” a lugares de ensueño- el tono se redujo de repente a un tono serio- … y a terribles pesadillas
Mientras cavilava en los recuerdos de sus viajes Ella estableció el orden y la música de fondo y entonces le dijo.
-Deberías buscar una forma menos... Llamativa de entrar a una fiesta. Eres igual a Maléfica en ese sentido, por lo que veo... Supe lo que pasó con ella, una lastima.
Noligma apretó el puño visiblemente, esa herida aun no había terminado de cicatrizar, su madre le había enseñado todo cuanto sabia … no seria una madre ejemplar, no siempre estuvo cuidando de el, pero incluso en esos momentos le enseñaba, por que a veces uno debe estar solo para aprender por si mismo.
No sabia que habría oído ella... por lo que a el respectaba... un maldito príncipe la hirió mortalmente, si murió o no es un misterio, Malefica poseía demasiado poder para caer ante cualquier vulgar espada... pero podría estar demasiado débil .. tal vez moribunda... los que se relacionan con la magia pueden tener destinos peores que la muerte...
-Acompáñame, por favor. creo que necesitamos hablar, y aquí en medio del salón... Es imposible.
Noligma salio de sus ensoñaciones y asintió
-Greed.. espera aquí
Greed, el cuervo, voló hasta la rama de un árbol y se quedo observando la fiesta... lucy era el hermano de diablo, el cuervo de su madre, del cual tampoco sabia nada, su familia y la de esos cuervos habían estado relacionados desde siempre... ese cuervo había cuidado de el cuando su madre no estaba y le había dado de comer cuando paso hambre.
El era su amigo, consejero, sirviente mas fiel... y ahora prácticamente su única familia.
Acompaño a Ella rumbo a una de las mesas que habían repartidas por todo el salón, la más apartada de todos.
Allí ella musitó un hechizo para que los demás no fuesen capaces de oír lo que hablarían cosa que lo tranquilizo.
-¿Encontraste algo interesante en tus viajes? Maléfica mencionó un par de veces que te marchaste, a viajar por las Tierras Encantadas en plan conquistador.
Noligma sonrió sinceramente y se quito la maldita mascara pero se dejo el sombrero de copa, de forma que pudo dejar sueltos sus cabellos multicolores.
-si, tenia mucho que aprender y mi madre mucho que hacer... ya sabes como funciona esto... “ el viaje al conocimiento es largo y arduo... y nunca tiene fin”
lo que no dijo, pues todos los sabios lo sabían, era que dichos saberes solo conducían a... el sufrimiento... ahora lo sabia.
-bueno... la verdad es que tengo un par de cosas... déjeme que busque...
Noligma empezó a buscar en su capa y saco un saquito, del cual nada mas posarlo en la mesa una gran tarantula asomo sus patas y salio de su interior... al fijarse mejor se puede distinguir que no es una tarantula... sino una viuda negra muy grande, sin duda por eso ya no estaba en ninguna tela, se había comido demasiados novios
-Lust!! no te vallas lejos... ¿Envy esta dentro?
En respuesta una larga serpiente empezó a salir del saquito, en vez de huir como la araña, esta se metió por la manga de Noligma
-pobresilla tiene frio... veamos que tengo...
Noligma saco una calavera con velas negras... un cuchillo normal y corriente... un violín... y a medida que los descartaba los tiraba por encima de la cabeza, haciendo que fueran amontonándose en el césped
-no... no... anda, cuanto tiempo que no toco... no... ya te tengo!
Noligma saco una rana
-Gluttony... anda suelta la hoja...
La rana vomito lentamente una carta que parecía mas grande que el... Noligma fue a leerla pero descubrió una carta de invitación ¡¿donde estaba el papel conjurado?!.
-ya vez al final... se me da muy bien la interpretación... mi madre estaría orgullosa
Noligma obligo a la rana a comerse de nuevo la carta con cierta crudeza, la metió en el saco y metió su mano hasta el fondo del pequeño saco... y consiguió sacar un trozo de papel, un papel conjurado, algunos magos guardan sus objetos mas preciados en papeles conjurados, a fin de que nadie pueda robárselos.
-Ella... quiero que esto que voy a enseñarte quede entre nosotros dos... sin duda sabrás la importancia de lo que voy a enseñarte... es prácticamente una leyenda que ni yo creía cierta.
Noligma alzo el papel y recito unos versos muy antiguos que relataban la leyenda mas cotizada entre los magos y brujas de este y el otro mundo.
ante ellos en la mesa algo apareció como si de una sombra apareciera... un libro, aparentemente un común volumen del libro de las sombras, no obstante este en concreto parecía muy antiguo, y tenia símbolos olvidados por los hombres.
Noligma sonrió malignamente
-es lo que piensas es el original... el libro que no vino de ninguna parte... según la leyenda escrito por un dios...
Noligma paso la mano sobre la tapa mientras recitaba
cuando termino de recitar el libro se abrió mostrando unas hojas en blanco para cualquier que no fuese bruja o estuviese relacionado con la magia, estas letras como sombras flotaban por la pagina mostrando conocimientos antiguos ya olvidados.
Noligma no los mostraba por querer compartirlos, ningún brujo compartiría esa información, pero era necesario que ella viese que era autentico.
una nueva pagina en medio del libro se abrió y en ella … unas imágenes sombrías que representaban a unos seres extraños, Una imagen sombría de una niña (Alicia) entro otros de personajes que venían de otro mundo … una realidad superior, y de una terrible verdad... miles de personajes que son pertenencia a unos cuentos y animados gracias a la imaginación... pero también unos elegidos con capacidad de cambiar el mundo a su alrededor, escogidos por esa fuerza superior para elegir los destinos de este y el otro mundo.
Pero aun peor... contenía la información sobre un medio para viajar a esa realidad y ser real... pero era confuso parecía que el hechizo o encantamiento no se dejaba entrever con facilidad, entre tinieblas y encriptamientos aguardaba a que alguien lo descifrara.
Noligma cerro el libro de golpe y este se convirtió en una sombra, Noligma hizo esfumarse el papel convocador, había aguantado cuanto había podido sin guardar celosamente su hallazgo, corría un gran riesgo... lo sabia, si ella ahora quisiera el libro... o dejase caer a otros que lo tenia, su vida podría bien durar bien poco.
-¿entiendes por que he venido? Todo me dice que es el libro autentico... nada parece ser mentira o ser un truco... pero las cosas que pone... me están volviendo loco
-Noligma
Noligma se giro al oír su nombre y se encontró con un rostro muy familiar, lo había visto algunas veces, en largos periodos de tiempo, pero aun así no había cambiado nada, como si el tiempo no pasase en ese bello rostro... cosa normal entre los brujos y brujas...
Ella era un caso muy especial, uno que despertaba mucho la curiosidad de Noligma, desde pequeño Noligma había seguido los pasos de su madre, quien en las reuniones siempre criticaba a una o a otra bruja o hada... no obstante Malefica nunca menciono o critico a Ella ¿seria por admiración? ¿o seria miedo? O lo mas extraño que podría caber pensar ¿amistad?
Noligma realizo una cortés reverencia
-Noligma. -repitió, esta vez más fuerte y mas rápido. -Por Dios, que grande estás... Y pensar que te conocí cuando eras nada más que un niño. ¿Cómo has estado? Tus viajes parecen haberte sentado bien...
Noligma termino la reverencia y asintió.
-el mundo es un lugar extraño... lleno de cosas maravillosas... he hecho “visitas” a lugares de ensueño- el tono se redujo de repente a un tono serio- … y a terribles pesadillas
Mientras cavilava en los recuerdos de sus viajes Ella estableció el orden y la música de fondo y entonces le dijo.
-Deberías buscar una forma menos... Llamativa de entrar a una fiesta. Eres igual a Maléfica en ese sentido, por lo que veo... Supe lo que pasó con ella, una lastima.
Noligma apretó el puño visiblemente, esa herida aun no había terminado de cicatrizar, su madre le había enseñado todo cuanto sabia … no seria una madre ejemplar, no siempre estuvo cuidando de el, pero incluso en esos momentos le enseñaba, por que a veces uno debe estar solo para aprender por si mismo.
No sabia que habría oído ella... por lo que a el respectaba... un maldito príncipe la hirió mortalmente, si murió o no es un misterio, Malefica poseía demasiado poder para caer ante cualquier vulgar espada... pero podría estar demasiado débil .. tal vez moribunda... los que se relacionan con la magia pueden tener destinos peores que la muerte...
-Acompáñame, por favor. creo que necesitamos hablar, y aquí en medio del salón... Es imposible.
Noligma salio de sus ensoñaciones y asintió
-Greed.. espera aquí
Greed, el cuervo, voló hasta la rama de un árbol y se quedo observando la fiesta... lucy era el hermano de diablo, el cuervo de su madre, del cual tampoco sabia nada, su familia y la de esos cuervos habían estado relacionados desde siempre... ese cuervo había cuidado de el cuando su madre no estaba y le había dado de comer cuando paso hambre.
El era su amigo, consejero, sirviente mas fiel... y ahora prácticamente su única familia.
Acompaño a Ella rumbo a una de las mesas que habían repartidas por todo el salón, la más apartada de todos.
Allí ella musitó un hechizo para que los demás no fuesen capaces de oír lo que hablarían cosa que lo tranquilizo.
-¿Encontraste algo interesante en tus viajes? Maléfica mencionó un par de veces que te marchaste, a viajar por las Tierras Encantadas en plan conquistador.
Noligma sonrió sinceramente y se quito la maldita mascara pero se dejo el sombrero de copa, de forma que pudo dejar sueltos sus cabellos multicolores.
-si, tenia mucho que aprender y mi madre mucho que hacer... ya sabes como funciona esto... “ el viaje al conocimiento es largo y arduo... y nunca tiene fin”
lo que no dijo, pues todos los sabios lo sabían, era que dichos saberes solo conducían a... el sufrimiento... ahora lo sabia.
-bueno... la verdad es que tengo un par de cosas... déjeme que busque...
Noligma empezó a buscar en su capa y saco un saquito, del cual nada mas posarlo en la mesa una gran tarantula asomo sus patas y salio de su interior... al fijarse mejor se puede distinguir que no es una tarantula... sino una viuda negra muy grande, sin duda por eso ya no estaba en ninguna tela, se había comido demasiados novios
-Lust!! no te vallas lejos... ¿Envy esta dentro?
En respuesta una larga serpiente empezó a salir del saquito, en vez de huir como la araña, esta se metió por la manga de Noligma
-pobresilla tiene frio... veamos que tengo...
Noligma saco una calavera con velas negras... un cuchillo normal y corriente... un violín... y a medida que los descartaba los tiraba por encima de la cabeza, haciendo que fueran amontonándose en el césped
-no... no... anda, cuanto tiempo que no toco... no... ya te tengo!
Noligma saco una rana
-Gluttony... anda suelta la hoja...
La rana vomito lentamente una carta que parecía mas grande que el... Noligma fue a leerla pero descubrió una carta de invitación ¡¿donde estaba el papel conjurado?!.
-ya vez al final... se me da muy bien la interpretación... mi madre estaría orgullosa
Noligma obligo a la rana a comerse de nuevo la carta con cierta crudeza, la metió en el saco y metió su mano hasta el fondo del pequeño saco... y consiguió sacar un trozo de papel, un papel conjurado, algunos magos guardan sus objetos mas preciados en papeles conjurados, a fin de que nadie pueda robárselos.
-Ella... quiero que esto que voy a enseñarte quede entre nosotros dos... sin duda sabrás la importancia de lo que voy a enseñarte... es prácticamente una leyenda que ni yo creía cierta.
Noligma alzo el papel y recito unos versos muy antiguos que relataban la leyenda mas cotizada entre los magos y brujas de este y el otro mundo.
“ Hace tiempo que un dios vació su alma en el, con letras de dolor y océanos de amor... Arropados en el hay ritos de poder, recetas del vivir y hechizos del morir...invocaras a otra realidad y los espíritus invocaras... si sabes recitar”
ante ellos en la mesa algo apareció como si de una sombra apareciera... un libro, aparentemente un común volumen del libro de las sombras, no obstante este en concreto parecía muy antiguo, y tenia símbolos olvidados por los hombres.
- Spoiler:
Noligma sonrió malignamente
-es lo que piensas es el original... el libro que no vino de ninguna parte... según la leyenda escrito por un dios...
Noligma paso la mano sobre la tapa mientras recitaba
“En sus hojas la luz, en sombras alguien convirtió... las brujas son su voz, pues son sortilegios de su amor..”
cuando termino de recitar el libro se abrió mostrando unas hojas en blanco para cualquier que no fuese bruja o estuviese relacionado con la magia, estas letras como sombras flotaban por la pagina mostrando conocimientos antiguos ya olvidados.
Noligma no los mostraba por querer compartirlos, ningún brujo compartiría esa información, pero era necesario que ella viese que era autentico.
“invocamos a una deidad, conectamos con otra realidad, los espíritus despertaran... si sabes recitar.”
una nueva pagina en medio del libro se abrió y en ella … unas imágenes sombrías que representaban a unos seres extraños, Una imagen sombría de una niña (Alicia) entro otros de personajes que venían de otro mundo … una realidad superior, y de una terrible verdad... miles de personajes que son pertenencia a unos cuentos y animados gracias a la imaginación... pero también unos elegidos con capacidad de cambiar el mundo a su alrededor, escogidos por esa fuerza superior para elegir los destinos de este y el otro mundo.
Pero aun peor... contenía la información sobre un medio para viajar a esa realidad y ser real... pero era confuso parecía que el hechizo o encantamiento no se dejaba entrever con facilidad, entre tinieblas y encriptamientos aguardaba a que alguien lo descifrara.
Noligma cerro el libro de golpe y este se convirtió en una sombra, Noligma hizo esfumarse el papel convocador, había aguantado cuanto había podido sin guardar celosamente su hallazgo, corría un gran riesgo... lo sabia, si ella ahora quisiera el libro... o dejase caer a otros que lo tenia, su vida podría bien durar bien poco.
-¿entiendes por que he venido? Todo me dice que es el libro autentico... nada parece ser mentira o ser un truco... pero las cosas que pone... me están volviendo loco
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Yer Noligma
Heredero de la Montaña Prohibida
Re: Fiesta Primaveral {LIBRE}
“¡Ariel! ¡Reacciona mujer!
Parpadeé varias veces, confundida. ¿Y ahora? Me había perdido en mi cabeza otra vez, eso es todo. Regresaría con mi prima en ese preciso instante antes de tener problemas. Sí, buena idea. Me parece oírla a lo lejos, pero como hay tanta música y gente hablando, es difícil para mí saberlo con seguridad. Miró una vez más sobre mi hombro. Eric sigue allí, o al menos el que creo que es Eric. Pero no voy a acercarme. No puedo hacerlo, me da miedo. ¿Miedo a que? No lo sé. Solo tengo miedo.
Comencé a caminar buscando a mi prima, pero por cosas de la vida no pude encontrarla. ¿Regresó junto a mi padre? Puede sonar ridículo, pero si estás sola en un salón, ¿no sería lógico ir donde alguien que conozcas? Y mi padre era… muy reconocible.
Una vez a su lado le pregunté si había visto a Marina. Él me miró algo enfadado y preguntó si ya había perdido a mi prima… Por impulso puse mi cara más altanera.
–No, siento molestarte padre.
Lo dejé con la palabra en la boca al parecer, puesto que oí como decía mi nombre mientras me alejaba. Es solo que no tenía tiempo para esas cosas. Me preocupaba mi prima, sola sin nadie más con quien estar. ¡¿Por qué tuve que dejarla sola?!
–Maldito Eric que hace que deje sola a mi prima… – sí, me gustaba culpar a Eric de todo lo que me pasaba. ¿Algún problema?
Hasta que, oh sorpresa, la vi. No podía no reconocerla. Por mucho que estuviese vestida así, mascara incluida, era mi prima y habíamos pasado toda la vida juntas.
–¡Marina! –grité, casi, casi corriendo en su dirección. No estaba tan loca ni tenía tantos deseos de morir como para correr con mi equilibrio tan malo.
Sin embargo, tuve que detenerme. Un nuevo invitado apareció. Terrorífico sin dudas, aunque no me afectase demasiado. ¿Quién teme a la oscuridad cuando puedes ver bien a través de ella? (Simple herramienta de supervivencia. ¿Cómo esperabas que viésemos las sirenas bajo toda esa agua, en plena noche? )
Caminé con lentitud hasta quedar junto a Marina, tomando su mano en el proceso para que notase mi presencia, pues aun estaba ocupada con los ojos bien fijos en el nuevo invitado. Aunque las palabras de Ela me calmaron ligeramente, algo me dijo que ese invitado no era exactamente… buena compañía para todos. Tenía la pinta de quienes viven atormentados por algo. Lo sabía solo porque durante un tiempo, estuve así también. Supongo que es fácil reconocerse así, ¿no?
–No deberías haberte alejado de la mesa, tontita. –dije cuando al fin las cosas regresaron a la normalidad, volteándome a ver a mi prima y dándole un golpecito juguetón en su nariz.
Entonces noté que mi mano estaba pegajosa. ¿Qué diablos? La manzana. Recordé que estaba sosteniendo una manzana antes de todo el jaleo. Reí un poco, como si no pasara nada y me limpié con la falda. Total, no pasaba nada. Quedaba aun un poco del olor, así como la sensación de haber sostenido el jugo de la manzana, pero ya no era tanto y podía vivir con eso.
Re: Fiesta Primaveral {LIBRE}
Ela ● Edad Indefinida ● Bruja ● |
–Pero tras las pesadillas siempre está el despertar. –agregó, como si fuese algo obvio.
No dijo nada cuando él se quito la máscara, pues sabía que ese juego de “no te reconozco” no era necesario entre ambos, brujos y además unidos por una figura en común. Hizo una mueca divertida al ver su cabello. Que sí, ella lo tenía rojo y un par de veces lo usaba rubio para fugarse con las hadas… Pero no usaba los dos colores a la vez. De todas formas, pensó que se veían bien en él.
Asintió ante sus palabras. –El conocimiento es algo complejo, Noligma. Y no siempre trae consigo el resultado esperado y además trae sorpresas desagradables. –Ela lo sabía por experiencia propia. Lo que había aprendido lejos de ayudarle a salvar aquello que amaba, terminó por destruirlo. Cosas de la vida, no iba a comenzar a quejarse ahora. –Siempre he pensado que es mejor vivir en la ignorancia, a menos que no tengas miedo de que encontrarás al otro lado del camino.
Su mano indicó en un gesto el resto del salón, donde todos bailaban, charlaban… en general, hacían lo que sabían hacer. Sin preocupaciones de ningún tipo.
–Ellos no saben nada y son felices en su vida simple. Tú y yo sabemos cosas, y somos desdichados. Tendremos poder suficiente para hacer cosas inimaginables, pero… Sigue siendo un precio muy alto el tener que ser infelices por ello.
Alzó una ceja al ver como sacaba cosas de un saquito. Vaya. Ella guardaba sus tesoros en un espejo, más que nada por la nostalgia de su nombre y pasado. Dicho espejo lo llevaba consigo a todas partes, colgando en su pecho, protegido y a la vez encogido dentro de un guardapelo. Era también porque ella no guardaba papeles, ni objetos en sí. Guardaba sus memorias.
–Hay muchas leyendas entre los círculos de la magia…
Sin embargo, el escuchar sus palabras, junto al libro que apareció tras ellas… Hizo que Ela olvidase todo. Y si digo todo, es todo. Siquiera prestó atención a los versos recitados por Noligma, aunque sí escuchó cuando él dijo que era el original. Algo que no hacía falta decir, la bruja sabía que lo era. Ese libro… ¿De dónde lo había sacado? Estaba segura que años atrás se había perdido, tras la traición. El libro que guardaba secretos capaces de llevar a alguien a la locura.
Sonrió con melancolía al reconocer las imágenes salidas del libro. Sí, no había dudas. Era el Libro perdido. Quiso tocarlo, hasta se le pasó por la mente quitárselo, pero no iba a hacerlo. Ella misma había jurado no volver a usarlo en su vida, después de que perdiese todo por su culpa.
–Comprendo más de lo que crees, Noligma. –respondió, sonriendo comprensiva. –Claro que es autentico, y nada es mentira. Solo dice verdades que debieron ser olvidadas a la fuerza.
Ya que el muchacho había mostrado sus secretos, ella mostraría los suyos. Esperaba que al menos no enloquecieran al hijo de Maléfica, era lo que menos deseaba.
Llevó una de sus manos a su cuello y con un click retiró de su sitio el guardapelo. Lo dejó frente al muchacho y comenzó a tararear una vieja y olvidada canción de cuna. Ante el sonido de su voz, el guardapelo se abrió dejando a la vista un pequeño espejo. Los dedos de Ela fueron delicados al acariciarlo, como si estuviese en presencia de un viejo amigo. Tal vez lo era…
–¿Tu madre te contó historias del pasado alguna vez, Noligma? Ya sabes, sus memorias, sus recuerdos más preciados. –preguntó mirándolo de pronto, seria y sin una pisca de la vieja empatía que mostraba. –Sería más sencillo si tuviese una base sobre la que decirte estas cosas…
Movió un dedo, solo un dedo, y del espejo salió una imagen. Era una niña de cabellos rojos, sonriente. A su lado había un muchacho de cabello negro. Tras ambos podía verse un árbol. Un manzano para ser exactos. El símbolo eterno de M’Apple.
–La niña, como puedes notar, soy yo. –explicó Ela. Le agradaba ese recuerdo, era dulce. Y de antes de que comenzase todo eso de “soy el jefe de todos y merezco respeto”. –Él es mi medio hermano, Mirror…
Movió el dedo otra vez, la imagen volvió a cambiar. Ahora mostraba una familia completa. Una mujer rubia, el mismo muchacho ahora hecho un hombre abrazando a la mujer por la cintura. La niña pelirroja transformada en una mujercita, sosteniendo en brazos una niña de pelo negro y mirada traviesa. Ambas sentadas sobre la hierba, frente a la pareja. Todos se veían tranquilos, hasta felices.
–Ella es Nivea, la esposa de Mirror… Y la niña en mis brazos es Maddie, mi sobrina. –dejó esa imagen en especial en el aire, ahora mirando a Noligma a los ojos. –Nivea está en esta fiesta, un poco más allá. –su índice indicó el sitio exacto donde estaba la mujer, pese a que no estaba mirando. –Aunque ahora es un fantasma, en sus tiempos fue una bella ninfa invernal, de las tierras que ahora se conocen como el reino de M’Apple. Y la chica que está su lado, si mal no me equivoco, es Blanca. Su nieta, hija de Madeleine…
Se acomodó un poco en su sitio, incomoda. Sabía que el chico no comprendía que tenían que ver sus lazos familiares con lo que estaban tratando. Pero ya entendería.
–Te digo esto porque mi adorable hermano es la causa de que tu madre haya terminado casi muerta por culpa de ese intento de príncipe. Bueno, en realidad puedes pensar cualquier cosa mala y él será el culpable. –le soltó, casi como si estuviera hablando del clima. –Has oído hablar del pasado, ¿no? Maléfica tuvo que hablarte de las traiciones. Y de la Bruja del Tiempo, claro.
Lo miró a los ojos. Como era de su misma clase, Ela no podía ver en su interior para saber que pasaba por su cabeza. Estaba demasiado protegido. Y tampoco tenía deseos de ponerse a leer mentes, estaba bastante crecida para eso.
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Nota: Noligma, el nombre de la brujita pelirroja es Ela, no Ella :3 es un error común.
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Bruja del Tiempo
Señora de las Tierras Encantadas
Re: Fiesta Primaveral {LIBRE}
NOligma estaba bastante intranquilo asi que cuando ella empezó a hablar se fue tranquilizando a medida que la oia hablar
–Ellos no saben nada y son felices en su vida simple. Tú y yo sabemos cosas, y somos desdichados. Tendremos poder suficiente para hacer cosas inimaginables, pero… Sigue siendo un precio muy alto el tener que ser infelices por ello.
Noligma no estaba de acuerdo, sabia que el conocimiento traia el sufrimiento, pero ese sufrimiento era un bajo coste por el conocimiento ¡el conocimiento te da poder! el poder te da fuerza, y si eres fuerte tambien lo es tu corazón.
Y quien tiene sabiduría, poder, fuerza y corazón fuertes... lo poseerá todo
Finalmente con el libro en manos ella significativamente respondio emosionalmente, estaba en lo cierto, ella tan antigua como su madre debia conocerlo
-Comprendo más de lo que crees, Noligma. Claro que es autentico, y nada es mentira. Solo dice verdades que debieron ser olvidadas a la fuerza.
Noligma siempre lo había sabido pero necesitaba que alguien se lo corroborase, así que suspiro tranquilo.
–¿Tu madre te contó historias del pasado alguna vez, Noligma? Ya sabes, sus memorias, sus recuerdos más preciados.
Noligma alzo los hombros
-ya sabes como era mi madre, Guarda mas que lo que me contaba, pero puede ser que me haya hablado un poco, me conto que fuisteis amigas un tiempo... supongo que seria algo mas que un tiempo, pero no mucho mas
Sería más sencillo si tuviese una base sobre la que decirte estas cosas…
-nunca es sencillo
Ella saco entonces un objeto magico, un espejo, los espejos suelen tener gran potencial magico, pues al reflejarnos en ellos y mirarnos a los ojos, si nos fijamos bien podemos ver nuestra propia alma.
Tal y como penso en ese espejo guardaba parte de us alma... en este caso sus recuerdos, ella fue explicando quien era quien... y Noligma aunque perdio un poco el hilo se quedo claro que eso no le decía nada...
–Te digo esto porque mi adorable hermano es la causa de que tu madre haya terminado casi muerta por culpa de ese intento de príncipe. Bueno, en realidad puedes pensar cualquier cosa mala y él será el culpable.
Noligma sacudió la cabeza ¿como iba a ser eso posible? queria decir que el tio era el mal? eso no podia ser, toda acción ejercida crea un efecto malvado y uno bueno... si por ejemplo raptaba una princesa, para el era bueno y para ella malo, de la misma forma que si un principe iba a salvarla para el era malo y para la princesa bueno... el bien y el mal son dos caras de una misma moneda... lo que Ella queria decir era otra cosa.
Noligma no tardo en una respuesta clara... sin duda ese hermano suyo había sido la clave en los acontecimientos acaecidos a partir de un momento en el espacio en el tiempo, un piunto que lo cambio todo ¿se referiría a eso?
–Has oído hablar del pasado, ¿no? Maléfica tuvo que hablarte de las traiciones. Y de la Bruja del Tiempo, claro.
Noligma asintió contento de haber acertado, era algo que cambio la historia ¿pero el que?
-mi madre me hablo de los magos que se sublevaron... y de cual fue su castigo..
fue un regalo de cumpleaños de su madre, una historia que le enseñaba, la regla de todo mago, pero la misma que todos acaban olvidado incluso el mismo a veces... muy a veces... y es la principal razon por la que muchos magos suelen tener su final... Noligma no pudo evitar susurrar las palabras que su madre le hizo memorizar.
-"Memento homo, quia pulvis es, et in pulverem reverteris" ellos intentaron ser dioses... y pagaron por ello
–Ellos no saben nada y son felices en su vida simple. Tú y yo sabemos cosas, y somos desdichados. Tendremos poder suficiente para hacer cosas inimaginables, pero… Sigue siendo un precio muy alto el tener que ser infelices por ello.
Noligma no estaba de acuerdo, sabia que el conocimiento traia el sufrimiento, pero ese sufrimiento era un bajo coste por el conocimiento ¡el conocimiento te da poder! el poder te da fuerza, y si eres fuerte tambien lo es tu corazón.
Y quien tiene sabiduría, poder, fuerza y corazón fuertes... lo poseerá todo
Finalmente con el libro en manos ella significativamente respondio emosionalmente, estaba en lo cierto, ella tan antigua como su madre debia conocerlo
-Comprendo más de lo que crees, Noligma. Claro que es autentico, y nada es mentira. Solo dice verdades que debieron ser olvidadas a la fuerza.
Noligma siempre lo había sabido pero necesitaba que alguien se lo corroborase, así que suspiro tranquilo.
–¿Tu madre te contó historias del pasado alguna vez, Noligma? Ya sabes, sus memorias, sus recuerdos más preciados.
Noligma alzo los hombros
-ya sabes como era mi madre, Guarda mas que lo que me contaba, pero puede ser que me haya hablado un poco, me conto que fuisteis amigas un tiempo... supongo que seria algo mas que un tiempo, pero no mucho mas
Sería más sencillo si tuviese una base sobre la que decirte estas cosas…
-nunca es sencillo
Ella saco entonces un objeto magico, un espejo, los espejos suelen tener gran potencial magico, pues al reflejarnos en ellos y mirarnos a los ojos, si nos fijamos bien podemos ver nuestra propia alma.
Tal y como penso en ese espejo guardaba parte de us alma... en este caso sus recuerdos, ella fue explicando quien era quien... y Noligma aunque perdio un poco el hilo se quedo claro que eso no le decía nada...
–Te digo esto porque mi adorable hermano es la causa de que tu madre haya terminado casi muerta por culpa de ese intento de príncipe. Bueno, en realidad puedes pensar cualquier cosa mala y él será el culpable.
Noligma sacudió la cabeza ¿como iba a ser eso posible? queria decir que el tio era el mal? eso no podia ser, toda acción ejercida crea un efecto malvado y uno bueno... si por ejemplo raptaba una princesa, para el era bueno y para ella malo, de la misma forma que si un principe iba a salvarla para el era malo y para la princesa bueno... el bien y el mal son dos caras de una misma moneda... lo que Ella queria decir era otra cosa.
Noligma no tardo en una respuesta clara... sin duda ese hermano suyo había sido la clave en los acontecimientos acaecidos a partir de un momento en el espacio en el tiempo, un piunto que lo cambio todo ¿se referiría a eso?
–Has oído hablar del pasado, ¿no? Maléfica tuvo que hablarte de las traiciones. Y de la Bruja del Tiempo, claro.
Noligma asintió contento de haber acertado, era algo que cambio la historia ¿pero el que?
-mi madre me hablo de los magos que se sublevaron... y de cual fue su castigo..
fue un regalo de cumpleaños de su madre, una historia que le enseñaba, la regla de todo mago, pero la misma que todos acaban olvidado incluso el mismo a veces... muy a veces... y es la principal razon por la que muchos magos suelen tener su final... Noligma no pudo evitar susurrar las palabras que su madre le hizo memorizar.
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Yer Noligma
Heredero de la Montaña Prohibida
Re: Fiesta Primaveral {LIBRE}
Nivea ANTIGUA REINA DE M’APPLE ● APARENTA 23 AÑOS ● FANTASMA A TIEMPO COMPLETO |
–Buenos reflejos. – comenta cuando Blanca atrapa la manzana. ¿Tendrá buen sabor? –No pequeña, no vengo de parte de nadie. Estoy aquí porque mi dulce Ela me invitó, nada más.
Las palabras de Blanca le duelen, por mucho que intente ocultarlo. No esperaba que no recordase a Madeleine. ¿Acaso no le mostraron nunca un cuadro donde saliese la antigua “reina” de M’Apple? Pobrecilla….
–Es una lástima… Su madre era muy hermosa, la dama más encantadora de todo el reino. – y no lo dice solo por ser su madre. –Su muerte fue un golpe muy duro para todos…
Sobre todo para Nivea. Perder a un hijo es algo terrible, más aun cuando sabes que es tu culpa. Espera que su nieta nunca deba pasar por algo semejante, aunque lo duda. Parece ser algo de familia el tener que separarse de los hijos. Nivea tuvo que ver como sus niños caían, uno tras otro. Madeleine perdió a su Blanquita… ¿Y Blanca? ¿Perdería a un niño a manos de algún villano?
Ríe al escuchar como la pequeña acierta. Sí, tenían el mismo nombre. Desvaríos de Madeleine, que quería llamar a su hija como su madre. Al menos no la llamó Clara o algo así.
Le regresa la reverencia con dulzura. Tal parece ha logrado ganar la confianza de su nieta. ¡Al fin!
–Fue por nuestra amistad. –comienza a explicar, risueña. Más de lo que nunca ha estado. –Su madre consideraba que sería un lindo gesto llamarla como yo, o al menos un nombre que se refiriese al blanco. Al menos pude convencerla de que la llamase con algún sinónimo, de lo contrario ya tendríamos dos Niveas en este mundo.
El viento no afecta la cabellera de Nivea, pues, como antes dije, es un fantasma nada más. Más visible de lo normal, claro. Sin embargo, sí la afecta el ver como su dulce nieta pone sus manos sobre su vientre, en un gesto universal de las mujeres embarazadas. Ella misma lo hacía cuando se sentía en peligro.
–Un invitado más a la fiesta, nada más. –responde, poniendo su mano fría sobre el hombro de su nieta para calmarla. Su otra mano se coloca sobre las manos de Blanca. Está usando una buena parte de su energía en estos gestos de compañerismo, para que su nieta los sienta como algo solido y real, pero no durarán mucho. –Ela se encargará de él, no te preocupes. A mi casi hermana le agrada ser una mandona, igual que a mi esposo…
Desea poder morderse la lengua. ¿Es que acaso no puede guardarse información? Al parecer no, puesto que aunque juró que no diría nada hasta el momento adecuado, ha soltado demasiada información. Debe ser algo de familia…
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Bruja del Tiempo
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