Aquí estoy, y aquí me quedo [Noligma]

Lugar: Palacio nevado de Elsa en la montaña del norte de Arendelle
Momento: Días después de El temor de un hombre sabio

La reina exiliada abrió los ojos y trató de acostumbrarse al destello cegador de sus propios aposentos, en los cuales el sol derrochaba luz en exceso al reflejarse sobre las cristalinas superficies que componían la sala y el resto del palacio. Apoyó una mano sobre el cabecero, una magnífica pieza que parecía tallada diréctamente en el hielo, y bajó con cuidado los pies hasta posarlos sobre el frío suelo. Aquella noche, por primera vez en varios días, no la asediaron las pesadillas. Pudor dormir tranquila sin necesidad de soñar, y su cuerpo por fin se liberó de las tensiones que había acumulado bruscamente a lo largo de los días anteriores. La culpabilidad remitía por el efecto calmante que la montaña ejercía sobre ella, una anestesia natural tan dulce como la propia miel, y una nueva realidad comenzaba a ser asumida sin complejos ni inhibiciones de ningún tipo. Por fin se sentía en paz, segura y libre; ajena al hecho que allí donde se erigía su nuevo e imponente hogar de cristal, siglos atrás había dado cobijo al castillo de la primera reina de las nieves, el cual había conocido tiempos mejores, fundiéndose con las nieves gélidas de las cumbres hacía ya tiempo. Había abandonado su prisión soleada para entrar en otra, mucho más bonita y más acorde con su naturaleza, pero por fin el aire corría libre en sus pulmones, y no había metafóricos muros que la oprimiesen.

El acceso al palacio era demasiado accidentado para cualquiera sin experiencia, y ni siquiera los montañeros más osados tendrían la poca inteligencia de atreverse a tratar de alcanzar ese lugar. La altitud hacía que las nubes ocultasen con su manto difuso la silueta extravagante y etérea del palacio de cristal, e incluso el sol se reflejaba en él, creando un efecto de ceguera a aquellos que mirasen en su dirección.
Un puente de agua congelada, dotado de geométricas formas en su diseño, permitía el acceso de uno de los salientes de la montaña hacia la entrada del edificio, el cual estaba custodiado por sendas puertas de macizo hielo, y coronado por hermosas formas puntiagudas que se asemejaban a las estrellas. La entrada era una sala amplia y sin más detalle que una fuente helada en el centro de la misma, flanqueada a ambos lados por dos enormes escalinatas que se unían en una sola, y se perdían tras un arco abovedado que conducía a las estancias superiores.
El dormitorio de la reina también era modesto y estéril, pero no exento de la belleza simplista y frágil que caracterizaba el resto de la construcción. Elsa terminó de vestirse, y caminó hasta el gran balcón que comunicaba sus aposentos con el exterior, y por donde podía respirarse el olor de la montaña. El hielo con el que estaba hecho el palacio relucía con los colores anaranjados del amanecer, y la rubia se tomó unos momentos para disfrutar de su maravillosa obra, dejando que su mirada se perdiese en el horizonte con gesto sereno y calmado. Arendelle se apreciaba como apenas un pequeño poblado, a los pies de la gran montaña y rodeado por la superficie del mar que bañaba sus costas. Parecía tranquilo, lejano y distante. Elsa se giró bruscamente y entró sin delicadeza en su dormitorio de nuevo, cerrando de un portazo la salida al mirador. La culpabilidad atraía consigo el dolor,  aún así no iba a echarse atrás. Jamás había estado tan segura de algo en toda su vida, y no iba a sacrificar su felicidad por lo que otros quisiesen de ella. Ahora su antiguo reino tendría una dirigente más comprensiva y alegre a la que todos querrían, y esa realidad era la esperanza a la que se aferraba Elsa. Se sorprendió al verse reflejada en la pared, diferente, vestida con escarcha y nieve en vez de con las andrajosas ropas con las que había subido la montaña. Se veía más segura de sí misma, a pesar del reflejo borroso que le devolvía la superficie lisa, y de nuevo la expresión ceñuda volvió a aparecer. A pesar de todo, seguía siendo una imagen borrosa de ella misma.

Noligma examinaba meticulosamente  el nuevo hogar de Ela, bajo un gran abrigo que bien podría haber sido el abrigo de la bruja blanca de Narnia... y que no pegaba mucho con el ambiente, que no era blanco sino azulado, cristalino como si fuera de un cristal.

La razón del abrigo no era el frió, Noligma tenia una temperatura corporal superior a la de las personas normales... el abrigo era para proteger esa hermosa construcción de su propia temperatura corporal, de hecho, había inmenso frió hay dentro que afuera, estaba protegido de la caída de la nieve y de los fuertes vientos o ventiscas.
Elsa iba menos tapada que el, pero ella no se hundiría en un charco si se le ocurría ir con los pies descalzos.

Noligma miro la extraña lampara de cristal helado en plan lampara de telaraña y se volvió a preguntar por enésima vez que podía enseñarle a esa joven, que de repente tenia un perfecto control para construir un edificio estable y indefensible de cualquier enemigo.

¿Esa era Elza? ¿la misma que casi muere bajo su propia construcción? No tenia ni pies ni cabeza.
Ni Noligma tenia tanto control de sus poderes, aunque podía deberse a que su poder fuera únicamente destructivo.

Noligma recordó como su madre cansada de tratar con el , le había puesto profesores particulares para enseñarle, uno de ellos descubrió la forma de lidiar con el.

Le creaba un bloque de hielo y le decia que creara algo con ese hielo, una escultura totalmente distinta a esa sin alterarlo.

Daba igual como lo hiciera, tocándolo se derretía, sin tocar no conseguía gran cosa...
una vez enfadado consiguió hacer una Sublimación, no le creyeron, pensaron que había hecho desaparecer el hielo por arte de magia... en cualquier caso, un cambio de estado brusco no era lo que se le pedía.
Así su profesor podía tirarle los tejos a su madre mientras el se devanaba la mollera viendo el hielo derretirse.

Antes de Elsa el hielo solo le producía cierto dolor de cabeza y le hacia recordar su frustración con un elemento que jamas podría controlar.

Ahora lo que veía era arte, espíritu... y eso le embargaba... Elsa dejaría esa construcción , y duraría mil años en esa montaña... la gente vendria y se contarian historias de el prodigio que entrañaba la reina de hielo que construyo hay su morada...

que quedaria de el? un viejo castillo negro que todos evitarian por estar maldito, por que las criaturas resultado de sus investigaciones proliferarían y llegarían a ser amenazas para futuras generaciones, pero nadie sabría quien era Yer... como mucho seria "un brujo" del montón.
Nadie miraría el castillo y diría "el castillo de Noligma" mas bien dirán "el castillo de Malefica, la bruja que tuvo en vilo a todo un reino con solo una aguja"

-Bonito castillo-Se dijo a si mismo irritado por el silencio que perpetuaba sus incómodos pensamientos.

Acarició la turbulenta superficie con las yemas de los dedos y puso una mueca de disgusto. ¿Es que aquello no iba a acabar nunca? Ya debería ser feliz, no tendría que preocuparse por las cosas de las que se había desentendido. Fin. A aquella altitud era poco probable que congelase la cabeza de nadie, o que tampoco empalase a cualquier otro de forma fortuita. Estaba a salvo, segura y debía estar sosegada.

-Ya es suficiente-Murmuró entre dientes. Se dio la vuelta justo en el momento oportuno, pues punzantes filos emergieron de su propio reflejo, horizontales y afilados; un reflejo de la crispación que se anidaba en su pecho. Lo mejor era calmarse y disfrutar de la tranquilidad que reinaba en el palacio de hielo.

Recorrió los pasillos con la seguridad de quien ha hecho el camino antes, admirando su propia obra para que los pesares desapareciesen, y en cierto modo funcionó. Pronto, una abertura desembocó en la bajada de unas larguísimas escaleras que se perdían en las entrañas del edificio, retorciéndose de formas casi imposibles en un amasijo de cristal de hielo tallado, embellecidos por geométricas formas propias de la naturaleza más primitiva. El tacto helado del pasa manos bajo sus dedos era reconfortante, y le producía cierto cosquilleo agradable, provocando que se sumiese en pensamientos menos amargos, imaginando su vida si nunca hubiese tenido que llevar guantes sobre las manos. Esos habían sido los peores grilletes imaginables, y ahora no podía concebir su vida sintiéndolos de nuevo sobre su piel. Soltó el aire, notando como sus músculos se relajaban, menos crispada, mientras bajaba con deliberada lentitud los escalones que conducían hacia la entrada. Había algo de lo que Elsa no se había percatado hasta ese momento, una interrogante que le producía controversias. ¿Y ahora que? Tenía su palacio, su magia y su libertad… Pero no sabía que hacer con ella. Habían bastado varios días para finalizar su creación por completo, pero ahora su vida pintaba igual o más aburrida que antes. Se detuvo de golpe al llegar a la entrada, observando la extravagante figura que se hallaba varios metros más abajo, envuelta en un atuendo de lo más pintoresco. El corazón se le encogió al pensar que alguien pudiese haber dado con su nueva localización, pero se relajó un poco al reconocer de quien se trataba, era Noglima. Tal vez no debería haberlo hecho. Elsa había estado tan ocupada que apenas había tenido tiempo para pensar en las clases, lo cual era toda una sorpresa, y agradeció que al menos el no lo hubiese olvidado. Ese si era un asunto importante, el dominio que aún no tenía.

-Hola-Saludó escueta, desde las alturas.

Noligma se mantuvo pensativo durante un rato mientras andaba hacia ella.
-veo que has tenido la mente ocupada... me alegro... prefiero que estés con el animo templado y la mente fría.
Noligma sonrió
-veo que no se te da nada mal... a lo mejor te contrato para que me hagas una estatua de hielo para mi fiesta... pagaría bien por una bonita figura

Noligma finalmente llego a su lado a lo esquimal, y realizo un saludo de reverencia formal antes de añadir

-no me he traído a mi mayordomo... ¿donde anda tu... sirviente?
sin duda se refería al grotesco muñeco de nieve viviente.
-luego le pediré un par de cosas
Noligma miraba alrededor y finalmente añadió

-hay alguna sala especifica que no te importe si sufre daños... nunca se sabe.

Noligma la miro fijamente
- perdona que sea algo formal, pero vengo en caridad de maestro, y tenemos mucho que hacer...

-¿Gracias?-Respondió alzando una ceja con incredulidad y excepticismo. No estaba segura de si eso era un cumplido o cualquier otra cosa, teniendo en cuenta de quien provenían aquellas palabras. Decidió ignorar su significado, si es que tenía otro. Entrelazó los dedos sobre la barandilla, y miró al horizonte con aire ausente, entreteniéndose en detalles insignificantes como asegurarse de que no había arrugas en su falda de escarcha. Ahora que lo pensaba, ese atuendo era demasiado atrevido, pero le gustaba. Dedicó unos instantes a analizar la ropa que llevaba el brujo, y se preguntó cuantos animales habrían tenido que morir para confeccionar semejante prenda. No dijo nada, pues sabía que ese tipo de comentario de mal gusto no sería bien recibido. Tampoco quería ahondar en la herida abierta que había dejado la pérdida de su mascota-Debe estar rondando los alrededores-Informó distraída. Había sido una suerte, la reina había reconstruido la parte de su cabeza que estaba en mal estado, y al menos ahora no parecía un cíclope deforme. Marshmallow, que así lo había llamado, ejercía como guardián pues toda precaución era poca, custodiando la ubicación del palacio, los propios ojos vigilantes de la montaña. Elsa no se sorprendió de que el brujo lo hubiese esquivado con facilidad, pero a su vez podía suponer un problema si otros podían llegar a burlarle. Una laguna podía ser fatal… Deliraba. Nadie iba a llegar voluntariamente hasta allí-No había pensando en esa posibilidad-Reconoció la reina por fin. No era arquitecta ni mucho menos, y no sabía si las salas estaban preparadas para el deterioro, pues si algunas de las columnas se quebraban, podrían comprometer la propia estructura del palacio-Descuida-Respondió juiciosa, mirándolo con imperturbabilidad, cual alumna diligente-Sígueme-Se dio la vuelta y bajó de nuevo las escaleras, atravesando el vestíbulo y colándose por uno de los pasillos laterales. Eligió entonces un habitáculo ubicado en la zona del palacio más pegada a la pared rocosa de la montaña, donde no había puntos de apoyo frágiles y susceptibles de ser dañados.

Noligma asintió evaluando la sala

-por ahora con esto nos valdrá... mas adelante saldremos a la montaña, pero para empezar esta bien que estemos en un lugar seguro.

Noligma finalmente se centro en el asunto
-buenas soy el maestro Noligma Maleficus, desde que comienza cada clase, dará igual que seas una reina o que seas mujer
Noligma señalo la puerta de la habitación... es un decir, las puertas normalmente no son de hielo, así que no sabia si considerarla como tal.
-desde que entras por esa puerta, eres una alumna, no tienes derechos ni voz ni voto
luego se puso en jarras mientras se podía captar su orgullosa presencia.
-pues, por el bien de los dos, aquí soy la ley... nunca me cuestionaras... si eso te parece bien podemos empezar

Noligma espero a que ella protestara... por que todos siempre protestan.

-si no te gusta... me voy por donde he venido.. no quiero estar donde no me quieren.

Ese era uno de sus salones favoritos. La ausencia de mobiliario le daba un aspecto adusto, sí, pero también evitaba sobrecargarlo con cachivaches innecesarios que entorpeciesen su sencilla belleza. El techo era casi tan alto como el de las otras secciones, aunque no había nada que colgase de él, perdiéndose en las alturas y dando la impresión de que se integraba en el firmamento, debido a los tonos azulados de los que hacía gala el hielo de las paredes, adornado con estrellas incrustadas en el. Para cualquier otra persona podría parecer una celda fría y perenne, pero en la simpleza Elsa encontraba la mayor parte de su paz, sin necesidad de agobios.

Avanzó por el interior, arrastrando la cola del vestido a sus espaldas, similar a una manta de nieve, para después darse la vuelta, prestando la atención requerida a su nuevo tutor. Mentiría si dijese que no estaba nerviosa. Hacía demasiado tiempo que no recibía clases, desde que tenía 15 años. La perspectiva la animaba y la inquietaba a partes iguales, haciendo que arrugase entre sus dedos uno de los extremos de la capa que caía bajo sus brazos para liberar tensiones.

-Juraría que el otro día…-Se calló de pronto cuando el empezó a hablar, soltando su verborrea sin ton ni son, en una sarta de normas que establecía como requisito para sus clases. Elsa no las acogió bien, y en su cara se reflejó el descontento a medida que Noligma seguía con su discurso, previo a las enseñanzas. Se sentía contrariada, pues no había huido a la montaña, abrazando la libertad, para hora volver a someterse a las órdenes de otro lunático. Ahora no tenía ataduras, nadie controlaba sus actos más que ella, y no deseaba tener que someterse a los caprichos de nadie-Este es mi palacio-Advirtió, con un dedo amenazante. Cruzó los brazos sobre su pecho, despectiva-¿Si no tengo poder aquí que es lo que soy?-Pero las amenazas surtieron efecto, y la reina dejó caer los brazos a ambos lados, con gesto de derrota-"Sólo hasta donde yo te lo permita. Estos muros son míos y yo soy la reina"-Pensó. No le gustaba tener que tragarse el orgullo, pero era eso o dejar que se marchase, y volvería al punto de partida inicial, igual de perdida que antes. La fuerza sin control no servía absolutamente de nada, y eso era lo que ella tenía exactamente, una fuerza peligrosa e inútil al mismo tiempo-Esta bien, tu ganas. Quédate.

Noligma no dijo ni una palabra solo se dio la vuelta dispuesto a marcharse sin mirar atras, aunque le doleria mucho en cuanto las puertas se cerraran tras de el.
-Esta bien, tu ganas. Quédate.
Uffff... menos mal...
Noligma asintió y se volvió serio

-esta bien... si esta todo en orden, comenzare...
Menos mal... como ya había visto antes, Elza controlaba su poder, pero lo que ella quería aprender
Noligma señalo algo en medio de la habitación donde no había nada
-quiero que crees un bloque de hielo... mientras voy a pedirle algo al sirviente... si no me come...

Noligma dejo a Elza sola con la palabra en la boca, sin duda se preguntara "¡¿solo un bloque de hielo?! mira a tu alrededor! este castillo lo construí yo!" si no, simplemente haría lo que le había pedido sin decir nada, por tanto no necesitaba escucharla.

Después de un rato se canso de buscar a el monstruo de nieve ... que a saber donde estará...
Noligma tubo que buscar con ingenio, finalmente cogió un trozo de hielo de las paredes que esperaba que Elza no echara de menos.

Y le dio forma con la mano desnuda, el calor alto permitió moldear el trozo de hielo.

Finalmente entro con lo que parecia un cubo hecho con hielo

Noligma no miro ni aprecio el trabajo que le habia ordenado hacer.

-ahora ... quiero que metas el hielo del bloque en el cubo...

No parecía que Noligma le hubiese pedido nada del otro mundo, de hecho, estaba convencida de que eso podría hacerlo con bastante facilidad. Igual, lo que pretendía, era que hiciese cosas fáciles e insulsas para subir niveles de dificultad progresivamente. La dejó sola en la sala y se marchó tras mediar una escueta explicación que no le decía nada a la reina de las nieves. Confió en que no hiciese nada que después ella tuviese que lamentar, y optó por concentrarse en la tarea que tenía por delante. Elsa cubrió el puño de su mano izquierda con la palma derecha abierta. Se concentró todo lo que pudo, buscando en sus recuerdos el gesto instintivo del que se servía cuando era niña para hacer bolas de nieve. Separó las manos hasta dejar un hueco entre ellas, observando como en este se empezaba a apreciar una minúscula partícula que iba agrandandose poco a poco, dejándole un cosquilleo agradable en los dedos a medida que abría más el espacio. El agua sólida que se congregaba en sus manos se adhería a la pequeña bola, hasta que esta alcanzó el tamaño de la cabeza de una persona. La rubia la lanzó hacia el suelo, sirviéndose de su propio poder, hasta que un bloque bastante desigual apareció ante sus ojos. Algunos de los cantos presentaban filos cortantes, aunque conservaba una forma uniforme y recta.

Elsa lo miró durante unos momentos, como si el cubo fuese a hacer algo aparte de permanecer inmutable en el suelo, pero evidentemente no se movió. Se acercó hasta él al cabo de un rato y se recostó contra su superficie a la espera de que el brujo regresase, mirando aburrida a su alrededor sin saber cómo proceder a partir de ahí. Esperaba instrucciones, obviamente, aunque mirar fijamente el cubo no era, para nada, su idea de una clase de brujería.

Noligma regresó al cabo de un rato con una pieza tallada en hielo entre sus manos. Elsa se separó del bloque, fingiendo un poco de más predisposición, aunque se decepcionó al escucharle hablar.

-¿Estás de broma?-Inquirió, alzando una ceja con escepticismo. Le arrebató el cubo de entre sus manos, y arrugó el ceño, alternando su mirada entre el cubo, el hielo y el brujo-¿Cómo se supone que vaya a hacerlo?- Señaló el bloque, que tenía un tamaño considerable, con una mano mientras con la otra agarraba el cubo. Supo que no iba a decírselo, o al menos lo intuyó. Sintió deseos de tirarle el objeto a la cabeza, pero se contuvo. Le había pedido que la ayudase, y sería de ingrata mostrarse violenta o poco colaborativa. Soltó el aire con resignación y apuntó con la palma hacia su creación. Las estrellas se condensaron en torno a esta creando volutas que se perdían del mismo modo que aparecían, y salieron disparadas, generando un segundo bloque, más pequeño, que chocó con violencia contra el primero. Algunos trozos de hielo se desprendieron, cayendo al suelo con formas desiguales. Con poco entusiasmo, Elsa se acercó y recogió cuidadosamente los trozos que habían menoscabado el bloque, los metió en la cubeta y se la entregó con poca delicadeza a Noligma-¿Y ahora?

Noligma recogio el cubo y miro lo que habia dentro... trozos de hielo
-¡¿enserio?! estas jugando conmigo?... creo que pedi claramente "un bloque de hielo" no que me llenaras el cubo con trozos...
Noligma le tiro el cubo y este cayo desperdigando los trozos de hielo

-arreglalo...

Noligma siempre habia odiado a sus profesores... por que le hiceron hacer cosas como aquella, sin sentido y muy ... pero que muy irritantes.
Lamentablemente ahora era uno de esos profesores que tanto odiaba, pero no le quedaba mas remedio.

-cuando por fin tengas mi cubo dentro de el cubo... me avisas... ire preparando tu siguiente tarea

Noligma salio nuevamente de la sala y apreto los puños clavandose las uñas
(es necesario... aunque acabe odiandote... recuerdalo)
Noligma partio hasta donde habia encontrado el primer trozod e hielo, pero tuvo la suerte de hallar al Golem
-olle tu!... necesito que me busques un par de cosas...un tronco de un arbol, algo de metal afilado... y tambien un animal ... da igual cual sea... si resiste el frio mejor...
Noligma volvio para ver si finalmente Elsa habia cumplido lo que le habia pedido

Elsa dio un respingo cuando el cubo cayó al suelo con estrépito, derramando su contenido irrevocablemente sobre el suelo liso y brillante. Las esquirlas patinaron y se alejaron unas de otras a causa de la fuerza de tracción. La reina detuvo una de ellas con el zapato, y alargó la mano para cogerla, acariciando el canto afilado con gesto ausente. No comprendía absolutamente nada de lo que le pedía, y ese encuentro estaba lejos de parecer una clase normal y corriente, sino una pantomima absurda que sólo consumía inútilmente el esfuerzo. Ni conceptos, ni métodos, ni nada. Estaba perdiendo el tiempo y los nervios. Clavó los orbes azules sobre su nuca, taladrándolo a medida que volvía a dejarla sola en la sala, y se dio media vuelta airada contemplando el destrozo. No iba a volver a agacharse de nuevo.


Marshmallow deambulaba por el palacio con sus pasos torpes y lentos. Su inspección rutinaria había acabado, y ahora se disponía a hacer de custodio como correspondía a un guardaespaldas de su envergadura y función. No había visto nada raro, salvo la nieve blanca, aunque eso no era raro, en absoluto. Se sentía feliz, dentro de lo que le permitían sus primitivos instintos, pues el calor del sol quedaba mitigado por el frío y evitaba que se derritiera, lo cual le producía un sufrimiento incalculable. Además, la cercanía con sus hermanos (el hielo de la montaña) era un grato aliciente.
El muñeco se detuvo al ver al brujo, y se rascó la cabeza con una uña al recibir su orden, como si dudase. Parecía más un simio que un Golem helado. Tardó en asimilar lo que acababa de decirle, una orden sin duda. Pesadamente, Marshmallow se dio la vuelta y volvió a atravesar el arco de la entrada, perdiéndose en la nebulosa montaña, que permitía su camuflaje con el entorno para cumplir su cometido.

Elsa no llevaba bien el hecho de acatar órdenes, y menos ahora, que cada segundo tenía el intenso sabor de la libertad mas plena y absoluta. No comprendía los métodos de Noligma ni que era lo que pretendía, pero sí tenía clara una cosa: Estaba en su terreno, su nuevo hogar, y ella no era la sirvienta de nadie. Puede que ahí entrase a colación su predisposición genética, o simplemente el orgullo que llevaba intrínseco su título, pero su paciencia se había quedado atrás, en Arendelle. Ahora ya no iba  a necesitarla más. Seguía sosteniendo el trozo en su mano, cuando regresase le pediría unas cuantas explicaciones. El brujo no se hizo esperar mucho, y volvió al poco tiempo con sus andares arrogantes.

-¿Te estás divirtiendo?-Le preguntó taimada, con una nota de peligro-¿No te quedaste satisfecho el otro día con tus bromas?-Su voz se volvió más intransigente. Elsa no necesitaba más curas de humildad, lo que quería eran conocimientos útiles, y ahí no había cabida a cumplir órdenes ridículas y sin sentido. Casi habría sido mejor que le pidiese separar semillas dentro de una maceta de tierra-¡No me estás enseñando nada!-Le recriminó, sintiéndose humillada-¡Te ries a mi costa! ¿Qué soy? ¿Un mono de feria?-Intentaba reprimir unas ganas terribles de lanzarle a la cabeza el trozo de hielo para así poder desquitarse, pero no quería dejarse en evidencia como una niña malcriada-¿De que me sirve lo que me pides si no hay forma humana de cumplirlo?


Se calló. Un ligero temblor sacudió el castillo, y no tardó en descubrir la causa. Marshmallow avanzaba a trompicones persiguiendo lo que parecía un proyectil blanco, mientras portaba consigo un tronco y un pico oxidado. La mancha blanca se deslizaba por la nieve a una velocidad pasmosa, y Elsa trató de detenerla generando un arco convexo de hielo en su trayectoria, logrando que se desviase de su camino. Se hizo a un lado cuando pasó a escasos centímetros de su pie, percatándose de que se trataba de un animal. Un armiño blanco y de nariz rosada, que huía inquieto de las zarpas del Golem de hielo.

Noligma miro impasible a la joven sin decir nada, no parecía querer defenderse de ninguna manera, parecía meditar sobre lo que decía.

no llego a decir nada cuando finalmente llego el golen persiguiendo a una criatura peculiar.


Noligma miro contento el animal
-perfecto... deja las cosas hay y puedes proseguir con tu guardia... emmm... necesita un nombre...
Noligma dejo eso de lado y retuvo al animal con magia para agarrarlo y enseñarselo a Elsa.

-Elsa... quieres que te enseñe... quieres que te muestre... pero no estas preparada...
Noligma se hacerco mostrando el animal a los ojos de Elsa
-imagínate que a este animal le doy el poder de escupir fuego...
En animal se revolvía de todas las formas y se contorsionaba con intensión de liberarse, lanzaba chillidos desesperados, al parecer la criatura temía horrores el simple contacto con Noligma.

-atacaría a todo ya todos los que se interpusieran en su camino... se libraría de sus enemigos... Pero ¿Y si no lo controla?
Noligma dejo caer el animal que salio corriendo en dirección contraria, Noligma mirando a Elsa directamente dijo.
-¿y si quema su madriguera accidentalmente... con sus crías y pareja dentro?
Noligma abarco todo lo que los rodeaba
-tu ya eres una "comadreja escupe fuego" y lo que intentamos es que no quemes tu "madriguera" no darle mas leña al fuego... no al menos de momento
Noligma dejo que ella pensase y hallase la solución a su propio dilema.
-como tanto te desespera ese ejercicio, pasaremos de nivel "alteza" deberás hacer una estatua de hielo del animalillo que tenemos aquí.
Extrañamente para un brujo que se rodeaba de animales, aquel en particular correteaba por toda la sala, por cualquier sitio que no estuviera cerca del brujo.
-mucha suerte...
Noligma cerro la puerta para que la criatura no se escapara.
Elza iba a tener que dar mano de toda su paciencia y auto control, para simplemente usar su poder y perseguir al escurridizo ser con la mirada... no digamos si pretende atraparlo.
Ademas hacer un figura no era nada sencillo, la estructuras que construyese debía resistir su peso, ademas de que tenia que parecido al animal, el castillo era bonito, pero surgía de su imaginación, necesitaba una excesiva paciencia, control y ojo para crear algo determinado, aquello era un reto nuevo para Elza... o al menos eso creía el hechicero.

Noligma no esperaba que lo consiguiera a la primera, era casi imposible, mas si se había asegurado de alterarla con el ejercicio de los cubos.
Pero Elza debía empezar a ver por si misma que situaciones son mas propicias para usar su poder y cuales no... y eso Noligma no podía decírselo, debía descubrirlo ella misma, sus limites.
Noligma el único trabajo que tenia era llevarla al abismo, para que sobreviviera a el, haciéndola mas fuerte y mas sabia.
Por eso era un ejercicio útil para que Elsa realizara cierto tiempo todos los días.
Noligma se acerco al tronco donde lo había dejado el Golem, al lado de la puerta.
Mágicamente lo alzo en horizontal al nivel adecuado y lo encajo en una de las paredes de hielo transformándose en parte de este muro.
Luego se acerco al inicio del tronco y clavo el pico haciendo una muestra y luego lo uso para gravar una fecha debajo de esta, la fecha en que Elza y el se conocieron.

-¿Por qué lo has traído?-Preguntó Elsa al Golem, el cual se encogió de hombros al no hallar una respuesta convincente. Señaló con un dedo a Noligma y en su rostro moldeado se apreciaba el desconcierto, a pesar de no tener ojos en sus cuencas. Tampoco es que tuviese desarrollado el don del habla, más allá de algún que otro gruñido incomprensible. Marshmallow soltó el encargo en el suelo y, obedeciendo las órdenes del brujo, desapareció de nuevo para perderse en los confines del palacio en busca de una nueva tarea que hacer-¿Cómo puedes saber que no estoy preparada? ¡He llegado muy lejos!-Estaba convencida de ello, aunque notaba un desagradable vacío en el estómago. No era agradable ver al animalillo retorciéndose inútilmente, intentando por todos los medios posibles escapar del abrazo de la magia como si le estuviese devorando vivo. La visión era lo más desagradable que había podido contemplar desde que dejase atrás todo y se recluyese en su nuevo hogar, un santuario de tranquilidad en el que no tenían cabida ese tipo de cosas que la perturbasen más aún. Elsa sintió un remanso de paz al ver huir al armiño de su aprisionamiento mágico, desesperado por escapar de aquella ratonera, con un afán propio del instinto de supervivencia de un pequeño depredador de la tundra-Por eso estoy aquí. Para no quemar nada accidentalmente-Habló, sirviéndose de su metáfora, sabiendo que su poder hacía todo lo contrario-Para estar a salvo y que los demás también lo estén-Agregó. Cerró los puños a la altura de su pecho, cavilando. Se dio cuenta de lo poco que le apetecía volver, no había nada que la atase ya a su antiguo reino, por lo que el riesgo se reducía considerablemente de todos modos. Elsa ya no se consideraba tan peligrosa, cuando los únicos susceptibles de ser víctimas de su poder eran un brujo muchísimo más experimentado que ella, y un muñeco hecho de nieve al cual dudaba que le afectase un rayo helado-“No hay que temer”-Pensó, soltando el aire que había almacenado en sus pulmones de forma deliberadamente lenta, dejando que la conciliación se trasmitiese a sus músculos crispados-“No hay que sentir”-Relajó los dedos y miró al desesperado armiño que se había refugiado en un extremo, y que seguramente no dudaría en clavarle sus afilados dientes si intentaba tocarlo. Debía reconocer que era bastante elegante y bonito, aunque ella no tenía mano para los animales. La perspectiva de cogerlo era demasiado tentadora, ansiosa por saber como era el tacto de su pelaje bajo sus dedos, pero debía poner su concentración en otra parte. La nueva tarea parecía fácil, y sus límites estaban muchísimo mejor perfilados que con el ejercicio anterior, por lo que la reina se sentía más confiada, sólo temía estar cayendo en alguna trampa, que proviniendo del brujo, le parecía más que plausible. Miró de reojo a Noligma, arrugando el ceño, preguntándose que estaría tramando en realidad, pero volvió al pequeño roedor y a su nueva misión con un suspiro profundo. Esta vez pensaba cumplirla a raja tabla, sin poner demasiadas pegas por el momento. No podía ser tan torpe como para no poder hacer una estatua de hielo, y menos de algo tan pequeño y peludo. Se acercó hasta el armiño, el cual activó de nuevo su huida cuando esta estuvo a menos de tres metros de él, correteando como un condenado sin darle oportunidad a atraparlo. Intentar cerrarle el paso no iba a ser una buena idea, pues se volvería más violento si cabe, al menos eso haría ella. En su palma brillo un destello azulado, y generó una pequeña bola de nieve del tamaño de una canica, la cual extendió cuando estuvo lo suficientemente cerca de él, inútilmente, pues la criatura le enseñó una larga hilera de dientecillos afilados cual agujas. Si pensaba ganarse su confianza, la llevaba clara. La bola comenzó a crecer sobre su palma, adquiriendo la resbaladiza consistencia del granizo y el tamaño de un huevo de paloma. La reina avanzaba cauta y cuidadosa, dejando que la figura en sus manos tomase la forma que sus poderes decidían moldear en ella, fijándose al detalle en el alargado y ágil cuerpo del carnívoro, que ahora se dedicaba a trepar por las paredes, con su consiguiente resbalón. Elsa dejó escapar una sonrisa, al ver la torpe caída del armiño, que ahora miraba aturdido alrededor, agitando sus bigotillos para orientarse. Poco a poco, la figura en su mano tomó una forma más difusa, aunque similar al cuerpo estilizado del que hacía gala el pequeño animal. Lo depositó a su lado cuando estuvo acabado, un reflejo trasparente e inmóvil del original, que si bien no era idéntico, con un poco de más esfuerzo podría competir con él. El animal gruñó, pero después más confiado, se acercó al descubrir que no se trataba de ninguna amenaza y pasó su lengua rosada por la nariz de cristal de su copia. La reina de las nieves lo recogió, esbozando una sonrisa tierna, alargando la mano para acariciar la cabecita peluda, aunque no logró mas que rozar su níveo pelaje, pues el armiño volvió a escabullirse. Tampoco esperaba que se dejase acariciar, y se sintió un poco identificada con él al ver como volvía a intentar escabullirse. Se incorporó del suelo, agarrando la figura con sus dedos helados, apartando la capa hacia un lado para poder caminar mejor, y se acercó a su tutor, extendiéndola hacia él, esperando la aprobación-¿Qué estás haciendo?-Preguntó.

Noligma asintió, sinceramente sorprendido, había esperado que hubiera tardado mucho mas...
Incluso había llegado a pensar que habría sido mejor un reno o algún animal grande que no correteara tan rápido... pero no había tenido demasiados problemas... no obstante, era un buen ejercicio.
-esto de aquí es tu tabla... de "nivel freatico"
Noligma lanzo un escarabajo al suelo, el insecto era grande y algo torpe, sin duda la nieve no era su habitad... no obstante no era una mascota, sino alimento vivo, probablemente para la rana o para la araña de Noligma, pero ahora para el nuevo "amiguito"
-se considera "nivel freatico" el estado en el cual empiezas a perder el control... y este fue tu primer dia de trabajo... cuando casi te congelaste...
Noligma le dio el pico en mano as Elza
-quiero que cada vez que pierdas tu capacidad de coordinar tu poder... por mínimo que sea el fallo, marques con esto en la madera, y apunta la fecha.
Elza no lo entendería, hasta mas adelanta, ver tus errores ayuda a visualizar la raíz del problema, es un viaje de auto descubrimiento que debía recorrer, ver sus fallos y recordar como se sentía, que pensaba, que lo llevo a ese estado.
Noligma instintivamente se miro el antebrazo.
Ese fue el mismo método por el cual Noligma aprendió, de mano de su ultimo y mejor profesor, no obstante la tabla de nivel freatico no estaba tallada en madera... fue cuando se cerraron los cortes de su antebrazo y desaparecieron las heridas cuando su maestro dijo que estaba preparado para la prueba... ahora que lo recordaba, tendría que hablarle a Elza de aquello... pero era muy pronto como para asustarla.
-practicaras con el animal... necesita un nombre... todos los días, hasta que veas que se ha acostumbrado a ti... entonces lo tiramos para la calle y cogeremos otro bicho, hasta que estés segura de tu control... si congelas al animal de turno, no olvides poner una muesca en la tabla...

Noligma se acerco a una de las paredes yempezo a trazar un circulo con muchas formas y letras extrañas, recito unos versos extraños y curiosos
- belle inmolatus, apertus Door, Yerus Noligmus oblius vostra constuperus... A! y unas patatas fritas...

de repente el interior del circulo se rasgo como si fueran las paginas de un libro mostrando un túnel hacia alguna parte.

-¿me daríais el honor de acompañaros su majestad?

Elsa se rascó la barbilla con gesto ausente. No entendía ni una sola palabra de lo que le estaba diciendo, como si ni siquiera hablasen el mismo idioma y aún así tuviese que adivinar lo que decía. Las cosas de brujería eran demasiado absurdas y poco organizadas para alguien tan metódica como ella, aunque esto último tenía algo de sentido, a pesar de no estar familiarizada con semejantes términos.

-Juraría que fre...-No acabó la frase, volvió a mirar al armiño que todavía parecía no haberse cansado, ni resignado a no poder escapar del lugar al que lo habían arrojado por la fuerza. A Elsa no le apetecía hacerse cargo de una niña, y menos de un animal, que requerían tanto o más cuidados. Sin embargo las largas estancias en el palacio auguraban ser mortalmente aburridas, sin nada que hacer más que mirar a su alrededor. No tenía grandes ambiciones por el momento más que conservar aquello que le pertenecía por derecho, pero al menos tenía la certeza de que la criatura no iba a morir congelada, lo cual podría distraerla mientras deliberaba. Miró la bola de pelo, admirando su belleza, y decidió que haría el esfuerzo aunque dudaba que la convivencia pudiese funcionar. No le gustó que Noligma sugiriese que podría congelarlo de forma no intencionada, eso la hizo vacilar y pensar que podría ser un gran problema, aunque dudaba seriamente que pudiese acertarle a algo tan rápido. Tenía que serenarse, ese pequeño ser escurridizo no era Anna, aunque su culo fuese igual de inquieto-Se llamará Frost-Dictaminó-La tabla no es necesaria-Sí, si que lo era. Compuso una expresión altiva  que revelaba que no iba a permitirse cometer más fallos, pese a temer y sospechar que terminaría equivocándose otra vez. Animal o persona, no quería sentirse responsable de nada nunca más. Era consciente de sobra que iba a necesitar mirar cada día aquella madera húmeda y helada para convencerse de que, o bien iba a poder mantener su palabra, o por el contrario fracasaría estrepitosamente sin vuelta atrás-"Cálmate. Puedes hacerlo"-El armiño parecía darse por vencido, aguardando estático sobre el dintel de uno de los pilares, como si esperase cualquier signo de amenaza para saltar por los aires y arañar en la cara a cualquiera. Mientras tanto, el brujo empezó a disparatar. La rubia sacudió la cabeza, sabiendo que a ese paso nunca iban a entenderse, y por un momento temió que el palacio fuese a desmoronarse a causa de lo que acababa de hacer. Nada estaba a salvo de él, ni siquiera su bonito bastión de cristal. Por suerte, la pared dañada formaba parte de la cara que daba al rugoso flanco de la montaña, lo cual no comprometía al edificio de ninguna forma. La reina entornó los ojos, pensando que nunca se había topado con nadie tan excéntrico y caótico como él-Está bien-Se atrevió a responder, y quiso agregar un "¿A donde?". Tras un titubeo que dejó entre ver su turbación, le tendió la mano con poca convicción, notando como le temblaba. En parte porque se sentía confiada de resultar inofensiva, a pesar de darle miedo mantener el tacto, y en parte porque quería evitar de que intentase abandonarla en mitad del vacío, sin forma de volver.

Noligma cogió su mano sin temor y la guio por el tunel.
En teoría el tunel debía llevar a una habitacion creada, pero en vez de eso llego hasta una gran cupula de hielo.

Noligma quedo absorto mirando el extraño efecto de su magia.
La sala era grande y se olía en el aire a algo viejo, y no era de extrañar, pues las paredes estaban sostenidas por un circulo de piedras, como un Stonehenge pero mas pequeño y menos bonito.
No era de extrañar, llevaban bajo el hielo a saber cuantos años...
El brujo las miraba como si fueran de oro, como si tuvieran secretos ocultos aparte de ser simples rocas.
Lo cierto es que Noligma pretendía crear una sala para un ejercicio de "tiro al plato", en una habitación separada del resto del castillo, evitando problemas a largo plazo.
Pero aquel descubrimiento le hizo pensar que tal vez Elsa estuviera agotada, así que se decanto por empezar la clase teórica mientras examinaba las rocas.
-lo cierto, lady Frost, dueña de Frost reina del castillo de hielo... es que el conocimiento mágico no te sirve de mucho... no eres una conjuradora , ni una invocadora siquiera... simplemente tienes un poder que esta mas allá de la razón, poco puedo enseñarte mágico que te sirva.
Noligma paso la mano por encima de la primera piedra.
-pero sin duda eres un ser mágico, por lo que necesitas saber un par de conceptos
el suelo no era de hielo como los del interior del castillo, era barro, debido a que Noligma había descongelado el hielo para crear la habitación.
-lo primero que debemos preguntar todo mago es... ¿que es la magia?
Noligma se volvió a Elsa para asegurarse de que atendia a sus conocimientos, una vez empezara no iva a parar hasta el final
-que es casi como preguntar ¿que es la vida?  Hay muchas opiniones al respecto... por definición, la magia es una energía mas del universo, esta en todos los seres vivos en diferente grado, algunos aseguran que la magia y la vida son lo mismo... pero dicho concepto aun esta en el aire...
Noligma recito mentalmente los contras y se decanto por un par, no queria entretener a elsa en un callejon sin salida como un concepto tan complicado como es la "magia"
-hay personas que no tienen ni pisca de magia... si la magia es vida, no se podría usar para causar la muerte... a no ser que la magia también sea la muerte...
Noligma recordó un dato anecdotico que habia leido en un libro antiguo, una teria bastante imnovadora que llevo a su creador al mauyor ridiculo ante el resto de la comunidad magica de magos, pero que a Noligma le parecia intrigante, por lo que significaria si era cierta.
-incluso hay quien dice que la magia es un ser vivo, miles de seres microscópicos capaces de asociarse en miles de grupos y por tanto hay diferentes tipos de magia...-Noligma vio que Elza lo miraba raro- mejor quedate con el primer concepto... los magos somos estudiosos por definición, cambiamos constantemente nuestros propios conocimientos, por que la verdad es efímera, según como se vea. En cualquier caso, ninguna teoría a sido comprobada... la magia sigue siendo un misterio
Noligma se volvió a la roca donde estaban gravados unos simbolos.
-esto nos hace la siguiente pregunta... si nosotros usamos la magia ¿en que nos convierte eso? En magos, brujos ect... lo cierto es que hay muchas catálogos, pero uno básico es Mago, Brujo, hechicero, chaman y criatura mágica.
Noligma magicamente creo dos figuras en el aire, un humano y una humana.
Eran figuras a pequeña escala que flotaban en el aire como compuestas de humo, no habia rasgos ni nada particularmente significativo en ellos, solo formas.
-la diferencia fisica entre el brujo y el mago no es fisico... ni siquiera se diferencian en forma... aunque algunos hechiceros por enrasamiento o aislamiento se han distanciado de su humanidad creando una variante... el hecho es que brujos y hechiceros tienen origenes humanos.
las dos figuras andaban como si recorrieran la misma senda, cuando el hombre se sento e una especie de escritorio y se dispuso a leer un libro
-los magos, aunque nacen con el don, no pueden usarlo libremente, requieren de estudio y aprendisaje para aprender a susar su magia, incluso a veces requieren de instrumentos como baritas o otros... en cambio.
la mujer de repente se detubo y alzo sus manos mientras empezaba a nevar a su alredor ella se dispuso a bailar bajo esta como si estuviera contenta.
-los hechiceros, aunque a veces pueden ser magos o de otra categoria, nacen con capacidades increibles, sin llegar a estudiar siquiera, saben controlar poderes magicos y saben usarlos, pueden adquirir nuevos conocimientos, pero en realidad es poco lo que pueden aprender por un libro... su naturaleza les insta a aprender a usar su poder a causa-efecto, usando su poder y viendo su efecto, lo que lleva a superar con creces a los magos mas capacitados en una confrontacion... pero no subestimes a un mago por ello.
Noligma sonrio como si pensase algo divertido, y giro la muñeca para cambiar la imagen mientras decia.
-no es de extrañar que los hechiceros acaben siendo odiados y temidos, pero no simplemente por que su naturaleza llegue a ser mas oscura... es cierto que la tentacion de usar tu poder para sacar beneficio puede a ams de uno... pero los hechiceros pagan a veces un alto precio...
la figura de la mujer empezo a temblar cuando el hielo empezo a empandirse, sin control hasta que el mago enfadado aparecio descongelando el lugar y gritandole algo a la mujer, la cual salio corriendo y ambas imagenes desaparecieron en volutas de humo.
-tu, eres una hechicera... no lamentes lo que eres, pero aprende a vivir con ello
Noligma señalo a un simbolo gravado en piedra pero dijo algo que no tenia que ver, lo que podria significar que estaba pensando en otra cosa y se señalaba para si mismo.
-las brujas, actualmente la mayoria an dejado de ser humanas, pues principalmente son brujas por adorar a un dios pagano o obtener su poder de alguna clase de fuente espiritual, magica, divina o demoniaca. normalmente son seres poco humanos, pero la verdad es que su definicion no esta clara, las brujas guardan sus origenes con recelo.
Noligma medito un segundo
-tecnicamente iria aqui... pero las brujas normalmente no pueden tener hijos, y por eso raramente tienen ese poder de nacimiento... yo si lo que en definicion me convierte en hechicero, aunque sea hijo de una bruja... como vez el misterio de la magia crea mas controversias que soluciones.
Noligma termino explicando el ultimo concepto esperando que Elza aguantara tanta informacion pues no tenia mucho tiempo para andarse con tantas explicaciones.
-En cambio los chamanes son personas humanas, que tienen el poder de entrar en otros planos de existencia, ya sean dioses o espiritus, los chamanes no usan magia por si mismos, usan fuerzas de esos planos para curar, sanar, predecir el porvenir... o lo que sea.
Noligma dejo las piedras y miro a Elza, a lo mejor se habia pasado explicando, la pobre no podia tomar tantos apuntes ni absorver tanta informacion como una esponja, debia aprender a ser mas paciente como profesor
-alguna pregunta? ¿O quieres que te repita algo?

Elsa avanzó tiesa, como si estuviese recibiendo descargas eléctricas a través de la mano, a pesar de ser sólo una mera exageración creada por su propia mente. Temía que el brazo de Noligma se transformase en una boga gigante que le arrancase de forma violenta la extremidad con la que lo agarraba, víctima de las malas pasadas que le jugaban sus propios nervios, pero evidentemente no pasó nada, como era de esperar. Estaba un poco mareada, ignoraba que hubiese empezado a desarrollar claustrofobia, irónico teniendo en cuenta el tipo de vida que llevaba. Tragaba saliva y notaba como la palma empezaba a sudarle de mala manera, por lo que agradeció que llegasen a la sala, coronada por un techo abovedado del color azul que dotaba la de un aspecto etéreo y resultaba más amplio, para poder separarse del brujo de forma prudente. Nadie iba a hacerle daño, se dijo a sí misma, pero le costaba adaptarse al mundo tal y como era ahora para ella. Intentó concentrarse en la nueva sala, bastante rara y disonante en comparación con el resto del palacio de hielo, y le preocupó el hecho de que Noligma supiese de su existencia dentro de lo que ella ahora consideraba sus dominios, ¿Cuántos secretos había sin que se diese cuenta de su existencia? No quería sentirse una boba ignorante. A la reina la hizo evocar el paraje donde vivían los trolls, aunque por suerte, no parecía que aquellas rocas estuviesen vivas por el momento. Los talles en ella le recordaron a los símbolos rúnicos que se suponían tenían algunos menhires de las tierras altas, y supuso que serían de magia arcana o simplementela idea de un graciosillo de hacer surcos en la roca. No sabía mucho, pero por el contrario, Noligma los miraba con bastante interés, posiblemente viendo algo que escapaba de su entendimiento.

-Lo cierto, lady Frost, dueña de Frost, reina del castillo de hielo... es que el conocimiento mágico no te sirve de mucho... no eres una conjuradora , ni una invocadora siquiera... simplemente tienes un poder que esta mas allá de la razón, poco puedo enseñarte mágico que te sirva.

Notaba un cosquilleo molesto. Estupendo, era un bicho raro entre los poseedores de magia, eso sí que era una novedad y de las malas. Sin duda estaba abocada al fracaso, ni como humana normal ni como dueña de un don. Aguardó como una buena chica, sentándose sobre una de las rocas y apretando las manos contra la misma hasta casi rasparse, en un intento por mostrarse más seria. Para prestar atención, lo último que había que estar era cómoda, y ella siempre había sido una alumna bastante diligente, aunque el cambio de los últimos días había minado su paciencia, y empezaba a exigir los resultados que nunca había tenido. Los conocimientos de botánica, matemáticas, dicción o cultura quedaban relegados ahora aun segundo plano, en lo que parecía ser el despliegue de una nueva lección sobre algo que jamás había estudiado: Magia. Se sorprendió dando golpecitos con el tacón sobre el piso arcilloso, revelando el frágil estado de sus nervios y sus ansias. Precisamente, ese era el punto que buscaba.

Aquellas cuestiones metafísicas podían degenerar en preguntas que intentasen solventar las interrogantes que rodeaban la vida, el bien o el mal. Lo que suponía que nunca acabarían con aquella lección, y por extensión, empezaría a darle dolor de cabeza.

-¿En qué se diferencian esas cuatro clases? ¿No son lo mismo?-Quiso saber cuando él formuló su frase, pensando que no había una línea que, para ella, separase aquellos concepto en entidades distintas entre sí. Para la reina, un mago, un brujo y un hechicero eran lo mismo, personas dotadas con un poder que se escapaba del raciocinio humano, fruto de las sendas sobrenaturales en las que la mayoría no eran capaces de adentrarse. Una anomalía para algunos, una enfermedad para otros. Observó con atención la siluetas convocadas por el brujo, recordando que había visto hacía un tiempo algo similar, y la enseñanza que le transmitió no fue agradable, ¿Pasaría ahora lo mismo? Tragó saliva y bajó sus cejas hasta formar una línea rubia sobre sus ojos-Todos somos humanos-Recitó, demostrando que estaba asimilando la lección-¿Incluso tú?-Elsa suspiró hondamente-Pero no lo entiendo-Meneó la cabeza, haciendo que la trenza le cayese por la espalda- Mis padres eran humanos simples, incluso mi hermana es normal y corriente, ¿Por qué yo no? ¿Qué es lo que está mal en mi?-Se perdió observando las figuras, hechas de humo danzarín, las cuales habían tomado caminos distintos. La rubia sintió el amargo sabor del remordimiento en la boca del estómago al ver la forma femenina, y fulminó a Noligma con la mirada. Empezaba a darse por vencida de nuevo, estaba claro que tendría que sobrellevar ese tipo de pullas si quería aprender algo del individuo de pelo oscuro. Pero le costaba y eso se veía con demasiada facilidad-Yo no se controlarlos-Razonó, frotando sus manos la una contra la otra, generando un tenue brillo blanquecino. Tampoco había recibido entrenamiento, y lo que había logrado hasta ahora, después de su confinamiento, había sido debido a los impulsos instintivos o simplemente al hecho de que su imaginación se cristalizaba conforme a sus anhelos. Por supuesto, ello tenía un coste, el desgaste mental y físico de alguien poco acostumbrado a llevar a cabo ese tipo de trucos, pero el hielo era duradero, una marca imborrable que prometía muchas posibilidades. Volvió a las figuras, y sintió angustia al entender lo que representaban, llevándola a apartar la mirada de ellas como si fuesen una espinita molesta que debiese ignorar-“No mires. Con el tiempo me será más fácil. Aprenderé, esta vez de verdad”-Se convenció-¿Lo soy?... -Una hechicera…Estaba decidida a no esconderse más, hacerlo suponía seguir renunciando a sí misma, y las decisiones tomadas eran firmes. No en vano había creado un bonito palacio que brillaba con los rayos del amanecer, lejos de las miradas indiscretas de los vecinos de Arendelle. Lo primero era asumir lo que era, medir sus límites y sobrepasarlos. Pero todo a su tiempo-¿Y por qué de hielo? ¿Por qué no de fuego?-No tenía queja sobre sus poderes, de hecho lo prefería, pero confiaba en que tal vez el pudiese resolverlas. Seguramente sus dudas cayesen en saco roto, pero sospechaba que debía haber algún tipo de vinculación entre los poderes y la naturaleza de los mismos. Miró las rocas, de consistencia rugosa y tacto irregular, seguía sin ver o entender nada de ellas, ¿Por qué estaban ahí?-Pero tú eres un brujo-Le replicó, casi de forma acusatoria. Se calló cuando Noligma la contradijo, prosiguiendo imperturbable con la explicación. Parecía bastante entregado en su papel de tutor, pero a Elsa le costaba concentrarse-Entonces, ¿Los brujos no existen? ¿Sólo en término femenino?-No comprendía el concepto, todavía tenía la idea preconcebida de que todo formaba parte del mismo cúmulo, y por lo tanto no podían separarse. Brujo, hechicera, chamán, maga… Tanto daba. El caso era que su vínculo con la magia los hacía diferentes a los humanos, principales moradores en las tierras encantadas debido a su rápida facilidad para reproducirse como conejos, en los cuales vivían esas criaturas camufladas entre ellos, ¿Pero qué razón tenían para existir?-¿Y qué hay de los druidas? He oído que hay una escuela en Anglesey-A saber si era cierto o no. Igual lo había leído en alguna novela de fantasía, y comenzaba a mezclar la realidad con la ficción, saturada por el exceso de información. Lo cierto era que en todos los sitios ese tipo de prácticas no eran perseguidas como si fuese la peste, que corrompía a la gente. Aunque nadie estaba a salvo de malograrse por un exceso de poder, y Elsa temía verse afectada por ello. El blanco e inmutable manto se imponía entre ella y su pasado igual que el mar separaba las ciudades. Era una ermitaña, sí, pero abrazaba una nueva existencia tranquila y libre de la que no habría podido disfrutar si siguiese allí, marchitándose como una flor cortada dentro de un jarrón con agua, agonizando hasta que los rescoldos de su vida se apagasen. Todavía no había acabado su ronda de preguntas y no deseaba dar pie revelando su entera ignorancia, por lo que optó por seguir con algunas delas preguntas menos vergonzosas de su repertorio-¿Son iguales que los chamanes?-Hundió las manos en su pelo casi blanco, llevando su flequillo hacia atrás para tener los ojos más despejados, y agradeció estar sentada. –No estoy segura-Respondió titubeante-Para empezar, ¿Qué es este sitio?-Dijo de pronto, no recordaba que formase parte del hielo. Parecía escavado en la montaña, una madriguera de hielo y piedra, o el altar de algún rito extraño.

Como era de esperar la lluvia de preguntas se precipito sobre el joven, desprotegido y desvalido Noligma (?)
Todos somos humanos ....¿Incluso tú?-Elsa suspiró hondamente-Pero no lo entiendo-Meneó la cabeza- Mis padres eran humanos simples, incluso mi hermana es normal y corriente, ¿Por qué yo no? ¿Qué es lo que está mal en mi?
Noligma suspiro
-Exeptuando las criaturas magicas... te daras cuenta de que todos tienen forma humana... 5 dedos en cada mano... normalmente... 1 corazon, etc...
Noligma señalaba su cuerpo indicando que el mismo parecia humano
-eso nos hace fisiologicamente humanos... pero algunos, especialmente los brujos y brujas, han heterogeneizado su especie, ya sea con criaturas magicas o ... bueno dejemoslo asi.
Noligma la señalo intentando pensar que decir
-como te dije, la magia es una energia que esta presente en todo y todos... ha habido magos hijos de panaderos, o incluso de reyes... nadie sabe con certeza que mueve la magia, que hace que unos tengan y otros no.
Noligma señalo un punto
-en tu caso podria ser casualidad, aunque hay quien dice que tener magos en la linea sanguinea o que tus antepasados hayan sido hechizados, podria desencadenar en un desendiente magico...

¿Y por qué de hielo? ¿Por qué no de fuego?

-luego hablaremos de ello, y te explico mejor...

pero ni de lejos habian terminado las preguntas, en mas, ahora era sobre su ambito personal

-Pero tú eres un brujo....Entonces, ¿Los brujos no existen? ¿Sólo en término femenino?
-haber... soy un brujo, pero lo que queria decirte es que lascatalogaciones no son perfectas... el concepto de brujo no me define ni lo hace el de hechicero, digamos que soy un especimen unico, supongo... pero los brujos existen, son mucho menos comunes que las brujas y apenas se pueden diferenciar de los hechiceros... pero haber haber... los hay
-¿Y qué hay de los druidas? He oído que hay una escuela en Anglesey... ¿Son iguales que los chamanes?
-me alegra que me hagas esa pregunta... un druida es parecido a un chaman, aunque a diferencia de un chaman los druidas son una orden, no tienen por que pertenecer unicamente a un grupo, te lo explicare ahora...

y finalmente Noligma aliviado de que Elza hiciera la pregunta magica sornio
-Para empezar, ¿Qué es este sitio?
-sinceramente... lo he encontrado de casualidad... pretendia hacer un cuarto alejado del castillo para otro entrenamiento... pero, como vez la magia actua de formas muy extrañas a veces.
Noligma se pudo en medio de la sala y giro dando vueltas sobre si mismo
-¡esto es un circulo de piedras!... obvio ¿no?
Noligma finalmente se sento en una roca a explicar
-recuerdas lo que me preguntaste?... los druidas no son una clase de magos, por asi decirlo, eran mas bien un culto... una sociedad, perosnas que creian que el mundo estaba vivo y tenia unas reglas para mantener el equilibrio de las fuerzas...
Noligma acaricio la roca debajo de el
-por ello no era raro ver chamanes o magos en sus filas... pero tambien habian humanos... de hecho algunos de los druidas mas famosos eran humanos, pero podian preparar pociones como lo haria un mago
Incluso algunos decian que Merlin, el hechicero mas famoso, fue entrenado por un druida o incluso que era un druida
-pero lamentablemente no se sabe mucho hacerca de ellos, eran sociedad cerrada... y plantean muchas dudas... como por ejemplo... ¡¿por que se molestaron en subir estas rocas hasta aqui?! y por que?!

-¿Y cuál es la diferencia? ¿Sólo la magia?-De todas las razas antropomorfas, ¿Los poseedores del don eran los más humanos de todos? Porque ya puestos, había quienes afirmaban que las sirenas eran hermosas mujeres de cintura para arriba, que las hadas eran una versión diminuta y alada de las personas, y que había otros seres que se escondían entre ellos como hábiles cazadores. Saltaba a la vista que el mundo no estaba sólo ocupado sólo por los polivalentes hombres y mujeres, que se proclamaban día a día dueños de todo en su avance imparable, como si fuesen los únicos en las tierras encantadas. Le daba demasiado dolor de cabeza pensar en ello, tratar de dilucidar si era tan humana como el pescador que traía todas las mañanas su mercancía, o la costurera que se encargaba de los bordados de su vestido. No estaba asimilándolo bien todo, al menos no de la forma que desearía. Sentía que se estaba perdiendo poco a poco en unas lecciones que poco tenían que ver con el control de sus poderes, y que derivaban mayormente en conceptos y directrices básicas. Como teoría estaba muy bien, pero Elsa no veía la forma de aplicar esos conocimientos al control sobre su magia, así como tampoco el hacer ridículos trucos que implicasen estatuillas o bloques de hielo como una vulgar maga de mercadillo. Había herido y asesinado a gente con esa magia, y lo que menos quería era jugar con ella, ala espera de que apareciese otra víctima potencial-No hay magos en mi familia, ni nadie ha sido hechizado-Replicó con firmeza. Al menos que ella supiese… Había supersticiones, como en todas partes, pero el escepticismo impedía que la reina las tuviese en cuenta siquiera. No había verdades en la tradición oral, solo una realidad distorsionada por las conveniencias, el miedo o simplemente el aburrimiento. Sus padres lo habían declarado una vez, su magia era de nacimiento, nadie había vertido ninguna maldición sobre su cuna-¿Por qué hielo?-Insistió la rubia, sin cansarse demasiado. Elsa se cruzó de brazos, escéptica ante su arrogancia, articulando la palabra “espécimen único” sin que sus labios emitiesen ningún sonido. Aunque claro, ella suponía que la humildad no era uno de los muchos dones de los que el brujo podría alardear, teniendo en cuenta los nombres que ostentaban sus mascotas. En cierto modo, le resultó curioso. Dejó que la luz de su mano se mitigase y en su lugar apareciese una bonita y perfecta estrella de hielo, y la levantó para contemplarla, tapándolo de su campo visual con ella. Volvió a bajarla al poco tiempo, siguiendo atenta a las respuestas con las que la obsequiaba. Nunca lo habría pensado, una orden significaba una sub-organización de aquel colectivo místico-¿Seguro?-Preguntó con desconfianza cuando reveló que no tenía constancia de la existencia de aquel recodo en las entrañas del palacio-No te creo-Se cruzó de brazos con gesto suspicaz y agrio, con la firme convicción de que le tomaba el pelo a propósito. Pero se prometió no ser la que iniciase una trifulca, así que relajó su semblante y siguió concentrando su atención para no perder detalle-Ya… Lo veo-Agregó mordaz. Hasta ahí llegaba su entendimiento, por mucho que Noligma pensase que acababa de salir de un agujero y no tenía ni idea de nada de la vida. La cuestión era que no entendía el motivo ni el significado de aquella concentración de piedras… Le producía cierta incomodidad pensar que pudiese tratarse de algún tipo de tumba, aunque, fuese eso o no, al brujo no parecía incomodarle en absoluto. Decidió imitarle y optar por una actitud más relajada, removiéndose para cambiar su postura y que no se le entumeciesen las posaderas por mantenerse demasiado tiempo en la misma posición-¿Estas rocas son druídicas?-Inquirió con asombro, meneando la cabeza. Se acarició el mentón, y decidió que había llegado el momento de levantarse, repentinamente sintiéndose profanadora de algo sacro o peligroso-¿Y por qué en la montaña?-Alternó su mirada de los menhires a Noligma, mordiéndose las mejillas por dentro con turbación. ¿Acaso importaba? en cuanto saliesen de allí sellaría esa sala y se olvidaría de ella para siempre, apartando el recuerdo de los vestigios de una época pasada en el corazón de la montaña-Tal vez no deberíamos estar aquí-Observó. Las marcas grabadas en la roca con precisión de artesano podían obtener una respuesta inequívoca-¿Sabes leer esos símbolos?

Noligma no comento al respecto, lo cierto es que era imposible determinar el origen de Elsa, o si lo era era un coste muy grande para Noligma, en cualquier caso, los antepasados mas alejados de elza pudieron ser magos, haber sido hechizados o malditos, o incluso puede que alguna criatura magica se haye en algun punto olvidado de su arbol sanguineo ... o puede que no, que sea por algo que le pasara de pequeña o cuando aun estaba en su madre... o simplemente la magia la escogio... en cualquier caso a Elsa no le servia dudar de su origenes, si queria creerlo como una maldicion, el no podia hacer nada para cambiarla de idea.
-¿por que hielo?
El brujo ladeo la cabeza dando a entender que era una pregunta de respuesta complicada, no era un sabio, simplemente sabia mas cosas que Elsa.
-lo cierto es que nadie tiene esa respuesta, puede que tengas afinidad al elemento o que tu magia se mueva por tu forma de ser, pero quien hizo asi a quien... tu magia helada te hiso fria o por ser tu caracter frio tu magia es congelante... ni idea, probablemente sean ambas a la vez, pero quien sabe... hablo a ciegas
el joven de responder directamente respondio con otra pregunta
-antes me preguntaste ¿por que hielo y no fuego? pero ambos son elementos distintos, la verdadera pregunta sobre ti que me intriga, y la cual deberias hacerte...es
arranco un trozo de hielo y vio como se derretia en su mano, el agua goteaba y caia al suelo uniendose al barro.
-por que hielo... y no agua?
-¿Estas rocas son druídicas?¿Y por qué en la montaña?
-no hay muchos druidas...y mucho menos que recuerden o mantengan archivos de sus antepasados... asi que no tengo las respuestas, pero si tengo una nocion.
Noligma saco un pequeño libro de debajo de su capa, se veia importante para el, por que lo agarraba de forma que ella no viera lo que contenia.
-aguno simbolos son celtas, los druidas eran celticos... eso no me sorprende... pero algunos simbolos por aqui son magicos...
Noligma determino en modo tajante.
-la unica teoria que se me ocurre es, o bien estos circulos eran sitios neutrales donde druidas y otros camaradas magicos se reunen para temas importantes ... o bien... es alguna lase de puerta...lo cual explicaria por que mi magia libero el lugar, cuando solo queriaun cuarto para el tiro al plato... pero nada mas

Noligma miro a la joven
-lo cierto es que le he examinado varias veces... la magia que rodea estas piedras es residual... no pueden hacerte daño, no son peligrosas, no tienes de que preocuparte.
Noligma volvio a la clase como si ya su interes en las rocas estuviera menguando como si le recordaran algo muy triste en lo que no queria pensar.
-como iva diciendo... el agua y el hielo son lo mismo ... pero eres incapaz de controlar el hielo en estado liquido ¿me equivoco?
Eso era lo que causaba dolor de cabeza a Noligma con respecto a Elsa, el hielo y el agua eran el mismo elemento, por que entonces solo el estado fisico? y no es que lo controlara, simplemente era capaz de crearlo, Noligma habia visto como actuaba Elsa, no cogia el hielo existente, sino que congelaba... Noligma se imaginada que hay estaba la respuesta , pero esta se le escapaba como un pez mojado, pero creia estar cerca.
Pensando en voz alta dijo
-un elementalista controlaria el agua, la podria congelar y volverla vapor, pero desde luego no podria crear hielo y menos darle forma en su crecimiento... no hablemos de darle vida
Noligma pestañeo con su pregunta
-elementalistas? a claro... hay varios tipos de clasificacion, las que te he dicho es dependiendo de donde provenga su poder, hay otra segun su uso.
Noligma alzo las dos manos.
-magia blanca y magia negra... no los compares con el bien y el mal... la magia blanca es el poder que se puede utilizar para sanar, para controlar la naturaleza y conectar con los seres vivos... aqui entrarian druidas, curanderos, chamanes y otros con poderes semejante ... ademas de aquellos que usan la luz o los elementos, como los elementalistas
Luego creo una bola de fuego verde en su otra mano
-la magia negra al contrario, consiste en "tener el control"  o controlar la a otros seres vivos a contra de su voluntad... aqui entrarian bastantes hechiceros... pero tambien hay otras cmo la magia de sangre y la mas negra de las magias... la nigromancia.
Y si elsa era precavida, no preguntaria por que consistian esas magias
Noligma alzo los hombros
-sinceramente creo que eres usas magia blanca y un poco de la negra... como la clasificacion de antes, la magia no es buena ni mala, segun de como se use, ademas los conceptos de magia blanca y negra son conceptos humanos... es algo normal que varie segun el caso.
Noligma asintio
-crear hielo y construir cosas como bellas estatuas es una cosa que podria hacer un mago blanco... pero dar vida a un ser inanimado como un muñeco de nieve... es casi del nivel de la nigromancia

Volvió a mirarse las palmas a medida que el hablaba, en las cuales reposaba la estrella como un símbolo inequívoco de su poder. No tenía sentido, ella no había sido así antes… A pesar de que su magia siempre había sido como una brisa invernal en plena montaña. Había sido por la razón concreta que Elsa prefería evitar recordar, que su carácter era tan poco sociable y estricto, y poco tenía que ver ahí el factor frío… O tal vez sí tenía demasiado que ver. Meneó la cabeza, el pasado debía quedarse atrás, enterado en la nieve y perdiéndose en los confines de su memoria hasta no ser más que un mal sueño.

¿Por qué hielo y no agua? Esa era una pregunta interesante, sin duda, una buena forma de esquivar una respuesta ofreciendo un interrogante aún mayor. La verdad fuera dicha, Elsa no tenía ni idea. Sospechaba que conocer el origen de sus poderes podría proporcionarle alguna pista fiable sobre como proceder consigo misma, que pasos en falso debía evitar, y qué sendas eran las más apropiadas para no desviarse de su camino, fuera cual fuera. Tenía ser honesta consigo misma, no le molestaba aquella afinidad, de hecho, aceptarla suponía un sentimiento de paz que pensaba que jamás podría albergar. La estrella se elevó en el aire, y con un movimiento de la mano de la reina se deshizo en pequeños copos helados, que cayeron emulando una nevada de pequeñas proporciones. El tacto de la nieve sobre su piel era reconfortante, casi anestésico, y su forma de caer la hacía distraerse. La pequeña ventisca se mitigó, y con su desaparición, la reina volvió a prestar atención a la explicación del brujo.

-¿Qué es?-Preguntó, sin saber si se refería al grimorio que acaba de aparecer en las manos de Noligma o a las nociones que afirmaba poseer-Pero, ¿No es un poco lejos? No parece un lugar muy apropiado para un encuentro-Sugirió, pese a ser ella quien ahora coronase la montaña como suya propia. Ni mágico ni humano, ese salón improvisado estaba perdido en mitad de un páramo helado, lugar que a Elsa le resultaba un verdadero paraíso debido a su magia. Le costaba pensar que cada cierto tiempo, individuos con dotes sobrenaturales se reuniesen en lo que ahora parecía el sótano de su hogar, para hablar de temas que escapaban de su comprensión-¿Qué tipo de puerta?-Lo interrogó, preocupada porque alguien pudiese aparecerse en mitad del circulo que conformaban las rocas, sin previo aviso. Al parecer la montaña del norte no era tan inaccesible como creía, no cuando la prueba fehaciente de ello estaba ante sus ojos, nítida y cercana-¿Seguro?-Carraspeó-Está bien, no me molestan-Agregó altiva, con la falsa seguridad de quien se rodea de artículos de poder todos los días. Era una reina, y debía dar la talla costase lo que costase. Como si pudiese ver lo mismo que el, a pesar de tener una ceguera temporal en lo que respectaba a la percepción mágica-No puedo-Reconoció-Al menos no creo que esté dentro de mis posibilidades-No le gustaba tener que reconocerlo. Estaba acostumbrada a congelar las cosas que tocaba, a que de sus manos escapasen pequeñas ventiscas heladas, a crear figuras de nieve pero… ¿Agua? Imposible. La rubia lo concebía como absurdo, incapaz de ver la cuestión tal y como lo hacía su tutor. ¿Tan raro era? Era cierto que el agua sólida se transformaba en hielo, y que precisamente en su estado líquido o vaporoso ella no tenía ningún tipo de control. Su poder se concentraba en el frío, y a pesar de parecer limitado, a Elsa se le antojaba demasiado amplio, ¿Cuáles serían los límites? La cuestión derivó hacia los elementalistas, e inmediatamente después hacia la magia de nuevo, desplegando dos conceptos básicos que le resultaban vagamente familiares a la reina. La magia blanca y la magia negra parecían simples versiones de cuento para diferenciar a las brujas de los seres sobrenaturales de bien, pero Nolgima parecía emperrado en destruir aquella idea preconcebida.

-Magia blanca y magia negra... No los compares con el bien y el mal... La magia blanca es el poder que se puede utilizar para sanar, para controlar la naturaleza y conectar con los seres vivos... Aquí entrarían druidas, curanderos, chamanes y otros con poderes semejante ... ademas de aquellos que usan la luz o los elementos, como los elementalistas…-En su palma se hizo una llamarada de color esmeralda, similar a las que ella había visto días antes en el bosque-La magia negra al contrario, consiste en "tener el control"  o controlar la a otros seres vivos a contra de su voluntad... Aqui entrarían bastantes hechiceros... pero también hay otras como la magia de sangre y la mas negra de las magias... La nigromancia.

-Cualquiera diría que la calificación de bien o mal no andaría desencaminada-Objetó Elsa-Sanar se considera algo positivo, y en cambio… No creo que levantar a alguien de la tumba pueda considerarse un acto de bien-Pero aquello no entraba dentro de sus competencias, en cualquier caso. Noligma tenía razón, el bien o el mal eran verdades demasiado subjetivas como para encasillarlas, todo dependía de la voluntad de aquel que las ejercía. Ella no quería volver a usar su magia para matar a nadie, la mera idea le producía desasosiego, y la hacía evocar aquellos ojos sin vida que la miraban con acusación. Apretó los puños y dio un respingo-¿Blanca?-Bonita ironía, teniendo en cuenta el color de la nieve-¿Y eso por qué? ¿No debería ser elementarista?-Yo no uso magia negra-Atajó ofendida, de la misma forma que si Noligma le hubiese dicho que se desayunaba hígados humanos todas las mañanas-No tiene nada que ver-Replicó convencida a la par que irritada ante la sugerencia del brujo, que hacía referencia a Marshmallow-No sé cómo lo he hecho, pero te puedo asegurar que no he recurrido a ese tipo de brujería…-Protestó a la defensiva. En realidad no lo sabía, esa era la cuestión, pero se negaba a aceptar que la vida de su Golem fuese obra de la magia oscura. ¿No debería ser al contrario? A fin de cuentas, no se trataba de reanimar un cuerpo cuya alma lo había abandonado, sino insuflar vida a un montón de nieve.

Off:

OFF:

¿Qué tipo de puerta?
El brujo la miro como si hubiera preguntado "¿Puedo bañarme en una bañera llena de serpientes mientras me unto de gelatina?" pero noligma antes de responder se quedo atrapado en su propia fantasia y se quedo embobado sonriendo antees de agitar la cabeza fuertemente
-maldición... estoy tan mal de la cabeza que incluso me sorprendo a mi mismo.
Antes de que Elsa preguntara el respecto el respondió
-hay preguntas que es mejor no responder, estáis mas cuerda sin saberlo... aunque si os diere que es una puerta de entrada, no de salida... en la magia no existen puertas dobles.
Noligma intento no pensar mas en el tema, su mente había fantaseado con aquella locura por una razón, en lo chocante al "mundo real" no era el mismo, incluso a veces intentaba ponerse una corona ¡¿acaso tenia corona?! o si?
-bueno... no tienes que preocuparte, nadie puede abrirla, a no ser que vuelva algún druida perdido... o que descongeles uno.... por que no creo que ninguno se acuerde o tenga ganas de venir
aunque ahora que lo pensaba seguía siendo un misterio el por que estaban allí? ¿serian anteriores a la montaña? osea antes de que esta se alzara y alzara las rocas con ella ¿eso era posible?
Ni idea
-Cualquiera diría que la calificación de bien o mal no andaría desencaminada-Objetó Elsa-Sanar se considera algo positivo, y en cambio… No creo que levantar a alguien de la tumba pueda considerarse un acto de bien

Noligma de repente se puso muy serio, y miro a Elsa como si pensase que responder
-y si la que intentas levantar... es tu esposa fallecida? un acto de amor y dolor ante la perdida de alguien
las palabras de Elsa le habían recordado a su maestro, el mismo que le enseño la tabla el mismo que casi fue un padre para el.

Fashback:

-No sé cómo lo he hecho, pero te puedo asegurar que no he recurrido a ese tipo de brujería…
Noligma salto de repente
-¡o maldición! he arrasado un poblado entero haciéndolo arder hasta la cenizas... ¡pero no es magia negra! solo encendí el fuego ¡no recurrí a la magia negra!
cuando Elsa lo miro sorprendida Noligma sonrió.
-osea según tu... tu magia no es negra hasta que haces daño a alguien ¿verdad?... ¿nunca has hecho daño a nadie con tu magia? hasta la magia de curación se puede usar para el mal...
Noligma alzo la mano intentando llegar a la altura de Marshmallow
-¡y mi titan de hielo no es malo!... pero si daña a alguien si lo es... ¿entonces soy maga negra si hace daño y si no magia blanca?
el brujo la miro mientras se cruzaba de brazos convencido de tenerla en "jake mate"
-según esa visión... que fácil seria pasar de magia negra a blanca y viceversa.

Noligma negó con la cabeza
-bueno alejémonos de cuestiones morales que no llevan a ninguna parte.... y dime que sabes del elemento que controlas, conocerlo te permitirá saber mas de ti y tu poder.

Off:

-¿Qué quieres decir?-Le preguntó al respecto. Lejos de sentirse relajada, la explicación la preocupó aún más. Por muy residual que fuese la magia, entendió que aún quedaba algo de ella en el lugar, pues no en vano la sala había aparecido por su causa. Tomó aire y lo soltó con deliberada lentitud, agitando las manos en un intento de no alterarse de nuevo. Como si estuviese distraída, se concentró en sus uñas, fingiendo interés en ellas, para no tener que cruzar su mirada y se viese lo nerviosa que estaba. Tendría que buscar una forma de solventar aquel asunto, no quería tener que llevarse un sobresalto innecesario que pudiese complicarlo todo, o que pudiese poner en peligro su anonimato como reina de las nieves en la cumbre de la montaña.Visitas inesperadas era lo último que quería, ni de magos ni de humanos que no hubiesen recibido una invitación previa, cosa que no iba a suceder. Pero la refutación de Noligma la trajo por sorpresa, arrojando luz sobre un punto de vista que ella no había contemplado, en el que tampoco compartía aquella opinión ni mucho menos. Elsa seguía sin estar de acuerdo, como en otras tantas muchas cosas, intentado hablar desde su experiencia propia. Sus padres estaban muertos, y ella los amaba... Pero de ninguna forma se le ocurriría tratar de traerlos de nuevo a la vida. No quería imaginar el dolor que podría producirle tener que verlos de nuevo, no solo para ella, a pesar de desearlo en lo más hondo. Su despedida había estado plagada de agonía, el miedo que le provocaba quedarse sola. Parecía que lo había sospechado desde un principio, a pesar de no querer pensarlo siquiera, y como una condena se había cernido sobre ella, cual sombra negra que ocultase el cielo. Había sendas de la vida que era mejor no explorar, y la reina estaba convencida de que pasar página sería lo más sensato que podría haber hecho en su vida. La memoria era, al fin y al cabo, el mejor recuerdo que podía tener. Elsa alzó la mirada, desafiante, clavando sus orbes azules en el brujo, deseando fulminarlo con la mirada y convertirlo en una estatua de hielo que no pudiese hablar, lamentablemente no sucedió nada. La acusación era una puñalada cruel, y juntó las manos sobre su pecho apretando los puños contra este, empezando a enfurecerse sin remedio. Desde luego sabía cómo hacerla enfadar, de eso no le cabía duda en absoluto-Sabes que sí-Le recriminó, odiando que volviese a recordarle sus errores, las veces que su poder había hecho más daño que ayuda. Y en más de una ocasión, aunque había una que le dolía más que otra... Su respiración se volvió agitada y sus cejas bajaron, dedicándole una expresión nada amable-¡Silencio!-Lo mandó callar a voz de grito como hacía siempre que algo no le gustaba, no quería oír ni una palabra más. Estaba poniendo a prueba su paciencia y ella iba a perder aquel pulso demasiado fácil. Para la reina, asumir su afirmación era como reconocer que verdaderamente era una asesina y una psicópata que se dedicaba a usar su magia para el mal, por mucho que el dijese que no tenía nada que ver el color con el uso final de la misma-No puedo usar magia negra, porque casi no sé como funcionan mis poderes exactamente-Espetó furiosa, buscando serenarse después para no volver a tener una de sus famosas fugas de magia glacial que terminase de congelar aquel rincón, ya de por sí gélido. Se relajó un ápice, pero no abandonó la defensiva mientras seguía mirando con odio al brujo, frotándose los brazos entrelazados sobre el pecho como si intentase entrar en calor, pese a ser un movimiento que buscaba poner en orden sus ideas. Una especie de acto reflejo que la hacía sentirse más segura, a pesar de revelar todo lo contrario-Nada-Dijo al fin-¿Qué he de saber? El hielo sólo se encuentra en las zonas más frías y más altas, y es agua solidificada; cristalizada por las bajas temperaturas...-Explicó, lacónica, sin poder añadir nada más que eso.

Noligma soporto el aluvión de protesta de su aprendiz, se había esperado que tarde o temprano ella estallara, pero aun no lo había hecho, pero no pensaba bajar la presión, era hora que el entrenamiento mostrase sus frutos.
-si eso es todo lo que tienes que saber... pues nada olvida lo que te diga... quédate con eso y mira lo bonito que es el caparazón de una tortuga, nunca comprenderás tus poderes... pero a ti te da igual, solo quieres encerrarlos con llave en una caja y tirarlos al pozo mas profundo que encuentras...
Noligma miro como ella recibía el golpe y como se enfadaba.

-así que esas tenemos... esta bien... no te necesito como aprendiz... tal vez tu hermana sea mas docil y obediente...
Noligma atacaba a ciegas pero esperaba que el enfado de la reina no la dejase pensar con claridad
-¿no tiene poder? pues entonces... siempre puede aceptar el trato que tu no aceptaste... piénsalo... si fuera mi esposa nunca mas podrás hacerle daño y no tendrías que preocuparte.

Noligma no podía dejarse llevar por la rabia como ella, o uno de los dos moriría.
Así que simplemente cuando la vio a punto de estallar cerro los ojos y dejo a su locura desatarse, el silencio era un método infalible de controlar sus emociones... pero la locura era aun mejor para abstraerse del mundo físico, no sentir dolor ni frió, ni nada.
ya podría congelar lo que a el no le importaría...
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Noligma se vio a si mismo en esa bañera de serpientes con Elsa, pero ella pasaba de el, por que estaba parloteando con una chica sin rostro ¿Anna?... tal vez, nunca la había visto, llamemos la chica X.
Pronto chica X y Elsa empezaron a susurrarse y acariciarse la una a la otra con tono provocativo... ¿¿Pero que demonios?! ¿por que todo tenia que tener un carácter erótico en su locura? y encima por que lo hacian mientras el estaba delante como si no estuviera.

El pensamiento llevo a cambiar la imagen, ahora los 3 en un gran jardín de una mansión inglesa tomando un descanso en una mesita tomando el te, mientras veían un partido de criket.
Elsa vestía un traje vintage de noble inglesa y chica X  vestia de sirvienta, mientras Noligma llevaba un sombrero de copa un monóculo y un bigote retorcido hacia arriba en espiral, había tanta paz...
Pero había algo, las chicas hablaban mientras el parecía embargado por la conversación, imposible de unirse a participar.

Su mente volvió a desvariar... "mansión inglesa" "criket" "vintage" "Paz" ¿que significa esas cosas? ¿se las acababa de inventar?

Finalmente la imagen cambio a Elsa y la otra chica X se lanzaban bolas de nieve, parecían muy divertidas jugando en la nieve... pero Noligma no estaba allí, noligma estaba quedando enterrado en la nieve.
Noligma empezó a sufrir un colapso emocional... ¡¿por que?! ¡¿por que el tenia que helarse... por que pasaban el el, mientras el se moría ellas reían y estaban alegres...
NO seria así!
Pronto Elsa se encontró sola, y mientras buscaba encontró a Noligma sonriente, ella parecía triste y enfadada, pero poco a poco se le había olvidando... pues chica  empezaba a estar enterrada en la nieve... pronto no se vislumbrara nada de ella y Elsa seria suya.... solo para el.

Pronto Elsa y Noligma jugaban en la nieve dulcemente como hermanos, sin que nada se interpusiera.
No había amor, o al menos no como el lo había esperado toda su vida, como el que había intentado arrancár a aquellas princesas que secuestraba... no aquello era distinto, era un calor... un calor especial.
Finalmente el psique de Noligma volvió a la calma y sonrió.

Tal vez si le hubiese dado una bofetada le hubiese causado menos daño. Pero lo hecho, hecho estaba, y por primera vez en su vida se sintió alterada de verdad. Ni tratos, accidentes, ni muertes habían logrado ese efecto tan devastador en la reina de Arendelle, que parecía haberse quedado petrificada en el acto como si hubiese mirado a la mismísima medusa a los ojos. Elsa se quedó congelada, casi literalmente, y perdió todo color en su piel. Todo lo que había dentro de ella era hielo, un páramo frío y yermo en el que no había más que un silencio blanco y enfermizo. Una agonía dolorosa con un final claro. Pero no era más que la engañosa tranquilidad que precede a la tempestad, la cual estaba a punto de desatarse de un momento a otro, de forma impredecible y sin más aviso que la mueca de consternación que lucía la reina como una máscara congelada en su rostro afilado. Sus ojos, por el contrario, transmitían odio, un sentimiento visceral que hacía que sus pupilas se contrajesen dejando ver gran parte del azul de sus iris. El odio no le servía de nada, era inútil, pero sin embargo le quemaba el interior con la fuerza que ejercía el hielo, empujándola a actuar. Apenas duró un par de segundos, antes de que la ira terminase por desatar su absoluto control sobre ella, mientras Elsa terminaba por perderlo irremediablemente, y su voz fue el único medio para transmitir aquel torbellino que se arremolinaba en su pecho y luchaba por escapar como una mosca atrapada en una telaraña. La fuerza era tal que no iba a tardar en quebrarse.

Soportaría que la llamasen cobarde, a fin de cuentas no pensaba negarlo, pero Noligma se había pasado de la raya. Un corte en el que le estaba echando sal para disfrutar con el dolor que le producía. Hubiese sido bonito llorar, a fin de cuentas era una forma tan válida de desahogarse como cualquier otra, pero lo había pasado tan mal que de sus lagrimales no podía salir nada. No estaban secos, simplemente cristalizados.

-¡¿Cómo te atreves?!-Vociferó con una mirada fría pero cargada de furia-¡¡¡Si te acercas a Anna te juro que te mataré!!!-Esa no era ella, ¿O si? No podía estar segura, pero sí que tenía la certeza de que esta vez la amenaza no era en vano, y que estaría dispuesta a morir si con ello impedía que él tuviese un acceso mínimo a la menor de las princesas de Arendelle. Todo su cuerpo temblaba, e incluso sus extremidades comenzaban a congelarse con la lenta expansión de su elemento dentro de ella, alcanzando sus manos y extendiéndose por sus dedos como garras de cristal-No tiene nada que pueda interesarte…-Lo señaló con el dedo acusadora. El tono de su voz bajó, pero ahora se había vuelto inestable. A fin de cuentas, sí que tenía un punto débil, demasiado obvio para cualquiera, por mucho que ella se emperrase en negarle el cariño a su hermana. A pesar de haber intentado echarla en alguna que otra ocasión, Elsa sabía que lo hacía por su propio bien, y le pesaba no poder contarle su secreto-¡¿Y quién iba a protegerla de ti?!-Le chilló desquiciada. Se llevó las manos a la cabeza, rasgando su piel con sus uñas, pensando en su incapacidad para defenderla del peligro. Hacerse daño no le molestaba, servía para sentirse menos miserable de lo que ya era. No quería verlo cerca de ella, mucho era tener que lidiar con el hecho de que algún día el príncipe de Lindert iba a arrebatársela por medio de las nupcias acordadas, que ahora albergar el temor de que cualquier otro la rondase cual murciélago a un desprevenido ratoncillo de campo.




El pecho comenzaba a dolerle, como si se rompiese en añicos afilados que se clavaban por dentro, pero no ni siquiera la molestia era física. Todo estaba en su cabeza, la magia la rodeaba fácilmente con un remolino que la cegaba tanto que le impedía ver, mientras que su razón nublada no la dejaba pensar. Estaba sola, como siempre, y no hallaría el consuelo de sus padres ni de su hermana nunca más. Ojala todo estuviese congelado, así el frío que sentía no le dejaría una sensación de vacío tan cruel. La reina gritó de forma desgarradora mientras los cristales salieron despedidos de ella, una ventisca escapó en todas direcciones y se extendió cual onda expansiva helándolo todo a su paso, haciendo retumbar los cimientos del mismísimo palacio.