El comienzo de una vida nueva (Pony, yo y libre).

*** Cosette ***

Abre sus ojos asombrada, ya que éste es un tipo muy raro. ¿Y de donde siempre saca gente naufraga? ¿Acaso pasa toda su vida en la playa? ¿Y por qué todas las naufragas que encuentra son bellas y tienen cabellos rojos?

Pero no tiene tiempo de preguntarle, ya que rápidamente se excusa, dejándole monedas en la mano:

- ¿Por qué Babette está enojada contigo? -pregunta Cosette pero el hombre misterioso ya se ha ido, se gira entonces hacia Elena- Ven, ven a sentarte para que veamos tu tobillo.

- Disculpa… ¿podría quedarme esta noche en una de sus camas? Prometo trabajar en lo que me pidas solo para pagar mi estancia y mi comida -la mira, y entonces abre la mano y comprueba a la luz que realmente tiene 2 coronas en la mano. Tendrá que hablar con Rosette y Babette para saber si aún hay alguna habitación libre, ya que por supuesto que no la pueden dejar dormir en la calle. No a mitad de noche.

- Siéntate aqui, ya veremos cómo nos arreglaremos. -y corro a buscar a mis hermanas.

*** Babette ***

Estoy sirviendo ron, cuando veo a Cosette entrando con una chica pelirroja. La chica está cojeando y con una mano enfajada. Sonrío a los clientes y ya me dirijo a hablar con ellas. Pero antes Cosette ya viene en mi dirección. Hago un gesto a Rosette, quién también se acerca:

- ¿Qué pasa Cosette? ¿Quién es la chica?

- Paul la trajo. La encontró en la playa.

- ¿No estaba Ari con la sra. Moore? -pregunta Rosette, estirando el cuello para mirar a la chica sentada en la mesa.

- No, no es Ari, es Elena. -aclara Cosette- Paul también dijo algo de que hablara con Perry, para llevarla a Escocia, o algo así. -cuando escucho nombrar a Paul, me cruzo de brazos, enojada por adelantado. ¿Hasta cuando vendrá ese tipo extraño a armarnos confusión?

- ¿Y por qué trae Paul a las chicas a nuestra posada? ¿Acaso cree que somos beneficencia? -digo enojada, ya que sé que en el fondo igual ayudaremos a la chica.

- Perry está allí, en aquella mesa. -dice Rosette solícita.

- Muchas gracias... no se ni como podría agradecer que se me tratara bien, entre el hombre de antes y ahora vos, me siento mucho mejor a como me sentía hace un rato.

- Pues, un naufragio nunca es una buena experiencia, ¿verdad? -digo antes de unirme a mis hermanas.

Estamos hablando cuando la pelirroja se acerca, presentándose educada. ¿Acaso estamos frente a alguien de la realeza?

- Perdonen que no me haya presentado, como ha dicho... ¿Cosette?- asiento y ella prosigue -Me llamo Elena O'Connor. -pero termina la frase con una mueca de dolor y sentándose de golpe. Miro a mis hermanas para aclarar:

- Elena se zafó el tobillo. Y está empezando a hincharse. -digo preocupada. Me agacho y le tomo el tobillo en mis manos, pero lo suelto cuando la chica pega un grito. Entonces, ella apunta hacia los piratas y dice:

- ¿El hombre llamado Perry podrá llevarme de vuelta a Escocia?

- No lo sé, habrá que preguntarle. ¿Vienes de allá entonces? -pregunto confundida, mientras le hago señas al susodicho, para que se acerque.

Me fijo mejor en la nueva naufraga pelirroja que Paul nos trajo. Es muy bonita, pero me intrigan sus ojos rojos. En mis varios años de posada, que estoy aquí desde que tengo uso de razón, cuando mis padres la administraban, no recuerdo ojos de ese tono. Incluso me viene un ligero dolor de cabeza al recordar unos ojos verde-brillantes, pero dejo eso para después, ya que el dolor que veo en su rostro por el tobillo, más esa mano enfajada, así por como nos la tendremos que arreglar con ella, me hacen preguntar:

- Bueno, Elena O'Connor, sé bienvenida a la Posada del Poney Pisador. -digo como buena anfitriona, pero como asumo el lugar de "hermana mayor" entre las Bimbette, debo ver los asuntos prácticos también- Eres naufraga... ¿Cómo pagarás tu estadía aquí?

- ¡Ella está herida! -me interrumpe Rosette- ¿No podemos dejar esta charla para mañana? -la miro, ya que es tan sentimental... No comprendo como nascidas en el mismo día, y gestadas por el mismo vientre, somos tan, pero tan diferentes las tres. De todas formas, niego con la cabeza, ya que prefiero aclararlo todo ahora.

Y si no fuera por las preocupaciones, le respondería la sonrisa a Perry.

-Procedo de ese sitio, me gustaría volver, allí tengo todo, o casi todo. Pero una cosa, no pienso volver hasta haber pagado mi deuda, a vosotras os pagaré lo que deba por estar aquí, y al hombre de antes he de pagarle por su amabilidad como a vosotras tres. -responde Elena cuando Babette hace las preguntas impertinentes. Pongo las dos monedas en su mano mientras le digo:

- Paul ha colaborado con su hospedaje. -le digo seria, ya que no me gusta que sea siempre la que da las órdenes. Por supuesto, no puedo ocultar una mueca de risa al ver su sorpresa. Por suerte que Rosette no es tan "implacable" como ella.

El pirata Perry se nos acerca y Elena se nos adelanta al presentarse sola:

- Hola. Me llamo Elena O'Connor y me gustaría que me llevas a Escocia, si es posible, si no...

- Ella ha naufragado. -explico al pirata- Y Paul lo mencionó como que podría ayudarla.

- Pienso trabajar como sea, solo por estar una noche de reposo antes de marchar.- dice y mi corazón se llena de piedad por ella. Pobrecita, ¿cómo forzarla a trabajar en tan malas condiciones, y más encima sobreviviente de un naufragio?- Y una cosa... yo no he naufragado, solo entré por una especie de portal muy grande y raro... -Hago una mueca de asombro, pues lo que dice no tiene sentido. ¿Tendrá fiebre? Puede estar delirando... Mejor que duerma en mi habitación, para que vea si llega a empeorar la pobrecilla.

- ...Me temo que no puedo llevarte ahí, que fuera de que no sé a dónde nos llevará nuestro siguiente viaje, la nuestra no es una nave de pasajeros precisamente. ¿Quién es Paul? No conozco a ningún Paul. -dice Perry, finalizando con la idea de regreso de Elena.

- Paul es un tipo que aparece de vez en cuando, no sabemos mucho de él. -le respondo con la concentración en la pelirroja.

- Bueno, como dijo Rosette, hablemos de eso mañana. Ahora debemos ver tus heridas. -dice mi hermana, y por primera vez en la noche estoy de acuerdo con ella.

- ¿Qué te parece que duerma en mi habitación hoy? Así debe menos de hospedaje. -digo de pronto- Además, es la única habitación libre del primer piso, ya que todas las demás ya están tomadas. -Y es cierto, que sólo hay habitaciones libres en el segundo piso, y no vamos a forzarla a subir peldaños en ese estado.

- Llevaré agua tibia y paños para tu habitación. -dice Rosette, confirmando mi sugerencia sin saber aún la respuesta de Babette, pues se va en seguida, llevando el cuchillo de Elena para la cocina.

Me quedo de una pieza cuando Cosette se ofrece a hospedar a la pelirroja en su propia habitación. ¿Desde cuando es tan generosa? Y lo peor es que Rosette de inmediato lo acepta, dejándome sin lugar a negarme.

Claro que no podría negarlo, pensando en subirla al segundo piso, pero... ni siquiera la habitacioncita cerca de la puerta está libre... La tiene Franz, otro herido... ¡Vaya! ¡Realmente nos hemos convertido en beneficencia! Claro que él sí paga, siempre por adelantado.

Sin embargo, empiezo a dudar que Elena sea realmente de Escoxia, ya que su rostro no demostró siquiera desilusión por no poder viajar, muy por el contrario, su alegría de quedarse en la habitación de mi hermana me preocupa de pronto. Pero... son dos chicas... Cosette no haría nada con ella... Creo.

Pero dejo de lado esos pensamientos nefastos porque Perry ha captado perfectamente mi mensaje. Le sonrío, lista para cambiar el tema ya que no me interesa hablar de Paul ahora, cuando el capitán de los piratas presentes pone su mano sobre el hombro de Perry, y por la expresión de su rostro, le está ordenando algo con ese sencillo gesto.

- Es un nombre común, supongo. El mismo que tenía aquél demente que se subió a nuestra nave hace algún tiempo, el que desapareció por el boquete durante la tormenta. -Levanto una ceja al oír la palabra "demente" y "Paul" en una misma conversación. De pronto, recuerdo cuando él trajo a Ari, la primera naufraga, y él mismo no parecía de lo mejor. De hecho, a veces pienso que venían del mismo barco, ya que se notaban muy amigos. ¿No serán esos "Pauls" una misma persona? No hay que olvidar que él lloró mucho la muerte de... ¿cómo se llamaba? Joey. Y muy seguro dijo que Perry venía de Escocia y podría ayudar a Elena... ¿Cómo lo supo? Pero debo guardarme todas las interrogantes para mi almohada, ya que antes que pueda preguntarle algo más al capitán de Perry, porque su autoridad es obvia, él se despide... ¡y se lleva a su pirata!- Vamos, Perry, no molestes a las señoritas.

- No es ninguna molestia. Y pueden llamarnos si necesitan algo más. -digo antes de dirigirme a la cocina a buscar otra garrafa de ron y pequeño dolor de cabeza. El nuevo capataz de la condesa de una u otra forma siempre me trae dolores de cabeza...

Las canciones piratas siguen por un buen rato más, hasta que los borrachos se van a dormir a su barco.