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El temor de un hombre sabio (?) [Libre]
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El temor de un hombre sabio (?) [Libre]
Donde: Bosque Encantado.
Era la primera vez que abandonaba el reino... Y bajo ningún concepto lo hubiese hecho si no estuviese completamente desesperada. Pero la presión en su garganta la impelaba a ello, y luchaba contra su propio cuerpo para no acabar llorando desconsoladamente, componiendo un gesto neutro que no decía absolutamente nada. El carruaje chocaba contra el suelo con un traqueteo irritante y ella se cubrió más con su capa, abrazándose los brazos con las manos pareciendo que tenía frío. El miedo la hacía temblar, temerosa de que cualquier mal acechase detrás de cada arbusto en miad de la noche oscura. Poco le importaba en realidad que cualquier bestia de afiladas garras apareciese ante la diligencia con ademán amenazador, pues le preocupaban más las hoces y las antorchas de una muchedumbre enfurecida. Todo estaba en su cabeza, desde luego, ¿Cómo estaba tan loca de pensar que una horda sedienta de sangre iba a atacarla en pleno bosque? Nadie sabía su secreto, y en aquel lugar tan tenebroso no parecía probable que se adentrasen bandidos.
Los rumores se propagaban y llegaban a la corte, con un efecto similar al de las hondas acariciando el agua. Elsa estaba al tanto de todo lo que pasase, y no gustaba de cuchicheos. Aún así se había dejado atrapar por habladurías venidas de más allá de las puertas que hablaban de una criatura capaz de conceder deseos que moraba aquella fronda. Ella era razonable, pero por una vez se dejó arrastrar y envenenó sólo un poco sus oídos con aquella mentira, ¿Y si era verdad? ¿Sería posible? ¿Podría curarla? Le dolía pensar que estaba enferma, pero no había otra forma que averiguarlo, aunque la conducta a la que la empujase fuese imprudente.
"Nadie tiene por que enterarse" Se repitió, por enésima vez "Sólo por provar..." Se masajeó las sienes en un intento por buscar algo que la distrajese. Había cometido una estupidez enorme al salir del castillo en pos de una utopía, como si fuese un enfermo que se aferraba a un clavo ardiendo. "Me estoy comportando de la misma forma imprudente que haría Anna", pensó, y justo cuando iba a dar al cochero orden de media vuelta, el carruaje se paró en seco. La fria neblina se colaba por las rendijas de la puerta, como un halo de advertencia.
-¿Qué ocurre?-Preguntó, alzando la voz.
-Creo que nos hemos perdido, alteza-Respondió el timbre del conductor, ahogado por el cristal que separaba su ventanilla del compartimento de la reina-Parece ser que el mapa no es correcto-Prosiguió para consternación de Elsa.
Era la primera vez que abandonaba el reino... Y bajo ningún concepto lo hubiese hecho si no estuviese completamente desesperada. Pero la presión en su garganta la impelaba a ello, y luchaba contra su propio cuerpo para no acabar llorando desconsoladamente, componiendo un gesto neutro que no decía absolutamente nada. El carruaje chocaba contra el suelo con un traqueteo irritante y ella se cubrió más con su capa, abrazándose los brazos con las manos pareciendo que tenía frío. El miedo la hacía temblar, temerosa de que cualquier mal acechase detrás de cada arbusto en miad de la noche oscura. Poco le importaba en realidad que cualquier bestia de afiladas garras apareciese ante la diligencia con ademán amenazador, pues le preocupaban más las hoces y las antorchas de una muchedumbre enfurecida. Todo estaba en su cabeza, desde luego, ¿Cómo estaba tan loca de pensar que una horda sedienta de sangre iba a atacarla en pleno bosque? Nadie sabía su secreto, y en aquel lugar tan tenebroso no parecía probable que se adentrasen bandidos.
Los rumores se propagaban y llegaban a la corte, con un efecto similar al de las hondas acariciando el agua. Elsa estaba al tanto de todo lo que pasase, y no gustaba de cuchicheos. Aún así se había dejado atrapar por habladurías venidas de más allá de las puertas que hablaban de una criatura capaz de conceder deseos que moraba aquella fronda. Ella era razonable, pero por una vez se dejó arrastrar y envenenó sólo un poco sus oídos con aquella mentira, ¿Y si era verdad? ¿Sería posible? ¿Podría curarla? Le dolía pensar que estaba enferma, pero no había otra forma que averiguarlo, aunque la conducta a la que la empujase fuese imprudente.
"Nadie tiene por que enterarse" Se repitió, por enésima vez "Sólo por provar..." Se masajeó las sienes en un intento por buscar algo que la distrajese. Había cometido una estupidez enorme al salir del castillo en pos de una utopía, como si fuese un enfermo que se aferraba a un clavo ardiendo. "Me estoy comportando de la misma forma imprudente que haría Anna", pensó, y justo cuando iba a dar al cochero orden de media vuelta, el carruaje se paró en seco. La fria neblina se colaba por las rendijas de la puerta, como un halo de advertencia.
-¿Qué ocurre?-Preguntó, alzando la voz.
-Creo que nos hemos perdido, alteza-Respondió el timbre del conductor, ahogado por el cristal que separaba su ventanilla del compartimento de la reina-Parece ser que el mapa no es correcto-Prosiguió para consternación de Elsa.
Re: El temor de un hombre sabio (?) [Libre]
Desde la fronda, alguien observaba el carruaje en pleno bosque, aunque estos no eran sus dominios, Noligma se solía dejar ver por hay, era un sitio mágico donde encontraba cosas mágicas.... cosas de brujos.
Había encontrado muchas cosas allí, desde un hombre de hojalata, hasta la fiesta de Ela...
A su gran pesar, nunca conocería los mayores misterios de ese Bosque, solo Ela podía... así que por eso estaba allí para su sorpresa diaria... entretenimiento para su larga vida... ademas tenia cosas en las que pensar.
Su sorpresa diaria era ese carruaje... ningún noble se internaba en esos bosques si no era para ir a una fiesta de Ela, y no había ninguna... ¿que estaría pasando?
Su curiosidad supero a su presuntuosidad, permaneció escondido mirando a ver que se desarrollaba, pero sus mascotas no eran tan ejemplares.
Greed voló por encima del carruaje y aterrizo justo encima, el cuervo miraba los detalles dorados de la carrozo con ojos codiciosos.
No muy lejos, pero semi escondido entre los matorrales, Wrath, el lobo, miro curioso el carruaje y empezó a mover la cola.
el resto no estaban allí, las temperaturas bajas no les permitían estar por hay... y sloth dormía en su capa.
Noligma suspiro esperando que Wrath no la liara...
-¿quien habrá venido al bosque encantado?
Había encontrado muchas cosas allí, desde un hombre de hojalata, hasta la fiesta de Ela...
A su gran pesar, nunca conocería los mayores misterios de ese Bosque, solo Ela podía... así que por eso estaba allí para su sorpresa diaria... entretenimiento para su larga vida... ademas tenia cosas en las que pensar.
Su sorpresa diaria era ese carruaje... ningún noble se internaba en esos bosques si no era para ir a una fiesta de Ela, y no había ninguna... ¿que estaría pasando?
Su curiosidad supero a su presuntuosidad, permaneció escondido mirando a ver que se desarrollaba, pero sus mascotas no eran tan ejemplares.
Greed voló por encima del carruaje y aterrizo justo encima, el cuervo miraba los detalles dorados de la carrozo con ojos codiciosos.
No muy lejos, pero semi escondido entre los matorrales, Wrath, el lobo, miro curioso el carruaje y empezó a mover la cola.
el resto no estaban allí, las temperaturas bajas no les permitían estar por hay... y sloth dormía en su capa.
Noligma suspiro esperando que Wrath no la liara...
-¿quien habrá venido al bosque encantado?
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Yer Noligma
Heredero de la Montaña Prohibida
Re: El temor de un hombre sabio (?) [Libre]
-¿Estás seguro?-Preguntó, ocultando su tono de alarma, mientras distinguía a duras penas sus rasgos a través de la ventanilla entreabierta que la comunicaba con el. Ahora, la posibilidad de hallarse perdida, lejos de su hogar, parecía ser lo más urgente de paliar, teniendo en cuenta que se sentía como una niña pequeña alejada de sus padres. Algo que posiblemente era, pese a todo.
-Completamente, alteza-Repuso el con cierto fastidio en su voz, denotando el cansancio que sentía después de tantas horas de viaje y poco descanso. Elsa era demasiado exigente, sobre todo en lo que concernía a sí misma-He seguido las indicaciones de este manuscrito desde que nos internamos en la espesura. Al pie de la letra-Agregó enarcando una ceja-Según esto, deberíamos haber llegado a nuestro destino hace un par de horas, o incluso tres. Pero lo que veo a mi alrededor no hace más que despistarme...
-Tal vez te has equivocado-Sugirió ella, aferrándose a esa idea como una oportunidad más que plausible, pero la negación en su rostro terminó por aniquilar sus esperanzas.
-No, alteza. Creedme, me niego a creer que he interpretado mal este mapa y nos hemos perdido. Parece que quien lo dibujó no sabía como seguirlo, o simplemente es una estafa.
Elsa se arremangó la falda y salió del interior del carruaje con cuidado de no tropezar con su propio vestido, dejando que el suelo de ramas y tierra crujiese bajo sus zapatos cuando se acercó hasta el cochero y le tendió la mano para examinar personalmente el mapa. Sabía lo suficiente de cartografía como para interpretarlo, y aquello corroboraba el hecho de que el creador de los dibujos era un completo chapucero. A parte de eso, no era incapaz de ver nada más en el, pues los puntos interesantes que se marcaban en el no parecían hallarse a la vista, y mucho menos la guarida de la criatura a la que debían encontrar. Ahora se sentía perdida y sola, pues ni siquiera era capaz de hallar las estrellas sobre su cabeza, ocultas bajo el espeso manto que conformaban las copas de los árboles de aquel frondoso bosque. Nunca se había sentido tan perdida, no al menos lejos de su propio hogar, lo cual hacía de cualquier otro temor algo insignificante frente a aquella sensación de desasosiego, y empezaba a sentirse como una bestia de circo abandonada en el bosque a su suerte. Además, para empeorar el asunto se sentía furiosa y engañada, dándose cuenta de que había caído en una ridícula trampa como si fuese una niña que todavía creyese en los cuentos de hadas, y aquello no ayudaba en absoluto. Había algo raro en el ambiente, pero Elsa no sabía identificarlo con claridad. Una palabra vino a su mente, ¿Magia? Menuda locura, ¿Desde cuando era tan ingenua? Pero no obstante...¿Y si había alcanzado su destino y lo ignoraba? Los rumores decían que la criatura que concedía deseos encontraría a aquellos que la buscaban. ¿Y si...? Aún había una posibilidad... La mujer tomó aire y se tranquilizó todo cuanto pudo, pese a el miedo que le recorría la espina dorsal. Alzó una mano y con ella ordenó silencio a su lacayo, el cual parecía dispuesto a hablar. Esperó a sólo oír el sonido de su respiración entremezclado con el ruido de la naturaleza, con la esperanza de hallar alguna pista que le revelase cualquier cosa, por nimia que fuese.
-Completamente, alteza-Repuso el con cierto fastidio en su voz, denotando el cansancio que sentía después de tantas horas de viaje y poco descanso. Elsa era demasiado exigente, sobre todo en lo que concernía a sí misma-He seguido las indicaciones de este manuscrito desde que nos internamos en la espesura. Al pie de la letra-Agregó enarcando una ceja-Según esto, deberíamos haber llegado a nuestro destino hace un par de horas, o incluso tres. Pero lo que veo a mi alrededor no hace más que despistarme...
-Tal vez te has equivocado-Sugirió ella, aferrándose a esa idea como una oportunidad más que plausible, pero la negación en su rostro terminó por aniquilar sus esperanzas.
-No, alteza. Creedme, me niego a creer que he interpretado mal este mapa y nos hemos perdido. Parece que quien lo dibujó no sabía como seguirlo, o simplemente es una estafa.
Elsa se arremangó la falda y salió del interior del carruaje con cuidado de no tropezar con su propio vestido, dejando que el suelo de ramas y tierra crujiese bajo sus zapatos cuando se acercó hasta el cochero y le tendió la mano para examinar personalmente el mapa. Sabía lo suficiente de cartografía como para interpretarlo, y aquello corroboraba el hecho de que el creador de los dibujos era un completo chapucero. A parte de eso, no era incapaz de ver nada más en el, pues los puntos interesantes que se marcaban en el no parecían hallarse a la vista, y mucho menos la guarida de la criatura a la que debían encontrar. Ahora se sentía perdida y sola, pues ni siquiera era capaz de hallar las estrellas sobre su cabeza, ocultas bajo el espeso manto que conformaban las copas de los árboles de aquel frondoso bosque. Nunca se había sentido tan perdida, no al menos lejos de su propio hogar, lo cual hacía de cualquier otro temor algo insignificante frente a aquella sensación de desasosiego, y empezaba a sentirse como una bestia de circo abandonada en el bosque a su suerte. Además, para empeorar el asunto se sentía furiosa y engañada, dándose cuenta de que había caído en una ridícula trampa como si fuese una niña que todavía creyese en los cuentos de hadas, y aquello no ayudaba en absoluto. Había algo raro en el ambiente, pero Elsa no sabía identificarlo con claridad. Una palabra vino a su mente, ¿Magia? Menuda locura, ¿Desde cuando era tan ingenua? Pero no obstante...¿Y si había alcanzado su destino y lo ignoraba? Los rumores decían que la criatura que concedía deseos encontraría a aquellos que la buscaban. ¿Y si...? Aún había una posibilidad... La mujer tomó aire y se tranquilizó todo cuanto pudo, pese a el miedo que le recorría la espina dorsal. Alzó una mano y con ella ordenó silencio a su lacayo, el cual parecía dispuesto a hablar. Esperó a sólo oír el sonido de su respiración entremezclado con el ruido de la naturaleza, con la esperanza de hallar alguna pista que le revelase cualquier cosa, por nimia que fuese.
Re: El temor de un hombre sabio (?) [Libre]
Noligma sonrió siniestramente al ver la esbelta figura... ¿que pintaba allí aquel pajarito? pues sin duda lo era, su piel blanquecina como la del propio Noligma, indicaba una vida de encerramiento, pero sus manos y forma de actuar indicaban una vida cómoda... como las de un bello pajarito en su jaula.
Noligma no quería nada que ver con un pajarito... pero no podía juzgar un libro por su cubierta... primero debería leer un poco.
Avanzo por el bosque murmurando las palabras de un hechizo, provocando el alzamiento de una inesperada bruma que dio al bosque un halo de siniestralidad.
La bruma envolvió al carruaje y justo en ese momento se oyó su voz...
-bienvenidos al bosque encantado... o como muchos lo conocen...el bosque de los perdidos... donde bagan las almas de aquellos que no hallaron nunca su destino...
justo ese momento Wrath lanzo un aullido, era apenas un cachorro, pero el ambiente podría hacer que sonara mas siniestro de lo que en realidad era.
-como soy bueno, os dejare la oferta de castigo eterno quemas prefirais... no obstante al cochero cuyo nombre no me importa en absoluto le aconsejaría la oferta de zombie errante... esta de oferta.
Del suelo empezaron a surgir manos putrefactas, y rostros cadavéricos, si el cochero estaba aterrado, mas lo estuvieron los caballos cuando se encabritaron y salieron corriendo con la carroza.
-ji ji je je je je....
a Noligma le había parecido gracioso, por que no había pensado en ello, pero ahora se veía bastante genial que su único medio de transporte no estuviera.
Pero su risa lo distrajo y la ilusión de los muertos desapareció como polvo entre la bruma.
Noligma no quería nada que ver con un pajarito... pero no podía juzgar un libro por su cubierta... primero debería leer un poco.
Avanzo por el bosque murmurando las palabras de un hechizo, provocando el alzamiento de una inesperada bruma que dio al bosque un halo de siniestralidad.
La bruma envolvió al carruaje y justo en ese momento se oyó su voz...
-bienvenidos al bosque encantado... o como muchos lo conocen...el bosque de los perdidos... donde bagan las almas de aquellos que no hallaron nunca su destino...
justo ese momento Wrath lanzo un aullido, era apenas un cachorro, pero el ambiente podría hacer que sonara mas siniestro de lo que en realidad era.
-como soy bueno, os dejare la oferta de castigo eterno quemas prefirais... no obstante al cochero cuyo nombre no me importa en absoluto le aconsejaría la oferta de zombie errante... esta de oferta.
Del suelo empezaron a surgir manos putrefactas, y rostros cadavéricos, si el cochero estaba aterrado, mas lo estuvieron los caballos cuando se encabritaron y salieron corriendo con la carroza.
-ji ji je je je je....
a Noligma le había parecido gracioso, por que no había pensado en ello, pero ahora se veía bastante genial que su único medio de transporte no estuviera.
Pero su risa lo distrajo y la ilusión de los muertos desapareció como polvo entre la bruma.
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Yer Noligma
Heredero de la Montaña Prohibida
Re: El temor de un hombre sabio (?) [Libre]
El ambiente se volvió más denso y cargado pese a estar al aire libre. La densa bruma comenzó a arremolinarse bajo sus pies, alcanzando una altura considerable que le impedía ver con exactitud donde pisaba, pero eso sólo podía significar, inequivocamente, una cosa. Se agarró ambas manos, sintiendo el tacto de la tela y preparándose para aquel encuentro. Sólo una vez en su vida había tenido contacto con un ser mágico, y aunque evitaba recordarlo, la visita a los trolls no había sido digna de recordar precisamente. Sospechaba que aún no estaba preparada para enfrentar lo que quiera que fuese que le aguardaba, ¿Podría ser aquel vaho las emanaciones de un dragón? ¿O era el preludio a la caída en una vorágine de desesperación? Debía ser obra de la criatura que buscaba, de lo contrario no tenía ni la más remota idea.
Una voz rompió el silencio, únicamente adornado por el piafar nervioso de las monturas y las maldiciones por lo bajo del lacayo. A Elsa se le heló la sangre... No al menos de forma literal.
-¿Quién eres?-Preguntó alzando la voz con altanería. Si los rumores eran ciertos, ya lo sabía, por lo que rectificó-¡Déjate ver!
La voz siguió hablando, con un tono tan intranquilizador que la mujer retrocedió y chocó contra la puerta del carruaje, justo al tiempo en que de las entrañas de la tierra surgieron los vestigios de antiguos cadáveres en plena descomposición. Oyó relinchos desquiciados, y estuvo a punto de soltar un grito, el cual murió en sus labios pues en el preciso instante la carroza se puso en marcha, arrastrada por los animales enloquecidos de pánico.
Una risa estridente se hizo eco. Temió por su propia vida, mientras evitaba caer al suelo envuelta en la pesada capa de viaje, y observaba a una de las garras intentar atrapar su zapato. Sin pensarlo ni un segundo y de forma instintiva, se quitó uno de los guantes de seda y agitó la mano, dejando que de esta brotasen pequeñas estalactitas heladas que se clavaron en la tierra justo a sus pies. Sólo que en ese momento no había absolutamente nada, únicamente una prueba irrefutable de que acababa de hacer aquello más prohibido en su vida. La risa seguía su curso, similar al fluir de un riachuelo, y Elsa apretó la tela contra su puño, furiosa, sintiéndose víctima de algún tipo de broma pesada.
Una voz rompió el silencio, únicamente adornado por el piafar nervioso de las monturas y las maldiciones por lo bajo del lacayo. A Elsa se le heló la sangre... No al menos de forma literal.
-¿Quién eres?-Preguntó alzando la voz con altanería. Si los rumores eran ciertos, ya lo sabía, por lo que rectificó-¡Déjate ver!
La voz siguió hablando, con un tono tan intranquilizador que la mujer retrocedió y chocó contra la puerta del carruaje, justo al tiempo en que de las entrañas de la tierra surgieron los vestigios de antiguos cadáveres en plena descomposición. Oyó relinchos desquiciados, y estuvo a punto de soltar un grito, el cual murió en sus labios pues en el preciso instante la carroza se puso en marcha, arrastrada por los animales enloquecidos de pánico.
Una risa estridente se hizo eco. Temió por su propia vida, mientras evitaba caer al suelo envuelta en la pesada capa de viaje, y observaba a una de las garras intentar atrapar su zapato. Sin pensarlo ni un segundo y de forma instintiva, se quitó uno de los guantes de seda y agitó la mano, dejando que de esta brotasen pequeñas estalactitas heladas que se clavaron en la tierra justo a sus pies. Sólo que en ese momento no había absolutamente nada, únicamente una prueba irrefutable de que acababa de hacer aquello más prohibido en su vida. La risa seguía su curso, similar al fluir de un riachuelo, y Elsa apretó la tela contra su puño, furiosa, sintiéndose víctima de algún tipo de broma pesada.
Re: El temor de un hombre sabio (?) [Libre]
Noligma enmudeció unos segundos, no supo exactamente que había pasado pero ahora habían unas estalactitas de ...algo, su propia niebla le impidió ser mas preciso, pero aquello complicaba las cosas, no se enfrentaba a una mundana sino a una bruja o alguna clase de ser mágico.
Un aleteo lo despertó de su letargo, el cuervo que había estado posado en la carroza había tenido que emprender el vuelo con la huida de los caballos.
Este ahora se poso en una rama cercana al suelo
-Nieve! ... nieve!
Noligma siguió con su escena.
-pero para usted bella dama... como no, le recomiendo la mejor oferta, mejor que el alma errante... o los apestosos zombies... conversión natural... si suena mejor...
Noligma recito unas palabras tan conocidas como la nana con la que le acunaban, la cual podría ser la misma.
Oscuras zarzas empezaron a crecer a ambos lados el camino como tentáculos oscuros con afiladas espinas, reptaban como serpientes por el suelo en busca de un pie del que agarrarse.
-tu cuerpo se convertirá, en parte de la naturaleza... y seras parte del bosque...
Un aleteo lo despertó de su letargo, el cuervo que había estado posado en la carroza había tenido que emprender el vuelo con la huida de los caballos.
Este ahora se poso en una rama cercana al suelo
-Nieve! ... nieve!
Noligma siguió con su escena.
-pero para usted bella dama... como no, le recomiendo la mejor oferta, mejor que el alma errante... o los apestosos zombies... conversión natural... si suena mejor...
Noligma recito unas palabras tan conocidas como la nana con la que le acunaban, la cual podría ser la misma.
Oscuras zarzas empezaron a crecer a ambos lados el camino como tentáculos oscuros con afiladas espinas, reptaban como serpientes por el suelo en busca de un pie del que agarrarse.
-tu cuerpo se convertirá, en parte de la naturaleza... y seras parte del bosque...
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Yer Noligma
Heredero de la Montaña Prohibida
Re: El temor de un hombre sabio (?) [Libre]
Un par de alas se batieron en un agitar frenético, y el graznido de una criatura nocturna se transformaron en siniestras palabras en los oídos de la chica. Sus pasos cedieron hacia atrás un tanto con gesto defensivo, asustada por lo que acababa de hacer casi tanto como por la incertidumbre que se ataba al miedo frente a lo desconocido. Había sido un accidente... Nuevamente, pero estaba segura de que esta le había salvado la vida.
-¡Espera!-Gritó, y el peso de aquellas palabras cayó sobre ella como la fría realidad. ¿Unirse con la naturaleza?-"¡Pretende matarme!"-Pensó, aterrada. Juntó las manos delante de ella, a la altura de sus labios al comprenderlo. Todo parecía una pesadilla, fruto de algún tipo de alucinación, pero la certeza le decía que estaba en peligro, que había sido una estúpida y que posiblemente había sido víctima de un engaño cuyo objetivo era su destrucción, aprovecharse de sus debilidades. Y como una tonta había caído. Miró hacia atrás, buscando una senda de escape que no era capaz de ver a causa de la espesa bruma-¡No, basta ya! Esto es un malentendido…-Jadeó suplicante, con la alarma haciendo temblar su voz. No quería morir, no cuando lo que había venido buscando era una solución a sus problemas. La desesperación había jugado en su contra y ahora pagaría cara su ingenuidad, ¿Por qué le pasaba todo esto a ella? No podía rendirse, tenía que arreglarlo, pero… ¿A qué diantres se enfrentaba? ¿Se trataba de aquella criatura realmente? ¿O sus sospechas sobre una trampa no erraban? No quería pensarlo, pero se le acababan las alternativas. El suelo crepitó y ante sus ojos se hizo visible una densa cortina de espinos cuyas púas afiladas amenazaban con herir su maltrecho cuerpo-¡Déjame en paz!-Bramó histérica, furiosa, intentando cubrirse con los brazos, ajena al hecho de que el suelo bajo sus pies empezaba a helarse en una fina capa de escarcha, y a su alrededor surgieron afiladas estacas de hielo que poco a poco crecían, como un escudo frente a lo desconocido.
-¡Espera!-Gritó, y el peso de aquellas palabras cayó sobre ella como la fría realidad. ¿Unirse con la naturaleza?-"¡Pretende matarme!"-Pensó, aterrada. Juntó las manos delante de ella, a la altura de sus labios al comprenderlo. Todo parecía una pesadilla, fruto de algún tipo de alucinación, pero la certeza le decía que estaba en peligro, que había sido una estúpida y que posiblemente había sido víctima de un engaño cuyo objetivo era su destrucción, aprovecharse de sus debilidades. Y como una tonta había caído. Miró hacia atrás, buscando una senda de escape que no era capaz de ver a causa de la espesa bruma-¡No, basta ya! Esto es un malentendido…-Jadeó suplicante, con la alarma haciendo temblar su voz. No quería morir, no cuando lo que había venido buscando era una solución a sus problemas. La desesperación había jugado en su contra y ahora pagaría cara su ingenuidad, ¿Por qué le pasaba todo esto a ella? No podía rendirse, tenía que arreglarlo, pero… ¿A qué diantres se enfrentaba? ¿Se trataba de aquella criatura realmente? ¿O sus sospechas sobre una trampa no erraban? No quería pensarlo, pero se le acababan las alternativas. El suelo crepitó y ante sus ojos se hizo visible una densa cortina de espinos cuyas púas afiladas amenazaban con herir su maltrecho cuerpo-¡Déjame en paz!-Bramó histérica, furiosa, intentando cubrirse con los brazos, ajena al hecho de que el suelo bajo sus pies empezaba a helarse en una fina capa de escarcha, y a su alrededor surgieron afiladas estacas de hielo que poco a poco crecían, como un escudo frente a lo desconocido.
Re: El temor de un hombre sabio (?) [Libre]
Muchas personas creen que la vegetacion teme al fuego... asi que cuando se enfrentan a criaturas vegetales usan el fuego sin saber que enfurecen mas que dañan, lo cual es un error.
El verdadero miedo de una planta es el invierno, donde la primavera no puede crecer, donde la vegetación o sobrevive o muere.
las zarzas se replegaron y retrocedieron ante el hielo.
-bueno... ya he visto suficiente...
las plantas de espinos se apartaron creando un camino para su convocador.
-siento haberos causado molestias, pero debía asegurarme.
Noligma sonrió debajo de su capucha
-bienvenida al bosque encantado esto... señorita?
Noligma noto a la joven poco cooperativa
-ho vamos! ¡solo era una prueba!... ¡¿tu sabes la de gente que viene a este bosque a talar o a robar sus tesoros?! pues mucha... uno debe asegurarse de que la gente es de fiar.
aunque la verdadera razón para Noligma era divertirse con sus caras de miedo, ella no tenia por que saberlo.
Miro pensativo las formas geométricas del hielo.
-ademas... me a sorprendido ese talento tuyo con el agua... agua en estado solido...
Noligma medito sobre sus conclusiones antes de responder, mientras se acerco y se agacho a su lado
-veras, evaluó a la gente por sus reacciones... unos huyen, otros luchan y huyen, otros luchan y lo harán hasta la muerte... pero nunca vi ninguno que no luchara y estuviera dispuesto a quedarse... muy valiente por tu parte.
Finalmente se quito la capucha, mostrando sus alocados cabellos negros.
-me llamo Yer Noligma... estoy a vuestro servicio, lady...?
El verdadero miedo de una planta es el invierno, donde la primavera no puede crecer, donde la vegetación o sobrevive o muere.
las zarzas se replegaron y retrocedieron ante el hielo.
-bueno... ya he visto suficiente...
las plantas de espinos se apartaron creando un camino para su convocador.
-siento haberos causado molestias, pero debía asegurarme.
Noligma sonrió debajo de su capucha
-bienvenida al bosque encantado esto... señorita?
Noligma noto a la joven poco cooperativa
-ho vamos! ¡solo era una prueba!... ¡¿tu sabes la de gente que viene a este bosque a talar o a robar sus tesoros?! pues mucha... uno debe asegurarse de que la gente es de fiar.
aunque la verdadera razón para Noligma era divertirse con sus caras de miedo, ella no tenia por que saberlo.
Miro pensativo las formas geométricas del hielo.
-ademas... me a sorprendido ese talento tuyo con el agua... agua en estado solido...
Noligma medito sobre sus conclusiones antes de responder, mientras se acerco y se agacho a su lado
-veras, evaluó a la gente por sus reacciones... unos huyen, otros luchan y huyen, otros luchan y lo harán hasta la muerte... pero nunca vi ninguno que no luchara y estuviera dispuesto a quedarse... muy valiente por tu parte.
Finalmente se quito la capucha, mostrando sus alocados cabellos negros.
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Yer Noligma
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Re: El temor de un hombre sabio (?) [Libre]
Las manos de Elsa se convulsionaban en un silencioso temblor, y las apartó sólo para ahogar un pequeño grito de terror al verse rodeada por aquel improvisado muro de amenazadoras estacas que brillaban y crujían al entrar en contacto con la temperatura del ambiente. Curiosamente, ella parecía intacta, y las zarzas que antes habían bloqueado el paso parecían retraerse sobre sí mismas, abriendo un hueco entre ellas para que pasase una persona. Por fin se hallaba cara a cara contra su atacante, y dedujo que se hallaba ante un espécimen masculino, a judgar por su tono de voz, el cual intuyó divertido. ¿Pruebas? Ella no lo aprovaba, pues el amargo sabor de la humillación le escocía en la garganta y le producía un intenso picor en la nuca.
-Habéis intentado matarme-Dijo firmemente, con el ceño fruncido en un gesto agrio como el vinagre-¿Tengo pinta de ladrona?-Hizo un gesto, abarcando su atuendo, confeccionado, desde luego no con intención de que facilitase acciones tales como correr, saltar o resultar sigilosa, sino todo lo contrario. Su rostro denotaba su enfado y la contrariedad que le producían los métodos de su interlocutor, pero su voz la distrajo hacia la razón de su visita a ese bosque. Se agarró las manos y se percató de la desnudez de una de ellas, por lo que se apresuró a cubrirla con el otro guante, el cual aún sujetaba-Hielo-Susurró-No creo que tenga nada de sorprendente-Agregó con tristeza. No lo consideraba un talento, y no quería que nadie lo elogiase como tal. Al notar como se acercaba, intentó retroceder, pero su propio escudo se lo impidió-Tengo motivos para insistir-Se frotó los brazos-Y no era mi intención levantar desconfianzas entre los moradores del bosque y mi persona. He oído… cosas. Y pensé que tal vez aquí hallaría ayuda-Se sentía sorprendida, en parte. Por un momento hubiese esperado encontrarse con un troll, incluso aguardaba la sospecha de que tal vez lo que buscaba eran hadas, o incluso puede que un dragón. Pero lo que tenía delante era, bueno, era un chico, un humano. Como ella, más o menos. Poseía una apariencia peculiar que hizo que Elsa creyese por un momento que era un duende demasiado grande, pero desechó enseguida esa teoría. A fin de cuentas, ella nunca había visto un duende. Su piel se entreveía demasiado pálida y sus ojos tenían un curioso matiz rasgado. No, definitivamente no era como ella, pues su actuación anterior decía muchas cosas sobre el, como por ejemplo que era un brujo-“Pero yo no puedo ser una bruja”-Pensó-“Los hechiceros dañan a la gente, y yo…”-Un pensamiento fugaz la contradijo. Una vez había estado a punto de acabar con una vida… Pero había sido un accidente, ¿Verdad?-Lady Frost-Se apresuró a añadir, no muy convencida-¿Yer Noligma?-Repitió dubitativa, dudando que un mago tuviese un poder semejante-¿Sois vos esa criatura que concede deseos? ¿Por improbables que sean?-Inquirió cambiando de tema, con impaciencia. No creía que su nombre fuese de relevancia, y mucho menos en mitad del bosque.
-Habéis intentado matarme-Dijo firmemente, con el ceño fruncido en un gesto agrio como el vinagre-¿Tengo pinta de ladrona?-Hizo un gesto, abarcando su atuendo, confeccionado, desde luego no con intención de que facilitase acciones tales como correr, saltar o resultar sigilosa, sino todo lo contrario. Su rostro denotaba su enfado y la contrariedad que le producían los métodos de su interlocutor, pero su voz la distrajo hacia la razón de su visita a ese bosque. Se agarró las manos y se percató de la desnudez de una de ellas, por lo que se apresuró a cubrirla con el otro guante, el cual aún sujetaba-Hielo-Susurró-No creo que tenga nada de sorprendente-Agregó con tristeza. No lo consideraba un talento, y no quería que nadie lo elogiase como tal. Al notar como se acercaba, intentó retroceder, pero su propio escudo se lo impidió-Tengo motivos para insistir-Se frotó los brazos-Y no era mi intención levantar desconfianzas entre los moradores del bosque y mi persona. He oído… cosas. Y pensé que tal vez aquí hallaría ayuda-Se sentía sorprendida, en parte. Por un momento hubiese esperado encontrarse con un troll, incluso aguardaba la sospecha de que tal vez lo que buscaba eran hadas, o incluso puede que un dragón. Pero lo que tenía delante era, bueno, era un chico, un humano. Como ella, más o menos. Poseía una apariencia peculiar que hizo que Elsa creyese por un momento que era un duende demasiado grande, pero desechó enseguida esa teoría. A fin de cuentas, ella nunca había visto un duende. Su piel se entreveía demasiado pálida y sus ojos tenían un curioso matiz rasgado. No, definitivamente no era como ella, pues su actuación anterior decía muchas cosas sobre el, como por ejemplo que era un brujo-“Pero yo no puedo ser una bruja”-Pensó-“Los hechiceros dañan a la gente, y yo…”-Un pensamiento fugaz la contradijo. Una vez había estado a punto de acabar con una vida… Pero había sido un accidente, ¿Verdad?-Lady Frost-Se apresuró a añadir, no muy convencida-¿Yer Noligma?-Repitió dubitativa, dudando que un mago tuviese un poder semejante-¿Sois vos esa criatura que concede deseos? ¿Por improbables que sean?-Inquirió cambiando de tema, con impaciencia. No creía que su nombre fuese de relevancia, y mucho menos en mitad del bosque.
Re: El temor de un hombre sabio (?) [Libre]
Noligam sonrió ante su respuesta
-no has oído hablar de mi... si claro que concedo deseos, muchos mas que el dios al que adores... y si, puedo cumplirlos, por muy oscuros que sean...
Noligma movió su mano derecha como si tocara un piano, pero simplemente estaba calentando la muñeca y flexionando dedos.
-¿lady frost?... un nombre... frio, calculador... austero y simple... te pega, aunque no haga alucion a su belleza.
Noligma entonces pensó en hacer hacer una pequeña discriminación, para que no pensase que la considerara mejor por su estatus.
-por supuesto, no transmite sabiduría, lo cual es bueno, por que os falta...
-no has oído hablar de mi... si claro que concedo deseos, muchos mas que el dios al que adores... y si, puedo cumplirlos, por muy oscuros que sean...
Noligma movió su mano derecha como si tocara un piano, pero simplemente estaba calentando la muñeca y flexionando dedos.
-¿lady frost?... un nombre... frio, calculador... austero y simple... te pega, aunque no haga alucion a su belleza.
Noligma entonces pensó en hacer hacer una pequeña discriminación, para que no pensase que la considerara mejor por su estatus.
-por supuesto, no transmite sabiduría, lo cual es bueno, por que os falta...
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Re: El temor de un hombre sabio (?) [Libre]
Aquello suponía un alivio, en cierto modo, a pesar de que seguía albergando sus dudas. No era la primera vez que se encontraba ante un tunante, y la gente siempre parecía dispuesta a aprovecharse de las desdichas ajenas. Adivinas, remedios milagrosos… Todo era mentira, ella lo sabía. Pero esta vez tenía la certeza de que su interlocutor no era un simple prestidigitador que buscaba aterrorizar a los incautos que se adentrasen en el bosque, era algo más y tenía miedo de averiguar hasta que punto sus poderes tenían alcance sobre sus víctimas. Decidió que la desconfianza más cerrada no iba a ayudarla en absoluto, pues no tenía sentido pedirle ayuda a alguien en quien no tenía la más mínima esperanza. A fin de cuentas, los brujos eran criaturas esquivas, peligrosas y convenía no hacerlas enfadar. Tomó aire y lo soltó con deliberada lentitud, cavilando sobre cual sería su próximo movimiento. Como monarca de un pequeño reino, Elsa sabía que en las negociaciones no se podía demostrar demasiada debilidad si no era para tender una trampa al adversario, y aunque sabía que ya había dicho demasiado sobre sí misma, aún confiaba en poder conseguir obtener una posición de igual con aquel misterioso Noligma, y no parecer la niñita cobarde que minutos antes había temido por su propia vida. “No sientas” Se dijo. No le gustaban los aduladores, y empezaba a ponerse nerviosa de nuevo.
-Sin duda-Replicó Elsa, sintiéndose insultada, pero dotando a su voz de helada serenidad. No le quitaría razón, pero tampoco pensaba dársela del todo. Neutralidad ante todo-¿Tal vez estáis insinuando que si fuese sabia no habría acudido a vos?-Inquirió, clavándole sus ojos azules.
-Sin duda-Replicó Elsa, sintiéndose insultada, pero dotando a su voz de helada serenidad. No le quitaría razón, pero tampoco pensaba dársela del todo. Neutralidad ante todo-¿Tal vez estáis insinuando que si fuese sabia no habría acudido a vos?-Inquirió, clavándole sus ojos azules.
Re: El temor de un hombre sabio (?) [Libre]
Noligma aun sonriente alzo la mano como señalando el cielo o mejor dicho la densa fronda de arboles que lo tapaba.Y cambio de tema bruscamente y sin motivo.
-los arboles crecen y viven en armonía... eso es lo que dicen los ilusos poetas... los que viven en los bosques sin ver la verdadera naturaleza de los seres a los que adoran...
Greed el cuerbo aleteo desde la rama hasta el hombro de Noligma, este lo miro sonriendo mientras sacaba una bolsa de maíz y de dejaba picotear.
Mientras hablaba como para si, por lo que era difícil decir que fuera parte de la conversación solo señalo los arboles como las ramas bloqueaban cualquier paso de la luz.
-acaso compartan la luz para las plantas que se hayan bajo ellos? no... intentan atrapar toda la luz que pueden hasta casi tapar el cielo... la verdadera naturaleza de los seres vivos es acapararlo todo...
Noligma entonces volvió la vista hacia ella como esperando, evaluando.
El cuerbo dejo el maíz y se volvió para mirarla también
-decidme... lady Frost... ¿sabríais decirme, cual es el temor de un hombre sabio?
-los arboles crecen y viven en armonía... eso es lo que dicen los ilusos poetas... los que viven en los bosques sin ver la verdadera naturaleza de los seres a los que adoran...
Greed el cuerbo aleteo desde la rama hasta el hombro de Noligma, este lo miro sonriendo mientras sacaba una bolsa de maíz y de dejaba picotear.
Mientras hablaba como para si, por lo que era difícil decir que fuera parte de la conversación solo señalo los arboles como las ramas bloqueaban cualquier paso de la luz.
-acaso compartan la luz para las plantas que se hayan bajo ellos? no... intentan atrapar toda la luz que pueden hasta casi tapar el cielo... la verdadera naturaleza de los seres vivos es acapararlo todo...
Noligma entonces volvió la vista hacia ella como esperando, evaluando.
El cuerbo dejo el maíz y se volvió para mirarla también
-decidme... lady Frost... ¿sabríais decirme, cual es el temor de un hombre sabio?
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Re: El temor de un hombre sabio (?) [Libre]
Elsa apretó los labios, poco conforme con que Noligma eludiese su pregunta y comenzase a filosofar como un maestro que intenta enseñar a un niño de mente obtusa a través de ejemplos y metáforas. Ella, desde luego, no tenía tiempo para adivinanzas de ningún tipo, pues sentía que era una perdida de tiempo inútil, ¿De verdad era necesario todo aquel paripé? Se consideraba una mujer paciente, pero todo tenía un límite. Cuestionaba que el viaje hubiese merecido la pena: había perdido su medio de trasporte, se había visto obligada a revelar su naturaleza, y ahora parecía que seguiría perdiendo el tiempo.
“Tal vez ha mentido y no es capaz de hacer nada, y pretende distraerme de alguna forma” El causante del graznido voló hasta posarse sobre el hombro del pintoresco mago, haciéndolo parecer una extraña caricatura del dios Odín, claro que más joven y menos tuerto… “¿A qué viene todo esto?” Quiso decir en voz alta, visiblemente contrariada, pero calló. Elsa no estaba para nada dispuesta ni acostumbrada a ceder ante los demás, pero no tenía muchas alternativas. Tal vez si lo complacía la dejase en paz y le proporcionase lo que ella quería. Así podría volver a Arendelle y hacer como si no hubiese sucedido nada en absoluto. Sí, esa era la mejor opción sin duda alguna, aunque aún tenía el problema de cómo volvería, pero se preocuparía por ello más tarde. Su mente se puso a trabajar rápidamente, mientras se masajeaba con los dedos enguantados la barbilla, pensativa. ¿Cuál era el temor de un hombre sabio? Había varias alternativas a tener en cuenta, pero posiblemente Noligma sólo aceptaría una como válida, de lo contrario el acertijo carecería de complejidad. Caviló, la muerte estaba descartada, pues era algo intrínseco en la propia vida; ¿La ignorancia? Imposible, pues todo hombre sabio debía saber que el pleno conocimiento estaba vetado a todo mortal; ¿Entonces? El fracaso no debía hallarse entre aquellas alternativas, y ella no quería pensar en eso. Recordó entonces, como por un resorte, algo en lo que hubiese preferido evitar pensar de nuevo, la muerte de sus padres… “¿Una tormenta en el mar?” Sacudió un poco la cabeza, y miró a su alrededor, buscando una pista cercana. Igual había alguna pista en lo dicho por el brujo, pero dudaba que un arbol pudiese causar pavor a un erudito, por muy alto y frondoso que fuese. La oscuridad imperaba casi por completo en aquella zona, y volvió a percatarse de que la fronda impedía el paso de la luz de la luna por entre sus ramas. “¿Una noche sin luna?”. ¡Bobadas!
Bajó los hombros y miró fijamente sus guantes. Después miró con suspicacia al mago.
-No lo sé-Reconoció al fin.
“Tal vez ha mentido y no es capaz de hacer nada, y pretende distraerme de alguna forma” El causante del graznido voló hasta posarse sobre el hombro del pintoresco mago, haciéndolo parecer una extraña caricatura del dios Odín, claro que más joven y menos tuerto… “¿A qué viene todo esto?” Quiso decir en voz alta, visiblemente contrariada, pero calló. Elsa no estaba para nada dispuesta ni acostumbrada a ceder ante los demás, pero no tenía muchas alternativas. Tal vez si lo complacía la dejase en paz y le proporcionase lo que ella quería. Así podría volver a Arendelle y hacer como si no hubiese sucedido nada en absoluto. Sí, esa era la mejor opción sin duda alguna, aunque aún tenía el problema de cómo volvería, pero se preocuparía por ello más tarde. Su mente se puso a trabajar rápidamente, mientras se masajeaba con los dedos enguantados la barbilla, pensativa. ¿Cuál era el temor de un hombre sabio? Había varias alternativas a tener en cuenta, pero posiblemente Noligma sólo aceptaría una como válida, de lo contrario el acertijo carecería de complejidad. Caviló, la muerte estaba descartada, pues era algo intrínseco en la propia vida; ¿La ignorancia? Imposible, pues todo hombre sabio debía saber que el pleno conocimiento estaba vetado a todo mortal; ¿Entonces? El fracaso no debía hallarse entre aquellas alternativas, y ella no quería pensar en eso. Recordó entonces, como por un resorte, algo en lo que hubiese preferido evitar pensar de nuevo, la muerte de sus padres… “¿Una tormenta en el mar?” Sacudió un poco la cabeza, y miró a su alrededor, buscando una pista cercana. Igual había alguna pista en lo dicho por el brujo, pero dudaba que un arbol pudiese causar pavor a un erudito, por muy alto y frondoso que fuese. La oscuridad imperaba casi por completo en aquella zona, y volvió a percatarse de que la fronda impedía el paso de la luz de la luna por entre sus ramas. “¿Una noche sin luna?”. ¡Bobadas!
Bajó los hombros y miró fijamente sus guantes. Después miró con suspicacia al mago.
-No lo sé-Reconoció al fin.
Re: El temor de un hombre sabio (?) [Libre]
Noligma sonrio muy alegre, como si hubiera encontrado un diamante en bruto
-valla... esto es increíble... nadie suele acertar mis acertijos.... pero tu lo has conseguido
Noligma giro a su alrededor mirándola como si hubiera algo que no hubiera visto hasta ahora
-Los hombres sabios temen la ira de un hombre justo...
Noligma corto el aire como si esa fuera la respuesta pero entonces añadió
-y la del hombre amable, y la del panadero, viajar con tormenta por tierra o mar, pero sobretodo viajar de noche sin luna... y muchas mas cosas que temen... ¡¿que nos dice todo eso?!
Noligma se detuvo y acerco el rostro con su ultima pregunta, invadiendo el espacio personal de la joven.
-los sabios... temen lo que no conocen... lo que no saben... "no lo se" es la verdadera respuesta.. por que ¿si no lo sabe un sabio como vas a saberlo tu?...
Noligma se distancio viendo que ella estaba algo nerviosa aun.
-lo que teme un sabio es la sabiduría... una buena contradicción ¿no crees? por que temen conocer la verdad de las cosas, por que esa verdad a menudo les hace daño... les enloquece... sobretodo si no pueden aceptarla.
Noligma entonces la señalo
-tu no eres sabia... tu no te encierras en los muros sin ver el mundo... tu no atesoras la información y te cierras en tu jaula de libros diciendo ser un "sabio" solo teniendo la piel de la fruta de la sabiduría... ¡tu viniste hasta aquí y no retrocediste ante la adversidad... eres mejor que un sabio. .
Noligma chasqueo los dedos y un trono de madera negra apareció a su espalda. donde el cuervo bajo al reposa brazos mientras el se sentó de forma señorial y desdeño igual que antes, para que no se lo tuviera tan creído.
Habría sido muy señorial si no fuera por el cachorro de lobo que apareció a morderle las botas juguetón, Wrath como los cachorros a su edad le gustaba romper cosas con sus dientes.
-pero no es así verdad? no tienes pinta de correr aventuras, en el fondo...si tienes algo de sabio, te encierras en ti misma.... por que aunque te encierres en tu castillo, los verdaderos muros están aquí.
Noligma se señalo la cabeza y su rostro se ensombreció y cierta amargura se traslució.
-lo se... yo hace algún tiempo era como tu...
Noligma agito la cabeza y volvió a colocarse majestuosamente.
-y... ¿que asunto os ha traído?... ¿que deseo os a sacado de vuestra jaula pajarito?
... que asunto os ha traído hasta Yer Noligma...
-valla... esto es increíble... nadie suele acertar mis acertijos.... pero tu lo has conseguido
Noligma giro a su alrededor mirándola como si hubiera algo que no hubiera visto hasta ahora
-Los hombres sabios temen la ira de un hombre justo...
Noligma corto el aire como si esa fuera la respuesta pero entonces añadió
-y la del hombre amable, y la del panadero, viajar con tormenta por tierra o mar, pero sobretodo viajar de noche sin luna... y muchas mas cosas que temen... ¡¿que nos dice todo eso?!
Noligma se detuvo y acerco el rostro con su ultima pregunta, invadiendo el espacio personal de la joven.
-los sabios... temen lo que no conocen... lo que no saben... "no lo se" es la verdadera respuesta.. por que ¿si no lo sabe un sabio como vas a saberlo tu?...
Noligma se distancio viendo que ella estaba algo nerviosa aun.
-lo que teme un sabio es la sabiduría... una buena contradicción ¿no crees? por que temen conocer la verdad de las cosas, por que esa verdad a menudo les hace daño... les enloquece... sobretodo si no pueden aceptarla.
Noligma entonces la señalo
-tu no eres sabia... tu no te encierras en los muros sin ver el mundo... tu no atesoras la información y te cierras en tu jaula de libros diciendo ser un "sabio" solo teniendo la piel de la fruta de la sabiduría... ¡tu viniste hasta aquí y no retrocediste ante la adversidad... eres mejor que un sabio. .
Noligma chasqueo los dedos y un trono de madera negra apareció a su espalda. donde el cuervo bajo al reposa brazos mientras el se sentó de forma señorial y desdeño igual que antes, para que no se lo tuviera tan creído.
Habría sido muy señorial si no fuera por el cachorro de lobo que apareció a morderle las botas juguetón, Wrath como los cachorros a su edad le gustaba romper cosas con sus dientes.
-pero no es así verdad? no tienes pinta de correr aventuras, en el fondo...si tienes algo de sabio, te encierras en ti misma.... por que aunque te encierres en tu castillo, los verdaderos muros están aquí.
Noligma se señalo la cabeza y su rostro se ensombreció y cierta amargura se traslució.
-lo se... yo hace algún tiempo era como tu...
Noligma agito la cabeza y volvió a colocarse majestuosamente.
-y... ¿que asunto os ha traído?... ¿que deseo os a sacado de vuestra jaula pajarito?
... que asunto os ha traído hasta Yer Noligma...
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Yer Noligma
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Re: El temor de un hombre sabio (?) [Libre]
Elsa permaneció neutral, ejercitando sus fuerzas para no revelar ninguna emoción que delatase lo que sentía. "La ira de un hombre justo" Repitió para sí misma, sopesando aquellas palabras, pero luego fue consciente del nuevo despliegue de información vertida por el hechicero, como si recitase una tediosa y aburrida lista. Siguió escuchandole en silencio. Ciertamente tenía sentido, ¿Pero acaso el miedo no era otra forma de ignorancia? Le gente temía lo que no conocía, lo que podía hacerle daño... Era una contradicción, a decir verdad, tal y como él había afirmado. Ella se temía a sí misma, algo que también carecía de lógica alguna. ¿De verdad aquel viaje tenía algún sentido ahora? "¿Es esto lo que quiero?".
Pero el diálogo la atrajo de nuevo, y sintió un mazazo de culpabilidad en pleno estómago. Parecía estar describiendo todo lo contrario a lo que Elsa era, una cobarde que se escondía en la seguridad de un palacio, aislada de todo y de todos. Se sentía tan abatida y culpable que permaneció un poco impasible al despliegue de talento de Noligma a la hora de hacer aparecer un imponente trono, bajando de nuevo la mirada hacia sus manos. Ya casi no tenía miedo de morir esa noche. "¿Qué es lo que soy?" Pensó con tristeza, "¿Qué es lo que pretendo ser?" Nunca podría ser una reina amada por su pueblo, pues el destino se lo había negado. Pero tampoco deseaba ese cargo, impuesto por una serie de fatales eventos. El pequeño lobezno que se mostró ante sus ojos parecía indicar que tampoco podría tener ninguna mascota a la que mimar, ni nadie con quien compartir su soledad. Estaba condenada a ser una figura avinagrada y fría.
Temió que hubiese subestimado al brujo y que este pudiese ver a través de ella. Eso no le gustó, y se apretó más los hombros como si eso sirviese para que sus emociones no se reflejasen en su lenguaje corporal.
-¿Pretendeís mofaros de mi?-Inquirió a la defensiva. Los brujos nacían con aquella condición, pero ella seguía empecinada en no ser una de ellos-No vivo en ninguna jaula-Replicó aún molesta, apretando los puños, dándose la vuelta de forma violenta, zanjando así la conversación-Nadie ...-Calló y se volvió de nuevo, dejando que la capa se arremolinase en torno a su falda-Mi deseo-Susurró en voz baja. Cerró los ojos y suspiró hondamente, de repente demasiado cansada-Es cierto. Tengo una petición, no he venido desde tan lejos para charlar sobre el sentido de la vida. Brujo Noligma, ¿Podéis curarme?-Las palabras salieron con pesar de sus labios, como si le costase trabajo pronunciar la última. Había perdido la convicción sobre ello durante parte de la conversación, pero aún así seguía aferrándose a la primera intención pese a la punzada de remordimiento, convenciéndose de que era eso lo que realmente quería.
Pero el diálogo la atrajo de nuevo, y sintió un mazazo de culpabilidad en pleno estómago. Parecía estar describiendo todo lo contrario a lo que Elsa era, una cobarde que se escondía en la seguridad de un palacio, aislada de todo y de todos. Se sentía tan abatida y culpable que permaneció un poco impasible al despliegue de talento de Noligma a la hora de hacer aparecer un imponente trono, bajando de nuevo la mirada hacia sus manos. Ya casi no tenía miedo de morir esa noche. "¿Qué es lo que soy?" Pensó con tristeza, "¿Qué es lo que pretendo ser?" Nunca podría ser una reina amada por su pueblo, pues el destino se lo había negado. Pero tampoco deseaba ese cargo, impuesto por una serie de fatales eventos. El pequeño lobezno que se mostró ante sus ojos parecía indicar que tampoco podría tener ninguna mascota a la que mimar, ni nadie con quien compartir su soledad. Estaba condenada a ser una figura avinagrada y fría.
Temió que hubiese subestimado al brujo y que este pudiese ver a través de ella. Eso no le gustó, y se apretó más los hombros como si eso sirviese para que sus emociones no se reflejasen en su lenguaje corporal.
-¿Pretendeís mofaros de mi?-Inquirió a la defensiva. Los brujos nacían con aquella condición, pero ella seguía empecinada en no ser una de ellos-No vivo en ninguna jaula-Replicó aún molesta, apretando los puños, dándose la vuelta de forma violenta, zanjando así la conversación-Nadie ...-Calló y se volvió de nuevo, dejando que la capa se arremolinase en torno a su falda-Mi deseo-Susurró en voz baja. Cerró los ojos y suspiró hondamente, de repente demasiado cansada-Es cierto. Tengo una petición, no he venido desde tan lejos para charlar sobre el sentido de la vida. Brujo Noligma, ¿Podéis curarme?-Las palabras salieron con pesar de sus labios, como si le costase trabajo pronunciar la última. Había perdido la convicción sobre ello durante parte de la conversación, pero aún así seguía aferrándose a la primera intención pese a la punzada de remordimiento, convenciéndose de que era eso lo que realmente quería.
Re: El temor de un hombre sabio (?) [Libre]
Noligma suspiro y su mirada parecio cansada
-No puedo creer que haya llegado ese momento
El brujo miro buscando algun punto inspirativo como antes con los arboles, pero aparte de la vegetacion solo estaba la niebla que habia convocado.
El hechicero se levanto de la silla sin mirar a sus mascotas que lo miraban raro.
-Sabes una cosa... muchos brujos se quejan de que los humanos los discriminan por ser distintos... cuando ellos mismos juzgan a los que son distintos a ellos de la misma forma... yo soy uno de esos pocos, nadie lo sabe... pero de todas formas soy un paria.
Noligma se volvio hacia ella
-Sabes que hizo mi madre en vez de apollarme?... me hizo vivir una vida de brujo normal mediocre... para ocultar lo que era, aunque me volviera loco al final.
Noligma sonrio amargamente mirando la niebla
-Al final comprendi, en mi locura, que no podia fingir mas ser lo que ella queria... tenia que ser yo mismo... pero no me encuentro.
"Sera que ya no queda mas de mi que lo que hizo mi madre? Un muñeco que simula lo que ella quiere?
-Tu... tienes tu problema... pero voy a hacer algo que nunca he hecho. Advertirte... la magia es traicionera a veces, deseas algo pero debes pagar algo por ello... no bastaria con quitarte el poder... la magia no funciona asi.
Noligma se hacerco a ella
-Y encima mis contratos son a prueba de morosos... saldrias perdiendo.
El mago parecia nervioso se notaba que no hacia eso a menudo
-Ademas... puede que lo mejor sea algo que no as intentado... se tu misma... antes de que te pierdas como yo.
-No puedo creer que haya llegado ese momento
El brujo miro buscando algun punto inspirativo como antes con los arboles, pero aparte de la vegetacion solo estaba la niebla que habia convocado.
El hechicero se levanto de la silla sin mirar a sus mascotas que lo miraban raro.
-Sabes una cosa... muchos brujos se quejan de que los humanos los discriminan por ser distintos... cuando ellos mismos juzgan a los que son distintos a ellos de la misma forma... yo soy uno de esos pocos, nadie lo sabe... pero de todas formas soy un paria.
Noligma se volvio hacia ella
-Sabes que hizo mi madre en vez de apollarme?... me hizo vivir una vida de brujo normal mediocre... para ocultar lo que era, aunque me volviera loco al final.
Noligma sonrio amargamente mirando la niebla
-Al final comprendi, en mi locura, que no podia fingir mas ser lo que ella queria... tenia que ser yo mismo... pero no me encuentro.
"Sera que ya no queda mas de mi que lo que hizo mi madre? Un muñeco que simula lo que ella quiere?
-Tu... tienes tu problema... pero voy a hacer algo que nunca he hecho. Advertirte... la magia es traicionera a veces, deseas algo pero debes pagar algo por ello... no bastaria con quitarte el poder... la magia no funciona asi.
Noligma se hacerco a ella
-Y encima mis contratos son a prueba de morosos... saldrias perdiendo.
El mago parecia nervioso se notaba que no hacia eso a menudo
-Ademas... puede que lo mejor sea algo que no as intentado... se tu misma... antes de que te pierdas como yo.
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Re: El temor de un hombre sabio (?) [Libre]
Aunque sentía cierta empatía hacia las afirmaciones del brujo, a la chica le costaba creerle. Parecía demasiado seguro de sí mismo, sin complejo alguno a la hora de desplegar su magia, sin miedos sobre las repercusiones, ¿Cómo podría albergar aquella opinión tan nefasta? Parecía increíble, y de hecho, Elsa aún tenía sus reticencias al respecto, ¿Por qué se lo contaba exactamente? Sentía que de ser cierta, aquella información era demasiado personal y confidencial para ser compartida de buenas a primeras. La conversación había llegado a un punto incómodo, y ella dedujo que era así para ambos, sobre todo cuando sacó a colación el tema de su paternidad. Elsa se llevó las manos al pecho y cerró los ojos, recordando fugazmente cómo habían reaccionado sus padres cuando descubrieron las cosas que podía hacer: Miedo. Si bien al principio Elsa no había considerado sus poderes algo anormal, lo que antes era un juego ahora era peligroso como un arma de doble filo, y no debía salir a la luz bajo ninguna circunstancia. ¿Eran sus padres los culpables de su actual forma de ser? Su temor había minado su voluntad hasta quebrarla completamente. La habían obligado a aislarse, a esconderse, a no tener apenas contacto con nadie... Elsa también había contribuido a ello, pero ahora sentía que era más producto del pavor inculcado que de otra cosa. "Sólo querían protegerme" Pensó, "No querían que nadie me rechazase por lo que soy. Que nadie me hiriese por ser diferente". En el fondo, sabía que sus padres le habían tenido miedo, y que en cierto modo, la habían rechazado aunque no hubiese sido de forma explicita. Sentía que nunca había podido dar rienda suelta a su auténtica forma de ser, y que poco a poco se ahogaba en su existencia, falsa e irreal. Tampoco había recibido apoyo ni comprensión por ser distinta, sólo una barrera que los separase sin piedad y la aislase más del mundo.
-Lo lamento-Articuló torpemente sin saber que decir para mejorar el silencio, y no supo si era por él o por ella misma. A fin de cuenta, el egoísmo era un rasgo característico de su casta-Un momento-Lo interrumpió-No me has dejado explicarte-Dejó de lado la ridícula cortesía de palacio, para empezar a tutearle como él llevaba haciendo casi desde el principio. No podía ser igual, de ninguna manera, ¿Qué podía haber de natural en tener un poder tan horrible? Aquello era una maldición en toda regla, debía serlo-Tiene que haber alguna forma...-Protestó de forma lastimera-Pagaré lo que sea necesario-Aseguró con determinación y firmeza, agarrándose a la posibilidad como a un clavo ardiendo del que dependiese su integridad- No voy a dejar un contrato si desconozco cual es el pago si quiera. No falto a mi palabra. Podré hacerle frente...¿Que deseas, oro? ¿Cuanto quieres?-Y si no podía, haría lo posible por intentarlo... ¿Porque lo haría, no? Había mucho en juego, pero sentía que cada palabra que salía de su boca conllevaba una nota amarga de arrepentimiento por haberla pronunciado, pero no quería que se entreviese. No quería que su cobardía saliese a la luz-Sólo deseo ser como el resto-Arguyó, notando un nudo en la garganta y un pesar en sobre los hombros, más grande que el que llevaba arrastrando todos aquellos años. "Vulgar, mezquina, como los demás" Ignoraba aquella faceta indecisa suya, y en el fondo deseaba seguir su consejo y largarse, buscar una nueva oportunidad fuera de los muros del palacio. Pero no se sentía capaz de dar semejante paso.
-Lo lamento-Articuló torpemente sin saber que decir para mejorar el silencio, y no supo si era por él o por ella misma. A fin de cuenta, el egoísmo era un rasgo característico de su casta-Un momento-Lo interrumpió-No me has dejado explicarte-Dejó de lado la ridícula cortesía de palacio, para empezar a tutearle como él llevaba haciendo casi desde el principio. No podía ser igual, de ninguna manera, ¿Qué podía haber de natural en tener un poder tan horrible? Aquello era una maldición en toda regla, debía serlo-Tiene que haber alguna forma...-Protestó de forma lastimera-Pagaré lo que sea necesario-Aseguró con determinación y firmeza, agarrándose a la posibilidad como a un clavo ardiendo del que dependiese su integridad- No voy a dejar un contrato si desconozco cual es el pago si quiera. No falto a mi palabra. Podré hacerle frente...¿Que deseas, oro? ¿Cuanto quieres?-Y si no podía, haría lo posible por intentarlo... ¿Porque lo haría, no? Había mucho en juego, pero sentía que cada palabra que salía de su boca conllevaba una nota amarga de arrepentimiento por haberla pronunciado, pero no quería que se entreviese. No quería que su cobardía saliese a la luz-Sólo deseo ser como el resto-Arguyó, notando un nudo en la garganta y un pesar en sobre los hombros, más grande que el que llevaba arrastrando todos aquellos años. "Vulgar, mezquina, como los demás" Ignoraba aquella faceta indecisa suya, y en el fondo deseaba seguir su consejo y largarse, buscar una nueva oportunidad fuera de los muros del palacio. Pero no se sentía capaz de dar semejante paso.
Re: El temor de un hombre sabio (?) [Libre]
Noligma se volvió extrañamente sombrío su mirada ya no tenia ni curiosidad ni siquiera esa mirada que tienen los hombres con las mujeres, era casi una mirada odiosa, con ira y un odio muy profundo.
-me recuerdas en cierto modo a mi... por eso te daré una oportunidad... pero no sera nada gentil.
Noligma alargo la mano y apareció un cetro en ella, un cetro con pintas de serpiente enroscado en un gran rubí, con ojos de el mismo material.
el brujo lo alzo y lo clavo en el suelo, y al hacerlo una honda oscura los atreveso y los rodeo como si vivieran en un sombrío lugar.
como si ahora estuvieran en un lugar igual al que estaban pero totalmente distinto.
El paisaje era igual pero todo estaba muerto, el suelo no tenia hierba sino ceniza y esqueletos calcinados, los troncos de los arboles eran troncos secos y huecos sin frondas sus ramas eran como manos esqueléticas que intentaban huir de su marchitamiento y no lo lograron.
-La magia no funciona con oro... funciona con un pacto equivalente... tu consigues tu normalidad pero pierdes algo importante a cambio.
Noligma se acerco amenazante, siniestro con esa mirada odiosa.
-puede ser tu reino... pero no, a ti no te importan nada en el fondo, no los conoces...
Noligma finalmente se detuvo ante ella y supo su mano en su barbilla para obligarla a mirarle a los ojos
-pero para eso debería pedir tu mano en matrimonio... ¿es eso lo que deseas?
Noligma estaba siendo condescendiente a propósito, pus quería que ella se echara atrás por voluntad propia, era la primera vez que no quería hacer un contrato, pues ella era como el, si ella no podía aceptarse a si misma ¿como podría hacerlo el que estaba peor que ella?
de todas formas si aceptaba el contrato Noligma saldría ganando y ella perdiendo, seria normal, sin poder, pero casándose con Noligma perdería esa liberta que ansiaba, seria normal para perpetuar su soledad.
Noligma ganaría un derecho sobre el reino de la joven y ademas el poder sobre un elemento que jamas había podido controlar.
pasara lo que pasara Noligma Ganaria... el problema es que Noligma no queria ganar esta batalla.
-pero dime... ¡¿por que quieres ser normal?! es aburrido tedioso, y nadie te quiere por ser normal! ¡podrías encantarlos a todos haciendo estatuas de hielo ... patinando en lagos helados... ¡o yo que se! ¡tu al menos tienes el poder de crear algo!
El poder de Noligma solo podía destruir... nunca podría crear algo como ella hacia con el hielo... eso le hizo anhelar con mas fuerza que ella aceptase el contrato.
-me recuerdas en cierto modo a mi... por eso te daré una oportunidad... pero no sera nada gentil.
Noligma alargo la mano y apareció un cetro en ella, un cetro con pintas de serpiente enroscado en un gran rubí, con ojos de el mismo material.
el brujo lo alzo y lo clavo en el suelo, y al hacerlo una honda oscura los atreveso y los rodeo como si vivieran en un sombrío lugar.
como si ahora estuvieran en un lugar igual al que estaban pero totalmente distinto.
El paisaje era igual pero todo estaba muerto, el suelo no tenia hierba sino ceniza y esqueletos calcinados, los troncos de los arboles eran troncos secos y huecos sin frondas sus ramas eran como manos esqueléticas que intentaban huir de su marchitamiento y no lo lograron.
-La magia no funciona con oro... funciona con un pacto equivalente... tu consigues tu normalidad pero pierdes algo importante a cambio.
Noligma se acerco amenazante, siniestro con esa mirada odiosa.
-puede ser tu reino... pero no, a ti no te importan nada en el fondo, no los conoces...
Noligma finalmente se detuvo ante ella y supo su mano en su barbilla para obligarla a mirarle a los ojos
-pero para eso debería pedir tu mano en matrimonio... ¿es eso lo que deseas?
Noligma estaba siendo condescendiente a propósito, pus quería que ella se echara atrás por voluntad propia, era la primera vez que no quería hacer un contrato, pues ella era como el, si ella no podía aceptarse a si misma ¿como podría hacerlo el que estaba peor que ella?
de todas formas si aceptaba el contrato Noligma saldría ganando y ella perdiendo, seria normal, sin poder, pero casándose con Noligma perdería esa liberta que ansiaba, seria normal para perpetuar su soledad.
Noligma ganaría un derecho sobre el reino de la joven y ademas el poder sobre un elemento que jamas había podido controlar.
pasara lo que pasara Noligma Ganaria... el problema es que Noligma no queria ganar esta batalla.
-pero dime... ¡¿por que quieres ser normal?! es aburrido tedioso, y nadie te quiere por ser normal! ¡podrías encantarlos a todos haciendo estatuas de hielo ... patinando en lagos helados... ¡o yo que se! ¡tu al menos tienes el poder de crear algo!
El poder de Noligma solo podía destruir... nunca podría crear algo como ella hacia con el hielo... eso le hizo anhelar con mas fuerza que ella aceptase el contrato.
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Yer Noligma
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Re: El temor de un hombre sabio (?) [Libre]
Aguardó con paciencia, como había hecho siempre. Las prisas no eran buenas, y ya había ido con demasiada prisa para arruinarlo todo por los nervios. Arrugó el ceño al ver aparecer el cayado, con el pedrusco del color de la sangre, y notó como se le erizaba el vello de la nuca, con un cosquilleo incómodo en la boca del estómago. No estaba preparada, y posiblemente nunca lo estaría. Le entró el pánico propio de una niña antes de ir a visitar al doctor, y casi creyó sentir el amargo sabor de la medicina en su paladar. El terreno se volvió inhóspito, sacado de un sueño terrible. De hecho, Elsa ya no estaba segura de si lo que estaba viviendo era real o simplemente producto de alguna alucinación, o simplemente sufría una pesadilla mientras dormitaba en la placidez de su cama adoselada. Curiosamente ese pensamiento mitigó su nerviosismo pero no su miedo.
-¿Dar algo a cambio?-Repitió, tragando saliva. No le gustaba el cariz de aquel asunto, pues las dudas volvían a cobrar más fuerza-¿No es suficiente con mi poder?¿O con el oro?-Preguntó, con cierto tono de indignación. Tal vez lo había subestimado, y su talento gélido no valía tanto como ella creía. Aquello, muy en el fondo, le dolió-¿Mi reino? No es un objeto, no puede cambiar de mano tan fácilmente...-¿Arendelle?-¿Qué te hace pensar que no tengo en estima a mi hogar?-Espetó molesta, irritada. Frunció el ceño, demostrando su desacuerdo y enfado por tal suposición-Sí me importa-Atajó-De lo contrario no haría esto. No sacrificaría una parte de mi por ellos, para ser una mejor reina. Una monarca normal-Finalizó tajante, dando a entender su punto de vista. En parte era por ello, no lo negaría, pero también era por sí misma. Por su normalidad, por ser como Anna, despreocupada, jovial y optimista. Elsa se zafó de sus dedos con incomodidad, como si le hubiese dado una descarga, moviendo violentamente su cabeza, y dio un paso hacia un lado para dejar libre de nuevo su espacio vital, sin intrusos que la perturbasen-¿Mi mano? No, eso es imposible-Elsa sintió un escalofrío extraño, como si hubiese tenido aquella conversación antes, pero estaba segura de que no había tratado con nadie el tema de sus nupcias. Arendelle no necesitaba un rey al frente, le bastaba con una reina capaz y eso era lo que ella pretendía ser-Espera, ¿Qué? No. Imposible-Repitió con decisión. Apretó los dedos y dejó caer sus hombros hacia atrás, adoptando una mueca desencajada como si le acabase de decir que su piel se había vuelto verde y le habían salido garras- Eso es extralimitarse y está fuera de discusión... No te conozco de nada y no puedo hacer eso. No voy a condenar a mi reino a la incertidumbre, porque no me pertenece. Es responsabilidad mía, pero pertenece por derecho a mis antepasados, y por extensión, a mi familia-Antes prefería verlo en manos de su hermana menor que entregárselo a un extraño. Porque tal vez Anna sería una buena reina, una más cercana a sus habitantes, más querida y adorada. Una gobernante ejemplar para ellos, y no otra que se escondiese de ellos como si tuviese una enfermedad incurable. Elsa posiblemente jamás fuese así, sería la fría tirana que se sentaba en el trono-¿No hay otra forma?-Ojalá no la hubiese, así podría declinar la oferta sin necesidad de sentirse culpable más tarde. La chica soltó un bufido irónico, por primera vez en toda la noche, desesperanzada-¿Crear?-Se arrebató de un tirón los guantes, dejando la piel de sus manos libre al contacto con la bruma-Podría hacerles daño accidentalmente. Me temerán como si fuese un demonio. Me odiarán y dirán que devoro niños las noches de luna nueva. Jamás podré ser tal y como soy. Tengo que esconderme, y preferiría no tener que hacerlo- Aquella respuesta debía bastar. Colocó su mano derecha a la altura de su pecho y dejó que de ella brotase una pequeña espiral helada de la cual cayeron un par de estrellas nevadas. Tal vez tenía razón, pero el mundo no entendía eso. Sonrió de forma inconsciente con añoranza, y cerró los ojos. Ojalá no tuviese que hacerlo, desearía que todo volviese a ser pueril y despreocupado como cuando tenía seis años...-Aquellos tiempos no van a volver-Dijo en voz alta, para sí misma-No es fácil. Nunca lo ha sido-Dijo bajando la mirada-Mi vida es una mentira, vivo sometida a las apariencias desde que tengo uso de razón. Sé siempre una buena chica, no dejes que sepan de ti-Repitió con desgana las palabras de su padre-Siento que si mi poder desaparece, estaré perdiendo una parte muy importante. Como si me arrancasen el corazón y me obligasen a contemplarlo mientras mi vida se apaga-Sería una cáscara vacía e inútil, ¿Acaso no sería peor? Juntó las cejas y apretó los dientes. Había dicho demasiado, las palabras brotaban de su garganta casi en un torrente, junto con su frustración. Auto-mutilarse por sus seres queridos, ¿Realmente merecía la pena? ¿Verían acaso su esfuerzo? Lo dudaba seriamente, lo cual le provocaba más pesar y dolor aún. Ella era una completa extraña, incluso para su única familia, Anna. Volvió a formularse mentalmente la misma pregunta ¿Quería hacerlo de verdad? No, no quería, bajo ningún concepto. No quería entregarse a la vulgaridad abandonando su propia esencia, porque dejaría de ser ella-Tal vez me estoy volviendo loca.
-¿Dar algo a cambio?-Repitió, tragando saliva. No le gustaba el cariz de aquel asunto, pues las dudas volvían a cobrar más fuerza-¿No es suficiente con mi poder?¿O con el oro?-Preguntó, con cierto tono de indignación. Tal vez lo había subestimado, y su talento gélido no valía tanto como ella creía. Aquello, muy en el fondo, le dolió-¿Mi reino? No es un objeto, no puede cambiar de mano tan fácilmente...-¿Arendelle?-¿Qué te hace pensar que no tengo en estima a mi hogar?-Espetó molesta, irritada. Frunció el ceño, demostrando su desacuerdo y enfado por tal suposición-Sí me importa-Atajó-De lo contrario no haría esto. No sacrificaría una parte de mi por ellos, para ser una mejor reina. Una monarca normal-Finalizó tajante, dando a entender su punto de vista. En parte era por ello, no lo negaría, pero también era por sí misma. Por su normalidad, por ser como Anna, despreocupada, jovial y optimista. Elsa se zafó de sus dedos con incomodidad, como si le hubiese dado una descarga, moviendo violentamente su cabeza, y dio un paso hacia un lado para dejar libre de nuevo su espacio vital, sin intrusos que la perturbasen-¿Mi mano? No, eso es imposible-Elsa sintió un escalofrío extraño, como si hubiese tenido aquella conversación antes, pero estaba segura de que no había tratado con nadie el tema de sus nupcias. Arendelle no necesitaba un rey al frente, le bastaba con una reina capaz y eso era lo que ella pretendía ser-Espera, ¿Qué? No. Imposible-Repitió con decisión. Apretó los dedos y dejó caer sus hombros hacia atrás, adoptando una mueca desencajada como si le acabase de decir que su piel se había vuelto verde y le habían salido garras- Eso es extralimitarse y está fuera de discusión... No te conozco de nada y no puedo hacer eso. No voy a condenar a mi reino a la incertidumbre, porque no me pertenece. Es responsabilidad mía, pero pertenece por derecho a mis antepasados, y por extensión, a mi familia-Antes prefería verlo en manos de su hermana menor que entregárselo a un extraño. Porque tal vez Anna sería una buena reina, una más cercana a sus habitantes, más querida y adorada. Una gobernante ejemplar para ellos, y no otra que se escondiese de ellos como si tuviese una enfermedad incurable. Elsa posiblemente jamás fuese así, sería la fría tirana que se sentaba en el trono-¿No hay otra forma?-Ojalá no la hubiese, así podría declinar la oferta sin necesidad de sentirse culpable más tarde. La chica soltó un bufido irónico, por primera vez en toda la noche, desesperanzada-¿Crear?-Se arrebató de un tirón los guantes, dejando la piel de sus manos libre al contacto con la bruma-Podría hacerles daño accidentalmente. Me temerán como si fuese un demonio. Me odiarán y dirán que devoro niños las noches de luna nueva. Jamás podré ser tal y como soy. Tengo que esconderme, y preferiría no tener que hacerlo- Aquella respuesta debía bastar. Colocó su mano derecha a la altura de su pecho y dejó que de ella brotase una pequeña espiral helada de la cual cayeron un par de estrellas nevadas. Tal vez tenía razón, pero el mundo no entendía eso. Sonrió de forma inconsciente con añoranza, y cerró los ojos. Ojalá no tuviese que hacerlo, desearía que todo volviese a ser pueril y despreocupado como cuando tenía seis años...-Aquellos tiempos no van a volver-Dijo en voz alta, para sí misma-No es fácil. Nunca lo ha sido-Dijo bajando la mirada-Mi vida es una mentira, vivo sometida a las apariencias desde que tengo uso de razón. Sé siempre una buena chica, no dejes que sepan de ti-Repitió con desgana las palabras de su padre-Siento que si mi poder desaparece, estaré perdiendo una parte muy importante. Como si me arrancasen el corazón y me obligasen a contemplarlo mientras mi vida se apaga-Sería una cáscara vacía e inútil, ¿Acaso no sería peor? Juntó las cejas y apretó los dientes. Había dicho demasiado, las palabras brotaban de su garganta casi en un torrente, junto con su frustración. Auto-mutilarse por sus seres queridos, ¿Realmente merecía la pena? ¿Verían acaso su esfuerzo? Lo dudaba seriamente, lo cual le provocaba más pesar y dolor aún. Ella era una completa extraña, incluso para su única familia, Anna. Volvió a formularse mentalmente la misma pregunta ¿Quería hacerlo de verdad? No, no quería, bajo ningún concepto. No quería entregarse a la vulgaridad abandonando su propia esencia, porque dejaría de ser ella-Tal vez me estoy volviendo loca.
Re: El temor de un hombre sabio (?) [Libre]
A Noligma le irritaba que ella negara el pacto... ninguna chica rechazaba a Noligma, pero se lo tomo como una duda en deshacersecde su don.
Y lo confirmo cuando ella empezo a dar una charla sentimental.
Noligma se sintio identificado nuevamente en algunas partes.
-te mientes a ti misma... pobrecilla... te entiendo, pero estas en un error.
Noligma ya tenia informacion suficiente, real o imaginaria para tebder una red.
-Lo cierto... es que si, te temen... pero eso no te ha condenado, sino salvado.
Noligma empezo a dar vueltas a su alrededor, despacio paso a paso, como un tiburon alrededor de su presa.
-Piensalo... por que continuas siendo reina ...si no le gustas a nadie?
Greed el cuerbo aleteo brevemente pero no se movio del sitio.
-Esta claro... temen tu poder... si tu volvieras sin el ¿crees que te querrian?... ¡Ilusa!
Noligma se detuvo a su espalda y le susurro al oido
-Haran lo que han querido hacer siempre... quitarte de enmedio, para que otro ocupe tu lugar.. un tio , un hermano o hermana pequeños... o el tonto del pueblo... y tu no seras mas que un criador de gusanos en alguna calzada.
Noligma era yn mago un ser de artes oscuras, pero su arma predilecta no era usar su magia, eso era demasido facil... en cambio su labia, sus palabras hirientes en sublengua bifeda de serpiente... podian causar heridas donde escdificil curarlas
-Deja de engañarte... no sonvtus amigos... son tu enemigo.
Noligma giro creando un revuelo en su capa, se volvio a su baston y lo saco desapareciendo la vision
-este baston no crea iluciones, muestra verdades veamos la tuya.
El hechicero se volvio a ella con el baston
-Te explicare una cosa de la magia y los contratos... la magia no da valor a las cosas ... se lo damos nosotros... por eso aunque me des tu poder no paga la transaccion .. tu no lo valoras, quieres desacerte de el como un perro viejo.
Noligma le agarro la mano yvse la coloco sobre el baston, al hacerlo este mostro una ventana donde se veia su reino y sus habitantes.
-El baston puede enseñar aquello que tenemos en el corazon... esto es lo que tu queres defender? Un pueblucho...seguro que ahora estan celebrando tu partida.
El mago callo al vervla imagen cambiar por el rostro de una joven con cierto parecido a lady Frost
-Vuestra hermana tal vez? Tal vez ella acepte el trato que habeis dejado escapar... o tal vez ya tenga un principe con el que revolcarse en vuestro trono.
Algo le dijo a noligma que se habia pasado de la raya pes la solto y la imagen secdesvanecio.
-Pero si aun estais interesada en deshaceos de vuestro poder... solo nos quedavotra opcion... no me dareis vuestro reino y supongo que a vuestra hermana tampoco..
Noligma clasqueo la lengua.
-Eso solo nos deja lo que tengais ahora mismo... lo cual no parece mucho.
Noligma la miro de arriba a abajo como si fuera una exposicion de verduleria.
-mi ultima oferta... y es increiblemente estupida... te dejo como una motal insignificantemente normal... por un beso... tu primer beso.
Noligma alzo una ceja al ver su reaccion.
-Olle... tienes suerte de que no pida mas, ademas sales ganando... pero eso si.
, con lengua. De tornillo y no menos de 10 segundos... a no ser que tengas alguna otra cosa que ofrecer.
Y lo confirmo cuando ella empezo a dar una charla sentimental.
Noligma se sintio identificado nuevamente en algunas partes.
-te mientes a ti misma... pobrecilla... te entiendo, pero estas en un error.
Noligma ya tenia informacion suficiente, real o imaginaria para tebder una red.
-Lo cierto... es que si, te temen... pero eso no te ha condenado, sino salvado.
Noligma empezo a dar vueltas a su alrededor, despacio paso a paso, como un tiburon alrededor de su presa.
-Piensalo... por que continuas siendo reina ...si no le gustas a nadie?
Greed el cuerbo aleteo brevemente pero no se movio del sitio.
-Esta claro... temen tu poder... si tu volvieras sin el ¿crees que te querrian?... ¡Ilusa!
Noligma se detuvo a su espalda y le susurro al oido
-Haran lo que han querido hacer siempre... quitarte de enmedio, para que otro ocupe tu lugar.. un tio , un hermano o hermana pequeños... o el tonto del pueblo... y tu no seras mas que un criador de gusanos en alguna calzada.
Noligma era yn mago un ser de artes oscuras, pero su arma predilecta no era usar su magia, eso era demasido facil... en cambio su labia, sus palabras hirientes en sublengua bifeda de serpiente... podian causar heridas donde escdificil curarlas
-Deja de engañarte... no sonvtus amigos... son tu enemigo.
Noligma giro creando un revuelo en su capa, se volvio a su baston y lo saco desapareciendo la vision
-este baston no crea iluciones, muestra verdades veamos la tuya.
El hechicero se volvio a ella con el baston
-Te explicare una cosa de la magia y los contratos... la magia no da valor a las cosas ... se lo damos nosotros... por eso aunque me des tu poder no paga la transaccion .. tu no lo valoras, quieres desacerte de el como un perro viejo.
Noligma le agarro la mano yvse la coloco sobre el baston, al hacerlo este mostro una ventana donde se veia su reino y sus habitantes.
-El baston puede enseñar aquello que tenemos en el corazon... esto es lo que tu queres defender? Un pueblucho...seguro que ahora estan celebrando tu partida.
El mago callo al vervla imagen cambiar por el rostro de una joven con cierto parecido a lady Frost
-Vuestra hermana tal vez? Tal vez ella acepte el trato que habeis dejado escapar... o tal vez ya tenga un principe con el que revolcarse en vuestro trono.
Algo le dijo a noligma que se habia pasado de la raya pes la solto y la imagen secdesvanecio.
-Pero si aun estais interesada en deshaceos de vuestro poder... solo nos quedavotra opcion... no me dareis vuestro reino y supongo que a vuestra hermana tampoco..
Noligma clasqueo la lengua.
-Eso solo nos deja lo que tengais ahora mismo... lo cual no parece mucho.
Noligma la miro de arriba a abajo como si fuera una exposicion de verduleria.
-mi ultima oferta... y es increiblemente estupida... te dejo como una motal insignificantemente normal... por un beso... tu primer beso.
Noligma alzo una ceja al ver su reaccion.
-Olle... tienes suerte de que no pida mas, ademas sales ganando... pero eso si.
, con lengua. De tornillo y no menos de 10 segundos... a no ser que tengas alguna otra cosa que ofrecer.
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Yer Noligma
Heredero de la Montaña Prohibida
Re: El temor de un hombre sabio (?) [Libre]
Que había perdido el control en aquella situación saltaba a la vista.
-No te burles de mi-Espetó a la defensiva-No, no me ha condenado-Hizo una pausa y se aclaró la garganta, reseca por la ansiedad- Todavía, ¿Qué crees que sucederá si se enteran?-Volvió a abrazarse como si tuviese frio, sólo que no lo tenía. El frío no le molestaba-Me respetan-Respondió-Me respetan por mi linaje. ¡No! No es por mi poder-Estaba equivocado. Muy pocos lo conocían, tan sólo algunos empleados de palacio, ¿Y si lo sabía más gente? No, era demasiado improbable, pues sus padres se habían encargado de guardar con sumo recelo tal información. Las ganas de regresar a Arendelle se reducían notablemente, demasiados malos recuerdos condensados en un solo sitio. De pronto ya no le parecía un lugar tan maravilloso, sino como su interlocutor había dicho con anterioridad, una jaula dorada. Vivía rodeada de extraños que le hablaban con la relativa cercanía que les permitía el trabajo que ostentaban en palacio. Se tapó los oidos, no quería escuchar más el veneno que destilaba el brujo. Notaba punzadas en el pecho, como si algo le estuviese apretando hasta dejarla sin aire. Lamentó haberse quitado los guantes cuando sostuvo el báculo. Arendelle apareció ante sus ojos, bañada por la luz del crepúsculo que pronto precedería al nuevo día, ¿Tan tarde era? Pronto despuntaría el sol y los primeros rayos traerían consigo la actividad matutina al reino. Parecía demasiado lejano y remoto-No...-Se quejó-Es imposible. No saben que no estoy allí-Y de pronto, la imagen volvió a cambiar dando paso a una durmiente Anna, enroscada entre las sábanas de su cama mientras murmuraba cosas ininteligibles en sueños y se estiraba cuan larga era-No la metas en esto-Protestó Elsa, mientras su respiración se volvía menos regular y su rostro comenzaba a irradiar ira asesina. Parecía una leona cuyo objetivo era proteger a su cachorro, pues aunque el cariño entre ellas se había mitigado hacia tiempo, aún las unía la sangre. No tenía a nadie más y no la comprometería en asuntos turbios. Antes se arrancaría las entrañas. Por suerte, Anna desapareció de la conversación tan pronto como había llegado, y el brujo siguió con su monólogo sobre el contrato. Elsa no quiso insistir, pues sentía que ya albergaba pocas o ninguna gana de terminar con aquello. El arrepentimiento le pesaba, como si hubiese hecho algo irreparable que la perseguiría toda su vida, y su ánimo pendía de un hilo-¿Perdona?-La mujer ladeó el cuello con suspicacia, entrecerrando los ojos como si ello la ayudase a oír mejor-¿Cómo dices?-Pese a haberse enterado perfectamente, se cruzó de brazos y analizó completamente la situación, dejando que su rostro de tez pálida adquiriese una tonalidad rojiza. ¿De un reino a algo tan ridículo como aquello? Como si le hubiese pedido que predijese el tiempo para el domingo. Porque un beso en sí no suponía nada, al menos lo que el pedía, nada que ver con los besos de buenas noches de su madre cuando las arropaba antes de dormirse, pero exigía contacto físico para ella insalvable. Doblegarse -¿Estás de broma?, ¿Por qué un beso?-Reiteró, frunciendo el ceño. Allí había algo encerrado, olor a chamusquina, ¿Y si pretendía envenenarla o absorberle el alma? De peores cosas eran capaces los brujos y por muchísimo menos. Ahora se percataba de su error de mostrarse tan dispuesta a cumplir cualquier pacto, pues entre sus planes no había entrado la posibilidad de entregar su legado, ni mucho menos entregar parte de su virtud para liberarse de su maldición, ¿Cómo iba a saberlo? ¿Es que no había ningún trato que no comprometiese su honor? Iba a parecer una verdadera cobarde, incapaz de cumplir su palabra. Pero aquello ya era demasiado para ella-¿Cómo te atreves?-Rezongó Elsa sin arredrarse, empleando el tono que usaría para un criado insolente-No soy ninguna ramera de puerto-Hizo especial énfasis en cada una de las sílabas, negando con la testa de forma desafiante-Esto ha sido un verdadero error.
-No te burles de mi-Espetó a la defensiva-No, no me ha condenado-Hizo una pausa y se aclaró la garganta, reseca por la ansiedad- Todavía, ¿Qué crees que sucederá si se enteran?-Volvió a abrazarse como si tuviese frio, sólo que no lo tenía. El frío no le molestaba-Me respetan-Respondió-Me respetan por mi linaje. ¡No! No es por mi poder-Estaba equivocado. Muy pocos lo conocían, tan sólo algunos empleados de palacio, ¿Y si lo sabía más gente? No, era demasiado improbable, pues sus padres se habían encargado de guardar con sumo recelo tal información. Las ganas de regresar a Arendelle se reducían notablemente, demasiados malos recuerdos condensados en un solo sitio. De pronto ya no le parecía un lugar tan maravilloso, sino como su interlocutor había dicho con anterioridad, una jaula dorada. Vivía rodeada de extraños que le hablaban con la relativa cercanía que les permitía el trabajo que ostentaban en palacio. Se tapó los oidos, no quería escuchar más el veneno que destilaba el brujo. Notaba punzadas en el pecho, como si algo le estuviese apretando hasta dejarla sin aire. Lamentó haberse quitado los guantes cuando sostuvo el báculo. Arendelle apareció ante sus ojos, bañada por la luz del crepúsculo que pronto precedería al nuevo día, ¿Tan tarde era? Pronto despuntaría el sol y los primeros rayos traerían consigo la actividad matutina al reino. Parecía demasiado lejano y remoto-No...-Se quejó-Es imposible. No saben que no estoy allí-Y de pronto, la imagen volvió a cambiar dando paso a una durmiente Anna, enroscada entre las sábanas de su cama mientras murmuraba cosas ininteligibles en sueños y se estiraba cuan larga era-No la metas en esto-Protestó Elsa, mientras su respiración se volvía menos regular y su rostro comenzaba a irradiar ira asesina. Parecía una leona cuyo objetivo era proteger a su cachorro, pues aunque el cariño entre ellas se había mitigado hacia tiempo, aún las unía la sangre. No tenía a nadie más y no la comprometería en asuntos turbios. Antes se arrancaría las entrañas. Por suerte, Anna desapareció de la conversación tan pronto como había llegado, y el brujo siguió con su monólogo sobre el contrato. Elsa no quiso insistir, pues sentía que ya albergaba pocas o ninguna gana de terminar con aquello. El arrepentimiento le pesaba, como si hubiese hecho algo irreparable que la perseguiría toda su vida, y su ánimo pendía de un hilo-¿Perdona?-La mujer ladeó el cuello con suspicacia, entrecerrando los ojos como si ello la ayudase a oír mejor-¿Cómo dices?-Pese a haberse enterado perfectamente, se cruzó de brazos y analizó completamente la situación, dejando que su rostro de tez pálida adquiriese una tonalidad rojiza. ¿De un reino a algo tan ridículo como aquello? Como si le hubiese pedido que predijese el tiempo para el domingo. Porque un beso en sí no suponía nada, al menos lo que el pedía, nada que ver con los besos de buenas noches de su madre cuando las arropaba antes de dormirse, pero exigía contacto físico para ella insalvable. Doblegarse -¿Estás de broma?, ¿Por qué un beso?-Reiteró, frunciendo el ceño. Allí había algo encerrado, olor a chamusquina, ¿Y si pretendía envenenarla o absorberle el alma? De peores cosas eran capaces los brujos y por muchísimo menos. Ahora se percataba de su error de mostrarse tan dispuesta a cumplir cualquier pacto, pues entre sus planes no había entrado la posibilidad de entregar su legado, ni mucho menos entregar parte de su virtud para liberarse de su maldición, ¿Cómo iba a saberlo? ¿Es que no había ningún trato que no comprometiese su honor? Iba a parecer una verdadera cobarde, incapaz de cumplir su palabra. Pero aquello ya era demasiado para ella-¿Cómo te atreves?-Rezongó Elsa sin arredrarse, empleando el tono que usaría para un criado insolente-No soy ninguna ramera de puerto-Hizo especial énfasis en cada una de las sílabas, negando con la testa de forma desafiante-Esto ha sido un verdadero error.
Re: El temor de un hombre sabio (?) [Libre]
Noligma sonrio al ver a la joven irritarse por su ultimo pacto.
-yo al menos he hecho un esfuerzo, tu no ofreces mas que oro y palabras... y el oro es un metal inutil... ni es duro ni resistente, solo brilla, y las cosas brillantes les gustan a los humanos.
Noligma volvio al trono convocado y se sento cruzando las piernas.
-Empiezo a pensar... que estais perdiendo mi tiempo lady Frost... y no me gusta perder mi tiempo...
El cuerbo salto de un brinco y se alejo volando.
, mientras el lobo salio corriendo por patas, como si sintieran algo que Elsa no veia.
La mano del brujo araño. El reposabrazos. Que humeo al contacto dajando marcas negras.
-Ninguna reina o princesa juega conmigo... ofreced algo que tenga valor para vos o marchaos... o tal vez tome vuestra vida como pago por vuestra insolencia...
Noligma no parecia hablar en broma.
-Ya he perdido mucha saliva y no veo que esto llegue a ninguna parte... es mas creo que venis para combenceros a voz misma... que rechaceis un pago tan insignificante indica que os importa un comino estar con vuestro pueblo... y sabeis? Es reciproco.. al pueblo le importa un comino quien se siente en el trono, solo le importa que haya pan en la mesa y no morir en una guerra...
Ek brujo noto que se. Alejaba del tema.
-Vuestra merced juega a ser una santa... crees que estoy a tu entera dispocision... ¡pues enterate! Estoy por encima tuyo en la cadena trofica... deverias inclinarte y adorarme por perdonar tu miserable vida cada segundo que pasa... en vez de jugar a la joven que secpreocupa de su pueblo, cuando no quieres dar nada por el..
Nolima no noto como unas escamas empezaban a crecer en el dorso de sus manos.
-Ahora dime la verdad... ¿de verdad quieres desacerte de tu poder? O simplemente quieres demostrarte a ti misma que no tienes eleccion? Que eres esclava dectu destino, y te conformaras con volver a tu jaula aferrandote a que no hay nada que puedas hacer...
Noligma espero la respuesta sin notar que sus ojos cada vez mas recordaban a los de un gran reptil, que la miraban como un gato al raton.
Su respuesta podria alterar el transcurso de los acontesimientos.
-yo al menos he hecho un esfuerzo, tu no ofreces mas que oro y palabras... y el oro es un metal inutil... ni es duro ni resistente, solo brilla, y las cosas brillantes les gustan a los humanos.
Noligma volvio al trono convocado y se sento cruzando las piernas.
-Empiezo a pensar... que estais perdiendo mi tiempo lady Frost... y no me gusta perder mi tiempo...
El cuerbo salto de un brinco y se alejo volando.
, mientras el lobo salio corriendo por patas, como si sintieran algo que Elsa no veia.
La mano del brujo araño. El reposabrazos. Que humeo al contacto dajando marcas negras.
-Ninguna reina o princesa juega conmigo... ofreced algo que tenga valor para vos o marchaos... o tal vez tome vuestra vida como pago por vuestra insolencia...
Noligma no parecia hablar en broma.
-Ya he perdido mucha saliva y no veo que esto llegue a ninguna parte... es mas creo que venis para combenceros a voz misma... que rechaceis un pago tan insignificante indica que os importa un comino estar con vuestro pueblo... y sabeis? Es reciproco.. al pueblo le importa un comino quien se siente en el trono, solo le importa que haya pan en la mesa y no morir en una guerra...
Ek brujo noto que se. Alejaba del tema.
-Vuestra merced juega a ser una santa... crees que estoy a tu entera dispocision... ¡pues enterate! Estoy por encima tuyo en la cadena trofica... deverias inclinarte y adorarme por perdonar tu miserable vida cada segundo que pasa... en vez de jugar a la joven que secpreocupa de su pueblo, cuando no quieres dar nada por el..
Nolima no noto como unas escamas empezaban a crecer en el dorso de sus manos.
-Ahora dime la verdad... ¿de verdad quieres desacerte de tu poder? O simplemente quieres demostrarte a ti misma que no tienes eleccion? Que eres esclava dectu destino, y te conformaras con volver a tu jaula aferrandote a que no hay nada que puedas hacer...
Noligma espero la respuesta sin notar que sus ojos cada vez mas recordaban a los de un gran reptil, que la miraban como un gato al raton.
Su respuesta podria alterar el transcurso de los acontesimientos.
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Yer Noligma
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Re: El temor de un hombre sabio (?) [Libre]
-También a los cuervos les gustan los objetos brillantes-Apostilló, señalando con la mirada al ave desgarbada de plumajes negras que emprendía el vuelo, dejando el comentario en el aire. En cierto modo, el hechicero le parecía una criatura codiciosa, como un cuervo. Elsa se dijo a sí misma que de poder, debía evitar este tipo de encuentros si no quería salir escaldada, literalmente hablando-No tengo nada para vos. Lamento haberos hecho perder el tiempo, brujo-Dijo volviendo a sus buenos modales y reverenciando de forma escueta sin comprometerse demasiado, demostrando el respeto justo y necesario con la más fría de las cortesías, apartandose mientras tanto un mechón de pelo blanco de los ojos, sosteniendole la mirada-Llegados a ese punto, lo que opine el vulgo carece de relevancia. El rey jamás pregunta a la hora de imponer los impuestos que cree mejor para él-Repuso Elsa, disparatando. Si alguna vez había tenido control sobre su propia personalidad, lo estaba perdiendo. Empezaba a sentir que se estaba volviendo bipolar o algo por el estilo, pues en menos de una hora había cambiado más veces de opinión que en toda su vida. Pero al menos ahora creía tener las cosas más claras, tal vez sólo necesitaba una pequeña charla… Y ojalá sirviese de algo, pues notaba la tirantez en el ambiente, y las amenazas del mago suponían algo más que una advertencia. La picazón en la nuca no cesaba, y los deseos de abandonar el bosque se extendían como una honda expansiva por su cuerpo-“Lárgate, Elsa”- No quería saber nada del asunto, tema zanjado, como siempre hacía cuando alguien intentaba rebatirla-Me da igual-Espetó-No sabes nada de mí-¿O si? Esperaba no equivocarse en su intento por portarse con la altivez de una reina, en un lugar donde sus guardias jamás podrían dar la cara si ella daba la orden. No quería responder a más preguntas, porque no quería escucharse formulando una respuesta que ignoraba si podría soportar o no. Sentía el peligro, algo en su cabeza le gritaba que huyese y corriese tan rápido como le permitiesen sus piernas, poco acostumbradas al ejercicio, pero ella también estaba furiosa y alterada, pues las hojas bajo sus pies comenzaban a recubrirse por una capa de escarcha fina y resbaladiza-Me marcho-Declaró con voz alta y clara, dando por acabada la conversación.
- Spoiler:
- No se como seguir , espero que esté bien eso D:
Re: El temor de un hombre sabio (?) [Libre]
OFF: ya me he visto la peli, asi que ahora si comprendo mejor al personaje de Elsa... tranquila se me ocurren un par de ideas... je je je je.
Noligma se desvaneció en humo y este se movió hasta delante de Elsa donde reapareció, pero esta vez parecía divertido.
-voz decís eso... pero creo que os tengo calada amiga..... y no me gustan los desagradecidos.
Noligma se estaba divirtiendo pensando que hacer a continuación... habían tantas cosas que podía hacer... pero solo una le divertía mas que las demás.
-siento haberos asustado con los dos contratos anteriores... la verdad es que los contratos son para memos...
Noligma sonrió satisfactoriamente como si ahora viera claro el problema
-creo que ya se lo que realmente queréis de mi y la verdad es que no se como no lo vi venir... ¡lo estabais gritando! sin decir nada... ¡como puedo ser tan tonto!
Noligma apunto con su bastón y una imagen de Arendelle apareció de nuevo.
-voz teméis por vuestro pueblo, teméis congelar a la gente y hacer daño a los demás... y miedo a que os rechacen... pero eso es fácil de solucionar.
Noligma apunto con su bastón y la imagen agrando a un granero donde no había nadie.
-no me lo agradecíais, por hoy es cortesía mía para una reina como voz...
la imagen del establo estallo en llamas verdes, llamas de brujo
-fuego mágico, evitara que lo apaguen antes de que lleguéis voz... voz llegareis y apagareis el fuego ¡seréis una heroína! nadie le importara que seáis distinta.
Justo entonces el ruido de los cascos del caballo indicaron que el chofer había conseguido controlar al animal y estaba de vuelta.
-yo que tu me daría prisa... antes de que se propague...
El trono había desaparecido, y Noligma le dio la espalda con el cuervo en el hombro y el cachorro siguiendo sus pasos.
Pero en realidad la estaría siguiendo, se divertiría viéndola.
OFF: si no te gusta la idea, déjalo como una ilusión
Noligma se desvaneció en humo y este se movió hasta delante de Elsa donde reapareció, pero esta vez parecía divertido.
-voz decís eso... pero creo que os tengo calada amiga..... y no me gustan los desagradecidos.
Noligma se estaba divirtiendo pensando que hacer a continuación... habían tantas cosas que podía hacer... pero solo una le divertía mas que las demás.
-siento haberos asustado con los dos contratos anteriores... la verdad es que los contratos son para memos...
Noligma sonrió satisfactoriamente como si ahora viera claro el problema
-creo que ya se lo que realmente queréis de mi y la verdad es que no se como no lo vi venir... ¡lo estabais gritando! sin decir nada... ¡como puedo ser tan tonto!
Noligma apunto con su bastón y una imagen de Arendelle apareció de nuevo.
-voz teméis por vuestro pueblo, teméis congelar a la gente y hacer daño a los demás... y miedo a que os rechacen... pero eso es fácil de solucionar.
Noligma apunto con su bastón y la imagen agrando a un granero donde no había nadie.
-no me lo agradecíais, por hoy es cortesía mía para una reina como voz...
la imagen del establo estallo en llamas verdes, llamas de brujo
-fuego mágico, evitara que lo apaguen antes de que lleguéis voz... voz llegareis y apagareis el fuego ¡seréis una heroína! nadie le importara que seáis distinta.
Justo entonces el ruido de los cascos del caballo indicaron que el chofer había conseguido controlar al animal y estaba de vuelta.
-yo que tu me daría prisa... antes de que se propague...
El trono había desaparecido, y Noligma le dio la espalda con el cuervo en el hombro y el cachorro siguiendo sus pasos.
Pero en realidad la estaría siguiendo, se divertiría viéndola.
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Yer Noligma
Heredero de la Montaña Prohibida
Re: El temor de un hombre sabio (?) [Libre]
Elsa se sobresaltó cuando el brujo se materializó frente a ella, y estuvo a punto de tropezar, pero se las apañó para mantenerse firme y seria, con la cabeza bien fría (literalmente hablando) por si acaso recibía un ataque de frente. El suelo bajo sus pies aún seguía blanco y crujiente, plagado de pequeñas e imperceptibles estrellas de hielo blancas.
-No soy tu amiga-Le replicó cortante, dándose cuenta un poco tarde de que él hablaba en sentido figurado-Por favor, quítate de en medio-Dijo, sintiendo que cada segundo que pasaba era una gota más que caía en su vaso medio lleno, y pronto iba a rebosar de forma irremediable. Estaba muy agobiada-¿Y qué se supone que quiero de vos?-Enarcó las cejas con desconfianza y hastío-“Elsa, basta. No le des pie a que te siga entreteniendo más tiempo”-Las reprimendas mentales eran un zumbido incesante en su cabeza, y el cansancio atenazaba ya sus músculos maltrechos-No, no es fácil. Ojala lo fuese-Dijo con amargura, mirando el suelo, haciéndose a un lado y continuando hacia delante. Y de pronto, frente a ella apareció una nítida imagen de su reino, bañado por los primeros rayos del sol, que perfilaban una fina línea anaranjada en el contorno de sus edificios. Poco a poco las casas fueron dejándose atrás para enfocar un viejo almacén situado cerca del puerto, a escasa distancia de la muralla occidental-¿De qué diantr…?-No acabó la frase cuando el fuego comenzó a crecer sin control, y por unos instantes Elsa creyó que acababa de originarse a su lado y pronto sus prendas comenzarían a arder; las lenguas de fuego devoraban con inclemencia la madera desvencijada del edificio, según pudo comprobar, para un mayor espanto-¿Qué has hecho?-Bramó, dándose la vuelta hecha un basilisco, con los ojos brillantes. Negó con la cabeza, horrorizada. ¡Demonios! ¡No le iba a dar tiempo! Ni en el mejor de los casos Elsa podría llegar en menos de una jornada, cuanto menos si iba a pie y con lo puesto. ¿Qué pasaría si llegaba sólo encontraba tierra calcinada donde antes había una próspera ciudad? ¿Qué harían las familias? ¿Qué sería de su hermana? Pero Elsa recelaba, pues los cadáveres del suelo no habían sido más que un engaño, ¿Y si era su forma de vengarse y no era real? Fuera como fuese, no tenía tiempo para averiguarlo-¡Apágalo!-Gritó alterada, y el manto blanco pareció extenderse un poco más a su alrededor, trepando por los árboles más cercanos y pintándolos con los colores del invierno-¡Apágalo ahora!-Bajo su propia voz fue capaz de oír el traqueteo de las ruedas y el relincho de las bestias de tiro. Miró hacia ambos lados, vacilante sobre qué era lo correcto en aquel momento. Dudando unos segundos, extendió la mano y un muro de hielo se alzó a unos metros de la carroza, cerrándole el paso al cochero y de paso la visión, por si acaso Noligma veía también divertido hacerla estallar. Pero el brujo se marchaba, como si tal cosa. Elsa volvió a estirar la mano en un intento desesperado, y erró el tiro, convirtiendo accidentalmente un árbol de los alrededores en una estatua de hielo. Apretó los labios y lo volvió a intentar, y esta vez logró materializar delante de Noligma otro muro de cristal helado para impedir que se largase, cortándole el paso paso-¡No te vayas! ¡Detente! Apaga las llamas-Dijo con desesperación-Y me iré. No volveré a pisar este bosque-Aseguró-Pero hazlo. Ahora-Jugar con fuego era peligroso, pero Elsa no estaba dispuesta a que Arendelle ardiese como si estuviese en un infierno. Temblaba de miedo y furia, pero si era necesario le cerraría el paso a él también.
-No soy tu amiga-Le replicó cortante, dándose cuenta un poco tarde de que él hablaba en sentido figurado-Por favor, quítate de en medio-Dijo, sintiendo que cada segundo que pasaba era una gota más que caía en su vaso medio lleno, y pronto iba a rebosar de forma irremediable. Estaba muy agobiada-¿Y qué se supone que quiero de vos?-Enarcó las cejas con desconfianza y hastío-“Elsa, basta. No le des pie a que te siga entreteniendo más tiempo”-Las reprimendas mentales eran un zumbido incesante en su cabeza, y el cansancio atenazaba ya sus músculos maltrechos-No, no es fácil. Ojala lo fuese-Dijo con amargura, mirando el suelo, haciéndose a un lado y continuando hacia delante. Y de pronto, frente a ella apareció una nítida imagen de su reino, bañado por los primeros rayos del sol, que perfilaban una fina línea anaranjada en el contorno de sus edificios. Poco a poco las casas fueron dejándose atrás para enfocar un viejo almacén situado cerca del puerto, a escasa distancia de la muralla occidental-¿De qué diantr…?-No acabó la frase cuando el fuego comenzó a crecer sin control, y por unos instantes Elsa creyó que acababa de originarse a su lado y pronto sus prendas comenzarían a arder; las lenguas de fuego devoraban con inclemencia la madera desvencijada del edificio, según pudo comprobar, para un mayor espanto-¿Qué has hecho?-Bramó, dándose la vuelta hecha un basilisco, con los ojos brillantes. Negó con la cabeza, horrorizada. ¡Demonios! ¡No le iba a dar tiempo! Ni en el mejor de los casos Elsa podría llegar en menos de una jornada, cuanto menos si iba a pie y con lo puesto. ¿Qué pasaría si llegaba sólo encontraba tierra calcinada donde antes había una próspera ciudad? ¿Qué harían las familias? ¿Qué sería de su hermana? Pero Elsa recelaba, pues los cadáveres del suelo no habían sido más que un engaño, ¿Y si era su forma de vengarse y no era real? Fuera como fuese, no tenía tiempo para averiguarlo-¡Apágalo!-Gritó alterada, y el manto blanco pareció extenderse un poco más a su alrededor, trepando por los árboles más cercanos y pintándolos con los colores del invierno-¡Apágalo ahora!-Bajo su propia voz fue capaz de oír el traqueteo de las ruedas y el relincho de las bestias de tiro. Miró hacia ambos lados, vacilante sobre qué era lo correcto en aquel momento. Dudando unos segundos, extendió la mano y un muro de hielo se alzó a unos metros de la carroza, cerrándole el paso al cochero y de paso la visión, por si acaso Noligma veía también divertido hacerla estallar. Pero el brujo se marchaba, como si tal cosa. Elsa volvió a estirar la mano en un intento desesperado, y erró el tiro, convirtiendo accidentalmente un árbol de los alrededores en una estatua de hielo. Apretó los labios y lo volvió a intentar, y esta vez logró materializar delante de Noligma otro muro de cristal helado para impedir que se largase, cortándole el paso paso-¡No te vayas! ¡Detente! Apaga las llamas-Dijo con desesperación-Y me iré. No volveré a pisar este bosque-Aseguró-Pero hazlo. Ahora-Jugar con fuego era peligroso, pero Elsa no estaba dispuesta a que Arendelle ardiese como si estuviese en un infierno. Temblaba de miedo y furia, pero si era necesario le cerraría el paso a él también.
- Spoiler:
- No he visto que otra cosa poner mejor :´(, no creo que Elsa fuese capaz de irse así por las buenas para ver que se encontraría en su reino xD. Espero que no te moleste, como pones que tu personaje le da la espalda y empieza a marcharse (pero no ha desaparecido de forma definitiva), he puesto eso.
Si no te parece bien o lo que sea, avisame y edito :-D.
P.D. ¿Qué te ha parecido la película :-D ?
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